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domingo, 31 de marzo de 2013

“La OTAN sólo lleva a la destrucción, la inseguridad y la miseria. Debe ser abolida”


Así quedó Sirte tras los ataques de la OTAN contra Libia,

28-03-2013




Entrevista al sociólogo e investigador canadiense Mahdi Darius Nazemroaya
“La OTAN sólo lleva a la destrucción, la inseguridad y la miseria. Debe ser abolida”



Mahdi Darius Nazemroaya


silviacattori.net


Traducida del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos




Apreciado por el rigor y precisión de sus análisis, el sociólogo canadiense Mahdi Darius Nazemroaya (*), de 30 años, se ha impuesto como uno de los mejores conocedores de la OTAN. Sus investigaciones, traducidas a gran cantidad de idiomas, tienen una audiencia internacional y su obra The globalisation of NATO [La globalización de la OTAN] es hoy una referencia. En sus 400 densas, fascinantes y preocupantes páginas nos hace calibrar la amenaza que supone la OTAN para la paz de mundo y el futuro de muchos pueblos. También nos hace ser conscientes de lo urgente que sería lograr la disolución de esta peligrosa organización.


Silvia Cattori


Silvia Cattori: En su notable libro saca usted a la luz las estrategias establecidas por la OTAN para extender su dominio militar en el mundo. Me gustaría preguntarle qué le llevó a dedicar tanta energía a un tema tan arduo y exigente, y cómo llegó a considerar que el análisis del papel de la OTAN y de las estrategias que ha establecido eran una tarea absolutamente esencial.


Mahdi Darius Nazemroaya: La semilla de este libro se sembró en 2007, cuando redacté un pequeño manuscrito que relacionaba las guerras de Afganistán e Iraq (que siguieron a los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001) con la expansión de la OTAN, el proyecto de un escudo antimisiles estadounidense (que yo describía como un proyecto que, en última instancia, se había cubierto con el manto de un proyecto de la OTAN) y el concepto de lo que los neoconservadores y sus aliados sionistas llaman “destrucción creativa” para volver a diseñar la reestructuración de los países de Oriente Próximo y el cerco tanto a China como a Rusia.


Siempre he pensado que todos los acontecimientos negativos a los que se enfrenta el mundo eran los elementos de un conjunto o de lo que el sabio y revolucionario húngaro György Lukács denomina “totalidad fragmentada” . Las guerras “en serie”, el aumento de las leyes de seguridad, la guerra contra el terrorismo, las reformas económicas neoliberales, las “revoluciones de colores” en el ámbito postsoviético, la criminalización de diferentes sociedades por parte de los medios de comunicación, la ampliación de la OTAN y de la Unión Europeas, y las falsas acusaciones de que en Irán existe un programa de armamento nuclear todo ello forma parte de uno todo. Del mismo modo, uno de mis artículos publicado en 2007 [1] planteaba las bases principales de esta hoja de ruta y relacionaba todos los elementos de la guerra perpetua a la que estamos asistiendo.


He escrito este libro porque me parece que es un tema muy importante. He leído la mayoría de los textos de la abundante literatura concerniente a la OTAN y ninguno examina la OTAN desde la perspectiva crítica en la que yo me sitúo ni tampoco vincula de manera pertinente a la OTAN con una “visión de conjunto” de las relaciones internacionales. Un investigador de la Universidad Carleton me dijo que mi libro era como una Biblia de las relaciones internacionales y de todos los temas importantes de estas. También considero mi libro sobre la OTAN de esta manera.


La principal motivación que he tenido para escribir este libro ha sido llevar a los lectores a ser conscientes de la naturaleza imperialista de los conflictos internacionales modernos y ayudarles a ver la “totalidad” de ello en vez de sus elementos “fragmentados”. Cuando se ve el conjunto se pueden tomar las mejores decisiones. Creo haber hecho una evaluación correcta de la OTAN. En la biblioteca que la OTAN tiene en Bruselas hay un ejemplar del libro: la propia OTAN anunció su adquisición en noviembre de 2012 como uno de los recursos de su biblioteca. Este libro es mi contribución como investigador para tratar de permitir a los lectores tomar decisiones con conocimiento de causa viendo más allá de las cortinas de humo, los engaños y unos elementos fragmentados del cuadro total.


De manera general, hoy la gente está más instruida en todo el mundo. Pero, por desgracia, hay una ignorancia generalizada en lo que se refiere a las relaciones de poder y a lo que ocurre en ese dominio a escala mundial. Entramos en una era engañosa de la historia en la que muchas personas de todo el mundo tienen cada vez más la impresión de que no pueden hacer nada más que ser espectadores impotentes, reducidas a no ser más que unas partículas, unos engranajes o unas extensiones de una inmensa maquinaria invisible sobre la que no tienen control alguno.


Los escenarios del libro de George Orwell 1984 se han hecho realidad en lo esencial. La gente se ha vuelto ajena a su mundo y cada vez más está gobernada por esta invisible maquinaria capitalista que trabaja para destruir todo tipo de maneras alternativas de vivir o de pensar; el orden que se nos impone hoy es como un estrechamiento de la “jaula de acero” de Max Weber [2] que reduce cada vez más la independencia de nuestros movimientos.


La mayoría de las personas mira ahora las noticias y la televisión pasivamente. Tratan de distraerse de la realidad, tratan de embotar su conciencia y de vivir en un falso estado de felicidad que les permite ignorar la realidad y las miserias del mundo. Nuestras mentes han sido colonizadas colectivamente y se les he hecho creer en un falso orden de las cosas. La humanidad se está deshumanizando cada vez más. Puede que esto suene hegeliano, pero las personas se están alejando de sí mismas tal como se esperaba que lo hicieran. También se vuelven ajenas a las capacidades de su propio espíritu y a los talentos de los que están dotadas. Pero la verdad es que no estamos separados de los acontecimientos y procesos que conforman este mundo. No deberíamos convertirnos en esclavos de los objetos o de las estructuras de nuestra propia fabricación, ya sea el capitalismo o las estructura políticas. No debemos convertirnos en simples espectadores de nuestro recorrido vital.


La hegemonía es un proceso continuo de liderazgo, de control y de influencia que implica a la vez coerción y consentimiento. Pero nunca es fija o total y siempre se puede luchar contra ella. Vemos desafíos a la hegemonía en la construcción de bloques históricos que se enfrentan a los centros de poder imperialistas y capitalistas. El Movimiento Bolivariano de Hugo Chávez y el ALBA son ejemplos que han logrado desafiar a la hegemonía tradicional de las elites compradoras que gobiernan la región a beneficio de fuerzas exteriores.


Silvia CattoriUn gran capítulo, apasionante e inquietante, de su libro está dedicado a África. No le ha debido de sorprender que Francia emprendiera la guerra en Mali. ¿Acaso la desestabilización de este país debilitado, engendrada por la intervención de Francia en Libia, no abre una grave crisis en todos los países del Sahel, desde el Atlántico al mar Rojo?


Mahdi Darius Nazemroaya: Desde un principio he mantenido que la división de Sudán, la intervención francesa en Costa de Marfil apoyada por Estados Unidos y la guerra de la OTAN en Libia formaban parte de una segunda “rebatiña por África”. Expliqué que el objetivo de la guerra de Libia era desestabilizar otras partes de África y que provocaría una reacción que se extendería por gran parte del continente, incluidos países como Níger y Mali.


En el libro examino el Sahel, constituido por las tierras internas de Argelia, Níger, Libia y Mali. La guerra de la OTAN contra Libia desencadenó una reacción en cadena, como una demolición controlada, que Estados Unidos y sus aliados utilizaron para controlar una vasta proporción de África y de sus recursos. Como en el caso de la primera “rebatiña por África” desencadenada por una crisis económica en los países industrializados de Europa occidental, de hecho estos acontecimientos están relacionados con el control de los recursos. Al tiempo que Estados Unidos se implicaba más en África, su gobierno y el Pentágono empezaban a hablar cada vez más de la expansión de las facilidades de las que disponía al-Qaeda en África y de cómo el ejército estadounidense y sus aliados deberían luchar contra esta presencia aumentando su presencia en África. De hecho, en 2011 Estados Unidos dedicó parte de presupuesto a la actual guerra en Mali bajo la cobertura de la lucha contra al-Qaeda en el oeste de África. Detrás del relato que nos habla de la lucha contra los grupos terroristas clasificados con la etiqueta de al-Qaeda se ocultan unos intereses estratégicos, como la cada vez mayor obsesión de Estados Unidos por el Golfo de Guinea y el aprovisionamiento de petróleo en el oeste de África. Sabemos por experiencia que el imperio estadounidense de hecho trabajó con estos grupos, tanto en Libia como en Siria. Apenas se habla de echar fuera de África a China, Rusia, India, Brasil y otros rivales económicos del bloque occidental. En vez de ello, los intereses de Estados Unidos y de sus aliados de la OTAN, como Francia, se presentan como objetivos altruistas cuyo objetivo es ayudar a Estados débiles.


Volviendo a Mali, no me sorprendió cuando el presidente François Hollande y su gobierno ordenaron a los soldados franceses invadir este país. Tanto Francia como Estados Unidos concen muy bien las reservas de gas y de petróleo que hay en Mali, en Níger y en el conjunto del Sahel. En el libro se tratan estos puntos y también de la creación por parte del gobierno francés en 1945 de una Oficina de Investigaciones Petroleras con el objetivo de extraer el petróleo y el gas de esta región. Unos años después, en 1953, París entregó licencias de explotación a cuatro compañías francesas en África. Debido tanto a los avances estadounidenses como a las demandas africanas de independencia, París creó la Organización Común de las Regiones Saharianas (OCRS) para mantener su control sobre las partes ricas en recursos de sus territorios africanos poseedores de petróleo, gas y uranio. El uranio fue importante para mantener la independencia de Francia respecto a Washington por medio de la creación de una fuerza de disuasión nuclear estratégica en respuesta al monopolio anglo-estadounidense.


Por consiguiente, no es casual que las zonas del Sahel que Estados Unidos y sus aliados consideran que forman parte de la zona en la que están situadas al-Qaeda y sus terroristas correspondan más o menos a las fronteras de la OCRS, rica en energía y uranio. En 2002 el Pentágono inició unas importantes operaciones con el objetivo de controlar el oeste de África. Tuvo lugar bajo la forma de la Iniciativa Pan-Sahel , lanzada por el Comando Europeo de Estados Unidos (EUCOM) y el Comando Central de Estados Unidos  (CENTCOM, ambos por sus siglas en inglés). El Pentágono adiestró a tropas de Mali, Chad, Mauritania y Níger bajo la bandera de este proyecto del ejército estadounidense. Sin embargo, los planes cuyo objetivo es establecer la Iniciativa Pan-Sahel se remontan a 2001, cuando se lanzó la Iniciativa por África tras los atentados del 11 de septiembre. En 2005 el Pentágono lanzó, bajo el mando del CENTCOM, la Iniciativa Antiterrorista Transahariana sobre la base de la Iniciativa Pan-Sahel. Argelia, Marruecos, Senegal, Nigeria y Túnez se unieron a Mali, Chad, Mauritania y Níger. En 2008 se transfirió la TSCTI al mando del recientemente activado AFRICOM. Hay que señalar que el capitán Amadou Sanogo, el líder del golpe de Estado militar que tuvo lugar en Mali el 21 de marzo de 2012, es uno de los oficiales formados en el marco de estos programas estadounidenses en el oeste de África.


Si se analiza el golpe de Estado de 2012 en Mali se ve que se trató de un acto criminal. El golpe de Estado derrocó al presidente Amadou Toumani Touré con el pretexto de que este no podía restaurar la autoridad maliense en el norte del país. El presidente Amadou estaba a punto de abandonar el cargo y no tenía intención de continuar en la vida política, además de que se iban a celebrar elecciones en menos de dos meses. En esencia este golpe militar impidió que se celebraran las elecciones democráticas y el acto del capitán Sanogo acabó con el proceso democrático en Mali y desestabilizó el país. La OTAN y el gobierno instalado en Costa de Marfil por los franceses reconocieron la nueva dictadura militar. Estados Unidos siguió financiando al gobierno militar de Mali y delegaciones militares y civiles de Estados Unidos y de Europa occidental se entrevistaron con el régimen de Sanogo. Poco después Francia declaró que tenía derecho a intervenir en África ahí donde sus ciudadanos y sus intereses estuvieran amenazados. No eran sino los preliminares.


Las armas utilizadas en Mali y Níger tanto por los grupos terroristas como por las tribus tuareg están vinculadas a las acciones de la OTAN en Libia. Mas precisamente, estas armas provienen de los arsenales libios saqueados y de las armas enviadas a Libia por los franceses, los ingleses y los qataríes. La OTAN desempeñó un papel directo en este dominio y se sabe que los franceses sobornaron a los grupos tuareg y contribuyeron a armarlos y a financiarlos durante la guerra de Libia. Además, Francia siempre ha manipulado a los tuareg y a los bereberes contra otros grupos étnicos con fines coloniales.


Además de esto, se están alimentando las tensiones entre Sudán y Sudán del Sur. La región sudanesa de Darfur y Somalia siguen siendo puntos conflictivos. Todo esto forma parte de un arco africano de crisis que se está utilizando para reestructurar África y demarcarla dentro de las fronteras del bloque occidental.


Silvia CattoriNo hubo protestas cuando a iniciativa del presidente Sarkozy Francia volvió después de 33 años de retirada al mando militar de la OTAN. ¿No es esto señal de que los ciudadanos ignoran que esta organización amenaza a la humanidad y que el hecho de que su país pertenezca a la OTAN implica su subordinación a la belicista política exterior de Washington y la pérdida de su soberanía?


Mahdi Darius Nazemroaya: Creo que lo que hizo Sarkozy al reintegrar a Francia en el seno del mando militar de la OTAN es en gran parte un reflejo de un consenso en el seno de la clase política francesa. Sé que en París muchas voces políticas lo criticaron, pero si hubiera habido una oposición categórica en el seno de la clase política, se hubiera podido hacer mucho más que hablar. Los miembros de la clase política francesa hoy pelean entre ellos para saber quién va a servir mejor a los intereses imperialistas y capitalistas en Washington y Nueva York. Y no lo hacen porque sean particularmente proestadounidenses, sino porque están al servicio del sistema mundial corrupto que sirve él mismo al capitalismo global desde su debilitado centro en Estados Unidos. Así, también necesitamos volver a evaluar qué es ser antiestadounidense, de dónde proviene en realidad este sentimiento y qué representa.


Amplios sectores de la elite europea occidental están al servicio de este sistema mundial porque sus propios intereses están invertidos en él y vinculados a él. Como Estados Unidos se está debilitando y está luchando por mantener su primacía mundial como centro del capitalismo, de la regulación y de la acumulación capitalistas, va a delegar cada vez más sus misiones imperialistas en países como Francia. También vemos más compromiso entre Estados Unidos y países aliados como Francia y Alemania. Se trata aquí de una descentralización dialéctica del poder de Estados Unidos que tienen el objetivo de reforzar la hegemonía del sistema mundial y mantener el imperio estadounidense por delegación. Hay que señalar que este sistema capitalista mundial está fragmentado en bloques, razón por la cual vemos rivalidades entre Estados Unidos, China y Rusia.


En general, la mayoría de los ciudadanos en muchas sociedades son cada vez más pasivos con relación a las decisiones de sus gobernantes y de sus dirigentes. Esto es un reflejo del creciente sentimiento de alienación, de indiferencia y de impotencia que ha transformado a los seres humanos en mercancías y en objetos. Forma parte del estrechamiento de la “jaula de acero” de la que hablaba antes en términos weberianos.


Silvia CattoriEn un principio Francia fue junto con Qatar el principal “padrino” de la desestabilización de Siria [3]. China y Rusia impidieron con sus vetos la adopción de una resolución de Consejo de Seguridad autorizando una intervención militar de la OTAN como en el caso de Libia. Pero podemos preguntarnos si los países de la OTAN y sus aliados árabes no están realizando su plan de desestabilización por otras vías. ¿Y cree usted que China y Rusia podrán contener a la OTAN de forma duradera mientras los países emergentes no tengan algo que decir ni los medios de imponer un verdadero multilateralismo en el Consejo de Seguridad?


Mahdi Darius Nazemroaya: En primer lugar, hay que ver que los acontecimientos en Siria forman parte de una guerra por intermediación llevada a cabo por Estados Unidos, la OTAN, Israel y las dictaduras árabes (Como Arabia Saudí) contra China, Rusia, Irán y sus aliados. En segundo lugar, cuando se consideran los acontecimientos de Siria desde un punto de vista internacional deberíamos considerarlos en términos de la Guerra Civil española que estalló antes de la Segunda Guerra Mundial. Del mismo modo, se pueden considerar los acontecimientos en Libia y en África, y quizá las invasiones anteriores de Afganistán e Iraq, en términos de la invasión de China por Japón o la invasión de Checoslovaquia por Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Esto no significa que Siria o estos acontecimientos sean necesariamente el preludio de una Tercera Guerra Mundial, pero tienen el potencial de iniciar un vasto incendio a nivel mundial (a menos que pensemos que todos estos acontecimientos ya forman parte de una Tercera Guerra Mundial)


Las tesis de Giovanni Arrighi sobre los ciclos sistemáticos de acumulación en el “sistema mundo” pueden ayudarnos a encontrar una base de reflexión. Su trabajo es importante porque puede ayudarnos a relacionar todo aquello de lo que estamos hablando en Siria y África en términos de “totalidad fragmentada” que constituye el sistema mundial. Los ciclos de acumulación estudiados por Arrighi se refieren a unos periodos de tiempo que se extienden unos cien años o más, durante los cuales el centro del capitalismo en el sistema mundial se sitúa en un punto geográfico o país dado. Sus tesis están muy influenciadas por la obra del sabio francés Fernand Braudel sobre la expansión del capitalismo. Para Arrighi estos centros de acumulación han sido los poderes hegemónicos del sistema mundial en expansión. En la última etapa de cada ciclo los capitalistas desplazan sus capitales desde estos centros a otros lugares y finalmente al nuevo centro del capitalismo que ha emergido. Así, cronológicamente el poder hegemónico del sistema mundial se transfirió de la ciudad-Estado de Génova a los Países Bajos, después a Gran Bretaña y finalmente a Estados Unidos. El desplazamiento geográfico del centro del sistema mundial se produjo en el curso de un periodo de crisis, al menos en el caso de los antiguos centros del capitalismo, y en un corto lapso de tiempo. Así, nos encontramos hoy ante la República Popular China. Lo que ocurre es que el centro del capital está a punto de salir de Estados Unidos. Si continúa la tendencia señalada por Arrighi, entonces el siguiente centro de acumulación capitalista del sistema mundial será China. Con todo, no hay que descartar otros escenarios, como una dirección global de todas las principales potencias capitalistas. Lo que quiero señalar al referirme a la obra de Arighi es que nos las tenemos que ver con un sistema capitalista mundial que incluye China y Rusia. Ni Estados Unidos ni China ni Rusia quieren perturbar este sistema. Compiten entre sí para convertirse en el centro de acumulación capitalista. Por eso ninguna de las partes quiere una guerra directa y por ello los chinos no han utilizado la deuda extranjera estadounidense para devastar la economía de Estados Unidos: China desea ver una transferencia ordenada del centro de acumulación desde Estados Unidos.


China y Rusia no cambiarán sus políticas respecta a la Siria o Irán, pero quieren evitar una guerra que perturbe el sistema capitalista mundial. Por supuesto, Estados Unidos trata de mantener su posición como centro del sistema mundial por medio de la fuerza bruta o implicando a sus aliados y vasallos en operaciones imperialistas, como en Mali y Libia.


Silvia CattoriDedica un largo capítulo (páginas 67-113) a la intervención de la OTAN en Yugoslavia. ¿Puede resumir para nuestros lectores a dónde iba a llevar esta guerra que desmembró un país y generó tanto sufrimiento?


Mahdi Darius Nazemroaya: El desmantelamiento de la República Federal Socialista de Yugoslavia fue un paso importante para abrir las puertas a una expansión hacia el este de la OTAN y la Unión Europea. Abrió el camino a la marcha hacia las fronteras de Rusia y de la antigua Unión Soviética. La antigua Yugoslavia también era un obstáculo fundamental para un proyecto euroatlántico de la OTAN y de la UE en Europa. Además, la guerra de la OTAN en Yugoslavia permitió preparar la logística de las guerras en Afganistán e Iraq.


Silvia CattoriDenis J. Halliday [4] escribe en el prólogo de su libro: “La OTAN solo lleva a la destrucción, la pobreza, la inseguridad y la miseria. Debe ser abolida”. Sabiendo que no existe ningún movimiento que se oponga a la guerra, que ONG como Amnistía Internacional, HRW, MSF, MDM están a favor de la injerencia militar de las grandes potencias como hemos visto en la antigua Yugoslavia, en Sudán, en Libia y en Siria, ¿qué se puede sugerir a la generación joven que busca la justicia y está deseando actuar para lograr un mundo mejor? ¿Qué pueden hacer concretamente los pueblos de europeos contra la maquinaria destructiva de la OTAN?


Mahdi Darius Nazemroaya: Como dije antes, hemos llegado a la situación que describía George Orwell en su novela 1984. Amnistía Internacional, Human Rights Watch y una gran parte de las ONG de la industria humanitaria son herramientas del imperialismo que practican el doble rasero. Las organizaciones de ayuda exterior son profundamente políticas y están muy politizadas, lo que no significa que las personas que trabajan para ellas sean malas personas que no quieren ayudar al mundo. Muchos de los trabajadores y voluntarios de estas organizaciones son buenas personas, no comprenden todos los hechos y tienen buena intención. El pensamiento del grupo institucional ha engañado a estas personas o las ha cegado. En una auténtica tarea de dedicación, habría que liberarlas de todos los prejuicios y de la desinformación con la que han sido alimentadas.


Los ciudadanos de los países de la OTAN tienen que trabajar para posicionarse e informar a sus sociedades respectivas sobre la OTAN, y finalmente influirlas para que se retiren de esta organización. Esto se puede hacer de diferentes maneras, pero empieza por entemder qué es la OTAN y conocer la historia de esta sin censura alguna.


No soy una autoridad moral o un estratega. Me parece que mantenerse en el buen camino ya es un reto bastante difícil. No tengo derecho a pontificar sobre cómo deberían vivir los demás. Con todo, voy a expresar lo que pienso. En mi opinión, el mayor problema para muchas personas es que quieren cambiar el mundo a una escala demasiado grande sin afrontar los problemas inmediatos de sus propias vidas. Me parece que la mejor manera de cambiar el mundo es empezar dando pequeños pasos en nuestra vida diaria. Estoy hablando de “escala” y no de “cambio gradual” o de “ritmo”. Hacer un mundo mejor empieza por el entorno inmediato. El cambio empieza por uno o una misma y quienes están alrededor, tal como debería ser la caridad. Imaginemos que la mayoría de la gente lo hiciera: el mundo cambiaría en pequeñas etapas que desembocarían colectivamente en un cambio monumental. Tampoco podemos hacer nada de todo esto sin paciencia y determinación, y vuelvo a insistir en que acción y conocimiento deberían ir unidos. No sé que más se podría decir con relación a esto.


Silvia CattoriAl encajar las piezas del rompecabezas demuestra magistralmente en su libro cómo estas guerras en serie que se llevan a cabo con pretextos humanitarios se inscriben en una estrategia de “destrucción creativa” concebida por “los neoconservadores y sus aliados sionistas”, y cómo todas estas guerras están relacionadas (desde Yugoslavia a Afganistán, a Iraq y a Libia). Destacadas personalidades, como el antiguo Secretario General adjunto de la ONU Denis J. Halliday, autor del prólogo del libro, le dan toda la razón: en efecto, la OTAN es el principal peligro para la paz mundial. Pero usted sabe que en Europa, sobre todo en los países en los que, como Francia, las organizaciones judías tienen una fuerte influencia sobre los políticos y sobre los medios de comunicación, el hecho de denunciar las estrategia de los neoconservadores y de su aliado Israel [5o de denunciar las revoluciones de colores es suficiente para ser catalogado de “teórico de la conspiración” y ser apartado del debate. En su opinión, ¿qué se puede hacer para cambiar esta desesperante situación?


Mahdi Darius Nazemroaya: Mi experiencia (en Canadá) es diferente. Nunca se me ha calificado de teórico de la conspiración. Creo que la censura de los medios de comunicación y el desprecio sistemático son tácticas clave que se utilizan contra aquellas personas que ponen en entredicho el relato dominante o las opiniones que enuncian las fuerzas hegemónicas que dominan la sociedad. El objetivo de criminalizar a determiandas personas o grupos con el calificativo de “teóricos de la conspiración” es desacreditarlas y neutralizarlas, lo que se suele producir en cuanto logran llamar relativamente la atención y también cuando tienen además algunas ideas erróneas que se pueden ridiculizar y relacionar con sus posturas. No obstante, aquellas personas que se ven calificadas de teóricas de la conspiración no deberían permitir que esta acusación les disuada de mantener sus posturas y seguir dirigiéndose a la gente. En última instancia, la criminalización es una de las tácticas utilizadas para reprimir los puntos de vista y reflexiones “molestas”.


Los grupos y lobbies sionistas tienen una presencia fuerte y desproporcionada tanto en el dominio político como en los medios de varios países, pero hay que reconocer que no son homogéneos ni son los únicos factores influyentes. Forman parte de un bloque de intereses para el que es fundamental impedir que un discurso crítico haga mella en las fuerzas hegemónicas que dominan hoy en día la sociedad. No todos los lobbies sionistas están vinculados a Israel. A veces un grupo sionista trabaja para introducir e imponer en Israel proyectos externos. Las motivaciones de estos grupos no son todas las mismas, pero forman parte del programa dominante que ha difundido lo que los destacados sociólogos Giovanni Arrighi e Immanuel Wallerstein han denominado el “sistema mundo” [o “economía mundo”].


En mi humilde opinión, lo más importante es ser escuchado. Internet y las redes sociales han contribuido a este proceso. Creo que para ser escuchado también es importante proponer unos análisis rigurosos y bien articulados. Es una tarea difícil y que forma parte de un proceso cultural más amplio que implica educación y reeducación. Las fuerzas hegemónicas de la sociedad solo pueden ser modificadas estableciendo nuevas corrientes de pensamiento que puedan desafiar su hegemonía. La crítica tampoco es suficiente, hay que articular y ofrecer una alternativa y un programa mejor. Pensamiento y acción también tiene que estar unidos como parte de un proceso de praxis.


Silvia Cattori¿Se va traducir su libro al francés? ¿Ha tenido una cobertura mediática que le permita llegar al gran público?


Mahdi Darius Nazemroaya: Una editorial de Francia iba a traducir el libro al francés en tres volúmenes, pero desgraciadamente el proyecto se quedó en nada. En una época en la que van reduciéndose los periodos de atención pocas personas están interesadas en leer un libro de 400 páginas. Los grandes medios le han dedicado muy poca atención. Hace algunos meses Le Monde diplomatique en París contactó con mi editor en Estados Unidos y con la editorial que distribuye en Gran Bretaña para pedirles un ejemplar. No sé si Le Monde diplomatique tiene verdaderamente intención de hacer una reseña de un libro tan crítico y, a decir verdad, tampoco me preocupa demasiado.


El libro ha tenido algunas buenas criticas que afirma que es un libro imprescindible. También está ganando popularidad en universidades y facultades. Hay ejemplares del libro en las bibliotecas de instituciones como la Universidad de Harvard y la de Chicago. En la La Haya también hay un ejemplar del libro en la prestigiosa colección de la Biblioteca del Palacio de la Paz de los Países Bajos que contiene referencias y libros especializados en derecho internacional. En Amazon de Reino Unido está clasificado como uno de los mejores libros sobre la OTAN y creo que está empezando a ir bien.


(*) Mahdi Darius Nazemroaya es un sociólogo interdisciplinar, autor premiado y conocido analista político. Es investigador del Centre de recherche sur la mondialisation de Montréal, colaborador experto del Strategic Culture Foundation de Moscú y miembro del Comité científico de la revista de geopolítica Geopolitica, en Italia.




Notas:


[1] Se publicó primero con el título de «La mondialisation de l’OTAN» y después se cambió a «La mondialisation de la puissance militaire: l’expansion de l’OTAN». El artículo se tradujo a varias lenguas, incluido el árabe por el canal qatarí de información Al-Jazeera. Véase también en castellano: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=51916.
[2] La “jaula de acero” (o “jaula de hierro” ) es un concepto sociológico introducido por Max Weber que se refiere a la cada vez mayor racionalización de la vida social, en particular en las sociedades capitalistas occidentales. Así, la “jaula de acero” atrapa a los individuos en unos sistemas basados únicamente en la eficacia, el cálculo racional y el control.
[3] Véase: «Gérard Chaliand dit quelques vérités sur la Syrie»: http://www.silviacattori.net/article3350.html «Syrie: Les victimes de l’opposition armée ignorées»: http://www.silviacattori.net/article3416.html
[4] Gran parte de la vida profesional del irlandés Denis J. Halliday transcurrió en las Naciones Unidas implicado en acciones de ayuda humanitaria. En 1997 fue nombrado Secretario General adjunto de las Naciones Unidas y director del programa humanitario de estas en Iraq. Un año después y tras 34 años de servicio en el seno de las Naciones Unidas, Halliday anunció su dimisión debido a las sanciones económicas impuestas a Iraq, que él calificó de “genocidio”. En 2003 recibió el Premio Internacional Gandhi de la Paz. Desde que abandonó las Naciones Unidas Denis Halliday ha participado activamente en varias acciones contra la guerra y los crímenes contra la humanidad. Actualmente es miembro de la Iniciativa de Kuala Lumpur para “criminalizar la guerra”.
[5] Por ejemplo, en Francia Olivia Zemor, Nicolas Shahshahani y Dominique Vidal acusaron en el año 2003 al escritor Israël Shamir de antisemitismo por haber afirmado que Israel y el “lobby judío” en Estados Unidos habían desempeñado un papel fundamental en el inicio de la guerra contra Iraq, que llevaría al derrocamiento del régimen de Sadam Husein (uno de los últimos dirigentes árabes que se negaba a reconocer el Estado judío de Israel) y al desmembramiento de Iraq para garantizar la “seguridad de Israel”.




Tomado de:


La APRP declara la voluntad de la nación coreana de preservar la paz




29/3/2013



La APRP declara la voluntad de la nación coreana de preservar la paz
x ACNC 



Los Estados Unidos de América deberían ser buenos conocedores de que, desde hace décadas, las armas nucleares no son su monopolio.http://www.lahaine.org/skins/basic/img/espaciador.gif


Las direcciones de la Alianza Pannacional para la Reunificación de la Patria (APRP) en el norte y sur de Corea, así como entre la diáspora coreana, hicieron pública el pasado 28 de marzo una declaración que resumimos a continuación.


Debido a las "resoluciones de sanción" fabricadas injustamente por los Estados Unidos y sus aliados, así como a sus ejercicios de guerra contra la República Popular Democrática de Corea, se ha creado una situación tan crítica en la Península Coreana que nadie sabe cuándo podría estallar la guerra nuclear.


Como es sabido por las gentes de la RPDC, el lanzamiento del satélite que realizó dicho Estado está totalmente dentro de la ley internacional sobre el uso pacífico del cosmos, y mantener presencia fuera de nuestro planeta es un justo derecho de todos los Estados soberanos.


Asimismo, la prueba nuclear subterránea de la RPDC es una justa medida autodefensiva para defender tanto la soberanía nacional de la RPDC como la paz en toda Corea frente a las persistentes maniobras de EEUU y Seúl para aislarla.


No tiene sentido que EEUU pueda realizar maniobras nucleares a su antojo, lanzar misiles y amenazar con armas nucleares a quienes no se postran a su voluntad mientras le veta a la RPDC realizar pruebas nucleares con fines pacíficos y en un marco de exclusiva autodefensa.


Aplicar la "sanción" bajo tal pretexto es una flagrante violación a la soberanía y dignidad de un Estado soberano, así como un desafío a la ley internacional.


Esto es una demostración de la naturaleza bandidesca de EEUU, acostumbrados a aplastar con armas nucleares a todos aquellos que consideren un obstáculo en su hegemonía mundial.


Los ejercicios militares conjuntos que se desarrollan sin descanso en tierras, mares y aires del sur de Corea, con la correspondiente movilización de gran cantidad de efectivos nucleares, trata de utilizar el fuego atómico para exterminar a la nación coreana.


El acuerdo del armisticio tras la Guerra de 1953 fue invalidado por la actitud de los gobiernos de Washington y Seúl, lo que ha provocado que estemos al borde de la guerra nuclear.


Traduciendo la voluntad nacional de frustrar rotundamente las imprudentes maniobras de guerra de las fuerzas contrarias a la reunificación, tanto dentro como fuera de Corea, las tres direcciones de la APRP declaran:


Las fuerzas belicosas estadounidenses y surcoreanas deben poner fin a sus ejercicios de guerra y de agresión a la RPDC, que ponen a toda la nación al borde de una catástrofe nuclear.


Los Estados Unidos de América deberían ser buenos conocedores de que, desde hace décadas, las armas nucleares no son su monopolio.


En la situación que estamos viviendo, en la que ambas partes beligerantes cuentan con armas nucleares, si volviera a estallar la guerra, ésta sería incomparable a la de la década de 1950, y en esta ocasión los EEUU no estarán a salvo al otro lado del océano.


Todos los coreanos que creen en un futuro próspero para la nación deben levantarse unánimemente para luchar contra la imprudente campaña belicista y agresiva contra la RPDC llevada a cabo por Washington y Seúl, encaminada a devastar nuestro país y nuestra nación.


Tanto los EEUU como sus fuerzas satélites deben retirar de inmediato la injusta "resolución de sanción" impuesta por la ONU a la República Popular Democrática de Corea.


El bandidaje y el abuso de un organismo como la ONU por parte de Washington es inaceptable, ya que además quieren provocar una guerra tomando la misma como pretexto.


Corea ya no es esa nación débil del pasado, esta tierra es diferente a los países que han sufrido la humillación doblegándose ante la amenaza nuclear.


Los estadounidenses deben ver la realidad tal y como es, en consecuencia, pidiendo disculpas por esta farsa llamada "sanción".


Todos los coreanos, tanto dentro como fuera de la Península, deben desarrollar con dinamismo un movimiento masivo para concertar el tratado de paz, más cuando en este 2013 se cumplen los 60 años de la firma del acuerdo de armisticio.


La APRP exhorta fervientemente a todos los coreanos a desplegar fuertemente, como un movimiento pannacional, una ola de organización de actos comunes y actividades solidarias para expulsar a las fuerzas invasoras, causa de la guerra que pretende perpetuar la división de la nación coreana y únicamente trae desgracias y sufrimientos de toda índole.


Expresamos nuestra firme convicción de que todos los partidos políticos, entidades y personalidades de distintos estratos de la sociedad coreana que aspiran a la paz y a la reunificación del país enviarán su activo apoyo y su solidaridad para con este llamamiento patriótico de la APRP.



Los yanquis amenazan con guerra a Corea del Norte, ¿Debe o no defenderse?



Los yanquis amenazan con guerra a Corea del Norte, ¿Debe o no defenderse?
Pedro Echevería V.




1. Kim Jong-un, el presidente o líder de Corea el Norte, según se informó, ordenó la madrugada de ayer viernes 29 poner en alerta las tropas de misiles estratégicos para lanzar un posible ataque contra la parte continental de EEUU y las bases estadounidenses en Corea del Sur y el Pacífico; se dice que en una reunión Kim dispuso que se prepara el lanzamiento de misiles estratégicos para que puedan alcanzar en cualquier momento el territorio de EEUU y sus bases militares en Corea del Sur, Hawai y Guam. Asimismo el Ejército de Corea del Norte incrementó la actividad en sus bases de misiles de mediano y largo alcance. ¡Cuánto cinismo! Miedo a un país pequeño, pobre y sin más armamento que el sólo hecho de presionar para ser tomado en cuenta. Me recuerda cuando en 1962 Cuba, isla de 10 millones de habitantes, era acusada de amenazar a los mismos EEUU, el país más poderoso del mundo en todos los campos.


2. La realidad es que durante un siglo ha sido más que probado, que los poderosos empresarios fabricantes de armas de los EEUU no pueden vivir sin provocar guerras: terminó la guerra de Kosovo, pero se iniciaron invasiones a Irak, Afganistán, se colocaron decenas de bases militares, se propició golpe de Estado en Venezuela y Honduras, se amenazó a Irán y ahora a Corea del Norte. El objetivo ha sido siempre el saqueo de riquezas, el dominio del petróleo; pero los pretextos siempre son muchos, fáciles de inventar: lo importante es vender armas, aviones, helicópteros y así demostrar que sube la bolsa de valores y la economía se va para arriba en los EEUU. ¿Qué sabe el pueblo norteamericano de lo que hacen sus jefes, los poderosos yanquis empresarios si lo mantienen muy bien divertido y aturdido? Pero Corea del Norte, aunque es una pequeña península, no quiere ser esclavo yanqui y ha dicho basta; por ese motivo se le acusa de todo.



3. Ahora -gritan alarmados los EEUU y los medios de información a su servicio- que “Corea del Norte eleva el tono de sus amenazas y apunta directamente a EEUU”. Pero silencian de manera cínica que hace dos meses los EEUU iniciaron ejercicios militares y se reconoce que “la amenaza de Corea Norte llega después” (y en eso hay que darse cuenta) de que Washington envió, como si fuera una provocación, primero dos bombarderos nucleares a sus bases de Corea del Sur en una excepcional demostración de fuerza; con esa provocación EEUU pretende demostrar la capacidad "de llevar a cabo ataques de larga distancia y precisión con rapidez" y el compromiso de "defender a Corea del Sur" y extender el efecto disuasorio en la región Asia Pacífico". Además, el Pentágono como un reto, había anunciado recientemente que reforzaba su escudo antimisiles por temor a un ataque norcoreano. Corea del Norte no debe dar ni un paso atrás, pero también debe estar atento del juego político que prepara en Pentágono yanqui.


4. Un día antes, el jueves por la noche, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo que Washington se estaba tomando muy en serio las amenazas de Pyongyang, horas después de que el Pentágono diera la orden de que sobrevolaran la región bombarderos furtivos B-2. EEUU recordó que durante las maniobras en curso han participado también bombarderos B-52 con capacidad nuclear. Hagel negó que el despliegue de los B-2 en Corea del Sur fuera una provocación y aseguró que “la disuasión también forma parte de los ejercicios militares” entre las fuerzas surcoreanas y las tropas estadounidenses, maniobras que comenzaron el 1 de marzo y se prolongarán hasta el 30 de abril. ¿Por qué el secretario de Defensa niega que EEUU esté en plan de clara provocación? Lo único que hace Corea del Norte es defenderse ante los ejercicios militares que EEUU y Corea del Sur realizan a unos cuantos kilómetros de Pyongyang, capital de aquella nación.


5. Corea del Norte hoy, es un pequeño país peninsular de 25 millones de habitantes. Fue divido en 1945 al terminar la segunda guerra mundial en dos zonas de influencia: la soviética en el Norte y la yanqui en el Sur; ello provocó después una funesta guerra de 1950-53. Sin embargo, Corea no ha dejado de luchar por mayor presencia en el mundo y, al mismo tiempo, por solucionar sus problemas internos provocados por bloqueos de los EEUU. Por ello ha tratado de desarrollar una industria nuclear, al estilo de otros países como EEUU, Inglaterra, Israel, Rusia, China, que han usado para desarrollar su industria y al mismo tiempo para obtener mayor presencia mundial. Los coreanos preguntan: ¿Por qué hay decenas de países que poseen industrias nucleares y por qué su prohíbe a Corea del Norte desarrollar la suya? En 2003 Bush declaró que Norcorea es parte de “Eje del Mal”, junto a otros países que considera enemigos.


6. En octubre de 2006 Corea del Norte, buscando que se le escuche, hizo explotar su primera bomba nuclear a pesar de las amenazas por parte de los EEUU. Luego se reanudaron las conversaciones multilaterales con otros países en Pekín. Al siguiente año, en la misma capital China, Corea del Norte exigió compensaciones energéticas y en conversaciones a seis bandas, las delegaciones de Corea del Norte, Corea del Sur, EEUU, Rusia, Japón y China se firmaron acuerdos de desnuclearización de Corea del Norte. A cambio, la Corea del Norte recibiría ayuda energética equivalente a un millón de toneladas de petróleo y compensaciones económicas. Sin embargo, tras la llegada al poder en Corea del Sur del conservador proyanqui Lee Myung-bak tras las elecciones de 2008, ese tratado quedó cancelado y toda la ayuda al país dada por los anteriores gobiernos desapareció. ¿No está claro acaso que se busca evitar que Corea del Norte se defienda?


7. La realidad es que la última prueba nuclear de Corea del Norte se realizó el pasado mes, el 11 de febrero de 2013, en el noroeste del país generando un estado de alerta en Corea el Sur y en el mundo en el cual llamaron en la ONU a asamblea general urgente, poco tiempo después de que se detonara la bomba nuclear de prueba. ¿Habrá caído en la provocación el gobierno de Pyongyang a pesar de que durante más de 10 años han sido calentados por los yanquis? Parece que ya nos veremos en las calles gritando –por enésima vez- contra ese maldito imperio que no puede descansar de bombardear e invadir países. Pero tenemos esperanza en que China, Rusia, incluso Japón y de más países de la región, estén dispuestos a parar a los EEUU. ¿O será que el imperio gringo –que durante un siglo ha impuesto su poder total- esté ya dando los últimos pasos hacia el cadalso en este mundo que se está transformando en tri o multipolar?





Chávez presente. Maduro Presidente

Chávez presente. Maduro Presidente 

Paul de Martini



Las dos Coreas



Las dos Coreas  
Fidel Castro Ruz


I y II parte


La nación coreana, con su peculiar cultura que la diferencia de sus vecinos chinos y japoneses, existe desde hace tres mil años. Son características típicas de las sociedades de esa región asiática, incluidas la china, la vietnamita y otras. Nada parecido se observa en las culturas occidentales, algunas con menos de 250 años.


Los japoneses habían arrebatado a China en la guerra de 1894 el control que ejercía sobre la dinastía coreana y convirtieron su territorio en una colonia de Japón. Por acuerdo entre Estados Unidos y las autoridades coreanas, el protestantismo fue introducido en ese país en el año 1892. Por otro lado, el catolicismo había penetrado igualmente en ese siglo a través de las misiones. Se calcula que actualmente en Corea del Sur alrededor del 25 por ciento de la población es cristiana y una cifra similar es budista. La filosofía de Confucio ejerció gran influencia en el espíritu de los coreanos, que no se caracterizan por las prácticas fanáticas de la religión.



Dos importantes figuras ocuparon los primeros planos de la vida política de esa nación en el siglo XX. Syngman Rhee, que nace en marzo de 1875, y Kim Il Sung 37 años después, en abril de 1912. Ambas personalidades, de distinto origen social, se enfrentaron a partir de circunstancias históricas ajenas a ellos.



Los cristianos se oponían al sistema colonial japonés, entre ellos Syngman Rhee, que era practicante activo del protestantismo. Corea cambió de status: Japón anexó su territorio en 1910. Años más tarde, en 1919, Rhee fue nombrado Presidente del Gobierno Provisional en el exilio, con sede en Shanghai, China. Nunca empleó las armas contra los invasores. La Liga de las Naciones, en Ginebra, no le prestó atención.


El imperio japonés fue brutalmente represivo con la población de Corea. Los patriotas resistieron con las armas la política colonialista de Japón y lograron liberar una pequeña zona en los terrenos montañosos del Norte, durante los últimos años de la década de 1890.


Kim Il Sung, nacido en las proximidades de Pyongyang, a los 18 años se incorporó a las guerrillas comunistas coreanas que luchaban contra los japoneses. En su activa vida revolucionaria alcanzó la jefatura política y militar de los combatientes antijaponeses del Norte de Corea, cuando sólo tenía 33 años de edad.


Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió el destino de Corea en la posguerra. Entró en la contienda cuando fue atacado por una criatura suya, el Imperio del Sol Naciente, cuyas herméticas puertas feudales abrió el Comodoro Perry en la primera mitad del siglo XIX apuntando con sus cañones al extraño país asiático que se negaba a comerciar con Norteamérica.


El aventajado discípulo se convirtió más tarde en un poderoso rival, como ya expliqué en otra ocasión. Japón golpeó sucesivamente décadas más tarde a China y Rusia, apoderándose adicionalmente de Corea. No obstante fue astuto aliado de los vencedores en la Primera Guerra Mundial a costa de China. Acumuló fuerzas y, convertido en una versión asiática del nazifascismo, intentó ocupar el territorio de China en 1937 y atacó a Estados Unidos en diciembre de 1941; llevó la guerra al Sudeste Asiático y a Oceanía.


Los dominios coloniales de Gran Bretaña, Francia, Holanda y Portugal en la región estaban condenados a desaparecer y Estados Unidos surgía como la potencia más poderosa del planeta, resistida sólo por la Unión Soviética, entonces destruida por la Segunda Guerra Mundial y las cuantiosas pérdidas materiales y humanas que le ocasionó el ataque nazi. La Revolución china estaba por concluir en 1945 cuando la matanza mundial cesó. El combate unitario antijaponés ocupaba entonces sus energías. Mao, Ho Chi Minh, Gandhi, Sukarno y otros líderes prosiguieron después su lucha contra la restauración del viejo orden mundial que era ya insostenible.


Truman lanzó contra dos ciudades civiles japonesas la bomba atómica, arma nueva terriblemente destructiva de cuya existencia, como se ha explicado, no había informado al aliado soviético, el país que más contribuyó a la destrucción del fascismo. Nada justificaba el genocidio cometido, ni siquiera el hecho de que la tenaz resistencia japonesa había costado la vida a casi 15 mil soldados norteamericanos en la isla japonesa de Okinawa. Ya Japón estaba derrotado y tal arma, lanzada contra un objetivo militar, habría tenido más tarde o más temprano el mismo efecto desmoralizador en el militarismo japonés sin nuevas bajas para los soldados de Estados Unidos. Fue un acto incalificable de terror.


Los soldados soviéticos avanzaban sobre Manchuria y el Norte de Corea, tal como lo habían prometido al cesar los combates en Europa. Los aliados habían definido previamente hasta qué punto llegaría cada fuerza. En la mitad de Corea estaría la línea divisoria, equidistante entre el río Yalu y el Sur de la península. El gobierno norteamericano negoció con los japoneses las normas que regirían la rendición de las tropas en su propio territorio. Japón sería ocupado por Estados Unidos. En Corea, anexada a Japón, permanecía una gran fuerza del poderoso ejército japonés. En el Sur del Paralelo 38, límite divisorio establecido, prevalecerían los intereses de Estados Unidos. Syngman Rhee, reincorporado a esa parte del territorio por el gobierno de Estados Unidos, fue el líder al que apoyó, con la cooperación abierta de los japoneses. Ganó así las reñidas elecciones de 1948. Los soldados del Ejército Soviético se habían retirado de Corea del Norte ese año.


El 25 de junio de 1950 estalló la guerra en el país. Todavía se discute quién realizó el primer disparo, si los combatientes del Norte o los soldados norteamericanos que montaban guardia junto a los soldados reclutados por Rhee. La discusión carece de sentido si se analiza desde el ángulo coreano. Los combatientes de Kim Il Sung lucharon contra los japoneses por la liberación de toda Corea. Sus fuerzas avanzaron incontenibles hasta las proximidades del extremo Sur, donde los yanquis se defendían con el apoyo masivo de sus aviones de ataque. Seúl y otras ciudades habían sido ocupadas. McArthur, jefe de las fuerzas norteamericanas del Pacífico, decidió ordenar un desembarco de la infantería de Marina por Incheon, en la retaguardia de las fuerzas del Norte, que estas no podían ya contrarrestar. Pyongyang cayó en manos de las fuerzas yanquis, precedidas por devastadores ataques aéreos. Ello impulsó la idea por parte del mando militar norteamericano en el Pacífico de ocupar toda Corea, ya que el Ejército de Liberación Popular de China, dirigido por Mao Zedong, había infligido una derrota aplastante a las fuerzas proyanquis de Chiang Kai-shek, abastecidas y apoyadas por Estados Unidos. Todo el territorio continental y marítimo de ese gran país había sido recuperado, con excepción de Taipei y algunas otras pequeñas islas próximas donde se refugiaron las fuerzas del Kuomintang, transportadas por naves de la Sexta Flota.


La historia de lo ocurrido entonces se conoce hoy bien. No olvidar que Boris Yeltsin entregó a Washington, entre otras cosas, los archivos de la Unión Soviética.



¿Qué hizo Estados Unidos cuando estalló el conflicto prácticamente inevitable bajo las premisas creadas en Corea? Presentó a la parte norte de ese país como agresora. El Consejo de Seguridad de la recién creada Organización de Naciones Unidas, promovida por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, aprobó la resolución sin que uno de los cinco miembros pudiera vetarla. En esos precisos meses la URSS se había manifestado inconforme con la exclusión de China en el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos reconocía a Chiang Kai-shek, con menos del 0,3 por ciento del territorio nacional y menos del 2 por ciento de la población, como miembro del Consejo de Seguridad con derecho al veto. Tal arbitrariedad condujo a la ausencia del delegado ruso, a consecuencia de lo cual se produjo el acuerdo de ese Consejo dando a la guerra el carácter de una acción militar de la ONU contra el presunto agresor: la República Popular de Corea. China, ajena por completo al conflicto, que afectaba su lucha inconclusa por la liberación total del país, vio cernirse la amenaza directa contra su propio territorio, lo cual era inaceptable para su seguridad. Según datos publicados, envió al primer ministro Zhou Enlai a Moscú, para expresar a Stalin su punto de vista sobre lo inadmisible que era la presencia de fuerzas de la ONU bajo el mando de Estados Unidos en las riberas del río Yalu, que delimita la frontera de Corea con China, y solicitarle la cooperación soviética. No existían entonces contradicciones profundas entre los dos gigantes socialistas.


El contragolpe chino se afirma que estaba planeado para el 13 de octubre y Mao lo pospuso para el 19, esperando la respuesta soviética. Era el máximo que podía dilatarlo.


Pienso concluir esta reflexión el próximo viernes. Es un tema complejo y trabajoso, que demanda especial cuidado y datos tan precisos como sea posible. Son hechos históricos que deben conocerse y recordarse.



Fidel Castro Ruz
Julio 22 de 2008
9 y 22 p.m.




Las dos Coreas


Tomado de Cubadebate


El 19 de octubre de 1950 más de 400 mil combatientes voluntarios chinos, cumpliendo las instrucciones de Mao Zedong, cruzaron el Yalu y salieron al paso de las tropas de Estados Unidos que avanzaban hacia la frontera china. Las unidades norteamericanas, sorprendidas por la enérgica acción del país al que habían subestimado, se vieron obligadas a retroceder hasta las proximidades de la costa sur, bajo el empuje de las fuerzas combinadas de chinos y coreanos del Norte. Stalin, que era sumamente cauteloso, prestó una cooperación mucho menor que lo que esperaba Mao, aunque valiosa, mediante el envío de aviones MiG-15 con pilotos soviéticos, en un frente limitado de 98 kilómetros, que en la etapa inicial protegieron a las fuerzas de tierra en su intrépido avance. Pyongyang fue de nuevo recuperado y Seúl ocupado otra vez, desafiando el incesante ataque de la fuerza aérea de Estados Unidos, la más poderosa que ha existido nunca.


MacArthur estaba ansioso por atacar a China con el empleo de las armas atómicas. Demandó su uso tras la bochornosa derrota sufrida. El presidente Truman se vio obligado a sustituirlo del mando y nombrar al general Matthews Ridgway como jefe de las fuerzas de aire, mar y tierra de Estados Unidos en el teatro de operaciones. En la aventura imperialista de Corea participaron, junto a Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Grecia, Canadá, Turquía, Etiopía, Sudáfrica, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Colombia. Este país fue el único participante por América Latina, bajo el gobierno unitario del conservador Laureano Gómez, responsable de matanzas masivas de campesinos. Con ella, como se vio, participaron la Etiopía de Haile Selassie, donde todavía existía la esclavitud, y la Sudáfrica gobernada por los racistas blancos.


Hacía apenas cinco años que la matanza mundial iniciada en septiembre de 1939 había concluido, en agosto de 1945. Después de sangrientos combates en el territorio coreano, el Paralelo 38 volvió a ser el límite entre el Norte y el Sur. Se calcula que murieron en esa guerra cerca de dos millones de coreanos del Norte, entre medio millón o un millón de chinos y más de un millón de soldados aliados. Por parte de Estados Unidos perdieron la vida alrededor de 44 mil soldados; no pocos de ellos eran nacidos en Puerto Rico u otros países latinoamericanos, reclutados para participar en una guerra a la que los llevó la condición de inmigrantes pobres.


Japón obtuvo grandes ventajas de esa contienda; en un año, la manufactura creció un 50%, y en dos recuperó la producción alcanzada antes de la guerra. No cambió, sin embargo, la percepción de los genocidios cometidos por las tropas imperiales en China y Corea. Los gobiernos de Japón han rendido culto a los actos genocidas de sus soldados, que en China habían violado a decenas de miles de mujeres y asesinaron brutalmente a cientos de miles de personas, como ya se explicó en una reflexión.


Sumamente laboriosos y tenaces, los japoneses han convertido su país, desprovisto de petróleo y otras materias primas importantes, en la segunda potencia económica del mundo.


El PIB de Japón, medido en términos capitalistas —aunque los datos varían según las fuentes occidentales—, asciende hoy a más de 4,5 millones de millones de dólares, y sus reservas en divisas alcanzan más de un millón de millones. Es todavía el doble del PIB de China, 2,2 millones de millones, aunque esta posee un 50% más de reservas en moneda convertible que ese país. El PIB de Estados Unidos, 12,4 millones de millones, con 34,6 veces más territorio y 2,3 veces más población, es apenas tres veces mayor que el de Japón. Su gobierno es hoy uno de los principales aliados del imperialismo, cuando este se halla amenazado por la recesión económica y las armas sofisticadas de la superpotencia se esgrimen contra la seguridad de la especie humana.


Son lecciones imborrables de la historia.


La guerra, en cambio, afectó considerablemente a China. Truman dio órdenes a la VI Flota de impedir el desembarco de las fuerzas revolucionarias chinas que culminarían la liberación total del país con la recuperación del 0,3 por ciento de su territorio, que había sido ocupado por el resto de las fuerzas pro yanquis de Chiang Kai-shek que hacia allí se fugaron.

Las relaciones chino-soviéticas se deterioraron después, tras la muerte de Stalin, en marzo de 1953. El movimiento revolucionario se dividió en casi todas partes. El llamamiento dramático de Ho Chi Minh dejó constancia del daño ocasionado, y el imperialismo, con su enorme aparato mediático, atizó el fuego del extremismo de los falsos teóricos revolucionarios, un tema en el que los órganos de inteligencia de Estados Unidos se convirtieron en expertos.


A Corea del Norte le había correspondido, en la arbitraria división, la parte más accidentada del país. Cada gramo de alimento tenía que obtenerlo a costa de sudor y sacrificio. De Pyongyang, la capital, no quedó piedra sobre piedra. Un elevado número de heridos y mutilados de guerra debían ser atendidos. Estaban bloqueados y sin recursos. La URSS y los demás Estados del campo socialista se reconstruían.


Cuando llegué el 7 de marzo de 1986 a la República Popular Democrática de Corea, casi 33 años después de la destrucción que dejó la guerra, era difícil creer lo que allí sucedió. Aquel pueblo heroico había construido infinidad de obras: grandes y pequeñas presas y canales para acumular agua, producir electricidad, abastecer ciudades y regar los campos; termoeléctricas, importantes industrias mecánicas y de otras ramas, muchas de ellas bajo tierra, enclavadas en las profundidades de las rocas a base de trabajo duro y metódico. Por falta de cobre y aluminio se vieron obligados a utilizar incluso hierro en líneas de transmisión devoradoras de energía eléctrica, que en parte procedía de la hulla. La capital y otras ciudades arrasadas fueron construidas metro a metro. Calculé millones de viviendas nuevas en áreas urbanas y rurales y decenas de miles de instalaciones de servicios de todo tipo. Infinitas horas de trabajo estaban convertidas en piedra, cemento, acero, madera, productos sintéticos y equipos. Las siembras que pude observar, dondequiera que fui, parecían jardines. Un pueblo bien vestido, organizado y entusiasta estaba en todas partes, recibiendo al visitante. Merecía la cooperación y la paz.


No hubo tema que no discutiera con mi ilustre anfitrión Kim Il Sung. No lo olvidaré.


Corea quedó dividida en dos partes por una línea imaginaria. El Sur vivió una experiencia distinta. Era la parte más poblada y sufrió menos destrucción en aquella guerra. La presencia de una enorme fuerza militar extranjera requería el suministro de productos locales manufacturados y otros, que iban desde la artesanía hasta las frutas y vegetales frescos, además de los servicios. Los gastos militares de los aliados eran enormes. Lo mismo ocurrió cuando Estados Unidos decidió mantener indefinidamente una gran fuerza militar. Las transnacionales de Occidente y de Japón invirtieron en los años de la Guerra Fría considerables sumas, extrayendo riquezas sin límites del sudor de los surcoreanos, un pueblo igualmente laborioso y abnegado como sus hermanos del Norte. Los grandes mercados del mundo estuvieron abiertos a sus productos. No estaban bloqueados. Hoy el país alcanza elevados niveles de tecnología y productividad. Ha sufrido las crisis económicas de Occidente, que dieron lugar a la adquisición de muchas empresas surcoreanas por las transnacionales. El carácter austero de su pueblo le ha permitido al Estado la acumulación de importantes reservas en divisas. Hoy soporta la depresión económica de Estados Unidos, en especial los elevados precios de combustibles y alimentos, y las presiones inflacionarias derivadas de ambos.


El PIB de Corea del Sur, 787 mil 600 millones de dólares, es igual al de Brasil (796 mil millones) y México (768 mil millones), ambos con abundantes recursos de hidrocarburos y poblaciones incomparablemente mayores. El imperialismo impuso a las mencionadas naciones su sistema. Dos quedaron rezagadas; la otra avanzó mucho más.


De Corea del Sur apenas emigran a Occidente; de México, lo hacen en masa hacia el actual territorio de Estados Unidos; de Brasil, Suramérica y Centroamérica, a todas partes, atraídos por la necesidad de empleo y la propaganda consumista. Ahora los retribuyen con normas rigurosas y despectivas.


La posición de principios sobre las armas nucleares suscrita por Cuba en el Movimiento de Países No Alineados, ratificada en la Conferencia Cumbre de La Habana en agosto de 2006, es conocida.


Saludé por primera vez al actual líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong Il, cuando arribé al aeropuerto de Pyongyang y él estaba discretamente situado a un lado de la alfombra roja cerca de su padre. Cuba mantiene con su gobierno excelentes relaciones.


Al desaparecer la URSS y el campo socialista, la República Popular Democrática de Corea perdió importantes mercados y fuentes de suministros de petróleo, materias primas y equipos. Al igual que para nosotros, las consecuencias fueron muy duras. El progreso alcanzado con grandes sacrificios se vio amenazado. A pesar de eso, mostraron la capacidad de producir el arma nuclear.


Cuando se produjo hace alrededor de un año el ensayo pertinente, le transmitimos al Gobierno de Corea del Norte nuestros puntos de vista sobre el daño que ello podía ocasionar a los países pobres del Tercer Mundo que libraban una lucha desigual y difícil contra los planes del imperialismo en una hora decisiva para el mundo. Tal vez no fuera necesario hacerlo. Kim Jong Il, llegado a ese punto, había decidido de antemano lo que debía hacer, tomando en cuenta los factores geográficos y estratégicos de la región.


Nos satisface la declaración de Corea del Norte sobre la disposición de suspender su programa de armas nucleares. Esto no tiene nada que ver con los crímenes y chantajes de Bush, que ahora se jacta de la declaración coreana como éxito de su política de genocidio. El gesto de Corea del Norte no era para el gobierno de Estados Unidos, ante el cual no cedió nunca, sino para China, país vecino y amigo, cuya seguridad y desarrollo es vital para los dos Estados.


A los países del Tercer Mundo les interesa la amistad y cooperación entre China y ambas partes de Corea, cuya unión no tiene que ser necesariamente una a costa de la otra, como ocurrió en Alemania, hoy aliada de Estados Unidos en la OTAN. Paso a paso, sin prisa pero sin tregua, como corresponde a su cultura y a su historia, seguirán tejiéndose los lazos que unirán a las dos Coreas. Con la del Sur desarrollamos progresivamente nuestros vínculos; con la del Norte han existido siempre y continuaremos fortaleciéndolos.



Fidel Castro Ruz
Julio 24 de 2008
6 y 18 p.m.





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