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sábado, 9 de octubre de 2010

Nicaragua: logros, desafios y financiamiento de la gestion forestal sostenible


09-10-2010


Discurso ante la FAO del ministro nicaragüense Paul Oquist
Nicaragua: logros, desafios y financiamiento de la gestion forestal sostenible
Paul Oquist


Rebelión



Intervención ante el Comité Forestal de la FAO. Vigésimo Periodo de Sesiones (Roma -Italia-: 8 de Octubre, 2010)


El Gobierno del Presidente Daniel Ortega Saavedra ha impulsado desde 2007 una estrategia de gestión forestal sostenible como parte de políticas integrales de reducción de la pobreza, soberanía y seguridad alimentaria, agua y saneamiento, protección ambiental y adaptación al medio ambiente, para el bien común de la Madre Tierra y la humanidad.


LOS LOGROS


A tres años y medio ya hay resultados visibles y medibles de políticas que han recuperado valores, restituido derechos y fortalecido capacidades de las y los pobres. Esto se ha logrado a pesar de la peor crisis del capitalismo desde la gran depresión por medio de programas del Gobierno del Presidente Ortega que han reducido la desigualdad en Nicaragua. El Indice GINI ha pasado de 0.410 en 2005 a 0.360 en 2009.


En cuanto al cambio climático, se está transformando la matriz energética de 80% térmica y 20% renovable en 2006 a 90% renovable y 10% térmica para 2017 a través de proyectos hidroeléctricos, geotérmicos, eólicos, solares y de biomasa.


Con relación a la gestión forestal sostenible, se ha reforestado en los tres años y medio del Gobierno del Presidente Ortega un territorio 21 veces mayor que en los 16 años anteriores, a la vez que se han reducido los incendios forestales en un 95%. Se han restituido los derechos de las comunidades indígenas y afro-descendientes de la Costa Caribe mediante la delimitación y titulación de 22,500 kilómetros cuadrados de sus tierras ancestrales, que son principalmente en bosques. Esto representa un área mayor de la hermana República de El Salvador. Para 2011 cuando el proceso de titulación habrá terminado se harán entregados 32,000 kilómetros cuadrados. Entre 2006 y 2009 se ha logrado a la vez una reducción del 64% en los puntos de calor en las áreas protegidas de la Costa Caribe y del 40% en el Río San Juan.


Estos logros obedecen a la voluntad política del Gobierno del Presidente Ortega de otorgar una alta prioridad al medio ambiente y la adaptación al cambio climático, incluyendo la gestión forestal integral, así como a la participación popular. Se han organizado Gabinetes Ambientales del Poder Ciudadano a nivel nacional, departamental y municipal, así como a la población a nivel de comarcas y barrios. Han participado 230,000 estudiantes en la Campaña Nacional de Reforestación y se ha formado 476 brigadas comunitarias voluntarias para la prevención y control de incendios forestales.


LOS DESAFIOS


La consolidación de los logros y la posibilidad de avances adicionales en materia forestal dependen de la reducción y luego reversión del ritmo de deforestación y degradación forestal que es de aproximadamente 70,000 hectáreas anuales. También depende de la reforestación en todas sus modalidades: reforestación natural, la Campaña Nacional de Reforestación y proyectos agroforestales y silvo-pastoriles, priorizando los comunitarios.


Nicaragua está actualizando y extendiendo sus estudios de uso de la tierra para abarcar todo el país. Se estima que más del 60% del territorio nacional es de vocación forestal. Hay amplias áreas de sobreutilización de suelos de vocación forestal que implican la necesidad de reforestación y de requerimientos financieros para realizarla.


Nicaragua y toda Mesoamérica ya viven el cambio climático a diario. Todos los años hay costos de daños y de adaptación al cambio climático. El año pasado había sequía debido al fenómeno de El Niño y este año hay inundaciones debido a La Niña. La planificación productiva y de emergencia del país tendrá que tener la flexibilidad y la agilidad de tomar en cuenta estas contingencias permanentemente, lo que implica requerimientos financieros adicionales.


También se requiere enfrentar la mayor frecuencia y fuerza de depresiones y tormentas tropicales, así como de huracanes, que son otro elemento del calentamiento global. El Huracán Félix en 2007 fue seguido por la Tormenta Tropical Alma en 2008, Huracán Ida en 2009 y la Tormenta Tropical Mateo en 2010. La nueva realidad de frecuencia anual de estos fenómenos representa otro desafío para la planificación de emergencia y la productiva, así como requerimientos financieros adicionales que contemplan los daños y los costos de reconstrucción. Por ejemplo, el Huracán Félix afectó a 1.4 millones de hectáreas de bosques, principalmente latifoliado cerrado, dañando el 26% de la masa boscosa de la Región Autónoma Atlántico Norte (RAAN).


El costo directo para la realización del programa de Gestión Forestal Integral en Nicaragua se estima en US$171 millones, a lo cual hay de agregar los costos adicionales de la nueva situación creada por el impacto actual y futuro del cambio climático.


EL FINANCIAMIENTO


Ante esta realidad que se repite en muchos países pobres, hay de preguntar: ¿Cómo financiar simultáneamente la cooperación externa ODA normal, el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la adaptación al cambio climático y la gestión forestal sostenible? Se estima que se requiere US$50 mil millones anuales adicionales sólo para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015. Es improbable que se logre esto por mayor cooperación externa ODA. Sólo 5 países actualmente cumplen con el 0.7% del PIB. Más bien el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, hizo un llamado a los países donantes a no cortar la cooperación ODA actual en la inauguración de la Cumbre sobre los ODMs en septiembre recién pasado.


La perspectiva económica tampoco es alentadora para inversiones o créditos comerciales. Una recesión doble tipo “W” parece cada vez más probable. Otra posibilidad es un largo periodo de estancamiento como aquello de América Latina en la “década perdida” de los años 80 o del Japón en el “espiral deflacionario” de los años 90.


El informe de una conferencia conjunta del FMI y la OIT en cooperación con la Oficina del Primer Ministro de Noruega en julio de este año refleja que la economía mundial está atrapada entre políticas contradictorias. Por un lado el informe hace un llamado a estimular la demanda agregada y mantener los programas de protección social y por otro lado reconoce que los países desarrollados necesitan reducir el nivel de endeudamiento interno y externo a través de programas de austeridad. Mientras tanto lo que el informe identifica como uno de los principales desbalances estructurales que ha causado la crisis, la desigualdad, sigue agravándose con la mayor concentración del ingreso y de la riqueza que produce la crisis dentro del modelo económico y social capitalista.


Frente a esta situación y habiendo ya reducido sus tasas de interés a cero o casi cero, los bancos centrales han recurrido a políticas de “ablandamiento cuantitativo” (“quantitative easing”), también conocidas como “imprimir dinero”. Compran bonos u otros haberes de su propio gobierno para aumentar la masa monetaria con la esperanza de estimular la economía, mientras la eventual devaluación de la moneda en el mercado cambiario pueda servir para estimular sus exportaciones y “monetizar la deuda”, o sea reducir su valor, pasando el costo de la crisis a todos los tenedores de esa moneda en el mundo. Una política complementaria es la intervención en los mercados cambiarios para reducir el valor de la moneda nacional en defensa de los exportadores del país.


Hay dos riesgos en estas políticas. Uno es que no resulte el estímulo y lo que queda es inflación por el exceso monetario. Estados Unidos ya realizó un estímulo desde el tesoro de US$787 mil millones y una expansión de la balanza del Banco Federal de Reserva de US$1.7 trillones, lo que según sus autores salvó al mundo de una depresión profunda y devaluó al dólar frente al Euro y el Yen, aunque el estímulo no ha sido suficiente para reducir el desempleo, pero no ha tenido ninguna consecuencia en cuanto a inflación. Ahora el Banco Federal de Reserva contempla una segunda ronda de “abalandamiento cuantitativo “ y Japón ya ha anunciado la suya a la vez que ha intervenido inexitosamente, hasta ahora, en el mercado cambiario para abaratar su moneda en defensa de sus exportadores. Mientras tanto Europa y Estados Unidos presionan a China a revaluar más a la Yuan, pero China resiste señalando que afectaría a su estabilidad social.


El segundo riesgo es que no funcionen estas medidas monetarias si todos los países las aplican al mismo tiempo. Las políticas de “mendigar su vecino” (“beggar thy neighbor”) tienden a suscitar espirales de retaliaciones. De allí las advertencias actuales del Banco Mundial, FMI y el Tesoro de Estados Unidos sobre “guerras cambiarias” en la situación sin salida actual.


La verdad es que el modelo financiero y económico actual no ofrece ninguna solución sobre cómo superar la crisis y mucho menos como financiar simultáneamente ODA, ODMs, cambio climático y gestión forestal sostenible. El modelo capitalista es por naturaleza concentrador del ingreso y la riqueza. Esto ha sido acelerado por la desregulación, las privatizaciones, la hegemonía del sector financiero que ya concentra 40% de todas las ganancias corporativas mundiales anuales según UNCTAD (comparado al 8% en promedio en los años 80) y la minimización del rol del Estado, incluyendo su papel redistributivo. El modelo del capitalismo salvaje ya está agotado.


Esto es el caso porque el consumismo ha sido tan exagerado, la depredación de los recursos naturales tan rapaz, el ingreso y la riqueza tan concentrados, la globalización tan rápida, el mercado tan dominante, el estado tan débil, la regulación tan impotente, la especulación tan rentable, los créditos tan restringidos, la inversión tan cortoplacista, el desbalance comercial tan crónico, el alto desempleo tan persistente, el sector financiero tan hegemónico, la economía virtual tan múltiple sobre la economía real, la masa monetaria tan astronómica, el nivel de endeudamiento tan insostenible, la principal moneda de reserva tan indisciplinada y el poder político internacional tan concentrado. Estos factores forman círculos viciosos que impliquen la insostenibilidad del modelo actual y que a la vez obstaculicen su transformación.


Algunos países están enfrentando la crisis global con soluciones regionales como los países de ALBA en América Latina y el Caribe y los países de ASEAN más China, Japón y Corea del Sur en la iniciativa Chiang Mai Más Tres en Asía, así como mediante acuerdos comerciales bilaterales en monedas nacionales, como aquellas de China con varios países latinoamericanos, siendo el más importante con Brasil. ALBA por su parte está basada en los principios de complementariedad, reconocimiento de asimetrías en el nivel de desarrollo de países y compensación por las mismas por medio de la solidaridad, que llevan a la reducción de la desigualdad entre y dentro de países mediante transferencias que benefician los más pobres.


Algunos países están proponiendo formas innovadores de financiamiento para el desarrollo, las ODMs y el cambio climático. Incluso hay un grupo líder conformado por Japón, Francia y Bélgica. En una reunión paralela de la Cumbre de Naciones Unidas sobre los ODMs, ellos lanzaron la propuesta de un impuesto sobre transacciones financieras como fuente de financiamiento para el desarrollo que fue apoyado adicionalmente por Noruega, España y Brasil. Otras opciones incluyen un impuesto sobre emisiones de carbono o uno sobre todas las formas de contaminación del aire, agua y suelos.


También hay propuestas de administración global de los bienes públicos globales. Estos servirían para superar la anarquía actual, aplicar criterios ecológicos sanos y generar ingresos para el desarrollo. Se podría administrar globalmente las aguas internacionales del mar, el espacio sideral y el ciberespacio.


Más temprano que tarde el mundo tendrá que llegar a estas opciones, u otras, cuando salga del estado de negación actual sobre la situación inoperante del modelo financiero y económico capitalista vigente. Problemas globales requieren de soluciones globales que requerirán de financiamiento global. Sin embargo, estas soluciones tomarán años para aprobarse y más años para implementarse.


Mucho más rápido de aprobar e implementar podría ser una emisión de Derechos Especiales de Giro (DEGs), como aquella para US$250 mil millones que fue tan rápidamente aprobado por el G-20 en 2008 y tan eficientemente distribuido a los bancos centrales del mundo en 2009, con el prepósito de mantener la liquidez del sistema bancario mundial. Una emisión exclusivamente para distribución entre países en desarrollo para el logro de las ODMs y adaptación al cambio climático, incluyendo la gerencia forestal sostenible, podría mandar al mundo el mensaje de que reducir la pobreza extrema a la mitad, adaptar al cambio climático y salvar los bosques del planeta, tienen por lo menos la misma prioridad que rescatar bancos.


Muchas Gracias Señor Presidente


Dr. Paul Oquist. Ministro - Secretario Privado de Políticas Nacionales
Presidencia de la República
República de Nicaragua


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



http://www.rebelion.org/noticia.php?id=114536

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