jueves, 28 de julio de 2011

Una China sustentable sería parte importante de la solución socialista para los pueblos

 Una China sustentable sería parte importante de la solución socialista para los pueblos
Rómulo Pardo Silva


www.malpublicados.blogspot.com
(Sobre artículos de Alberto Cruz y Minqi Li).
Durante el colapso del presente orden mundial, la China capitalista y las potencias occidentales pueden actuar con igual violencia fascista. La alternativa es que se abren posibilidades del regreso chino al socialismo ahora con dirección ecológica.
China emerge como un poder global. La segunda economía del mundo y podría ser la primera hacia 2020-2027. El principal poseedor de valores del Tesoro de Estados Unidos. Motor de la economía de materias primas en Asia, África y América Latina. En expansión económica y comercial rápida. Impulsada principalmente por su ejército se orienta a jugar un rol internacional más fuerte y a acelerar la expansión y defensa de sus intereses en todo el mundo. Aumenta el gasto militar y fabrica un avión caza de última generación, sorprendiendo al Pentágono, drones, su primer portaaviones, el submarino tripulado que alcanza la mayor profundidad. Se dirige a establecer bases militares fuera de su territorio.
La rápida acumulación de capital en China se ha basado en la explotación de cientos de millones de trabajadores. Entre 1990 y 2005 los ingresos del trabajo como porcentaje del PIB se redujeron del 50 al 37%. La tasa del salario es aproximadamente el 5% de la de los EEUU y de México el 40. Un estudio determinó que en la zona de Guangzhou, Shenzhen y Hong Kong aproximadamente dos tercios de los trabajadores trabajaban más de ocho horas al día y nunca tienen fines de semana libres. Los capitalistas utilizan habitualmente el castigo corporal. Cerca de doscientos millones laborales en condiciones peligrosas y se producen alrededor de 700.000 accidentes anuales graves con la muerte de más de 100.000 trabajadores.
Según el Banco Mundial, en 2005, el 10% de los hogares más ricos tenía el 31% del ingreso total chino y el 10% más pobre el 2% y según el World Wealth Report de 2006 un 0,4% de las familias más ricas controla el 70% de la riqueza nacional. Más del 70% de la producción industrial está en manos de particulares después de años de privatización masiva,
El Partido Comunista reconoció e incorporó a la nueva clase capitalista. Hasta el año 2002 el Partido se decía la vanguardia de la clase obrera, ahora se declara representante de “las más amplias masas” y de la “mayoría de las fuerzas productivas avanzadas”, eufemismo para referirse a los nuevos capitalistas. Wen Jiabao, primer ministro de China, se dice que es uno de los primeros ministros con mayor fortuna del mundo, su hijo es dueño de la más grande firma de capital privado, su esposa está a cargo de la industria de la joyería. La familia de Wen se estima que ha acumulado 30.000 millones de yuanes, el expresidente y secretario general del Partido Jiang Zemin 7.000 millones de yuanes y el exprimer ministro Zhu Rongji 5.000 millones de yuanes. En 2006 había alrededor de 3.200 personas con bienes muebles por valor superior a 100 millones de yuanes, y de ellos alrededor de 2.900 eran hijos de altos funcionarios del gobierno o del partido. Sus activos combinados se estiman en 20 billones de yuanes, aproximadamente el tamaño del PIB de China en 2006. Una gran parte de esta riqueza proviene del saqueo del Estado y los bienes colectivos acumulados en la era socialista.
Esta China empresarial que sorprende por su crecimiento tiene problemas vitales por resolver. El país sufre una excesiva dependencia del capitalismo exterior. Las economías occidentales estancadas y la crisis que podría aumentar en el futuro amenazan sus exportaciones. Su capacidad de producción es excesiva y puede llevar a un colapso de inversión y a una gran crisis económica. El cambio a un crecimiento basado en el mercado interno afectaría a los poderosos capitalistas nacionales. Huelgas en las industrias automovilísticas, electrónica y textil lograron aumentos salariales y hay preocupación de que se esté entrando en un nuevo período de huelgas que afectaría el régimen de mano de obra barata y amenazaría la paz social. Hay un declive de la población en edad de trabajo. En las zonas rurales está empezando a agotarse la reserva masiva de mano de obra barata. El 25% de los universitarios graduados el 2010 estaban en paro y el 15% de los graduados el 2009. A menudo universitarios graduados reciben un salario de trabajadores migrantes no calificados. El ejército, que tiene roces con el gobierno, ha denunciado que fuerzas nacionales y extranjeras buscan destruir el modelo chino. Sectores del gobierno proponen diluir los conflictos mediante una reforma que establezca una democracia burguesa de tipo occidental. Estados Unidos cerca militarmente su territorio en preparación de un enfrentamiento.
Pero el problema decisivo de su burguesía es la insostenibilidad general del capitalismo. El sistema ecológico global está al borde del colapso y amenaza con destruir la civilización humana. La explotación incontrolada de los recursos naturales del mundo muestra agotamiento y China como el mayor consumidor mundial de energía y mayor emisor de dióxido de carbono se encuentra en el centro de las contradicciones ecológicas.
El modelo chino se ha basado en la despiadada explotación a gran escala de mano de obra barata y la explotación masiva de los recursos naturales con la consiguiente degradación del medio ambiente. Esos dos factores son insostenibles más allá del mediano plazo. La inminente crisis energética es sólo uno entre muchos problemas ecológicos a que tiene que hacer frente. Se espera que China tenga un déficit de agua de 25% en 2030 por la creciente demanda de la agricultura, la industria y las ciudades. Con la actual tendencia de erosión del suelo podría sufrir un déficit de alimentos del 14 al 18% para 2030-2050. En la década de 2040 la producción de cereales podría caer de un 9 a un 18% debido al cambio climático y la creciente escasez de agua.

La respuesta a ese colapso de los poderosos chinos puede ser la misma de los occidentales, el uso de la fuerza. Su enriquecimiento y lujo al costo de millones de explotados no es una señal de solidaridad nacional en ese momento. Pero en el gran país está empezando a resurgir el socialismo apuntado a la sostenibilidad. En China hay cerca de 100 millones de trabajadores migrantes de segunda generación, nacidos después de 1980. Se mudaron a las ciudades después de completar su educación secundaria o escuela media. En comparación con la "primera generación" demandan una mejor vida material y cultural y son menos propensos a tolerar las duras condiciones que existen en el trabajo. La afiliación al Partido Comunista se nutre cada vez más con estos sectores que critican con fuerza la deriva capitalista de la dirigencia civil. El 40% de los nuevos afiliados al Partido son universitarios, obreros, agricultores y trabajadores migrantes, los sectores que más impulsan el retorno a Mao. “[…] por primera vez en mucho tiempo, los chinos han celebrado el natalicio de Mao con manifestaciones masivas y peregrinaciones a su ciudad natal. Desde el último trimestre del año pasado y hasta la celebración del nuevo año millones de chinos de todo tipo, universitarios, obreros, campesinos celebraron por todo el país reuniones para conmemorar “el legado del presidente Mao” y el 9 de febrero de 2011 (día de entrada del Año Nuevo chino) 700.000 personas acudieron a Shaoshan, la ciudad natal de Mao, para “rendirle respeto y homenaje”. Lo interesante es que ha sido una celebración espontánea y en muchas ocasiones desafiando a los poderes locales. El hecho fue tan sorprendente para el poder que el Diario del Pueblo tuvo que hacerse eco de este fenómeno”. (Alberto Cruz)

La generalización de huelgas en las provincias orientales, las reivindicaciones anticapitalistas de una parte cada vez más amplia de la población, los llamamientos a retornar a una universidad “patriótica” que deje de lado la enseñanza burguesa y retome “el socialismo, la moral, la actualidad y la historia” y las demandas de “re estatalización” de la industria y otros sectores estratégicos permiten pensar en un desarrollo político socialista contrario a la explotación y a la destrucción ambiental.
Minqi Li escribe: “Debido a la posición central de China en el sistema capitalista mundial, la importancia de un triunfo de la revolución socialista en China no puede ser exagerada. Se romperá toda la longitud de las cadenas globales de mercancías capitalistas. Lo que, a su vez, inclinará el equilibrio global de poder de manera decisiva a favor del proletariado mundial. Se abrirá el camino para la revolución socialista mundial del siglo XXI y aumentará dramáticamente la probabilidad de que la crisis global que viene se resolverá de una manera que sea consistente con la preservación de la civilización humana.”
No cabe confiar en la burguesía china. Lo importante es que le dispute el poder una fuerza popular por un socialismo solidario y sostenible.
Referencia
Alberto Cruz, China, Ejército, geopolítica y el retorno a Mao http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132156

Minqi Li, El ascenso de la clase obrera y el futuro de la revolución de China http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132152

Contacto romulo.pardo@gmail.com

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