Cómo fue
inventado el Pueblo Judío
Un libro
importante de ShlomoSand
Por Miguel
Urbano Rodrigues
Una lluvia de
insultos fustigó en Israel a ShlomoSand cuando él publicó un libro cuyo
título“Cómo fue inventado el pueblo judío”*desmonta mitos bíblicos que son
cimiento del Estado sionista de Israel.
Profesor de
Historia Contemporánea en la Universidad de Tel Aviv niega que los judíos
constituyan un pueblo con un origen común y sustenta que fue una cultura específica
y no la descendencia de una comunidad arcaica unida por lazos de sangre, el
instrumento principal de la fermentación protonacional.
Para él, el
“Estado judaico de Israel” lejos de ser la concretización del sueño nacional de
una comunidad étnica con más de 4000 años, fue hecho posible por una falsificación
de la historia dinamizada en el siglo XIX por intelectuales como Theodor Herzl.
En tanto académicos
israelitas insisten en afirmar que los judíos son un pueblo con un ADN propio,
Sand, basado en una documentación exhaustiva, ridiculiza esa tesis acientífica.
No hay además
puentes biológicos entre los antiguos habitantes de los reinos de Judea y de
Israel y los judíos de nuestro tiempo.
El mito étnico
contribuyó poderosamente para el imaginario cívico. Sus raíces se sumergen en
la Biblia, fuente del monoteísmo hebraico. Tal como la Ilíada, el Antiguo
Testamento no es obra de un único autor. Sand define la Biblia como “biblioteca
extraordinaria” que habrá sido escrita entre los siglos VI y II antes de
Nuestra Era. El mito principia con la invención del “pueblo sagrado” a quien
fue anunciada la tierra prometida de Canaán.
Carece de
cualquier fundamento histórico el interminable viaje de Moisés y de su pueblo
rumbo a Tierra Santa y su conquista posterior. Es necesario recordar que el
actual territorio de Palestina era entonces parte integrante del Egipto faraónico.
La mitología
de los sucesivos exilios, difundida a través de los siglos, acabó por ganar la
apariencia de verdad histórica. Pero fue forjada a partir de la Biblia y
ampliada por los pioneros del sionismo.
Las
expulsiones en masa de judíos por los Asirios son una invención. No hay
registro de ellas en fuentes históricas creíbles.
El gran
exilio de Babilonia es tan falso como el de las grandes diásporas. Cuando
Nabucodonosor tomó Jerusalén destruyó el Templo y expulsó de la ciudad un
segmento de las elites. Pero Babilonia era hace mucho la ciudad de residencia,
por opción propia, de una numerosa comunidad judaica. Fue ella el núcleo de las
creatividades de los rabinos que hablaban arameo e introducían importantes
reformas en la religión mosaica. Es importante notar que solamente una pequeña
minoría de esa comunidad volvió a Judea cuando el emperador persa Ciro
conquistó Jerusalén en el siglo VI de
Nuestra Era.
Cuando los centros
de la cultura judaica de Babilonia se disgregaron los judíos emigraron para
Bagdad y no para la “Tierra Santa.
Sand dedica
atención especial a los “Exilios” como mitos fundadores de la identidad étnica.
Las dos
“expulsiones” de los judíos en el periodo Romano, la primera por Tito y la
segunda por Adriano, que habrían sido el motor de la gran diáspora, son tema de
una reflexión profunda del historiador israelí.
Los jóvenes
aprenden en las escuelas que “la nación judaica” fue exiliada por los Romanos
después de la destrucción del II Templo por Tito, y posteriormente, por Adriano
en 132. Por si sólo el texto fantasioso de Flavio Josefo, que da testimonio de
la revuelta de los zelotas, quita credibilidad de esa versión, hoy oficial.
Según él, los
romanos masacraron entonces 1100000 judíos y aprendieron a 97 000. Eso en una época
que la población total de Galilea era según los demógrafos actuales muy
inferior al medio millón.
Las
excavaciones arqueológicas de las últimas décadas en Jerusalén y en Cisjordania
crearon además problemas insuperables a los universitarios sionistas que
“explican” la historia del pueblo judío tomando el Torah y la palabra de los
Patriarcas como referencias infalibles. Los desmentidos de la arqueología
perturbaron a los historiadores. Quedó probado que Jericó era apenas poco más
que una aldea sin las poderosas murallas que la Biblia cita. Las revelaciones
sobre las ciudades de Canaán alarmaron también a los rabinos. La arqueología
moderna sepultó el discurso de la antropología social religiosa.
En Jerusalén
no fueron siquiera encontrados vestigios de las grandiosas construcciones que
según el Libro la transformaron en el siglo X, Antes de Nuestra Era, la época
dorada de David y Salomón, en la ciudad monumental del “pueblo de Dios” que
deslumbraba a cuantos la conocían. Ni palacios, ni murallas, ni cerámica de
calidad.
El
desenvolvimiento de la tecnología del carbono 14 permitió una conclusión. Los
grandes edificios de la región Norte no fueron construidos en la época de
Salomón.
“No existe en
realidad ningún vestigio –escribe ShlomoSand- de la existencia de ese rey
legendario cuya riqueza es descrita por la Biblia en términos que hacen de él
casi un equivalente de los poderosos reinos de Babilonia y de Persia”. Si una
entidad política existió en Judea del siglo X antes de Nuestra Era, acredita el
historiador, solamente podría ser una micro realeza tribal y Jerusalén apenas una
pequeña ciudad fortificada.
Es también
significativo que ningún documento egipcio refiera a la “conquista” por los judíos
de Canaán, territorio que entonces pertenecía al faraón.
EL SILENCIO SOBRE LAS CONVERSIONES
La
historiografía oficial israelita, al erigir en dogma la pureza de la raza,
atribuye a las sucesivas diásporas la formación de comunidades judaicas en
decenas de países.
La
Declaración de Independencia del Israel afirma que, obligados a ello, los judíos
se esforzaron a los largo de los siglos por regresar al país de sus
antepasados. Se trata de una mentira que falsifica groseramente la Historia.
La gran
diáspora es ficticia, como las demás. Después de la destrucción de Jerusalén y
la construcción de Aelia Capitolina solamente una pequeña minoría de la
población fue expulsada. La aplastante mayoría permaneció en el país.
¿Cuál es el origen
entonces de los antepasados de unos 12 millones de judíos hoy existentes fuera
de Israel?
En la
respuesta a esta pregunta, el libro de ShlomoSand, destruyó simultáneamente el
mito de la pureza de la raza, esto es de la etnicidad judaica.
Una abundante
documentación reunida por historiadores de prestigio mundial revela que en los
primeros siglos de Nuestra Era hubo masivas conversiones al judaísmo en Europa,
en Asía y África.
Tres de ellas
fueron particularmente importantes e incomodan a los teólogos israelitas.
El Corán
establece que Mahoma encontró en Medina, en la fuga de la Meca, grandes tribus
judaicas con las cuales entro en conflicto, acabando por expulsarlas. Pero no
aclara que en el extremo Sur de la Península Arábiga, en el actual Yemen, el
reino de Hymar adoptó el judaísmo como religión oficial. Cabe decir que llegó
para quedarse. En el siglo VII el Islam se implantó en la región pero,
transcurridos trece siglos, cuando se formó el Estado de Israel, decenas de
millares de yemenitas hablaban el árabe, pero continuaban profesando la
religión judaica. La mayoría emigró para Israel donde, además, es discriminada.
En el Imperio
Romano, el judaísmo también creo raíces. El tema mereció la atención del
historiador Dión Cassius y del poeta Juvenal.
En la
Cirenaica, la revuelta de los judíos de la ciudad de Cirene exigió la
movilización de varias legiones para combatirla.
Pero fue
sobre todo en el extremo occidental de África que hubo conversiones en masa a
la religión rabínica. Una parte ponderable de las poblaciones bereberes se
adhirió al judaísmo y a ellas se debe su introducción en el Al Andalus.
Fueron esos
magrebinos los que difundieron en la Península el judaísmo, los pioneros de los
sefarditas que, después de la expulsión de España y Portugal, se exiliaron en
diferentes países europeos, en África musulmana y en Turquía.
Más
importantes por sus consecuencias fue la conversión al judaísmos de los
Khazars, un pueblo nómada turcófono,
emparentados con los hunos, que viniendo delAltai, se fijó en el siglo
IV en las estepas del bajo Volga.
Los Khazars,
que toleraban bien el cristianismo, construyeron un poderoso estado judaico,
aliado de Bizancio en las luchas del imperio Romano de Oriente contra los
Persas Sassanidas.
Ese olvidado
imperio medieval ocupaba un área enorme, del Volga a Crimea y del Don al actualUzbekistán.
Desapareció de la Historia en el Siglo
XIII, cuando los Mongoles invadieron Europa destruyendo todo por donde pasaban.
Millares de Khazars, huyendo de las Hordas de BatuKhan, se dispersaron por Europa
Oriental. Su principal herencia cultural fue inesperada. Grandes historiadores
medievalistas como Renan y Marc Bloch y el escritor húngaro-ingles Arthur Koestler identifican en los kahzars a
los antepasados de los asquenazíes cuyas comunidades en Polonia, en Rusia y en
Rumanía vendrían a desempeñar un papel crucial en la colonización judaica de
Palestina.
UN ESTADO NEOFASCISTA
Según
Nathan Birbaum, el intelectual judío que inventó en 1891 el concepto de
sionismo, es la biología y no la lengua y la cultura quien explica la formación
de las naciones.
Para él la
raza es todo. Y el pueblo judío habría sido casi el único en preservar la
pureza de la sangre a través de los milenios.
Murió sin
comprender que esa tesis racista, al prevalecer, apagaría el mito del pueblo
sagrado electo por Dios.
Porque los judíos
son un pueblo hijo de una cadena de mestizajes. Lo que les confiere una
identidad propia y una cultura y la fidelidad a una tradición religiosa
enraizada es la falsificación de la Historia.
En los pasaportes
del estado Judaico de Israel no es aceptada la nacionalidad de israelita. Los
ciudadanos de pleno derecho escriben “judío”. Los palestinos deben escribir
“árabe”, nacionalidad inexistente.
Ser cristiano,
budista, mazdeista, musulmán, o hindú resulta de una opción religiosa, no es
una nacionalidad. El judaísmo tampoco es una nacionalidad.
En Israel no
hay casamiento civil. Para los judíos es obligatorio el casamiento religioso,
aunque sean ateos.
Esta
aberración es inseparable de muchas otras en un Estado confesional, etnocracia
liberal construida sobre mitos, un Estado que cambió el yiddish, hablado por
los pioneros del “regreso a Tierra Santa”, por el sagrado hebraico de los
rabinos, desconocido del pueblo de Judea que se expresaba en arameo, la lengua
en que la Biblia fue redactada en Babilonia y no en Jerusalén.
El “Estado
del Pueblo Judío” se asume como democrático. Pero la realidad niega la ley
fundamental aprobada por el Knesset. No puede ser democrático un Estado que
trata como parias de nuevo tipo al 20% de la población del país, un Estado
nacido del monstruoso genocidio en tierra ajena, un Estado cuya práctica
presenta matices neofascistas.
El libro de
ShlalomSand sobre la invención del Pueblo Judío es, además de un lúcido ensayo
histórico, un acto de coraje. Aconsejo su lectura a todos aquellos para quien
el trazo de la frontera de la opción de izquierda pasa hoy por la solidaridad
con el pueblo mártir de Palestina y la condena al sionismo.
_
Vila Nova de
Gaia, 31 de Diciembre de 2012
*ShlomoSand,«Comment
le PeupleJuiffut Inventé», Flammarion,Paris,2010
Traducción:
Jazmín Padilla
El original portugués de este
articulo se encuentra en www.odiario.info
Desde niños en Guatemala nos impusieron la historia dictada por la conquista omitiendo nombre de lideres ingenas como Lucas Aguilar y Atanacio Tzul
ResponderEliminarque combatieron desde las montañas de Totonicapan a los invasores españoles. Pero a esa imposicion nos impusieron La Biblia como la unica verdad para la humanidad y las traducciones Biblicas a las que llaman La Palabra de Dios cada una se remonta a copia de copias de copias mas alla de Jeronimo y La Vulgata, actualmente nadie sabe en donde quedaron los originales de la Biblia. La Biblia es un compendio de PARABOLAS Y MITOS. La Parabola fue usada por Jesus segun la misma Biblia y de sus Mitos voy a mencionar tres : Los Reyes Magos que jamas existieron, el OVNI donde segun la Biblia se transporto Elias y la Ballena tragandose a Jonas. El MAR ROJO se abrio para proteger al Pueblo Hebreo pero los SUNAMIS se tragan a Africanos y a Norteamericanos como el de New Orleans. Sirva este comentario como un modesto aporte de respeto a todas las otras religiones y a quienes consideramos que existen cientos de sistemas SOLARES como el de la Tierra. GIL ZU Escritores en el Exilio SakerTi (Nuevo Amanecer) http://gilzu.blogspot.com guatesakerti@gmail.com ESCRITOR DE LA CULTURA MAYA