Trasnacionales agroindustriales intentan imponer su
visión sesgada en lucha contra el hambre
13/12/13
La
Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y Vía Campesina
Internacional denunciaron el fuerte control de las empresas transnacionales
agroindustriales en el debate sobre la alimentación mundial y que intenta
sesgar el protagonismo del campesinado. Una muestra fue la Conferencia de
Agricultura Familiar que organizó la Comisión Europea donde se evidenció que
los gobiernos europeos están influenciados por el capital financiero y que,
prácticamente, excluyó de la apertura a las organizaciones campesinas.
El
discurso que predominó en el evento fue “proteger” a las familias agricultoras
por una cuestión de cultura y de evasión de problemas sociales, pero también el
de incluirlas en la producción de las trasnacionales, pues solo éstas tendrían
la capacidad de alimentar al mundo para el 2050. A pesar que el 2014 fue declarado
por la FAO como el año internacional de la Agricultura Familiar las
corporaciones enfatizan un discurso que encubre las verdaderas causas del
déficit en la alimentación mundial y la importancia del campesinado.
La conferencia dejó notar la presencia del grupo Unilever,
transnacional anglo-holandesa agroalimentaria que maneja 400 marcas en 100
países, famoso por sus “cubitos Knorr”, y su producción mundial de 50 millones
de cubitos por segundo. Sin embargo, nadie comentó sobre los transgénicos que
utiliza y el trabajo infantil que se encuentra detrás de su megaproducción,
advirtió CLOC-Vía Campesina.
La
excepción fue Graziano da Silva, director de la FAO, quién hincó en las raíces
del problema cuando sostuvo que “el problema no es de productividad, es de
acceso y distribución de alimentos”.
El
funcionario destacó que “los agricultores familiares fueron y serán quienes
resolverán el problema del hambre en el mundo”. Graziano hizo un llamado a
fortalecer los mercados locales y el rol de los agricultores familiares, a la
vez que advirtió que el mercado global de alimentos y la agricultura industrial
“tienen una enorme pérdida de alimentos por descomposición”.
Otro
de los conferencistas fue Luis Miguel Etchevere, presidente de la Sociedad
Rural de Argentina, quien es cuestionado junto a toda su organización, por su
complicidad con las trasnacionales y su rivalidad contra las organizaciones
campesinas. Una “alianza” con fisuras… La conferencia intentó construir como
principio la alianza entre los campesinos y las corporaciones agrónomas, pero
las estadísticas afirman lo contrario.
Según cifras de la FAO, el campesinado alimenta al 70 por
ciento de la población mundial con tan solo un cuarto de las tierras fértiles
del mundo, mientras que el 40 por ciento de la producción de los emporios
trasnacionales se pierde por descomposición. Sumado a ello, el 90 por ciento
del mercado mundial de granos está en manos de solo cuatro corporaciones: ABC,
Bunge, Cargil y Dreyfus. Además, la empresa Monsanto domina el 27 por ciento
del mercado de semillas, y junto a otras 9 corporaciones más del 90 por ciento
del mercado de agrotóxicos.
El
monopolio agroindustrial tiene como consecuencia la destrucción de la
biodiversidad, los mercados locales, el trabajo esclavo, y la contaminación
mundial. Estos flagelos no contribuyen a una futura alianza de las
trasnacionales con los campesinos. Para el próximo año, el campesinado tiene
como desafío el énfasis en la reforma agraria para la soberanía alimentaria y
la lucha contra la propuesta ideológica de las trasnacionales.
Ecoportal.net
Servindi
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