El «escudo» de la nueva guerra fría
por Manlio
Dinucci
Washington
está utilizando a su favor la deuda de Ucrania. Lo que está haciendo
es empujar a los europeos a separarse de Rusia en el plano
económico y ya les está imponiendo además una ampliación de su cobertura
en materia de misiles. Mientras los europeos se concentran en la narración
de los hechos tal y como la OTAN los presenta –o sea hablando de la
supuesta «anexión de Crimea»– la alianza atlántica despliega
discretamente el dispositivo imperial.
RED
VOLTAIRE | ROMA (ITALIA) | 21 DE MARZO DE 2014
Visita
relámpago del vicepresidente Joe Biden en Estonia para garantizar que,
ante la «descarada incursión militar rusa» en Ucrania –país
decidido a instaurar «un gobierno al servicio del pueblo», lo cual
garantizan los neonazis [1]
que llegaron al poder gracias al golpe de Estado del nuevo Gladio [2]–
Estados Unidos reafirma su inquebrantable compromiso de someterse al
artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte en materia de «defensa
colectiva».
Como
Ucrania es actualmente miembro de facto –pero no de jure–
de la OTAN, existe al menos el «¬no artículo 5» que compromete
a los países miembros de la alianza atlántica a la «realización
operaciones de respuesta a las crisis no previstas en el artículo 5».
Eso fue lo que se hizo, con la cooperación del gobierno [italiano]
de Alema durante la guerra de la OTAN contra Yugoslavia –en 1999–,
al igual que con las guerras desatadas contra Afganistán, Libia y Siria.
Para
que «la OTAN salga de la crisis más fuerte que nunca»,
Estados Unidos reafirma su compromiso con la «defensa misilística»
de Europa.
Sin
embargo, al vincular la crisis ucraniana con la «defensa misilística»,
Joe Biden muestra involuntariamente en qué consiste su verdadero juego.
Washington
siempre afirmó que el «escudo» estadounidense en Europa no estaba
dirigido contra Rusia sino contra la amenaza de los misiles iraníes. Pero
Moscú siempre consideró, al contrario, el escudo antimisiles
estadounidense como un intento de obtener una ventaja estratégica decisiva ante
Rusia: o sea, al contar con la capacidad del «escudo» para
neutralizar los efectos de una respuesta rusa, Estados Unidos podría así
poner a Rusia bajo la amenaza de un primer golpe nuclear [3].
El
nuevo plan que promueve el presidente Obama prevé un número, aún más
grande que el anterior, de cohetes instalados en la frontera con Rusia. Y como
esos cohetes están bajo control de Estados Unidos, los europeos
ni siquiera saben si se trata realmente de cohetes interceptores
o de misiles nucleares.
Al
rechazar la proposición [rusa] de control compartido con Rusia sobre el
radar de Qabala, en Azerbaiyán, Estados Unidos comenzó a construir en
Polonia la instalación donde han de desplegarse 24 misiles SM-3 del
sistema Aegis. Además, el gobierno polaco se ha comprometido a
gastar más de 30 000 millones de euros en la creación de su propio «escudo»
–con tecnología estadounidense– para integrarlo al de Estados Unidos
y la OTAN. Y Joe Biden canta loas a Polonia por haberse hecho cargo de «parte
de la carga financiera, lo cual deberían hacer todos los aliados»
–advertencia para Italia.
Otra
instalación, de 24 misiles SM-3, actualmente en construcción
en la base aérea de Deveselu, en Rumania, debe entrar en servicio en 2015,
bajo el control de 500 militares estadounidenses. Esas instalaciones
misilísticas incluyen un radar súper potente instalado en Turquía,
así como radares móviles que pueden desplegarse rápidamente en «posiciones
avanzadas».
El
«escudo» incluye también el despliegue en el Mediterráneo de navíos de
guerra dotados de radares Aegis y de más misiles SM-3.
El primero de esos navíos, el torpedero lanzamisiles USS Donald Cook,
llegó a principios febrero a la base naval de Rota, en España, a donde
serán trasladados 1 200 marinos y 1 600 familiares de ese personal.
Vendrán después otras 3 unidades navales (el USS Ross, el USS Porter y
el USS Carney), cuyo número aumentará probablemente dado
el hecho que la US Navy ya dispone de unos
30 navíos de ese tipo que patrullan constantemente en el Mediterráneo
listos para entrar en acción en cualquier momento a la vez que realizan
–según la OTAN– «toda la gama de operaciones de seguridad marítima y de
maniobras bilaterales y multilaterales con las marinas aliadas».
La
marina de guerra española ya dispone, de hecho, de 4 fragatas equipadas
del sistema integrado de combate Aegis, lo cual las hace
interoperacionales con los navíos estadounidenses. Lo mismo se hará con las
fragatas clase Fremm de la marina de guerra italiana.
Un
papel importante en el crecimiento del «escudo» está reservado a los
mandos y bases que ya tiene Estados Unidos en territorio
italiano: en Nápoles, donde se hallan los cuarteles generales de las
fuerzas navales estadounidenses y aliadas; en Sicilia, donde
se hallan la base aeronaval de Sigonella (que prestará asistencia a las
unidades Aegis en el Mediterráneo) y el Muos de Niscemi [4],
que debe garantizar las comunicaciones satelitales de alta frecuencia.
Todas las unidades navales Aegis desplegadas en el Mediterráneo, anuncia además la
OTAN, estarán «bajo el mando y control
de Estados Unidos». Lo cual significa que la decisión
de lanzar los misiles –supuestamente interceptores– estará única
y exclusivamente en manos del Pentágono.
Y
mientras prepara el «escudo», Estados Unidos sigue afilando su espada. A
raíz de la crisis en Ucrania, Washington desplegó 12 cazabombarderos F-16 suplementarios
en Polonia y 10 F-15en Estonia, Letonia y Lituania. Estos
aviones de guerra podrán ser equipados próximamente con las nuevas bombas
nucleares B61-12 almacenadas en Europa –por ejemplo,
en Italia–, artefactos que pueden ser utilizados como bombas antibúnker.
Moscú
está tomando sus propias contramedidas. Pero Washington ya está obteniendo
un primer resultado: el aumento de la tensión en Europa permite a
Estados Unidos reforzar su influencia sobre los aliados europeos.
¿Cómo? Gracias al artículo 5 y al no-artículo 5.
Fuente
Traducido
al español por la Red Voltaire a partir de la versión al
francés de Marie-Ange Patrizio
[1]
«¿Quiénes son los nazis
en el gobierno ucraniano?», por Thierry Meyssan,Red Voltaire,
3 de marzo de 2014.
[2]
«Nuevo Gladio en
Ucrania», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia),Red Voltaire,
20 de marzo de 2014.
[3]
«Escudo antimisiles y
primer golpe atómico», por Manlio Dinucci y Tommaso di Francesco; «Misiles y “escudo” en
Europa», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire,
16 de marzo de 2010 y 18 de diciembre de 2013.
[4]
«Muos: Niscemi resiste
al Imperio», por Manlio Dinucci, Il Manifesto(Italia), Red Voltaire,
21 de mayo de 2013.
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