Busto de la estatua colosal de Constantino, fundador del Catolicismo, en la Basílica Nova de Roma (Museos Capitolinos). Wikipedia.
21/08/2014
Cristianismo
- historia, mitos y leyendas
Apoyando a los opresores contra los oprimidos, asumiendo los intereses de los poderosos, la iglesia negó el mensaje y el pensamiento de Jesús
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Releyendo Os
Primeiros Cristãos, Páginas de Historia, de Irina Sventsitskaia,*
medité durante días sobre la milenaria búsqueda de dios por el hombre. Fue tan
intensa esa reflexión que dediqué las últimas semanas a releer el Antiguo
Testamento y el Nuevo Testamento.
Había
leído el ensayo de la historiadora soviética cuando fue editado en Portugal
hace un cuarto de siglo; pero entonces no le presté la atención que merecía.
En su
importante trabajo Irina Sventistskaia se ocupa de mitos y leyendas que
surgieron en Occidente sobre los primeros cristianos.
Su
estudio comparativo de los llamados Evangelios Sinópticos o Canónicos (Marcos,
Mateo, Lucas y Juan) sacralizados por la Iglesia y de los apócrifos (Pedro,
Tomé, Tiago, Filipe, André y otros) no reconocidos por Roma, así como de las
Epístolas de Pablo y sentencias de muchos profetas hebreos, sigue actualísimo.
La autora subraya que la dificultad de reconstruir la prédica inicial de la
doctrina de Jesús depende mucho de las fuentes conocidas, pero también de
disputas y conflictos antes que la Iglesia elaborara sus dogmas.
Irina
alerta sobre el significado de la absorción por el cristianismo primitivo de
múltiples concepciones religiosas y éticas ampliamente difundidas en el espacio
del imperio Romano.
Décadas
después de la muerte de Jesús, el cristianismo propagado por sus discípulos y
apóstoles se había difundido ampliamente en Oriente cuando los evangelios
canónicos empezaron a ser escritos. Pero entonces ya generaban polémicas las
contradicciones y omisiones de los textos sinópticos relativos a las
actividades y prédicas de Jesús.
En lo
fundamental los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas coinciden. Sin embargo,
Marcos es omiso sobre el nacimiento del Mesías y la virginidad de la madre.
Mateo y Lucas atribuyen al carpintero José, el padre, una genealogía que lo
hace descendiente de David. Hay que recordar que según la religión hebraica el
Mesías seria de la estirpe del rey David. Marcos cita los nombres de cuatro
hermanos de Jesús: Tiago, José, Simón y Judas.
Según
Marcos, Mateo y Lucas, la Galilea fue el escenario principal de la prédica de
Jesús; para Juan, el Mesías predicó sobretodo en Judea.
La
temática de la esencia de Jesús –humana o divina, o las dos- generó incontables
polémicas, originando escisiones que dividieron a los primitivos cristianos.
Los nestorianos, que han introducido el cristianismo en Iraq, Irán, Asia
Central y en el Extremo Oriente atribuyen a Jesús (el Mesías, o sea Cristo) dos
naturalezas, la humana y la divina, que se fundían. Pero los monofisitas, que
influenciaron mucho las iglesias de Armenia y Georgia y la copta de Egipto,
definían su naturaleza como una e indivisible.
El
dogma de la Santísima Trinidad (unidad de dios en el padre, el hijo y el
espíritu santo), impuesto en 381 por el Concilio de Constantinopla, no puso fin
a las disputas sobre el nacimiento de Jesús.
Para
muchos, María concibió a Jesús por la intervención del espíritu santo, sin
relación sexual. Los hermanos del niño serian hijos de una compañera anterior
de José. Según otros, esos hermanos eran en realidad primos.
Las
cuestiones lingüísticas influyeron en las polémicas entre cristianos. Jesús
pregonó en arameo, el idioma hablado en Palestina (el hebreo era solamente una
lengua religiosa) y los evangelios sinópticos, según la mayoría de los
historiadores, fueron redactados en griego. Discrepancias insanables serían
resultantes de las traducciones.
Las
sentencias de Jesús, sus discursos y prédicas también difieren de evangelio a
evangelio, tal como el papel del romano Poncio Pilatos, del rey Herodes y del
sacerdote Caifás en los acontecimientos que precedieron a la crucifixión del
Mesías.
Los
historiadores romanos escribieron poco sobre Jesús y su martirio.
Fue solamente cuando esa religión desconocida llegó a Roma que mereció su atención para condenarla.
Los
judíos la exorcizaron. Para Celso, un filósofo del siglo II, María era una
hilandera ignorante y el padre de Jesús no fue el carpintero José si no el
amante de la falsa inmaculada, un soldado romano, desertor.
Tampoco
existe unanimidad sobre la motivación del emperador Constantino para conceder
protección a los cristianos antes de oficializar su religión. La mayoría admite
que tomó esa decisión por haber comprendido que la organización religiosa de
los cristianos, entonces ya numerosos, le podía proporcionar un apoyo político
más importante que lo de los sacerdotes del panteón greco-romano.
De ser
así no se equivocó.
De
perseguida, la cristiandad pasó a perseguidora cuando fue nombrada religión
oficial. Empezó inmediatamente a dirigirse al emperador y al aparato de Estado
para resolver sus problemas internos y punir a los adeptos de otras religiones.
Un
ejemplo: los obispos de Galia, reunidos en Arles, en el siglo IV, amenazaron de
excomunión a los cristianos que desertasen del ejército imperial.
Simultáneamente,
la iglesia ortodoxa de Constantinopla, que se autotitulaba entonces «universal»
declaró heréticas a todas las religiones cristianas que no aceptaran sus
dogmas.
En
contra de las convicciones comunes, la formación de la jerarquía de la Iglesia
fue muy lenta. Inicialmente, los obispos (en ese tiempo llamados presbíteros)
no tenían funciones religiosas, eran meros funcionarios administrativos, sin
poder sobre los feligreses. Podían incluso casarse. Los apóstoles, con la
excepción de Juan, fueron todos casados. El celibato solamente fue impuesto en
la iglesia católica después del Concilio de Trento, en el siglo XVI.
Pablo
contribuyó decisivamente al ascenso de los obispos. En sus epístolas repetía
que la gracia de los apóstoles pasaba a los obispos. Los cristianos debían
seguirlos «como ovejas».
La
tradición cristiana hace remontar la sucesión de los obispos al apóstol Pedro.
Pero se trata de una no verdad. Los nombres de los primeros obispos son falsos.
Fue ya en el cuadro de divergencias con la Iglesia Ortodoxa de Bizancio que
tuvo inicio la tradición de que el Papa, jefe de la cristiandad católica, sea
el obispo de Roma.
Irina
afirma que la posición de Jesús ante la riqueza y la pobreza fue enmarcada por
muchas contradicciones. Dirigiéndose sobre todo a los pobres, repitió
insistentemente que era difícil a un rico entrar en el reino de los cielos.
Pero la renuncia a la riqueza le aparecía solo como un medio para recibir la
recompensa del Señor. Sin embargo, nunca la condenó explícitamente, ni el
sometimiento a un poder extranjero. Su célebre respuesta a una pregunta sobre
el pago del tributo a Roma- dad al César lo que es de César y a dios lo que es
de dios –continua suscitando controversia; incomoda a los cristianos.
Igualmente
incómoda para la cristiandad es también la tentación que Jesús sintió en el
desierto. Como profeta podía sentir tentaciones, pero no como ser divino.
La
actitud de Jesús frente a la religión mosaica
(pre judaísmo) fue también ambigua. Su conflicto con los sacerdotes del Templo
no pudo apagar su respeto por algunos rituales hebreos. Su herencia judía
emerge de una sentencia famosa encontrada en un papiro: «si no guardares el
sábado no verás al padre». La ruptura total del cristianismo con el judaísmo
fue posterior a las epístolas de Pablo.
En lo
que concierne al culto mariano se olvida que surgió como fenómeno tardío a
fines del siglo IV.
En
el Nuevo Testamento son escasas las informaciones sobre la
madre de Jesús. Los primeros cristianos le han prestado atención mínima. En las
Epístolas de Pablo ni siquiera es mencionada. Fueron los evangelios apócrifos
los que han difundido la imagen legendaria de la Virgen María.
El
llamado Evangelio de los Hebreos atribuye a Jesús una
afirmación polémica: «El espíritu santo es mi madre». Pero en las parábolas,
metáforas y alegorías de Jesús no hay referencias a María.
El
culto de María fue instituido por la Iglesia a partir del fin del siglo IV,
pero la «inmaculada» solamente fue reconocida oficialmente como «madre de dios»
en 431; las fiestas en su honor han sido introducidas bastante más tarde,
coincidiendo con fechas de fiestas paganas. Con el tiempo el culto mariano
adquirió una expansión impresionante. Hoy la Virgen María es adorada en decenas
de países con nombres diferentes. En Portugal tenemos, entre otras, la
milagrera Nuestra Señora de Fátima.
Los
manuscritos gnósticos encontrados en Egipto después de la segunda guerra
mundial fueron considerados heréticos por las Iglesias católica y ortodoxa y
por diferentes iglesias protestantes, pero dejaron huellas en la dogmática
cristiana abriendo nuevas polémicas sobre la vida y mensajes de Jesús.
Irina
Svenstskaia enunció una evidencia al afirmar que nunca existió una doctrina
cristiana única y armoniosa y que los cristianos discutieron permanentemente
unos con los otros sobre los dogmas, la ética y los rituales de su religión,
divergiendo incluso sobre el nacimiento y la muerte de Jesús, el Mesías.
El
lucido ensayo de Irina nos hace recordar que el cristianismo fue creado por
«hombres que pretendían encontrar una salida ilusoria para el impasse sociopsicológico»
en que se encontraba la sociedad arcaica de Palestina.
Fueron
los arquitectos de una religión que tuvo influencia decisiva en el rumbo de la
humanidad. Pero su ambiciosa meta no podía ser alcanzada.
Transcurridos
20 siglos el balance de la participación de la Iglesia como institución –
especialmente la católica- es muy negativo. Apoyando a los opresores contra los
oprimidos, asumiendo los intereses de los poderosos, sobretodo el alto clero,
negó el mensaje y el pensamiento de Jesús.
Vila
Nova de Gaia, 20 de Agosto de 2014
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*Os
Primeiros Cristãos-Páginas de História, Irina Sventsiskaia, Editorial
Caminho, 315 págs., Lisboa, Fevereiro de 1990.
La
Haine
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