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viernes, 2 de diciembre de 2016

QUÉ NO QUEPA DUDA: FIDEL ES TODA CUBA


QUÉ NO QUEPA DUDA: FIDEL ES TODA CUBA
Revista Libre Pensamiento

En Cuba, la gran cultura intelectual, académica, científico-técnica, médica, deportiva, solidaria e internacionalista, etc. que la Revolución Socialista ha y sigue forjando desde abajo y desde arriba, es fácilmente detectable. No sólo en la firmeza y claridad de pensamiento de los líderes del proceso, sino también en la firmeza y claridad del pensamiento de adultos, jóvenes y niños; en la masividad de sus eventos; en la solidaridad que brindan al mundo… En los millones de personas que, por todos los confines de su territorio, han formado un camino interminable que va desde La Habana hasta Santiago de Cuba, cuna de la Revolución que llega al poder el 1ro de enero de 1959, encabezada por Fidel Castro Ruz… 


Raúl, con su firmeza, su lealtad y claridad para exponer los asuntos que son de su entera competencia, declara: “Es este el lugar [la Plaza de la Revolución] a donde hemos acudido para respaldar los acuerdos de nuestros Congresos del Partido Comunista de Cuba. / “En ese mismo espíritu ha venido en estos días el pueblo, con una gran participación de los jóvenes, a rendir emocionado tributo y a jurar lealtad a las ideas y a la obra del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana”. (Raúl Castro: Las vibrantes palabras de Fidel resuenan hoy en esta Plaza)


No obstante ello, ya comienzan, o mejor dicho, se sigue especulando sobre lo que a Cuba le depara el futuro. Se hace desde la izquierda, ya no se diga desde la derecha, cuyo afán consiste siempre en desvirtuar la esencia de las cosas. Por ahí, alguien, supuestamente de nuestro campo, pone en tela de juicio la condición comunista de Fidel... ¡Habrase visto!

No se termina de comprender que, en Cuba, las cosas siguen su curso. Más aún, desde que Fidel dejó sus cargos en 2006, en ella las cosas siguieron su curso. Fidel es imprescindible, y lo será por siempre. Fidel es ahora un pueblo. No tiene caso, entonces, que se formule la pregunta ¿Y ahora qué? 

Con Trump, o sin Trump, con la Hillary o sin ella, con amenazas o sin ellas, con presiones o no, Cuba sigue y seguirá su rumbo socialista sin interrupciones, teniendo siempre por faro el pensamiento y la obra de Fidel.

Imagen tomada de Rebelión.

Como dice Salim Lamrani: “… el antiguo guerrillero de la Sierra Maestra ha visto su prestigio superar fronteras continentales para convertirse en el arquetipo del antimperialismo del siglo XX y el vector de un mensaje universal de emancipación.” (Fidel Castro, eterno héroe de los desheredados).


Plejanov por su parte, dejó a la posteridad profundamente dilucidado el rol del líder en la conducción de los pueblos: 

“Un gran hombre lo es no porque sus particularidades individuales impriman una fisonomía individual a los grandes acontecimientos históricos, sino porque está dotado de particularidades que le convierten en el individuo más capaz de servir a las grandes necesidades sociales de su época. (…). El gran hombre es, precisamente, un iniciador, porque ve más lejos que otros y desea las cosas más enérgicamente que otros. Resuelve los problemas científicos planteados por el proceso precedente del desarrollo intelectual de la sociedad, señala las nuevas necesidades sociales, creadas por el desarrollo anterior de las relaciones sociales, toma la iniciativa de satisfacer estas necesidades. Es un héroe. No en el sentido de que pueda detener o modificar el curso natural de las cosas, sino en el sentido de que su actividad constituye una expresión consciente y libre de este rumbo necesario e inconsciente. Ahí es donde reside toda su importancia y toda su fuerza, su importancia es colosal y su fuerza es tremenda.” (EL PAPEL DEL INDIVIDUO EN LA HISTORIA)


Fidel es un caso concreto y extraordinario de ese líder del que habla Plejanov con propiedad. Un líder que posee una inmensa fortuna, pero no la que Occidente le atribuye infundadamente. Su fortuna es el amor, el respeto, la veneración y la fidelidad a su obra, pensamiento y acción que su pueblo le brinda y la que le brinda la mayoría de los pueblos del orbe, agradecidos por su solidaridad y generosidad sin límites. Esa es su dicha y su gloria.

Esa gloria no se ve mermada para nada por el hecho que EEUU, como acota Atilio Boron, carcomido "por su resentimiento (...) no mandó a nadie. No sólo eso: su bandera sigue flameando al tope del asta, contrariando lo que hicieron todas las demás embajadas en La Habana que, en homenaje a Fidel, acataron el duelo decretado por el gobierno cubano y pusieron las suyas a media asta." (Véase su artículo ¿Murió Fidel?)

MMF, 2/12/2016

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