sábado, 28 de julio de 2012

1953-26 de julio-2012


1953-26 de julio-2012



El mayor valor de este trabajo no son las ideas que plasma... es saber que lo escribe una joven cubana de hoy, digna continuadora del legado que las ideas de Martí y Fidel han dejado a nuestro pueblo...


El Asalto al Moncada: Las ideas no se matan
Por Bertha Mojena Milian

 
“las ideas no se matan”.


Desandar en la historia, como quien surca caminos ya trazados, siempre es un reto imaginario que nos hace sentir más cerca de los hechos, de los hombres, de un pasado vital para el presente y el futuro.

 
Y aunque a veces parezca lejano, eso sentimos muchos después de leer libros, ver imágenes y escuchar varias versiones de algunos hechos históricos y nos atrevemos a crear nuestra propia idea del sentir de unos hombres tan jóvenes como nosotros mismos y movidos por los más sagrados sentimientos de amor y humanidad.


Sí, amor, amor profundo a sus raíces, a la vida, a la solidaridad y los deseos de ser dignos, y ¿por qué no?: también a un pasado, a una memoria que rescatar, defender, enaltecer, y a ellos mismos, a su derecho a ser felices, tener vida propia, libertad para amar y decidir.


Así, entre locuras, sueños, vicisitudes, anhelos y mucho amor, imagino el despertar de los jóvenes del Centenario aquel 26 de julio de 1953, sin importar los riesgos, las diferencias, la inexperiencia, solo pensando en el influjo de politiquería y represión que bañaba a este pueblo, bajo el régimen surgido el 10 de marzo de 1952.



Homenajeaban a uno de los pensamientos más universales de todos los tiempos, el del Apóstol de la independencia cubana, pero más que todo, se definía el destino de un pueblo heroico por tradición propia e indiscutible.


Y ahí estaban estos muchachos, jóvenes presentados por la tiranía como expertos tiradores entrenados para el combate y el uso de todo tipo de armas. Pero no eran sino hombres y mujeres del pueblo que centavo a centavo a centavo reunieron dinero para comprar armas modestas para realizar la acción.


Allí estuvieron Elpidio Sosa y Jose Luis Tassende, quienes vendieron sus plazas de trabajo, Pedro Marrero, quien vendió prácticamente todos los muebles y equipos de su casa y Fernando Chenard quien empeñó efectos personales y la cámara fotográfica con que se ganaba la vida.


Y eran así, trabajadores de la construcción, del comercio, la gastronomía, campesinos, labriegos, braceros del campo, mecánicos, choferes, contadores y hasta un médico y un boxeador profesional. Con ellos, se retomaba el camino hacia la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes que se confirmaría años después.


Después vendría lo inevitable, lo denunciado por FIDEL en “La Historia Me Absolverá”, el horror de la masacre desatada por los esbirros. Y los números no nos dejarían mentir: Solo 6 de ellos cayeron en las acciones, pero después 25 fueron apresados y asesinados en el Moncada, 10 en la ciudad y 19 en los tres días posteriores a los asaltos.


Al rememorar los hechos e intentar sentirlos cercanos, entenderlos, explicarlos para el mañana, resulta entonces ensordecedor que traten los enemigos de la Revolución dentro y fuera de Cuba, de desmentirlos, de reconstruirlos a su antojo, con la más cruel de las falsedades.

 
Ahora resulta que hacen películas y documentales, escriben libros de historia y nuevas biografías de Fulgencio Batista, presentándolo como un redentor y benefactor. Y hasta se yerguen presentando la Cuba de 1953 como la panacea de América Latina, el camino hacia el mejor de los mundos desarrollados, y no el infierno de miseria, analfabetismo, insalubridad, prostitución, corrupción, discriminación y represión que reinaba en la isla, vendida por el gobierno al capital y la mafia norteamericana.

 
Ahora desmienten que Batista y sus generales fueron los que dieron la orden para que por cada soldado caído en los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, eliminar 10 combatientes revolucionarios.

 
El 26 de julio abrió un camino nuevo en las formas de lucha del pueblo cubano por su libertad y dejó un gran ejemplo para todos los revolucionarios de Cuba y el mundo, un mensaje para la eternidad: convertir los reveses en victoria y seguir adelante si de verdad existe decisión de lucha, de trabajo duro y consciente.


Acercándome al Moncada, a sus hombres, a la vida de los que cayeron allí, aprendí porqué con su estirpe de líder indiscutible, el 26 de julio erige a Fidel al frente de la Revolución en la marcha inevitable hacia el triunfo; supe que en un acto de valentía sin límites, en la audiencia de Santiago de Cuba el joven Raúl Castro le quitó la pistola al jefe de la policía e hizo prisioneros a todos sus integrantes, de lo contrario, habrían sido asesinados.

 
Comprendí entonces a valorar qué significaría desde entonces y para siempre “Ya estamos en combate”, el poema del Moncada, y aprecié el gran sentido del Himno de la libertad o Himno del 26 de julio, compuesto por Agustín Díaz Cartaya y tarareado por los combatientes y después por tantas generaciones de cubanos, que durante casi 6 décadas hemos decidido seguir trazando nuestros propios destinos.

 
Desandando la historia, he encontrado los valores que dan sentido al combate diario, al trabajo duro, al futuro que construimos. Y en medio de las flores con espinas, de los equívocos y los temores, continuamos defendiendo nuestra luz y buscando el honor, tras las apariencias que pretenden estamparse como verdades.


 
Los hechos, los hombres, el pasado que no es presente ni será futuro, nos legó entonces la facultad para enaltecer con voz propia, el orgullo y el deber de ser cubanos y aprender de aquellas palabras del Teniente Sarría, un oficial negro que impidió en aquellos días que asesinaran a Fidel, cuando repetía una y otra vez: “las ideas no se matan”.


Fuente: Cubasí


Otro aniversario más: El 26 de julio a casi seis décadas
Por Salvador E. Morales Pérez, IIH/UMSNH*

 
Cuba, asignatura pendiente que EEUU nunca va a aprobar


Este día 26 de julio de 2012 se cumplen 59 años de aquella memorable acción insurreccional llevada a cabo por puñados de jóvenes idealistas cubanos cuya repercusión no han logrado apagar todos los arsenales gastados en ahogar su perdurable significación. En las ciudades de Santiago de Cuba y de Bayamo se lanzaron contra una dictadura de aquellas que amparadas y sostenidas en los mitos de la guerra fría pretendían retrotraer y varias lo lograron, los avances políticos económicos y sociales acumulados en la era de lucha contra el fascismo aupado desde la crisis de 1929.


Cerrados los caminos políticos no dejaron más opción que la lucha armada.


Una ola de militarismo golpista se estaba abatiendo sobre las frágiles democracias representativas, reformistas y nacionalistas, en Perú, Venezuela y Cuba, y en Colombia se entronizaba un brutal régimen conservador, entretanto viejas dictaduras como las de Trujillo en República Dominicana y Somoza en Nicaragua, se arrimaban al carro de la carrera armamentista, del pretextoso anticomunismo que barría conquistas obreras y sociales y plagaba de chispas el planeta para encender nuevas confrontaciones. Todo lo que el mundo esperaba - y en América Latina se esperaba mucho - en mayo de 1945 al cesar la guerra mundial se estaba yendo a pique.


Los efímeros sueños desarrollistas de industrialización, de beneficios económicos y sociales, de legislaciones sociales progresistas y modernas a favor de los trabajadores, de libertades y avances políticos, con los matices de cada caso nacional se anulaban sin piedad. Con la complacencia evidente de los intereses extranjeros, particularmente aquellos que estaban fuertemente representados en la maquinaria gubernamental en Washington. Maquinaria que con distintos grados de visibilidad estaba actuando – como sigue haciéndolo hasta ahora - en sostenimiento de los regímenes aliados aunque fuesen los dictatoriales reinantes. Regímenes que se convirtieron en los principales receptores de los sobrantes de guerra, que se emplearon para establecer un campo de terror. Miles de víctimas lo testimonian.


Aquellos jóvenes, encabezados por Fidel Castro, leyenda viviente, fueron a la acción libertaria jugándose el todo por el todo. Mal armados, pero bien inspirados. Nada menos que por las ideas de José Martí, aquel formidable héroe de carne y hueso, que cayera atravesado por tres balazos luchando por una república con todos y para el bien de todos que echara sobre sus hombros antillanos la tarea de frenar la expansión imperialista en ciernes.



Unos cayeron en desigual combate, como ya lo sabían. Otros fueron asesinados por la orden colérica de Batista de diezmar a los prisioneros. Pocos lograron escapar y marchar al exilio, el resto fue a parar a prisión. Sus ejemplos sirvieron de inspiración. Tuvieron no pocos émulos en las islas del Caribe y en la masa continental americana.


Desde la lontananza, los acontecimientos del 26 de julio de 1953, pueden verse de diversas maneras, pero yo deseo interpretarlos como un hito de partida. En el largo plazo en que se debe observar el denodado esfuerzo por culminar su proceso de cambios la Revolución cubana y la evolución de estos pueblos emergentes de la América nuestra, durante poco más de medio siglo, en dramática conflictividad de etnias, culturas, razas, clases sociales, cristalizaciones nacionales, estos hechos unidos marcaron el rumbo de un nuevo proceso que no cesa de desplegarse, con nuevos y paradójicos elementos. Un proceso arduo, sembrado de dificultades, al costo de vidas, sacrificios, éxitos y errores, como todo acontecer, marcado por la resistencia de quienes se aferran a sus egoísmos y por quienes pugnan por el bien de la humanidad en su conjunto.




De esta manera, la Revolución Cubana que se desprendió de estos aconteceres ha vivido su experiencia en el marco más amplio de estas dinámicas. Ha experimentado momentos de solidaridad y de aislamiento, hostilidades y victorias, avances y desgarros. Plaza sitiada, ha salido al mundo a pelear, sin miedos ni vacilaciones. A la ideología enemiga ha respondido con las ideas revolucionarias y patrióticas. A las armas respondió con las armas. Ha peleado en las sombras y a la luz del sol. No la han vencido aunque no todo ha sido éxito. La batalla ha sido desigual. Han entorpecido su proyecto, han perturbado su tranquilidad. La cubana es una revolución inconclusa que sigue batallando en cambiantes y difíciles condiciones por cuajar un estado social de bienestar colectivo “con todos y para el bien de todos” sea cual sea la etiqueta que le queramos dar: socialismo, colectivismo, humanismo, buen vivir. ... Lo importante es la esencia. Esa esencia – o renovado programa movilizador - que a estas alturas de la historia, con las pifias del experimento soviético, que aun no acabamos de analizar, está pendiente de rediseñar, de tal modo que las nuevas generaciones que no han vivido estas experiencias con la perspectiva de seis décadas, traumatizadas por las secuelas turbias de esta era neoliberal, puedan sentir un asidero intelectual y emocional lo suficientemente inspirador para emular las hazañas con las cuales hace 59 años se inició este proceso pendiente de rematar.



* Doctor en Historia, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).


APRECIADOS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS, CAMARADAS:



SALUDO efusiva al pueblo y a la Revolución Cubana en celebración del 26 de julio, fecha del legendario Asalto al Cuartel Moncada, que señaló la senda de la victoria final, que culminaría con triunfo el 1° de enero de 1959 y, hoy, aún después de medio siglo, el socialismo sigue vigente, sus avances son tangibles y progresa hacia otros logros, bajo los ideales de igualdad, justicia y solidaridad.


 
Para los jóvenes (de hoy) sería muy significativa una reflexión sobre el significado político del Asalto al Cuartel Moncada, el papel de sus héroes y heroínas.


Venceremos


Abrazos fraternos, solidarios, optimistas

ROSINA VALCÁRCEL

Poeta, Lima, Perú

26 de Julio del 2012


PC de EE.UU, En la Ocasión del 59 o Aniversario del Ataque al Cuartel de Moncada [Sp., En.] 1


PARTIDO COMUNISTA DE LOS ESTADOS UNIDOS (CPUSA)


 
En la Ocasión del 59 o Aniversario del Ataque al Cuartel de Moncada


26 julio de 2012


Al Partido Comunista de Cuba, a los líderes de la Revolución Cubana, y al pueblo cubano:


En el día de hoy, conmemoramos el quincuagésimo y noveno aniversario del ataque al Cuartel de Moncada. Consideramos que es una ocasión digna para recordarnos de la deuda que todos debemos a la Revolución Cubana.


El 26 de julio de 1953, 140 patriotas cubanos irrumpieron con armas en el Cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba con la expectativa de comenzar un alzamiento nacional para derrocar al dictador odioso Fulgencio Batista, militar respaldado por los Estados Unidos. El ataque fracasó, y muchos de los patriotas se convirtieron en mártires de su causa, caídos en batalla o asesinados después por los esbirros de Batista. Solo una campaña nacional e internacional logró que Fidel Castro y Raúl Castro fueran librados bajo amnistía.



 
Sin perder tiempo, los reaccionarios cubanos y sus aliados imperialistas se reagruparon para revocar el veredicto del pueblo cubano. En ese empeño intentaban todo y lo siguen intentando: Invasiones, sabotaje, terrorismo, asesinatos, estrangulación económica, y una campaña propagandística enorme, todo diseñado para desalojar a la revolución cubana y someter el pueblo cubano, de nuevo, a la opresión de clase y la dominación imperialista.

 
Sin embargo Cuba sigue adelante, aun cuando el derrumbe de la Unión Soviética y del socialismo europeo le dio otro golpe peligroso.



 
*El fin del nefasto régimen de apartheid en Sudáfrica.


*La renovación de los movimientos revolucionarios en America Latina y mas allá.


*La renovación de los partidos comunistas y de obreros/as al nivel mundial, quienes Hemos aprendido, del ejemplo cubano, que un compromiso con el socialismo no requiere que uno se apegue a dogmas fosilizadas y métodos burocráticos.


*El desarrollo teórico de la crítica del imperialismo de nuestros tiempos, y de las políticas Económicas neoliberales, además de la estrategia para combatirlos por medio de las movilizaciones de base.


*La unidad cada vez mas firme de America Latina y al fin, todos los países pobres de Asia, África y las Américas, detrás de un programa amplio de cambio progresista.


*La provisión desinteresada de ayuda medica, pedagógica y social a comunidades pobres en el mundo entero.


Pero 59 años después de Moncada, el imperialismo no ha abandonado sus intentos de derrocar a la Revolución Cubana. A pesar de algunas mejoras en los últimos años, el gobierno de los Estados Unidos mantiene en fuerza el bloqueo económico, y sigue manteniendo como presos a cuatro de los Cinco Héroes Cubanos, a pesar de la indignación y las protestas mundiales. Fondos del gobierno estadounidense siguen respaldando las campañas de calumnia y desestabilización en contra de Cuba.

 
De modo que la lucha sigue, para Cuba y para los amigos de Cuba en el mundo entero, incluyendo especialmente aquí en los Estados Unidos.




*Saluda al Partido Comunista de Cuba, y al pueblo cubano, en la ocasión del quincuagésimo y noveno aniversario del ataque al Cuartel de Moncada.


*Envía nuestro saludo comunista especial a los compañeros Fidel Castro Ruz y Raúl Castro Ruz para agradecerlos por su largo servicio a la clase trabajadora mundial y la humanidad, y deseándoles muchos años mas de salud y felicidad.


*Recuerda a la memoria los gloriosos héroes de la primera generación de la Revolución Cubana que ya no están con nosotros físicamente, pero cuyos nombres vivirán para siempre, especialmente el compañero comandante Ernesto “Che” Guevara y tantos otros.


*Nos comprometemos a seguir luchando para poner fin al bloqueo y las restricciones de viajar, al igual que a todos los intentos de la desestabilización, y sobretodo a la libertad de los Cinco.


Al estilo cubano, nos despedimos:


¡Viva el 26 de Julio!


¡Viva el Partido Comunista de Cuba!


¡Viva el pueblo cubano, heroico y valiente!


¡Patria o muerte! ¡CUBA VENCERA!

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COMMUNIST PARTY OF THE UNITED STATES OF AMERICA (CPUSA)


GREETINGS ON THE OCCASION OF THE 50TH ANNIVERSARY OF THE ATTACK ON THE MONCADA BARRACKS


To: The Communist Party of Cuba (CPC), the Cuban revolutionary leadership and the Cuban people.


July 26, 2012


Today is the 59th anniversary of the attack on the Moncada Barracks in Santiago, Cuba, and thus is a fitting occasion to remind ourselves of what we all owe to the Cuban Revolution.


On July 26, 1953, 140 Cuban patriots stormed the heavens by launching an armed attack on the Moncada Barracks in Santiago, Cuba, in an effort to spark a national uprising to overthrow the odious U.S. supported military dictator, Fulgencio Batista. The attack failed, and many of the patriots became martyrs to their cause, either dying in the fighting or being murdered by Batista’s agents in the aftermath. Only because of a national and international pressure campaign were comrades Fidel Castro and Raul Castro amnestied.


The Cuban revolutionaries did not give up, but continued to prepare, within Cuba and from exile, the campaign that eventually ousted Batista on January 1, 1959.


Quickly, Cuban reactionaries and their imperialist allies rallied to try to reverse the verdict expressed by the Cuban people on that date. They tried everything, and continue to do so: Invasions, sabotage, terrorism and assassination, economic strangulation and a vast propaganda campaign designed to dislodge the Cuban Revolution and subject the people of Cuba once again to class oppression and imperialist subjugation.


However Cuba has prevailed, even when the collapse of socialism in the Soviet Union and Eastern Europe struck it such a dangerous blow.


In Cuba, the Revolution has created a better life for working people and the masses. Internationally, the gift of the Cuban Revolution has included.


*The end of the odious apartheid regime in South Africa.


*The renovation of the revolutionary movements in Latin America and beyond.


*The renovation of the communist and workers’ parties worldwide, who have learned, by Cuba’s example, that a commitment to socialism does not entail adherence to ossified dogmas and bureaucratic, top down methods.


*The development of the critique of late imperialism and of neo-liberal economic policies, as well as the strategy for combating them through popular mobilization.


*The increasing unity of Latin America and ultimately of all the poor countries of Asia, Africa and Latin America behind a broad program of progressive change.


*The disinterested provision of high quality health care, education and other services to poor countries around the world.


Fifty nine years on, however, imperialism has not given up its idea of reversing the Cuban Revolution. Although there have been some changes in the last couple of years, the United States still maintains the economic blockade of Cuba, and continues to imprison, in the face of worldwide indignation and pressure, four of the “Cuban Five” heroes. U.S. government funds still support propaganda and destabilization efforts.


So the struggle goes on, for Cuba and for Cuba’s friends around the world, including here in the United States.


The Communist Party of the USA hereby:


*Salutes the Cuban Communist Party and the Cuban people on the occasion of the 59th Anniversary of the Attack on the Moncada Barracks.


*Sends our special greeting to comrades Fidel Castro Ruz and comrade president Raul Castro Ruz, thanking them for their long service to the international working class and humanity, and wishing them many more years of good health and happiness.


*Recalls to memory the glorious members of the first generation of the Cuban Revolution who are no longer with us physically but whose names will live for ever, including especially comrade Ernesto “Che” Guevara and so many others.


*Pledges ourselves to keep struggling to end the blocade and travel restrictions, to put a stop to all harassment and destabilization activities directed against Cuba, and to free the Cuban Five.


In Cuban style, we close by saying:


¡Viva el 26 de Julio!


¡Viva el Partido Comunista de Cuba!


¡Viva la Revolución Cubana!


¡Viva el pueblo cubano, heroico y valiente!


¡Patria o muerte! ¡Cuba vencerá!

 

Por lo tanto, el Partido Comunista de los Estados Unidos:
En Cuba, la Revolución ha producido una mejor vida para los trabajadores y el pueblo en general. Internacionalmente el don de la Revolución Cubana incluye:
Mas los revolucionarios cubanos jamás se dieron por vencidos; seguían haciendo preparativas, dentro y fuera de Cuba, y al fin su lucha derrocó a Batista y su gobierno el 1 de enero de 1959.
 
Quienes hemos vivido esta era de cambios y de resistencias, de revolución, involución y de contrarrevolución hemos podido aprender de una dura experiencia que nos permite valorar con respeto y sentido crítico las tortuosidades del camino. Ponderar los logros sin regodearnos en lo hecho. Conscientes, como Bolívar, de que mientras quede algo por hacer nada está hecho.

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