Ecos de la Revolución Mexicana en Yucatán
Pedro Echeverría V.
1. La Revolución Mexicana (RM) de 1910-17, se dice la primera del siglo XX, fue anterior a la rusa de Lenin y del llamado socialismo ruso que tomó el poder en octubre de 1917. La RM fue una revolución burguesa para quienes destruir el feudalismo o semi feudalismo mexicano se trataba; fue una revolución traicionada por Madero, Carranza, Obregón; fue una revolución comunista estatal que expropió a la iglesia y al sector privado; fue sólo un simple acomodamiento del capitalismo para quienes piensan que el Porfiriato era ya capitalista; fue una revolución interrumpida que iba hacia el socialismo o, de plano, fue una gran revolución social justiciera del pueblo que –por lo menos hasta los setenta- “ sigue adelante”. De la caracterización de la revolución surgen las tareas actuales.
2. Si la RM fue burguesa y logró desarrollar de manera capitalista al país, la tarea es realizar otra revolución, dirigida por los trabajadores, para lograr el socialismo; si la RM fue traicionada por sus dirigentes entonces hay que hacer una revolución asegurándose que los dirigentes no la traicionen; si como dicen los ultraderechistas, la revolución fue comunista habría que ignorar a los dicentes por tontos; si la RM fue sólo para modernizar el capitalismo habría que hacer otra revolución para lograr un socialismo de alto nivel; si fue una revolución interrumpida con desvíos, traiciones y presiones yanquis, habría que quitar estos obstáculos para que la revolución continúe hacia el socialismo, y para los gobiernos del PRI, que declaraban hasta los sesenta, que la revolución continuaba, habría que ganar la opinión pública para demostrar lo contrario.
3. La RM sólo llegó a Yucatán el año de 1915, introducida violentamente por Salvador Alvarado y su ejército, por órdenes del Carranza. Los hacendados henequeneros y el clero, que durante todo el periodo del Porfiriato (1877-1911) tuvieron el poder económico, político y religioso, impidieron cualquier posible estallido revolucionario en Yucatán, a pesar de la miseria y el hambre de la mayoría de sus habitantes. Su control sobre el pueblo era total: político, económico, social, ideológico; a tal grado que el único momento peligroso para ellos fue la llamada Guerra de Castas (1847-50) que fue derrotada, perseguida y exterminada en 1902, tomándola de pretexto para separar Campeche (1950) y Quintana Roo (1902) de Yucatán. Fue tal el sometimiento de Yucatán que Carlota fue recibida en 1965 con grandes agasajos de familias de hacendando y clérigos.
4. Madero, el dirigente de la primera etapa de la RM, estuvo de gira en 1909 en Yucatán como candidato presidencial. Fue recibido por un mínimo grupo de político que le organizó dos o tres mítines con escasa asistencia; lo mismo le sucedió en otros estados del país, por eso causaba la risa y la burla del poderoso Díaz. Se ha hablado en el sentido que en Yucatán estalló la primera chispa de la RM; sin embargo debe entenderse que los estallidos de Valladolid en 1910 correspondieron limitadamente a la política local, históricamente aislada de políticas nacionales. ¿Quién puede olvidar que Yucatán está a 1,500 kilómetros de la ciudad de México y que entonces no habían ferrocarriles, carreteras o aviones para trasladarse de un lugar a otro? Yucatán se conectó con México por avión en 1930, por ferrocarril a mediados de los cincuenta y por carretera usando pangas para cruzar los ríos.
5. La revolución que introdujo Alvarado a Yucatán en 1915 fue continuada por el obregonista y socializante Felipe Carrillo Puerto. Obregón, Calles y De la Huerta fueron los sonorenses que se quedaron con la RM mediante el Plan de Agua Prieta. Carrillo se apoyó en los dos primeros, sobre todo en Obregón –el más radical- para hablar de políticas socializantes y maravillosamente confrontar a la derecha clerical en Yucatán. Creó –desde arriba- el Partido Socialista del Sureste (PSS) apoyado por la CROM de Morones, los congresos socialistas (que no admitieron a la III Internacional de Lenin) las ligas gremiales de resistencia, los “lunes rojos”; pero por otro lado, por apoyar a los campesinos, combatió dividiendo a los obreros ferrocarrileros, a los obreros del puerto de Progreso y años después de su muerte el PPS encarceló a obreros cordeleros (1935)
6. La revolución alvaradista en Yucatán realizó reformas antifeudales, muy por arribita y en 1937 –como tareas pendientes de la RM- el presidente Cárdenas transformó las dos terceras partes de los latifundios de los hacendados en ejido colectivos pero bajo la administración del gobierno burgués. Los ejidos fueron liquidados en 1955 “por corruptos e improductivos” durante el gobierno de Ruiz Cortines iniciándose entonces el desplome de la producción henequenera que se acabaría 15 años después. Decenas de miles -de las más de 80 mil familias henequeneras sin trabajo- abandonaron sus poblaciones para superpoblar la ciudad de Mérida (capital del estado), contratarse en la construcción en Cancún o emigrar a los EEUU como “bracero”. Durante el gobierno de Carlos Salinas se decretó en 1992 la libertad para vender las tierras que fueron ejidales. Al iniciarse el siglo XXI grandes comercios transnacionales y políticos se han adueñado de ellas.
7. La RM tuvo su fase agraria en el período que va de 1917 a 1945; fue a partir de finalizar la guerra y la creación de la ONU cuando las políticas hacia el campo se fueron debilitando y abandonando para dar paso a la urbanización y luego a la industrialización. México alcanzó un alto crecimiento material pero el 70 por ciento de sus habitantes no han dejado nunca de vivir en la pobreza, la miseria y el hambre. Yucatán, como he escrito más de 100 veces, es un estado de la República sin presencia nacional porque apenas tiene un millón 900 mil habitantes, por su pobreza productiva, por su enorme dependencia de la federación, por el bajo número y nivel de sus políticos y por enorme control de la iglesia y la ideología empresarial sobre su pueblo. Yucatán nunca formará parte de la vanguardia política de nada (a no ser de sus trovadores y su regionalismo) y sólo será retaguardia. Y, ¿pensar que durante la “esclavitud porfiriana” Yucatán ocupó el primer lugar en volumen de exportación nacional (henequén) y en tendido de vías férreas y de “Caudeville”?
http://pedroecheverriav.wordpress.com
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