Pedro Echeverría V.
1. El rector de la UNAM, José Narro, declaró: “Desafortunadamente no puedo decir que cometí un error. Las cifras presentadas por las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Gobernación (SG), según las cuales la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan en el país es de sólo 285 mil personas, no son las correctas…con base en datos oficiales, son 7 millones y medio los jóvenes mexicanos en esa condición” y demandó al gobierno federal que, más que corregir o enmendar la cifra sobre el total de ninis, remedie esa “dolorosa, injusta e inconveniente” realidad. ¿Recuerdas que el gobierno siempre trabaja con cifras falsas con el fin de tergiversar la realidad a su favor, como decir que el desempleo en México es de sólo cinco por ciento (porque si trabajas un día al mes ya no eres desempleado) cuando se ha demostrado que es de 25 por ciento?
2. A principios de los 80 leí el magnífico libro: “Del paro al ocio” de Luis Racionero ( fue Premio Anagrama); fue entonces que conocí el término “pasotas” (de dejar pasar) –que tanto se extendía en Europa, en particular en España- que entonces significaba jóvenes empujados por el capitalismo a no tener empleo y a estar fuera de la escuela. También conocí a una mujer de aquel país que me decía que su hijo no trabajaba ni estudiaba y que tanto él como su pareja, vivía cada quien en su casa sostenidos por los padres. Pero además me hacía ver que este fenómeno se repetía en todos los países desarrollados. Por fortuna muchos de esos jóvenes se habían comenzado a agrupar en casas “okupa” y a participar en protestas sociales. Por eso, después de 25 años del libro, pienso que aquellos millones de jóvenes se van convirtiendo de “pasotas” en revolucionarios en las calles.
3. Ahora sigo teniendo enormes esperanzas de rebelión en ellos y pienso que van a ser los artífices de las próximas revueltas o rebeliones. Obviamente los gobiernos, los empresarios, los jueces, los partidos y las instituciones los miran de otra manera porque los jóvenes radicalizados y seguidores de la “espontaneidad” – que como en los años sesenta no se dejan “organizar”- no quieren nada con las instituciones y les mientan la madre. ¿No será acaso que las luchas en las calles, las invasiones en el campo, el paro “salvaje” en las fábricas, los bloqueos de carreteras, el intercambio de funcionarios secuestrados, la quema de vehículos oficiales, la toma de universidades, la estrategia que el brutal capitalismo les ha dejado a los rebeldes y revolucionarios? Ellos han demostrado hasta la saciedad que todas las organizaciones formales y jerárquicas han terminado vendiéndose al mejor postor.
4. Pienso que las próximas revoluciones en el mundo están en marcha, pero con otros paradigmas que a los viejitos no es difícil entender. Están desesperados los “viejos revolucionarios” porque se organicen los jóvenes como los viejos leninistas, sean estalinistas o trotskistas, que siguen pensando en partidos jerárquicos, con cuadros dirigentes, cuadros medios y bases –tal como se organiza la familia y el Estado autoritarios. ¿A veces no parecen entender que las organizaciones que han llevado a esta maldita sociedad autoritaria de mando-obediencia-disciplina son las que han permitido conservar y legitimar la explotación capitalista. Por eso los jóvenes –que también se dieron cuenta que el llamado “socialismo” se convirtió en una pinche burocracia al servicio de un partido y un Estado- resultó igual que el capitalismo depredador. ¿No han sido siempre los jóvenes los renovadores?
5. Por eso John Lenon, dirigiéndose a los jóvenes de los sesenta, entonaba aquella canción:
Imagina que no existe el Cielo
es fácil si lo intentas
sin el Infierno debajo nuestro
arriba nuestro, solo el cielo
Imagina a toda la gente
viviendo el hoy...
Imagina que no hay países
no es difícil de hacer
nadie por quien matar o morir
ni tampoco religión
imagina a toda la gente
viviendo la vida en paz...
Imagina que no hay posesiones
quisiera saber si puedes
sin necesidad de gula o hambre
una hermandad de hombres
imagínate a toda la gente
compartiendo el mundo
Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno
6. Parece que los jóvenes del siglo XXI más que partidarios del anarquismo –que suena a una ideología o una escuela, son seguidores de la anarquía. No del “desorden” como dicen los tontos y los autoritarios, sino del orden autónomo que ellos mismo se dan; del autogobierno que ellos mismos establecen; de la autogestión con que ellos mismos se educan. ¿Qué “viejito” va comprender esto después de estar 70 años viviendo el orden autoritario de arriba-abajo familiar, escolar, eclesiástico, empresarial y del Estado impuesto por padres, maestros, curas, patrones y gobiernos? ¿Cómo pueden comprender la lucha de los jóvenes por la libertad sexual, apoyando los matrimonios Gay y la adopción de niños por parejas que nunca conocieron por las prohibiciones estrictas de las sociedades autoritarias? Ninguna revolución política ni económica puede vivir sin revolucionar la cuestión social y cultural.
7. Los ninis que no escogieron el cómodo pasotismo, que buscan ser libres, son vigilados y perseguidos, sobre todo por aquellos gobiernos conservadores, clericales y fascistas. Sus acciones son criminalizadas sólo por el hecho de rebelarse contra la autoridad y las instituciones. Por eso los jóvenes hijos de familias explotadas y pobres sienten un profundo odio contra esta sociedad que los margina y los golpea después de hablar, con todo cinismo, de justicia y libertad. Además de los siete millones y medio de jóvenes sin empleo y sin lugares en las escuelas y universidades, que denuncia el rector de la UNAM, hay otros tantos millones de adultos sin trabajo que se ven obligados a cruzar la frontera hacia los EEUU, que trabajan en la informalidad o de plano que colaboran con el narcotráfico. ¿Si todos los partidos políticos en el país sólo están preocupados por alcanzar cargos de gobierno, no es acaso correcto que los jóvenes los repudien y busquen otras formas de lucha?
http://pedroecheverriav.wordpress.com
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