EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 27 de mayo de
2013
Ecuador:
Nuevo ciclo de gobierno
Juan J. Paz y Miño Cepeda
Nuevo ciclo de gobierno
Juan J. Paz y Miño Cepeda
La Constitución ecuatoriana de 2008 fijó el 24 de mayo como fecha
para la toma de posesión del Presidente de la República. Fue una tradición
constitucional (excepto la Constitución de 1998) que ese acto se realizara el
10 de agosto, en recuerdo de la Revolución de Quito de 1809, que inició el
proceso independentista del país, de manera que la fecha no debió cambiarse. En
todo caso, la nueva fecha recuerda la Batalla del Pichincha de 1822, que
culminó el proceso emancipador.
Lo novedoso de este 2013, es que el pasado 24 de mayo tomó
posesión de su nuevo período gubernamental el Presidente Rafael Correa. Y que
lo ha hecho en circunstancias históricas inéditas, pues por primera vez un
mandatario ha sido reelecto para un tercer mandato; la Asamblea Nacional cuenta
con una abrumadora mayoría de miembros (100 de 137) provenientes de Alianza
País (el partido de gobierno); y en nueve procesos electorales sucesivos, la
ciudadanía se ha pronunciado a favor del proyecto político representado por el
Presidente Correa.
Esta
situación excepcional en la historia republicana del Ecuador solo puede
comprenderse si se considera que entre 2007-2013 el gobierno de Correa liquidó
el modelo empresarial-neoliberal de economía que rigió entre 1982-2006 (tan
grave para la vida y el trabajo de la mayoría de ecuatorianos); superó el
“Estado de partidos”, otrora encabezado por la clase político-partidista
tradicional; recuperó la institucionalidad estatal descalabrada en el ciclo
anterior; reorientó las relaciones internacionales bajo principios de
soberanía, dignidad, nacionalismo y latinoamericanismo; y, sobre todo, porque
gracias al respaldo ciudadano se logró un nuevo poder en la conducción del
Estado, basado en los intereses populares.
Los cambios logrados reforzaron la economía social y solidaria;
consolidaron la democracia, los derechos y las libertades, afirmando la
institucional estatal, republicana, constitucional y presidencialista; y, ante
todo, mejoraron sustancialmente las condiciones de vida y de trabajo de la
población. Hoy Ecuador es un referente latinoamericano y mundial.
Sin embargo,
desde una perspectiva histórica de largo plazo, los cambios apenas han
comenzado. En la nueva fase, el gobierno y la Asamblea tienen una oportunidad
de oro para consolidar transformaciones aún más profundas, a fin de que el
proceso se vuelva irreversible en 2017, cuando el Rafael Correa definitivamente
deje el poder, como él mismo lo ha anunciado.
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