Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

viernes, 29 de noviembre de 2013

Saboteando las negociaciones de paz entre Estados Unidos e Irán

Saboteando las negociaciones de paz entre Estados Unidos e Irán
por James Petras

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu intervino desde Tel Aviv condenando toda posibilidad de que se llegara a un acuerdo entre el grupo 5+1 e Irán. Empeñado en sabotear las negociaciones de Ginebra sobre el proyecto nuclear iraní, el gobierno de Israel movilizó a sus poderosos representantes en Estados Unidos, quienes movilizaron a su vez a los congresistas y periodistas que tienen en su nómina. El profesor Jaime Petras describe los medios que Israel ha venido utilizando para imponer sus propios objetivos al Congreso y al poder ejecutivo de Estados Unidos desde hace medio siglo.

RED VOLTAIRE | NUEVA YORK (EEUU) | 29 DE NOVIEMBRE DE 2013


"Los grupos que desarrollan políticas a favor de Israel, como el AIPAC, trabajan con financiamiento ilimitado para desviar la política de Estados Unidos en la región (del Medior Oriente)".

Jack Straw, Diputado laborista y ex ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido.

"Estados Unidos debería lanzar una bomba atómica en Irán para incitar ese país a poner fin a su programa nuclear".

Sheldon Adelson, principal donante del Partido Republicano y gran recaudador de fondos para los Comités de Acción Política pro Israel, discurso pronunciado en la Universidad Yeshiva, de Nueva York, 22 de octubre de 2013.

La diferencia entre la guerra y la paz con Irán reside en las políticas que adopten la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos. Las propuestas de paz del recientemente electo presidente de Irán Hassan Rohani fueron acogidas favorablemente en todo el mundo, excepto en Israel y entre sus acólitos sionistas en Estados Unidos y Europa.

La primera sesión de la negociación se desarrolló sin recriminaciones y dio lugar a una evaluación optimista por ambas partes. Precisamente ante esa respuesta inicial favorable, el gobierno israelí intensificó su guerra de propaganda contra Irán. Sus agentes en el Congreso estadounidense, en los medios de comunicación y en el seno del ejecutivo están ahora movilizados en función de socavar el proceso de paz. Lo que está en juego es la capacidad de Israel para emprender guerras a través de las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN contra cualquier gobierno que desafíe la supremacía militar de Israel en el Medio Oriente o que se oponga a la anexión violenta de los territorios palestinos y sus posibilidades de atacar impunemente a cualquier adversario.

Para entender lo que está en juego en las negociaciones de paz tenemos que tratar [de] imaginar las consecuencias que tendría su fracaso: bajo la presión de Israel, Estados Unidos se declara listo a activar sus fuerzas armadas –concretamente, se trataría de golpes con misiles y de una campaña de bombardeos contra 76 millones de iraníes con vistas a destruir su gobierno y su economía. Teherán podría responder a la agresión con ataques contra las bases militares de Estados Unidos en la región y las instalaciones petrolíferas del Golfo, lo cual desencadenaría una crisis mundial. Eso es lo que quiere Israel.

Comenzaremos analizando el contexto de supremacía militar de Israel en el Medio Oriente. Examinaremos después el increíble poder de influencia de Israel sobre el proceso político estadounidense y cómo logra hoy moldear el proceso de negociación, deteniéndonos para ello especialmente en su poder sobre el Congreso de Estados Unidos.

El contexto de la supremacía militar de Israel en el Medio Oriente

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Israel ha bombardeado, invadido y ocupado más Estados del Medio Oriente y África que cualquier otra potencia colonial anterior, con excepción de Estados Unidos. En su lista de víctimas están Palestina, Siria, Líbano, Egipto, Irak, Jordania, Sudán y Yemen. Si incluimos los países en los que Israel ha cometido ataques y asesinatos terroristas casi clandestinos, la lista se amplía considerablemente hasta llegar a una docena de países de Europa y Asia, incluyendo los propios Estados Unidos.

La proyección de la fuerza militar de Israel y su capacidad para librar a su antojo guerras ofensivas se corresponde con una impunidad casi total. A pesar de sus reiteradas violaciones del derecho internacional, incluidos sus crímenes de guerra, Israel nunca ha sido condenado por ningún tribunal internacional ni ha sido sometido a sanciones económicas porque Washington utiliza [a favor de Tel Aviv] su derecho al veto en el Consejo de Seguridad de la ONU así como la presión de sus aliados de la OTAN y la Unión Europea.

La supremacía militar de Israel no está vinculada a su propio desarrollo técnico e industrial como con las transferencias y el simple robo de la tecnología del armamento nuclear, químico y biológico de Estados Unidos [1]. En Estados Unidos y Francia los sionistas han desempeñado un papel estratégico en el robo y la transferencia ilegal a Israel de tecnología nuclear y componentes de armas, según una investigación realizada por el ex director de la CIA Richard Helms.

Israel mantiene enormes cantidades de armas nucleares, químicas y biológicas cuyo acceso niega a los inspectores internacionales y no se ha visto obligado a cumplir el Tratado de No Proliferación Nuclear porque Estados Unidos se encarga de intervenir a su favor en el plano diplomático. Bajo la presión de la «Configuración de poder sionista» (CPS), el gobierno de Estados Unidos ha bloqueado toda acción que pudiese limitar la producción de armas de destrucción masiva por parte de Israel. En realidad, Estados Unidos incluso sigue proporcionando a Israel –en violación del derecho internacional– armas estratégicas de destrucción masiva para que Tel Aviv las utilice contra los países vecinos.

La ayuda militar estadounidense y la transferencia de tecnología a Israel superó durante el último medio siglo los 100 000 millones. La intervención diplomática y militar de Estados Unidos en la guerra de 1973 resultó crucial para salvar a Israel de la derrota. La negativa del presidente de Estados Unidos Lyndon Johnson a defender el USS Liberty en 1967, cuando ese navío de inteligencia –que no portaba armas– fue bombardeado y regado con napalm por buques de guerra y aviones de combate israelíes en aguas internacionales, fue para Israel una tremenda victoria gracias a los consejeros sionistas de Johnson. La impunidad de que goza Israel, incluso cuando mata soldados estadounidenses, ha dejado a Tel Aviv en entera libertad para emprender guerras de agresión y sojuzgar a sus vecinos, cometer actos de terrorismo y asesinar a sus adversarios por todo el mundo sin temor a represalias.

La indiscutible superioridad militar de Israel ha llegado a convertir a varios de sus vecinos en colaboradores y prácticamente clientes: Egipto y Jordania han sido de hecho sus aliados, junto con las monarquías del Golfo, al ayudar Israel a reprimir los movimientos nacionalistas y propalestinos de la región.

El factor más decisivo en el florecimiento y la consolidación del poder de Israel en el Medio Oriente no han sido sus proezas militares sino el alcance y la influencia política que ejerce a través de sus agentes en Estados Unidos. Las guerras de Washington contra Irak y Libia y su actual respaldo a los mercenarios en Siria han destruido los tres principales oponentes nacionalistas laicos que se obstaculizaban las ambiciones hegemónicas Israel.

A medida que Israel acumula más poderío en la región, extendiendo su colonización de los territorios palestinos, su mirada se vuelve hacia el este para destruir el último obstáculo que se opone a sus políticas coloniales: Irán.

Desde hace al menos dos décadas, Israel ha solicitado a sus agentes en el extranjero la destrucción del gobierno iraní mediante la desestabilización de su sociedad, el asesinato de sus científicos, bombardeando sus instalaciones militares y laboratorios y estrangulando su economía.

Cuando la CPS logró –en 2003– empujar Estados Unidos a la guerra contra Irak –donde se arrasó literalmente la sociedad secular compleja de ese país y matando más de un millón de iraquíes–, el nuevo objetivo pasó a ser la destrucción del Líbano (el Hezbollah) y del gobierno laico de Siria para aislar Irán y preparar el ataque. Miles de civiles libaneses fueron asesinados en 2006, pero el ataque de Israel al Líbano falló, a pesar del apoyo del gobierno de Estados Unidos y de la intensísima campaña de propaganda. Histérico por el fracaso y para «compensar» su derrota ante el Hezbollah y «levantar la moral», Israel invadió y destruyó en 2008-2009 gran parte de Gaza, la mayor prisión a cielo abierto del mundo.

Al no disponer de la capacidad militar necesaria para atacar Irán por su cuenta, Israel orientó a sus agentes hacia la manipulación del gobierno de Estados Unidos con vistas a iniciar una guerra contra Teherán. Los líderes militaristas de Tel Aviv movilizaron sus recursos políticos a través de todo el territorio de Estados Unidos para que trabajen a favor de la destrucción de Irán, el último adversario realmente temible para la supremacía israelí en el Medio Oriente.

La estrategia de Israel y el CPS está diseñada para abrir el camino a una confrontación de Estados Unidos mediante el uso de sus agentes en el ejecutivo [estadounidense] y recurriendo también al soborno y al control que ejercen sobre el Congreso de Estados Unidos. El control del CRPS sobre los medios masivos de difusión de comunicación favorece su campaña de propaganda. El New York Times y el Washington Post publican a diario artículos y editoriales que promueven la agenda de guerra de Israel. El CPS utiliza el Departamento de Estado para forzar otros países de la OTAN a que también se enfrenten con Irán.

La guerra a través de intermediarios de Israel contra Irán: presión política estadounidense, sanciones económicas y amenazas militares

Si Israel tuviese que contar únicamente con sus propios medios, la «guerra» israelí contra Irán no iría mucho más allá del sabotaje cibernético, de los asesinatos periódicos de científicos iraníes a través de los agentes a sueldo que tiene Tel Aviv dentro de diversos grupos terroristas y de los incesantes discursos de políticos israelíes y del montón de sumisos que le siguen la corriente. Fuera de Israel, esa campaña ha tenido poco impacto en la opinión pública. La «guerra» de Israel contra contra Irán depende única y exclusivamente de su capacidad para manipular la política estadounidense a través de sus agentes locales, de los grupos que controlan el Congreso y mediante las nominaciones de funcionarios que ocupan puestos fundamentales en los Departamentos del Tesoro, de Comercio y de Justicia y como «consejeros» en asuntos del Medio Oriente. Israel no puede organizar [por sí solo] una campaña de sanciones eficaces contra Irán. Eso sólo puede hacerlo Estados Unidos. El predominio de Israel en el Medio Oriente proviene enteramente de su capacidad para movilizar a sus apoderados en Estados Unidos, individuos que a su vez tienen como misión la de garantizar la sumisión total de los representantes electos a los intereses de Israel –especialmente en todo lo que tenga que ver con los adversarios regionales de Israel.

Colocados en puestos estratégicos, los personajes que tienen la «doble ciudadanía [norte] americano-israelí» han utilizado su ciudadanía estadounidense para hacerse de puestos de alta responsabilidad dentro del gobierno, directamente vinculados con las políticas que tienen que ver con Israel. Como israelíes, sus actividades siguen los preceptos de Tel Aviv. En la administración Bush (2001-2008) esos altos funcionarios «ante todo israelíes» controlaron el Pentágono (Paul Wolfowitz y Douglas Feith), la política de seguridad para el Medio Oriente (Martin Indyk y Dennis Ross), la oficina del vicepresidente de Estados Unidos (“Scooter” Libby), el Departamento del Tesoro (Stuart Levey) y el Departamento de Seguridad de la Patria (Michael Chertoff). En la administración Obama los «ante todo israelíes» incluyen a Dennis Ross, Rahm Emanuel, David Cohen, el secretario del Tesoro “Jake la serpiente” Lew, el secretario de Comercio Penny Pritzker y Michael Froman como representante para el comercio, entre otros.

El poder a través de intermediarios que Israel ejerce dentro del poder ejecutivo estadounidense es comparable a su control sobre el Congreso. Contrariamente a lo que afirman algunos críticos, Israel no es ni un «aliado» ni tampoco un «cliente» de Estados Unidos. El último medio siglo está lleno de pruebas sobre la clara asimetría de esa relación. Gracias al poder de sus agentes dentro del Congreso estadounidense, Israel ha recibido de Estados Unidos más de 100 000 millones durante los últimos 30 años, o sea más de 3 000 millones de dólares al año. El Pentágono ha transferido a Israel la tecnología militar más avanzada y se ha implicado en varias guerras por cuenta de Israel. El Tesoro estadounidense ha impuesto sanciones que bloquean inversiones potencialmente muy lucrativas en el Medio Oriente (en Irán, Irak y Siria) privando así al sector agrícola de Estados Unidos, a su industria y sus compañías de petróleo de ingresos ascendentes a 500 000 millones de dólares. La Casa Blanca sacrificó las vidas de 4 400 soldados estadounidenses en la guerra contra Irak –guerra promovida por los apoderados de Israel a pedido de los dirigentes de Israel. El Departamento de Estado ha rechazado relaciones amistosas y estables con más 1 500 millones de musulmanes para respaldar la colonia ilegal de un poco más de medio millón de colonos judíos que ocupan militarmente la tierra palestina en Cisjordania y Jerusalén.

La cuestión estratégica que se plantea consiste en saber cómo y por qué se mantiene desde hace tanto tiempo esta relación unilateral entre Estados Unidos e Israel a pesar de tratarse de una relación tan evidentemente contraria a tantos intereses estratégicos de Estados Unidos e incluso a su propia élite. La interrogante más urgente e inmediata es ¿cómo influye esta relación históricamente desequilibrada en las sanciones de Estados Unidos contra Irán y las negociaciones nucleares?

Irán y las negociaciones de paz

No cabe duda de que el presidente de Irán recientemente electo y su ministro de Relaciones Exteriores están dispuestos a negociar el fin de las hostilidades con Estados Unidos haciendo importantes concesiones que garanticen el uso pacífico de la energía nuclear. Han declarado que están abiertos a la reducción o incluso a poner fin a la producción de uranio altamente enriquecido, a la reducción del número de centrífugas e incluso a permitir inspecciones intrusivas no anunciadas, entre otras propuestas prometedoras. Como parte de los acuerdos iniciales, el gobierno iraní propone una hoja de ruta con objetivos finales. La Alta Representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores, Catherine Ashton, emitió comentarios favorables sobre la reunión inicial.

El gobierno de Estados Unidos emitió señales contradictorias luego de las invitaciones iraníes y la reunión de apertura. Algunos comentarios individuales son prudentemente positivos y otros son menos alentadores y más rígidos. Los sionistas de la administración, como el secretario del Tesoro Jack “Jake” Lew, insisten en que se mantengan las sanciones hasta que Irán cumpla con todas las exigencias estadounidenses (léase israelíes). El Congreso de Estados Unidos, comprado y controlado por la CPS, rechaza las prometedoras y flexibles aperturas iraníes, insistiendo en «opciones» militares o en el total desmantelamiento del programa nuclear legal y pacífico de Irán, pero en realidad se trata de posiciones de la CPS diseñadas para sabotear las negociaciones. Con ese propósito, el Congreso ha adoptado nuevas sanciones económicas aún más fuertes para estrangular la economía petrolera de Irán.

Cómo los Comités de Acción Política de Israel controlan el Congreso de EEUU y preparan la guerra contra Irán

La Configuración del Poder Sionista (CPS) utiliza su poder financiero para dictar la política del Congreso estadounidense sobre el Medio Oriente y para asegurarse de que la Cámara de Representantes y el Senado no se aparten ni un ápice de servir de intereses de Israel. El instrumento sionista que se utiliza para sobornar a los congresistas en Estados Unidos son los Comités de Acción Política (PAC).

Gracias a una decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos tomada en 2010, los súper PACs vinculados a Israel dedican grandes sumas de dinero a lograr la elección o la destrucción de candidatos. Los PACs trabajan para Israel. Mientras los fondos no vayan directamente al candidato, estos súper PACs no están obligados a revelar las sumas que gastan ni cómo las gastan.

Los estimados más conservadores de los fondos directos e indirectos que vinculan a la CPS con los parlamentarios estadounidenses se elevan a cerca de 100 millones de dólares en los últimos 30 años. La CPS dirige por lo general esos fondos hacia el poder legislativo y en particular hacia los miembros de los comités del Congreso que tienen que ver con el Medio Oriente. No resulta sorprendente ver que los mayores receptores de dinero del CPS en el Congreso estadounidense sean precisamente los que han promovido activamente las políticas de línea dura de Israel. En otros países del mundo esa compra de votos entre los miembros del poder legislativo sería considerada como un soborno flagrante y los implicados –tanto quienes reciben los pagos como quienes pagan– serían enviados a los tribunales y se expondrían a ir a la cárcel. Pero en Estados Unidos la compra y venta de políticos es llamada «cabildeo» [En inglés «lobbyng»] y es totalmente legal y pública. La rama legislativa del gobierno estadounidense ha llegado a parecerse a un prostíbulo caro o una a subasta de esclavos blancos –con la característica de que en ella se juega con las vidas de miles de ciudadanos.

La CPS ha comprado la sumisión a gran escala de congresistas y senadores: de los 435 miembros de la Cámara de Representantes 219 han recibido pagos de la CPS a cambio de sus votos a favor del Estado de Israel. La corrupción es mucho mayor aún entre los 100 senadores ya que 94 de ellos han aceptado dinero del PAC y del súper PAC como pago por su lealtad a Israel. La CPS distribuye dinero tanto entre los republicanos como entre los demócratas, garantizando así votos increíbles en estos tiempos de bloqueos congresionales, con votaciones casi unánimes (por parte de los parlamentarios de ambos partidos) a favor del «Estado judío», incluso a favor de sus crímenes de guerra, como el bombardeo contra Gaza y el Líbano, sin contar los más de 3 000 millones de dólares provenientes del bolsillo del contribuyente estadounidense que van a parar a los cofres de Tel Aviv. Al menos 50 senadores estadounidenses han cobrado cada uno entre 100 000 dólares y un millón en dinero proveniente del CPS durante las últimas décadas. Y a cambio han votado más de 100 000 millones de dólares en subvenciones destinadas a Israel… además de otros «servicios y pagos». Los miembros de la Cámara de Representantes son más baratos: 25 de ellos han recibido entre 238 000 y 50 000 dólares mientras que el resto se conformaba con migajas. Independientemente del monto percibido, el resultado es siempre el mismo: los miembros del Congreso estadounidense recitan el texto que les entregan sus mentores sionistas de los PACs, los súper PACs y del AIPAC, respaldan todas las guerras de Israel en el Medio Oriente y promueven la agresividad estadounidense en nombre de Israel.

Los legisladores más locuaces e influyentes son los que obtienen la mayor tajada del soborno sionista. El senador Mark Kirk (¡Bombas sobre Teherán!) encabeza la lista de los más golosos con 925 000 dólares en pagos del CPS. Le sigue John McCain (¡Bombas sobre Damasco!) con 771 000 dólares mientras que los senadores Mitch Connell, Carl Levin, Robert Menendez, Richard Durban y otros sionistófilos tampoco se cohíben cuando se trata de pasar el cepillo entre los repartidores de dinero de los PAC proisraelíes. En La Florida, la congresista Ileana Ros-Lehtinen encabeza la lista con 238 000 dólares como pago de sus posiciones 100% proisraelíes y por ser más belicista aún que el propio Netanyahu. Eric Cantor recibió por su parte 209 000 dólares por defender las «guerras de Israel» a costa de vidas estadounidenses al cortar los pagos de la Seguridad Social a los estadounidenses de edad avanzada para aumentar la ayuda militar a Tel Aviv. El representante de las minorías Whip Steny Hoyer consiguió 144 000 dólares por haber encaminado nuevamente hacia Israel a los pocos demócratas que vacilaban en favorecer al Estado hebreo. Y el líder de la mayoría John Boehner recibió 130 000 dólares por hacer lo mismo entre los republicanos.

La CPS ha dedicado también enormes sumas de dinero a castigar y destruir a una docena de legisladores disidentes que se opusieron a las guerras de Israel y a sus violaciones de los derechos humanos. La CPS invirtió millones en campañas individuales, no sólo en financiamiento de candidatos opositores que habían prometido lealtad a Israel sino también en campañas de difamación contra los que critican a Israel. Esas campañas fueron orquestadas en los más oscuros lugares de Estados Unidos, sobre todo en distritos de población afroamericana, donde serian absolutamente nulos los intereses sionistas locales y carecerían de toda influencia.

No existe nada parecido a los PACs, a los súper PACs, a los líderes partidistas o de organizaciones cívicas que sea capaz de contrarrestar el poder de la quinta columna de Israel. Según los documentos que ha recopilado el valiente investigador Grant Smith, del IRMEP, cuando se trata de Israel, el Departamento de Justicia se niega categóricamente –al menos desde 1963– a aplicar las leyes federales que estipulan la apertura de procedimientos penales contra los ciudadanos estadounidenses que trabajen en secreto para un Estado extranjero. Sin embargo, a través de la llamada «Anti-Defamation League», la CPS ha presionado exitosamente al Departamento de Justicia, al FBI y la NSA para que se investigue y se lleve a los tribunales a ciudadanos patriotas y respetuosos de la ley que han criticado el robo de tierras palestinas y denunciado los sobornos sionistas que corrompen el sistema político estadounidense.

La «prensa respetable», igualmente parcializada y corrupta, hace posible la corrupción y la degradación de la democracia en Estados Unidos. El crítico de los medios de difusión Steve Lendman subrayó en su investigación para el New York Times el vínculo directo que existe entre Israel y los medios de comunicación. Los principales periodistas [presentados como] «justos y equilibrados» que informan sobre Israel tienen fuertes lazos familiares y políticos con ese país y sus artículos no son otra cosa que propaganda. El reportero del Times Ethan Bronner, cuyo hijo sirvió en las fuerzas armadas de Israel, es desde hace tiempo un apologista del Estado sionista. Isabel Kershner, también reportera del Times, cuyos «escritos» parecen venir directamente del ministerio israelí de Relaciones Exteriores de Israel, está casada con Hirsh Goodman, asesor del régimen de Netanyahu sobre «asuntos de seguridad». El jefe de la corresponsalía del Times en Jerusalén, Jodi Rudoren, vive cómodamente en el hogar ancestral de una familia palestina desposeída de esa antigua ciudad.

La inquebrantable postura proisraelí del Times garantiza una cobertura política y la necesaria justificación a los políticos corruptos de Estados Unidos cuando estos hacen sonar los tambores de guerra en nombre de Israel. No es de extrañar que el New York Times, al igual que el Washington Post, esté profundamente comprometido en denigrar y denunciar las actuales negociaciones entre Estados Unidos e Irán. Ambos diarios dedican amplios espacios a la retórica unilateral de los políticos israelíes y de sus repetidores estadounidenses, mientras excluyen sistemáticamente las opiniones más racionales de experimentados ex diplomáticos estadounidenses, de jefes militares cansados de la guerra y de representantes del mundo de los negocios y de los sectores universitarios estadounidenses.

Para entender la hostilidad del Congreso hacia las negociaciones nucleares con Irán y sus esfuerzos tendientes a hacerlas fracasar a través de la imposición de nuevas sanciones ridículas, es importante ir a la fuente misma del problema, o sea las declaraciones de los principales políticos israelíes, quienes marcan a sus acólitos estadounidenses el camino a seguir.

A finales de octubre de 2013, el ex jefe de de la inteligencia militar israelí Amos Yadlin declaró que había que elegir entre «La bomba o el bombardeo», mensaje que de inmediato repitieron los 52 presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses [2]. El 22 de octubre de 2013, el ministro de Inteligencia de Israel Yuval Steinitz llamó a la adopción de nuevas sanciones contra Irán e insistió en que Estados Unidos debe utilizarlas como instrumento de presión para que Irán acepte renunciar por completo a la energía nuclear con fines pacíficos y a su programa de enriquecimiento de uranio. El ministro de Defensa Moshe Yaalon afirmó que «Israel no aceptará ningún acuerdo que permita a Irán enriquecer uranio». La posición de Israel consiste en amenazar con la guerra –a través de Estados Unidos– si Irán no pone fin de inmediato a su programa nuclear. Esto es lo que define la posición de todos los grandes PACs, de los súper PACs y del AIPAC, que a su vez dictan los discursos que pronuncian sus asalariados en el Congreso estadounidense. Por lo tanto, el Congreso de Estados Unidos aprueba sanciones económicas aún más extremas contra Irán para sabotear las actuales negociaciones.

Los que más vociferan son los que se han beneficiado con los mayores sobornos: el senador Mark Kirk (925 379 dólares), autor de un proyecto de ley anterior sobre las sanciones, exige que Irán abandone la totalidad de su programa nuclear y balístico (sic) y declaró que el Senado estadounidense «debe avanzar de inmediato con una nueva serie de sanciones económicas contra todos los ingresos y reservas que aún le quedan a Irán» [3]. La Cámara de Representantes ya aprobó un proyecto de ley que limita drásticamente a Irán la posibilidad de vender su principal producto de exportación, el petróleo. ¡Y nuevamente la CPS de Israel es el eje de un Congreso que trata de imponer al pueblo estadounidense la agenda guerrerista de Israel! A finales de octubre de 2013, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu «cocinó» durante 7 horas al secretario de Estado John Kerry hasta que este último le prometió cobardemente que promovería la agenda de Israel a favor del desmantelamiento del programa de enriquecimiento nuclear de Irán.

Para contrarrestar la campaña promovida por los lacayos de Israel en el Congreso estadounidense en contra de la economía petrolera de Irán, Teherán ha ofrecido generosos contratos a las compañías petroleras de la Unión Europea [4] y de Estados Unidos. Incluso se está procediendo al levantamiento de medidas proteccionistas. Bajo las nuevas condiciones, las compañías extranjeras tienen derecho a escoger las zonas que desean explotar o pueden participar en proyectos iraníes. Irán espera atraer como mínimo 100 000 millones de dólares en inversiones en los próximos 3 años. Ese estable país cuenta con las mayores reservas de gas del mundo y sus reservas de petróleo ocupan el 4º lugar a nivel mundial. Debido a las actuales sanciones estadounidenses –dictadas por Israel– la producción cayó de 3,5 millones de barriles diarios en 2011 a 2,58 millones de barriles diarios en 2013. Está por ver[se] si las transnacionales estadounidenses y europeas serán capaces de desafiar el control de la CPS sobre la política de sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. Hasta el momento, la CPS ha predominado en ese sentido y ha marginado a las compañías petroleras recurriendo para ello al chantaje, a la amenaza y las presiones contra quienes trazan las políticas estadounidenses, alejando así eficazmente a las empresas estadounidenses del lucrativo mercado iraní.

Conclusión

Mientras tratan de negociar con Irán, Estados Unidos y los otros 5 países enfrentan enormes obstáculos ante el poder de Israel en el Congreso estadounidense. Durante las últimas décadas, los agentes de Israel han comprado la lealtad de la mayoría de los congresistas, amaestrándolos para que obedezcan con la mayor sumisión a la menor señal de los guerreristas de Tel Aviv.

Ese «eje de la guerra» ha perjudicado gravemente al mundo entero, causando la muerte de millones de víctimas de las guerras estadounidenses en el Medio Oriente, en el sudoeste de Asia y el norte de África. La evidente corrupción y la ampliamente reconocida quiebra del sistema legislativo estadounidense son resultado de su sometimiento a una potencia extranjera. 

Es significativo el silencio de nuestros críticos más reconocidos –sólo unos pocos medios alternativos han denunciado el control que Israel ejerce sobre el Congreso estadounidense. La evidencia está a la vista y al alcance de todos. Los crímenes son irrefutables. El pueblo estadounidense necesita verdaderos líderes políticos con el coraje suficiente para arrancar de raíz la corrupción, acabar con los corruptores y obligar a quienes fueron electos para representarnos en la Cámara de Representantes y en el Senado a que defiendan los intereses del pueblo de Estados Unidos.

James Petras

[1] Grant Smith, “Ten Explosive US Government Secrets of Israel”, (Diez secretos explosivos del gobierno de Estados Unidos que posee Israel), IRMEP.
[2] Daily Alert, 24 de octubre de 2013.
[3] Financial Times, 10/10/13, p.6
[4] Financial Times, 29/10/2013, p.1.

http://www.voltairenet.org/article181033.html

"Para llegar a una sociedad satisfactoria y justa hay que destruir el capitalismo"


29/11/2013

"Para llegar a una sociedad satisfactoria y justa hay que destruir el capitalismo"
x Pablo Fernández Fernández

Entrevista con Miren Etxezarreta :: La economista considera que "un capitalismo verde, o con rostro humano, no se puede dar"

El capitalismo necesita de crisis cíclicas para superar sus contradicciones. Cuando esta última crisis aparece, primero en el ámbito financiero, pero traspasándola automáticamente a todos lo niveles, ¿tiene algo que la haga especial, o es una crisis más? ¿Supone un punto de inflexión?

No es un punto de inflexión en el sistema. Yo creo que es una crisis más del capitalismo, unas son más intensas y otras menos. Ésta es bastante intensa, pero no creo que vaya a suponer una transformación en tanto en cuanto capitalismo, no veo el punto de inflexión.

Vivimos un proceso de atomización en el Estado Español, a partir de los 80 hay un proceso de deslocalización a los países subdesarrollados, y con el auge del Estado del Bienestar desde los 50. Esto ha supuesto un aumento de la terciarización de la producción, con aumento de la conocida como clase media ¿Qué define a la clase media como tal?

Es una distinción artificial, extremadamente. La diferencia fundamental es que la clase media tiene unos salarios más altos y las clases populares más bajos. Generalmente, la clase media tiene un nivel de formación superior que le permite acceder a escaños más altos, pero en el fondo de la cuestión trabajadores asalariados son unos como otros, con la diferencia de que unos reciben más. Esencialmente, no hay diferencia, sólo de nivel mientras las cosas van bien. Cáritas está diciendo que cada vez ayudan a más gente de clase media. Quiere decir que si una persona de clase media se queda sin salario tampoco puede sobrevivir.

Quienes no son propietarios del capital y venden su fuerza de trabajo, esencialmente da igual el nivel de su salario. No es exactamente lo mismo, pero en el esquema de la producción no hay diferencia.

Postulas una vía alternativa para salir de la crisis, e incluso del capitalismo. ¿Por dónde hay que caminar y cómo?

Hay que distinguir dos cosas. Una es salir de la crisis, volver a recuperar un nivel de actividad económica, y otra es salir del sistema. Mientras tengamos capitalismo siempre tendremos crisis recurrentes. Igual podemos salir de ésta, pero tendremos otras. ¿Cómo se sale de esta crisis? Va a ser enormemente complicado para países como el Estado Español, porque no tenemos una capacidad productiva fuerte, y que además se ha ido debilitando. Cuando hay gente que piensa en la recuperación, debería pensar que la recuperación no va a ser recuperar el año 2005 o 2006. Los salarios que se están perdiendo, el estado del bienestar que se está destruyendo o la precariedad laboral provoca que estemos muy por debajo, y va a suponer que cuando la recuperación comience empezará a niveles muy inferiores, cuando empiece.

Hay que hacer una diferenciación importante, la sociedad no está hecha de un bloque homogéneo, hay clases sociales. Ahora, cuando nuestros dirigentes políticos y algunos empresarios están diciendo que nos estamos recuperando, se están recuperando ellos, cuando recuperan la tasa de ganancia. Precisamente porque están deteriorando la situación de los trabajadores, de las clases medias y de las clases populares. Entonces, están mejorando ellos y pueden hablar de recuperación, pero al mismo tiempo se ven obligados a decir que el empleo no mejorará, al igual que el Estado del Bienestar. Al hablar de recuperación hay que preguntar recuperación de quién.

Una cosa es salir de la crisis, que se irán sucediendo mientras haya capitalismo. Creo, que para llegar a una sociedad satisfactoria, justa, armónica o atractiva hay que destruir el capitalismo. Un capitalismo verde, o con rostro humano, no se puede dar.

En el modelo zapatista, creaba su propio modelo fuera del capitalismo, dentro del propio Estado. En nuestro caso, si quisiéramos tomar el poder, hoy por hoy, es imposible. Si no lo queremos, descartamos la vía. Para ambas opciones ¿Qué nos puede aportar este modelo?

El modelo zapatista no está consiguiendo gran cosa en México, no podemos engañarnos. Pero sí que está marcando una manera de hacer diferente. Mi planteamiento, y del grupo en que yo trabajo, es que cada uno debe construir ámbitos de autonomía, luchando por transformar esta sociedad dónde puede. Un periodista puede intentar conseguir un ámbito de autonomía dentro de cierta prensa, pero no que cambie el sistema financiero. Cada persona debe trabajar donde pueda, creando su ámbito.

Hemos socializado las pérdidas de los bancos, pero ¿Podríamos haberlos dejado quebrar? ¿O nacionalizarlos? Hay países que lo han hecho, como Islandia o Chipre.

No soy capaz de ver una solución para los bancos. Personalmente creo que hubiera dejado quebrar muchos en el Estado Español, y de hecho han dejado quebrar 42 cajas de ahorro. Que los bancos no pueden quebrar es mentira. Cuando esos bancos y cajas han sido atractivas para los grandes bancos lo han hecho.

Una cosa es salvar el sistema financiero, y otra salvar a los propietarios del sistema financiero. Lo que ha hecho el Estado ha sido, con la excusa de salvar al sistema, salvar a los propietarios. Ahí es dónde hay una divergencia importante de la que debemos ser conscientes, cuando podemos salvar al sistema financiero sin tener que salvar a los propietarios. Aquí hemos visto que han hecho todo lo contrario. Se tendría que haber hecho otras cosas, pero no nos olvidemos de que estamos en el capitalismo.

¿Una opción podría ser crear una Banca pública?

La Banca Pública me da mucho miedo porque depende de quién pongas al frente. El Banco de España es una banca pública, y en este país el señor Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del banco de España, ha sido uno de los máximos potenciadores de una política antipopular.

Una Banca Pública requiere un Estado diferente. Por sí sola, no implica nada. Argentaria era pública, y sólo tenía unas pequeñas diferencias en que tenía un poco de política social, nada más. En el capitalismo, los arreglos a trozos son poco eficientes.

Sólo una pequeña parte de la deuda del Estado proviene de las familias. ¿Es legítimo pagarla?

Hay que distinguir entre la deuda pública y la deuda privada. La deuda pública, baja en los últimos años, ha subido por el apoyo que ha dado a las grandes empresas y que no ha dado a las familias. El problema de la deuda pública de España, hasta hace muy poco no era un problema de la parte pública, era un problema de la deuda privada, de los bancos y las grandes empresas.

Ya antes de la crisis España tenía un déficit de comercio exterior muy alto, que se tenía que financiar. Eso ha sido un desastre de los economistas y de los políticos de ese momento, por no atender a un problema evidente, porque había un 10% de deuda cada año de la balanza comercial. Si a eso le añades, la deuda de los bancos que salieron al exterior a pedir prestado para hacer más hipotecas en el interior, no para las familias, sino para los grandes constructores y para las grandes inmobiliarias, menos para las grandes empresas y pocas para las familias.

Ahí está el problema grave, que en el capitalismo se consigue una traslación de la deuda privada a la deuda pública.

¿Una auditoría funcionaría?

La auditoría pondría de relieve las cosas. Una vez hecha estaría más claro la injusticia de una gran parte de esa deuda que habría que repudiar. Además no nos va a quedar más remedio, sólo el pago de los intereses se eleva más que el subsidio de paro. Una recuperación económica sin el repudio de la deuda va a ser muy muy difícil, por mucho que haya bajado la prima de riesgo.

Para el estado español, ¿sería más conveniente seguir en la Unión Europea o abandonarla?

Es un tema complicado. Desde que entramos en la Unión Europea, España ha sufrido un proceso de desindustrialización muy importante, y en estos últimos años las políticas económicas son las causantes del aumento de deuda, la precariedad salarial. Europa nos está perjudicando, y desde la crisis todavía más. Eso hay que decirlo en voz alta.

¿Es la salida de Europa una solución? Es posible que sí, yo no tengo una solución clara. Primero, nosotros no tenemos capacidad para decidir salir de Europa, serán otros los que decidan. Segundo, en un mundo globalizado, ¿salir de Europa va a suponer que podamos hacer una política económica alternativa? Si el pueblo español está apoyando a sus dirigentes, para aceptar las consecuencias de una salida de Europa, esta salida puede ser interesante, pero si lo que el pueblo español quiere es salir de Europa sin que le moleste, entonces puede ser difícil.

Salir de Europa es un tsunami importante. Puede ser más fácil repudiar la deuda, que hay que hacerlo antes que salir, porque si seguimos con la deuda en euros, estamos peor que antes. Pero si hiciera falta salir de Europa, se sale.

¿Qué modelo planteas de democracia económica? Para crear capital social, ¿qué herramientas podemos utilizar? ¿Participando en el Estado, en cooperativas, etc?

Yo creo que no hay un modelo, y que no debe de hacer. Ese modelo se debe de ir construyendo de abajo hacia arriba, de acuerdo con los agentes sociales, en cada momento, respondiendo a las necesidades colectivas, de acuerdo con una serie de principios. Un modelo hecho y cerrado sería erróneo. La sociedad está cambiando tan rápidamente que cosas que valían hace 6 meses ya no lo hacen. Lo que si planteamos es que, primero, en el capitalismo no se puede tener ese modelo, tiene que ser un modelo anticapitalista; segundo, con propiedad privada no se puede conseguir nada de lo que queremos en una sociedad alternativa, luego no puede haber propiedad privada, tiene que ser comunitaria, gestionada por el conjunto de la sociedad y no por técnicos; y por último, con valores transformados, no de dinero y de bienestar material sólo, sino de sistemas armónicos, de justicia, colaboración, de construir una cosa entre todos juntos, pero satisfactoria para todos.

Debiera haber un sistema planificado socialmente, según la sociedad. Con este sistema no vamos a ninguna parte, y es imposible humanizarlo. Lo que está pasando es que se está deshumanizando todavía más. Tiene que ser un sistema que no es el capitalista, y tiene que ser bajo unas premisas totalmente distintas, buscando el bien común y la felicidad de la gente en lugar del beneficio de unos pocos.

* Miren Etxezarreta es Doctora en economía por la London School of Economics y economista crítica, catedrática emérita de Economía Aplicada de la UAB, y miembro del seminario taifa. La entrevista fue realizada en el marco del encuentro internacional Otra Economía Está En Marcha, organizado por Economistas sin Fronteras.

Tercera Información / www.marxismocritico.com

"España camina 'con la ley en la mano' hacia un sistema autoritario"

RT Actualidad /

"España camina 'con la ley en la mano' hacia un sistema autoritario"

Publicado: 29 nov 2013 | 16:09 GMT Última actualización: 29 nov 2013 | 16:21 GMT

El Gobierno de España ha aprobado este viernes el anteproyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana. Una ley que ha desatado multitudinarias protestas en el país por parte de una ciudadanía que califica el documento de "mordaza" y de "ley autoritaria".

"El Gobierno español tiene rasgos típicos de totalitarismo"

Polémica Ley de Seguridad Ciudadana en España: ¿una mordaza?

Para la mayoría de partidos políticos, algunas asociaciones judiciales y movimientos ciudadanos, el objetivo del ejecutivo es reprimir las protestas y atenuar la presión social "a golpe de multa", con el objeto de que la gente salga cada vez menos a la calle.

En opinión del portavoz de la Plataforma en Defensa de las Libertades Democráticas (PDLD), Óscar López, el texto, que regulará, entre otras cuestiones, las manifestaciones, contempla duras sanciones administrativas. "En España se puede esperar un endurecimiento total [de la situación]", señala López.
 
En España se puede esperar un endurecimiento total [de la situación]

Esta ley de seguridad ciudadana se une a medidas como la reforma del código penal y la ley de tasas judiciales, aprobada en 2012, junto a un probable "endurecimiento de la Ley de Huelga, de tal modo que se recorte en gran medida el derecho de huelga, es decir, lo que están haciendo es recortar el derecho de que la clase trabajadora proteste en defensa de sus conquistas históricas".

López denuncia una batería de nuevas sanciones previstas en la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, que solo podrán ser revisadas por los tribunales previo pago de la correspondiente tasa. La reforma del sistema judicial diferencia así entre ciudadanos con poder adquisitivo y ciudadanos sin poder adquisitivo para los recursos de tipo administrativo.

"La única vía de recurrir la ley de seguridad ciudadana va a ser precisamente la vía judicial, aunque no exista un juez mediador en la instrumentación de las multas", asegura el portavoz de la PDLD.

La Ley de Seguridad Ciudadana distinguirá entre faltas muy graves, graves y leves a la hora de imponer las mutas. Eso conlleva que, en función de la gravedad de la falta, para poder recurrir una multa haya que llegar a pagar una tasa añadida de hasta 2.750 euros, indica López.

Todo ello constituye un proceso de cambio de "todo el marco jurídico legal para entrar en un nuevo sistema político que sería un sistema autoritario o totalitario de derecho". El experto subraya asimismo que sería un sistema 'de derecho' solo porque "formalmente se hace por vía parlamentaria, el Parlamento funciona, hay pluralidad de partidos".

Sin embargo, la mayoría absoluta del Partido Popular "permite [al Gobierno] ir hacia acciones del tipo de la Ley Habilitante con la que los nazis ilegalizaron en Alemania al Partido Comunista en su momento y acabaron con las libertades democráticas".

Texto completo y video en:


jueves, 28 de noviembre de 2013

Farsas sistémicas (IV): ¿La “voz” de quién? (O por qué me di de baja en Avaaz)

Farsas sistémicas (IV): ¿La “voz” de quién? (O por qué me di de baja en Avaaz)
Por Cordura

Escrito por: Cordura el 12 Mar 2011

Avaaz significa “voz”. La organización así llamada, a la que alguien caracterizó como «el Google del ciberactivismo», quiere dar voz a millones de personas (“empoderarlas”, dicen ellos) para acercar la realidad a la del mundo «que la mayoría de la gente quiere». Sus planteamientos parecen progresistas y avanzados. Lo que vamos a preguntarnos aquí es de quién es realmente la voz Avaaz.

«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mateo 7: 15).

No sé si has participado en alguna campaña de Avaaz aunque sólo sea firmando una de sus cartas reivindicativas. Si es así, entonces te computarán como uno de sus ya más de siete millones de “miembros”. A mí, en cambio, espero que dejen de incluirme, pues me acabo de dar de baja. Y te voy a contar por qué.

La cara amable de Avaaz

Avaaz, surgida en 2007, se presenta como una organización solidaria que promueve causas tan nobles como la lucha contra la pobreza, el respeto al medio ambiente y la defensa de los derechos humanos. Proclama anhelos de paz en Oriente Próximo, combate el choque de civilizaciones y se opone activamente a la represión (por ejemplo en Irán y en Birmania). Usa un estilo próximo, juvenil y familiar en las comunicaciones de sus campañas (el último correo suyo que recibí, del pasado miércoles, concluía así: «Con esperanza, Ben, Luis, Graziela, Benjamin, Ricken, Stephanie, Rewan, y todo el equipo de Avaaz»).

En la portada de su web, disponible en catorce idiomas, ahora mismo se pueden ver rotando imágenes referentes a acciones tan positivas como la de tratar de frenar al voraz magnate Rupert Murdoch, el respaldo al pueblo egipcio en su revolución democrática, el apoyo a Wikileaks, el control de los transgénicos y la defensa de las ballenas. Son iniciativas en buena medida asimilables a las metas de otras organizaciones altruistas y de muchos creyentes en que “Otro mundo es posible” (aunque quizás con un mayor toque light). [En España, además, apoyan activamente la campaña para echar a los políticos corruptos de las listas electorales. De manera significativa, en las versiones para Extremo Oriente las imágenes rotatorias, más escasas, se centran en propugnar la libertad para el Tíbet y Birmania.]

La propia Avaaz explica así su ventaja diferencial («agilidad, flexibilidad, enfoque y escala extraordinarias») respecto a otras entidades de objetivos similares: aprovechan mejor las nuevas tecnologías globales y la realidad de una ética también global. De este modo –afirman–, pueden funcionar «con un equipo único» que se hace cargo de «cualquier asunto de interés público». No buscan tanto formar una corriente ideológica como una comunidad de valores que respeta las discrepancias puntuales. Sus campañas, dicen, no se imponen de arriba abajo sino que surgen de las demandas de sus miembros. Además, el equipo coordinador colabora con organizaciones afines «para desarrollar estrategias eficaces». A partir de ahí brotan sus conocidas alertas, enviadas por correo electrónico o a través de redes sociales, sin perjuicio de publicar también «anuncios costeados mediante donaciones de los miembros». Pues afirman con énfasis su total autonomía financiera: «Nuestro modelo financiado por nuestros miembros nos mantiene independientes y responsables.»

Entre sus «logros» recogen la masiva respuesta obtenida por su alerta mundial sobre el cambio climático, su decisiva intervención en Brasil para descalificar a políticos corruptos, o sus actuaciones frente a desastres naturales en Pakistán y Birmania. Asimismo han realizado recogidas de firmas contra los transgénicos, apoyaron los esfuerzos para que Paul Wolfowitz dejara de presidir el Banco Mundial y animaron la superación de las «políticas unilaterales y destructivas de Bush». Esto último encaja con el hecho de que entre sus fundadores no falten críticos del criminal texano (ver también).

Ampliando el zum

Un análisis algo más cuidadoso muestra detalles quizá no tan positivos. Su frecuente recurso iconográfico a Bin Laden lleva a sospechar que, además de asumir la absurda versión oficial sobre el 11-S, comulgan con las bases de la “Guerra contra el Terrorismo” (¿quizá no son tan contrarios a Bush después de todo?). Refuerza esa sospecha que entre sus “logros” incluyan que coorganizaron en 2007 el primer discurso de David Miliband como ministro de Exteriores del Reino Unido en la etapa de Gordon Brown. O la propia colaboración de éste con una campaña de Avaaz. Recordemos que Brown fue durante años miembro del gobierno Blair que respaldó la guerra “legal” contra Afganistán y codeclaró la guerra ilegal contra Irak. Y que, ya como primer ministro, mantuvo la misma línea belicista, además de liberticida.

No menos llamativo es que en varias de sus portadas (en inglés, en alemán...) destaquen una frase del propio Brown elogiando a Avaaz. O que en otras de ellas (la versión española, la italiana...) recurran a una cita de Al Gore de estilo similar. Gore... el vicepresidente de Clinton –recuérdese el acoso a Irak durante aquellos años, con frecuentes bombardeos, a veces masivos–, el que aceptara sumisamente su “derrota” electoral frente a Bush pese a haber ganado en votos, el ecologista derrochador de energía que fuera galardonado con el Nobel de la Paz, premio obsceno como pocos, entregado una vez más a un violentista.

Pero aún no hemos visto nada... Personalmente ya tenía bajo examen a Avaaz por la tibieza de algunas de sus posturas (a la vez que aplaudía otras), o por su apoyo a las engañosas “revoluciones de colores”. Cabía pensar en su ingenuidad, no obstante. Lo que acabó disparando todas mis alarmas fue ese último correo que recibí, en el que descaradamente abogan por la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia para acabar con el régimen de Gadafi. En otras palabras: 1. Dan por buena la versión occidental de los hechos, pese a que a día de hoy aún nadie ha demostrado que lo que ocurra en Libia sea otra cosa que una guerra (y, según crecientes indicios, promovida por el imperialismo: ver 1 y 2). 2. Les parece correcto que los mayores criminales del planeta (¿o es que aún no se han dado cuenta de que lo son?) intervengan para deponer a otro criminal a fin de cuentas menor [Nota de Revista Libre Pensamiento: este comentario nos resulta chocante, deplorable]. Fue al recibir dicha alerta cuando me puse a investigar más a fondo a Avaaz....

Quién hay detrás

Indagar en la “trastienda” de Avaaz resulta revelador. Hemos mencionado ya que su gente coorganizó el primer discurso de Miliband. Su socio en esa peculiar gestión (curioso “logro” ésta para un colectivo que quiere cambiar el mundo) fue la Chatham House.

¿Qué es la Chatham House? Su nombre original, aún conservado, es Royal Institute of International Affairs, el más relevante think tank británico y uno de los más influyentes del mundo. Su fundación data de 1920 –con cédula real desde 1926–, fruto de un plan angloestadounidense cuya contraparte al otro lado del Atlántico sería el Council on Foreign Relations (CFR), «institución hermana» bien conocida por su capacidad de orientar la política exterior estadounidense.

Por las tribunas de la House han pasado oradores como David Cameron, Ban Ki-moon, Hamid Karzai, Condoleezza Rice, Gordon Brown y Pervez Musharraf. Y, más atrás en el tiempo, otros como Ronald Reagan. O sea, la crème de la crème del Sistema más algunos de sus adjuntos. Eso sí, con una cierta inclinación europeísta pese a sus vínculos atlánticos. Interesante entidad colaboradora de Avaaz, en cualquier caso.

Según Wikipedia, Avaaz nace de la confluencia de dos organizaciones preexistentes, ResPublica y MoveOn. Ambas, supuestamente preocupadas por una democracia más participativa. La primera, con alusiones iconográficas en su web a Gandhi y a Martin Luther King, tiene entre las personalidades que la respaldan a alguna procedente del entorno de Bill Clinton, pero la gran mayoría son destacados líderes o portavoces religiosos, tanto protestantes como católicos romanos (hay también un rabino). Entre los segundos se incluye Charles Rooney, de Catholics in Alliance for the Common Good (CACG), una organización que promueve «la plenitud de la tradición social católica en la plaza pública» (el enlace a esta cita provista por Wikipedia ya no se encuentra activo). Por su parte, MoveOn está muy vinculada al Partido Demócrata estadounidense. Es anti-Bush y pro Obama. Entre sus fuentes de financiación destaca el superricacho George Soros, conocido especulador húngaro-estadounidense que, entre sus múltiples hazañas, llegó a desestabilizar el Banco de Inglaterra.

Volveremos pronto con Soros. Antes, aludamos rápidamente a un sujeto nada irrelevante que se cuenta entre los cofundadores individuales de Avaaz. Hablamos de Tom Perriello, con una fulgurante carrera a sus 36 años. Ex congresista por el Partido Demócrata, Perriello es otro partidario de la “Guerra contra el Terrorismo” y como tal ha apoyado el aumento de tropas en Afganistán y la permanencia en Pakistán. Defensor del “derecho” a tener armas, son conocidos sus vínculos con la Asociación Nacional del Rifle. Pero quizá no sean menos significativas las conexiones de Perriello con el mundo religioso. Católico romano, colabora no obstante también con organismos de otras confesiones. Fue además uno de los impulsores de la entidad sociorreligiosa Faithful America, así como el fundador de la CAGG, la susodicha agrupación papista que quiere inundar de tradición católica la sociedad estadounidense con la excusa del “bien común”.

¿Realmente se autofinancia Avaaz? Según lo que se entienda por eso... Si un multimillonario se encuentra entre sus miembros donantes, podemos decir que sí (lo que pasa es que entonces tal vez haya que preguntarse quién es miembro de quién). Hablamos de nuevo de George Soros. Son diversas las fuentes que lo conectan con Avaaz (p. ej. 1, 2 y 3), cosa que esta organización no declara y, hasta donde sabemos, tampoco desmiente.

En busca de más evidencias, retornemos al papista Perriello, el dinámico cofundador de Avaaz. Al parecer, el Open Society Institute (OSI) de Soros le dio 150,000 dólares a su citada asociación Catholics in Alliance for the Common Good en 2006. Algo llamativo por cuanto Soros es ateo.

Por cierto, este acaudalado caballero ha estado también vinculado, como miembro de su Junta Directiva, al CFR, ya citado más arriba (recordemos que es la entidad hermana de la Chatham House, colaboradora de Avaaz). Y a través del también mencionado OSI, tuvo un papel relevante en el éxito de la Revolución de las Rosas, que inclinó definitivamente a Georgia hacia el lado occidental. Por entonces (2003) aún no existía Avaaz, que después se ha caracterizado por defender ese tipo de revoluciones en otras partes.

Desde luego, la financiación de Soros ayudaría a comprender el rápido crecimiento de Avaaz, así como la espectacularidad de sus acciones y recursos (recordemos la tecnología visible en su web, así como que ésta tenga versiones en catorce idiomas).

Conclusiones

Avaaz se presenta a sí misma como una organización de base, pegada a la gente de a pie, que con un solo pero entusiasta equipo humano ha sido capaz de captar millones de seguidores e irradiar una influencia cada vez más global en su camino hacia un mundo mejor. Dice promover la paz, la libertad y los derechos humanos.

La realidad parece ser muy otra, como delatan sus vínculos. Estamos ante una organización cien por cien sistémica, y por tanto condenada a contribuir a preservar lo esencial del presente statu quo. Un movimiento asociado a los principales responsables de este criminal Sistema, sobre todo a los del ala progre, incluido el magnate Soros. Al servicio, pues, del imperial capitalismo. Y con una inquietante nota adicional, resumida principalmente en la figura de Tom Perriello: la conexión de fondo con el Gran Tapado.

Con Avaaz estaríamos, sencillamente, ante lo que Michel Chossudovsky llama “fabricando disidencia”: para evitar que surja una disidencia de verdad, lo que hace el Sistema es inventarse una falsa hacia la que canalizar los genuinos impulsos de cambio y renovación. Es el típico disfraz del Poder para autoalimentarse. Que durará sólo mientras Dios lo consienta.


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