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lunes, 16 de septiembre de 2013

La clave del Sandinismo para hacer patria


La clave del Sandinismo para hacer patria

Por Carlos Midence


14 septiembre de 2013

Una de las máximas enseñanzas de Augusto C. Sandino y que el FSLN ha retomado como uno de sus principios rectores en la lucha por una Nueva Nicaragua, como bien lo expresara la poeta Rosario Murillo, es ese vínculo directo entre patria y libertad, entendido como una forma integral de ver el mundo, una verdadera cosmovisión que encierra y engloba todas los elementos y factores positivos, sean éstos materiales e inmateriales, del pasado, del presente y del futuro, con las cuales se lucha día a día para seguir cambiando Nicaragua y, al mismo tiempo otorga identidad, sentido de pertenencia y cohesión sociocultural y política a la ciudadanía.

En este sentido, es necesario destacar que el sandinismo en esta segunda etapa de la Revolución, bajo el liderazgo del Comandante-Presidente Daniel Ortega y la poeta Rosario Murillo, junto al pueblo nicaragüense, mediante la puesta en práctica de una serie de acciones y valores que han venido transformado, cambiando Nicaragua, construye esa patria grande que soñaba Darío, en todas sus dimensiones y posibilidades. Nos referimos a acciones, prácticas e impulso de valores que van desde el fomento de la solidaridad, el amor a la naturaleza, la recuperación de territorio que es defensa de nuestra soberanía y patrimonio, hasta el incentivo armónico del trabajo productivo, lo cual ha desembocado en una mejora sustancial del desempeño del país, de la patria en los ámbitos socioeconómico y, desde luego en la transformación de la vida a miles de familias nicaragüenses que estuvieron en el olvido durante más de 16 años de neoliberalismo atroz.

Esa es la forma de hacer, de construir patria que el sandinismo ha sembrado en la conciencia del pueblo nicaragüense y en su militancia de forma particular. Esos son los llamados y convocatorias que constantemente realiza su dirigencia: Comandante-Presidente Daniel y poeta Rosario, motivando de esta forma a desarrollar con prestancia, alegría, eficiencia las acciones y funciones que fortalezcan y consoliden la ruta del bien común y el bienestar general de todos los nicaragüenses sin distinción alguna, es decir, con el más alto sentido de la inclusión y la participación directa.

Tanto estas acciones y principios patrióticos que promueve la Revolución, tienen como propósito, lo dijimos antes, que nuestro pueblo tenga como referente de identidad a su país, a su nación, a su patria, en tanto en ella procura mejores expectativas de vida, las que hoy en día se reflejan en acceso directo y con calidad a los servicios básicos: agua, luz, educación, créditos, viviendas, trabajo, al igual que a la preservación de la libertad, la paz, igualdad, dignidad como ejes fundamentales de la convivencia humana. De igual modo es necesario señalar que esa construcción y amor a la patria se basa en principios fundamentales como la soberanía nacional y el principio de la nacionalidad. En todo esto prima el interés de la patria, de la nación como base legítima para la actuación del Estado y los ciudadanos y, por lo tanto ha sido primordial para fijar sus fronteras de cara a los demás estados, tal como ha sucedido en la recuperación del mar territorial nicaragüense con respecto a Colombia, el que ha sido defendido con todo rigor y altura de parte del gobierno Sandinista.

Podemos decir, sin tratar de entrar en aquella discusión vieja de las diferencias entre nacionalismo y patriotismo y, que un brillante autor como Ernest Gellner trató de zanjar, que en el caso de nuestra Nicaragua, hoy en plena Revolución se juntan de la manera más armónica, pues, existen suficientes elementos y mecanismos que promueven en cada ciudadano y en toda la colectividad un papel preponderante, para todos, en la cimentación de la buena marcha del país. Dicho de otra manera, existe una articulación entre el interés de la nación, de la patria con la suma de los diversos intereses individuales y colectivos de los sujetos/actores sociales-culturales que conviven en nuestra sociedad, todo mediante su actuación libre y, expresada, lo hemos dicho, en la consecución del bien común, como fin último del patriotismo.

Esta articulación de nacionalismo y patriotismo, construido sobre la base de políticas públicas inclusivas que han dinamizado el desarrollo humano, la preservación de la paz, y la libertad y el fomento de valores y principios, como la unidad, solidaridad, reconciliación, igualdad, participación, compañerismo han convertido a la Nicaragua de hoy, a la Nicaragua Sandinista en un referente internacional al momento de encontrar un modelo más que viable para dar el gran salto hacia adelante.

Un compromiso vital con la Patria

Por lo que respecta al amor a la patria como expresión de justicia de este modelo revolucionario, la poeta Rosario Murillo nos dice: "Nos comprometimos a seguir haciendo patria construyendo el porvenir desde los derechos, desde la justicia social, desde el cristianismo, el socialismo y la solidaridad". Podemos decir que es este un compromiso vital, inquebrantable que se vuelve ley, juramento como lo dejó claro el Comandante- Presidente Daniel en el acto del recibimiento de la antorcha centroamericana: "Juran y juramos ante Dios, ante el pueblo, ante la patria, que vamos a ser leales a los ideales y a los principios de los libertadores, de los que lucharon para heredarnos una Nicaragua libre y en paz. Que vamos a ser leales a los sueños de nuestras familias, y una Nicaragua, plena en educación, plena en salud, plena en bienestar. Que vamos a ser leales a esos principios de integración y unidad centroamericana, latinoamericana, caribeña, americana, para que tengamos una región de paz y de bienestar".

Esto implica para el gobierno revolucionario atender los elementos imprescindibles para el ejercicio de la ciudadanía y la recuperación de sus plenos derechos. Se observan aquí las bases esenciales para que el pueblo asuma la toma de conciencia de pertenecer a una comunidad concreta y la voluntad de participar en la vida comunitaria y, por lo tanto solventar los problemas comunes, a través de la solidaridad, el compromiso y el trabajo.

Como hemos visto, el proceso revolucionario que vive Nicaragua ha incentivado el amor a la patria articulándolo con el fortalecimiento de la ciudadanía y sus diversas expresiones y principios. La clave ha sido: acciones más valores, enfatizando en la búsqueda del bien común. La lucha por la consolidación plena de estos ideales y prácticas que se manifiesten de forma concreta en la erradicación de la pobreza y la eliminación de las desigualdades en nuestro país sigue siendo el objetivo máximo en la forma de hacer patria del sandinismo.


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