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lunes, 21 de diciembre de 2009

ALBA, verdadera alternativa



Latinoamericana para los Pueblos de Nuestra América


ALBA, verdadera alternativa
Por William Grigsby


El ALBA es hoy, más que un proyecto, una realidad, y se ha constituido en auténtica Alianza alternativa al capitalismo en América, y al imperialismo norteamericano y al imperialismo europeo.

19 de diciembre de 2009 10:47:01


La Alianza Latinoamericana para los Pueblos de Nuestra América, el ALBA, acaba de cumplir 5 años de haber sido fundada, primero por Venezuela y Cuba, entre Fidel y Hugo Chávez. Y cinco años después, Estados Unidos ha tomado en serio este proyecto, y ya se nota con claridad cómo el Gobierno de Barack Obama inicia un proceso acelerado de ofensiva para neutralizar o para acabar con esta Alternativa.


Las razones son muy sencillas por un lado, y a su vez complejas, son apenas 8 países, porque bueno, Honduras, ya sabemos que Estados Unidos le ordenó retirarse después del golpe de Estado... son apenas 8 países, cinco de ellos con alguna importancia política en el Continente y tres de ellos caribeños, de mucha importancia en su región. Y sin embargo, Estados Unidos los percibe como una amenaza... la pregunta es ¿por qué?


Como ocurrió en los años 80, cuando inusitadamente, una potencia tan grande como Estados Unidos se lanzó con toda su fuerza contra la Revolución Popular Sandinista, en un país pequeñito como Nicaragua, que en aquella época sólo tenía tres millones de habitantes. Y uno se preguntaba siempre, ¿por qué lo hace con tanta furia, con tanto encono? ¿por qué tanto recurso para destruir un fenómeno Nacionalista, Revolucionario, Humanista como era la Revolución Popular Sandinista? Y la respuesta en aquel entonces, es la misma de ahora: Por el ejemplo, por lo que puede significar. Porque puede atrapar las esperanzas y los sueños de los otros pueblos sojuzgados por Estados Unidos durante más de dos siglos en América.


Por esa razón, la principal, pero no la única. También hay razones económicas... Venezuela, Ecuador y Bolivia albergan en sus territorios inmensas riquezas energéticas, y Estados Unidos tiene hambre de energía... los vehículos, las empresas de Estados Unidos tienen hambre de petróleo. Les interesa más satisfacer el hambre de los vehículos y las máquinas que el hambre de la gente. Y Venezuela, Ecuador y también Bolivia tienen reservas gigantescas de gas natural y de petróleo.

Hay otras razones... razones militares. Estados Unidos cada vez se va quedando con menos argumentos para hacer guerras en el mundo; acaba de recrudecer la guerra contra el pueblo afgano, el mismo día que Barack Obama recibió el Premio Nobel de la Paz... ¡qué paradoja! ¿no? La guerra en Irak, además de que ha sido un empantanamiento, no les va a resolver nada, y se agota la posibilidad de continuar invirtiendo en armas por ahí.


Tiene que inventar excusas para desarrollar su complejo militar industrial, es decir, para desarrollar la industria de la guerra. Para Estados Unidos, la guerra es un negocio, como muy bien lo explicaba el Presidente Daniel Ortega hace algunas semanas. Y ese negocio, habitualmente, a Estados Unidos le ha servido para salir de sus crisis, necesitan pues, otro teatro de operaciones.


Se han ocupado a lo largo de los últimos años, de estigmatizar al Presidente Hugo Chávez en Venezuela, ubicándolo más o menos como Lucifer, como el demonio, como la última amenaza para la estabilidad del pueblo norteamericano. No les ha dado mucho resultado, pero empieza a cobrar alguna fuerza mayor, sobre todo en los sectores más conservadores de Estados Unidos. Precisamente los sectores que son los que están ahora contra Barack Obama, miren... ¡otra paradoja!


Es decir, Barack Obama, el hombre del Nóbel de la Paz, que es el hombre de la guerra también, atacado por las fuerzas más extremistas de Estados Unidos, sin embargo, coincide con ellas a la hora de crear teatros de guerra, porque precisamente, Obama se ha convertido simplemente en instrumento del establishment, el instrumento de la industria de la guerra.


Pues bien, esta ofensiva, que muy bien la describió el Presidente Daniel Ortega en su discurso en la Sesión Pública del V Aniversario del ALBA, el lunes pasado, en La Habana; esta ofensiva de Estados Unidos cada vez adquiere mayor claridad en qué va a consistir. En primer lugar, van a destruir el ALBA como fórmula, o van a intentar hacerlo mejor dicho, como fórmula para resolver las problemas más sentidos de los pueblos latino-americanos. Porque si algo ha tenido éxito el ALBA, en estos cincos años, es que, ahora sí, se muestra como lo que es, la Alternativa al Sistema Capitalista.


Y una Alternativa no sólo viable, sino que ya existe, que ya funciona, que ya tiene resultados concretos en Nicaragua, en Venezuela, en Cuba, en Ecuador, en Bolivia. Hay resultados concretos que se muestran a los pueblos de América Latina. Más aún, Programas del ALBA, hoy son realidad en toda América, por ejemplo, la Operación Milagro, el Programa Yo Sí Puedo, ambos impulsados desde Cuba y Venezuela.

De manera que, esto que va cada vez más extendiéndose a lo largo de toda América al Sur de Río Bravo es inaceptable para los intereses norteamericanos. Estados Unidos no puede permitir que los pueblos de América Latina, por ejemplo, piensen, sepan leer y escribir, y por lo tanto, tengan nivel cultural... “un pueblo culto es un pueblo libre,” decía José Martí. Y eso es inaceptable para Estados Unidos.


De manera que, para ellos se ha convertido en un problema estratégico, destruir la Alternativa, destruir la Alianza Latinoamericana, destruir el ALBA, el viejo sueño de Sandino, el más viejo sueño aún, de Simón Bolívar que empieza a ser realidad. Los principales dirigentes del ALBA, Fidel, Raúl, Chávez, Daniel, Evo, han dicho: “la manera de ser antiimperialista hoy, no es la lucha armada, es defender el ALBA, porque el ALBA es la Alternativa al capitalismo.”

El ALBA en América Latina es la Alternativa al imperialismo norteamericano. Estamos demostrando, con el éxito del ALBA, que es posible sacudirse la tutela norteamericana, que es posible que la gente resuelva sus problemas en alianzas con otros pueblos, sin necesidad de estar aliados con Estados Unidos, o recibir la limosna de los europeos. Y para ellos, tanto europeos como norteamericanos, es inaceptable.


De manera que en guerra avisada no muere soldado, sabemos por dónde vienen. El Presidente Hugo Chávez decía en un encuentro con el Movimiento Social Europeo en Copenhague, a propósito de la Cumbre para resolver el cambio climático... más bien que decía, denunciaba por primera vez a un país europeo involucrado en una eventual agresión militar contra un país latinoamericano.


Estamos hablando del Reino de Holanda, de los Países Bajos, que tiene dos colonias en América: Antillas Holandesas y Surinam. Una de las primeras cosas que deberían hacer los europeos, si quieren ser consecuentes, por ejemplo Holanda, es dar la Independencia, permitir la independencia de ambos países en el caso de Holanda; o de Las Malvinas, devolvérsela a la Argentina en el caso de Gran Bretaña; o la Isla de Martinica, en el caso de Francia; o en el caso de España, por ejemplo, Ceuta y Melilla, para citar algunas cositas todavía de restos coloniales, de los viejos imperios europeos, que prevalecen en América y en el África.


En fin de cuentas, el ALBA es hoy, más que un proyecto, una realidad, y se ha constituido en auténtica Alianza alternativa al capitalismo en América, y al imperialismo norteamericano y al imperialismo europeo.

Recuerden, la lucha es el más alto de los cantos y si nos unimos... ¡somos invencibles!

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