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domingo, 13 de marzo de 2011

Alegría por las luchas de masas y tristeza por sus limitaciones que las regresan al mismo control

Alegría por las luchas de masas y tristeza por sus limitaciones que las regresan al mismo control
Pedro Echeverría V.

 
1. Observando las batallas del norte de África, así como las de Europa y Wisconsin, no he dejado de entusiasmarme por ellas, de leer intensamente los periódicos y lo que me llega por Internet. Busco entenderlas y comentarlas, pero cuando pienso en la historia de las luchas de por lo menos los últimos 50 años y en las posibilidades en que las cosas transformen en serio el mundo, caigo nuevamente en el pesimismo porque al frente encuentro al enorme poder del capitalismo mundial. Ya Vico, el filósofo italiano, había desarrollado la teoría espiral de la historia según la cual ésta se desarrolla a través de la sucesión cíclica de tres etapas: divina, heroica y humana; Hegel, el progreso histórico por medio de la dialéctica y Marx había retomado la idea. Sin embargo pareciera que tales “progresos” reales, profundos, no existen y que las cosas cambian para continuar igual, es decir, repetirse sin espiral. Como aquello de “muera el rey, viva el rey”. Veo la información.


2. Decenas de miles de maestros, empleados estatales, granjeros con sus tractores, estudiantes, líderes políticos, dirigentes sociales y artistas inundaron ayer sábado Madison, capital del estado de Wisconsin, en repudio a la promulgación de una ley que anula los derechos sindicales de los trabajadores del sector público y para afirmar que su lucha apenas empieza a pesar de haber sufrido una derrota legislativa. Más de 100 mil manifestantes rodearon el Capitolio (poder legislativo), mismo que durante casi un mes han mantenido sitiado. Lo que empezó como un repudio a iniciativas republicanas para limitar severamente, casi anular, los derechos sindicales de unos 175 mil trabajadores estatales, se ha convertido en una rebelión contra la ofensiva conservadora sobre los trabajadores en Estados Unidos. Chomsky ha comparado las protestas con las de Egipto y el reverendo Jackson, el líder Hightower y el cineasta Moore se han sumado a ellas.


3. ¿Qué luchador social izquierdista –pregunto- podría dejar de participar ante los llamados de Chomsky, Moore, conocidos en el mundo por sus batallas? Lo que empezó como un repudio a iniciativas republicanas para limitar severamente, casi anular, los derechos sindicales de unos 175 mil trabajadores estatales, se ha convertido en una rebelión contra la ofensiva conservadora sobre los trabajadores en Estados Unidos. Estas protestas se presentan en por lo menos nueve estados –Indiana, Ohio y Iowa, entre otros–, donde está en marcha una ofensiva política que busca romper el poder político y social de los sindicatos en el sector público utilizando como justificación la necesidad de reparar los problemas fiscales que sufren casi todas las entidades federativas como resultado de la crisis financiera nacional que estalló en 2007. Ninguna lucha, en ningún país, puede ser más importante –puede probarse- que la que se desarrolle en el propio imperio mundial.

 
4. El debilitamiento o la caída del imperio yanqui significaría la revolución mundial, el cambio radical de la economía y la política en el universo. Desafortunadamente el imperio yanqui, con toda su riqueza económica, armamentista y militar, con la mano en la cintura desaparece cualquier movimiento de protesta. Si durante 100 años ha bombardeado, invadido, impuesto golpes de Estado, saqueado las riquezas de todos los países del mundo, sólo habría que imaginar con qué facilidad entierra cualquier movimiento social en su propio país. Muchas veces no necesita reprimir los plantones mediante la violencia porque le ha bastado comprar a sus líderes, encarcelarlos y desaparecerlos. Y es que en EEUU se han registrado a través de las décadas grandes movilizaciones, sobre todo en las décadas de los sesenta y setenta contra la guerra de Vietnam y junto a las luchas de los negros contra la discriminación. Pero todas han sido absorbidas.

 
5. Que hay que seguir batallando, ninguna duda cabe; y, aunque no se quiera, la fuerte explotación, la opresión y el saqueo de nuestros recursos obliga a todo el mundo, de acuerdo al tamaño de su conciencia. Lo que ha retrasado las batallas contra la dominación ha sido la falta de unidad, los desencuentros personales y el bajo nivel de desarrollo de la conciencia (falta de conocimiento); pero muchas veces ni saltando estos obstáculos hemos logrado triunfar porque la fuerza material e ideológica del capitalismo nos hace regresar a lo mismo. ¡Cuántas revoluciones, cuántos gobiernos de izquierda, cuántas enormes movilizaciones se han registrado en el mundo y pareciera que regresamos a lo mismo! Los jóvenes de hoy se entusiasman como yo en los sesenta y setenta que vivimos el triunfo de la revolución cubana y10 países con guerrillas en América; las independencias de países africanos, las enormes movilizaciones y parece que estamos en lo mismo.
 

6. Obviamente mi planteamiento no es para que el capitalismo se reforme y sea más vivible para una minoría, aunque ésta sea más amplia; tampoco para que un partido o un candidato menos malo triunfe en una elección y, mucho menos, estoy pensando en cambios graduales para los próximos 500 años. Planteo que nuestras batallas deben continuar sin olvidar que el enemigo principal de las luchas por el socialismo y la igualdad es el imperialismo mundial, aunque tengamos un enemigo directo e inmediato que son los gobiernos de la burguesía y de la falsa socialdemocracia en cada nación. Alguien decía que los revolucionarios deben acabar con su propia burguesía en cada país, pero la historia ha demostrado que ese sólo es un paso como se demostró en Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia. Rusia y el bloque [SOCIALISTA] desaparecieron; China retomó la vía capitalista; a Cuba la bloquearon medio siglo y a Venezuela y Bolivia buscan destruirlas.

 
7. Así como el Che planteó en los sesenta crear dos, tres Vietnam, había que esperar que se creen 10 o 20 Wisconsin en pleno corazón del monstruo pero para que lo destruyan como imperialismo y se transforme en un país más sobre la tierra. Al saltar en pedazos ese imperio seguramente sus restos mortales llegarán a los G7, a los G20, al BRIC, a la OTAN para que les sirva de espejo y se de cuenta lo que también les pasará en caso de insistir en la dominación mundial. Nuestra malditas burguesías ya no contarán con el respaldo yanqui y se vendrán para abajo con el empuje de las luchas del pueblo. Sólo de esa manera el mundo alcanzará su liberación definitiva y la alegría de los pueblos y de los revolucionarios será permanente. Entre tanto, a mayor conocimiento de nuestra realidad, menores perspectivas se podrán encontrar mientras los EEUU –que lleva ya un siglo dominando el universo- siga tan fuerte (aunque entre en crisis pasajeras) como hoy.

 
http://pedroecheverriav.wordpress.com





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