La opinión movilizada de FSLN y los Callahan-dracas
Por Edwin Sánchez.
19 julio de 2012
Si a Robert Callahan --- Bobby, para los que piensan como él---, el doctor Henry Kissinger le hubiera dado a elegir entre ser Napalm de entrega inmediata en Vietnam o funcionario del Departamento de Estado, lo hubiera puesto en serios aprietos. Felizmente para él, había otra opción sin Mr. K. en el escenario: ser un ácido agente diplomático de soluciones fosfóricas.
En Nicaragua, Callahan aún no se siente un triquitraque jubilado, en virtud de que sus últimos cachinflines ponen en pie hasta el éxtasis a sus fans locales como si escucharan la emblemática marcha del USMC, "Semper Fidelis", de John Philip Sousa
¿Por qué? Pues porque hay unos dos o tres asteroides --- pueden incluir alguna que otra estrella fugaz--- que se creen la Vía Láctea de la verdad en Nicaragua, y tal verdad, aunque sea con músculos inflados a punta de esteroides mediáticos, es sinónimo de oposición.
Pero hablar de oposición en singular resulta poco serio, aunque suene a cumplido. Debemos mejor referirnos al menú de oposiciones que se ofrece en un restaurante poco concurrido y donde ni el admirado mister Callahan se fía de la sopa siglas que le sirven.
Dicen que son "el pueblo" al que el CSE le escamoteó su "arrasadora victoria" electoral, pero no se ven manifestaciones masivas ni plazas de bote en bote, y si la gente no quiere ir a las calles a protestar porque hay que asolearse o por temor a algún incidente, pues ahí van los encuestadores hasta sus propias casas para que ese multitudinario descontento a domicilio contra el "robo de votos" salga por lo menos vestido de coloridos gráficos de barras.
Una encuesta de M & R reveló en abril que el 64,7% de los consultados opinó que "la oposición no representa una esperanza". En julio, el estado de salud de las oposiciones es de pronóstico reservado: la misma firma detalla que un 67.4 % de los nicaragüenses considera que los partidos de derecha no representan ninguna opción viable y solamente 24.3 los considera válidos.
El partido impreso, "La Prensa", registra con un lamento esos porcentajes de la vida real que rompen la realidad de papel con que se quiere envolver al mundo:
"La celebración del día del partido liberal de Nicaragua, este 11 de julio, transcurrió de manera anodina a pesar de que por las circunstancias políticas del país y la situación deplorable en que se encuentra ese mismo partido -en sus distintas corrientes, unas mal y otras peor-, cabía esperar alguna expresión de autocrítica pública, ya que no un propósito de enmienda y el compromiso claro de rectificación.
"En Nicaragua sobran los líderes. Daniel Ortega es líder no solo de su partido sino de una gran parte de la población humilde de Nicaragua", precisa en su editorial el mismo diario. A confesión de parte... ¿cuánto suma la población humilde de Nicaragua, además de la opinión movilizada del FSLN a la hora de votar o de ir el 19 de Julio a la Plaza, y cuánto la minoría?
Y si la derecha es un "partido deplorable" de resultados "anodinos" y compuesto de corrientes que van "de mal en peor" ¿en qué lugar del planeta una formación política tan insolvente podría aspirar un triunfo arrollador como el que reclaman todos los días?
No hay ninguna explicación, solo un Mantra recomendado por Callahan, cuya patética repetición no tiene sentido, pero alivia las penas: "fraude".
De esas infamias
El cable que AFP lanzó el 1 febrero de 2011, no revelaba una encuesta entre eufóricos miembros de la Juventud Sandinista. No, era nada menos que el embajador de los Estados Unidos que miraba nueve meses antes, el fácil parto de una victoria sandinista.
"El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, puede ganar fácilmente las elecciones de noviembre ante una oposición dividida, declaró este martes el embajador estadounidense en ese país, Robert Callahan".
Durante un debate con otros embajadores EUA en Centroamérica, organizado por el centro de análisis "Woodrow Wilson", Callahan, actuando más que como representante de una gran nación, como un manager quemando sus últimas brasas para encender a sus pequeñas ligas opositoras, aseguraba: "Preveo que Daniel Ortega gane si la oposición es incapaz de unirse".
"'La oposición legal está fragmentada, no tiene fondos y está sujeta a las ambiciones personales de sus líderes', estimó el embajador, quien citó los programas sociales y la lucha contra la pobreza del gobierno sandinista como principales basas (soportes) de Ortega para volver a permanecer en el poder".
Sin embargo, a menos de un mes de los comicios, sin la investidura de titular de la EmbUSA, Callahan se acuerda del antiguo repertorio de Mr. K. en sus años de mortífera gloria y da a luz a sus Callahan-dracas.
En "Confidencial" responsabilizaba al Frente de las 10 Plagas de Egipto: "podría echar mano de un fraude masivo en los próximos comicios del 6 de noviembre". Callahan hasta se atreve a dar órdenes a Washington: "ante ese atropello a la democracia, la administración de Barack Obama debe tomar acciones políticas fuertes, que incluirían la suspensión de la asistencia económica bilateral y multilateral".
El ex embajador aparece ahora en julio y de nuevo quiere mandar a Obama para que suspenda el Waiver con un "patriótico" objetivo que sus beneficiarios locales no han rechazado: "podría ser el impulso para que la oposición democrática -a la cual critica fuertemente por ser "incapaces" de unirse "en torno a una persona, plan o idea"-, deje sus diferencias y trabajar juntos en restablecer la transparencia, la rendición de cuentas y el imperio de la ley".
Si en sus manos estuviera "conservar la pureza" de la democracia en la Casa Blanca, Callahan hace tiempo hubiera dejado desempleado a Obama. Pero los tiempos son otros, aunque algunos de los traductores nativos todavía escuchen a su Bobby como el BIG BANG de la democracia y otros se crean, por su pedigrí, la única "partícula de Dios" nacida para gobernar Nicaragua.
http://www.rlp.com.ni/blogs/826
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