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domingo, 6 de mayo de 2012

¿Desaire, exabrupto o descortesía contra la primera dama?


¿Desaire, exabrupto o descortesía contra la primera dama?

 Por Carlos Escorcia Polanco



4 mayo de 2012

En sola la entrada la flamante nueva embajadora de Estados Unidos en Nicaragua, Sra. Phyllis Powers, hizo gesto que nos pareció a muchos una inaceptable falta de cortesía contra la primera dama, totalmente reñido con su alta investidura diplomática. El ofensivo incidente se dio en momentos en que la enviada de la Casa Blanca presentaba sus cartas credenciales ante el presidente Daniel Ortega.

La embajadora Powers leyó en inglés la carta de acreditación que el presidente Barack Obama envió al presidente Daniel Ortega. Concluida su lectura, la embajadora entregó al presidente Ortega el documento en cuestión el cual estaba en inglés.

El presidente Ortega entiende muy bien el inglés, pero consciente que el acto estaba siendo televisado a la nación, cuya mayoría no domina el inglés, el mandatario le pidió a la primera dama que tradujera la carta al español.

Aquí se dio la inaceptable falta de cortesía de la diplomática estadounidense. La embajadora interrumpió abruptamente al presidente Ortega y ofreció ella misma en un español con fuerte acento anglosajón, un resumen de lo que la carta decía.

Dado que la embajada norteamericana no tuvo la cortesía de ofrecer una traducción oficial de la carta al español, nuestro idioma oficial, según nuestra constitución, el presidente Ortega estaba en todo su derecho de pedirle a la primera dama que tradujera la carta al idioma oficial de nuestro país. El presidente se lo pidió a la primera dama, no a la embajadora Powers.

Si así se comporta la representante del imperio en solo la entrada, irrespetando de forma tan grosera y repugnante a la primera dama de Nicaragua, ante las cámaras de televisión desde la primera vez que hace contacto directo con el presidente de la república, cabe preguntarnos si la embajadora representa al presidente Obama o al senador cubano-estadounidense Marco Rubio.

El presidente Ortega disimuló a la perfección el desaire a su esposa de parte de la representante del presidente Barack Obama. Nuestro presidente hizo gala de cortesía resaltando las cualidades personales de la embajadora e indicándole que podía hablar con quien quisiera con la más completa libertad, instándola a hablar con los medios de prensa, los gremios y todos los sectores de la sociedad nicaragüense.

¿Se atrevería algún diplomático a cometer semejante agravio si se tratara de la primera dama de los Estados Unidos? Le arrebataría algún embajador de las manos del presidente Obama, las cartas credenciales y ofrecer su propia traducción?

Los nicaragüenses no olvidamos nuestra historia. Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla. Quizás la embajadora ha olvidado que Sandino luchó contra la ocupación militar norteamericana y que el FSLN derrocó a la más sangrienta dictadura de nuestra historia, la dictadura somocista, impuesta por Estados Unidos.

Cabe preguntarnos entonces si la embajadora viene "a poner a Daniel Ortega en su lugar" retrocediendo a ese pasado de dominación de triste recordación? O viene esta dama a inaugurar una nueva era entre los dos países que por razones de geografía, economía, lucha antidrogas y migración, compartimos intereses en común?

Quizás nuestro gobierno minimice este irrespeto a la primera dama de Nicaragua y se concentre en las relaciones bilaterales de nuestros dos países. Pero debe quedar constancia que la arrogancia imperial no tiene cabida en una época en que ambos gobiernos se esfuerzan por mantener sus relaciones en el marco de la cooperación y el respeto mutuo.



¿DESAIRE O NERVIOS?

Ha sido la comidilla del día en círculos empresariales, políticos y diplomáticos, la aparente falta de tacto de la nueva Embajadora de Estados Unidos en Managua, Phyllis Powers, quien supuestamente impidió anoche que la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo tradujera del inglés al español un texto que leyó ante el Presidente Daniel Ortega... Powers leyó el contenido de una carta del Presidente Barack Obama, en donde le decía al gobernante nicaragüense que tuviera confianza en la capacidad de su representante en Managua porque lo que ella dijera e hiciera, sería en beneficio de nuestros dos pueblos... Acto seguido, Ortega tomó el documento y le pidió a Murillo, quien estaba a su lado, que lo tradujera, ya que ella habla varios idiomas incluido el inglés, pero Powers, aparentemente nerviosa le quitó a Ortega el documento y lo interpretó, para devolvérselo después...

Esto ha sido tomado por algunos sectores como una descortesía de la diplomática hacia Murillo, quien tiene mucho poder e influencia en el gobierno y el FSLN... Powers estaba acompañada del Cónsul General, Robert Batchelder y el Segundo Secretario de la Embajada, William Kors... El mandatario, para suavizar la situación dijo que Powers hablaba muy bien el español y le dio la bienvenida...

"Para mí es un gran honor representar a mi País y a mi Gobierno ante el Pueblo y Gobierno de Nicaragua. Siempre queremos ser amigos y socios de toda la Región, y ojalá que durante mi tiempo acá podamos avanzar en nuestras relaciones, y hacer Programas por el beneficio de todos, y para la Paz de esta Región, como socios y vecinos. Por eso voy a trabajar duro en Nicaragua, como he hecho en mis otros puestos al servicio de mi País", dijo Powers...

Informe Pastrán, May 4, 2012

Cortesía de.  "reduc unan" reducunan10@gmail.com

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