El
futuro de Estados Unidos
Por: David Brooks
17
MARZO 2014
El
futuro de Estados Unidos se puede ver hoy en la generación de jóvenes más
diversa en raza, cultura y origen, que para 2043 transformará este país
en uno donde por primera vez los blancos pasarán a ser una minoría más,
algo que invita cambios bienvenidos por muchos, pero que también asusta a otros
y que en parte explica algunas de las tensiones políticas y sociales hoy día.
La
llamada generación de los milenarios, como se ha apodado a los nacidos
después de 1980, se distingue no solo por su diversidad racial y/o étnica, sino
también por lo que comparten entre sí, incluyendo una mayor desconfianza
en instituciones políticas y sociales, como por crecer con la revolución
cibernética y sus implicaciones, y por una visión más liberal en asuntos
sociales, según registra una extensa investigación sobre ellos del Centro de
Investigación Pew.
Según
el análisis, los milenarios –de 18 a 33 años– se distinguen de generaciones
anteriores por estar relativamente desvinculados de política y religión
organizada, vinculados por medios sociales, aguantando una carga de deuda,
desconfiados de la gente, sin prisa por casarse y optimistas sobre el futuro,
resume Pew. También son la generación más racialmente diversa de Estados
Unidos.
Según
los sondeos de Pew, más de la mitad de los milenarios se describen
como independientes en su política (o sea, ni demócratas ni
republicanos ni de ningún partido) y 29 por ciento (3 de cada 10) dice no
practicar ninguna religión. Estos son entre los niveles más altos
de desafiliación política y religiosa jamás registrados para una
generación en los 25 años que Pew ha hecho sondeos sobre estos temas.
Esta
es una generación generalmente liberal, notable por su amplio apoyo a
los demócratas y por posiciones liberales sobre una amplia gana de temas
políticos y sociales, desde apoyo a un gobierno activista para
promover bienestar social, como a favor del matrimonio gay, el matrimonio
interracial, la reforma migratoria y la legalización de la mariguana, según
Pew. Pero vale la pena señalar que no son muy diferentes a las generaciones
más viejas en sus opiniones sobre el control de armas y el aborto.
Sin
embargo, estas inclinaciones liberales los convirtieron en un sector clave en
los triunfos de Barack Obama. Ahora también comparten los mismos niveles de
desencanto que otras generaciones con el presidente.
A
la vez, esta es la primera generación a la que se puede clasificar
comonativos digitales. No se han tenido que adaptar al mundo
cibernético, y a la vez son la vanguardia de esta nueva edad digital,
incluyendo el uso de Internet, redes sociales y aparatos móviles con los cuales
construyen sus relaciones de amigos, colegas y grupos de interés común.
La
generación más diversa racialmente es resultado en parte del flujo inmigrante
de latinos y asiáticos en las ultimas décadas –muchos son hijos nacidos aquí de
éstos. Un 43 por ciento de los milenarios no son blancos –el nivel más alto de
cualquier generación anterior. Hoy día, la mitad de los recién nacidos en este
país son no blancos. Esta diversidad, indica Pew, explica en parte sus
posiciones políticamente liberales.
Vale
recordar que la Oficina del Censo de Estados Unidos calcula que la población
estadunidense alcanzará un punto alrededor del año 2043, cuando la
mayoría no será blanca por primera vez en la historia de esta nación.
Algunos
observadores han repetido que la transformación que representa esta generación
–solo en términos demográficos y sociales– es parte de lo que nutre la ola
antimigrante de los últimos años, así como movimientos ultraconservadores que
buscan rescatar al país y que ven su fin en un futuro que cada vez se
parece menos de su imagen (blanca, anglosajona y protestante) que ellos tienen
de su país.
Esto
también explica en parte la severa derechización de la política en entidades
como Arizona y los estados del profundo sur, entre otros, donde las cúpulas
políticas tradicionales se sienten amenazadas por los cambios generacionales y
demográficos. Por ejemplo, varios analistas –y solo la semana pasada un
reportaje del Wall Street Journal– advierten que en un futuro
cercano esto puede implicar que Texas, ahora bastión republicano conservador,
se vuelva cada vez más demócrata como resultado de la combinación de cambios
demográficos (sobre todo la presencia y participación de latinos) y
generacionales.
Mientras
tanto, los milenarios también enfrentan desafíos económicos y políticos. En el
ámbito económico, viven en momentos de la peor desigualdad desde la gran
depresión con una movilidad socioeconómica paralizada, para ellos, el sueño
americano por ahora está anulado. A la vez, padecen altos índices de
desocupación, empleos peor renumerados que los de generaciones anteriores y
cambios dramáticos en el sector laboral, que incluye menos protección sindical.
No solo esto, sino que esta generación está aplastada por una carga de deuda
estudiantil sin precedente (el total se calcula en más de un billón de
dólares).
De
lado político y social, es una generación que si no participó, creció en época
de guerras interminables con el esquema de la guerra contra el
terror que suprime expresiones de disidencia. Y como nativos
digitales también son sujetos, bajo esta justificación de seguridad
nacional, a la vigilancia electrónica y la anulación de la privacidad. También
padece de una doctrina de educación –llamada reforma– que regresa a dar
prioridad a un currículum definido por exámenes estandarizados donde se premia
la docilidad y cumplimiento de lo ordenado. Cuando los jóvenes se han atrevido
a expresarse en las calles –sea lo manifestado por Ocupa Wall Street o
los Dreamers (jóvenes inmigrantes activistas), o contra abusos
de autoridades– frecuentemente han sido víctimas de represiones violentas o
intimidación judicial.
El
futuro de este país dependerá en gran medida de si esta nueva generación logra
superar todo esto para cumplir con su promesa de cambio.
Fuente
original La Jornada
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