Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

martes, 13 de agosto de 2013

BAJO EL MANTO DE SAN SEBASTIÁN

Mas resonancias del Festival Claudia María Jovel
BAJO EL MANTO DE SAN SEBASTIÁN
POR MARINA MONCADA/NICARAGUA



"Encarcelamos temores".
Claudia María Jovel



¿Vas a ir? Me dijo el poeta Otoniel Guevara, quien preside la Fundación Metáfora. Sin esperar respuesta, agregó: "Te va a gustar será un festival de poesía de puras mujeres".



No lo hice esperar y breve disipé su duda. Duda que era más mía que suya. Recién llegábamos de sus lecturas en la Embajada de El Salvador en Los Ángeles, California, y estábamos reunidos en el restaurante "La Casita de Don Carlos", donde su propietaria, mi amiga salvadoreña, Sosia Arévalo, nos atendió personalmente. La primera vez que escuché a Otoniel, fue en un video en youtube leyendo sus poemas en Washington, y desde ese instante me convertí en una de sus lectoras. Posteriormente, nos hicimos amigos en facebook, y para mi sorpresa, publicó uno de mis poemas en el Suplemento Cultural 3000.



Viajé a El Salvador, vía Miami, donde vive gran parte de mi familia. Aquí tuve un accidente menor en el carro que había alquilado. Las maniobras burocráticas de la compañía de carros y el estrés resultante de no haber leído a tiempo la letra menuda de la póliza de seguros, casi me hacen cancelar mi viaje. Pero ya estaba escrito que yo viviera esta enriquecedora experiencia en el Segundo Festival de poesía Hispanoamericano dedicado a la poeta-mártir, Claudia María Jovel. Al mismo fueron invitadas Ingrid Ortez, Cindy Jiménez, Sara Castro Méndez y Jocelyn Pantoja, representando Honduras, Puerto Rico, Costa Rica y México respectivamente.

"Ve ese muchacho camiseta anaranjada que viene en la bicicleta? Ese es uno de ellos. No les tenga miedo". Esa fue la respuesta del guardia que custodiaba la entrada de la Casa de Cultura en San Sebastián, El Salvador. Se refería a un joven alargado que no rebasaba los 20, pero sí rebasaba los pocos vehículos y las personas transitando por las calles empedradas del pueblo. En su rostro y postura desafiante, reconocí de golpe a muchos de los estudiantes de las escuelas de California. Igual marchaba en media calle del pueblo, un grupo de soldados enmascarados. "Es para que no los reconozcan", me dijeron. Esta imagen restauró la otra, la mía; la de la guerra civil en Nicaragua, la cual ya creía (y quería) desvanecida de mi memoria.



Camino a San Salvador, nos acompañó una lluvia tropical atronadora que recorrió todas las escalas musicales. Nada que ver con las silentes y lánguidas gotas que caen acá en el Sur de California. ¡Ah! pero con la poesía llegó el arco iris! Policromático, como los telares de San Sebastián. Las lecturas se llevaron a cabo en la Casa de Cultura y el Parque Central San Sebastián, diferentes escuelas secundarias en San Rafael Cedros, Cojutepeque, Soyapango, San Esteban Catarina, y en San Salvador donde leímos para Las Dignas, agrupación feminista con una postura sólida, que sin tapujos denuncia el maltrato a la mujer, los abusos sexuales a jovencitas, perpetrados por docentes y la exclusión de la mujer del mundo laboral.



Desenrollo ante ustedes, el pentagrama de algunos de los poetas con quienes tuve el privilegio de haber compartido lecturas:


Silvia Helena Regalado (El Salvador) la que "cierra puertas, ventanas. Acomodo mi piel en su alma", cuando le habla al Dios que la habita. Ingrid Ortez (Honduras) nos habla de otra casa que lo "recuerdan", aquella que es "mía y tuya también" pero que tiene "los vidrios empañados por la falta de besos y tu aliento que se ha escaseado. Ha dejado la puerta abierta pues "se me cayó la llave en el desagüe del recuerdo". Cindy Jiménez Vera (Puerto Rico) nos habla de otra escasez: "En aquel país centroamericano, un casamiento es un desayuno. Así, los que aún amanecen con hambre, empiezan el día con un almuerzo. Ha sido el método más eficaz; abolir dos tradiciones al mismo tiempo". En Claudia Meyer (El Salvador) el verdadero ausente es el consuelo, porque para ella el amor es "sollozo disfrazado de ausencia". Viene Sara Castro Méndez (Costa Rica) y se va directo al grano al cuestionar: ¿"Acaso importó que brindaras en las copas de mi sostén?/ ¿derramaras tequila sobre mi cuerpo?/ ¿Cuál es la causa de tu ausencia?/ ¿Haberme acostado con un ebrio?/ ¿o amanecer con un sobrio que no recuerda nada"? Jocelyn Pantoja (México) de la que todas sabemos su nombre, está "ahogada en los nombres de las cosas y no sé mi nombre". ¿"Soportará la verdad de las pequeñas cosas"? Seguro que sí, porque para ella el "desconsuelo es ficción". Y Sergio Garay de solamente 19 años, un estudiante salvadoreño invitado por nosotras a leer sus poemas, pone en su lugar a la muerte de su abuela paterna: "no camine en la pasarela del destino/déjela gozar su cautiverio en el profundo misterio de los parpados cerrados".


Regresé salva a casa. Vine envuelta en la calidez chispeante del pueblo salvadoreño, admirada por la disciplina escrutiñadora de sus estudiantes y controlando la temperatura de la indecible altura del vuelo, con la cobija hecha en los telares de San Sebastián, El Salvador.


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