SE SOLICITA REENVIAR ESTE COMUNICADO
Ayer 12 de abril, las fuerzas policiales violaron la autonomía Universitaria en Costa Rica
El día de ayer, el Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica (OIJ) quebrantó el principio internacional de autonomía universitaria al ingresar violentamente al Campus Central de la Universidad de Costa Rica (UCR) en busca de un funcionario de tránsito acusado de cobrar sobornos a transportistas que se refugió en el recinto educativo. Extrañamente, se hizo un despliegue de más de 30 efectivos para capturar a un solo sospechoso que no estaba armado ni presentaba mayor amenaza física para la seguridad ciudadana.
Al ver lo que sucedía, funcionarios, docentes y estudiantes exigieron a los agentes de la OIJ que se retiraran del lugar, haciendo valer los derechos estudiantiles; ya que según lo confirmado por la Rectora de la Universidad los policías no contaban con el debido permiso para ingresar al recinto.
Ante la oposición, los agentes judiciales reaccionaron de forma brutal y nefasta contra todas las personas que se encontraban en el sitio al intentar entrar por la fuerza, generando un enfrentamiento con estudiantes, profesores (as) y funcionarios (as). Los universitarios fueron golpeados, al punto de que el presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho perdió varios de sus dientes frontales, a otro compañero le quebraron la nariz y una costilla y varios presentan golpes múltiples en la cabeza y el cuerpo. Lo anterior culminó con el arresto de tres estudiantes y un docente de forma arbitraria, siendo esto una muestra más del abuso de poder por parte de las autoridades encargadas de mantener el “orden”.
Cuestionados por la situación que se dio, el Director de la OIJ y el Fiscal General de la República usan como pretexto la búsqueda de una persona investigada para justificar la violación de la autonomía del recinto universitario. Este último señor inclusive manifestó en los medios de comunicación que la fuerza pública y los agentes de la OIJ pueden entrar cuando y cuantas veces quieran a las instituciones de educación superior. Afirmaciones como esta, a las y los estudiantes de universidades estatales nos preocupan, ya que se pueden prestar para validar la persecución e invadir la universidad durante las luchas sociales y políticas con las que nos comprometamos en el futuro. Ustedes como latinoamericanos (as), que lamentablemente han sufrido más represión militar y policial que nosotros, conocen las atrocidades cometidas en el pasado por las fuerzas de represión, que fueron justificadas con pretextos como estos.
Nuestro país, que si bien es cierto posee un desarrollo histórico particular dentro del contexto latinoamericano, a partir de la abolición del ejército maneja un discurso de paz que se utiliza para encubrir la persecución política, la represión estudiantil y la violencia de Estado ejercida a través de los medios de comunicación, que desinforman a la población cada vez que defendemos nuestras ideas y derechos y nos comprometemos con la lucha social, justificando y protegiendo así los intereses de las elites que controlan el poder.
Los noticieros presentan las dos partes, pero validan la versión oficial de los directivos judiciales, manifestando tanto explícita como indirectamente que estudiantes y docentes son culpables de tan desagradable situación ya que “encubrían” a la persona investigada. Al mismo tiempo de que aprovechan para muy solapadamente acusarles de ser personas “revoltosas” que utilizan las universidades para hacer de las suyas y merecen los golpes de los que fueron víctimas, como si se tratara de peligrosos criminales. Esto, naturalmente, no es así, lo que enfureció al estudiantado fue la agresividad y el matonismo de los policías que forzaron la entrada al recinto sin los permisos necesarios, violando la autonomía universitaria, autonomía ganada con el compromiso y la sangre de compañeros y compañeras en todo el mundo; quienes inclusive en épocas de dictadura y represión continuaron en la lucha y tuvieron el valor de decir “¡Ni un paso atrás!”, por el futuro bien de los y las estudiantes de todo el mundo.
Como costarricenses tenemos el deber moral de denunciar dentro y fuera del país los deplorables hechos acontecidos el día de ayer, no podemos permitir que sean en vano el sudor y la sangre que compañeros y compañeras de América Latina y Europa derramaron en el pasado por defender los derechos que ahora gozamos. Como hermanos (as) latinoamericanos (as) les solicitamos encarecidamente reenviar esto a todas las personas que conozcan en cada uno de sus países para que comprendan que nuestra realidad es una más de las realidades de Latinoamérica y se solidaricen con la causa de nuestros (as) colegas de la UCR, que al final es la causa de todos y todas.
Karol Carmona
Docente de Estudios Sociales y Cívica
Representante Estudiantil
Estudiante de Historia
Universidad Nacional
Montserrat Jiménez
Presidenta Asociación de Estudiantes de Historia
Universidad Nacional
Lorenzo Montiel
Representante Estudiantil
Estudiante de Historia
Universidad Nacional
Costa Rica, 13 de abril de 2010
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