Lo que nos dice la imagen: "URSS, DESTRUCCIÖN"
Polémica tras documental en Rusia: “En la URSS todos
teníamos suficiente sol y pan”
1 FEBRERO 2012
URSS, el naufragio Por el
periódico “Sovietskaia Rossia”
A propósito de la emisión en la
TV rusa del documental “URSS, el naufragio”
En la segunda quincena de
diciembre (de 2011) en un canal de televisión ruso transmitieron un documental, un
proyecto de Dmitri Kiselev llamado “URSS, el naufragio”. En los años 90 el
nuevo gobierno nos prometía la abundancia. La recibimos en su totalidad. Me
gustaría dar las gracias al autor de la película, por recordarnos que una vez
fuimos personas que vivían en un país grande, donde nadie se señalaba con el
dedo, tú eres ruso, pero tú no eres ruso. Todos teníamos suficiente sol y pan,
todos éramos soviéticos.
La nostalgia por la Unión
Soviética no la sienten aquellos, a quienes les dio tiempo (de) robar en la llamada
perestroika y se bronceaban en las Islas Canarias y en Courchevel, e incluso es
probable que no vivan en paz. Hoy en día están en las Islas Canarias, y en el
futuro tal vez en la litera. Nos íbamos tranquilos a la cama y tranquilamente
nos despertábamos por la mañana, sabiendo que el día de mañana habrá trabajo,
que el día 10 del mes recibiremos la paga y el 25, un anticipo.
No tuve que pagar por la
escuela y la universidad, pero recibíamos una buena educación, con la cual
podríamos encontrar fácilmente trabajo en el extranjero. Nos curaban de forma
gratuita. En julio de 2010, murió de cáncer, mi prima. Era pensionista, no pudo
encontrar 30.000 rublos para una operación, y ni siquiera daban garantía
alguna. Estuvo acostada varios meses. Las dolorosas inyecciones también las
tuvo que pagar. ¡He aquí los encantos del rico capitalismo!
Antes de la caída de la URSS no
nos asustaban con historias terribles en la radio y la televisión. Nosotros con
alegría escuchábamos noticias de que en algún lugar introdujeron una nueva
fábrica, alguien voló al espacio de nuevo. Hoy en día la crónica del día es: en
algún lugar una casa incendiada para la tercera edad, en otro lugar un edificio
se derrumbó, en otro un investigador fue asesinado, en otro un diputado…
Vivimos detrás de puertas de hierro, temiendo a los vecinos. La moral se hundió
por los suelos. El robo y el fraude se han convertido en un negocio. Los
ladrones están en el poder. El asesinato ya no sorprende a nadie, se ha
convertido en la norma de la vida.
En los años 90 el nuevo
gobierno nos prometía abundancia, criticando al gobierno soviético por las
estanterías vacías. Recibimos abundancia en totalidad. La salchicha costaba en
los años 80, 1 rublo con 40 céntimos, eran de té y carne; ahora la salchicha es
de pudín de soya y papel higiénico y cuesta 200 rublos por kg. y está en las
estanterías no porque ahora se hayan convertido en abundantes, sino debido a
que muchos no tienen con qué comprarla. Los centavos ganados en el trabajo
tampoco los dan a tiempo. Los retrasos en el salario de varios meses también se
han convertido en norma.
En los años 80 todos los
trabajadores podían permitirse unas vacaciones para descansar en un viaje por
la Unión, y, a veces completamente gratis. Ahora muy pocas personas van de
viaje de vacaciones. El valor de la película reside también en que una vez más,
vimos los rostros de aquellos que sin límite de sus propios intereses egoístas
y por ambiciones, traicionaron nuestro país. Los vieron aquellos que nacieron
en los años 90, y no los conocían.
Fue triste y doloroso ver cómo
la bandera soviética, la bandera, que era el emblema de los constructores, de
aquellos que cultivaban el grano, era la de los creadores. Dolorosamente
grabado en el alma de las palabras del presentador Kiseliov. Pero en sus
palabras el acrónimo de la URSS suena como el desafío soviético, inspira
optimismo y esperanza. Tarde o temprano, la Unión Soviética volverá de nuevo.
La historia a veces regresa nuevamente. En Francia, después de la victoria de
la revolución burguesa fue la restauración de los Borbones. Pero fue sólo
temporal. El actual régimen depredador en Rusia no durará mucho tiempo, caerá
de todas las maneras. Un sistema justo debe regresar.
(Traducido por A. Morada, de
Aporrea. Tomado del periódico
“Sovietskaia Rossia” № 4 -13657-, 19 de enero de 2012)
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