Premio Libertador
Juan J. Paz y Miño Cepeda
EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 30 de junio de 2014
La semana pasada fui invitado a
Caracas para participar, como jurado calificador, en el IX Premio Libertador al
Pensamiento Crítico, que otorga el Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, de la República Bolivariana de Venezuela. Bajo la coordinación de
Carmen Bohórquez, historiadora y diputada de la Asamblea Nacional, los otros
miembros del jurado fueron: Gianni Vattimo, filósofo italiano; Manuel Cabieses,
periodista y comunicador chileno; y los venezolanos Alba Carosio, socióloga y
Mario Sanoja, antropólogo y arqueólogo.
Se presentaron 48 obras, de autores
pertenecientes a 17 países, aunque predominaron los intelectuales
latinoamericanos. En el transcurso de las deliberaciones del jurado, fueron
escogidas las obras más significativas, precisamente por su aporte al
pensamiento crítico contemporáneo. Decidimos otorgar el premio a la reconocida
profesora chilena Marta Harnecker, por su obra Un mundo a construir, que
destaca por su análisis de actualidad, la prospectiva del mismo y sus
innovadoras propuestas para una nueva sociedad, en la que juegan un papel
fundamental las comunas. Sin duda, el premio también reconoce su trayectoria
académica y su compromiso social y político.
Además, el jurado otorgó cinco
menciones de honor a las siguientes obras: El capitalismo contemporáneo, de
Samir Amin; Tratado de métodos de análisis de los sistemas económicos.
Mundialización capitalista y crisis sistémica, de Luciano Vasapollo; Fetichismo
y poder en el pensamiento de Karl Marx, de Néstor Kohan; Los 7 pecados de Hugo
Chávez, de Michel Collon; y Terrorismo mediático. La construcción social del
miedo en México, de Carlos Fazio.
Todas las obras señaladas (y una
veintena más de muy buenos trabajos) reflejan el vigor del pensamiento crítico
y particularmente del latinoamericano. En varios países de nuestra región se
difunden libros que cuestionan seriamente las fundamentaciones y tesis
generadas en los países hegemónicos de capitalismo central, al mismo tiempo que
aportan, en forma innovadora, al conocimiento de las realidades contemporáneas.
Sin embargo, cabe señalar que
Ecuador vive una época de crisis en sus ciencias sociales, no solo por la
escasa producción, sino, sobre todo, porque predominan los artículos de
coyuntura y algunos libros que expresan opiniones y criterios de tipo personal,
más que ser trabajos teóricamente bien fundamentados y rigurosamente
sustentados en investigación con fuentes, datos y razonamientos objetivos.
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