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jueves, 18 de octubre de 2012

El valor educativo de las relaciones sociales


MUNDO:

El valor educativo de las relaciones sociales

Herman van de Velde

Herman van de Velde 

Abaco en Red



Las relaciones sociales, las relaciones entre las personas o con las obras ‘personales’ – porque son hechas por personas – constituyen la fuente principal de todo proceso de aprendizaje. Por lo anterior es que afirmamos categóricamente que ‘las relaciones sociales son esencialmente educativas’.

Es indispensable que todo educador sea un facilitador de procesos de interactuación social, creando, construyendo oportunidades de aprendizaje multilateral. Estas oportunidades de interactuación social permiten la acumulación consciente de experiencias, permiten experienciar la vida, e ir construyendo una conciencia propia (concienciación), la base fundamental dentro del proceso de inserción consciente en la vida social.

Al tener al SER, a la persona, al colectivo, en el centro, entonces hablamos de una ‘Pedagogía Concienciadora’ donde el papel fundamental del o de la docente es el de ‘Facilitar la creación (construcción) de oportunidades de aprendizajes, integrantes de Actitudes Emprendedoras de calidad creciente, por cada persona dentro del grupo, por el grupo’.  No se trata de ‘depositar conocimientos’ o de ‘transmitir conciencia’, ni de ‘concientizar a’, sino más bien de Crear (construir) conjuntamente Oportunidades de Aprendizaje, integrantes de actitudes emprendedoras de calidad creciente.  No es tarea del o de la docente OFRECER, sino más bien su tarea consiste en crear y construir juntos, facilitar la construcción, la creación por cada una de las personas participando en el proceso, por el grupo como conjunto de personas, interactuando.  ¿Cuántas veces ocurre lo contrario? ¿Cuántas veces hacemos las cosas más difíciles, como pedagogos, como educadores, como docentes, en vez de hacerlas más fáciles? ¿Cuántas veces, más bien, complicamos las cosas en vez de facilitarlas?  Las respuestas a estas preguntas indican directamente el valor educativo de las relaciones establecidas entre, por ejemplo estudiantes y docentes, ‘educadores’ y ‘educandos’, entre docentes, entre estudiantes, entre seres.

La conciencia no está dada, sino que es construida paulatinamente por el propio ser (personal dentro de lo colectivo), siendo, viviendo su ser, como un proceso complejo, permanente, inconcluso siempre, retando el futuro, a partir de valores o principios como la cooperación genuina, el respeto, la solidaridad, la sinceridad, la confianza, la empatía, entre otros.

La sociedad es la expresión fundamental de la interrelación social, y por consiguiente, constituye el marco general de todo valor educativo.  El núcleo de toda sociedad NO ANÓNIMA, ya que tiene nombre, no es la familia como tantas veces nos quieren hacer creer, sino son las personas, en permanente interacción; la familia misma ya es una sociedad ‘no anónima’ -ya que tiene nombre– y es construida conscientemente por la participación y la interacción de sus miembros.

El SER no es así no más, sino es porque somos, se construye sobre algo …, sobre experiencias, vivencias y concepciones de PODER (por ejemplo de madres y padres, de maestros, de adultos en general), de DEBER (para crecer, para desafiar, para retar-se) y de QUERER (para seguir siendo), las que interactúan de una manera única, dándole forma de esta manera al ser único que soy y que sos, que somos, y que nos permite relacionarnos con los demás y lo demás como tal.  Este ser único, igual se expresa, se proyecta, integralmente, hacia fuera (transformando), hacia dentro (transformando también, creciendo, …) en sus actitudes frente a los demás, frente a lo demás, frente a sí mismo, …  Toda actitud se integra con base en al menos 16 componentes fundamentales: sus (del ser) PENSARES, sus SENTIRES, sus ACTUARES (lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual), y también lo psico-motor, lo ético, lo volitivo, lo político-ideológico, lo social, lo económico, lo bio-energético, lo cívico, lo cultural, lo lúdico-artístico, lo estético, lo biológico, … .

Nuestra capacidad de transformar, de crear es la expresión máxima del valor educativo de las relaciones, interrelaciones, interacciones sociales.  Esta expresión máxima se concretiza a través de la decisión personal y colectiva.  El poder, deber y querer transformar conscientemente nos permite pensar, sentir y actuar con mayor coherencia lógica, profundizando la propia transformación en nuestro entorno social y material, incluyendo nosotros mismos como seres crecientes.
Dr. Herman Van de Velde, pedagogo coordinador de ABACOenRed

http://www.albared.org/node/1157

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