EN LA CONTRARREVOLUCIÓN DEL CAPITAL
Por Miguel Urbano
Rodrigues
Abajo versión en portugués
Los textos reunidos en
el V Tomo de las Obras Escogidas de de Alvaro Cunhal* iluminan acontecimientos
del término de la etapa creadora de la Revolución Portuguesa y el inicio de la
contra revolución que llevó al poder las fuerzas políticas controladas por el
gran capital y el imperialismo.
La ocultación de la Historia
profunda en la mayoría de nuestras universidades y escuelas secundarias
fue un objetivo de sucesivos gobiernos
de derecha.
La lectura de eses
discursos, intervenciones y entrevistas del gran dirigente del Partido
Comunista Portugués contribuirá para que
miles de jóvenes rompan el telón de ignorancia que oculta hoy el 25 de Abril y
mediten sobre las circunstancias y los actos de los protagonistas de la mudanza
de rumbo que frenó la revolución democrática y nacional y llevó Portugal a la
actual crisis y a la situación semicolonial en que se encuentra.
La lucha de clases,
que explotó en las jornadas en que se formó la alianza Pueblo-Movimiento de las
Fuerzas Armadas (MFA) fue desde entonces permanente, intensificándose después de la intentona del 25 de Septiembre de 1974 y de la
derrotada tentativa golpista del 11 de marzo de 1975.
La grande ola de
nacionalizaciones, el control obrero y las luchas contra el latifundio que han
precedido en Alentejo la Reforma Agraria alarmaron el Partido Socialista.
La ausencia de
libertades en amplias regiones del país,
sobretodo en el Norte, permitió al PS obtener en las elecciones para la
Asamblea Constituyente una gran votación, lo que llevó su dirección a olvidar
que el programa del partido tenía inspiración marxista.
El PS empezó a
conspirar y, aliado al Partido Popular Democrático (derecha liberal) y a otras
fuerzas reaccionarias, cumplió papel vital en el proceso de la contra
revolución.
EL GIRO A DERECHA DEL
PS
El giro a derecha del
PS alteró profundamente el cuadro revolucionario. Esbozado durante el debate
sobre la unicidad sindical y en maniobras conspirativas con el general Spínola para sabotear la
independencia de Angola, ganó
transparencia después del 11 de marzo y
se concretó el 17 de julio cuando los ministros socialistas abandonaron
el IV Gobierno Provisorio de Vasco Gonçalves. Días antes Mario Soares
criticó la aprobación del Documento Guía de la Alianza Pueblo-MFA.
La relación de fuerzas
que hasta entonces era favorable al proceso revolucionario se alteró.
La serie de asaltos a
Centros de Trabajo del PCP, iniciada con la destrucción del Centro de Rio
Maior, el l6 de julio, incentivada por cuadros del PPD, coincidió con la
campaña del PS que exigía la demisión de Vasco Gonçalves y con la crisis del
MFA, inocultable desde la divulgación del llamado «Documento de los Nueve»
firmado por miembros del Consejo de la Revolución.
El 19 de julio en un
mitin gigantesco en la Alameda Afonso Henriques, Lisboa, Mario Soares, secretario
general del PS y ex ministro de Relaciones Exteriores, exigió con arrogancia, con
el apoyo del PPD, el alejamiento del general Vasco Gonçalves, como primer
ministro.
Para las generaciones
nacidas después del 25 de Abril el contenido de este Tomo de las Obras
Escogidas de Álvaro Cunhal no es solamente una lección de Historia. Permite al
lector caminar, como si fuera espectador de una película, en el escenario de un periodo dramático, acompañar
la ofensiva conjunta del PS-PPD, la marcha de la conspiración contra revolucionaria.
El narrador baja a las
raíces de la crisis, informa, aclara, interpreta, sugiere en esas semanas en
que la conspiración avanzaba rumbo a un desenlace todavía impredecible.
En su intervención
durante la reunión de la plenaria del Comité Central de 10 de Agosto de 1975, afirma que al avanzar por la ruta del anticomunismo
abierta por el PS la contrarrevolución había pasado al ataque con sus banderas.
La ofensiva del PS
puso fin a la unidad del MFA. Dividido
en tres tendencias que chocaban, el Movimiento seguía a la deriva con el
Consejo de la Revolución paralizado. Esa situación puso fin a la Alianza
Pueblo-MFA.
Al definir las tareas
políticas prioritarias, Álvaro Cunhal subraya que el PCP, defendiendo la
instauración de un régimen«caracterizado por las más amplias libertades, era blanco de una campaña de calumnias abyecta,
transparente en la «tolerancia, la condescendencia, la pasividad, a veces en la
colaboración de algunos destacamentos militares frente a los asaltos a las
sedes del Partido».
Consiente de la
necesidad de evitar «una confrontación de fuerzas que debilitaría el conjunto
del movimiento revolucionario portugués», advertía del peligro de la tendencia
al sectarismo. Era un error ver en los militares moderados y los que los
apoyaban gente perdida para el proceso revolucionario.
En el auge de la crisis,
discursando en el Palacio de los Deportes, afirmó que el movimiento popular sin
los militares no podría construir el nuevo Portugal democrático, ni los
militares sin el movimiento popular.
El 6 de Septiembre, después
de la demisión del V Gobierno Provisorio, que había perdido el apoyo de la
mayoría del MFA, la situación política y militar se deterioró rápidamente.
El gobierno del
almirante Pinheiro de Azevedo surgió como mal menor. La alternativa -como
subrayó Álvaro Cunhal- «no era un gobierno revolucionario ni un gobierno con
una posición semejante a la del V Gobierno Provisorio. La alternativa seria la
formación a corto plazo de un gobierno más a la derecha apoyado en fuerzas
conservadoras y reaccionarias».
El DISCURSO DE 7 DICIEMBRE DE 1975
El discurso
pronunciado por Álvaro Cunhal en el mitin de Campo Pequeño, el 7 de diciembre es
uno de los más bellos y lúcidos documentos revolucionarios del dirigente
comunista.
El 25 de
Noviembre, abriendo la puerta a la contrarrevolución,
había generado desaliento y frustración
en amplios sectores de las fuerzas progresistas.
Para defender Abril, «en
el momento grave que se vive, un momento en que continúan siendo efectuadas
detenciones y dimisiones masivas a la izquierda –son palabras suyas- en vez de
recriminaciones, en vez de la respuesta polémica y violenta a todos los que por
sus alianzas con la derecha abrieron las puertas a la reacción, dirigimos un llamamiento a todas las fuerzas
y sectores militares y políticos, a todos los hombres y mujeres que desean que
nuestro pueblo viva en libertad, para que se unan frente al peligro mayor que
amenaza no solamente a este o aquel partido, sino a todo nuestro pueblo: el
peligro del fascismo».
Se transparentó en esos
días tensos que el PCP «se opuso sistemáticamente a una política que condujera a la guerra».
En la parte final de
su intervención, el secretario general del PCP afirmó que los trágicos acontecimientos del 25 de Noviembre,
por las lecciones que cargaban y por los peligros inmediatos creaban, paradójicamente,
«condiciones nuevas para la unidad
de las fuerzas interesadas en preservar
las libertades, la democracia y la revolución».
Dirigiéndose al gran
colectivo partidario enunció los objetivos
políticos a corto y medio plazo
para la defensa de la revolución y de las conquistas de Abril y exhortó
los militantes a participar con confianza y entusiasmo en las tareas revolucionarias.
El PCP -afirmó- «haciendo
frente a los temporales, lucha y luchará siempre y siempre por la libertad, por
la liquidación de la explotación capitalista, por la victoria del socialismo en
Portugal. El PCP es el Partido de la verdad, es el Partido de la Esperanza. El
PCP hará todo lo posible para estar al nivel de la confianza que en él tienen la clase obrera y las amplias
masas populares».
PREGUNTAS SIN RESPUESTA Y UNA CONCLUSIÓN
Transcurridas casi
cuatro décadas de la sombría jornada del 25 de Noviembre, que señaló el fin de la saga revolucionaria
de Abril, es posible ahora reflexionar sin pasión sobre la ruptura de la
Alianza Pueblo-MFA, el giro a derecha del PS y las situaciones que han
precedido a la victoria electoral que llevó al gobierno Francisco Sá Carneiro, en
la época el líder de las fuerzas que luchaban por la restauración plena del
capitalismo, seriamente golpeado durante los gobiernos de Vasco Gonçalves.
El general Gonçalves, en
la entrevista-libro de Manuela Cruzeiro
afirma que, en su opinión, el MFA nunca fue un movimiento revolucionario.
Esa ilusión, muy generalizada, tuvo vida
brevísima después del 11 de Marzo.
El general vio en el
MFA, desde el inicio, una amalgama de tendencias unidas por la aspiración común
de poner fin a la guerra colonial. Solamente una pequeña minoría del cuerpo de
oficiales que concibió el 25 de Abril
era revolucionaria.
Esa realidad ayuda a
comprender los conflictos que en el
verano de 1975 abrieron camino al 25 de
Noviembre.
Alvaro Cunhal en su
libro «La Verdad y la Mentira en la Revolución de Abril-La Contrarrevolución se
Confiesa» ilumina aspectos poco conocidos de la contrarrevolución y, con
documentación irrefutable, desenmascara a
destacadas personalidades del PS que participaran activamente de la preparación
del 25 de Noviembre.
Cunhal y Gonçalves
coinciden en atribuir a Mario Soares un papel decisivo en la creación de condiciones
para los acontecimientos que invirtieron el rumbo del proceso revolucionario,
destruyeron conquistas de Abril, estimularon la escalada de privatizaciones y,
finalmente, permitieron el retorno del poder político y económico al gran
capital.
Pero no es todavía
posible responder con rigor a cuestiones que han sido determinantes para el giro
histórico a derecha del año 75.
Sabemos que el cambio
estratégico del PS (renegando de su programa) fue el factor clave del cambio en
la relación de fuerzas. En
pocos días ésta se modificó dramáticamente.
¿Habría sido posible
evitar los conflictos en el MFA y su alejamiento del movimiento popular ?
¿El prolongado y nocivo consulado de Cavaco Silva
era inevitable o podía no haber ocurrido si el Presidente Ramalho Eanes no hubiese disuelto un parlamento en el cual la derecha era
minoritária?
Esas y otras
preguntas son repetidamente formuladas
en debates sobre el cambio en la relación de fuerzas que detuvo el avance de la
Revolución Portuguesa. Preguntas que conducen
a unas respuestas que no suscitan consenso: era inevitable la contrarrevolución
iniciada en Noviembre de 1975?
Toda revolución genera
desde el comienzo simientes de contrarrevolución. La Portuguesa no fue la excepción.
El proyecto contrarrevolucionario es identificable en la tentativa de golpe del
primer ministro Palma Carlos, en la maniobra spinolista de la «mayoría
silenciosa», en la intentona del 11 de
Marzo.
En la gran Revolución
Francesa, tal como en las Revoluciones Rusas de Febrero y Octubre de 1917, la
victoria pasó a ser posible cuando la relación de fuerzas se modificó en
beneficio de las masas populares y de sus vanguardias.
En Francia y en la
URSS ocurrieron situaciones semejantes
en el Termidor y el golpe Yeltsin-Gorbachov cuando el cambio de la relación de fuerzas viabilizó
el éxito de la contrarrevolución.
Factores subjetivos
son a veces determinantes para la súbita alteración de la relación de fuerzas.
¿Si la Alianza
Pueblo-MFA hubiese sobrevivido, garantizando la continuidad de la revolución
democrática y nacional, acaso Portugal podría haber llegado a la meta definida
por la Constitución de un régimen socialista?
No lo creo. Es mi
convicción que el rumbo de la Historia en Europa después de la desintegración
de la Unión Soviética imprimiría un carácter romántico a esa aspiración. La desaparición
de la URSS cambió drásticamente el equilibrio de poderes pre-existente. Lo que
ocurrió en Asia –invasiones de Afganistán e Iraq– demuestra que en el nuevo
contexto mundial hegemonizado por
Washington, los EEUU y sus aliados de la OTAN no permitirían la instalación en
Portugal de un Estado socialista. Desaparecida la Unión Soviética, la
intervención militar extranjera sería inevitable.
Sin embargo, las
interrogantes sin respuesta sobre el
eventual rumbo de Portugal si la contrarrevolución hubiera fracasado no
disminuyen la responsabilidad frente a la Historia de los políticos que han
contribuido decisivamente para abrirle paso.
Para Álvaro Cunhal y
Vasco Gonçalves el principal sujeto de la contrarrevolución portuguesa fue Mario
Soares. Me identifico con esa opinión.
__
Alvaro
Cunhal, Obras Escolhidas V.1974-75,Edições Avante, Junho de 2014
A RESPONSABILIDADE DE MÁRIO SOARES NA CONTRAREVOLUÇÃO DO CAPITAL
Por Miguel Urbano Rodrigues
Os textos enfeixados no V Tomo das
Obras Escolhidas de Álvaro Cunhal* iluminam com clareza acontecimentos que
assinalaram o fim da fase criadora da Revolução Portuguesa e o início da
contrarrevolução que recolocou no poder as forças políticas controladas pelo
grande capital e o imperialismo.
A ocultação da História profunda tem
sido na maioria das nossas universidades e escolas secundárias um objetivo de
sucessivos governos de direita.
A leitura destes discursos,
intervenções e entrevistas do secretário-geral do PCP contribuirá para que
milhares de jovens rompam a cortina de ignorância que envolve hoje o 25 de
Abril e reflitam sobre as circunstâncias e os atos dos protagonistas da mudança
de rumo que travou a revolução democrática e nacional e conduziu Portugal, de
tombo em tombo, à atual crise e à situação semicolonial em que se encontra.
A luta de classes, que explodiu nas
jornadas em que se formou a aliança Povo-MFA, foi permanente desde então,
intensificando-se apos a intentona do 25 de Setembro e a abortada tentativa
golpista do 11 de Março.
A grande vaga das nacionalizações, o
controlo operário e as lutas que precederam no Alentejo a arrancada para a
Reforma Agrária alarmaram o Partido Socialista.
A ausência de liberdades em amplas
regiões do país permitiu que o P S obtivesse nas eleições para a Constituinte
uma grande votação que encorajou os seus dirigentes a engavetar o programa do
partido, envolver-se em conspirações, e finalmente, sair do IV Governo
Provisório para, em aliança com o PPD e outas forças reacionárias, criarem
condições para o início da contrarrevolução.
A VIRAGEM À DIREITA DO PS
A viragem a direita do PS alterou o
quadro revolucionário. Esboçada no final de 1974 na sua oposição à unicidade
sindical e em manobras conspirativas com Spínola para impedir a independência
de Angola, ganhou transparência apos o 11 de Março e concretizou-se em 17 de
Julho de 1975 quando os ministros socialistas abandonaram o IV Governo
Provisório de Vasco Gonçalves. Dias antes, Mário Soares protestara com
veemência contra a aprovação do Documento Guia da Aliança Povo-MFA.
A relação de forças, que até então fora
favorável ao avanço do processo revolucionário, alterou-se profundamente.
A vaga de
assaltos a centros de trabalho do PCP, iniciada com a destruição do centro de
Rio Maior, a 16 de Julho, estimulada por quadros do PPD, coincidiu com a
campanha do PS que exigia a demissão de Vasco Gonçalves e com a crise do MFA,
inocultável a partir da divulgação do chamado «Documento dos Nove».
A 19 de Julho num comício na Alameda
Afonso Henriques, Mário Soares exigiu com arrogância, contando com o apoio
entusiástico do PPD, o afastamento do general Vasco Gonçalves.
Para as gerações que nasceram após o 25
de Abril, o conteúdo deste V Tomo das Obras Escolhidas de Álvaro Cunhal não é
apenas uma lição de História. Permite ao leitor movimentar-se no cenário de um
período dramático, acompanhar quase dia a dia a evolução da ofensiva conjunta
do PS e do PPD, acompanhar a marcha da conspiração liderada por Mário Soares.
Nas semanas em que a crise se
desenvolve rumo a um desfecho ainda imprevisível, o narrador desce às raízes da
crise, informa, explica, interpreta, analisa alternativas.
O ponto de partida é a sua intervenção
na reunião plenária do Comité Central no dia 10 de Agosto de l975. Com
limpidez, esclareceu que ao galopar pela
estrada do anticomunismo aberta pelo PS, a contra revolução passara ao ataque
desfraldando as suas bandeiras.
A ofensiva do PS rompera a unidade do
MFA. Dividido em três tendências que se contradiziam, o Movimento seguia à
deriva com o Conselho da Revolução paralisado.
Foi o fim da Aliança Povo -MFA.
Na abordagem das tarefas políticas
prioritárias e urgentes, Álvaro Cunhal lembrou que o PCP, empenhado na luta
pela instauração de um regime caracterizado pelas mais amplas liberdades, era
alvo de uma campanha de calúnias abjeta, o que se refletia «na tolerância, na
condescendência, na passividade e por vezes até na colaboração de certos
destacamentos militares com os fascistas, com os reacionários nos assaltos às
sedes do Partido».
Consciente da necessidade de «evitar um
confronto entre forças que irá enfraquecer no conjunto o movimento
revolucionário português» advertia contra a tendência para o sectarismo. Era um
erro ver em militares moderados e nos que os apoiavam gente perdida para o
processo revolucionário.
No auge da crise, discursando no
Pavilhão dos Desportos, afirmou que o movimento popular sem os militares não
poderia construir o novo Portugal democrático, nem os militares sem o
movimento.
A 6 de Setembro, apos a demissão do V
Governo Provisório, que perdera o apoio da maioria do MFA, a situação politica
e militar deteriorou-se rapidamente.
O governo de Pinheiro de Azevedo surgiu
como mal menor. A «alternativa - como sublinhou Álvaro Cunhal - não era um
governo revolucionário nem um governo com uma posição semelhante à do V Governo
Provisório, a alternativa seria a formação a curto prazo dum governo mais à
direita, apoiado em forças conservadoras e reacionárias».
O DISCURSO DE 7 DEZEMBRO DE 1975
O discurso pronunciado por Álvaro
Cunhal no comício do Campo Pequeno no dia 7 de Dezembro de l975 ficará na
História como um dos mais belos e lúcidos documentos revolucionários do
dirigente comunista.
O 25 de Novembro, escancarando a porta
à contrarrevolução, tinha provocado desalento e alguma desorientação em amplos
sectores das forças progressistas.
Para se defender Abril, «no momento
grave que se vive, num momento em que continuam a efetuar-se prisões e
saneamentos em massa à esquerda – são palavras suas-, em vez de recriminações,
em vez da resposta polemica e violenta a todos os que pelas suas alianças à
direita abriram as portas à reação, nós apelamos para todas as forças e setores
militares e políticos, para todos os homens e mulheres que querem que o nosso
povo viva em liberdade, para que se unam ante o perigo maior que espreita, não
só este ou aquele partido, mas a todo o nosso povo: o perigo do fascismo».
Fica transparente que o PCP «se opôs
sistematicamente a uma política que conduzisse à guerra».
Na parte final do discurso, o
secretário-geral do PCP sublinhou que os trágicos acontecimentos do 25 de
Novembro, pelas lições a extrair deles e pelos perigos imediatos criavam,
paradoxalmente, «condições novas para a unidade das forças interessadas na
salvaguarda das liberdades, da democracia, da revolução». E, dirigindo-se ao
grande coletivo partidário, enunciou os objetivos políticos a atingir a curto e
médio prazo em defesa e aprofundamento das conquistas de Abril e exortou os
militantes a empenhar-se com confiança e tenacidade nas tarefas
revolucionárias.
O PCP- afirmou a terminar- «fazendo
frente aos temporais, luta e lutará sempre e sempre pela liberdade, pela
liquidação da exploração capitalista, pela vitória do socialismo em Portugal. O
PCP é o Partido da verdade, é o Partido da Esperança. O PCP tudo fará para
estar à altura da confiança que nele depositam a classe operária e as amplas
massas populares».
PERGUNTAS SEM RESPOSTA E UMA CONCLUSÃO
Transcorridas quase quatro décadas da
jornada sombria do 25 de Novembro, que assinalou o fecho da saga revolucionária
de Abril, já é possível refletir sem paixão sobre a rutura da Aliança Povo-MFA,
a viragem à direita do PS e as situações que precederam a vitória eleitoral que
levou ao governo Sá Carneiro, então o líder das forças reacionárias, empenhadas
na restauração plena do capitalismo, seriamente golpeado durante os governos de
Vasco Gonçalves.
O general Vasco Gonçalves na entrevista-livro
de Maria Manuela Cruzeiro afirma que na sua opinião o MFA nunca foi um
movimento revolucionário. Essa ilusão teve vida brevíssima após o 11 de Março.
O general viu no MFA desde o início uma
amálgama de tendências unidas pela decisão de pôr termo à guerra colonial, das
quais apenas uma minoria tinha uma perspetival revolucionária.
Essa realidade ajuda a compreender as
divisões que no verão de 1975 abriram caminho ao 25 de Novembro.
Álvaro Cunhal no seu livro «A Verdade a
Mentira na Revolução de Abril - a Contra Revolução Confessa-se» revela aspetos
pouco conhecidos da montagem da contra revolução e desmascara, recorrendo a
documentação irrefutável, a intervenção nela de destacadas personalidades do
PS.
Ambos coincidem em atribuir a Mário
Soares um papel decisivo na criação de condições para acontecimentos que
inverteram o rumo do processo revolucionário, estimularam a contra revolução
legislativa, destruíram conquistas de Abril, favoreceram a escalada de
privatizações e, finalmente, permitiram a retomada do poder político e
económico pelo grande capital.
Mas não é possível responder com rigor
a questões que foram determinantes para a viragem histórica do ano 75.
Sabemos que a viragem à direita do PS
foi o factor chave na mudança da relação de forças.
Em poucos dias ela alterou-se
dramaticamente. Teria sido possível evitar os conflitos no MFA e o seu
afastamento do movimento popular?
O longo e nefasto Consulado de Cavaco
Silva era inevitável ou poderia não ter ocorrido se Ramalho Eanes não tivesse
dissolvido um parlamento no qual a direita era minoritária?
Essas e outras perguntas são
repetidamente formuladas nos debates sobre a mudança da relação de forças que
deteve o avanço da Revolução Portuguesa. E conduzem a uma cujas respostas não
suscitam consenso: era inevitável a contrarrevolução do ano 75?
Toda a revolução gera desde o início
sementes de uma contrarrevolução. A portuguesa não foi exceção.
O projeto da contrarrevolução é
identificável na tentativa de golpe de Palma Carlos, na manobra spinolista da
«maioria silenciosa», na intentona do 11 de Março.
Na grande revolução francesa, como nas
revoluções russas de Fevereiro e Outubro de 1917, a vitória tornou-se possível
quando a relação de forças se alterou em benefício das massas populares e das
suas vanguardas. E na França e na URSS, no Termidor e no golpe de
Ieltsin-Gorbatchov, ocorreram situações semelhantes. Em ambos os casos, a
mudança da relação de forças tornou possível o êxito da contrarrevolução.
Fatores subjetivos são por vezes determinantes para a súbita inversão da
relação de forças.
Se a aliança Povo-MFA tivesse
sobrevivido, garantindo o avanço da revolução democrática e nacional, poderia
Portugal atingir a meta fixada pela Constituição: um regime socialista?
Não creio. É minha convicção que o rumo
que a História tomou na Europa após a derrocada da União Soviética tornaria
romântica essa esperança. A desagregação da URSS rompeu o equilíbrio de poderes
pré-existente. O que aconteceu na Ásia - invasões do Iraque e do Afeganistão -
demonstra que, no novo contexto mundial, os EUA e os seus aliados da NATO não permitiriam a existência em Portugal de
um estado socialista. Desaparecida a URSS, a intervenção militar estrangeira
seria inevitável.
Mas as interrogações sem resposta sobre
o eventual rumo de Portugal se a contrarrevolução tivesse fracassado não
diminuem a responsabilidade perante a História daqueles que contribuíram
decisivamente para lhe abrir o caminho.
Para Álvaro Cunhal e Vasco Gonçalves, o
principal sujeito da contrarrevolução portuguesa foi Mário Soares.
Identifico-me com essa conclusão.
___
*Álvaro Cunhal, Obras Escolhidas-V,
1974-1975, Edições Avante! Junho de 2014
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