El Facebook como Campo de Batalla Política
Manuel S. Espinoza J.
Igual que en la guerra el territorio cuenta. Su posición y su posesión son elementos que integran la táctica y la estrategia. En la Guerra política que divide por tantas décadas al país, el territorio de protesta se ha venido disputando pedazo a pedazo, aún cuando la oposición en los últimos tres años ha demostrado fracasar en su intento.
El FSLN conoce de geopolítica, al igual que las organizaciones extranjeras que financian a partidos políticos y organizaciones de la “sociedad civil” opositoras nacionales. Saben que el espacio que se mantiene vacio, lo ocupa el adversario y, una vez tomado el territorio, se convierte en una cabeza de playa que, al final, generará más dificultades en recuperarla, que en mantenerla.
Por eso el partido sandinista, ha venido manteniendo cada zona del país e inclusive todas las rotondas de la capital ocupadas. El ejercicio es desgastante, solo la disciplina de sus militantes y su grado de conciencia política ha permitido mantener dicha estrategia desde las elecciones municipales del 2008.
La situación anterior no es como para no prestar atención si ya se conoce el decálogo de cómo se han venido armando revoluciones de color por Europa, Asia Central y el mundo árabe. Todas comienzan con una simple marcha de agrupaciones que, en tiempo electoral, marchaban por diversas razones con un solo objetivo: lograr la destitución del gobernante electo. De repente, estas marchas se convierten en multitudinarias, sin que la policía no pueda controlarlas. Y aunque los servicios de contrainteligencia digan tenerlas bajo control, no logran comprender de dónde surge la multitud. La tercera etapa es que el ejército caiga en la provocación y se den las primeras víctimas, para luego acusar al mandatario de crímenes de lesa humanidad y su juicio en el Tribunal Penal Internacional (TPI) O dimite o defiende. En ambas opciones el triunfo de la “revolución” ha sido inevitable.
En el caso de Libia, todo el primer componente se cumplió al pie de la letra. Gaddafi confió en sus fuerzas militares, al utilizarlas falló. Provocó más bien un efecto contrario. Porque cuando lograron controlar a los rebeldes, que eran dirigidos por lideres preparados en los famosos cursos de liderazgo que promueven las organizaciones norteamericanas que apoyan al Departamento de Estado y a la CIA, y comandos de la CIA, que entraron antes de que la guerra se iniciara, la opción fue otra, usar a la ONU y la OTAN y ganar la guerra por sus propios medios. El final del régimen de Gaddafi y de él mismo ya lo conocemos.
En la revoluciones de Tunes y Egipto nuevos instrumentos de guerra de la información son empleados con efectividad. Se trata de la telefonía celular y los chats telefónicos, los mensajes SMS, el Internet, los blogs y las redes sociales. Entre estas últimas, está “Facebook”, una de las más conocidas y utilizadas en el país. La efectividad de estas herramientas de comunicación resultaron ser mortales para el régimen de Tunes y Egipto. Tales que estos son ya historia. Cuando los servicios de contrainteligencia se dieron cuenta y quisieron cortar el internet y bloquear la comunicación entre sus manifestantes opositores, aviones Galaxy con la ayuda satelital sobrevolaban el espacio aéreo para generar el internet sin los operadores locales de este servicio. En Siria y Yemen la efectividad aun es más sorprendente. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en Ingles), la agencia más secreta de los EE.UU logró bloquear a todos los simpatizantes de estos gobiernos, que expresaron opiniones en defensa del régimen. Igual paso en Libia.
Para nadie debe ser factor de sorpresa la capacidad de las agencias norteamericanas, Inglesa, israelí, china y rusa en monitoreo y control de los usuarios de Facebook, twiter y otras redes sociales conocidas. Es simplemente sorprendente. No escatiman recursos. El panorama nacional en este aspecto está tan lejos que parece ficción. La falta de estructuras ampliadas, con gran cantidad de recursos humanos y económicos son solo unas cuantas partes del problema. La comprensión de los tomadores de decisiones y la verdadera intención de mejorar este campo como se debe constituye la otra parte.
En Nicaragua en estos días, Facebook es un campo de batalla política e ideológica. Participan no solo los nicaragüenses que viven en el país en debates intensos, crudos y ofensivos de unos contra otros. Participan también nicaragüenses desde el extranjero y los mismos extranjeros que alientan la división al comentar sobre nuestra problemática y parcializarse con cualquiera de los bandos.
Facebook lo utilizan para invitar a movilizarse y concentrarse en los puntos que proponen ya sea para protestar por el resultado de las elecciones, como también para contrarrestar dichas protestas.
El papel de la prensa digital nacional y extranjera, incluyendo los videos de YouTube es relevante en esta zona de enfrentamiento. Sus artículos y videos son posteados como arma en defensa de la razón y la lógica de cada usuario independientemente del bando. Son elementos que empujan a credibilidad y el convencimiento de los aún no definidos políticamente.
Los tiempos del Facebook con fines de mercadeo empresarial aún no terminan en Nicaragua. Por lo menos de aquí al diez de enero de 2012, cuando se dará la toma de posesión, las promociones navideñas se verán deslucidas ante el debate político. Quién está ganando es difícil de decir, quién ganará también resulta complicado predecir. Este es un nuevo terreno de operaciones y en él como en la guerra psicológica de información, todas las maniobras cuentan. Algo si está muy claro en Facebook y es la división que día a día se profundiza entre los nicaragüenses a pesar de nuestra ya triste historia de confrontación política y, como siempre, las naciones vecinas serán parte de los beneficiarios.
Msc. Manuel S. Espinoza J
Presidente Ejecutivo
Centro Regional de Estudios Internacionales
(CREI)
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