Conjura mediática contra Venezuela
Luis Britto García
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Pues qué les parece, Estados Unidos
necesita confiscar la mayor reserva de hidrocarburos del mundo, que está en
Venezuela, y contra ella inmediatamente inician demoledora campaña los siete
consorcios que dominan la comunicación global y los monopolios periodísticos
latinoamericanos GDA (Grupo de Diarios
de las Américas) ANDIARIOS (Asociación de Editores de Diarios y Medios
Informativos) y PAL (Grupo Periódicos Asociados Latinoamericanos). Ochenta
cotidianos se comprometen a publicar al menos una página diaria contra
Venezuela. Mienten que el gobierno
venezolano no es democrático, y que pasajeros atentados de terrorismo fascista
en sólo 19 de 335 municipios representan la voluntad de la población. Mienten
que situaciones de represión fotografiadas en Grecia o España ocurrieron en Caracas; que no hay
libertad de expresión en un país donde los periódicos afirman en primera plana
todos los días que no la hay y aseveran que es dictatorial un gobierno
democráticamente electo que permite que todos los medios lo tilden de tiranía.
También dijeron los medios que la guerra de Vietnam era justa y Estados Unidos
la estaba ganando, y ya ven lo que pasó...
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Los medios privados venezolanos en
su mayoría replican esas falacias, y los internacionales amplifican idénticos
infundios. Resulta así que Venezuela,
como todo país que intenta un cambio social, está sometida a doble conjura mediática, internacional y
nacional. No nos cansaremos demostrando una vez más lo evidente, vale más preguntarnos qué hacer. Decían los
estoicos que no había que preocuparse de lo que no podemos cambiar. El patrón
agresivo de los cinco megamonopolios de la comunicación y de los medios
reaccionarios latinoamericanos sólo variará si entregamos la soberanía al Fondo
Monetario Internacional, cedemos la industria de los hidrocarburos a Estados
Unidos y admitimos bases militares estadounidenses. Vale decir, si accedemos a
nuestra aniquilación. Mejor que sigan aullando. Se puede, sin embargo, crear
redes alternativas informáticas o de prensa que divulguen la verdad al mundo.
Cada misión diplomática venezolana debería ser al mismo tiempo un agente
difusor, particularmente las acreditadas ante la ONU, la OEA, el Alba, Celac, Unasur,
Mercosur, los países del BRIC, los No Alineados y Estados Unidos. Movimientos
insurgentes de la más diversa índole
mantienen así la presencia de su causa ¿No podrá hacerlo uno que esté en el
poder?
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Repetimos que operan en Venezuela
2.896 medios, de los cuales sólo 3,22% son de servicio público 20,76% son
comunitarios, y el 65,18%, unos 2.332,
privados y casi unánimemente opositores. Los medios comunitarios son de
poco alcance y efímeros. En cuanto a los
canales de difusión, la derecha opositora detenta una brutal hegemonía. ¿Por
qué, en tal situación de inferioridad, el bolivarianismo ha ganado 18 de 19
consultas electorales? Gracias a su mensaje, que postula democracia contra
dictadura patronal, fraternidad contra racismo, solidaridad contra discriminación,
patriotismo contra entreguismo, paz contra violencia golpista y terrorista,
y educación, salud y asistencia social
para todos y gratuitas. Hay que insistir en este mensaje ganador, clarificarlo
y hacerlo todavía más veraz y persuasivo.
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¿Cómo? Repetimos que la comunicación
revolucionaria debe innovar en el fondo y en la forma. Que debe funcionar como
sistema educativo que transmita conocimiento, ciencia, valores, solidaridad,
productividad e identidad. Que no debe repetir las torpezas, miserias y
agresiones al público de los medios de la derecha, tales como la interrupción
maniática, la cuña machacona, la saturación de la pantalla de inserciones que
impiden seguir el mensaje. Que no debe propagar las calumnias y mentiras de la
reacción, ni prestar relieve o resonancia a figuras insignificantes polemizando
con ellas o mencionándolas en forma saturativa. Que debe ser fuente continua de
datos concretos, objetivos, oportunos y actualizados sobre la realidad. Que no
debe imitar a la derecha en la creencia de que figuración mediática sustituye
trabajo político. Que debe emplear a fondo los formatos consagrados, tales como
la telenovela, el programa humorístico, el reportaje investigativo. Que debe
experimentar creativamente con medios tales como el cómic, la fotonovela, el
grafito, las redes sociales, los espectáculos de calle y la fiesta popular. Que
no debe recoger las sobras y nulidades que la derecha desecha. Que debe utilizar a plenitud el magnífico equipo
de pensadores y creadores que apoyan a la revolución. Que no debe negar los
medios a sus propios comunicadores estrellas.
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Guerra avisada no mata soldado, pero
la oligarquía mediática del mundo nos declara la guerra y continuamos con
nuestras comunicaciones en manos de ella. De igual manera Petróleos de
Venezuela S.A. entregó su corazón informático a Intesa, empresa de SAIC que a
su vez pertenece al Departamento de Estado. Apenas comenzamos a cambiar los
programas de nuestra Administración al formato libre. Las redes sociales y
correos electrónicos que usamos están sujetos al espionaje de la NSA y otras
agencias; una decisión externa podría dejarnos incomunicados o introducir
mensajes falsificados. Los portales venezolanos están sometidos a constante
ataque de hackers y espías. Imposible resistir al adversario con armas que éste
controla y puede retirarnos en cualquier momento. Debemos generar nuestros propios programas y
redes.
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La agenda de agresión mediática
contra el gobierno democrático se centra en dos temas:
La Inseguridad, y la Escasez. Sobre
la Inseguridad hemos repetido hasta la saciedad que es una operación de Guerra
Psicológica que el adversario adelanta desde 2009, cuando utilizó una encuesta de “Percepción” de la
Inseguridad que nos asignaría una tasa de 75,08 homicidios por cien mil
habitantes. Desde entonces he denunciado las inconsistencias de dicha Encuesta.
El ministro de Interior y Justicia Miguel Rodríguez Torres reveló en diciembre
de 2013 las verdaderas cifras, fundadas en el conteo de cuerpos del delito y no
en “percepciones”: 39 homicidios por 100.000 habitantes, casi la mitad de los
que alega la oposición. Reciente encuesta de ICS sitúa la Inseguridad como el
peor problema del país, con el 64,1 % de respuestas. Esta manera de ver las
cosas está fundada, como vemos, en una falsedad que urge desbaratar. No hemos
percibido mayor interés de los medios bolivarianos en desmontarle a la
oposición su siniestra agenda de terrorismo sicológico, a pesar de que ya
tienen las herramientas estadísticas y mediáticas para hacerlo.
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El sector privado opositor culpa al
gobierno de la Escasez, a pesar de que los negociantes obtuvieron del Estado
según el presidente Maduro unos 60.000 millones de dólares preferenciales para
importar bienes esenciales, y los fugaron aplicándolos a importaciones
fantasmas de empresas de maletín. En el juego de la Escasez hay compras
nerviosas incentivadas por los medios, estratégicas desapariciones y
reapariciones de productos, especulaciones ultra usurarias con los precios. No
parece tampoco el sector público haber desarrollado una campaña para sindicar a
los verdaderos culpables de la escasez. Dentro de ellos, quienes alegremente
otorgaron esa catarata de dólares preferenciales sin exigir garantías de fiel
cumplimiento de las importaciones ofrecidas ni prueba de la solvencia de los
favorecidos; quienes retardan las sanciones y confiscaciones del caso, quienes
postergan el paso trascendente de asumir directamente las importaciones para no
depender de una oligarquía que las [puede] utilizar para asesinar al proyecto
socialista.
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Factor determinante de la escasez,
también según el presidente Maduro, sería el contrabando de extracción en el
cual desaparece por nuestra fronteras el 40% de lo que se importa o produce en
el país. ¿Cómo puede ser una frontera tan permeable? ¿La responsabilidad
compete sólo a los contrabandistas? ¿La comparten quienes no la controlan?
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En fin, conjuras mediáticas, Guerras
Sicológicas centradas en la Inseguridad, Desabastecimientos Estratégicos costeados
con dólares preferenciales son sólo excusas elaboradas para el Golpe de Estado
o la Intervención Extranjera. Ambas son posibilidades certeras, que no dependen
de nuestra voluntad ¿Cómo nos preparamos para lo uno o lo otro? En ambos casos,
deberemos iniciar una Guerra de Resistencia, en la cual los armamentos
convencionales serán rápidamente descartados y deberemos improvisar nuevos
estilos y herramientas de lucha. Es exactamente lo que debemos desde ya
realizar en la desigual contienda mediática.
Contra superioridad de medios de la
derecha, guerrilla mediática: contra
mentira oligárquica, verdad inteligente; contra fórmula prefabricada, invención
creativa. Pero disponemos de dos satélites de comunicaciones ¿Cuándo los
utilizaremos a plenitud?
Cortesía de Rosa C Báez
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