LLAMARADAS DE SANDINO
EN CRUZ Y CALAVERA
CARLOS ARTURO JARAMILLO G.
Tercera y última entrega
Véase primera parte en:
Aparecen
sobre el horizonte. Siete aviones. Destruyen el campamento. Un conjunto de
maderos, bejucos, hojas y paja seca. Se construye de nuevo, en horas. En cuanto
a daños, a destrucción de objetivos militares o de abastecimientos, su efecto
puede juzgarse como nulo.
La
experiencia ha enseñado. El avión de combate que opera en regiones selváticas,
hace blanco sobre objetivos que desprenden reflejos metálicos o que estén en
movimiento. Si un grupo de hombres se mimetiza con la tierra que lo circunda,
se confunden y anulan la dureza del ataque.
Si
un avión ametralla desde 1.000 o 1.500 metros de latitud, a guerrillas que
disponen de trincheras establecidas y
protegidas, corre el riesgo de ser alcanzado por un simple disparo de rifle.
Máxime si la guerrilla está equipada con antiaéreas de tipo liviano. Se obliga
al avión a soltar sus bombas desde los dos mil metros, haciéndose impreciso el
blanco y el resultado del ataque.
La
guerrilla debe ser disciplinada, para que logre resistir a los primeros ataques
de rociadoras y ráfagas de ametralladoras; se debe dominar los nervios. La
inmovilidad, supone temple. El enemigo
se confía y baja. Cuando está a tiro, llega el desquite. Se trata de
guerra de desgaste. ¿Cuánto cuesta un avión de guerra y cuánto valen los pedazos
de plomo que lo abaten?
Estrada
y su gente, a cota uno.
López y Morales, a cota dos. Ramón Raudales
con Martínez, a la tres. Cota cuatro, Comandante Vega y su antiaérea.
Disparen cuando los fijen a tiro, o lo comunique por heliógrafo. Blanca, las
mujeres y los niños, al refugio subterráneo. Vendas, agua hervida, remedios,
listos para los heridos. Teniente Salas conmigo. Una Thompson y magazines.
Andando.
Los
aviones se hacen visibles, en el azul
dorado del cielo. Su ruido vibra en las copas de los árboles.
Con Salas y Thompson, llegó un muchacho de 15 años. Este
tronco de roble sirve. Vamos para allá. Se acurrucan, miran al cielo. El rumor
se convierte en trueno. El horizonte se
desprende en lienzos de color, de luz y
vibración. Ni forma ni manera de hacerse
oír. Un perro sale desde el fondo de una de las champas y se tiende en el
patio.
Pobre perro.
Es su destino. Exactamente igual al
nuestro. Si hemos de morir, nadie puede librarnos. La época de los milagros
pasó.
Pero siempre con nervios mi General.
Muy humano y muy lógico. Dominarlos
se llama valor.
¿Dónde está Hortales? ¿Tiene listo
el Heliógrafo?
Sí mi general.
Cuando vea que pasan dos o tres
veces, hace la señal para Estrada y los otros.
En
formación de abanico, pasan en sincronizada velocidad. De sus vientres baja el
goteo de las bombas, para arar en comba luminosa. La explosión hace volar
astillas y maderos gruesos, junto con tierra y un revuelto de paja y
polvo, hasta que el viento limpie la
cara del paisaje.
Escuela, comedor, oficina y cocina.
Buen viaje. Mañana al anochecer, están reemplazadas. Han de regresar para fotografiar. Necesitan publicidad. Se
aproxima, "La Democrática campaña electoral". Sus electores deben
saber que nos han barrido. Este afán de publicidad, causa la ruina de siquiera
uno. ¿Oye?
¿Alisto la Thompson?
Hágalo.
A tiro mi General.
Avise. Hortales.
Péguese aquí, queda más resguardado.
Mi General.
¿Qué te pasa?
¿Habrá unito para mí?
Cuando seas un poco mayor.
Pero. Ellos me
"Chalequiaron" a mi viejita. Hicieron lo que quisieron de mi ñaña.
Les cortaron la ubre a las vaquitas que teníamos en el Ocotal.
Quiero desquitarme Señor.
Está bien. Apunte a los
tanques de gasolina. Sin nervios muchachos. Toma
mi Thompson. ¿La sabes manejar?
Ya lo verá
Jefe.
Las cuatro cotas, vértice sobre el
campamento, concentran fuego. Diez ametralladoras pesadas, dos antiaéreas, y
mil rifles, cubren una área no mayor de un kilómetro cuadrado.
Sandino y tres
mil bandidos de las Segovias muertos y
sus carteles destruidos por
nuestra aviación en Nicaragua. El capitán Willy
Rogers, héroe de la acción. Con
seguridad el Congreso, decretará el Purple Hearth.
Maldita sea Rogers. ¿Te volviste
loco?
Las fotos que
tomamos son la prueba. Saldremos en todos los Diarios de la
Unión y del resto del mundo, en primera plana mi querido Van
Holsters.
Tiene razón. Ascendidos y condecorados, por
ametrallar, unos cuantos árboles y
cuatro cobrizas suicidas. Magnifica cosa.
Ya tumbé el mío General. Ya lo
tumbé. Lo tumbé.
Bien chigüín. Pero no es para tanto.
Entre humareda, explosiones y
llamas, la acción ha durado 10 minutos. Los resultados son: cuatro heridos
leves, dos graves, dos muertos. Pero solo dos aviones, vuelan hacia los aeródromos de Managua y León.
Si sigue soplando tan fuerte nos
vamos a alejar.
No, el timón responde. Damos vueltas
en círculo amplio.
Volveremos en el momento oportuno.
Lo pensaré.
Piénsalo. No te duermas. Se debe
estar en vigilia.
Claro,
es necesario estar en vigilia. Los muertos que se duermen son los que perdieron
su imagen. La imagen nuestra va a perdurar.
¿Será por mucho?
Claro, y después con mayor fuerza.
Pásame los tintes negros.
Es mejor variar los colores de una
vez.
Está bien, al final podemos combinar
lo que nos sobre y tendremos cabuya teñida con tonalidades.
¿Ya hiciste el diseño del cuadro?
Me lo sé de memoria.
Dibújalo en la tabla.
Está bien.
Fidel Martínez, el viejo padre y madre, amigo íntimo y
maestro de Miguel Angel Ortez, camina en el
desamparo en los primeros pasos, dentro de la Revolución.
Cascajo. Mi muchacho es ya el primer
general de la revolución, clarito, que
dejando aparte a Sandino. El viejo Grande. Claro que sí. ¿Pero junto a los
otros? ¡Naides, naides me le descalza un zapato al chino!
Soy un simple soldado del niño, pero contento, que me lleve siempre,
adonde va. Claro que ahora más que soldado, soy como un alcahuete que le tapa
todas sus pilatunas. En el asunto de hembras, somos cómplices. Pago lo que hice
y deshice. Y Dimas no soy. La Doña, lo amarró de todas cuatro. Por eso los
sirvo con gusto. Estoy pensando que esta joda de la revolución, se ha de acabar dentro de poco.
Vamos a ganar según parece. Los Machos
gringos, van a salir de Nicaragua. Entonces les toca a Sandino y a mi niño. Se
arregla con la Iglesia el asunto de la
Doña. Es de las ricas de Nicaragua y de las más lindas. Se casan. Hacemos un
Fiestononón, con coetería de verdad. Puritica ametralladora que les hemos quitado a los yanquis. Los bendice el
Cura o el Arzobispo. Sandino lo ha de hacer Ministro de Guerra o cualquier
otra vaina grandota. Ellos se van a Managua o las Europas. Yo me quedo, cuido
las tierras y todos contentos, porque
claro, yéndose los bandidos, la tierra queda en
paz y libre. Para eso peleamos. Ah mi tierra linda. Mi Nicaragua. A mí
me suena a Hembra, a trigo tostado de pan oloroso. Una cosa que se me entra y se queda dentro del
corazón. Lo mismo me pasa, cuando hablo
de la Doña y de Mi Generalito.
La ternura ha invadido su corazón.
Una corriente de dulzura abrigadora y
jovial, le da resplandor a la alegría. Su Muchacho y la Doña. Su Nicaragua y su Revolución. No sabe nada de política ni
filosofía, ni sistemas capitalistas ni anticapitalistas. Sabe que los ricos son
malos, porque son ricos crueles, voraces, sinvergüenzas y glotones. Sabe que
los Generales son peor que los Ricos. Cuando empiezan, lo hacen robando vacas y plata a los pueblos y
las ciudades. Con la plata, se casan con
los mismos Ricos a quienes habían combatido y contra los cuáles habían llevado
a los Campistos y pobrería, a pelear y a morir, diciéndoles que había que hacerlo, para conseguir la libertad. Y
sino, ahí estaba su Compadre de muestra.
En más de diez guerras partidistas, entre liberales y conservadores, habían
tomado parte, Nor Fidel. ¿Qué había sacado de ello? Miseria y asco de toda
esa gentuza que ahora está en la cumbre
del honor y el poder. Arrodillada ante los invasores. Es así, como esta
él, y su compadre. Su compadre es nada
menos que el Excelentísimo señor Presidente
de la República. Gracias a miles
de campesinos muertos. De viudas y
decenas de huérfanos. Unos cuantos ricos más; unos cuantos generalotes más; unos cuantos
curas ladrones más. Y Las cruces. ¿Quién paga las cruces? ¿El santo partido liberal? ¿El santo partido
conservador? ¿O los Campesinos? Sin saber explicar y explicarse nunca, por qué
razón, mueren y matan, en nombre de dos
gritos inútiles, perversos y mentirosos.
Ya
llega al término de su ruta, el correo de Ortez. Ya alcanza a divisar las casas blancas.
¡Pero cascajo! Quién diablos es
realmente Moncada, su Compadre. ¿Un
avispado y audaz negociante liberal? Claro que ahora es, nada menos que el
Jefe único del liberalismo Nicaragüense.
Los Gringos, luego de la infamia del Pacto del Espino Negro, lo han presentado
como el
salvador del país y la Democracia Católica de Nicaragua. Un prohombre. Un genio salvador,
de aquellos que nacen cada cien años.
Así lo ensalza la embajada Estadounidense y el dueño de las Noticias, Juancho Avilés.
Precisamente ahí, en el Espino Negro,
debe de haber recibido, sus buenos fajos de billetes. Ahí, fue. Como se
explica que este antiguo molinero de
Diriamba, llegue a Presidente.
José María Moncada, el hombre del Espino Negro
Alexander no pudo evitar la relación entre las palabras de
Niatelk y las que, con cierta constancia, utiliza Sandino en sus referencias:
No existe mayor cantidad de humanos
que no hayan creído en un dios o una serie de dioses que, para el caso, es lo
mismo. Todo lo creado, nuestro pensamiento, todo está, estuvo y estará en él.
Bajo este aspecto somos inmortales, la carnadura exterior no importa.
¿Cree en la reencarnación General?
Parcialmente sí. Me parece recordar que en alguna ocasión
hablamos al respecto.
¿Con Daniel y la cueva de los
leones?, dijo Alexander.
Usted y yo éramos los leones y
estábamos en el architiempo, destinados a ser lo que somos. También ahora sé
que ni usted ni yo moriremos aquí. Otro será nuestro destino.
¿Y cuál será nuestro destino
general?
No solo lo presiento, lo sé. Moriré
traicionado. Usted hermano Colombia, morirá en su casa. Pero no se preocupe
volveremos una y otra vez, en una escala más alta.
Es panteísmo puro.
Llámelo como quiera, es mi creencia
personal.
Alfonso observa, cómo mientras los
otros hombres permanecen en silencio, Niatelk afirma con el movimiento de
cabeza las palabras de Sandino y hace mención a que cada pedazo de su cuerpo es
parte de la energía que retorna a la tierra, al cosmos, para producir las
fuerzas y la vida de un nuevo amanecer.
Somos ellos. Somos permanencia de
memorias, la vida en su recuerdo. Venimos primero de las tinieblas, luego de la
luz. - Dijo Niatelk-.
Sandino, tiene mucho de sangre
indígena. La india Margarita la madre de Sandino, le ha brindado esa fuerza de
silencios que les vierte la astucia en el combate, para aprovechar al máximo
las condiciones naturales de la selva. La concepción necesaria para entender la
relación de equilibrio desequilibrio, entre hombre y naturaleza, en donde cada
elemento viviente, se hace necesario y posee sus propios sentidos en el
lenguaje.
Niatelk y sus hombres al moverse en
el combate, transportan las sombras. Las manos de los pantanos, devoran los
cuerpos de los enemigos. Las hojas de los árboles, arrojan espinas de muerte.
Aparecen y desaparecen, como el viento y las nubes sin dejar rastros.
Cuál
es el sentido de tu lucha Niatelk. - Dijo Alfonso-.
Nicaragua me importa un pito. No es
mi tierra. Mi patria es Misquita. Luchó por su independencia, unido con Sandino.
Libres seguiremos, cuando matemos a los patones y vende patrias. Las cabezas
cortadas no molestan más.
¿Por qué dices que dios eres tú?
Si dios está en todas partes, mi
cuerpo, las plantas, los animales habitamos una corporalidad sagrada y
somos lo que los occidentales llaman
dios. Ahora lo que importa es el grito de batalla, cuando resuene el manguare.
Los enemigos llegan, pasan sin vernos, reciben el golpe de la flecha, les cae
el machete, las cabezas ruedan y está la orden cumplida. Después se grita; viva
Sandino. Viva Nicaragua sin patones. Viva Misquita libre. Viva mi cuerpo, el
aire, las plantas libres.
EL MERCADO CAPITALISTA DE LAS
EMPRESAS PRIVADAS, SOLO ENTIENDE SU PROPIA GANANCIA,
SU ENRIQUECIMIENTO. NO TIENE NINGÚN INTERÉS, EN EL BIENESTAR PÚBLICO
Lo
enviaron donde la abuela, en la vieja casa de bahareque y guadua que guarda
entre sus muros, las imágenes formadas con la evocación de recuerdos. Tiene la
sensación de que es malo ser niño; las horas vienen sin dejarlo recorrer las
calles, por miedo a los de la guardia. Los zarzos, las cañadas, los árboles,
las pilas de costales, se convierten en el refugio de horas interminables,
mientras la balacera y la requisa, busca los cuerpos con vida del poblado.
A Juan Manuel el de la esquina, lo
han matado de sacarle la sangre, para salvar a un teniente de los patones.
La abuela lo recibe con dos
pellizcos en los cachetes, para sentirlo, al igual que al abuelo. Es muy poco
lo que ve desde el día, en que su vaca pintada de tigre, al descender del cuadro,
le trituró las gafas.
La abuela se coloca los aros de oro
sin vidrio, para no perder la sensación, de que algún día habían servido, para
apreciar el verde del mundo y en honor a los cristales, con que ha amado la
belleza del abuelo.
Al entrar a la casa, ve al tigre, sobre la piel de la vaca
que voltea la cabeza y con un rostro rugido, le señala el límite de su espacio.
Es un tigre abuela.
Es la vieja Carmelita disfrazada de
tigre, para ahuyentar a los que la buscan para matarla. - Dijo la abuela-.
¿Es bravo abuelita?
Ella amanece algunos días de mal
genio, pero con un jalón de orejas y el ordeño se calma.
Miguelito siente renacer la alegría
en uno de sus sueños, desde que, por primera vez, se colocó debajo de la carpa y
vio al león, al elefante y al tigre, compartir el juego, con los hombres del
circo. Se sueña payaso, trapecista, mago y domador sin látigo, como un rechazo
más a la violencia.
Recuesta su cabeza en el lomo del
animal que corta su rugido de protesta, al sentir el jalón de orejas de la abuela.
Miguel siente el animal en reposo y
se deja llevar por el sueño, al recuperar la sensación de protección y
seguridad, desde que el abuelo decidió declararse muerto.
Constató en su bolsillo la presencia
del trompo y las bolas de cristal, mientras acaricia la mano del tigre y lo
llama abuelo.
CREIMOS QUE ESTÁBAMOS MURIENDO POR
LA PATRIA. PERO PRONTO COMPRENDIMOS QUE LO HACÍAMOS POR LAS BÓVEDAS
BANCARIAS
Anatole France
Felipe Whitaker prepara el plan de defensa. Una emboscada a partir de la información recibida. Instala las metralletas Thompson, los rifles Springfield, los lanza bombas.
Los
hombres de Somoza, son colocados en la entrada de la ciudad. Al fin y al cabo
son indios, negros y mestizos. Los marines gringos, producidos en las calles de
Chicago como gánsteres, extraídos de las cárceles por sus múltiples asesinatos; son colocados en la iglesia, en el Palacio Municipal,
construidos en piedra, en los techos de las casas de dos pisos. El capitán
Shepard, finge la retirada de la ciudad.
Será
dura la batalla, pero el que coloca más muertos será el Somoza. Tiempo después,
gracias a su torpeza, lealtad y barbarie; lo dejarían como General Dictador
Supremo, por treinta años. En donde recibiría La Rosa de Oro
por el Papa y diversas cruces de honor de parte del gobierno de E.U.
Anastasio Somoza García, fundador de la dinastía del mismo nombre
Los aullidos de canes, forman orquesta de agudos gritos. Es por los que habrán de morir dentro de pocos segundos. Dentro de su oficina, sorbe un tinto aromoso acompañado con fuertes chupadas a su pipa con tabaco de Maryland.
-Felipe
comentó-. Los perros avisan que llegan sus parientes, los lobos.
¿Parecido a China, no Comandante?
De verdad Collins. Muy parecido a
China.
Los aullidos, rompen el cristal de
la noche.
¡Viva Sandino! ¡A la carga lobos! ¡Viva
Nicaragua Libre! Corean los nombres. La corneta tocó los compases agudos.
El tropel de los 180, comandados
por Miguel Angel Ortez, Melgara, Gómez y Jiménez;
cae sobre las primeras casas del pueblo. Las bombas estallan sobre los Guardias
de Somoza. Una descarga cerrada de
fusilería contesta el bombardeo. Saltan en añicos tapias, techos y divisiones.
Los reflectores que Felipe ha hecho colocar en varios puntos estratégicos,
inundan la barriada.
Abajo sucios lambelatas. Adentro y
duro con la revolución.
Los ruidos del entrevero, llegan
hasta la oficina de Felipe. Se puede distinguir, el sonido de la dinamita, los
lanzabombas y la fusilería.
Ya se agarraron con los Guardias.
Con tal que resistan media hora. No pido más.
¿Y qué importancia tiene esa media
hora Coronel?
Para dar tiempo a que Shepard llegue con sus quinientos fusileros.
¿Y si acaban con los Guardias? Los
nativos nunca son de fiar.
Sí, el latinoamericano nunca es de
fiar, para nuestro País. Lo tengo planeado al detalle. Si vencen a los
Guardias, llegan a la plaza y, ahí, los
toma la segunda línea de defensa. Quiero a Ortez en la mitad de la plaza. Esta
es su noche.
La ventana, de hierro trenzado,
cubierta por maceteros de geranios azules, claveles rojos, rosas amarillas, blancas,
violetas, negras, adorna el dormitorio de la Doña. Acababa de recibir al viejo
que le envía su hombre. Introducido por la sirvienta de confianza.
El ataque es ahora mismo.
¿Y viene con ustedes?
Y pa faltar al gran baile pos llega
con Melgara y 180 lobos más. Dios está lejos mi Doña. Y bien lejos. Déjelo
quietecito no más. Esto es cosa de hombres.
Voy abrir la ventana.
Mucho cuidado Doña. A lo mejor, le
llega una bala perdida.
Todavía no hay nada.
Sonaron los aullidos.
¿Oyó mi Niña? Los ventearon los
perros.
La columna ya llega. Les han de
faltar unos cien metros, cuando mucho. Y esos malditos sarnosos siguen
chillando, los gringos y guardias, se van a despertar. Maldita vaina Mi Niña.
Así
no hay sorpresa. Me lo van a
matar viejito.
¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué se
mataran los hombres? María Elena volvió a repetir, acodada contra el balcón.
¿Por qué Fidel?
Sí está claritico. Nos matamos y
seguimos matándonos. Por todo lo que
tiene nombre y olor de hembra. La Patria, la tierra, la mujer que uno enamora a
punta de corridos, guitarras y trago. Por eso que llaman libertad y que aún
viejo, no conozco ni por el forro. Por plata, por todo lo que huele a
sabrosura, de caras lindas Doña.
Cuanto
aullido. Estoy loca. Salga viejo, dígale que se vaya. Que otro día será mejor,
que se salve.
¿Decirle eso al muchacho? ¿Usted quiere que me
fusile? Es la mujer de Ortez, y aún no
le conoce el genio.
Caen
ametrallados, trozos de cuerpo. Por la dinamita de las bombas hechas en tarros
vacíos o en cuero fresco de ganado, caen
casas y tapias. Fulgor corto y rojizo. Llamarada azul y verde. Grito y
maldición terrible. Los Guardias, retroceden despavoridos.
Con machete es el baile. Melgara y
Ortez, han atravesado la Plaza. Nos esperaban manito. Y bien acomodados.
Lo
veo. ¿Quién sería el traidor?
A saber. Ya estamos aquí y a
jodernos. A jugársela toda mano.
¿Y cuando no lo hemos hecho juntos?
Suenan las ametralladoras del
Cuartel, el Convento y el Palacio Municipal. Se encienden los reflectores de la
plaza.
Tiéndanse. Métanse a los portales.
De ahí, es mejor para blanquear gringos.
Gómez y Jiménez los segundos de
Ortez, derrumban la residencia de los
Nacionales y hacen avanzar el resto de la guerrilla hacia el centro de la lucha.
Adentro lobos. Acaben con estos
lambelatas. Acaben con los vendepatria. Con toiticos. Chaleco.
Llegaron, Patrona.
Los gritos son audibles entre los
disparos.
Ya están aquí. Maldita sea mi alma.
Yo debía estar peleando y no de niñera suya.
Al cuarto de hora del ataque, los
guardias de Somoza, han empezado a retroceder, posición tras posición. La carnaza de Felipe cumple: nicaragüenses para
nicaragüenses.
Reserva a sus marines para el
final, 200 o menos. Los guardias
llegan al Convento. A Somoza, la interrogación vuelve a
retorcerle el ánimo; ¿y si gana Ortez?
El cheque para respaldar el combate.
El lanzabombas contra el machete campesino. Sandino contra Hoover. Estrada
contra el almirante Latimer; Salgado y Díaz y Altamirano, contra Moncada,
Chamorro, los políticos y generales de Nicaragua.
Felipe, abandona el refugio de su
escritorio y va a la calle.
Pero comandante.
No se preocupe oficial. Es un pleito
personal entre Ortez y yo. Él está aquí. Si no regreso, tome el mando; es el
oficial de grado superior que me sigue.
Suerte Señor.
Y suerte para ustedes Marines.
Llegan hasta el centro del pueblo,
como lo pensaba Felipe. Su comandante permanece tembloroso y quieto, en lo
profundo del convento, sin atreverse a salir.
¿Viéndolo bien, porque me he de
arriesgar? Para eso está Felipón, Si muere Whitaker, me quito un pereque de encima. Estoy harto
de tanta humillación. Si cae Ortez, como
es seguro; mucho mejor. Puedo decir que son mis guardias los vencedores y que
los yanquis llegaron cuando no hacían falta. De todas formas gano. Además. ¿No
soy un jefe? Los jefes no deben
exponerse al peligro, sino enviar a los más pendejos. ¿Si ganan esos malditos
guerrilleros?
Felipón. ¿Dónde está jueperra y mal
nacido gringo?
La poderosa voz, entre el ruido de
la lucha, llega hasta los oídos de Whitaker.
Melgara. Déjame solo, reúna a los que pueda y sálvense.
Estamos rodeados. Es una trampa. Yo
no puedo aguantar las ganas de acabar mi lucha personal con Whitaker.
Por eso lo llamo, para terminar de
una vez. Recuerdos al viejo, y para mi
Doña. Eso es todo.
Salgamos, aún es tiempo de
rehacernos. No te empeñes en cumplir un capricho tonto. Significa la muerte
para ti. Vamos General. Aún hay campo y vida para cobrar las deudas.
¡Aquí
estoy, Míster Ortez!
¿Viste? Ya contestó y vienen Jiménez y Gómez contigo, lleven la columna.
Yo me quedo.
La figura del yanqui se recostó
sobre la humareda.
¿Míster Ortez? ¿Míster Ortez?
Retírate Melgara.
No me voy.
Ataquen entonces en el cuartel
central de los gringos, si quieren joderse conmigo. Y gracias por tanta
lealtad. Muchas gracias Adán.
Sí, es una orden. Voy a cumplirla.
Pero si es bruto. Retrocedió Melgara hacia la primera línea de guerrilleros.
Al cuartel. Es una orden.
El General, se halla en su duelo privado y ha dicho que nadie debe
intervenir. Que Jiménez y López lleven al ataque.
¿Y usted mi Mayor?
Me quedo. Ortez es mi amigo. Y eso
es todo. Ataquen el cuartel de inmediato.
El Mayor Melgara, fue ascendido
después de su muerte. Un estudiante de Leyes, que antes de obtener su diploma
en la Universidad de León, se incorporó a la Revolución.
Melgara está en la plaza, la lucha
se corre hacia la esquina del cuartel.
Llegó Shepard y sus quinientos fusileros. El cepo se cerró
completo. Era el pensamiento de Felipe; en tanto, lanzó un revés contra su
enemigo.
Medio cuartel norteamericano cae
derrumbado por una mina. Un gran temblor sacude pisos y edificios.
Al ver el golpe que lanzó Whitaker,
gritó advirtiendo a Ortez.
Que va Manito. Esta es la mía. Ya
verás Adán,
ya verás.
María Elena, se asoma contra la
baranda del ventanal.
Niña. No sea loca. Llega un balazo perdido y se fue la
Doña.
No importa. Mire, se disipa el humo.
¡Allá está!
Cierto mi Niña. Allá está.
En un salto de costado, entreveró
los hierros y tintineo en ondas sobre el aire. Desnudos los torsos. Odio y más
odio por los poros del cuerpo, en el sudor como río salado.
Otra
figura delgada viene sobre los cadáveres. Manuel Granda Gómez.
Esto sí es suerte. Mi puñal está bien afilado.
Nadie me gana en clavarlo a veinte metros. Si le quito el pereque a mi jefe me
gano diez mil. En Honduras me daré vida de rico, nací para gastar con las
hembras, los naipes y el guaro. Que se queden aquí los pendejos, sí señor.
Manuel Granda, gatea. La humazón no me deja ver a Melgara. Un día me metió al cepo, porque le quitamos las
botas al tonto del Celso. Aquí está mi
desquite. Le acertaré. No hay ni veinte metros.
El cuerpo de Manuel Granda Gómez, se
impulsó. De atrás es mejor.
Mire ahora mi Doña, mi muchacho está
liquidando al gringote. Como los toreros finos, busca el minuto preciso para
matarlo. Yo le enseñé esas fintas, quiebres
y engaños que lleva. Lo ve. Adentro hijito. Dale y rédale.
El
mandoble cayó sobre la mejilla de Whitaker, le tocó de refilón y le abrió un
surco en el rostro. Lo envió contra el suelo inmóvil.
La hoja se clavó entre los omoplatos.
Vio Doña. Ganamos.
Oh mi diosito lindo, lo mataron.
¿Cómo? ¿Qué? ¿Dónde?
Me largo Doña y me da pena dejarla,
pero ahora mejor estoy afuera. Me largo al monte. No, me quedo. Espero a que se
reponga. No tiene a nadie y yo no la puedo servir en su pena. Después nos
vengamos juntos. ¿Para qué llorar? Con lágrimas no he de revivir al muchacho.
¿Y quién lo mataría ah? Lo tengo que averiguar. Me quedo.
Me gané la plata y voy a completar el trabajo, Mi General Ortez. ¿Quién
había de ser tan orgulloso, tan mandón, tan vergajo conmigo, sin suponer que te
iba a vencer, cuando estabas ganando? La vida es así mi General. Pero antes,
una entrada al corazón no está mal, Para que te lleves al infierno el recuerdo
de Manuel Granda tu soldado.
Días después, el mismo Whitaker, lo
mandó a degollar, porque por la espalda no se mata a un guerrero valiente. Que
deje de pedir las recompensas por su muerte y el honor que solicita a la
presidencia de la república. Whitaker no puede dejar que un traidor, le quite
el honor de haberlo eliminado.
HE CONOCIDO MUJERES CHILENAS
VIOLADAS POR PERROS EN PRESENCIA DE SUS HIJOS Y DE SUS MARIDOS, EN LAS
MAZMORRAS DE EL SALVADOR, DEL CRISTIANÍSIMO
AUGUSTO PINOCHET. CON LA BENDICIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA Y EL RESPALDO DEL
ESTADO DEL VATICANO
CARLOS FUENTES
Desde atrás se inicia la protesta. Se entonan cantos de la Misa Campesina. Se logra romper la cadena humana de los de amarillo. Las madres se sitúan adelante. Levantan las fotografías de sus hijos. Piden una oración por sus chavalos. Tan solo una oración por sus niños. Los muchachos que han soñado llegar a tiempo, para ver al Papa Juan Pablo II que les ayudaría con la paz. Una oración convertida en un acto de comunión, para sentirlo sensible a su dolor.
Desde el altar se les ordena silencio. Se escuchan voces, piden respeto. Se oyen voces, piden oración por la paz. “Jesús identifícate con nosotros”. Los diáconos se mueven molestos en torno al altar. Repiten una y otra vez. “El pueblo de Nicaragua ama al Papa. Contesten”. Y nadie responde. ¿Qué pasa? Las lágrimas preguntan “¿Qué pasa? ¿No sienten nuestros muertos?” “Una oración por nuestros hijos. Tan solo una oración.” Del altar se escuchan los aleluyas y los salmos.
“El pueblo de Nicaragua ama al Papa.” Sigue el silencio. “El pueblo de Nicaragua ama a su obispo y le obedece”. ¡No¡ Se escuchó, en masiva respuesta.
Se conformaron dos grupos en paralelo. El pueblo que comulga en su dolor, su amor expresado en lágrimas y desilusión. Con su deseo de querer al Papa, su canto de sudor, de sofoco. La mirada triste, porque el gran sueño de la oración por la paz, por los mártires de la libertad, se diluye, se esfuma, se pierde, entre la solicitud del altar, por la obediencia de las ovejas y el pueblo que no desea ser más cordero al sacrificio.
Retumba la voz autoritaria desde el altar. Pide silencio. Marcado en un tono de rabia y enojo; la iglesia también quiere la paz. Pide por las catástrofes naturales y el pueblo está saliendo de la catástrofe somocista.
Me llega un soldado y me dice: “Comandante haga algo, la gente está enfurecida. Se va armar una trifulca”.
Miré al edecán. Me trepé a un asiento y dije; “compañeros calma. Esto forma parte de una provocación internacional. Si al papa se lo agrede al menos con un grito, va a ser la disculpa para empezar a desacreditar la Revolución. Y cualquier revolucionario, debe defender hasta con la vida la revolución. Tengamos calma y paciencia. Aprendamos a cada momento a ser cautos. Gracias”.
Mierda, pensé para mis adentros. No sé si la he embarrado. Actué como dictó mi percepción y la información que manejo de las contradicciones internacionales que quieren desprestigiar un proceso revolucionario democrático importante. Espero no haber metido las patas. Es un proceso democrático modelo, para el mundo. Y esta gente tan digna y tan verraca.
A los minutos, logré salir de mi temor de haberla embarrado. Escuché las palabras que traen la orden de la Junta de Gobierno Sandinista, de guardar calma y prudencia. No se pueden imaginar cuanto descansé. La responsabilidad que me había echado encima, no era cualquier cosa.
Estuvo bien comandante. -Me dijo una mujer con vestido militar que pasó por mi lado-.
El momento de la bendición final de la misa llegó y no se produjo la oración por la paz de los hijos caídos. Se dio inicio al canto del himno nacional, con que se termina todo acto. El Papa y sus ayudantes se retiran, apenas comienzan las primeras notas. Quedan en el altar cuatro religiosos, para acompañar al pueblo hasta el final, aún en este desparpajo del desconcierto, en la tristeza de no encontrar un lenguaje de amistad en las explicaciones que salen en el comentario de la gente.
Algunos dicen; las palabras salidas del altar no podían ser otras que las surgidas por los consejos del Obispo. “Obando prefiere separarnos del Papa, antes que aceptar la pérdida de autoridad, en la medida de su distanciamiento con el pueblo.”*
El Papa sigue siendo nuestro Papa, a pesar de Obando, de su egoísta actitud. Es el embajador y de seguro que le pidió al Papa que nos exigiera nuestra incondicional obediencia.
En el aeropuerto, El Comandante Borges, le aclara aún más al Papa, la actuación de su pueblo. Adolorido como está, por la frescura de los muertos, producidos por los contra, financiados por el gobierno de Estados Unidos. Consternado, se siente solitario en su lucha, sin una oración de identificación que le sacie su sed de comunión espiritual.
Y la noche, con su luna de lámpara roja, cubre el cielo de Managua, para dormir las palabras y los conflictos. Vamos a buscar al camión para dejar a los pobladores. A cada uno le dí un abrazo para acompañarlos en su tristeza. Aman al Papa y su amor está aporreado. Tienen una cicatriz, tal vez tan dolorosa como la de las balas.
EL TRABAJO ESCLAVO EN LAS COLONIAS
HIZO POSIBLE EL CAPITALISMO EUROPEO Y DE ESTADOS UNIDOS. Y ESTOS CAPITALES
NO TIENEN NINGUN INTERÉS EN ABANDONARLO
Fracs,
pecheras almidonadas, brillan a la luz de las antiguas arañas venecianas.
Smokings de seda blanca. Tuxedos en
blanco discreto y espejos forman un mar de cristal. Vestidos color
negro, olorosas a lavanda Inglesa. Escotes
femeninos. Espaldas desnudas, con el arco de templados senos. Condecoraciones. Humo de habanos y de
cigarrillos. Collares. Anillos. Pendientes. Cristal de Murano, en las copas de
talla fina. Música lenta de rumba.
El Players Boys, canta: Maní. Manisero me voy, manisero me voy/ Pa la ciudad. /Maní.
Un aplauso señala su entrada, cubierta en verde y rojo, para hacer juego con el lago que duerme bajo los vitrales de Palacio. El collar de esmeraldas comprado en Colombia, le incitan los aretes españoles que caen hasta el cuello, enmarcado por un peinado piramidal.
El Barón Sir. Walker Broke, arqueólogo y aventurero de 32 años, de paso en Managua, hacia el misterio Maya Quiche del Petén Guatemalteco, murmura al oído del Doctor Estrada, Rector de la Universidad Central; “exacta e igual a Meropis. El vestido, las joyas, el color y la forma del cuerpo. Conocerá la historia de los fabulosos Atlantes.”
Ni lo piense. Y si no pregúnteselo, apenas la dejen libre sus adoradores.
Es una coincidencia. Recuerdo la leyenda.
Recorre el aposento. Hace venias a lado y lado. Pisa la alfombra y la envidia de las mujeres. Bella como la Diosa primigenia, que dio origen al continente, llegada del mar verde como sus ojos fríos. Trigueña como la cobriza, encontrada en las ruinas Chichén Itzá, en los años 20. Bella, perversa, cruel, fría. Se tejen asustadoras leyendas, de terror, de éxtasis pasionales, entre la desesperación profunda y la alegría frenética. Se dice, que consejeros negros e indios, expertos en la ciencia de la brujería, practican con ella y le enseñan cábalas de lujuria.
Meropis o Karkiri, resumen de la contradicción Saykil Tracalteka; propia de la sevicia. Religiosa del altiplano Boliviano, por los Aymaraes; sus hijos. Las cárceles subterráneas, proliferan como red de hormigueros, bajo el subsuelo de Managua, con el fin de que los diplomáticos no sean molestados a causa de los lamentos.
Celdas que no figuran en el índice de la guardia; madrigueras y altar de la diosa. Se habla entre guardianes y sirvientas, de los siete vasos de oro, destinados para los ritos de sangre, en un aposento, cuya llave cuelga de su hermoso cuello. En el palacio le teme hasta su padre.
La leyenda, fue lo primero que le enseñaron sus maestros, a nombre de Apalkak, la inmortal diosa de la sexualidad.
Debo visitar a un prisionero. No puedo dejar que lo torturen. Veré la manera que experimente el menor sufrimiento. Necesito su cuerpo, sus labios, sus pupilas, el surtidor cálido de su sangre, para bañar mi rostro y calmar la sed.
Echa un vistazo al reloj de pulso bordado en brillantes, mientras danza en brazos del arqueólogo Inglés, cada vez más sorprendido por la coincidencia. Los retratos del Museo Británico, los del Museo del Cairo, las representaciones en tallas mexicanas y bolivianas, no pueden equivocarse.
Excúseme. ¿Conoce la historia fabulosa de Meropis?
¿Alguna Reina de Africa? No la conozco.
Una diosa bella y gentil. Se le atribuye ser la raíz para la organización política y religiosa de Sur y Centro América. Hace unos dos millones de años. Es su vivo retrato.
Gracias por la galantería, al comparar a una muchachita criolla, con una diosa antigua. Con su permiso.
Me gustaría tenerlo en uno de mis calabozos. ¿Conque no sé quiénes fueron Meropis o Apalkak? Vamos a lo que vamos. No me cambio el traje ni las joyas. La sangre es más linda en surtidor, contra un fondo verde, trigueño y oro.
Sale del salón. Los Player Boys, repiten la rumba de Moda.
Maní. Cuando la noche sola está; / Morena de mi corazón. / Maní. / Manisero me voy. / Pa la ciudad. /Y aunque la noche sola está; / Morena de mi corazón. / El manisero entona su pregón, /Y dice así, y dice así. / Dame de tu maní. / Maní.
Buenas noches Señor Presidente. El Coronel Felipe Whitaker, solicita la venia de su excelencia, para presentarle sus respetos.
Es inaudito. ¿Cómo hacen esperar ustedes al triunfador? ¿Al hombre en cuyo honor, celebramos esta pequeña fiesta? Hágalo seguir de inmediato. Fue quien derrotó a los bandidos Excelencia. El gran Whitaker. Entre paréntesis le dicen Felipón, pero mucho cuidado con el apodo. No le gusta. Gracias a él y a Somoza, un gran muchacho de nuestra mejor crema, con un enorme porvenir por cierto, hemos limpiado de bandidos la Vieja Segovia y la mayor parte de la nueva. La mitad del país ha quedado libre de esos criminales, Señor Embajador.
Pero ese tipito. A ver. ¿Cómo se llama? Ah. Sí. Sandino.
Sandino el traidor. Fue oficial mío, lo hice mi amigo y vea como me pagó el desgraciado. Un loco. Al rato menos pensado lo liquidamos. Un carajito sin importancia. Cuando triunfó mi fuerza, se hiso un enorme sacrificio, para implantar la democracia y la justicia. Atendí la gentil, caballerosa y fraternal insinuación del Gobierno Norteamericano, por boca de nuestro amigo H. L. Stimson; para que se contuviera el desangre de Nicaragua y todos viviéramos en paz. Firmamos el Pacto del Espino Negro con José María Moncada.
Cuando llamé a mi tienda de campaña a mis oficiales, para
hacerles conocer las condiciones del pacto. ¿Sabe con qué salió el gran pendejo de Sandino? Reunió a la
tropa, les habló de libertad, de democracia, de la Patria y otras cosas por el
estilo, diciéndoles que yo he vendido a
Nicaragua. Los invitó a pelear contra los Estados Unidos, mi gobierno y todo el
País. ¿Habrase visto, locuras semejantes, mi querido Embajador?
Es inaudito. Qué hombre más tonto.
Al otro día, estaba con sus siete compinches. Los siete de Morales como les dicen por las Segovias. Los soldados no son pendejos.
Reciben plata y listo mi amor. Es un tremendo ignorante. Medio loco. En vez de
recibir la plata y una gobernación que
yo le hubiera dado; resuelve dedicarse
a robar ganado, matar gente inocente, a
destruir haciendas, para convertirse en un monstruo del horror. Pero querido
Embajador, tenga la seguridad de que acabaremos con él. Es un simple
terrorista, reconocido por el gobierno de los Estados Unidos, como un peligro
para la libertad y la democracia. Dispénseme un momento. Llega nuestro héroe.
Enmedallado, empolvado, oloroso a fina colonia, con su metro ochenta y siete de
altura, avanza hacia el sillón Presidencial.
Coronel Whitaker. Señor. A sus
órdenes.
Déjese de formulismos mi querido
amigo. Los dos somos soldados y entre soldados sobran palabras. ¡Deme un gran
abrazo sincero, por su victoria!
Al otro día, el diario dio la
noticia:
"-Instante histórico; los dos
ilustres y grandes soldados de la
Democracia, el vencedor en cien
combates, excelentísimo Señor Presidente de Nicaragua: General don José María
Moncada, y el Señor Coronel Don Felipe Whitaker; héroe de la victoria de San
Rafael Sur, sobre los bandidos sandinistas; se abrazan como símbolo de la
fraternal amistad que une a nuestros dos
pueblos. Estados Unidos de Norteamérica
y Nicaragua.
Aquí está el héroe. El hombre en
cuyo honor estamos celebrando. El verdadero
vencedor de Miguel Angel Ortez, uno de los más bárbaros
asesinos de mujeres, niños y ancianos indefensos que torturan nuestra Patria.
El vencedor de sucias bandas de canallas, formada por traidores a Nicaragua,
ladrones, asesinos y prófugos de la justicia. Viva el Coronel Whitaker Señoras
y Señores.
Gracias Señor Presidente. Gracias a
todos, Señoras y Señores, me he limitado
a cumplir mi deber. Un deber muy grato
por cierto, ya que considero a Nicaragua, mi Segunda Patria. Se me ha ordenado
combatir por la paz, la libertad y la
democracia de esta Nación hermana y lo
hago con placer infinito. Ahora, aprovecho la ocasión, para decir en nombre de
mis 50.000 conciudadanos, que nuestra capacidad de lucha, nuestra sangre,
nuestras vidas, están como siempre, al
servicio de la democracia, la justicia, la paz y la libertad de Nicaragua.
¡Viva su excelencia El Señor General Moncada. Viva Nicaragua sin Bandoleros.
Viva la República. Este morado en mi rostro es por la patria!
¡Viva
Hoover! ¡Viva el Almirante Latimer!
/ ¡Vivan los Marines heroicos!/
¡Abajo
los bandidos y terroristas!/ ¡Gloria a los Marines! / ¡Que quemen vivo a
Sandino! / ¡Vivan los Marines!
SE INVENTAN Y REINVENTAN MILES DE
FORMAS DE ESCLAVITUD, COMO LAS BASES QUE SUSTENTAN EL ESTADO MODERNO
El
abuelo como gran conocedor del oficio, se inclinó sobre el agua hervida para
remover la cabuya. Delgados hilos de fique absorben los colores, en un juego de
contrastes, hasta producir tonos de majestuosos visos.
Los hilos con que el abuelo se
dispuso a trabajar, se mueven en danza al compás de los sueños, para capturar
al lagarto de la tierra y cabalgar en un tigre volador, situado al cabo del
mundo, en donde sale el sol y se manda a llover.
El abuelo se dispuso a tomar el
desayuno, servido desde tempranas horas, en una constatación de apoyo en su
labor de ordenar los hilos en tonos y colores. Tiñe, clava y cose, su más bello
cuadro del tigre volador que se pasea majestuoso, por el cielorraso y pasadizos
de la casa, sin encontrar en definitiva el lugar de su reposo.
La abuela siente el rugido del
tigre, en los alrededores de la casa. Empuñó la vieja escopeta y se fue a
proteger la vaca de los litros de leche.
La abuela siente temor al escuchar
el revoloteo de paja en el establo. Coge al animal de las orejas, al tiempo que
le explicaba el motivo, por el cual
la va a entrar a la sala de la casa.
Tigre es tigre mi señora y ni
pintado en la pared es manso.
La abuela le lleva el pasto y la
zanahoria. La reprende porque no prueba bocado, sin preocuparse en lo más
mínimo por los rugidos con que recibe sus caricias y el extraño sonido cuando
la abuela le busca las ubres. Era allí más fuerte su extrañeza.
Se retuerce en el éxtasis del
orgasmo, al arrojar el semen que la abuela toma y nota su cambio en el sabor, aduciendo ser uno
de los fenómenos cotidianos de la casa, desde que el abuelo decidió declararse
muerto, porque ya las cosas no son, ni saben cómo antes.
Esta leche sabe a puro calostro.
¿Quién la preñaría si los toros del vecindario ya ni funcionan? Cosas raras las
que están pasando. Llamo a dios y me manda a decir que ya no trabaja; su puesto
está vacante. Se ha dedicado a otras labores y que esas carajadas, se las ha
dado en administración a los hombres. Carajo, si el abuelo estuviera, pondría a
ese sinvergüenza en su sitio, para que no sea zángano.
Niatelk
príncipe misquito, experto en bodoquera,
en buceo del submarino, boga de río y maestro de esgrima, hacía constante
alusión a la llegada de los abuelos desde el mar, para crear ciudades en tierra
firme y ciudades submarinas en el Atlántico.
Retomó con aires de nostalgia los
templos de los mayas, las leyendas al dios sol, a los dioses de la tierra, a la
culebra, a la naturaleza cósmica, a las voces de las tinieblas como origen del
mundo y la luz de las estrellas que han fenecido a manos de los sacerdotes de
Europa, a nombre de un Jesucristo muerto, a mano de los hombres. Él y los
viejos se han cansado de preguntar sobre el más confiable de los dioses, el más
poderoso, el más bello.
Si nosotros matamos a nuestro dios,
al dios sol, de inmediato se acaba la vida sobre la tierra y el sistema solar.
Igual pasa con la muerte de la diosa luna. Los hombres blancos imponen un dios
muerto, pero de todas maneras, él está allí. Se ríe de su juego. Es un niño
narciso malcriado.
De camino al campamento de
Altamirano, encuentra el ascenso penoso de Agustín Sánchez Salinas, cargado por
sus campistas que con dificultad llevaban sobre los hombros sus ciento diez
kilos.
La adhesión de Salinas a la Lucha de
Sandino, cae como una bomba de tiempo en los clubes, en los círculos de León y
del país; contrarresta la imagen de bandido, acorde a los términos de los
decretos emanados en las oficinas de la casa blanca; Sandino the grand bandit.
El camino sigue largo y caluroso
entre las chozas quemadas, los cadáveres regados, en un revuelto de edad y
sexo.
Tres niños salen al camino y los
siguen a distancia sin emitir palabras. Expresan el vivo odio a los yanquis y
la Guardia Nacional.
Miguel Enrique y Mateo, siguen el
paso de Alfonso. Desde sus nueve años, ingresaron a conformar las brigadas de
la revolución.
No alcanza a comprender el sentido
de tanto vandalismo. Días más tarde, vestido de comerciante, al calor de unas
cervezas, escucha de sus mismos labios, el relato de su origen; sacados de las
filas de gánsteres de Chicago, de donde hacen referencia jocosa de las masacres
bajo las órdenes de Al Capone; atracos, cobros de cuotas de protección. Es la
lucha contra un ejército de matones que contagian con sus métodos, a los
militares de profesión como días más tarde pudo comprobar, al final de la toma
de León, al revisar los documentos personales del General Bruis.
Pedro Altamirano, acoge en el
campamento a los muchachos encontrados en el camino y les expresa con
emotividad su cariño, muy a pesar de su carácter brusco y autoritario.
El
campamento está protegido, dijo Alfonso. Cada champa está ubicada bajo un
árbol. Así no podrán verlo desde los aviones. Muy bien pensado general.
Antes nos ubicábamos para la defensa
de la tierra, ahora esos pájaros llegan por sorpresa.
Informaré de esta experiencia a los
campamentos.
Si lo cree conveniente hágalo
querido Colombia.
Alfonso inició el inventario de los
elementos del campamento; de los hombres, mujeres, niños, fusiles, alimentos,
sobrantes, faltantes, para completar los datos en la redistribución de las
existencias.
Debe bajar hasta León, para
colaborar con Sócrates en la recolección de información.
Anoche un asqueroso me inundó el
cuerpo con sus desperdicios. Se quedó dormido encima de su impotencia, garlando
del movimiento de la tropa, muchachas. -Dijo la Rosaura-.
¿Para dónde van?
Salen a atracar el campamento de
Santa Teresita, ya que las operaciones del bombardeo les han fracasado.
¿Cuándo salen?
Pasado mañana.
Otras dos cervezas. Había tiempo de
avisar a Altamirano y de salir por la tarde para conversar con los que tienen a
su cargo la defensa de la ciudad, en el momento de la toma. Se debe de evitar
el saqueo y el asesinato a manos de los hombres de la guardia nacional.
Farabundo, se encarga de llevarle la
información a Sandino. El hombre que con el correr del tiempo pasará a ser el
símbolo de la Revolución Salvadoreña. Un soldado más de Latinoamérica al igual
que Manuel
María Ávila de Guatemala, de Antonio Escobar de San Salvador, Rubén Gómez de Colombia, quienes se unen en el
anonimato, por la imagen de una Latinoamérica sin fronteras.
Alfonso Alexander
¿Qué te pasó hombre? -Dijo Alfonso-.
La Mocha. La dueña del cabaret
obstinada por saber qué hacemos por estas tierras.
¿La Mocha?
La cortesana de Puerto Cabezas.
Montó su propio burdel y ahora sirve de informante a los patones.
Es
extraño. Cuando se vuelven propietarias, situación de una entre mil, se tornan
patronales.
Claro compa, les entran
mejores dólares. Los patones les pagan bien la información. Así se sienten
seguras.
Las otras siguen igual.
De nuestro lado, ellas no reciben
sino miseria y desgaste. Terminan locas, de mendigas o muertas por una
puñalada. Para ellas tengo una frase clave; “a las putas como cortesanas, a las
cortesanas como putas”.
Es mucha la miseria querido
Colombia. -Dijo Sócrates-.
Sócrates Sandino, hermano de padre del General de hombres Libres
Tanta que si la pudieran enlatar se
harían ricos.
Estalló la primera bomba y cayó un
árbol. Cerró la posibilidad de retroceder, para parapetarse tras las rocas, de
la lluvia de proyectiles. Dos ráfagas y se cambia de posición. No se sabe de
dónde viene el ataque.
Yo lo vi primero sobre la mira.
Apreté el gatillo y maldije a la muerte. Una vida menos en la tierra. Maldición
de vida, esto tiene que terminar. Es el juego de la defensa de la vida y de la
libertad de Latinoamérica. Cada tiro fallado es un punto más en la opresión, el
saqueo y la muerte. Odio la muerte. Odio la guerra. Maldita sea. Sus padres no
los debieron dejar venir, para que los matemos a mansalva, en esta selva donde
nadie les entiende su idioma, ni siquiera los pájaros sobre los que practican y
los dejan muertos como señales de que por allí pasan. Provocan la ira de
Niatelk que los acaricia y les cava una fosa para que nadie los moleste. Ellos
no pueden entender el sentimiento de Niatelk; guardado en su culto al sol, a la
luna, ligado como materia indisoluble con la naturaleza, su legítima madre.
Nunca lo podrán entender las gringuitas de Puerto Cabezas que guardan las
guacamayas en jaulas, sin notar la tristeza con que de puro aburridas repiten
palabras, para burlarse de sus captores.
No podrán entender que no somos
ciudadanos de segunda clase, aunque portemos nuestra herencia de la española
monárquica, en su despelote de vida, como lo dice Mariátegui y Maldonado.
Mucho más que ciudadanos, somos
humanos y una parte del hombre está en el canto de esas aves que no volverás a
encerrar. Hijo de puta. Le pegué en la mitad del ojo. Se vuelve más duro darle
a ese ojo que matar una guacamaya.
Hermanos de morir tenemos. - Gritó
Sócrates.- Al levantar la cutacha al aire.
Eso ya lo sabemos, contestaron los
hombres.
Sócrates, dispara seis tiros y
avanza por la mitad de la calle.
A
la carga hijueperras que se inicie el pepeo.
Como una sola se levantan las
cutachas al aire. Se disparan los cartuchos, para ir en el voleo de la hoja, a
terminar con los patones que van con la intensión de emboscar a Sandino.
Mateo, recoja las armas de los
patones. Selecciónalas y que cada cual tome los dineros de las botas de los
gringos.
Gringo pecuecudo, echa los dólares.
Estas botas no me quedan.
Pasa para acá.
Este tiene buenos dólares, le
mandaré algunos a la Alfonsina. La chaqueta es buena, sirve. A este lo pelaron
anoche, no tiene ni un peso.
Roberto hágase cargo de los bultos
con armas que van a los otros frentes.
¿Nos mandarán tabaco capitán?
Tabaco
tenemos bastante, ha sido una buena cosecha.
Las mulas se pegan en el barro, la
lluvia, el intenso calor, la pesada carga, hacen difícil el avance. Hay que
aligerar el paso. Altamirano espera las armas, para iniciar su reparación.
Al entrar al campamento, siente la
premura de los hombres por alejarse. A las mujeres las ve observar a distancia,
como conteniendo una indecisión. Altamirano interroga a su hija una trigueña de
catorce años.
¿Cuál de estos hijos de perra de mi
columna te preñó, putica?
Ella no contestó. La cogió a golpes
y patadas, detenidas con la llegada de un correo del cuartel general. En media hora que duró la charla, le llegó
algo de calma. Silencioso, con el rostro descompuesto, arregló sus dos
revólveres, se ciñó su larga cutacha y se marchó. María Amelia no para de
llorar. Me mata, me mata. –Dice.- Sin otra palabra.
A los días regresó con el rostro
vestido de alegría. Traía telas y perfumes enviados por Doña Blanca, para ser
entregados a su hija.
Está bien, seamos abuelos. Bueno,
bueno, hijita.
A los meses cuando falta poco para
el parto, se iniciaron los preparativos en la reunión de las comadronas. Se
hierve el agua. Se arreglan los trapos, se cuecen las medicinas y los elementos
para el corte.
Se escucha un grito desgarrador,
como un resoplido de animal grande, en el anuncio, de que ha parido la Amelia.
Corren a mirar el crío que llora sin detenerse, para mostrar sus cabellos
rubios, su tez blanca y el rostro pecoso.
Está muy lindo, María Amelia. -Dijo
Alfonso-.
Dónde está el abuelo, pregunta una
de las comadres.
Perdón nos va a matar. Si toca a
alguno debe hacerlo a los dos. Moriremos Colombia. Ayúdenos que no quiero
morir. Es mi hijo, mi hijo- -Dijo Amelia-.
Alfonso, pensó que puede tomarse un
par de semanas, Sandino no le ha dado una orden precisa con respecto al
regreso. Ha concluido el inventario y se respira paz; por la mañana un buen
tinto, agradable comida, suave clima, aguas cristalinas y una amplia hamaca.
Vale la pena esperar para ver lo que puede hacer por el muchacho y la madre.
Altamirano, no demora. Ya casi se termina la siembra de un extenso campo.
La comadrona ha bañado al infante
que duerme. Lo tomó de la cuna y se fue a asolearlo. Se encontró con Altamirano
que alegre venía a conocerlo. Levantó la mantilla y expresó su sorpresa.
Mi nieto es un patón completo.
Soldados, soldados formen una escuadra y preparen los fusiles. -Dijo
Altamirano-.
Pedro Altamirano, uno de los hombres más fieles y valientes del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN) que Sandino comándo.
Sacó de un brazo a Amelia que pide a
su hijo.
Quiero morir con mi hijo. Es mi
hijo. -Dijo Amelia-.
General es imposible. No se
deshonre. -Dijo Alfonso-.
A usted que le importa. Métase en
sus cosas Colombia.
Si me importa general. Se trata de
una vida. De la prolongación de su vida. Piense que ya está anciano. Si usted
muere, queda el muchacho abandonado. Estamos en guerra y un niño es una
promesa. Algún día este muchacho será uno de los grandes luchadores por la
libertad de Nicaragua. Píenselo general.
Le colocó una mano en el hombro.
Durante unos minutos permanece con la cabeza baja y luego tartamudeando se
abraza a Alfonso.
El terror de las Segovias, el que no
ha llorado nunca, deja caer torrentes de lágrimas.
La sangre habla patrón. -Dijo
Alfonso-.
EL RACISMO HA CAMBIADO SUS FORMAS Y
ESTRATEGIAS. APARECE COMO NO SIENDO RACISTA.
SE RECONOCE AL OTRO COMO FUNDACION NEGATIVA
El
abuelo observa con nostalgia la burbuja producida por el submarino, al
sumergirse de regreso a su lugar de origen. El juego de los suyos se
desenvuelve con excesos de limpieza, de pulcritud, de credulidad, en la palabra
dicha, en los principios soñados, mientras que los del otro lado, juegan a las
cartas marcadas con palabras de almíbar.
El juego diplomático, en la
indefinición de los movimientos. Amigables sonrisas que vuelan por el mundo
como actos de práctica rutinaria, defensa de los amigos, de la libertad, de la
democracia de las fronteras, de la infiltración, de la prevención, de la
tranquilidad, de la paz, del comunismo, del imperio, del orgullo, del más
grande, de la imposibilidad, del patio de atrás de la casa grande, de la
insolencia del hermano díscolo, de la lealtad de los viejos amigos sacasistas,
de los peligros de la revolución, del común, de lo que huela a igualdad, de lo
que huela a pueblo, de la solidaridad de las naves inglesas en acecho, de la
insolencia, de la colonia, de los bandidos, de la libertad de empresa, de la
infiltración foránea, del bloqueo económico, del fracaso de la cooperativa, de
la socialización, de la baja de los precios de las materias primas, de la alza
de los industrializados, de la posesión del petróleo, de invertir diez y sacar
cien, de la compra de gobiernos, del chantaje financiero, de los asesores
yanquis, de sus sonrisas de publicidad, de la instalación de bases militares,
de los niños muertos de hambre, de la masacre de Santa María Iquique, del
ascenso de los militares, de los programas de cine, de la televisión, de los
periódicos; para sembrar la venta de productos sobrantes de segunda calidad, y
la instalación de fábricas dañinas por sus desechos.
Algún día habrá que presentar el
inventario de los miles de muertos a causa de sus actos para “ayudarnos y
defendernos”. -Dijo el abuelo-.
¿Dices miles? Es una cifra baja.
Están creando la OEA.
Están Matando a Gaitán
Otra cosa que produce risa.
Es una embajada gringa.
Se institucionaliza el cacicazgo presidencial.
El nombre es bonito, Organización de Estados Americanos.
Los eternos aliados de Inglaterra, se despiertan amigos de
Latinoamérica.
La historia lo dirá. El día en que uno de estos amigos hable
de esta relación con madurez, será su peor enemigo. Bolívar lo había previsto.
¿Vendieron la bandera negra?
Están montando a dos
militares como presidentes, para darlos como alimento de regalo a la niñez y a
las madres. Les adicionan un buen esterilizante, un poco de azufre y lloverá
maná del cielo para las barriadas de las ciudades.
En Miami les dieron la idea. No podían desembarcar, porque
un gringo derrotado deshonra a la patria. Vende, estafa o no vuelve. Vendrán
muchos barcos gringos a vengar la afrenta.
Barcos, asesores, soldados. Hombres que ni saben de nuestra
existencia. No conocen más allá de sus fronteras. Si les dices Latinoamérica,
no te entienden, es lo crudo del nacionalismo, de la ignorancia. El gran
superhombre de Watt.
El orgullo, en donde no cabe el derecho de otros pueblos.
LA CORRUPCION ES LA ESENCIA DE LOS
SISTEMAS COLONIALES Y SU MODUS OPERANDI. EN DONDE SER ÉTICO NO ES RENTABLE
En
la celda 72, con mucha luz eléctrica, para que no pueda dormir. Una plancha de
metal grueso, empotrada al muro de cemento. Cuatro cadenas prendidas con
argollas a las muñecas y tobillos. Tendido sobre el cemento, rodeado de estiércol
y pedazos de comida en fermentación.
En la estadística pasan de 7 mil,
los cepos por el subsuelo del país; obreros, campesinos, estudiantes,
intelectuales, muchachas revolucionarias.
La figura cubierta por un capuchón
de seda negra, aparece frente a la guardia que vigila el pasadizo hacia el
subterráneo.
A sus órdenes Excelencia.
Las llaves de abajo y cuatro
hombres. A la celda 72.
Puchica Madre. Está loca nos va a
dejar sin a quién cuidar.
Mejor jefe. Hoy nos toca mi
Teniente, hacer cantar el Ave María a
ese doctor Arciniega
de la 149.
Tocaba. La patrona no quiere oír
gritos ni chillidos fuera de los que ella causa.
Mañana será. Nada perdemos
aguardando. ¡A ver de qué le sirve la
universidad al Doctorcito!
Tápese le nariz Doña. Esto huele muy
feo.
Cobarde. No pareces soldado. A mí me
gusta. Quítenle las cadenas. Traigan agua caliente y báñenlo. Oye mijo, como
llamas. Cómo te llamas digo. Maldita sea
su estampa.
Se acercó, hasta casi tocar su boca.
¿Sabes quién soy? ¿Por qué no habla? Ábrale la
boca. Con razón. Si no tiene lengua.
Lo ve Doña. Como usted no permite
hablar para explicarle. Era correo de los Bandoleros. Lo cogieron en
Chinandega. Como no quiso garlar, le
acomodaron su hocico.
Dentro de horas, nadie habrá de
salvarlo. ¿Qué más da esta noche u otra? Con Ella, sufría menos el muchacho. Y
era lindo.
Salió para regresar a sus aposentos.
En la Guardia, dio la orden esperada por los soldados.
Después de bañarlo, súbanme su
cabeza. Deseo el corte lo más perfecto posible, a mi mesa de tocador, sin una
gota de sangre. Lavada muchachos.
Maldita su reputa alma.
Esta es peor que nosotros.
Puerca la perra.
Da miedo esa mujer. Mucho miedo. Se
apresuran a recoger los billetes que ha dejado sobre la mesa.
700. Quinientos para mí. El resto es
de ustedes.
Buena paga Teniente.
Muy buena. Y solo, por dar un
machetazo.
La esponja impregna con talco el
cuerpo. Se arregla el cabello, rostro y labios, frente al cristal de roca. El vestido rojo,
sacerdotal y profano. Las joyas en el cuello, orejas, cabellera, brazos y
manos. Su refugio, es un santuario. Da un vistazo al presente. Satisfecha,
sonríe.
Con los ojos abiertos sobre la plata
de la fuente, parece viva. Avanza hacia la mesa, se arrodilla y la toma con
suavidad.
Amorcito. -Le dice-. Mientras la
mordisquea y le parte los labios,
haciendo saltar sangre que chupa con
fricción.
Sabroso que sabes besar.
Lo recorre con sus labios. Deposita la cabeza sobre la bandeja. Toma un cigarrillo turco y
lo enciende con deleite.
Contigo mijo, son bastantes los
hombres con que me he besado. Pero eres el mejor. El más sabroso; él más puro.
Muchacho mío. ¿Quién te mandó dejar tu
casa y tu monte, tus ovejas y tus palomas, tus matas?
Lo besa y lo estruja de manera violenta.
Estoy condenada. Nunca podré hallar el Amor. Se me odia y envidia. Se me
admira y rinde homenajes. Solo roca. Roca seca. Muralla de desespero. No tengo
camino para mis deseos de potra, de espinas, de cenizas, entre mis enemigos. Un
amor y odio indisoluble. Si todavía pudiera sucederme lo que a María Elena con
su Ortez. Pero qué va, soy odiada por el pueblo; odiada por los
guerrilleros, odiada por las mujeres falsamente aristócratas, a las que humillo
cada que puedo. Odiada hasta el fin.
Vivo y me alimento del odio, del
miedo que produce la guerra; a los gringos, a mi padre, sátiro libidinoso. Otro
beso y regresa al oro de tu estuche. Duerme niño lindo. Debo regresar al baile.
Pienso emborracharme para recordar como
saben tus besos. Y como te hubiera amado, si no hubieran llegado los
gringos.
¿Dónde se habrá metido? A lo mejor
se baña, se perfume o escoge joyas para humillarnos. Sabes cómo es ella. Dicen
que tiene un millar de collares. Y para no tener. Si mi marido o mi padre;
¿fuera ocho días Presidente? A lo mejor tuvo una cita. Cualquier Marino bien
formado. O cualquier sargento bien zambo. Como es negra.
Camina hacia el padre, que habla de
libertad, democracia y legalidad, ante
un coro de Diplomáticos.
Papá perdóname. Me sentí un poco
mal. Por eso me retiré. Pero ya me tienes de nuevo. Toma estos besos darling, por la demora. ¿Perdonada?
No faltaba más. Anda a bailar. Cuidado
con hacer caso al galán. Estás muy joven para que te enredes con alguien.
Música para ella muchachos. Para la Reina
de la Fiesta.
¿Me hace el alto honor?
Con gusto Marino. Perdón Papi y
Señores.
Linda muchachita excelencia.
Sí y tan religiosa que el señor Arzobispo, la acaba de nombrar como presidenta de La
Acción Católica.
Con mucha justicia Señor.
Dejemos a Chavita quieta y vamos a
tomar más "Palitos"
NECESITAMOS CONSTRUIR UN NUEVO MODO
DE VIDA; PASAR DEL MODELO DE CRISIS Y ESCACÉZ, AL MODELO DE LA ABUNDANCIA
Quiero
oír versos, usted es poeta, capitán Colombia.-
¿Pero Doña, está loca?
Loca o no, los muchachos y yo queremos versos. Y usted es nuestro
instructor. Márchele. Unos versos.
Tendré que
hacerlo, no hubiera querido. Tengo unos versos que no los van a alegrar.
Los van a poner quemaditos.
Es una orden.
Usted manda.
UNA
LLAMARADA ALTA.
Roja,
azul, anaranjada, violeta, rubia,
Asciende;
chisporrotea blasfemias.
Llamarada
sin nombre.
Barroca
señal de instantes cruzados,
de
la sevicia, la persecución, la sombra oscura.
Mujeres
e infantes de pupilas secas.
Del
agua de las acequias brota lágrimas.
El
humo hogareño, la guitarra sencilla;
¿Truena
para hacer huir las palomas?
Lagos
de esmeralda,
viven
en la sabia de los árboles.
Dolorida
planta. Lisa y sangrante.
Palpita
la retina hundida en recuerdos.
Su
labio, maldice al hombre.
Matanza,
cruces y cadáveres.
En
la muerte se pagan los impuestos y los responsos sacerdotales.
Huyen
sin tierra. El llano, queda lejano.
De
golpes perseguidos. Galopan Potros.
No
es posible encender fuego.
El
llano. La ceniza los ahoga.
Ovejas,
de trigos dorados,
De
elotes en flor, de ranchos.
El
Momotombo está dormido, Sujeto al yugo.
¡No
araré para dar comida!
No
plantaré semilla.
No
abrazaré a mi compañera.
No
alisaré los cabellos de mis nietos.
Mi
Pueblo vencido,
gruñe
y reclama, como amamantar ternuras.
Sucia,
desnuda, violada: no siente el corazón,
El
camino y el canto.
Me
ciñen con dos cunas, hasta hacerme vibrar.
Las
palomas picotean el perfume de las flores.
Mis
senos, más duros que sus brazos.
Arrullé
su fiebre, con la serpiente del deseo.
Se
perdió junto a su rifle, por San Rafael Sur.
Con
Miguel Angel Ortez.
Somos
nosotros.
El
ojo no destila lágrimas.
¿Cómo
podré acariciar a un pájaro tornasol?
¿Enlazar
una nube? ¿Montar sobre un potro de vientos?
¿Tomar
una fruta madura? ¿Sorber agua brillante?
¿Qué
daño les hice?
Como
garfios de angustia, prendidos al vientre férreo del cielo.
Aún
creía en la montaña y el cielo de oro.
Nuestro
crimen, ser campesinos. Nuestra lacra, ser proletarios.
La
luz gatea entre granito y nubes.
Llegó
hasta el rifle, besándolo.
El
Monte como vientre parido. Trepa la
montaña. Arde.
Trozos
de piel, grumos de sudor gris.
Suspiros,
jadeos.
Olas
de luz
Machetes
de raíces y banderas.
La
belleza irguió sus tetas al viento.
El
arco solar, lo hizo fulgor.
Mis
árboles altos.
Mis
ríos como tigres de ancha piel. Un sol,
un rifle;
Alfonso
Alexander.
LIBERTAD.
Llego
la luna.
Baja
de la sierra.
Besa
boscaledas
y crines de
cristal, nidales de torcazas y de aguiluchos,
Se
viste de hilos serpenteados.
Empuja
la oscuridad.
El
espacio se cuela entre rosa y plata.
La
selva azulada y verdinegra de los gigantes;
Caobero, Cedral, Ocotero, Roble, balsos;
de
alma rosada en vibración, reciben el beso lunar.
Los
bejucos de agua, consuelo para extraviados caminantes,
se
abrazan en éxtasis de creación.
La
tierra de los guerrilleros y el jaguar, anillo de boa,
veneno
en muerte rápida, aullido de coyote, desesperado.
Selva
tensa como un tambor resonante.
Preñada
por el semen violento.
De
México vino. El general Sandino.
Y
en la mano trae, Cruz y calavera. CRUZ Y
CALAVERA.
Alfonso
Alexander.
¡Puchica!
¿El alma de Ortez
está aquí manitos?
De seguro, lo vio la Doña.
¿No oyen los aullidos?
Pues cierto.
Se detuvo jadeante en su sollozo de mujer.
LA DESOBEDIENCIA A LA AUTORIDAD ES
UN ACTO SANO Y NATURAL. ¿CÓMO DETERMINAR AL ENEMIGO CONTRA EL CUÁL REBELARSE?
La
nave sigue su rumbo, para dejar atrás al barco de las bananas negras, en el
intento por ubicar su mercancía bajo las condiciones de la moda y como
altamente alimenticio, según dictámenes de la tecnología; fécula pulverizada,
se anunció en su empaque, en donde un robusto niño, muestra su sonrisa de
complacencia por su vitalidad y vigor.
El abuelo recordó al tigre pintado,
en su misión de cuidar a la abuela, ahora en la compañía de su nieto Miguelito,
el jugador de trompo.
La
fila de visitantes de la nave de la evocación de presentes, se torna tan
numerosa que se tiene serias dificultades para ubicarlos, para soportar la
espera a que irían a estar sometidos en un ciclo de levante de dignidad, por
los territorios en su amplio recorrido. Primero los piratas ingleses, luego los
gringos, después los ingleses, atrás los gringos, ingleses gringos, ingleses
gringos, yanquis ingleses, patones ingleses. Desfile que evoca de lejos, el
escalofrío en el anuncio de problemas, detrás de sus caramelos y las sonrisas
de ademanes delicados para las doncellas.
Que se enganchen nuevos vagones a la
nave. Si esta guerra no termina no habrá en donde recibirlos. Debemos construir
más, no importa cuántos sean. Se aproxima el país, en donde reposan los hombres
que no han muerto. Haremos una escala, es bueno saber con cuántos contamos.
Las nubes cubren el piso
levantándose sobre los cuerpos que se reúnen en grupos, para intercambiar
opiniones, venidas desde diferentes lugares de la tierra. El delirio del
éxtasis, es la expresión de sus rostros. Las imágenes se evocan como espejos
que proyectan deseos sobre lo vivido y la distorsión en las apuestas, con
respecto a los que llegan.
El juego del siguiente amanecer, se
desarrolla en los diamantes que cuelga del pecho. No se tiene ninguna
posibilidad de influir sobre el suceso de la tierra, aunque el pronóstico de
las variables da la supremacía en los días, en los años y los siglos, en un
sentido de permanente reencuentro, en el desatino general, al no haber ubicado
dentro de sus puntos de cálculo, los nuevos factores de lo imprevisto y
desconocido.
La indagación de los hombres que no
han muerto, se torna angustiosa, ante lo necesario, de emplear nuevos informes
de vértices no previstos, en su presente sobre la tierra.
El sueño de Bolívar, es el nombre de
una de las propuestas de Sandino, para lograr un organismo de los países
latinoamericanos. -Dijo el abuelo-.
Es justo e indispensable. - Dijo
Simón-. Los Estados Unidos, están al tanto, para desbaratar todo intento.
Será un paso, para recuperar la
dignidad perdida, como usted lo había previsto desde hace muchos años. -Dijo el
abuelo-.
Llegará algún día, llegará.
Le diré a Sandino su sentimiento.
Piensa usted bajar.
Dentro de poco será traicionado, su
palabra y la mía nacerán más tarde.
El abuelo se dispuso a continuar su
viaje. No ha concluido su recorrido y más pasajeros lo esperan para no morir,
muy a pesar de los pronósticos dados sobre sus cuerpos. Somos la memoria
viviente, mientras nuestra imagen no logre su corporalización. – Se dijo-.
SI USTED DESEA EVITAR LA GUERRA
CIVIL. ¿DEBE VOLVERSE IMPERIALISTA? ¿A NOMBRE DE UNA PAZ GLOTONA?
Sirte, ciudad Libia destruida de raíz por la OTAN en nombre de la "paz"
Es
casi imposible tomarla. - Dijo Estrada-.
Un coloso, un gran coloso. Calculo
setenta metros de alto por cien metros. -Dijo Ramón Raudales-.
Tienen radio. Mire la torre que está
en la parte alta. -Dijo Estrada-.
Debemos rodear más, para ver cuántos hombres tienen. -Dijo
Ramón Raudales-.
Se observa un movimiento permanente
en el campamento y la población. Los soldados avanzan protegidos por trincheras extendidas sobre
una amplia región tractorada y arada. Los fusileros de la artillería alcanzan
las fortificaciones y casamatas de cemento en escasos segundos, para enfilar a
ras de tierra las ametralladoras de cinta y los Thompson, obteniendo dos o tres
abanicos.
Se inician los ataques relámpagos,
basados en la movilidad. Tres o cuatro descargas que llevaban a diez o quince
fuera de combate.
Raudales incursiona en las calles de
Quisalaya, hasta las cercanías de la fortificación. Día a día se los ve más
nerviosos. Ya no retiran los muertos ni el armamento. Los patones avanzan con
grandes cuerpos. Arrastran de forma penosa el armamento pesado. No era raro
encontrar unidades pequeñas rezagadas en el camino, en un vano intento, por
desatascar un pesado cañón.
Los patones se ven desde lejos. -
Dijo Raudales-.
Hacen mucha bulla. -Dijo Joaquín-.
Recojan esos racimos, rápido que los
necesitan para la comida. - Dijo Raudales-.
Alguien trajo el fusil para cazar
una guagua. -Dijo Joaquín-.
Nadie. ¿Qué extraño no?
La patrulla se encontró de frente
con otro grupo de cincuenta hombres. Sienten la muerte en los poros de la piel
y en el desespero envuelto en miedo, levantan los machetes, en un esfuerzo por
vender, aunque fuera un poco cara sus vidas.
Bajo el relámpago producido por el
reflejo del sol, en el plan de los machetes, los de la guardia, dan media vuelta en desbandada, como si
hubieran visto al mismo patas. Los guerrilleros no entienden muy bien lo que ha
sucedido.
Que
nadie los siga, sería suicidarse. - Dijo Raudales-.
Creo que nadie tiene fuerzas para
hacerlo, que susto tan verraco. - Dijo Manuel-.
Es pura magia.
¿Funciona no?
Levanté el machete de susto. Quería
agarrarme de él para que me llevara a las nubes.
Linda la cutacha carajo. -Dijo uno
de los hombres- . Besándola con cariño.
Vámonos, nos esperan.
Me siento fantasma.
Las cutachas al sol producen miedo.
El campamento de Santa Teresita se
transforma en hervidero. Como soplido de viento que mueve palmeras, nadie está
quieto; se limpian las armas, se distribuyen las balas, se fabrican las bombas
con cañutos o en tarros de avena dejados en el camino por los patones: se
llenan con agujas de vitrolas, trozos oxidados, piedrecitas puntudas y al final
dinamita, proveniente de las minas de San Albino en el río Coco.
El material se envasa en cuero de
vaca humedecido, para que cierre con el calor de manera compacta. Se tapa con
un rodete de madera dura, abierto en el centro, donde se coloca el fulminante
con una mecha de unos ocho centímetros.
Vengo general Raudales, a
notificarle que debe llevar la columna rumbo a la costa. Se cargan las mulas.
Se hacen los arreos. Se despiden los amantes. Se transportan los sueños. Se
continúa el inventario.
Que nadie quede sin provisiones.
Ningún fusil debe estar guardado. General Raudales, un correo de Sandino, trae
las indicaciones.
General traigo una contraorden; en
su reemplazo va el general Morales y el general González, quienes se
adelantarán para la ofensiva. Sandino considera que su presencia en el
campamento es de mayor importancia. Preséntese donde Sandino. Patria y
libertad.
Los vemos partir con aire de
tristeza, sin saber que con los años, sobre sus manos sería depositada la
responsabilidad de continuar la línea sandinista, en la constitución del Frente Sandinista de Liberación. Sentimos
el vacío de su presencia. Hubiera sido más agradable compartir con él y el
general Morales el mando.
Hoy querido Colombia, debe llegar
Umanzor con su gente y mañana saldrá Morales para la costa, con el objetivo de
tomar Puerto Cabezas y usted jovencito,
los acompaña como observador o de secretario de prensa, el título poco importa.
¿Y mis obligaciones señor?
Hará una relación, lo más completa
posible sobre el proceder del personal, para ascender a unos y degradar a
otros; de Morales para abajo. Todo dentro del mayor secreto posible.
¿A dónde le escribo señor?
Ni lo sueñe. El informe debe ser
verbal. Recuerde nada escrito. No le vaya a suceder lo de Saraguasca.
LA CONCRECION DE UN MERCADO MUNDIAL
JUSTO, ACARREA NECESARIAMENTE, LA MUERTE DEL IMPERIALISMO
Más
de un millar de mujeres, como soldados y oficiales, pelean hombro a hombro,
junto a los veteranos montañeses. La Doña, como comandante de guerrillas,
equipa a sus fuerzas, sin que les haga
falta un cigarrillo.
María Elena, actúa animada por la
venganza personal a causa del asesinato de Ortez, su hombre. Al principio no
era su fuerte la revolución. Le interesa matar a Felipón Whitaker; como el
obstáculo que se opone a la extensión y fortalecimiento de la sublevación
campesina. Lo ha de liquidar o él a ella. Es el juego de las apuestas y se lo
ha hecho saber por medio de mensajes informales.
La Doña es popular entre los segovianos y las gentes
del llano. Lucha junto a peones y campistas. Galopa de campamento a campamento,
como la sombra que forma una leyenda. Muchos corridos, en honor a su silueta,
decorada por el trapo negro y rojo de la
revolución.
Felipón, es un hueso difícil de
roer. Su acoso y derrota, exigen una visión militar, con un conocimiento exacto
y milimétrico del terreno.
Doña Blanca, lo sugirió. Dele mijito,
a generales de los mejores. Estoy segura que logra quitarnos esa
pesadilla de Felino. Haga un esfuerzo
mijo. Las mujeres somos iguales, tenemos astucia, más nervio, digamos aunque
quede mal; más ferocidad y más afán de desquite.
Bueno es saberlo amor, para cuando
surja la primera pelea entre los dos.
No seas loco. Dale
la guerrilla. Ella
presenta el quiebre para los amos
de Nicaragua. Una aristócrata culta con recursos, incorporada como líder a la revolución,
resulta un impacto sobre
la débil moral política de
Moncada.
Tal vez tenga razón Blanquita. Si
es derrotada y logra escapar, su
fuerza de lucha aumenta. Y si no logra escapar, el recuerdo
se incrustará en una canción que se entonará en los rincones del país.
Me
mueve a su favor, una idea muy personal que no había querido confiarte.
¿Secretos?
Ya
no. He soñado con dirigir una guerrilla.
Pero
miren, desde cuando con las armas en la mano.
Me lo impiden las ganas de estar
contigo y tus soldados. En Ella, me veré representada y conmigo las Mujeres de
Nicaragua, incluso, las de nuestros enemigos, admiran el gesto. Imagínate.
Por primera vez en Nicaragua, una mujer,
es general de la Revolución.
Cuatro días bastaron para estudiar,
resolver y disponer documentos. En la mañana del 5, María Elena, fue citada a
la oficina del Cuartel General.
He resuelto acceder a su deseo.
¡Oh
mi General! ¿Cómo podría pagar, este
servicio y favor?
Peleando hasta el fin. Sin
desfallecer, tenga los tropiezos que tenga. Mire Doña: Trasforme ese hondísimo
cariño suyo por Ortez, en amor y
servicio por Nicaragua y su libertad. Su odio contra Whitaker, debe ser un odio
nacional contra los invasores. Entonces hallará su destino. Se sentirá libre de
un gran peso, porque tendrá nobleza. No podemos seguir actuando con la ley de
la venganza, debemos ascender a la de la justicia, para que cuando lleguemos al
poder, no repitamos las mismas infamias. Morales debe tener lista su
documentación. Lleva plenos poderes, para organizar su guerrilla o su cadena de
guerrillas. El cuartel General le proporciona los cuadros de Mando.
La
acompañaran; Salgado, Umanzor, González y Quintero, a quienes conoce y me han
dicho, le guardan una fraternal y limpia simpatía. Los oficiales son de lo
mejor. Son maestros en guerra de selva. Deseo el éxito de la primera Generala
de la revolución. ¿Cuál es su idea ahora?
Llegar a Danlí. Tengo hombres fieles
en Azcuapa, esperándome. Los manda Cuchillo, mi General.
El famoso Sargento Gónima. ¿El de
los setenta recuerdos?
El mismo Señor. De Danlí a
Tegucigalpa, o Tela, a Panamá; Curazao o
la Habana. Necesito armas y pertrecho para un mínimo de mil Hombres. Tengo
calculado seis meses para un combate diario. Pero no deseo correr riesgos. Sé
lo que me juego Señor.
¿Y sus enlaces?
Oficiales del ejército Hondureño.
Revolucionarios de Tiburcio Carias. Contrabandistas Gringos del Caribe. El
dinero gringo es muy codiciado y por suerte no me falta. Mi base será la Zona
de Bluefields. Tengo mar y selva, para obtener una mejor acción. Confío en
engañar a Felipón y poder atraerlo a la
selva. Lo acosaré sin darle descanso. No le presentaré combate formal, por dos
o tres meses. Cuando esté desgastado, lo cercaré y lo haré añicos. El o Yo, mi
General.
María
Elena; centenares de mujeres y respetables matronas han sido
violadas; muchísimas de ellas perecieron después de afrentarlas; asesinadas por
los que estaban haciendo creer al mundo el desinterés que tienen para pacificar
a nuestro país. Es por los delitos atroces como esos, y no por sentimientos sin
causa aparente, que los patriotas sienten mucho odio santo por esas fieras
humanas. Sé que nos llaman bandidos, pero Sandino y sus hombres nunca violaran
mujeres, ni mutilaron cadáveres de sus enemigos. ¿El o Usted? Magnifico
Doña. Mis recuerdos a Felipón,
cuando se lo tope.
Con enorme placer Señor. ¿Puedo
retirarme? Señor, gracias. Muchas gracias. ¡Ahora si es cierto lo mío! Corro a
despedirme de Doña Blanca.
Le
digo en confianza que es decisiva en mi resolución, pero nada de cuentos.
Viste
pantalones grises, botas cafés, blusa azul, pañuelo rojinegro al cuello, un
sombrero criollo de paja trenzada le cubre su cabellera y sombrea sus ojos obscuros.
Que mujercita. Dijo Estrada.
¿Te gusta hermano?
Una enormidad.
Nada cuesta esperar un triunfo
hermanito.
Si para soñar un poco. Cipote Hembra.
Me voy satisfecha, doña Blanca.
Consiguió su deseo.
Gracias a su ayuda Señora.
Llevaré el recuerdo
de su generosidad.
Hice
lo que he creído
bien para Nicaragua, muchacha.
Ha
hecho mucho más. Usted como mujer, sabe cuánto odiamos o amamos.
Es mejor no ponernos sentimentales. Esta es una lucha
muy brava que exige estoicismo y paciencia. Déjese de
músicas. Están anunciando su marcha. Vamos.
Como jefe de la nueva Columna de los
Lobos, sale para Bluefields, en donde se le incorporaran Salgado, Umanzor,
González y Quintero. Lleva su hierro.
Comprendió, la alusión hecha por
"El Viejo", cuando relampagueó
la hoja larga y filuda hacia el sol.
Esta
hoja que ha sido de Pancho Estrada y nunca ha sido empañada por actos sucios o
innobles. En su poder, continúa siendo honrada. Cuádrese Comandante. Es suya
hasta el fin.
Tomó el machete filoso y lo beso
entre lágrimas.
Vivan los Lobos. Viva la Doña. Viva
la Revolución. Viva Ortez. Despídete Blanca. En sus manos queda la costa, me
trae su control o no vuelve.
EL CAPITAL FINANCIERO Y ESPECULATIVO
VA DONDE EL VALOR DE LA FUERZA DE TRABAJO SEA MENOR Y DONDE LA FUERZA
ADMINISTRATIVA GARANTICE QUE LA EXPLOTACION SEA MAYOR Y MÁS EFECTIVA, AUNQUE SEA
DE MANERA BÁRBARA Y SANGUINARIA
Dianas,
tambores, sol, cielo azul, nieves lejanas del Momotombo. La venenosa selva de
Nicaragua, la espera envuelta en esperanza.
Me había dado gusto verla partir
sonriente y hermosa. Me recordó a Adelita, con su amor al sargento, a Manuelita
Sáenz, en la compañía de Bolívar, quebrando el viento y las dificultades. Era
justo y extraño en medio del machismo de la tropa. Un carisma que atrae y
subyuga. Mi viejo, me contaba de la eficacia de las soldaderas, las cinqueñas,
en los combates en torno al volcán Galeras, contra las tropas que organizó el
cura de la Villota. Iban al frente y atrás, preparando el avituallamiento. Con
sus gritos de vivas a la comuna socialista. Nadie las escuchó, cuando
pronosticaron la traición de los liberales, apenas se terminó el remate a
pregón y vela, de las tierras confiscadas a los curas. Repartido el botín, se
voltearon a defender sus intereses y a predicar la invasión revolucionaria
contra la ciudad de Quito, a nombre de la internacional proletaria, en busca de
preservar sus nuevas posesiones contra la posibilidad de reforma agraria. Fue
un desastre que le anuncié al alcalde José María, la avanzada hacia el Ecuador.
No se dejó organizado el abastecimiento, no se le dio razón para el respaldo al
campesinado ni a los cabildos indígenas, devolviéndoles sus tierras. Se creó un
poder lleno de contradicciones, que tenía que perder y fue lo que hicieron los
liberales, al aliarse con las tropas de Colombia y entregar al alcalde José
María Velazco Guerrero, a un juicio descarado, por abusos de autoridad, en la
ciudad de Popayán.
“LOS QUE CIERRAN EL CAMINO A LA REVOLUCION PACÍFICA, LE ABREN EL CAMINO
A LA REVOLUCIÓN VIOLENTA.”
Alfonso
la vio en medio del combate. Los tienen acorralados en una hondonada, los bañan con ráfagas de ametralladoras. Mencha
Lalindes en la compañía de Lita Lajay, aparecen apretando el gatillo y
aventando granadas, para despejar el ocaso a que los tienen sometidos. Para
Alfonso Alexander el rostro de Mencha, su caminado, su voz, pasó a convertirse
en una alegre obsesión, desde el momento en que le preguntó desde lo alto de
una peña, Capitán Colombia, ¿parece que deseaba transformarse en topo, para
salir de esto?
Una ironía que Alfonso probó, como
sonidos de agradable canto. Asedia con insistencia a Mencha; en los amaneceres
de guardia, en las noches de fogatas, en sus relatos y Mencha, lo tiene en su
mente desde hace rato y ella es mujer de decisiones rápidas.
Alfonso ve esa noche el campamento
más bonito; formado por chozas que guardan los silencios de un movimiento
continuo. Los centinelas caminan, esperan el
cambio de guardia.
Recostado en los muslos de Mencha
que le brindó su perfil contra la luna, escucha de más allá de los pinos
derribados, el agudo sonar de un clarín y la voz de un barítono que entona:
De México viene el
general Sandino. En su mano trae cruz y calavera.
Es la voz de Quintero. Le canta a
Adelita Chapuel que contra la fogata refleja, sus dieciséis años puestos sobre
el fusil.
Cada disparo lo hago, en honor del cantar de la revolución.
-Dice Adelita-. Mira con fijeza, los ojos de Quintero.
La guitarra, la marimba, el canto y
las coplas del sombrerón, de los matachines, del cuculcán, la de la abuela de
los remedios; son el deleite en las noches, para alternar los informes de la
guardia, en una rígida disciplina que Sandino también se atreve a romper, al
mandar al carajo los rangos, mientras da a escoger entre un trago de posol o
uno de tinto, preparado por él, aludiendo que el servicio de cocina se
encuentra en descanso. Días de estación de alegría en el campamento, envuelto
en la inmensidad de la selva.
“La cucaracha señores, siempre fue
una mascotilla/ Y además una muchacha que llevaba Pancho Villa/ La cucaracha,
la cucaracha, ya no puede caminar/ porque no tiene/ porque le falta/ marihuana
para fumar / La cucaracha sube hasta en un palo verde/ hasta la cola se
muerde.”
Días en que el ejército de la
Guardia Nacional, se refugia en su impotencia. Para sondear y agriar el
ambiente, mandan mensajeros a Sandino como las del Almirante Latimer,
jefe de la División naval del Atlántico, en donde ofrece; diez millones de
dólares y una hacienda en México o la Presidencia de Nicaragua, con marines
estadounidenses para su protección, el tiempo que quiera, si se llega a un
acuerdo.
Vea hermano Colombia, si los yanquis
hubieran sospechado lo que más tarde se les venía encima, seguro que no habrían
vacilado en regalarme un almacén, un edificio de catorce pisos.
De veinticuatro General. Una torre
de a piso por cada año de edad suya.- Dijo Alfonso-.
Hasta completar una torre de
cincuenta o más. Muy bien dicho querido Colombia, pero llegan muy tarde con sus
ofertas. Ya suenan a oro que fácilmente se oxida.
Pura
falsificación. Ellos dan una onza y quieren sacar cuatro o cinco. Pretenden que
estemos agradecidos, nos han hecho un favor y nos están protegiendo.
Sí, es falsificación barata. No
comprenden que un hombre, un pueblo llegue a un estado de dignidad en donde no
es comprable. Que existan valores de mayor duración que cualquier material
indestructible de la tierra. No podemos aceptar la hipocresía de Coolidge,
quien habla de buena voluntad y manda un ejército para asesinar nicaragüenses. ¿General su lucha es
socialista? –Dice Alfonso.-
No lo creo prudente, el socialismo requiere mayor educación.
Farabundo, insistía en trasformar mi
lucha, por el socialismo. Admiré su talento y sus ideas, pero le expliqué que, por ahora, la lucha era nacionalista y antiimperialista. Por ahora la
independencia, la autonomía y la organización en cooperativas. La tierra
produce lo necesario para la felicidad y comodidad del género humano, pero la
injusticia se enseñoreó sobre la tierra. Lo necesario ha estado en manos de
unos pocos. Luego de ser producido con sudor y con hambre, lo que los otros
derrochan con francachela. Lograremos la justicia, y la guerra de los
opresores, será matada por la guerra de los libertadores, y después habrá
justicia y paz sobre la tierra.
DEBEMOS CONSTRUIR ORGANIZACIONES
HORIZONTALES: MOVIMIENTOS POPULARES, COOPERATIVAS, JUNTAS DE VECINOS, COMITÉS
DEL AGUA
HUGO CHÁVEZ
Me
dijeron que me quedara en Nicaragua, pero mi situación política era muy débil.
Hacía parte de un movimiento político regional, departamental, experimental;
Los Inconformes; que no era conocido ni siquiera en el resto de Colombia. No
tenía ningún respaldo político en los grupos representativos que existían en
Nicaragua. Había enfrentado a los aires machistas de los revolucionarios nicas
y no me miraban con muy buenos ojos. Había dado las pautas para organizar
grupos de mujeres, que son una verracas trabajadoras y tampoco era bien
visto. Hay que entender el machismo de
los costeños, para saber lo frágil de una decisión de este tipo. Creo que uno
de los grandes logros de Fidel en Cuba, es haberle enseñado a trabajar a los
costeños y enseñarles a ser menos machistas. ¿O ésta labor les tocó a las
mujeres cubanas si mal no recuerdo?
Además, ser revolucionario en Nicaragua es bien fácil. Lo difícil es serlo en
Colombia, con un montaje fascista, de eliminación selectiva.
Debo seguir mi trabajo en el
Instituto de Estudios del Sandinismo, escribir los comunicados de prensa que
por las noches discutimos con Alfonso y si le parecen bien los firma por la
mañana. Me gusta releer el libro que llevo en mi maleta. Rayuela.
En el Instituto pienso que mi camino,
sin estar inscrito en algún movimiento o
partido, es un camino que lo coloca a prueba en cada día y en cada acción. Un
camino, en donde debo responder con ética, en lo que he escogido como proyecto
de vida. Lo construyo paso a paso, día a día, sin importarme el lugar del
planeta. Creo que es la manera de conseguir un mundo mejor y hacerlo posible.
Siembro a la manera de un Trotskista Mafaldiano, una revolución permanente, en mi interior, en
relación con las posibilidades del exterior. A la manera de Mafalda, con la
crítica a flor de piel. Al estilo del Principito, aprendiendo a vivir las
situaciones pequeñas y elementales. En la modalidad indígena, con la percepción
puesta a prueba a cada instante, para lograr leer la naturaleza. Con las
herramientas de la filosofía cuántica, para aceptar lo insólito, lo inesperado,
lo singular, como una situación normal que forma parte de la cotidianidad, en
su relación con la naturaleza cosmogónica.
Mientras
leo el libro, veo la silueta de un personaje que lee en la ventana de la casa
del frente. Me agrada su silueta, su sombra oscura. Me gustaría conocerlo. Más
o menos se acuesta a la misma hora. A la una de la mañana. Mañana pregunto
quién es. O voy a la piscina temprano para ver si lo encuentro. Claro, pero
corro el riesgo de perder lo agradable de la sombra y puedo encontrarme con una
persona que no me agrade.
A la mañana siguiente sentí varios
carros. Le pregunto al edecán quién se iba. Julio Cortázar. -Me dijo-. Siento
en mi cuerpo, una sensación extraña. Me hubiera gustado conocerlo. Siento
tristeza y alegría, por la coincidencia de la lectura de Rayuela y el actor
convertido en sombra de dudas. Recuerdo los textos y las contradicciones de la Maga y se me
produce una sonrisa de triste y alegre
ternura. Descubro cuánto puede uno llegar a querer a un autor a través de un
libro y lo amé más al saber que está en Nicaragua. Que estamos en Nicaragua,
hacemos un pequeño aporte, para una mejor vida de este pueblo y por tejido de
movimientos cuánticos, en lo insólito y los inesperados, del pueblo de
Colombia.
¿COMO SOLUCIONAMOS LA CORRUPCIÓN? EN LA MEDIDA EN QUE LA MAYORÍA
DE LA COMUNIDAD PARTICIPE, LOS LÍDERES O DIRIGENTES SE VERÁN OBLIGADOS A
CAMBIAR O SERÁN RECHAZADOS
HUGO CHÁVEZ
Quisalaya
erguida con su orgullo, esperó con paciencia, la preparación de las bombas que
la han de estremecer de su prolongado sueño.
Doscientos hombres toman la bomba
con la mano derecha y el cigarrillo con la izquierda. Se prende la mecha, se
bolea y es lanzada para producir la múltiple
explosión del desconcierto, de un ataque frontal e inesperado, ajeno a
la ya acostumbrada escaramuza y a la huida rápida.
Diez pasos y con el cuerpo a besar
la tierra, hasta las primeras trincheras, envueltas en un abanico de balas de
metrallas.
Al lado de Pacho Montenegro,
universitario de León, comparto las primeras impresiones obtenidas, al levantar
escasamente los ojos, en la búsqueda del próximo avance.
La conversación la desarrollan sin
interrupción, el silencio puede significar la señal de la muerte. Es la
conversación de la angustia, al desear el calor del cuerpo, de sentir su
aliento, como garantía de que una bala no lo ha penetrado.
Maldita guerra de mierda. Suena duro
el abanico de la metralla.
Tranquilo Colombia, la bala que lo va a matar no suena. Las
que pasan cerca lo único que hacen es pum. Esa es la bala que no mata. - Dijo
Pancho Montenegro-.
Trincheras en las que tiene que
hacer a un lado los cadáveres tibios. El fuego de las ametralladoras se hace
más intenso arrojado con desespero.
No vamos a poder avanzar. Falta poco
para llegar a la puerta de la fortaleza. Es un suicidio, nadie quiere morir.
Cuidado Colombia no levante la cabeza. Nos van a matar a todos. Debemos hacer
algo. No queremos más héroes muertos. Clave la cabeza. Hombre Colombia, de esta
no salimos.
Pacho Montenegro llamó en grito al
avance, se incorporó secundado a unos cincuenta metros por el Capitán Adán
Melgara, para saltar de las trincheras. Pacho Montenegro dio dos pasos rápidos
y se volteó para mostrarnos la perforación en la frente.
Adiós Pacho Montenegro. - Gritó
Alfonso-. Dieron un salto acompañados de gritos confusos. Atraviesan las
últimas trincheras y con las cutachas rasgando el aire, inician el corte de
cabezas.
Octavio Oviedo Reyes, llegó a la
puerta, levantó los brazos saludándolo y cayó sostenido por Alfonso, para decir
que ya estaba muerto; el nieto preferido del presidente de la Corte Suprema de
Justicia. Lo abrazó, lo arrodilló, lo acostó boca abajo para seguir adelante en
la carrera, tras las botas que presentan la pisada de negativa a su libertad.
HAY DIFERENTES TIPOS DE TERRORISMO:
EL HAMBRE, LA VIOLENCIA, LA MISERIA. DEBEMOS INVESTIGAR LAS CAUSAS Y LOS
AGENTES QUE LO PRODUCEN. ¿A QUIÉN BENEFICIA?
Recuerda a la Roma de los Césares admirado de
nuestra similitud con ella. ¡Es evidente! Más aún; vamos en el camino de la
superación porque formamos un imperio de mayor extensión y poder. - Dijo
Franklin Delano Roosevelt-.
Exacto señor. Somos de democracia
como lo fue Roma. - Dijo Stevenson-.
Los imperios han tenido delegados
que se encargan de gobernar sus provincias. Roma prefirió utilizar nativos
fieles a ella. Personajes honrados y con ascendiente entre el pueblo, pero
algunas veces utilizaban a sinvergüenzas. - Dijo el presidente-.
Muy inteligente medida señor- - Dijo
el Secretario-.
Pero también están sus alcahuetes;
los bufones de la corte.
Me imagino que está pasando en
Centro América y concretamente con Somoza.
¡Acertaste! Tachito es eso y algo
más; hipocresía, suciedad de conciencia, campeón de la crueldad, pero a causa
del canal y el dominio de mercados sobre el Caribe,
es necesario. Sandino a quien en el fondo admiro, no es comprable. Entre Sandino y Somoza existe un abismo, igual al que hay entre un hediondo cenagal y el brillo de un nevado.
En síntesis Tacho es a nuestro
juicio un hijo de puta.
Aunque suene fuerte, es lo que es.
Sí, un hijo mal nacido.
Allí está lo grave, Somoza es y
seguirá siendo nuestro hijo de puta. - Dijo el presidente-.
“EL MEJOR INDIO ES EL INDIO MUERTO.”
“EL MEJOR NEGRO ES EL ESCLAVO NEGRO.” “LA AMENAZA AMARILLA.” “LA AMENAZA ROJA”.
Samuel P. Huntington (Protestante de EEUU).
Niatelk
González Príncipe Misquito evocó al Tamagastad y Cipattonal en la creación del
firmamento, la tierra y las estrellas. Colocó su oído atento al llamado de
guerra de Sandino.
El grito reventó la garganta por un guerrero, para que Quiateot mande la
lluvia que borre la sangre de la herida y la huella, dejada por el hombre que
ha muerto. Nos comunicamos con los seres sutiles e invisibles, con los seres
que para los otros están muertos. El pasado y el futuro se cristalizan en el
continuo presente, en donde no existe el vació del tiempo. Somos partículas,
aire, agua, fuego, el material para alimentar las estrellas.
Podrá emprender su viaje y dejar el cuerpo sin temor a que
el camino de espejos dejado atrás, lo regrese al útero de donde fue parido.
Al morir un guerrero, va arriba a
donde y por donde caminan los rayos del sol. Dejan el cuerpo del corazón.
Resucitan los que han vivido mal sin ascender al sol. Dejan el cuerpo impreso
en las frazadas, con las que se los ha envuelto, para esconderlas en la tierra.
Al cabo de un rato, tornan en menor tamaño a la casa de sus padres, quienes lo
reconocen y lo crían tantas veces, cuantas necesite vivir, hasta que haga su
ascensión en cuerpo de corazón y vida de palabras. En el recuerdo como imagen
de presencia y habitar los lugares por donde caminan los rayos del sol.
Se
reparten en hojas volantes, desprendibles, afiches, murales hasta abrir la
trocha, en el camino de las arterias, para no caer en directo al coco de la
basura. Las letras permanecen en la mesa del comedor, hasta las horas de la
noche, en que los niños concilian el sueño en su cansancio con los sonidos del
titileo de las estrellas.
El Mahecha no habla más de política.
Divaga al calor de las fogatas, para invocar sobre las llamas, la danza de la
patasola como alimentadora de los dioses.
Nunca se supo por qué motivo fue
arrojada de las alas del mediterráneo, para montarse en brioso corcel de color
y remontarse a los territorios de los Misquitos, los Jíbaros, el Yarí y el
Magdalena, en donde divulgaron las técnicas de la fundición en frío del oro. La
utilización de protectorantes como el Mopa, en el Putumayo o el Pom, en México, para que ningún
espíritu ajeno penetre en las columnas que sostienen la maloca. Viejas vigías
de la noche de los amantes que gestan encuentros en presencias que se hacen
transhitóricas, como imágenes vivientes.
La vieja canción del llano y el
galope del vallenato, inundan el viento, en su trovar como noticieros, en el
derecho a la palabra. Brinca a la vista, el latente espíritu que lleva a las
soluciones del machete y el sablazo.
El descabezado portó la furia,
cargada de lo maléfico del águila, cayéndole como ciriríes, para atormentarlo y
que no se coma a sus críos.
Treinta y dos mil ciento cuarenta y
seis trabajadores levantaron el brazo para aprobar el pliego de peticiones,
negado de inmediato por la compañía y declarado ilegal por el gobierno.
El hidroavión rompió las nubes para
llevar las noticias de un lugar a otro. Los
estibadores cruzaron los brazos, para no embarcar la banana en los
Puertos de Barranquilla. El pequeño comercio dio sus cuotas para el
sostenimiento de la huelga.
Los del ejército, prometieron no
disparar sus fusiles aunque se los amenazara con consejo de guerra. Al general
Cortés Vargas, las mujeres lo obligaron a jurar sobre su propia bandera que no
daría a sus soldados, ninguna orden contra los obreros.
Y juró, con miedo. Con la
incredulidad de ojos sobre el infinito. Lo revolvió con el whisky; las cámaras
fotográficas y el dinero que tanto recuerda, días más tarde, en un barco
inservible, sobrante de la guerra mundial, comprado con parte de las joyas,
donadas por las matronas y que la prensa
de la capital exhibe como la última de las novedades de la marina mundial, para
defender las fronteras de la patria. El viejo lobo de metal, sonríe, exhibiendo
los nombres de Bogotá y Cartagena, con los que esconde las viejas
denominaciones de Rügen y Elgolan.
Vejestorios de mierda, duro con
ellos para que revienten. -Dijo Cortés Vargas-. Al apretar los gatillos de las
ametralladoras, en busca de los blancos que pastan en las calles de la
población ribereña, abandonada a causa del miedo de los hombres de la casa
Arana, al mando de la Tía Julia, que toma baños de resina, de manos de los
viejos Curacas que vanamente pretenden guardar los misterios de la tradición
milenaria del saber de lo selvático. Batallas duraderas. Cortas; de minutos, de
horas, de días, de noches, que ya ni se saben cuándo se van a presentar.
NO SE ADMITEN PERROS O MEXICANOS
(En la fachada de un restaurante, en Texas en los años 1930)
Combates que continúan en las pesadillas expresadas en un
grito desgarrador, para el sobresalto en el cabalgar de los sueños, en la
evocación de un Pacho Montenegro, al que como tantos otros no se lo volvió a
ver cruzar por los caminos y las trochas en la constatación de la vida.
Llegó la hora de Saraguasca, en sus
pedruscos que cuidan a León. En la viva compañía del vencedor de los alemanes
en la guerra del Catorce en Francia. Jefe único de las tropas de ocupación,
envuelto en su aire triunfal, con que recorre sin la más mínima prisa, los
diferentes destacamentos.
El general Arnold Bruis, cabalga una
briosa mula, de la que resalta su gran inteligencia. A sus espaldas el grueso
del ejército, se prepara en la clásica estrategia de guerra; el ordenamiento de
grandes cuerpos, con redes de avituallamiento, válidas para topografías con
buenas carreteras y no para las trochas de Nicaragua.
Fusileros. Deben de estar atentos a
las órdenes emitidas por los jefes. - Dijo el general Estrada-. Es la única
manera de no morir. Esta vez será diferente.
Soldados listos. Machetes al aire
mirando al sol. Dinamiteros arrojen las bombas. Caballería a la carga.
La explosión, el reflejo del sol en
los machetes, el polvoreo y estruendo de cocos vacíos, atados a las colas de
los caballos forma un huracán que revienta, en el teatro al filo del abismo.
Se avanza al galope en dirección a
la mula de Bruis, que quiso dar vuelta y huir. Bruis le palmoteó el cuello.
Quieta Mula Quieta. - Dijo Bruis-.
Antes de llevarse las manos a su rostro perforado. Cayó Bruis. Cayó el general.
Vienen muchos nos van a matar a todos. Paren hijos de putas.
Se arrojan los pertrechos y se corre
a León en busca de refugio, seguido, de disparos aislados.
Alfonso, Alfonso venga pronto. Llamó
el general Estrada. Saltó entre los cadáveres que abrazan la tierra. Vio a
Estrada descompuesto por la rabia.
Nos llaman salvajes y bandidos. Mire
esta foto. - Dijo Estrada-
En la foto aparece Bruis
con tres de sus tenientes que cargan en la mano, las cabezas de tres
guerrilleros sandinistas.
Una copia de una carta dirigida a su
esposa en New Orleáns, con mención a las fotos.
Horroroso. No existe otra expresión.
- Dijo Alfonso-.
Inhumano, sucio pero el plato en
pago se come frío, para que no dañe los dientes. - Dijo Estrada-.
¿Qué piensa hacer? -Dijo Alfonso-.
Tenemos
a Ravelito nuestro médico brujo, pero como ahora está curando heridos lo
ocuparemos más tarde. ¿Quién de ustedes
posee habilidad para cortar una cabeza?
Yo fui zapatero.
Yo cortero de caña.
Yo carnicero.
Yo barbero.
Magnífico Gónima, un barbero tiene
trazo delicado. Degüelle con arte a este macho.
Haré una obra de arte mi general.
¿Para qué quiere a Ravelito,
si se puede saber? -Dijo Alfonso-.
Es algo sencillo querido Colombia.
Se embalsama la cabeza, la empacamos en una caja de madera. Metemos allí las
fotos. Se envía desde Tegucigalpa que cuenta con servicio aéreo, por intermedio
de un compañero que trabajaba en relaciones internacionales. En menos de quince
días debe recibirla.
Como
son las ironías de la vida: en línea aérea y valija diplomática yanqui, se
entrega en una ciudad gringa en manos directas de su esposa la cabeza de un
general Yanqui. Para que complete la colección que inició su marido, sin saber
que sería víctima de su propio invento.
ESTADOS UNIDOS, SOLO ATIENDE A
SUS INTERESES NACIONALES, NO A LOS DE “UNA ILUSORIA COMUNIDAD INTERNACIONAL”
Condoleezza Rice (Consejera de EEUU)
Las
huellas: se deben seguir, clasificarlas, detallarlas, para conocer su verdadero
destino coronel. Podrá ganar mucho ante sus superiores, si logra capturarlos
con las armas de la inteligencia, sin gastar un solo cartucho de plomo. La
clave son las huellas, el tipo de suela, la medida de los zapatos, la calidad
de las pisadas, la regularidad, la irregularidad, el desgaste de los tacones.
Sus zapatos son sus zapatos coronel, los usa usted y nadie más. Estas cosas las
ha estudiado la técnica policial.
Chicago la cuna del gran Al Capone,
ha desarrollado un perfeccionamiento sobre el estudio del pie y del zapato,
como sólo ellos saben hacerlo. Y para usted coronel; un grado más en la
milicia. Sabe que soy un buen lector de novelas policíacas. Para desarrollar mi
labor, debo organizar una reunión con los zapateros. En una asamblea grande,
podré encontrar quién reconozca más de una huella. Para un zapatero sus zapatos
son únicamente sus zapatos. Coronel usted tiene la palabra, la inteligencia o
coge el monte detrás de ellos. Esta es una obra que ni Holmes la superaría.
Sí, claro. La situación es para
pensarla. El problema es contradecir la orden de la capital. Sabe que estamos
en guerra y por el momento está prohibido reunirse bajo cualquier pretexto. Si
usted me garantiza que logramos conocer los nombres de los guerrilleros. Haremos el trato.
¿Coronel puede usted dudar de la
calidad de trabajo de los zapateros de Masaya?
Es que nada Coronel, yo no dudo de su eficiencia como
oficial, por algo es Coronel y no un
hijo de puta oficial cualquiera.
Como que hijo de puta oficial cualquiera, yo fui soldado
maestro.
Era un decir comandante.
¿Fallar yo? Ni pensarlo, no está tratando con cualquier
persona. ¿Si los zapateros no logran reconocer las huellas de los zapatos?
Queda una alternativa; mandar las huellas a Chicago o New York. Nos elaborarían
dibujos aproximados de los hombres, a partir de ciertos datos anatómicos. Usted
debe de saber que el cuerpo humano guarda proporciones, médicas científicas,
irrefutables. Se manda el tamaño del pie y le dicen como son las cejas. Son
largos estudios de anatomía, años de Universidad y de especialización que no se
echan al saco roto. La clave son las proporciones corporales. Es la exactitud
de la ciencia.
Para qué le repito coronel, usted es un hombre instruido.
Sí, claro. Procedamos, son cuarenta
pares. Nos hemos demorado para seguir sus indicaciones al pie de la letra. La
tropa está extrañada de que no iniciemos la persecución de la guerrilla, sino
que nos dediquemos a recoger barro, como si fueran delicadas flores para el día
de la madre. Espero éxito completo en la operación, la he llamado Operación
Barro. Dispondrá de dos horas para la reunión de mañana, les explica el
objetivo como usted crea conveniente. Quiero los nombres de los guerrilleros.
Entiendo coronel. Pero para
seguridad preferiría mandar los datos a un buen laboratorio de policía.
Está dudando de su poder de
convicción con los zapateros. Cuidado con las trampas.
No coronel, pero es mejor la
seguridad.
Cumpla las órdenes.
Buenas tardes coronel, en el
amanecer tendrá las listas.
Buenas tardes, lo que hace es por la
patria.
Plan del primer ministro Sharon:
destrucción de posiciones y bases de las fuerzas palestinas con disparos de
tanques; asesinato de miles de activistas de la Autoridad Palestina, con
tiradores de élite: derribo de decenas casas en el campo de refugiados de Gaza;
devastación de los campos, tala de árboles, evidente bloqueo de la ciudades y
pueblos, para lograr que se haga la vida insoportable
El general Estrada, Jefe del Estado Mayor, rindió informe
sobre la comisión en Jinotega y Matagalpa; de los caídos, de las compras, las
donaciones, del maíz, el arroz, el plátano que sus hombres descargan en las
bodegas del campamento.
Debemos de cortar el camino de
abastecimiento, entre la Costa y el Centro del país. - Propuso Estrada.-
Queda por tomarnos León. La mayoría
de la población está de nuestra parte. - Dijo Umanzor.-
Cosa diferente es Granada. La
tradición conservadora parece enquistada en sus paredes. - Dijo Sandino-.
Alexander redacta el acta de la
reunión y se dispuso a cumplir los encargos como le corresponde, en el nuevo
cargo de secretario privado y encargado de relaciones exteriores. Escribe los
informes, los lleva a Sandino para su aprobación y continúa en su labor de
acumulación de datos, anécdotas, conversaciones que le irían a servir para
escribir una novela sobre la personalidad de Sandino. “Sandino” será el título.
Ha logrado romper la barrera inicial por medio de la superación de duras
pruebas a que ha sido expuesto en el
combate. Su lugar como nica, se lo tiene merecido.
Si vivías en los barrios para obreros, era difícil asistir a
la escuela para aprender a leer, a escribir y a conocer las cuatro operaciones.
Mucho de escapulario, de rezo, de fanatismo, en resumen. - Dice Estrada-.
Son tiempos duros, en que al
madrugar, se parte el único pan y el agua con panela. Con la fatiga en el
estómago, se sale a la escuela. No me explico cómo logramos aprender que cuatro
por cuatro resultaba dieciséis, si el pan que se sueña con poder multiplicar,
solo se divide.
Los minutos se tornan de color negro
a la muerte de mis padres, en una epidemia de tifo. Las casas se rodearon de
luto, del negro de la ida y el ánima mea, se pasea oronda. Toma sin
discriminación a la gente para montarlo en su carruaje. Deambula por las
calles, con la sed en la garganta, por miedo a tomar el agua que puede ser
veneno. No quiero continuar con la ocupación de albañilería de mi padre. Me
encontré con un amigo de apellido Saravia que ha oído hablar de un paraíso, en
donde se gana plata. Este lugar era Murra y sin pensarlo dos veces nos
largamos, nos enrolamos por el pago que no alcanzaba, alojándonos en viviendas
de hojalata y por las noches en las cantinas del caserío. Eran los primeros
años del grito de la revolución de Moncada y entre trago y trago, de posol y
whisky me hice amigo de Cesar Augusto Sandino, con sus historias de los obreros
de México, de la organización cooperativa, de la razón de ser liberal. Y de
verdad que de no haber conocido a Sandino, sería un liberal más por herencia.
No sabría diferenciar lo que es un liberal de Moncada y un buen buscador de la
libertad, que quiera hacer organizaciones de
corte horizontal.
Allí nos reunimos los siete de
Murra. Trabajadores en la dinamita, obreros comunes. Los otros como Sandino,
abastecedores en el trabajo del comercio.
Conocimos a Niatelk el Príncipe
Misquito, el único aristócrata del grupo. Véalo como se ríe.
¿Es un buen tabaco? Esta tierra es
ardiente, da buen tabaco. –Dijo Niatelk.-
“NOSOTROS NUNCA SEREMOS LLEVADOS
ANTE UN TRIBUNAL INTERNACIONAL PORQUE SOMOS JUDÍOS. LOS EUROPEOS Y LOS CRISTIANOS, TIENEN
SENTIMIENTOS DE CULPABILIDAD HACIA NOSOTROS. SOMOS LAS VÍCTIMAS IRREVOCABLES Y
EN TANTO QUE TALES, PODEMOS PERMITIRNOS TODO.”
SHARON. (Primer ministro israelí)
Genocidio israelí contra el pueblo palestino
Compañeros zapateros, nos hemos reunido hoy con la debida autorización del señor Coronel, quien ha recolectado estas huellas. Podrán fácilmente comprobar su estado, su situación y sabrán a qué medida y a qué pie corresponden. De seguro que también podrán identificar para quién fueron hechas. Pero lo que se hace evidente es la necesidad de la colaboración, pues con estas herraduras, con las que atraviesan los montes, no pueden llegar muy lejos. Los cogen muy rápido. Guerrillero sin zapatos no llega a viejo. Cada uno de ustedes puede llevar un par de huellas y estudiarla, para la elaboración de unas buenas botas. Hermanos este es un secreto de zapateros. Está en juego mi prestigio, el buen nombre del coronel. Debemos de salir al monte mañana por la noche. Que la obra sea de la mejor calidad.
¿Compañero lo que nos pide, es la
colaboración para el Coronel o para las guerrillas?
Es una orden, un secreto de estado.
Ustedes cumplan.
¿Y quién nos va a pagar?
Todo está previsto, no se preocupen;
a trabajar.
Coronel su requerimiento ha sido
cumplido. Los zapateros estudian las huellas.
Es usted un patriota maestro.
Deposito mi porvenir en sus manos.
Trabajan en los primeros análisis.
Recordarán los nombres de los propietarios que pueden ser colaboradores de la
guerrilla. La chusma cae porque cae el coronel.
Puede estar seguro, al final de la
operación informaré a los altos mandos.
Siento placer en trabajar estas botas del mejor cuero. No
debe de raspar ni los pies de una doncella. El jefe se pondrá contento cuando
se las cale. Empaco mis cosas; la tula, las balas, el fusil, los costales con zapatos
nuevos y la lista de nombres de los zopilotes.
La luna ilumina como una lámpara
grande y redonda. Roja como el fuego. Es una buena compañera para las noches de
trabajo. Se esconde detrás de los Ocotes. Juega con las nubes. Forma rostros y
alas de poesía para rodear las estrellas.
El coronel tendrá en su lista, a ese
viejo soplón del cuartel que entregó al
Pablo. Doce, trece pares de botas, es un buen número para el amanecer. A
esperar las otras como a medio día y el aperitivo de la tarde; por las noches las mulas del coronel se
van cargadas, para acuchillar la oscuridad.
¿Quién va?
El maestro zapatero del coronel.
¿Qué lleva?
Secreto de estado sargento.
Debemos de requisar.
No puedo permitir la requisa. Son
los moldes con las huellas de la guerrilla. Si la desacomoda se desbaratan y
los zapateros de Managua no podrán trabajar en ellos. El coronel se va a
disgustar. Podríamos tener mañana un fusilamiento.
Está bien, pase, la próxima vez trae
el salvoconducto.
Bueno, así sí.
Maldita vida, donde está el viejo.
Debo salir a matar guerrilleros carajo. Nadie responde.
¿Usted es el coronel?
Sí, soy el coronel o acaso no sabe
distinguir.
Esta carta la dejó el maestro. Que
le dijera que estaba recogiendo más datos.
Vamos bien, el viejo es efectivo
para trabajar.
Mierda, no puede ser, canallas
traidores, conque estas tenemos. Los fusilaré a todos, despacio, uno por uno.
“CON SHARON NO HAY NADA QUE HACER,
ES UN HOMBRE QUE SOLO ENTIENDE DE ASESINATOS, DE ATAQUES, DE GUERRA.”
Presidente de Egipto
Cinco
minutos. La bomba, ha sido colocada, entre Sandino, Estrada, Altamirano,
Salgado, López y Ortez.
Las nubes tiñen el firmamento y el sagrado sol sonríe. Caen
las hojas sobre el cuerpo fresco, luego del baño en el río bajo una gruesa
Ceiba que duerme sobre el suelo.
Un pequeño cucarrón negro entra con
lentitud en su cueva. El cuadro de aquél plácido paisaje es roto por la
bullaranga de cuatro bombarderos que inician la lluvia de proyectiles sobre el
campamento, en donde se ve a los guerrilleros parapetarse en las zanjas, para
contestar el fuego.
Ve el animalito. - Dijo Sandino.-
Va a entrar en la cueva. - Dijo
Alexander.-
Nada le importa. Sólo le interesa
llegar a su casa y estar con su familia aunque después quién sabe. Desde el
comienzo la luz y las tinieblas son idénticas. La oscuridad adopta la luz para
hacerse visible. En las tinieblas existe vida y son el comienzo. La luz es la
vida de los hombres. Las plantas que comemos son luz. Se es hijo del negro
espacio. Somos hijos de la vibración de partículas que se mueven como la
serpiente, en zigzag. Se es lo que se es; naturaleza, desde las tinieblas a la
luz.
Como quedaremos si nos descubren
desde los aviones y sin un alfiler para defendernos.
Desde arriba no pueden descubrirnos.
Están concentrados en el grueso del campamento. Vamos a ser carroña, pero nunca
será carroña nuestro espíritu ni el de él.
¿Su espíritu? Pudo haber sido antes un gran personaje; un
rey, un emperador. Ahora es un animalito que empieza su ascenso en la escala
vital. Usted y yo vivimos hace cientos de años, teníamos que encontrarnos aquí.
Los gritos de alborozo interrumpen
la charla, anuncian; “puchica madre, tumbamos a uno a purito rifle, vea como
cae”.
Corremos al campamento en donde
Sandino da la orden al General Estrada, para que traiga lo utilizable del
aparato en especial, la ametralladora.
Colombia. - Dijo Sandino-.
A sus órdenes general.
¿Qué informe tiene de los otros
frentes?
Se han reportado cumplidamente,
menos el general Colindres.
Mandaré a investigar lo que sucede,
¿qué sabe de la Doña?
La Comandante María Elena Montalván,
ha informado de nuevas victorias en las cercanías de León, tiene casi
controlada la región y pide algunos refuerzos, armas y gente.
Dígale a Umanzor que prepare el
material.
Umanzor prepara con placer los
pertrechos para la Doña; la General María
Elena Montalván, que llevó hasta su tumba el recuerdo vivo del General Miguel Angel Ortez,
el amor nunca olvidado, desde el momento en que sus hombres supieron como el
coronel Whitaker, gracias a la ayuda de un traidor, pudo cortarle la cabeza,
para exhibirla en el centro de la plaza y se fotografió con ella.
Los hombres en el repliegue
quisieron abandonar la guerra. Esconderse en lo más profundo de los abismos. La
Doña dio la orden de permanecer en las filas y al tomar la rienda de la
dirección lanzó la consigna de: “Que no
llegue ni de lejos el olor de los patones. Debemos arrojarlos hasta más allá de
la frontera. Con Sandino Patria y Libertad.”
EN UNA NEGOCIACIÓN DE PAZ, PARA
SATISFACER LOS INTERESES DE CADA PARTE, HAY QUE FORTALECER AL ADVERSARIO Y NO
DEBILITARLO
¿Qué
te pasa manito?
Es la guerra. Se tornan extrañas las
sensaciones. Al menos para nosotros que tenemos un sueño. Cómo será para los
que matan por un sueldo, por miedo, por obligación y por qué los mandan. Los
que matan porque nos creen inferiores. Justifican con mil razones la barbarie y
la muerte, sin querer saber que la guerra oculta un buen negocio y se define en
la mesa de las utilidades de una fábrica de armas que coloca a presidentes y
secretarios.
Es cruel saber que muy a pesar de
las iras que manifiestan contra nuestra guerrilla de machetes, lanzas y fusiles
que les quitamos en el combate, servimos para justificar la carrera de las
armas. En el mapa de defensa estamos impresos como infiltradores del comunismo
y ahora nosotros rechazamos las armas que nos ofrecen los del submarino. Ayer
se fueron extrañados de nuestra actitud. La situación mundial es tensa. El
negocio de la crisis económica se torna en la antesala de la guerra mundial y
nosotros parados sobre una bomba de posibles pensados. Se abre el canal de
Nicaragua y seremos los dueños del tráfico entre el Pacífico y el Atlántico.
Nunca nos dejarán tranquilos. Tienen ahora la justificación para su cháchara
con Farabundo. Acabarán con él. Se la aplicarán toda y luego seguirán con
Nicaragua. Tienen la disculpa montada para identificar a Sandino con Farabundo.
Nuestras propuestas son diferentes. Nuestra propuesta es cooperativa de base y
de democracia horizontal. Lo he expresado en los sueños en el río Coco, con sus
realidades en la organización de la retaguardia. La tierra, la producción no es
propiedad del estado. El estado mayor organiza, ayuda, planifica, dirige,
colabora, supervisa, educa. Los propietarios son los que están sembrando y
cosechando con el fusil en la mano y la semilla en el costal.
En el submarino traían armas, comida, enlatados, imprentas. Es buena
gente. Sandino lo sabe y me lo repite a cada rato, por eso mismo me envió.
Envió a Colombia y no a un Nica. Aunque en estos momentos entre un nica y yo no
existía ninguna diferencia.
La situación es dura. La tentación
de las armas es grande, pero el asunto
de los principios; los sueños de una Latinoamérica con propuestas desligadas de
las variables de socialización ortodoxa, prevista por Europa, por sus teóricos,
por los rusos; es la Latinoamérica por la cual luchamos ahora.
De lo que podemos estar seguros, es
que nunca se hará una alianza con los conservadores. De esto podemos estar
firmes con Sandino. En último caso se puede caminar a trechos con los
liberales, solo a trechos, pues ellos, a la larga se tornan conservadores.
Parece que los años y el arduo trabajo de reconstrucción los agota. El poder
los vuelve presuntuosos y se les olvidan los postulados por los que se hicieron
liberales. O al final parece que la identidad de defensa de la propiedad privada, los lleva a efectuar el mismo lenguaje, sus
teorías y prácticas de libre mercado son perversas, las empresas privadas no
velan por el bien común, lo usufructúan y no reinvierten.
La guerra es dura, es macabra, es
baja, más mezquina para ellos que vienen matan y se van. Llevan el recuerdo
dentro de un vacío.
El régimen imperial al extenderse,
no mide las condiciones en las que mandan a dominar a sus guerreros, o sus asesores, olvidan que los
tiempos cambian y termina por destruirse. No entiende por qué no les funcionan
los mecanismos que antes habían mostrado
su eficiencia.
Déjeme llorar general Salgado,
siento que necesito hacerlo para enjuagar las heridas y los horrores de la
guerra.
Llore Colombia, hágalo por mí. Ya se
me secaron las lágrimas de tanto enterrar hermanos y de conocer las estupideces
del gobierno Nica y yanqui, para justificar las masacres. La saña con que
mandan a morir a los jóvenes de los Estados Unidos que vienen pensando en cazar
chusmeros, depravados y maleantes y cuando logran abrir los ojos y se colocan
la mano en el corazón, nos da la razón. No los ves, ¿cómo disparan al aire en
ángulo de cuarenta y cinco? ¿Cómo dejan pasar nuestras cargas y cuando
atacamos, salen en desbandada? También lloran en los calabazos de nuestros
cuarteles.
Las lágrimas refrescan el derecho a
la dignidad humana.
AMÉRICA LATINA ESTÁ EN EL PICO
MÁXIMO DE LA CRISIS DE LA DEUDA. HA SIDO LA ZONA DONDE ES MÁS APURADO EL NUEVO
VASALLAJE
El
tiempo en Nicaragua pasa volando. El ritmo de trabajo es endemoniado. Un mes en
donde dormí cinco horas. Los viajes, el trabajo de acompañamiento de proyectos
en el Instituto, los talleres en Granada. Las giras con Alfonso, en los lugares
en donde hay veteranos de la guerra. Las visitas a casas, a grupos de nicas.
Estoy en el aeropuerto. Compré la misa campesina. Lamento no haber podido ir a
la galería a ver qué condimentos usan en su cocina. ¿Existen algunos que
desconozco? Es una de las búsquedas que no me pierdo en cada país que he ido.
Me parece de vital importancia; libros, música, condimentos. Falta poco para el
llamado al avión. Me dispongo a ir al baño. En el corredor me encuentro con una
sorpresa que me produce sensaciones que me han sido difíciles de explicar con
palabras, el cuerpo se me congela. El miedo me envuelve. El frío y luego el
sudor corre por mi cuerpo. Al principio creo que era el efecto de un espejo que
me refleja, pero con diferente ropa. Tardé un tiempo para entender que estaba frente
a mi doble. El me miró y nos quedamos quietos como piedras petrificadas. Di
media vuelta y fui a buscar al edecán. ¿Quién es el que sale por la
puerta? Mierda. Ahora entiendo. Es un
comandante Sandinista muy querido y admirado por su forma de ser. Ahora si
entiendo por qué en todas partes se nos cuadran y te saludan como comandante.
-Me dijo-.
Siento ganas de correr tras él.
Conocerlo, pero era en vano. Pienso que le tendré que preguntar a mi padre si
ha venido por Nicaragua en algunas de sus Correrías. Pues nunca lo ha
mencionado. En este mundo, cualquier suceso insólito puede ser. Claro existe la
teoría de que tenemos un doble en alguna parte del mundo.
Espero que mi doble siga pelando por
un mundo mejor. Los tiempos pasan y el
M19 llegó a Pasto. Fue una concentración multitudinaria. Estaré impresionado
por mucho tiempo. Lo que significa, entre muchas razones; una puerta que se
abre y la gente pasa y dice aquí estamos y se interroga; ¿Cómo es el camino?
Ahora la propuesta del presidente Chávez. La V Internacional Socialista. De
Correa en el Ecuador, de Evo en Bolivia. Tendrá un profundo significado a nivel
mundial.
Los gringos están muy preocupados.
Latinoamérica se les sale de las manos y están dispuestos a hacer cualquier
barbaridad para recuperarla. Si es cierto lo de la maquina osciladora para
producir terremotos en Haití, convertida en miseria e invasión, entramos a otra
fase del terror, con el proyecto Haarp ubicado en Alaska.
DEMEN EL MANEJO DE LA DEUDA DE UN
PAÍS Y TENGO SU CONTROL
Club Bildelberg
Ha
logrado introducirse dentro del parque del Palacio, Manuel Baldizón,
estudiante, filósofo, poeta, alma revolucionaria. Bajo la chaqueta, lleva el
artefacto. Tiene que estallar a las tres en punto y son las dos y cuarenta y
cinco de la madrugada. Se pega al muro que da al jardín. Arriba, música,
gritos, vivas.
Empieza a retirarse con ánimo de
ganar la calle. Cuando está cerca a la verja
a dos metros de la libertad, es descubierto por un Guardia. Solo tres
minutos. Trata de esconderse en unos rosales. Lo vieron y el escándalo.
Carreras gritos, disparos, cruzan el jardín y la noche.
Excelencia, abajo hay un espía y lo
estamos cazando.
Felipón dormita en un rincón,
hastiado de tanta algazara, brinca como resorte.
¡Yo lo cogeré!
Sesenta segundos apenas. Sesenta segundos.
Está cercado por completo. No hay
escapatoria. Morirá, como lo juró en la reunión. Pero lo hará, con algunos por delante. Apuntó con
fría serenidad, hacia el grupo que se le viene encima.
Cuatro cuerpos se doblan. Felipón
apunta. Disón
cae prendido a los rosales bajo una
lluvia de pétalos. Estalla la bomba.
Barre con soldados, muro y jardín.
Aparece Moncada jadeante.
Ya lo tumbamos General. Pero vea lo
que hizo.
¿Dónde está?
Se acerca al que agoniza y lo patea
con furia.
Quiso dispararle, pero se contuvo a
tiempo.
No conviene carajo. Al fin y al cabo
soy un General y Presidente. Guarda el arma.
Llegan los diplomáticos y las
mujeres de la fiesta.
¿Fue grave excelencia?
Véanlo ustedes mismos y comuníquenlo
a sus gobiernos.
Es la obra comunista. El
asesinato despiadado de 28 soldados de
la República. Miren.
Llega el comandante del Batallón Presidencial.
Llévenlo Y fusílenlo. Primero una
transfusión, para que aguante. Lo interrogan y luego, lo fusilan. No Mejor,
cuélguelo y a cincuenta más.
¡Su orden excelencia!
Pero que sean cincuenta. ¡Ni uno
menos carajo
SE DEBE ETERNIZAR LA ESPIRAL DEL
ENDEUDAMIENTO
Se
pasean por las cercanías de León, diseña con detalle, uno de los mejores sueños
de Sandino: la organización de la Cooperativa del Río Coco.
Van hasta el campamento de Santa
Teresita, a llevar los informes de la
tropa, donde permanecen por horas. Conversan al calor de las fogatas.
Se dialoga con insistencia del Indo
americanismo expuesto por Maldonado, de los escritos de Martí y de Bolívar.
General. Ya que se tiene la
información de la situación de León, creemos sería conveniente tomarla. - Dijo
Estrada-.
¿Ustedes deciden generales? -Dijo
Sandino-.
Es preciso tomar precauciones para
no perder hombres.
De todas maneras es necesario. No
podemos seguirnos desgastando. -Dijo Morales-.
Es justo y necesario. A mí se me han
acabado los cigarrillos y tengo que ir a León a comprar. Es bueno que me
acompañen. -Dijo Alfonso-.
Claro vamos a comprar cigarrillos.
-Dijo Estrada-.
“A comprar cigarrillos a León.” Fue
la consigna que recibió la tropa como un anuncio de victoria. Entre frases
jocosas, se preparan los caballos. Quinientos briosos animales, tomados en
combates, para un galope seguro y alegre a la orden de los generales.
A comprar cigarrillos a León. -Dijo
Estrada-. Con su cutacha al aire.
Penetran por diferentes entradas de
la ciudad. Avalancha de galope que se cruzan para frenar en los extremos. Se
caracoleó por las calles de balcones coloniales. Se izó la bandera de piratas
rojos, en vivas a la revolución triunfante, sin que nadie conteste un disparo,
de los miles remontados al aire para derrocar estrellas. La fortificación es
abandonada en disfraces, para festejar un final de la voz del silencio. Es el
derecho a la palabra que no quiere ser panfleto. La guerra ha terminado en una
revolución triunfante. En una revolución
alegre.
Altamirano, anuncia también el
control de Chichigalpa, Jinotega. Umanzor se reporta desde el interior.
EL CAPITAL EXTRANJERO, ES EN
ESENCIA, OPORTUNISTA Y PARASITARIO
La victoria llega con el anuncio de la retirada yanqui del
territorio de Nicaragua. Se recoge en los caminos un eco de alegría, varias
veces repetido en América, por los poros de sus rincones; la vivió con alivio
la madre de California, la de Masaya, la de Ocotal, la de Santa Marta; sus
hijos no iban a morir por defender las utilidades de la United Fruit Company,
ni debido a la obstinación del gobierno de los Estados Unidos, en prolongar la
barbarie oficial.
Sandino, entró a negociar la paz sin
desear el poder. Quería la construcción de una sociedad diferente, basada en
los cimientos de las instalaciones cooperativas del Río Coco. En organizaciones
de base, de toma de decisiones horizontales. Rompamos con las organizaciones de
pirámides.
Voló de un acuerdo a otro, de Santa
Teresita a Managua, de Niquinohomo o Granada. En abrazos para la pose
fotográfica, al igual que en otro lugar de América, Raúl Grau San Martín, en
Cuba, era abrazado por Fulgencio Bautista, para meses después impulsar su
derrocamiento.
Alfonso, ha planeado su retorno.
Quiere regresar a Colombia para servir al partido liberal, en la denuncia de la
masacre de las bananeras al lado de Gaitán y Echandía, en la permanente evocación de la orden dada desde Bogotá, ante
la presión de los Estados Unidos, para masacrar a los huelguistas, sin conocer
que los mismos soldados del gobierno, respondieron con “vivas a la revolución
social”.
Bastaba una señal y la toma de los
edificios del gobierno era un hecho. La señal no llegó. Desde Bogotá no se
creyó en la dimensión de la información. Pasaron los días y las noches y no
hubo quien les escribiera.
EN 1975. SE ORDENÓ LA REDUCCIÓN O
SUSPENSIÓN DE LA AYUDA HUMANITARIA Y ALIMENTARIA QUE SE DABA A PAÍSES QUE
COMETIERON EL DELITO DE VOTAR EN CONTRA DE LOS ESTADOS UNIDOS, EN VARIAS
INSTANCIAS DE LA ONU
Sandino,
es una semilla que recorre Latinoamérica. Son muchos los combatientes caídos
por la libertad. Cientos de esclavos, miles. Millones de hombres que han creído
que un mundo diferente es posible. Ahora la semilla se recoge por un momento
con calidad, con errores y aciertos, como cualquier valiosa construcción hecha
por los hombres. Por un lado Cuba, que renace cuando México envejecía los
galopes de su revolución. Allende con su confianza y su revolución de clase
media. Hugo Chávez, Correa y Evo Morales, reviven como herederos, para rejuvenecer la
conservadora revolución cubana. Argentina, intenta construir la democracia. En
Colombia, se trata de sacudir la dictadura torpe de los últimos ocho años del
Presidente Uribe, que deja bien incrustadas, cinco bases gringas, con sus
respectivas fosas de muertos. Dicen que tiene pánico de que lo juzgue la Corte
Penal Internacional, por crímenes de lesa humanidad.
Alfonso, es extraño que sea
precisamente en la tierra de Bolívar y
la tierra en donde murió el Che que como espíritus de la memoria, renace con
nuevos rostros. Los rostros de la revolución bolivariana, y en el espíritu
revolucionario de los indígenas.
Te has dado cuenta. ¿Qué a Simón
Bolívar lo han desparecido de todas las monedas y billetes de Colombia?
¿Carajo, tanto miedo a un muerto? Me
sigues hablando y yo ya estoy muerto. No me obligues a contestarte. -Me dijo
Alfonso-.
No importa el reportaje sigue.
Todavía me falta transcribir grabaciones. Fueron muchos los días que
conversamos. Creo que un día mientras hablabas me quedé dormido de cansancio.
SE ENVÍAN, DESDE ESTADOS UNIDOS,
ARTÍCULOS AGRÍCOLAS SUBSIDIADOS, CON PRECIOS POR DEBAJO DE LOS LOCALES, CON EL
OBJETIVO DE DESTRUIR LA PRODUCCIÓN LOCAL
Alfonso
luego de entregar el Supremo Sueño de Bolívar, en las manos de Darío Echandía,
recorre con su amiga Lucía, las calles del barrio de San Antonio de Cali.
Tiempos de verano, de viento y de calor, en donde la inmensa Ceiba les brindaba
su sombra. Sonríen al ver volar las semillas del frondoso árbol envueltas en
delicados capullos de Algodón.
Es una vida que baja en cuna de
algodón desde la madre. -Dijo Alfonso-. Cómo va tu libro. -Dijo Lucía-.
“Sandino”, va muy bien. Estoy en
conversaciones con una editorial argentina para su publicación.
Es un compromiso peligroso Alfonso.
Cesar Augusto lo merece todo. Es una
personalidad grandiosa. Tiene el poder en Nicaragua y no quiso ejercerlo.
Asumió la responsabilidad de ser el vigilante de que la libertad sea una
realidad. Pero existe
una situación que me preocupa; ha desarmado a sus hombres** y ahora la
noticia de la muerte de Blanquita, las Sacasa, por las que siente afecto, le
caerán como aves de rapiña. Se ha quedado con cincuenta o sesenta hombres
armados, no me explico por qué tanta confianza.
Está cansado de luchar, quiere la
paz y así nadie podrá culparlo de iniciar la guerra.
Tal
vez, Sacasa es un buen hombre. ¿Pero quién lo rodea? ¿Aguantará la presión de
los gringos?
Viajó a Túquerres a donde su amigo
Vicente Muriel, quien le brindó honores de viejo combatiente y para presentarle
a su novia Marta Lince.
Marta, te presento a un oficial del
ejército Sandinista que luchó contra los marinos norteamericanos. - Dijo
Vicente-.
Qué extraño yo creía que usted era
un oficial norteamericano que estaba en comisión. -Dijo Marta-.
Y por qué dice eso señorita.
Cuando estaba en Norteamérica, se
publicó un reportaje de un señor Billee, en donde se decía que Sandino no había
hecho nada de importancia, puesto que su hombre de confianza era un ex teniente
norteamericano, traidor a su patria, de nombre Alfonso o Alberto Alexander.
Está publicada su foto. - Dijo Marta-.
¿Cómo es eso? Claro, ahora entiendo;
yo tenía documentos y escritos encargados en casa de una familia en Sarahuasca,
la cual fue asaltada y masacrada por los marinos gringos. Se apoderaron de
estos papeles y los utilizaron ante la prensa. Cesar Augusto a lo mejor lo
sabía, varias veces me recalcó; ¡Que no te vaya a pasar lo de Saraguasca, nada pero nada
escrito! La sonrisa que acompañó sus palabras, tienen la malicia de un rostro
bondadoso que conoce los errores de sus subalternos y trata de prevenirlos para
que no vuelvan a suceder.
A la orilla del lago escuchó los saludos de los hombres y
mujeres desde sus islotes, al recibir la noticia de la victoria de Sandino y de
la elección de Sacasa como Presidente.
Las canoas se tiñen de flores en la
preparación de la fiesta. Miguel se divierte al ver los preparativos, muy a
pesar de que se ve ajeno por la presencia del tigre pintado.
Los triquitraques, los castillos y
la danzadora se pasean por las aguas, sin dar mayor importancia a las aletas de
los tiburones que en forma inexplicable se aproximan a las orillas.
Presencia que a Miguel, le causó
escozor como señal de indicios, presagios y anuncios, al igual que al ver
llegar la goleta al mando del abuelo.
La goleta no sigue su paso según lo
previsto. Se detiene sobre las nubes que cubren al lago. Miguel no se mueve de
la orilla por espacios de días, alimentado con la pesca y abrigado con el fuego
de los leños, como un habitante más de los lagos de aguas verdes, de orillas,
de pantano, de canoas que lo recorren, de familias que lo visten, en un
creciente regocijo, por el final de la guerra.
Las armas ya no calientan más el
acero. Dijo el abuelo-.
Es solo por un momento, ojalá no lo fuera. En el espacio de
los que no han muerto y esperan canalizar sus propuestas de libertad; me
aconsejan esperar al arribo del jefe. -Continuó el abuelo-. Pueden ser años. Lo
importante es que cuando él nos necesite estemos juntos para alentarlo. Somos
parte de los Vigilantes de los siete mundos del universo viviente. Somos
ancianos de los días que vagamos en círculos sin límites. Somos el ojo de la
memoria. Los escribientes de la sombras, los constructores que vivimos en el
caos, en donde las tinieblas generan luz en su eterna vibración. Con el tiempo
y en la medida en que nuestra imagen adquiera carnalidad, en la potencialidad
viviente de los pueblos, nos diluiremos en las tinieblas para un largo reposo y
desde allí, evocar la trasformación del espiral y producir reflejos cóncavos y
convexos de nueva luz, en la vida de otros seres vivientes.
Allí está tu nieto.
Nos saludamos cada que despeja la niebla.
La abuela llega jadeando. Los
encontró más por el olor de la leche de tigre que por la capacidad de su
mirada.
Miguelito que haces, me tienes
preocupada.
Abuela es que acompaño al abuelo.
Creí que estabas en fiesta. Al
abuelo no le han hecho retrato para pasearlo en lancha.
Abuela, los tiburones están
revoloteando en la orilla.
Más muertes Miguelito. Vámonos para
la casa que la guerra va a continuar, cuando salga la Totora.
No podemos dejar solo al abuelo.
El abuelo volverá algún día.
Ya está aquí. Mírelo sobre las
nubes.
Dónde que no veo.
Allí con dirección a la estrella de
la tarde.
Sí,
es él, siento su olor a rancio.
Abuela no se meta al lago que se
muere.
Voy a ver qué es lo que quiere el
viejo. Si me llama es porque me necesita y cuando huele tan fuerte no puedo
fallarle.
Camina sobre las aguas del lago,
hasta encaramarse en los peldaños de la niebla.
¿ESTA SITUACIÓN, NO ES TERRORISMO DE
ESTADO?
GRACIAS AL BLOQUEO IMPUESTO AL
PUEBLO IRAQUÍ, MURIERON MÁS DE 1.7 MILLONES DE NIÑOS Y ANCIANOS, A CONSECUENCIA
DIRECTA DE LA CARENCIA DE ALIMENTOS Y MEDICAMENTOS
El
día que me anunciaron la muerte de Alfonso, quien había vivido sus últimos años
en relativa tranquilidad, gracias a la pensión de capitán que le había
reconocido, La Junta de Gobierno Sandinista; recordé las últimas
conversaciones, en donde resaltamos la muerte de los revolucionarios que han
pactado la paz o que han querido desarrollar su política de manera pacífica:
Zapata, Sandino, Carlos Pizarro, Guadalupe Salcedo, Allende. Hugo Chávez. Los múltiples intentos
de asesinato que han rodeado la vida de Fidel Castro. Las multinacionales y las
burguesías, no aceptan que existan otras alternativas de vida que no giren en
torno al negocio, la mercancía y la ganancia.
En Colombia son múltiples los hombres que en el camino de la
paz han muerto. Creo que no tendríamos espacio para nombrarlos; como Gaitán,
Antequera, Bernardo Jaramillo, Jaime Bateman. Un día reflexioné sobre algo que
me dijo un estudiante de derecho, de izquierda. Que "la burguesía colombiana es
la más inteligente de Latinoamérica". Yo di un salto del asombro y le dije: es
la más inteligente para asesinar selectivamente y sistemáticamente a sus
oponentes. Y si se es inteligente matando gente indefensa, no quiero saber nada
de esa inteligencia. Que tal la fosa común descubierta en las cercanías de la
Macarena a principios del año 2010. Dos mil muertos en una fosa, masacrados por
el ejército oficial y los paramilitares, y ningún noticiero los reporta. Cuando
el gobierno de Inglaterra y Australia cuyos delegados estuvieron, por una razón
o la otra, piden explicaciones de los buldócer con que quieren desaparecer todo
tipo de posibilidades de investigación. El presidente de este país, denominado
por Gustavo Álvarez Gardeazábal como Comandante Paraíso, hace lo imposible
porque no se produzca la noticia.
La revolución Sandinista en los años 30, se prolonga en la
revolución de los años 70, no es otra la situación. Han pasado múltiples
circunstancias, el siglo ha terminado, se ha anunciado el fin del mundo, al
interior de una estrategia de exterminio masivo y seguimos galopando sobre la
nave tierra. Son muchas las frustraciones y logros que se han obtenido.
Retrocesos y nuevos comienzos. El mundo avanza, se mejora en unas partes, se
empeora en otras, en las que caen en manos del imperio. Es como un ave de mal
agüero que está atento a extender sus tentáculos, para sembrar la pobreza, la
miseria y de paso la destrucción de la vida en el plantea. Alfonso se murió de
depresión, lo alimentó la nostalgia. Recuerdo como en la carretera de Granada
se quedó pensativo, en el recuerdo de los sitios en que estuvo. Granada. - Me
dijo-. Señorial y conservadora.
Luego de la Fundación del Banco de la Reserva Federal de los
Estados Unidos y de que ellos pueden imprimir el papel moneda sin ningún
respaldo, se han vuelto más voraces. Se invade, se patrocinan supuestas oposiciones, en un país al que se
quiere someter a sus intereses. Se nombra un presidente de su manejo, se le
hacen préstamos impagables y desde la embajada con los Técnicos del Banco
Mundial, se decide cómo sembrar la miseria del país a nombre de la ayuda a la
pobreza. Con la deuda, se contratan las empresas gringas y la maquinaria
gringa. Se hace la obra y como no se puede pagar la deuda, se le vende a los
gringos; antes la han quebrado, para venderla a precios irrisorios; con la
máscara de una empresa española de simple fachada. Se monta la guerra, el
conflicto, la insurrección, el golpe de estado. Se desprecia a los contrarios,
se los humilla, tortura y se protege, al que defiende sus intereses; así sea
asesino, torturador, corrupto. Todo se perdona a cambio de su obediencia. Es como la línea de Sharon,
impuesta por los Estrados Unidos en beneficio de los Estados Unidos. Se dice
que son el Frankenstein del mundo y no es para menos. La lista es
interminable. Asesinatos, invasiones, golpes de estado; en Chile, Granada,
Cuba, Panamá, Venezuela, Puerto Rico, Haití. México. Uf, parece que no queda
uno sin intervenir, sin que su población sea asesinada. Ahora también asesinan
a los mismos norteamericanos. Bush, montó una legislación fascista, luego de
que ellos mismos tumbaron las torres gemelas, como disculpa a dos bandas; para
no pagar el oro que reclaman los chinos, la Familia del Dragón Blanco, que fue
entregado en los años mil novecientos treinta, cuando la invasión del Japón y
para apoderarse del petróleo de Irak que según la poca información, les ha
salido por la culata. Recuerdo que Alfonso me decía que las ganancias de la
guerra, de la economía ilícita, como el narcotráfico, en últimas, van a parar a
manos del sistema financiero. Ellos lo saben y financian estos movimientos. El
grupo de poder construyó su inicial fortuna, al financiar los dos bandos de la
guerra de Waterloo. Terminaron apoderados en un mes, de la economía de
Inglaterra y Francia. Carambola a cinco bandas.
Es un clásico manejo de gánster. No es otro el estilo. Se
prefiere al personaje mentiroso, corrupto, asesino que hable de moralismo y de
dios, como Bush, Pinochet, Fujimori, Uribe, Capriles, Somoza. Y cuando ya no es
útil, lo destruyen. Que garantice bajos salarios, miseria, analfabetismo. Mejor
dicho; con estos amigos, para qué enemigos. O cuando empieza a hablar de más,
se lo aniquila. Le ha sucedido a muchos grupos de música y cantantes famosos,
los cogen con droga. Les ofrecen trabajo con la CIA o la cárcel. La mayoría se
acogen a cantar música religiosa, guardan su odio y hacen lo que les mandan. Es
como la unión de una jauría de fieras. Se los puede observar en la amargura que
los lleva a una baja de calidad. A otros se los puede palpar en las torturas,
como si buscaran destruir su otro yo, lo que ellos pudieron haber sido y lo que
no fueron; personas con dignidad, valores. Es alto el grado de su sevicia, de
perversión, de autoflagelación santificada, para expulsar la culpa y el pecado
de la traición a su pueblo, al que odian, pero desean su admiración. Con su
actitud de esclavos se han salvado a costa de su auto humillación. Creyeron ser
poderosos, aliados de los EU y son simples lacayos que reciben órdenes en
calidad de sirvientes. ¿Complicada la situación? Recuerde el cinismo de Sharon.
Al referirse al por qué los europeos, no los llevan a una corte internacional,
a pesar de sus continuos crímenes de guerra que parece realizar con
placer. ¿Acude a la culpa de los otros?
Como se dice; entre bomberos no nos pisamos las mangueras. Sharon sabe, quiénes
financiaron a Hitler. Quiénes financiaron los experimentos de las cámaras de
gas, los experimentos genéticos. La ultra derecha, habla con dios. Dios tiene
la obligación de consultarlos. El vaticano, de todas maneras, los bendice.
Sandino ha sido traicionado y asesinado, el 21 de febrero de
1934. Los nuevos Sandinistas, han sido derrotados en las elecciones, por el
dinero repartido desde la embajada de los Estados Unidos, a un precio ridículo
de cinco dólares por voto. Se compró la pobreza y la ignorancia, sembrada por
espacio de cuarenta años. Alfonso decidió morirse, al saber la derrota del
gobierno sandinista, pues no quiere aguantar más hambre, como lo ha tenido que
soportar los últimos quince años, en su muy noble ciudad de San Juan De Pasto,
en donde para matar el sentido de su historia, lo llamaban el loco Alexander y
nadie le cree que es el Capitán Colombia.
Y de seguro, se le acaba la renta de capitán que le han dado
para comer, los
últimos días de su
avanzada edad, en donde solo vive del recuerdo.
Sabe que parte de los sueños de
Sandino, sobre los automóviles, las maquinas, son la trampa de los modernistas.
Hay que cambiar las normas del juego de los negocios internacionales. Cuando
Martí plantea “el salto de la aldea al universo”, lo hizo al igual que Sandino,
al pensar una vida mejor para todo el mundo. Pero. ¿Quién produce los
automóviles? ¿Quién hace las máquinas y las armas? ¿Hasta cuándo se tendrá que dar cada año, más
café, más papas que el año anterior, por un carro o una máquina? Así nos lleva
el que nos trajo con la modernidad y la modernización. La tecnología de punta,
es nuestra propia miseria. Debemos producir artículos de uso y no artículos
desechables, comida chatarra. Elementos de puro consumo. Inservibles.
Anoche vi pasar por una esquina de
Managua, a Alfonso y Sandino. Conversan sobre la nueva situación en
Latinoamérica y el mundo. Saben que se ha vuelto más complicado con el uso de
nuevas tecnologías, pero de todas maneras un mundo mejor está en camino. Saben
que ninguno de los dos está muerto. -Fue
lo que les dijo el Abuelo.-
Notas:
* Hoy en día, el cardenal Miguel obando y Bravo mantiene muy buenas relaciones con el Gobierno Sandinista.
**Debe señalarse que pese a declaraciones
positivas que, en alguno que otro momento, Sandino expresa en torno a Juan
Bautista Sacasa, no confía en éste para nada. En enero de 1932, en un
Manifiesto sostiene: “esperar la dignidad patria de Chamorro y Díaz, o Espinoza
y Sacasa es, compatriotas, la peor majadería…”[29] / Justo el 1º de febrero de 1933, contemplando la posibilidad que Sacasa tiene de
actuar con cordura y pueda, sobre esa base, frenar la guerra interventora, el
héroe, en acuerdo con los jefes que le acompañan en el Cuartel General
Provisional de su Ejército, decide ir a conferenciar con él la firma de la paz.
Y sentencia que de no aceptarse “las patrióticas bases que nuestro Ejército
propone, y antes bien optan por querer impedir mi regreso, todo nuestro
Ejército continuará la lucha, cayendo las responsabilidades sobre el propio Dr.
Sacasa.” [30] / Más tarde, en junio del mismo año, siendo consciente del papel criminal de la
GN, Sandino observa con agudeza que antes de convertirse en una “ficha jugable”
en correspondencia con las conveniencias del Departamento de Estado de EEUU,
Sacasa “tiene la obligación de armar a la población civil de la República, y
ordenar a cualquier renegado la entrega de armas.”[31] / Y el 7 de agosto de
1933, desde Wiwilí, le escribe a Sacasa, en relación con el incendio de los
arsenales de guerra de su Gobierno en Managua y León, una carta en la que, en
parte, se lee:/ “Al recibir la referida noticia, hemos empuñado nuevamente las
armas y hemos girado órdenes simultaneas a todas nuestra gente, que ya está
lista para marchar donde el deber nos lo impone.” Señala, por otra parte, que
tiene “un poco más de seiscientos hombres escalonados en esta montaña.”[32]
Manuel Moncada Fonseca. “Sandino Visión Política y Espiritualidad”. http://www.redaccionpopular.com/articulo/sandino-vision-politica-y-espiritualidad-con-poema-de-regalo-al-final
-000-
Registro 10-389-278 Radicacion: 1-2013-37649