NICARAGUA:
“Esta Nueva Nicaragua que queremos construir, y que debemos construir, arranca de la más tierna infancia”
Tortilla con Sal
En este entrevista grabada en abril 2012, la Cra. Ministra Marcia Ramírez habla del protagonismo de la Mujer, la importancia de los Consejos de Familia, Salud y Vida, del Programa Amor para los más Chiquitos dentro del programa de gobierno y su modelo de Poder Ciudadano.
TcS: Desde el Ministerio de la Familia, ¿qué es su perspectiva sobre la importancia del protagonismo de la mujer?
MR: El protagonismo de la mujer tiene varias dimensiones y todas las dimensiones se están cuidando en nuestro país en el marco de las políticas sociales, en el marco del plan nacional del desarrollo humano y de las diferentes políticas que impulsa nuestro gobierno que tienen al centro de sus acciones el ser humano y su desarrollo, y particularmente la mujer como sujeto a derechos, y dueña de sus propias decisiones, dueña de los ámbitos de participación política ciudadana y se ha avanzado en varios aspectos.
El primer aspecto en que se ha avanzado es el marco jurídico. Tenemos una ley de igualdad de oportunidades. Hemos avanzado también con una política de género que promueve la equidad. Lo que nuestro gobierno promueve es igualdad para todos y todas, y en el caso de las relaciones de género, las relaciones de respeto y equidad a lo interno de la pareja y lo de la familia y de las generaciones que conviven en los diferentes ámbitos de la sociedad. De hecho el gobierno está facilitando instrumentos en sus políticas públicas que promueven ese protagonismo y que den a las mujeres acceso a determinados aspectos de la vida cotidiana y de la vida nacional.
En primer lugar tiene que ver como decía con el marco jurídico, pero también hay acciones concretas. Las políticas sociales más amplias, los programas emblemáticos de nuestro gobierno tienen como destinataria a la mujer. En el programa Hambre Cero, en el programa Usura Cero, la dueña del crédito, la dueña del módulo de producción es la mujer como una forma real y concreta en que la mujer tenga acceso a los bienes y, por lo tanto, mejore sus condiciones y su posición al interno de la familia en la toma de decisiones y en el desarrollo de su propia familia. Porque está visto y clarísimo de que tenemos un porcentaje alto de familias jefeadas por mujeres pero además las mujeres son administradores eficientes de los bienes del hogar y los destinan para el desarrollo, la educación, la salud, la promoción de la calidad de vida de sus hijos.
Entonces, ese es un elemento concreto de darle a la mujer ese espacio para que tenga acceso a los recursos, sobre todo las mujeres de los hogares más empobrecidos. Pero además, hay un espacio político de participación que es real, no es una retórica. Es una oportunidad real. De hecho, solo examinemos la Asamblea Nacional. Tenemos un altísimo porcentaje de mujeres como diputadas, como suplentes y tenemos también en las alcaldías toda una promoción de la participación femenina. Y lo más revolucionario que se plantee la equidad de género y el protagonismo de la mujer es esta Ley que es un hecho que se aprobó el 8 de marzo en saludo al Día Internacional de la Mujer que estipula que el 50% de los cargos de elección sean para las mujeres.
Ya es un decreto que firmó en ese mismo acto el 8 de marzo el Comandante Daniel. Entonces tenemos allí todos los espacios, todos los ámbitos por voluntad política con una voluntad política de que la mujer sea protagonista. Tenemos también toda una promoción de nuevas formas de relacionarse dentro de la familia que se está promoviendo mediante los Consejos de Familia, Salud y Vida que se están moviendo en todos los espacios a nivel desde comarcas los barrios donde estamos promoviendo las acciones con respecto a la equidad con todos los miembros de la familia. Y esto implica un desarrollo de las potencialidades de las mujeres y un reconocimiento de sus propios valores, de sus propias capacidades y un fortalecimiento de su autoestima en el marco de relaciones más igualitarias.
Todo eso va configurando todo un marco de políticas públicas del país y de espacios de participación política que la mujer tiene una cuota de poder real de protagonismo que se le facilita mediante procesos de formación de capacitación, de reflexión y los espacios concretos de acceder a los cargos públicos.
TcS: ¿Hay diferencias en términos de estos avances a favor de la igualdad para las mujeres en la zona rural? ¿Es parejo, igual como en la ciudad, o es más complicado?
MR: Ambos ambientes tienen complejidades. El ambiente urbano en los barrios más pobres tiene la complejidad de que se configuraron esos barrios, esas asentamientos, por ejemplo, por la vía de la migración. Mucho se migró del campo a la ciudad. Se migró en los ochenta por las condiciones de guerra. Por las condiciones de pobreza en el campo en los diecisiete años de neoliberalismo. Por la no atención de las políticas en el campo, la gente migraba y cuando la gente migra hay rupturas de las redes sociales y familiares de apoyo.
Y eso tiene efectos que fundamentalmente afectan a las condiciones de las mujeres, porque hay necesidades prácticas de la mujer en los poblados más pequeños, donde hay redes sociales de familias te están apoyando, pues se facilitan en términos del cuido de los hijos por ejemplo, del apoyo mutuo en casos de enfermedades, en el caso del desempleo, en las zonas más rurales son las redes sociales que te sostienen. Y desde el punto de vista afectivo y de las relaciones y del desarrollo de los niños y de las propias condiciones de no violencia y eso pueden estar siendo un factor adverso el hecho de la configuración de los barrios más pobres.
En las zonas rurales tiene otras complejidades porque estas relaciones de género, estas relaciones hombre-mujer o adultos-niños, todo lo que implica relaciones que históricamente no han sido equitativas porque son construcciones culturales. Y la cultura se arraiga mucho más en el campo por la falta de oportunidades, a lo mejor, de compartir con otros, de tener espacios de reflexión y son familias más cerradas al cambio o que pueden ser más cerradas a los cambios. Eso depende de la forma en que llevemos el mensaje. Plantea retos, no es que lo vuelve imposible pero como le decía son complejidades de naturaleza diferente. Hay fortalezas en el campo, fortalezas en la ciudad y hay riesgos también, que hay que ir asumiendo en los programas y en la atención a estas familias.
TcS: ¿Usted siente que los programas como Hambre Cero y Usura Cero han apoyado aportar más estabilidad a las mujeres para permitir que participen activamente en los programas impulsados por el Ministerio de la Familia?
MR: Considero que los programas son programas que les faciliten el acceso a los recursos económicos, a la producción de alimentos por ejemplo y a poder comercializar el excedente y a garantizar un desarrollo de su propio familia. Y la primera beneficiada en términos integrales es la mujer. En este gobierno trabajamos como sistema. Y esa es la bondad que ofrece una política social integrada.
Todas nos integramos de acuerdo a sus roles en función de dar un servicio completo. Entonces, los procesos de empoderamiento por decirlo de una manera, aunque no me gusta ese término pero no se me ocurrió otro, de fortalecimiento de las capacidades de generar ingresos de las mujeres van acompañado de otros procesos que iba madurando durante el primer período de gobierno en esta segunda etapa de la Revolución y de este período.
Los espacios de formación de las mujeres, de reflexión , que se van a ir ampliando en los Consejos de Familia, Salud y Vida y que van haciéndose fuertes porque no nos vamos a sentar a hablar sólo con las mujeres. Entran todas, hombres, mujeres, jóvenes, los mayores, como un solo cuerpo, a reflexionar sobre cómo se está relacionando dentro de la familia, si va a ir a una comunidad, en cómo a abordar los temas, en cómo convertirse en protagonistas de sus propios procesos de cambio.
Eso abre posibilidades muy grandes al desarrollo real del protagonismo de la mujer, porque está el espacio construido y se va juntando los espacios económicos, los espacios del desarrollo más personal, los espacios de formación no solo productiva sino en otros ámbitos desde una perspectiva como mujeres. Eso te va promoviendo un espacio para el desarrollo de las mujeres que no tiene precedentes en este país.
TcS: ¿Sería posible explicar hasta qué punto los Consejos de la Familia son una expresión del Poder Ciudadano?
MR: Los Consejos de Familia Salud y Vida se inscriben en el modelo del Poder Ciudadano porque ese modelo en su esencia promueve el protagonismo de todos y todas sin distinciones de ningún tipo. Hombres, mujeres, niños, no importa su religión, no importa su partido político. Son movimientos mucho más amplios en el sentido de que son expresiones comunitarias en que se está convocando la comunidad en su conjunto en función de resolver y de promover cambios personales, comunitarios y sociales para mejorar la calidad de vida y en dar la palabra a las comunidades y en fortalecer ese protagonismo. Se complementen y se fortalecen.
Al tener los Consejos de Familia, Salud y Vida tenemos una expresión que tiene un enfoque concreto dirigido a la promoción de valores, al rescate de nuestra identidad cultural y que es facilitado dentro del modelo del Poder Ciudadano pero a su vez fortalece ese modelo del Poder Ciudadano porque lo amplia y lo consolida. Hay una relación dinámica entre los Consejos de Familia, Salud y Vida y el modelo del Poder Ciudadano. Los Consejos de Familia, Salud y Vida enriquecen ese modelo y el Poder Ciudadano enriquece los Consejos de Familia, Salud y Vida. Es una cosa mucho más de desarrollo y de cambio de enfoques culturales, de formas de relacionarse que va a hacer que este modelo de Poder Ciudadano avance hacia otras dimensiones de la vida cotidiana.
TcS: ¿Cuál es la importancia del Programa de Amor a los más Chiquitos en este proceso?
MR: El Programa Amor en su conjunto es un programa de restitución de derechos de sectores de la población infantil que han estado teniendo algún tipo de riesgo. Por ejemplo, niños en la calle, niños privados de una familia por condiciones de orfandad, maltrato y abandono, niños que no tenían partido de nacimiento, hijos de emigrantes y privados de libertad, hijos de madres que trabajan y que se atienden en la red de servicios infantiles. Y como todo en este proceso revolucionario se va revisando, se va enriqueciendo a partir de una voluntad política de construir bienestar y restituir derechos a nuestra población.
Fuimos avanzando en la perspectiva del Programa de Amor a los más Chiquitos y a partir de un análisis de la situación de los niños, el Programa se mete a ingresarlos en la escuela, mantenerlos en el sistema escolar y recuperar su derecho a ser niño. Encontramos que uno de los factores por los cuales algunos de los niños se habían retirado del sistema escolar era por su bajo rendimiento académico, producto de un vacío en su educación cuando eran muy chiquitos.
Eso por un lado. Por otro lado, todo el tema de valores, todo el tema del modelo de crianza. Si en la familia hay un modelo de crianza muy autoritario, de mucho autoritarismo de los adultos sobre los niños, eso puede llegar a convertirse en expresiones de violencia intra-familiar o de formas inadecuadas de conducir a los niños cuando están chiquitos. Hay que saber ponerles límites sin necesidad de traerles a situaciones que lesionen su dignidad, que impliquen descalificarlos o castigarlos de manera muy dura.
Entonces fuimos buscando la forma de llegar a las nuevas generaciones de la manera más temprana posible. El Programa Amor fue naciendo en el seno del Gabinete Social y el sistema para la bienestar social como un esfuerzo conjunto del Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y el Ministerio de la Familia conducido por la Compañera Rosario. Todo este tema de valores de nuevas relaciones, todo este cambio de visiones del mundo. Esta promoción de derechos y esta Nueva Nicaragua que queremos construir y que debemos construir arranca de la más tierna infancia.
Es así que se diseña el Programa Amor a los más Chiquitos y se diseña la cartilla. Es una cartilla que acompaña la familia desde el embarazo hasta que el niño o la niña va a la escuela con una guía paso a paso de cómo atender al niño, en todos los aspectos, con una atención integral. Plantea toda la parte de salud, de control de crecimiento y desarrollo, esquema de vacunación, nutrición y toda la parte muy importante que es la crianza con ternura, la crianza con amor basado en el enfoque más moderno de la neurociencia que plantea que las conexiones cerebrales se hacen a no sé cuantos miles al minuto desde el momento en que el niño nace y que el principal ingrediente para esos enlaces es el amor, la ternura, la comunicación, hablarle al niño, acariciarlo.
Y para hacer eso en nuestro país, no es necesario tener grandes recursos, porque las familias lo han acogido con una gran apertura, acogen esta buena nueva de cómo criar a su niño y lo implementan con una facilidad que ha superado nuestras propias expectativas. Es como que llegas con la buena nueva, te sentás con la familia y ves a su niño de seis meses y entonces vas con el personal del Ministerio de Salud o de Educación o del Ministerio de la Familia y explican, que este niño tiene a esa edad de ser capaz de hacer ciertas cosas y, si no lo está haciendo, cómo se le va a desarrollar y le explican la importancia de que le hable suavemente, que aproveche el espacio de su vida cotidiana.
Por ejemplo que mientras está cocinando le puede estar enseñando los colores con las verduras y las frutas, o las texturas, que no se necesita juguetes complicados. Se trata de incorporar la estimulación temprana y la crianza con ternura a la rutina de la vida cotidiana e incorporar a la madre, a los hermanos mayores, a los adultos, a los abuelos, a los tíos, a cualquier adulto que esté en función de la crianza del niño.
Eso nos plantea el espacio para una revolución educativo de consecuencias educativas enormes porque está sentando las bases desde el embarazo que está atendiendo a la madre porque en los centros del Ministerio de Salud se le está explicando la importancia de su seguimiento para un parto sano, feliz, bien cuidado y, a partir de que se nace, tiene el niño tiene todo la atención del sistema que se necesita para su bienestar social en su domicilio.
Están yendo los agentes educativos de primera infancia que ya han sido formados y continuamos formando con enfoques modernos, educativos y con la gran revolución del Amor. Porque lo que se le está llevando de nueva a la familia es que sobre todo que el niño desarrolle con Amor. Necesita tanto la alimentación adecuada, el aseo adecuado, como el Amor.
Usted le puede cantar, le puede hablar, le cuenta un cuento cuando es más grandecito y así va desarrollando su lenguaje pero sobre todo va construyendo un adulto seguro, porque desde sus primeros años de vida él o ella se siente querido, se siente importante, se siente miembro de una familia, se siente con identidad de familia con identidad de nicaragüense. Se promueve dentro del Programa Amor todo el rescate de la cultura, que los niños crecen naturalmente con nuestras comidas, nuestro folclor, nuestros tradiciones y está toda la comunidad involucrándose.
La experiencia de las primeras doscientos mil visitas que realizamos, ya estamos en las segundas visitas, ha sido exitosa. La pudimos recoger en los 28 foros que realizamos donde participaron padres, madres, promotores comunitarios. Pudimos enriquecer todas esas experiencias que se concretó en una política de atención a la primer infancia que firmó el Comandante Daniel en diciembre 2011, que fue construida por la gente a partir de la experiencia de trabajo con el Programa de Amor a los más Chiquitos.
Y eso avanza. Estamos fortaleciendo la red de servicios de preescolar. Estamos ya estructurando una modalidad de atención comunitaria casa a casa, estructurada en diez visitas al año con intercambios de padres y madres intercalados. De manera que tenemos un modelo de atención a la familia de los niños más chiquitos integral y con cobertura nacional.
Todo acompañado de nuestro tejido de comunicación social que apunta a fortalecer esas nuevas pautas de crianza, nuevas formas de criar niños, nuevas formas de relacionarse; entender que cuando el niño juego está aprendiendo, que el juego es su principal medio de aprendizaje, que no vea tanto la televisión, que nosotros los adultos juguemos con los niños; que no necesitamos juguetes complejos.
Podemos desarrollar a los niños en base a la naturaleza que nos rodea, que en las comunidades más pobres, con un pollito o una gallina, uno puede dar una clase completa sobre colores, tamaños, sobre la vida. Se puede enseñar a cuidar el medio ambiente.
Todo eso es lo que estamos llevando casa a casa y las familias están acogiendo con la mayor apertura, involucrándose en esas formas de criar y descubriendo muchas veces, nos decían sobre todo los papás, la importancia de que los papás se involucren en la crianza, que jueguen con sus niños; de los limites a tanta televisión, eso va a ir teniendo efecto en los valores, en la cultura y va eso juntándose con todo el trabajo de los Consejos de Familia, con todo el empoderamiento de las mujeres en la parte económica y produciendo el desarrollo que se está promoviendo por el gobierno.
TcS: ¿Entonces, sería justo decir que aunque el Programa Amor para los más Chiquitos no está directamente dirigido a las mujeres tiene un efecto de aliviar las presiones sobre muchas mujeres a la vez que les ofrece un fuerte reforzamiento moral?
MR: De hecho es así, porque nosotros estamos trabajando con las mujeres en los diferentes ciclos de vida de los niños que son los protagonistas del Programa Amor, pero nosotros estamos trabajando con las madres también. Estamos haciendo formación de grupos de padres y madres en hábitos y valores en que les invitamos a reflexionar sobre la crianza ya de los grandecitos a ambas el papá y la mamá.
Estamos promoviendo desde el Programa también la designación de actividades que generen ingresos y estamos facilitando los procesos de reflexión en modelos de acompañamiento familiar que promovemos dentro del Programa Amor para que la mujer también se apropie de su dignidad, de sus capacidades como madre, de sus habilidades parentales
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