Las Relaciones entre Nicaragua y la Federación Rusia pican y se extienden

Las Relaciones entre Nicaragua y la Federación Rusia pican y se extienden

Manuel S. Espinoza J.

Muchos creen que los primeros rusos llegaron al país con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979. Pero así como al país llegaron de otros continentes, chinos, alemanes, franceses y coreanos mucho antes que el establecimiento de las relaciones de nuestro país con sus estados, igual fue el caso de los ciudadanos rusos en Nicaragua. Estos últimos llegaron mucho antes de los años 40 del siglo pasado, que es cuando se dan lugar al establecimiento de relaciones de alianza en tiempos de la segunda guerra mundial.

Recientemente, el embajador de Rusia, el Señor Igor Kondrachev abordó públicamente de manera muy amplia y clara el carácter cualitativo y cuantitativo de las relaciones bilaterales entre nuestros dos estados en ese ya largo recorrido de tiempo. Se registran cifras como las de varios miles de millones de dólares de asistencia y cooperación en más de medio siglo de relaciones bilaterales. En los últimos 2 años, una enorme cantidad de autobuses y equipos médicos, así como otra decena de millones para asistencia al gasto fiscal, apenas constituyen una parte de lo que se vislumbrará en un futuro próximo el carácter cuantitativo de la continuación, aunque para muchos el reinicio de relaciones entre nuestras naciones. Habrá que reconocer también que Nicaragua, hasta hoy día, tampoco se ha quedado atrás en demostrar los lazos y compromisos de amistad con el pueblo y el estado ruso.

En relación al carácter cualitativo de estos lazos, mencionaba el embajador Kondrachev ruso, se fundamentan en el respeto mutuo. A diferencia de otros Estados donantes, esta actitud se mantiene en la no injerencia en los asuntos internos, En el repudio a la aceptación del chantaje por la ayuda condicionada. Muy al contrario a esta actitud tradicional de ciertos países, la Federación Rusa es conocedora de nuestras limitaciones y necesidades y no pretende sacar ninguna ventaja a su favor, independientemente de la asistencia otorgada.

Ese carácter cualitativo también se expresa en el interés mutuo de coexistir y sobrevivir en un sistema internacional de condiciones adversas para toda la humanidad; en la mutua preocupación de los intentos de unos cuantos actores internacionales de mantener un orden unipolar.

Hoy día, hay muestras claras de la proyección positiva que marcan las relaciones entre nuestros países. Uno de estos vectores está ligado a las relaciones comerciales. En el 2010, por ejemplo; alrededor de 50 millones de dólares fueron generados por Nicaragua en materia de exportación a Rusia. Esta cifra ya fue superada en los primeros meses del año, con un volumen de 54 millones de dólares. Otro sector de nuestras relaciones con Rusia está dirigido a enfrentar en conjunto los desastres naturales. En correspondencia con este tema, el representante ruso hizo real el compromiso de amistad de la Federación Rusa hacia Nicaragua, con el anuncio de la pronta entrega al sistema de defensa civil de 26 millones de dólares para la mitigación y prevención de desastres naturales.

Con un cuadro tan positivo marcado por el pasado, presente y el futuro de las relaciones fructíferas con la Federación Rusa, desde luego, que no cabria citar la frase tan famosa de los mexicanos en cuanto a la cercanía con los EE.UU de “Que desgracia la de México, tan largo de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Por su lado los Israelitas expresan que, “Que desgracia la de Israel, tan cerca de Dios (por ser el pueblo escogido) pero tan largo de los Estados Unidos”. En cuanto a nuestras relaciones con Rusia sería interesante construir una frase similar que combinara las frases de mexicanos e israelitas. Usted señor lector también puede hacer su propia combinación. Mientras tanto yo recomiendo seguir de cerca las relaciones de mutuo interés entre nuestros estados.

 

Manuel S. Espinoza J.

Presidente Honorifico de ANPROGEUS.

Asociación Nicaragüense de Profesionales Graduados en la URSS.