©
REUTERS
10
teorías que explican por qué los humanos hacen la guerra
RT
Publicado:
26 mar 2014 | 18:22 GMT Última actualización: 26 mar 2014 | 18:22 GMT
¿Podríamos
vivir sin guerras o, al contrario, matar a nuestros congéneres es una
característica innata de los humanos? Algunas teorías ofrecen posibles
respuestas a esta pregunta.
Las
guerras siempre han sido parte de la historia humana. Pero, ¿por qué? Los
periodistas Annalee Newitz y Joseph Bennington-Castro han recopilado en la página io9.com varias
teorías que explican el fenómeno y proponen soluciones.
El
'macho guerrero'
Según esta hipótesis, formulada por un grupo de
psicólogos evolucionistas, los hombres se convirtieron en violentos para
asegurarse el acceso a los recursos y a las mujeres. Para aumentar su poder los
hombres aprendieron a formar coaliciones; cuanto más poderosa era la unión, más
posibilidades tenían sus miembros de transferir sus genes a las futuras
generaciones, que a su vez heredaron la predilección por la violencia y la
formación de ejércitos.
Otra versión de esta teoría supone que los humanos heredaron la predilección por la guerra del antepasado común con los monos. La prueba de ello podría ser que los chimpancés también muestran un comportamiento agresivo cuando un grupo de machos se enfronta a otro.
Otra versión de esta teoría supone que los humanos heredaron la predilección por la guerra del antepasado común con los monos. La prueba de ello podría ser que los chimpancés también muestran un comportamiento agresivo cuando un grupo de machos se enfronta a otro.
La
guerra como depredación
A
diferencia de los que creen que el deseo de guerrear es una característica
innata, la ensayista y activista estadounidense Barbara Ehrenreich opina que la raíz del
comportamiento bélico está en el miedo de nuestros antepasados ante animales
que eran depredadores más hábiles. Con la evolución los humanos
aprendieron a construir instrumentos de guerra y celebraron su victoria sobre
el mundo animal con brutales rituales de caza que con el correr del tiempo se
convirtieron en rituales bélicos con otros humanos. Esto explicaría por qué
muchas personas no sienten inclinación natural por la guerra y por qué para
convertirse en guerrero se requiere entrenamiento e iniciación.
Halcones
persuasivos
Cuando
surgen conflictos hay partidarios de las acciones militares ('halcones') y de
las negociaciones ('palomas'). Normalmente ganan los 'halcones' porque la gente
es propensa a las ilusiones que les hacen aceptar los argumentos de los
'halcones', señalan el nobel de economía Daniel Kahneman y el experto Jonathan
Renshon.
Una de estas ilusiones es que los que están destinados a ganar son aquellos más listos y que tienen más talento, sostienen los expertos en su trabajo. Otra ilusión importante es la de tener el control de la situación: la gente suele exagerar la influencia que tiene sobre los cosas, aunque en realidad las consecuencias de nuestras acciones se determinen por factores que no dependen de nosotros.
Las
guerras como resultado de la sobrepoblación
Esta
hipótesis se basa en las ideas del economista británico Thomas Malthus, quien
pensaba que los problemas sociales se deben a las fuerzas naturales. La
población del planeta crece más rápidamente de lo que se desarrolla la
producción de alimentos, y para equilibrar la situación la naturaleza crea
hambrunas, enfermedades y guerras, explica el economista Ran Ambramitzky. No podremos evitar las
guerras hasta que inventemos maneras de controlar el aumento de la población,
creía Malthus.
Rebeldía
juvenil
Esta teoría, formulada por el científico alemán Gunnar
Heinsohn en los años 90 y desarrollada recientemente por
los estadounidenses Gary Fuller y Jack A. Goldstone, supone que la
violencia y las guerras se deben a la falta de posibilidades de empleo para los
jóvenes.
Pensamiento
de grupo
Esta idea, que combina la 'teoría del macho
guerrero' y la 'teoría de los halcones', supone que en tiempos de crisis,
cuando una sociedad se siente amenazada, los humanos pueden fácilmente llegar a
pensar en términos de 'nosotros contra ellos'. En este caso suelen oprimirse
opiniones alternativas en la sociedad para consolidarse y desarrollar un plan
unánime de acciones.
Las
guerras como técnica de negociación
Algunos
creen que las guerras no son algo innato o aprendido, sino un instrumento político al que recurren los
dirigentes cuando no tienen otras maneras de resolver una disputa. El
modelo "no considera la guerra como el fracaso de la diplomacia, sino su
continuación, ya que las negociaciones continúan durante la guerra, que se
acaba cuando se llega a un acuerdo", escribe el especialista en ciencia
política Dan Reiter.
Gestión
del miedo
La
integrantes de cualquier cultura necesitan creer en algo que sobrevivirá tras
su muerte. La fe no permite aliviar el miedo a nuestra propia muerte. En cambio
las amenazas a un país o a un grupo provocan que sus miembros deseen
proteger su cultura pagando el precio de su propia muerte, porque al fin y
al cabo nuestra cultura puede sobrevivir cuando no estemos, señala un grupo de investigadores universitarios
estadounidenses.
La
tecnología como motor de la agresividad
La
agresión es un instinto que permite sobrevivir tanto a los humanos como a los
animales. Sin embargo, en el caso de los humanos, las armas y la agresión
comunal aumentan no solo nuestra capacidad de defendernos, sino también los
instintos de violencia, cree el biólogo y etólogo Konrad Lorenz.
La guerra como fenómeno social que se puede olvidar
Esta
hipótesis, propuesta por primera vez por la antropóloga
Margaret Mead, supone que la guerra no es una consecuencia inevitable de
nuestra naturaleza, sino una invención social de la cual uno puede
desprenderse. Si la guerra es una respuesta social a nuestro entorno, poner fin
a las guerras también debería ser un acto social.
Texto
completo en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario