Jugando a llorar
Marina Moncada
Puedo llorar ahora mismo. Es fácil:
percibo la fragancia de las manzanas de California.
Contemplo las Pascuas teñidas con el logotipo de la Coca-Cola.
Juego a la casita, calentando agua en la tetera de China
que mi hija me regaló el año pasado.
Escondo los regalos de mis nietos lejos de mis lágrimas
(no vaya a ser que se mojen).
Intento cocinar el pavo con ingredientes ajenos
y el relleno de mi nostalgia.
Abrazo la íngrima piel de mi madre.
Escucho Ven a mi casa esta Navidad
con la certeza de que mi padre y mis hermanos
ya nunca vendrán.
21/12/05
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