Erdogan y Fidan con Kerry y Obama durante un encuentro en
la Casa Blanca en mayo de 2012.
«ANTE NUESTRA MIRADA»
Yihad: Una advertencia de Washington para Ankara
Por Thierry Meyssan
Rusia y Estados Unidos han
llegado a un principio de acuerdo sobre el Medio Oriente en general y
sobre Siria en particular. Pero en Siria sigue la guerra. Esa paradoja se
explica, en primer lugar, por la indisciplina y el odio que están demostrando los
gobiernos de Turquía y Arabia Saudita. Según la óptica de Thierry Meyssan, la
revelación parcial del papel de Hakan Fidan, publicada en el Wall Street Journal, se le está
enviando a Ankara una advertencia.
RED VOLTAIRE |
DAMASCO (SIRIA)
La prensa turca ha dedicado una buena cantidad
de artículos al trabajo publicado en el Wall
Street Journal sobre Hakan
Fidan [1]. Unánimemente chauvinista, esa
prensa estima que el ataque contra ese personaje de la jerarquía turca
demuestra, a posteriori,
la política de independencia del primer ministro Recep Tayyip Erdogan ante
Estados Unidos. ¿Es eso cierto?
Según el Wall
Street Journal, el jefe del MIT (el principal servicio secreto turco) es en
realidad el segundo personaje más importante del régimen de Ankara,
inmediatamente después del primer ministro Erdogan y por encima del presidente
de la República, Abdullah Gul, y del ministro de Relaciones Exteriores, Ahmet
Davutoglu.
La llegada del hombre de confianza de Erdogan a la
dirección del MIT, en mayo de 2010, marcó supuestamente el inicio de una
política no estadounidense por parte de Turquía: arresto y posterior
condena de los oficiales superiores que habían estado vinculados al Pentágono
(proceso Ergenekon); respaldo a la Hermandad Musulmana durante la
primavera árabe e intento de utilizar el conflicto sirio para desmembrar Siria
y crear allí un Estado kurdo.
Lo más importante es que el Wall Street Journal acusa a Hakan Fidan de respaldar a los
yihadistas en Siria, incluso a los más violentamente antioccidentales, a pesar
de las advertencias provenientes de Washington. El diario estadounidense cita a
un parlamentario kemalista, Mehmet Ali Ediboglu, que dice haber visto
personalmente una decena de vehículos de la policía turca escoltando más de 50
autobuses que transportaban yihadistas hacia Siria, o sea un convoy de más de
2 000 combatientes. Y no se trata, al parecer, de un caso aislado.
Sin embargo, el Wall
Street Journal olvida
mencionar que, al contrario del primer ministro turco, Hakan Fidan no es
miembro de la Hermandad Musulmana sino que está muy vinculado a Fethullah
Gulen, el gurú del presidente Gul. De la misma manera, los investigadores del Wall Street Journal nada dicen del pasado de Hakan
Fidan, como si el jefe de los servicios secretos hubiese caído de la luna. El
diario estadounidense habla del paso de Hakan Fidan por la dirección de la
Agencia Turca de Cooperación Internacional (Tika), sin mencionar por ello
su papel destinado a extender la influencia de Ankara en el
Asia central y, a través del Valle de Ferganá, hasta China. Menciona las
acusaciones israelíes de colaboración con Irán en sus tiempos de funcionario
del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), pero sin precisar que
el señor Fidan fue nombrado jefe del MIT justo 3 días antes del incidente
del Mavi Marmara [2], para que supervisara la
operación.
Nuestra interpretación de la polémica es muy
diferente. Hace un mes, los intereses de Estados Unidos no parecían
mostrar la menor contradicción con la política turca sino todo lo contrario.
Todo se hacía por orden de Washington.
La
condena de los tribunales turcos contra los oficiales superiores no fue un
golpe a Estados Unidos sino un castigo contra los jefes militares que quisieron
alejarse de Washington y acercarse al Ejército Popular Chino, como lo
prueba el hecho que varios responsables del minúsculo Partido de los
Trabajadores (maoísta) fueron condenados junto a los militares [3].
El
respaldo turco a la Hermandad Musulmana en el norte de África no es un súbito
capricho de Ankara sino la ejecución de un plan del Departamento de Estado,
coordinado por la «hermana» Huma Abedin –como miembro del equipo de
trabajo de Hillary Clinton en el Departamento de Estado– y por el «hermano»
Gehad el-Haddad, quien trabaja para la Fundación William J. Clinton y es por
demás responsable de las relaciones con la prensa dentro del partido del señor
Erdogan. Es importante señalar además que la madre de la señora Abedin
dirigía –junto con la esposa del derrocado presidente egipcio Morsi– la rama
femenina de la Hermandad Musulmana, mientras que el padre del señor el-Haddad
era el consejero diplomático del presidente Morsi.
Para
terminar, los intentos turcos de crear un Estado kurdo en Siria responden a las
expectativas del Pentágono, que tenía intenciones de dividir Siria en varios
Estados, según el mapa publicado por Ralph Peters en 2006 [4]. Y Hakan Fidan, quien
participó en 2009 en las negociaciones secretas con el PKK en Oslo, es el turco
que mejor conoce ese tema.
Además, el viraje político turco no se produjo
con la llegada de Hakan Fidan a la cabeza del MIT, en mayo de 2010, sino
en 2011, durante la guerra contra Libia. En aquel momento fue bajo la
presión del Departamento de Estado que Ankara tomó conciencia de las
posibilidades que ofrecía el acuerdo Estados Unidos-Hermandad Musulmana. Y fue
a partir de entonces que Recep Tayyip Erdogan se convirtió nuevamente en un «hermano»,
a pesar de que supuestamente había renunciado a la cofradía durante
su encarcelamiento –en 1998– y su «conversión» al laicismo.
El verdadero problema está en el respaldo a los
yihadistas. Al principio del conflicto en Siria, ese respaldo contaba con
el financiamiento proveniente de Qatar y estaba coordinado por la OTAN
desde la base de Incirlik, en territorio turco. Así que no había
nada que objetar. Pero, a partir del acuerdo ruso-estadounidense sobre la
crisis de las armas químicas, Estados Unidos se ha retirado militarmente del
conflicto sirio mientras que Turquía y Arabia Saudita continúan el juego.
Es por eso que el artículo del Wall Street Journal debe interpretarse como una
advertencia dirigida al primer ministro turco Erdogan y al jefe de sus
servicios secretos. Ya que no han sido capaces de doblegar a Siria en el
plazo establecido, ahora se les hace saber que tienen que abandonar la partida,
cualesquiera que sean las consecuencias que eso pueda tener para ellos en
materia de política interna.
Hakan Fidan, quien trabajó para los servicios de
inteligencia de la OTAN durante la guerra de Kosovo y estudió en Estados
Unidos, debería ser capaz de captar el mensaje.
Fuente Al-Watan (Siria)
[1] “Turkey’s Spymaster Plots Own Course on Syria. Hakan Fidan Takes Independent Tack in Wake of Arab Spring”, por Adam Entous y Joe Parkinson, The Wall Street Journal, 10 de octubre de 2013.
[2] El barco turco asaltado el 31
de mayo de 2010 por la marina israelí en aguas internacionales cuando
transportaba un cargamento de ayuda humanitaria para los territorios
palestinos. RV.
[3] «El
golpe de Estado judicial del AKP», por Thierry Meyssan, Al-Watan(Siria), Red Voltaire, 19 de agosto de
2013.
[4] “Blood Borders; How a
Better Middle-East Would Look”, por Ralph Peters, Armed Forces Journal, junio de
2006.
No hay comentarios:
Publicar un comentario