CARTA-TESTAMENTO DE RIGOBERTO LÓPEZ PÉREZ A SU MADRE
Enviado
por tortilla en Dom, 2/09/2013 - 06:59
San
Salvador, Septiembre 4 de 1956
Señora
Soledad López
León, Nicaragua
Mi querida madre:
Aunque usted nunca lo ha sabido, yo siempre he andado
tomando parte en todo lo que se refiere a atacar al régimen funesto de nuestra
patria y en vista de que todos los esfuerzos han sido inútiles para tratar de
lograr que Nicaragua vuelva a ser (o sea por primera vez) una patria libre, sin
afrenta y sin mancha, he decidido aunque mis compañeros no querían aceptarlo,
el tratar de ser yo el que inicie el principio del fin de esa tiranía. Si dios
quiere que Perezca en mi intento, no quiero que se culpe a nadie absolutamente,
pues todo ha sido decisión mía.
El Doctor Gerardo Godoy, que nos conoce muy bien a todos
nosotros, ha quedado encargado, lo mismo que los demás paisanos residentes en
ese país, de ayudarla en todo lo que usted necesita. Como antes le había
contado, hace algún tiempo tomé una póliza de vida por 10 mil colones con doble
indemnización, o sean C 20 mil. Gerardo dará todas las vueltas para que ese dinero le sea entregado a usted, ya que está a su nombre. Hay una salvedad en
esto: Como usted sabe yo siempre he vivido en casa de la familia y quiero que
de dicho dinero le sean entregado C 1,000 a la señorita Dina Andrade para que
termine sus estudios, ya que posiblemente los tenga que abandonar por falta de
recursos. Con Míriam Andrade de Rivera, hermana de ella y comadre mía, puede
usted entenderse, ya que usted deberá viajar a esta ciudad (San Salvador) en
donde terminados los trámites legales, le entregarán el valor de dicha póliza.
Como le dije anteriormente Gerardo y demás compañeros le darán todas las
vueltas para el cobro de la mencionada póliza. Espero que tomará todas esas
cosas con calma y que debe pensar que lo que yo he hecho es un deber que
cualquier nicaragüense que de veras quiera a su patria debía haber llevado a
cabo hace mucho tiempo. Lo mío no ha sido un sacrificio sino un deber que
espero haber cumplido. Si usted toma las cosas como yo las deseo, le digo que
me sentiré feliz. Así que nada de tristeza que el deber que
se cumple con la patria es la mayor satisfacción que debe llevarse un hombre de
bien como yo he tratado de serlo. Si toma las cosas con serenidad y con la idea
absoluta de que he cumplido con mi más alto deber de
nicaragüense, le estaré muy agradecido.
Su hijo que siempre la quiso mucho,
(firma) Rigoberto
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