En estas Navidades (no) siente a un sionista a su mesa
Jueves 16 de diciembre de 2010 por CEPRID
CEPRID
En vísperas del segundo aniversario del último gran ataque militar de Israel contra Gaza en diciembre de 2008, conviene tener presente las operaciones propagandísticas que acompañan a las agresiones israelíes. Israel sabe que le conviene más ganar no sólo en el frente militar sino también en el de la opinión pública internacional.
En el campo militar, aunque es incomparablemente superior a los palestinos, no ha conseguido por completo sus objetivos: apropiarse de toda la tierra Palestina y expulsar –o acorralar al menos- a aquellos. En el campo político el éxito aún es menor: aunque cuenta con el apoyo explícito por parte de los gobiernos más poderosos del mundo y de forma implícita por parte de organizaciones políticas, culturales e investigadoras en muchos países, hay un pequeño grupo formado por otras que –a pesar de su escasa influencia- mantiene una actividad constante en contra del imperialismo sionista y en pro de sus víctimas. Así que es algo complicado concluir si Israel –en tanto que proyecto sionista- triunfa o fracasa. En poco más de 60 años de existencia ha expulsado a gran parte de la población originaria de Palestina y acorralado al resto en una mínima porción de ésta, ha aumentado su territorio y la población judía dentro de sus fronteras y en los territorios ocupados, se ha convertido en potencia nuclear, forma parte de la Organización de las Naciones Unidas, es aliada de las principales potencias y temida en Oriente Medio.
Desde otro punto de vista se observa que no ha sido capaz de expulsar por completo a los palestinos de su tierra y que su número aumenta tanto en Palestina como en los países fronterizos de refugio. No ha conseguido que abandonen la lucha por su causa. Israel ha de incumplir constantemente las resoluciones de la ONU y violar igualmente la legislación internacional para alcanzar los fines sionistas. Por todo esto no es aceptado en Oriente Medio y tiene opositores y enemigos en todo el mundo.
Es sabido que a los sionistas todo apoyo les parece poco, lo cual se puede entender en sus circunstancias. Por una parte ¿qué otro trato habría de esperar un pueblo elegido por Dios -o Estados Unidos- para disfrutar de forma exclusiva de la tierra prometida? Por otra, necesitado como está de legitimidad, además de vencer tiene que convencer. A ambas tareas se dedica con toda su fuerza, la primera es la que más se ve mientras que la segunda resulta casi desapercibida.
No se trata de acciones publicitarias aisladas del tipo “la semana cultural de Israel”, “campeonato de windsurf en las playas de tierra santa”, etc., sino que se trata de una política de Estado en la que se implican todas las fuerzas al servicio de éste. La razón de un empeño de enorme envergadura la dan los propios israelíes:
El pasado dos de diciembre, el diario israelí Haaretz mencionaba “las manifestaciones universitarias contra Israel, las protestas contra la participación de sus deportistas en competiciones en el extranjero, los progresos de la campaña BDS, es decir, boicot, des-inversiones y sanciones contra ese país y las amenazas de detención de sus dirigentes de visita en Europa,” principal pero no exclusivamente a causa de la guerra de 2008 contra Gaza.
Al mismo tiempo describen a los protagonistas: “una red mundial de individuos y organizaciones particulares sin jerarquía ni dirección, pero que trabajan juntos unidos por una ideología que presenta a Israel como un Estado paria que no tiene derecho a existir.”
Añade que no son palestinos ni árabes ni musulmanes que viven en Europa y Estados Unidos, sino izquierdistas “relativamente marginales: jóvenes, anarquistas, emigrantes y activistas radicales políticos”.
http://www.haaretz.com/print-edition/news/think-tank-israel-faces-global-delegitimization-campaign-1.265967
En general se puede estar de acuerdo con estas informaciones, aunque es preciso mencionar lo que callan. Se presenta la cuestión como una lucha de “marginales” contra Israel, como si no hubieran encontrado mejor forma de aliviar su marginalidad que haciendo notar con algaradas callejeras su juventud, denunciando al Estado de Israel entre todos los de la tierra porque sí, responsabilizando a Israel en lugar de a la Unión Europea de la política de emigración de ésta y montando tumultos callejeros por amor a los palos de la policía antidisturbios y no a los derechos humanos.
Aunque la campaña de propaganda israelí no es nueva en modo alguno y no se limita a la cuestión Palestina, resulta que desde el ataque a la Franja de Gaza citado y el posterior de junio de 2010 a la Flotilla de la Libertad, un convoy internacional de barcos destinado a llevar a ayuda humanitaria a los habitantes de la Franja bajo asedio desde 2006, se ha incrementado.
Aunque hay que insistir en que pasa desapercibida para la mayoría de la población, un observador del conflicto palestino aprecia sin duda alguna ese incremento. El diario británico The Guardian publicó el pasado 28 de noviembre un artículo sobre esta cuestión titulado “Israel recluta en Europa ciudadanos defensores”:
“Israel ha ordenado a sus embajadas en diez países europeos que cada una reclute a mil ciudadanos para que aboguen por sus políticas en una nueva ofensiva de relaciones públicas.”
Estas instrucciones provienen de Avigdor Liebermann, ministro de asuntos exteriores, líder del partido de extrema derecha Israel Nuestra Casa y antiguo miembro del partido político Kach, ilegalizado en 1988 por racista y anti-árabe e incluido en la lista de organizaciones terroristas del gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea.
http://www.guardian.co.uk/world/2010/nov/28/israel-citizen-advocates-europe-pr
A los embajadores se les recomienda visitar a personas influyentes y organizar mensualmente actos públicos de mucha resonancia. Entre las personas a reclutar destacan profesores y estudiantes universitarios, periodistas y activistas cristianos. Entre las capitales europeas seleccionadas para actuar y enviar fondos está Madrid.
Tres días más tarde, el 2 de diciembre, varios profesores de universidades españolas reciben este correo:
CEPRID
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