Honorable representante del pueblo:
¡No me lo puedo creer! ¡En plena crisis mundial generada exclusivamente por haber querido desplazar al Estado de los asuntos importantes de la vida pública! ¡En un momento en el que los neoliberales de todas las latitudes tienen que esconder la cara y miran para otro lado por vergüenza de lo que han venido proponiendo a los gobiernos! ¿Cómo se atreve alguien en Honduras a proponer semejante disparate? Querer dejar en Honduras la enseñanza superior en manos del mercado, esto es, en manos de unas universidades privadas que, como las de Honduras, apenas superan el nivel de la enseñanza secundaria y sólo se interesan por las ganancias; eso, querido amigo, es algo que no deberéis dejar que suceda, cueste lo que cueste, porque ello, retrasaría a Honduras en muchos años respecto al resto del mundo. Deberéis desenmascarar a quienes han propuesto este disparate, con sus nombres y apellidos, como verdaderos traidores a la patria, porque esto es querer vender a precio de gallo muerto al mercado más desalmado nada menos que uno de los renglones más importantes de un país: la EDUCACIÓN SUPERIOR. Aquí y para esto es necesario que despertéis la conciencia de los hondureños y hagáis de esto un tema nacional: quien asume la responsabilidad de la defensa del Estado en materia de educación, salud, moneda y banca, telecomunicaciones, energía eléctrica, etc., honra más a la patria que aquellos que contribuyen a aumentar su riqueza o su territorio; esto es tanto o más importante que defender las fronteras de Honduras, porque estaréis defendiendo el honor y el orgullo de todo un pueblo, al que, le quieren negar la posibilidad de disponer de un Estado verdaderamente soberano y responsable: capaz de hacer que lo público, lo que es común a todos, el bien común se sobreponga a la codicia y la sed de ganancia de unos pocos. Hay que luchar por las buenas causas, querido amigo. Como lo decía en campaña el ex presidente Flores Facusé, “si algo puedo hacer por Honduras, lo haré en educación”. La educación privada, en todos los niveles, juega un rol importante, pero SU FUNCIÓN ES COMPLEMENTARIA Y JAMÁS SUSTITUTIVA DEL ROL DEL ESTADO.
Olvin E. Rodriguez
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LA EDUCACIÓN SUPERIOR ES UN BIEN PÚBLICO Y EL ESTADO TIENE EL DEBER DE ORGANIZARLA, DIRIGIRLA Y DESARROLLARLA
La comunidad académica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) ha conocido y analizado con sentido universitario, crítico y patriótico, el proyecto de reformas de los artículos 156, 159, 160 y 163 de la Constitución de la República introducido al Congreso Nacional el 19 de enero del 2011 y ha identificado las directrices que podrían orientar la discusión y posiciones sobre el mismo:
El accionar de las universidades privadas gravita cuantitativa y cualitativamente en un 30 % de la educación superior. En la propuesta Comisión Nacional de Educación Superior tendrían poder paritario; es decir, igual al de las universidades estatales que representan el 70 %; la peor de las desigualdades es tratar como iguales a los desiguales, desconociendo el sistema de representación proporcional adoptado por el Artículo 46 de la Constitución de la República y que ha cobrado carta de ciudadanía en nuestro sistema democrático.
La UNESCO, en su última Conferencia Regional sobre Educación Superior (Cartagena de Indias 2008) y mundial (París en 1998 y 2009) define la educación superior como un bien público y un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por el Estado, vigilando y regulando su crecimiento, desarrollo y funcionamiento; que la educación es el instrumento fundamental para el progreso de cualquier sociedad, pero que se enfrenta a corrientes que promueven su mercantilización y privatización y en las mismas se suscribió el compromiso de revertir esta tendencia y procurar que los gobiernos garanticen el financiamiento adecuado de las universidades públicas y que éstas respondan con una gestión transparente para que no proliferen las ¨universidades de garaje o de maletín¨.
Para ser Universidad, no basta con servir clases. Los ¨ranking¨ o mediciones de la calidad de las universidades a nivel mundial, utilizan el número de investigaciones y publicaciones como criterio principal para ubicar la posición que ocupan las instituciones de nivel superior. Según el ranking iberoamericano de universidades 2010, sólo 4 universidades hondureñas merecen una posición relevante, correspondiendo a la UNAH el mejor posicionamiento a nivel nacional, seguida de la Escuela Agrícola ¨El Zamorano¨, la ESNACIFOR y la UPNFM.
La calidad y la pertinencia de la oferta académica de las universidades, son los criterios por los que las sociedades valoran y legitiman la existencia de las mismas, por manera que no cabe la lógica de convertir a la educación en un servicio transable en el mercado, sin control de calidad, que se auto regula, porque de hacerlo, el Estado abandonaría su papel regulador y lo cedería a las instituciones privadas, aún y cuando éstas se definan ¨sin fines de lucro¨.
Una de las tendencias en la educación superior es a la armonización y a la construcción de espacios regionales comunes para complementar e intercambiar saberes y ofertas académicas, desarrollar proyectos de investigación, reconocimiento mutuo de títulos y la libre movilidad de docentes, estudiantes, investigadores y profesionales. Para que nuestras universidades puedan participar y competir en esa dinámica mundial, debemos fortalecer su funcionamiento como un sistema integrado, fragmentarlo y dispersarlo, nos coloca en una posición de mayor rezago frente a los sistemas universitarios de Centro América y del mundo.
Para regular la organización, dirección y desarrollo de la educación superior contamos con instrumentos jurídicos suficientes: la Constitución de la República, la Ley Orgánica de la UNAH y sus Reglamentos, la Ley de Educación Superior y su Reglamento, las Normas de Educación Superior y la Ley General de la Administración Pública. Las Universidades Privadas pueden establecer su propia Ley y Reglamentos para el logro del objetivo de garantizar la calidad y pertinencia de la Educación que ofrecen, pero en el marco de la normativa ya citada y sin que, de manera subrepticia se les otorgue autonomía con la creación de la CNES.
El conflicto que se pretende solucionar, según el proyectista, es el que, para él, existe entre el sector de la educación universitaria y la máxima casa de estudios. La UNAH no tiene ningún conflicto con las privadas; éstas, con quien no pueden armonizar es con el Consejo de Educación Superior, del cual forman parte y cuyos requerimientos, normas y disposiciones académicas no han podido o no han querido ser cumplidas. Desde el año 1989, con la emisión de la Ley de Educación Superior, el Consejo de Educación Superior presidido por la UNAH ha facilitado y apoyado el desarrollo de la Educación Superior con grados satisfactorios de calidad y pertinencia, como lo demuestra el haber contribuido a elevar a nivel de educación superior la Escuela Agrícola Panamericana de El Zamorano, apoyando la creación de la Universidad José Cecilio del Valle y de la Universidad de San Pedro Sula, acompañando la emisión de la Ley de Educación Superior y sus órganos; apoyando la conversión de la UPN y contribuyendo de manera decisiva a elevar al nivel superior a la ESNACIFOR, la Escuela Nacional de Agricultura ahora Universidad Nacional de Agricultura y el Seminario Mayor “Nuestra Señora de Suyapa” y gracias al accionar del Consejo de Educación Superior, existen 20 Instituciones de Educación Superior, 14 privadas y 6 públicas.
El enfoque que da el ponente para justificar una reforma constitucional, cercena facultades, también constitucionales, de la UNAH y es, per se, equivocado, distorsiona la realidad y está orientado a estimular los viejos y ya casi superados antagonismos e imagen deteriorada de aquella vieja universidad que va desapareciendo. Introducir un proyecto al Congreso sin el análisis profundo, responsable y objetivo de las causales argumentadas y mucho menos de las repercusiones negativas que su aprobación tendría sobre la calidad de la Educación Superior del país, es un acto de irresponsabilidad.
La UNAH, a pesar de las amplias facultades que la Constitución le otorga en la conducción de la Educación Superior, se ha sometido también al Consejo de Educación Superior cuya existencia se ha cuestionado por ser contraria a las disposiciones constitucionales que dan exclusividad a la UNAH y no obstante los mecanismos propios que posee para una autoevaluación permanente, también se sujeta a las disposiciones del CES y las cumple.
Las Instituciones Privadas del Nivel se clasifican por etapas así: el 36% del total (5) se encuentran en la etapa de inicio y el 57% del total (7) están en proceso de consolidación; el 7% del total (2) de los Centros de Educación Superior privados se encuentran en la etapa de madurez, requiriendo de las regulaciones oficiales. En conclusión, el 93% de las universidades privadas no se clasifican en la etapa de madurez, por lo que para alcanzarla requieren de la presencia, acompañamiento, asesoría y apoyo de sus procesos por parte del Consejo de Educación Superior, garantizando así la calidad, organización y funcionamiento de las universidades públicas y privadas.
Francisco Morazán y José Cecilio del Valle proclamaban que el papel de la educación es ¨proporcionar luces para destruir los errores y propiciar el triunfo de la razón y la libertad¨
Con base en lo anteriormente expuesto, con la fuerza de la razón, la ley, la verdad científica y la justicia, manifestamos como órgano de dirección superior nuestra posición de firme rechazo al Anteproyecto de reformas a los artículos 156, 159, 160 y 163 constitucionales porque:
1. El Estado Hondureño no puede ni debe delegar las atribuciones que le competen en ningún aspecto que sea de interés público y la Educación Superior es un bien público de alta estima por la población hondureña; el proyecto de reforma persigue suplantar al Estado por el mercado, al proponer la creación de una Comisión Nacional de Educación Superior autónoma, paritaria y sin supervisión estatal (“Un Estado dentro de otro Estado”). Si a la UNAH se le quitan sus facultades constitucionales, el Estado prácticamente renuncia a su función tutelar de la educación en Honduras. Esa es la pregunta clave: la reforma constitucional, ¿es para “frenar” a la UNAH o es para renunciar “veladamente” a las responsabilidades del Estado? En materia de Educación, ¿qué sigue?
2. Es un proyecto inconstitucional pues se opone en su esencia a lo que dicta la Constitución de la República, Leyes y Reglamentos en materia de Educación Superior y la Ley General de la Administración Pública;
3. De ser aprobado, se colocaría al país y a la Educación Superior hondureña al margen e incluso en contradicción con los compromisos asumidos por las Universidades Latinoamericanas y del mundo, significando un mayor rezago en el desarrollo de la educación superior y en los otros niveles educativos;
4. Al crear las universidades privadas sus propios estándares y criterios para la apertura de nuevos Centros y carreras, como propone el proyectista, se tendría un Sistema de Educación Superior con dobles estándares, lo cual además de contradecir la voluntad manifestada por todas las universidades públicas y privadas, al crearse recientemente el Sistema Hondureño de Acreditación de la Calidad de la Educación Superior, marginaría a estas universidades de los procesos académicos regionales e internacionales que se mueven alrededor de criterios y estándares ya establecidos y que en Honduras la UNAH ha adoptado y promueve su aplicación a lo interno y externo.
5. De aprobarse el proyecto de reforma, se perdería el control estatal de la organización, funcionamiento y desempeño de las instituciones privadas de educación superior, que ha generado resultados visibles en cuanto a lograr que la educación que están ofreciendo alcance los más altos estándares de calidad, exigidos a nivel nacional e internacional; velar porque cumplan al 100% con la normativa del Nivel; implantar un modelo pedagógico centrado en el estudiante y que trace líneas a seguir para su mejor desarrollo; definir y regular las diferentes modalidades de estudios ofrecidas; elevar la calidad del desempeño de los docentes; desarrollar en forma sistemática y organizada la labor de Investigación Científica y Vinculación Universidad Sociedad y formar estudiantes con sentido crítico capaces de analizar problemas de la sociedad y presentar soluciones.
6. Si la UNAH en algún momento no cumplieran con estos deberes, lo razonable no sería eliminarla de la Constitución o privarla de sus actuales atribuciones, sino obligarla a cumplir lo que la Constitución le manda, porque una institución como ésta es necesaria y buena para Honduras.
DEMANDAMOS DE LOS REPRESENTANTES DEL PUEBLO, HIJOS DE SU ALMA MATER, NO REFORMAR LOS ARTÍCULOS 156, 159, 160 y 163 CONSTITUCIONALES, PUES SU REFORMA ATENTA CONTRA LA UNIVERSIDAD PÚBLICA Y EL DERECHO DEL PUEBLO A TENER UNA EDUCACIÓN SUPERIOR QUE CONTRIBUYA A MEJORAR SU CALIDAD DE VIDA.
JUNTA DE DIRECCIÓN UNIVERSITARIA
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