Trivelli estaba loco y Callahan no ha perdido las mañas
Por Jorge Capelán
Managua. Por Jorge Capelán. | 7 diciembre de 2010
Para muchos comentaristas se ha vuelto un lugar común el decir que las revelaciones del sitio web nos cuentan, en realidad, lo que ya sabíamos.
Esto es especialmente cierto en el caso de la filtración de los primeros cuatro cables diplomáticos, de los 1264 que el grupo tiene en su poder, enviados desde la embajada de Estados Unidos en Managua entre 1988 y febrero de 2010.
El primero en lanzar la noticia, incluso antes que el propio WikiLeaks, fue el reaccionario diario El País de España, propiedad del Grupo Prisa con fuertes lazos con la mafia anticubana de Miami y con todos los grupos más reaccionarios de la derecha latinoamericana. De hecho, El País ha sido consecuente a lo largo de los años en su apoyo a todas las campañas de desestabilización contra los gobiernos progresistas y revolucionarios del continente.
El lunes por la tarde, El País publicó a través de su sitio web un largo artículo con un resumen de los cables liberados.
Se trataba de tres informes del ex-embajador estadounidense en Managua Paul Trivelli, dos de ellos con fecha del 5 de mayo de 2006 y el otro con fecha 8 de mayo de 2008, casi exactamente dos años más tarde, y unos meses antes de entregar el puesto al actual embajador Robert J. Callahan, todavía en plena administración Bush.
Los cables de Trivelli (06MANAGUA1002, 06MANAGUA1003, 08MANAGUA573) son verdaderamente delirantes. Es como si sus únicas fuentes de contacto con Nicaragua hubiesen sido los grupos más antisandinistas y más somocistas de la sociedad, documentados con abundantes y minuciosas lecturas de El Nuevo Diario, La Prensa y las ediciones corregidas y aumentadas de El Nuevo Herald - lo que probablemente así fue.
Los dos primeros cables son un compendio de calumnias contra el Comandante Daniel Ortega, su compañera Rosario Murillo y contra el Frente Sandinista en general. Basta hablar un cuarto de hora con algún taxista disociado de esos que de vez en cuado circulan por las calles de Managua escuchando la Radio Corporación todo el día para hacerse una idea del contenido de la "inteligencia" que transmitía el embajador a Washington.
Pruebas: Niguna. Fuentes: Los informes de la CPDH (órgano de "derchistas humanos" formado por la CIA en los 80s y financiado por los EE.UU. desde ese entonces), pláticas con selectos voceros de la derecha local y, cómo no, las sesudas investigaciones del provecto Enrique Bolaños, que durante su tiempo en la Presidencia de la República estuvo tan ocupado en analizar los desmanejos del Frente Sandinista en los 80s que no le quedó tiempo para gobernar, pasando a la historia como uno de los presidentes más inútiles que ha tenido este país. ¿O es que a alguien se le ha olvidado lo de los apagones, lo del agua y de todos los servicios básicos, lo de los niños pidiendo en los semáforos, lo de los CENIs y tantas otras cosas?
El otro cable es un pequeño compendio de calumnias similares sobre la gestión sandinista durante el primer año y medio de gobierno con extensas especulaciones sobre maletines repletos de dinero chavista en manos de ministros y otros funcionarios, cocaina a raudales financiando las arcas del partido sandinista, etcétera. Para hacerse una idea del contenido del informe, baste ir a algún bebedero de whisky en los barrios acomodados de la capital y hablar un rato con los parroquianos.
En fin, así le fue al pobre Trivelli. Tuvo que dejar la oficina con el rabo entre las patas, habiendo fracasado de manera capital en sus esfuerzos por evitar una victoria del FSLN y en unir a la oposición local a pesar de los abundantes recursos repartidos... a su derecha y a su "centro-izquierda".
El informe de Callahan (10MANAGUA115) escrito el 26 de febrero de 2010, expresa las aprehensiones del embajador ante lo que se le antoja un cambio de política de parte del presidente Ortega hacia los Estados Unidos.
Callahan considera que la actitud conciliadora del presidente es profundamente insincera, y que algo se traerá entre manos este taimado sandinista ("¿Es amor verdadero?" se pregunta Callahan, como si el Presidente alguna vez le hubiese propuesto matrimonio a los Estados Unidos).
Y es que todavía, a pesar del cambio de discurso de Obama, los Estados Unidos dan prueba de que son ellos los que no están preparados para tener relaciones maduras con otras naciones del mundo. Sólo se imaginan "relaciones carnales" como las que solía tener un ex presidente argentino de nefasto recuerdo como Carlos Memem en los años 90 del siglo pasado.
Para Callahan, lo que hubo fue un intento de seducción del presidente Ortega tras una larga política de ataques gratuitos a los Estados Unidos.
Callahan es incapaz de recordar sus propios insultos al gobierno semana a semana a través de la prensa local, su financiamiento y padrinazgo de los sectores más agresivos y recalcitrantes de la oposición, la participación de su gobierno en el golpe de Honduras, y hasta las ignorantes y gratuitas declaraciones de la Secretaria de Estado Hillary Clinton en mayo de 2009 en el sentido de que Irán estaba construyendo la embajada más grande de toda Managua - cuando todo el mundo sabe que la embajada más grande en este país, un verdadero búnker de alta tecnología, es la que se encuentra en Las Pidrecitas y pertenece a ... los Estados Unidos.
Hasta el momento, sólo han sido 4 cables de 1264. Seguramente, a medida que se vaya conociendo el resto, irán saliendo las pruebas de las "relaciones carnales" de ciertos grupos malinches locales con la embajada de Las Piedrecitas.
Cuáles son los verdaderos titiriteros tras el grupo WikiLeaks es algo que se sabrá algún día. Por el momento, hay que constatar que el encuadre de la liberación de sus cables diplomáticos ha estado en manos de los grandes monopolios de la dictadura mdiática. En el caso del mundo de habla hispana, nada más ni nada menos que en manos del profascista Grupo Prisa.
En todo caso, lo que muestra - en realidad, sólo confirma - WikiLeaks, es que el imperio está podrido. Confunde su propaganda con su "inteligencia", su inteligencia con su estupidez, y ésta última con la manera en que funciona el mundo real. Si no fuese porque se trata de un imperio armado hasta los dientes de armas nucleares, sería hasta tragicómico.
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