Julio de 2010
Dos siglos de lucha son mucho más que nada. Y en esos más de dos cientos años de gesta emancipatoria se han conjugado la pasión puesta en juego por los pueblos, la razón, por la que apostaron los grandes libertadores históricos y demás líderes, y el sentimiento que permitió amalgamar fuerzas dispersas por enormes espacios territoriales dotándolos de una identidad americana. Tal sentimiento atravesó los dos siglos que se recordaron en el corriente año. A veces aparecía bajo la forma del discurso inoperante, insustancial y vacío, al gusto de los sectores dominantes. Otras era grito de lucha contra el imperio genocida, rapaz y saqueador.
Si durante dos centurias pasión, razón y sentimiento resultaron determinantes para que nuestra causa no fuera silenciada dentro el agujero negro de los olvidados de la historia, los tramos finales del siglo XX y comienzos del presente mostraron un reavivarse de la causa emancipatoria; a favor que el imperio se hallaba absorbido por sus correrías propias de bucaneros de la posmodernidad por África y el oriente asiático. Con el cambio electoral del 2008 USAMERICA volvió a poner sus ojos y garras en nuestro continente; tal cual nos demuestran el bombardeo en Ecuador, la proliferación de bases en Colombia, el golpe en Honduras, las acciones criminales en Méjico, la cuasi invasión a Costa Rica que se desarrolla en los días que corren, por poner sólo algunos casos. De allí que se reactualice la necesidad de que pongamos lo máximo posible en lo referente a la pasión, la razón y el sentimiento; todo ello para lograr el triunfo de la causa independendientista.
¿O puede haber algo más apasionado que la abnegada resistencia del pueblo hondureño contra sus opresores ancestrales? ¿La referida resistencia se hubiera mantenido por más de un año si la racionalidad no fuera practicada masivamente por el pueblo en su lucha? ¿Acaso puede discutirse que el sentimiento (democrático y popular) resulta un factor de unidad de los luchadores hondureños y de todos los que les hacen extensiva su solidaridad?
En nuestra opinión pasión, razón y sentimiento devienen armas en la lucha emancipatoria. Pasión desbordante aportada por mártires que dieron su vida por la causa de nuestra patria grande o por dirigentes que mantuvieron el fuego sagrado para resistir durante los nefastos ’90. También se destacaron en polemizar y demostrar que otro mundo (diferente al saqueo neoliberal) es posible. Racionalidad necesaria para sortear el proceloso océano de la fragmentación y direccionar un movimiento tan complejo y diverso hacia la lucha sin cuartel contra el imperio (del mal). Y el sentimiento; que no sólo debe ser base de nuestra identidad, si no también fuerza emotiva que amalgame a nuestros pueblos. Si logramos conjugar adecuadamente las tres características citadas habremos avanzado en nuestro combate por la vida; honraremos a nuestros libertadores y avanzaremos en legarle un mundo mejor a las próximas generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario