Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

jueves, 19 de agosto de 2010

Ahí va una de arenas, señor vice presidente, señor ministro de agricultura y tierras



Ahí va una  de arenas, señor vice presidente, señor ministro de agricultura y tierras
 Javier Monagas Maita

Sin ser egocentrista, una de las personas que está más dispuesta a criticar la acción de los camaradas del gobierno y del ministerio de tierras es este humilde servidor. Pero en esta oportunidad debo reconocer que las dificultades para hacer valer la ley de tierras es uno de los mayores escollos que se ha encontrado este procedimiento de cambio revolucionario para hacerse en paz. No  en vano los muertos han estado del lado del sector campesino y no de la terrofagia. Hemos detectado que los infiltrados o defensores del pasado, que se resisten a reconocer lo inevitable de los cambios políticos y sociales, actúan sin el menor recato a la hora de dañar al desposeído y de favorecer los poderes económicos del pasado en vías de extinción.

Es menester  no  dejar de reconocer la labor firme y oportuna en ocasiones y retardada en otras, de la gente del ministerio de agricultura y tierras para forzar la barra de la lógica y la razón en beneficio de los campesinos y pequeños productores. Es difícil lidiar con un universo de mentalidades, conciencias, inconsciencias, intereses y desintereses, manipulaciones y burdas maniobras, que se hacen para entorpecer los cambios y forzar que permanezca lo de siempre.  Es difícil la labor de dar la razón a quien la tiene  cuando las manipulaciones nos ocultan lo verdadero y nos asoman lo falso como verdad. 

Reconozco que lo lento que ha sido el proceso de cambios estructurales, políticos, económicos y sociales en Venezuela, es porque las trabas van más allá de la simple voluntad y el simple deseo de hacerlos. Las marañas de la mentalidad humana hacen que, a veces, confiemos en quien no deberíamos confiar y desconfiemos de quien no merece desconfianza. Se trata del juego de los engaños y los intereses ocultos, la hipocresía hecha persona y del que engaña, del que es hábil para ocupar espacios y confianzas para luego traicionar.

Hoy debo reconocer la labor de Elías Jaua  y de  Juan Carlos Loyo. De verdad, que uno cuando va a reclamar algo o a solicitar alguna solución, cree que es el único con un problema, cuando en verdad existe toda una gama de obstáculos naturales, normales y, la mayoría creados intencionalmente para generar retardo y en consecuencia beneficios para quienes no quieren cambios.  Ese es el panorama de la revolución. No significa esto, que debemos ser pasivos y complacientes con las deficiencias y malas acciones administrativas. No,  sólo debernos procurar ser más objetivos y concretos en las denuncias respecto al funcionamiento del aparato estatal, para que la respuesta, o la solución sea más rápida o, en todo caso, para descubrir a ese o esos que intencionalmente hacen de estorbo en el desempeño del deber ser para perjudicar lo que hace la revolución por el pueblo y contra el enemigo a vencer: el capitalismo explotador Sion yanqui. 

Mi reconocimiento desinteresado a los dos funcionarios nombrados anteriormente y por supuesto al padre de la criatura: Hugo Chávez Frías. Pero les sugiero sean más acuciosos, más exigentes, más supervisores de su personal y de su despacho, menos burocracia y más relación con el entorno humano al que se deben, sin la intermediación de funcionarios subalternos. Es cierto que se ha avanzado en la distribución y posesión de la tierra en pos de una sociedad más justa, pero debemos mejorar los controles de los créditos, los recursos y lo oportuno de los mismos, no distraerse en criterios personales o grupales sobre qué rubro se debe o no favorecer. Eso se convierte en perjuicio para unos y beneficios para otros, que a la larga sólo produce división y desconfianza entre las mismas clases. Hay que definir criterios de siembra en cada suelo de acuerdo a su calidad, pero de manera armónica y con autoridad a la vez (ambos conceptos no son antagónicos), pero garantizando condiciones mínimas de producción de acuerdo al rubro deseado y a las necesidades del país. Es asunto de organización y educación de los productores.
  
  
                    

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Vistas de página en total