UNIDAD:
SALUDO POR 58 AÑOS DE COMBATES
Winston
Orrillo
Martí y Mariátegui, dos prohombres de Nuestra
América, coincidían en que las masas, para hacer la Revolución, debían, entre
otras armas, estar premunidas de la cultura. Y una de esas vertientes
intelectuales es la que se obtiene por medio de los diarios, de las revistas,
de toda la parafernalia mediática que, hoy en día, lamentablemente, cumple
funciones precisamente contrarias a sus originales propósitos.
De allí que periódicos, publicaciones
proletarias como Unidad, que arriba
a sus gloriosos 58 años –quincuagésimo octavo aniversario- merece nuestro
homenaje más encendido.
Porque no solo en sus páginas se encuentra el
derrotero de las actualidad política, y
sus contradicciones y lides más encendidas, y las luchas para vencer al enemigo
de clase, sino que, según la impronta de nuestro progenitor espiritual, José
Carlos Mariátegui, la cultura debía ocupar lugar preferencial –como lo hizo, verbi gratia en Amauta y Labor (esta
última publicación destinada precisamente a la clase obrera, a los
trabajadores, mientras que aquélla apuntaba, más bien, a los sectores llamados
“intelectuales”).
Mariátegui había escrito, y esto nunca hay que
olvidarlo, camaradas, que “La revolución será, para los pobres, no solo la
conquista del pan, sino la conquista del arte, del pensamiento y de todas las
complacencias del espíritu”.
En tal
sentido, Unidad ha seguido este
derrotero y, por ello, en sus enhiestas páginas
y columnas, hallamos no solo la salutífera desmitificación del acontecer
peruano y universal, sino una atinada guía para que, mediante el arte y la
cultura, nuestra masa lectora ingrese a un mundo que no tiene por qué estar,
ser, solo para los privilegiados y los sectores económicamente poderosos
(máxime si sabemos que, en nuestro medio, casi siempre esas “fortunas” y
“capitales” son, salvo contadas excepciones, producto de la coima, del blanqueo
de dinero o, como está siendo cada vez más actual, del narcotráfico y el saqueo
de las arcas fiscales.)
En ese sentido, pues, un periódico es, como
diría Martí, una “trinchera de ideas”,
un puesto desde el que se combate para apuntalar la conciencia del hombre nuevo
en el que todos nosotros creemos, máxime si hoy sabemos que, desde mediados del
siglo pasado, a partir de la Revolución Cubana, ha comenzado, irreversible, la
2da y Definitiva Independencia de Nuestra América.
Unidad, como su
nombre lo indica, ha bregado, en principio, para cumplir aquel pedido que nos
hiciera nuestro Amauta, cuando expresara: “En este momento todo nos une y nada
nos separa”.
Combatientes inveterados y heroicos, como el querido comandante Tomás Borge no solo nos pedía, sino que nos exigía Unidad, solidaridad frente a las tareas
comunes que debemos cumplir, y que, en nuestras páginas, estamos,
permanentemente, procurando.
Nombres conspicuos han escrito en estas páginas,
las han dirigido: a todos ellos nuestro más encendido homenaje, y les decimos
que, sin su tarea, sacrificada y magna, no habríamos podido pasar el medio
siglo.
Mariátegui mismo decía que lo importante no era
la tarea de un día, de una jornada, sino la proyección de un deber que se
traducía en la duración, en el combate permanente.
¡Y ése es el gonfalón de Unidad, donde tengo el honor de ser uno de sus más humildes
colaboradores!
Winston Orrillo
Catedrático Principal de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Premio Nacional de Cultura (Periodismo)
La Calera, octubre 5 de
2014
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