Nuevo
Código Laboral (I)
Juan
J. Paz y Miño Cepeda
EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 12 de mayo de 2014
En 1830 Ecuador se separó de la Gran
Colombia para formar un Estado soberano e independiente. Desde ese
año, hasta 1929, es decir durante el “siglo XIX-histórico”, en el cual tuvo
vigencia el régimen oligárquico-terrateniente, rigieron en el país 12
Constituciones. Muy lentamente se avanzó en la exclusiva conquista de los
derechos individuales de carácter civil y político, que prácticamente solo
tuvieron su efectiva expresión en las Constituciones de 1897 y 1906, ambas nacidas
a raíz del triunfo de la Revolución Liberal (1895).
La Constitución de 1929, que concretó los ideales políticos de la Revolución Juliana (1925), fue la primera en proclamar los derechos sociales, que inauguraron el “siglo XX-histórico”. Esta Constitución reconoció el habeas corpus, la atención sobre salud pública, la protección especial a la “raza india”, el voto femenino, el trabajo de la mujer así como el de los niños; consagró el principio pro-operario, el contrato individual, jornada máxima, salario mínimo, descanso obligatorio, sindicalización, indemnizaciones laborales, huelgas y paros, tribunales de conciliación y arbitraje.
La Constitución “juliana” de 1929 respondió al incipiente ascenso de las clases trabajadoras en Ecuador, era el signo de los nuevos tiempos históricos en los que avanzaban los ideales socialistas; y reflejó la nueva conciencia, que apenas despertaba en el país, para modernizar las relaciones laborales hasta ese momento dominadas por las formas serviles y precarias del trabajo, a fin de introducir relaciones basadas en el trabajo asalariado y el acuerdo entre empresarios y trabajadores (contrato individual), sujeto a la protección estatal precisamente a los trabajadores.
Prácticamente una década más tarde, en 1938 se expidió en Ecuador el primer Código del Trabajo, que recogió los principios ya proclamados por la Constitución de 1929 y avanzó en la regulación concreta de las relaciones entre empresarios y trabajadores.
Desde entonces, el Código del Trabajo ha sufrido numerosas reformas y actualizaciones de principios e instituciones laborales. Y hoy, el gobierno del presidente Rafael Correa ha propuesto la adopción de un nuevo “Código Orgánico de Relaciones Laborales”, que está en discusión y tendrá que aprobarlo la Asamblea Nacional. Con él se pretende abrir una nueva “era” en las regulaciones sobre el trabajo, que supone concretar aquella idea gubernamental de que el ser humano es el que debe estar por encima del capital.
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