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miércoles, 31 de octubre de 2012

FSLN listo para obtener victoria sin precedentes en las municipales

FSLN listo para obtener victoria sin precedentes en las municipales

 
 

Managua. Agencias/Informe Pastrán. | 31 octubre de 2012

 
 
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se prepara para obtener una victoria electoral sin precedentes, según lo anticipan todas las encuestas.

Bajo el poderoso liderazgo del Presidente Daniel Ortega, líder indiscutible del FSLN, los sandinistas esperan cosechar similar respaldo al obtenido el año pasado, cuando reunieron alrededor de 1.8 millones de votos, equivalentes al 62%.

Estas elecciones serán las primeras después de la reforma electoral aprobada en marzo pasado, mediante la cual la mitad de las fórmulas para alcalde/vicealcalde y de las candidaturas para concejales, deben ser integradas por mujeres.

La misma reforma cuadruplicó la cantidad de concejales que serán electos, con la idea de incrementar la participación directa de las principales comunidades de cada municipio, en su gobierno local. En total, serán electos 3,267 concejales propietarios y otros tantos suplentes, para sumar un total de 6.534 concejales.

Los sandinistas han asentado su estrategia en cuatro grandes ejes: ratificar el liderazgo del Presidente Ortega, validar el modelo de gobierno (Cristiano, Socialista y Solidario) cuya esencia es que las decisiones son tomadas directamente por la población, promover al FSLN como el gran candidato (por encima de las figuras que son postuladas para alcaldes o alcaldesas) y el trabajo en equipo entre la fórmula alcalde/vicealcalde y los concejales.

Rosario Murillo, Jefa Nacional de Campaña del FSLN, dijo este miércoles que "esta es una campaña distinta, la que hemos vivido, nosotros no estamos en el atraso, nosotros estamos iluminados por el Amor, iluminados por la Palabra de Dios que nos mandata vivir como hermanos, que nos mandata fraternidad, sentido de familia y comunidad. Esta ha sido una campaña de Unidad, de Fraternidad, de Cultura, de Progreso, de Alianzas de Prosperidad, de Puentes, de Arcas, todo lo que nos convoca al encuentro, a la reflexión conjunta, a esa unión para resolver los problemas. Esta ha sido una campaña cualitativamente distinta, humanista, solidaria, cercana, una campaña casa a casa" .

Murillo también hizo un llamado directo a la oposición: "para que aquella minoría que todavía está pensando en conflictos, que no caben entre hermanos, vayamos entendiendo que aquí vivimos en una sola tierra y somos una sola familia y nos cobija esa Bandera Azul y Blanco que defendemos en cada municipio con programas sociales, con programas económicos, con rutas de protagonismo y prosperidad de todas las familias nicaragüenses desde el FSLN".

El FSLN espera conservar los 109 municipios que gobierna desde 2008 y ampliar su hegemonía en la mayor cantidad posible de los otros 44 municipios ahora en poder de la oposición derechista.

En Managua, la principal plaza electoral con 961 mil 744 ciudadanos en el padrón activo y 197 mil 265 en el registro pasivo (19% de todo el electorado), los sandinistas obtendrán con toda probabilidad una resonante victoria, que algunos observadores estiman será superior al 70%.

De acuerdo a especialistas, el FSLN debe obtener una victoria cómoda en todos los 62 municipios de los siete departamentos del país. La misma oposición abandonó en la práctica la competencia en esa zona, postulando a candidatos muy pocos conocidos y en muchos casos, sin completar el número de fiscales a los cuales tiene derecho.

De victoria en victoria

En los últimos dieciséis años, después de haber sido derrotado en 1990, el Frente Sandinista pudo remontar la pérdida del poder, porque se enfocó en gran medida en ganar los gobiernos locales, una base social importante para proyectar a cualquier partido político.

Este ascenso es visto como ejemplo por otros partidos políticos en América Latina.

En 1996, la Alianza Liberal con Arnoldo Alemán ganó esos comicios, cuando en el país existían 145 municipalidades. La AL ganó 92 alcaldías y el FSLN 51. Una ganó entonces el MRS, en Carazo y en Rivas una asociación de suscripción popular.

Cuatro años después, habiéndose negociado una reforma a la Constitución y la Ley Electoral y haber dividido Managua y El Crucero, el gran perdedor fue el PLC, porque perdió Managua y 11 de las 16 cabeceras departamentales, aunque se quedó con 94 alcaldías. A manos del FSLN se mantuvieron 52, pero Managua se volvió sandinista.

En el 2004 el FSLN salió con la escoba y barrió en 14 de las 17 cabeceras departamentales, en 87 de 152 municipios y en 25 de las 42 ciudades más importantes. De las 90 alcaldías en disputa en los diez departamentos de Las Segovias y el Pacífico -la zona más poblada del país- el FSLN ganó 69, el PLC 20 y APRE 1. Los sandinistas barrieron con todos los municipios de León y Masaya, con 12 de 13 en Chinandega y con 7 de 9 en Madriz. Además, ganaron en 10 de los 17 departamentos del país, sacándole más de 100 mil votos de ventaja al PLC, y otra vez retuvieron Managua.

Tras la pérdida del gobierno en el 2006 y el desmoronamiento del liberalismo, para el 2008, con el Presidente Daniel Ortega en el poder, el sandinismo reafirmó su avance político en 109 de los 153 municipios, dando un salto cualitativo y cuantitativo.

Los liberales, desde el 2000 no solo perdieron la principal plaza electoral del país y retrocedieron en los municipios de forma dramática, sino que además se dividieron en dos grandes bloques en el 2006 y desde entonces la unidad ha sido un sueño imposible.

Para el 2012, otra vez a las municipales, los liberales siguen fragmentados, mientras que el FSLN prepara la barrida.

Hace varias semanas, el Gerente de Cid Gallup, Luis Haug dijo que estas municipales son como un juego en donde uno de los equipos tiene supremacía sobre el resto y se percibe ganador absoluto por goleada.

Condiciones aseguradas

El magistrado José Luis Villavicencio anunció que ya están creadas las condiciones para asegurar el derecho al sufragio en todo el país. El silencio electoral inicia a medianoche de este miércoles, aunque los partidos y sus candidatos pueden concentrarse en sus tiendas de campaña para prepararse al día de las votaciones.

Villavicencio informó que el CSE continúa las pruebas para verificar el funcionamiento del sistema de transmisión de datos desde los 153 municipios hasta el centro de cómputo central, ubicado en Managua. Destacó las conversaciones sostenidas con empresas proveedoras de energía eléctrica a fin de garantizar la vitalidad de la red computarizada, para lo cual operarán plantas de emergencia.

Villavicencio felicitó a los partidos políticos en contienda por su civismo y tolerancia durante la campaña, que fueron respetuosos entre sí mismos buscando ganarse el apoyo de la gente por vías tranquilas y enfocándose casa por casa.

También felicitó a los nicaragüenses por su madurez política y dijo esperar que ese espíritu se mantenga para el domingo, pues según dijo, el pueblo nicaragüense no quiere la violencia, "y el partido que realmente promueva la violencia va a tener problemas, porque el pueblo está cansando de eso".

La Policía Nacional ya desplegó su dispositivo de seguridad alrededor de los centros de votación y el Centro Nacional de Cómputos en Managua.
 
 
 

Cuando la Derecha nos dejó sin Tren y descarriló la Democracia

 
NICARAGUA:
Cuando la Derecha nos dejó sin Tren y descarriló la Democracia
Edwin Sánchez


Dinamitaron el 2do. Artículo de los Principios Fundamentales de la Carta Magna (*) y ningún “demócrata” se rasgó las vestiduras. Antes bien, lo disfrutaron. Manejaron el país a su antojo con una Constitución de Facto, y solo se acordaron de la legítima cuando perdieron el poder y terminaba la era de la Democracia V.I.P.
Edwin Sánchez, 30 de octubre 2012




El desmantelamiento del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua, un bien no solo público, sino de la Historia misma, es la mejor prueba que disponemos del glamuroso concepto de Democracia en manos patricias. Es una metáfora nacional del descarrilamiento de nuestra nación que grafica un periodo cuando otros intereses, no precisamente los nacionales, privaron por encima del bien común.


Todas aquellas estaciones, locomotoras, máquinas, góndolas, vagones, dresinas, durmientes, kilómetros y kilómetros de vías férreas desde Corinto hasta Diriamba por el Sur y Granada por el Oriente, pasando por el Túnel de Catarina, desaparecieron sin que a los “rescatadores” de la democracia les importara conocer si los operarios, desde maquinistas a ingenieros, estaban de acuerdo con una de las más tristes decisiones del Siglo pasado.


Los gobernantes de entonces y después, tan plurales y tan guardianes de las libertades, no consultaron a las comerciantes, a los productores; no les importó conocer las consideraciones de los pasajeros y de quienes resultaban beneficiados en todos los tramos del F del PN. No les interesaba saber que en cada estación muchas cabezas de familia dependían de esta actividad económica.


Es lo que también pasó en el resto del país. Hace poco, un cronista deportivo recordaba que el ministro de Deportes nombrados por el nuevo gobierno llegó al IND en abril de 1990, y ordenó apilar todos los documentos, papelería, historias, archivos de los campeonatos, ligas, certámenes y eventos masivos en distintas disciplinas, para hacer una fogata en los patios de la antigua hacienda El Retiro. Era una ofrenda iniciática de incienso en olor grato para Anastasio Somoza: la recuperación del más perverso pasado.


El gobierno de la época y los sucesivos, no preguntaron a los beneficiarios de la masividad del deporte de los años 80, si debía prenderse fuego al acceso de la juventud y el pueblo a la sana distracción. No hubo consultas: se había pasado de la Democracia Kaky de los Cuarteles de Somoza a la Democracia V.I.P., la de alta costura, para lucirla en las pasarelas internacionales.

  
La democracia de glamour salía únicamente de sus palacetes cuando aquellos líderes la llevaban a broncear a las playas de San Juan del Sur, para después establecer en sus residencias veraniegas, los amarres de futuro, presentados luego como pomposos Planes Nacionales de Desarrollo, sin haber tomado en cuenta, ellos tan democráticos, ni a un solo vendedor ambulante del malecón.


La derecha cuando destruyó el Ferrocarril del Pacífico y vendió los bienes públicos como la energía, estrenó su propia Constitución de Facto y su infame diccionario, para tapar semejantes desmadres con el famoso “Estado Facilitador”.


Sus guantes de seda combinaron bien con el lenguaje sedoso: a la rapiña de los recursos de la Nación, se le llamó “Saneamiento de la Economía”. Cuando los ricos se hicieron más ricos y los pobres más paupérrimos, la moda imponía encubrir la demolición de la Constitución con el nombre de “Plan de Ajuste Estructural”.


Nunca se le preguntó a la población, mucho menos se le dio la oportunidad por medio de un referéndum, si estaría de acuerdo con que se privatizaran las empresas estatales más rentables y se recortaran al máximo todas los gastos sociales, esencia de ese asqueroso saqueo alentado y ejecutado por “los demócratas”. ¿Cuántos de los que hoy se exhiben como defensores de la institucionalidad se opusieron a esa felonía?


Cuando la mayoría de los ciudadanos y el FSLN extienden la Democracia a los barrios, a los campos; así como la salud y la educación, la derecha vuelve a su repugnante diccionario para descalificar al gobierno de “populista” y sus programas sociales de “políticas asistencialistas”. Si la gente vota por ellos, es el pueblo y hay elecciones limpias. Si apoya al Frente, dicen al estilo Somoza: “he hubo fraude”.


El respaldo al Comandante Ortega con un 75.5 % y a la escritora Rosario Murillo, con un 76.8 % de valoración positiva, tiene que ver con su interés de colocar nuevamente una de las principales vías férreas de nuestra Constitución que el neoliberalismo desmanteló: “La SOBERANÍA NACIONAL RESIDE EN EL PUEBLO y la ejerce a través de instrumentos democráticos, DECIDIENDO Y PARTICIPANDO libremente en la construcción y perfeccionamiento del sistema económico, político y social de la nación”. (*)


Que el Tren de los programas sociales y económicos del FSLN, incluido el Gran Canal Interoceánico, recorra las Rutas de Prosperidad, aunque falten algunas estaciones, es ver una Democracia sobre rieles.


http://www.tortillaconsal.com/tortilla/es/node/12041
 

“El materialismo es una perspectiva histórica que otorga prioridad explicativa a aquellos aspectos de la realidad social más resistentes al cambio”

31/10/2012


 
Entrevista a César Rendueles sobre la edición de "Escritos sobre materialismo histórico" de Karl Marx
“El materialismo es una perspectiva histórica que otorga prioridad explicativa a aquellos aspectos de la realidad social más resistentes al cambio”
 
 
César Rendueles es profesor en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Complutense. Ha publicado numerosos trabajos relacionados con la filosofía de las ciencias sociales y la crítica cultural. En Alianza Editorial editó una antología de El Capital, que él mismo presentó y anotó, y recientemente en la misma editorial ha editado estos Escritos sobre materialismo histórico de Marx, motivo y materia de esta conversación.
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Editaste una elogiada antología de El Capital y ahora te has animado de nuevo con Escritos sobre materialismo histórico, otra antología de la obra marxiana, que también presentas y anotas. ¿Nos explicas el contenido de estos Escritos?
 
Básicamente, es un intento de reunir en un volumen manejable algunos de los principales textos de Marx relacionados con el materialismo histórico. La idea era recoger las distintas líneas de pensamiento que desarrolla Marx en torno a estos temas, sin ocultar su complejidad y sin fingir una falsa coherencia. Algunos son textos populares pero que en los últimos años estaban dispersos o resultaban difíciles de encontrar, como la “Crítica al Programa de Gotha”. Otros son fragmentos un poco menos conocidos, como los pasajes de los Grundrisse. De ningún modo se puede considerar una recopilación exhaustiva. Es más una especie de mapa básico de la problemática del materialismo histórico.

 



¿De quiénes son las traducciones?
 
Proceden de fuentes diversas. Una parte importante son las famosas traducciones del Instituto de Marxismo-Leninismo de Moscú. Cuando la editorial me sugirió usar esas versiones puse como condición que un traductor especialista en Marx hiciera una revisión técnica. Esa persona fue César Ruiz Sanjuán, que ha hecho un trabajo extraordinario y, además, se ha encargado de la traducción directa de otros textos recogidos en la antología. Por cierto, mis reservas respecto a las ediciones rusas eran injustificadas. Son versiones muy ágiles que se siguen defendiendo bien. Además, hemos usado la traducción de Sacristán de El capital y la de Pedro Ribas del Manifiesto comunista.

Son quince los textos marxianos seleccionados, desde el joven Marx de las tesis sobre Feuerbach hasta el viejo Marx de su correspondencia con Vera I. Zasulich. ¿Cuáles son tus escritos preferidos?
 
Bueno, está la primera parte del Manifiesto, que es una de las cumbres ensayísticas del siglo XIX. Es esa clase de escritos que uno rememora en sueños y cuyas palabras te vienen a la boca mientras te afeitas, un poco como si fuera una canción o un poema. Con los Grundrisse uno se asoma al laboratorio intelectual de Marx: son textos que dan para seminarios eternos de los que nunca acabas de sacar nada en claro… y está bien que sea así. Y, por último, me encanta la carta a Vera Zasulich porque muestra a un Marx tormentoso, enfrentado a las consecuencias políticas de lo que ha dicho y, sobre todo, de lo que no ha dicho: un autor obsesionado con el matiz, que nada tiene que ver con el típico Marx-bulldozer, que escribe a chorro de un modo brillante aunque un poco bocazas.

La recepción habitual de la obra de Marx, señalas en tu presentación, “considera el materialismo histórico como su teoría más característica”. ¿Qué es en tu opinión el materialismo histórico?
 
El materialismo es una perspectiva histórica que otorga prioridad explicativa a aquellos aspectos de la realidad social más resistentes al cambio. En ese sentido, es una fuente de utilidades para aquellas propuestas políticas que aspiran a transformar algunas dinámicas sociales muy sedimentadas. Hay al menos dos versiones distintas, en cierto sentido opuestas y en cierto sentido complementarias, del materialismo histórico: una privilegia el cambio tecnológico como factor explicativo y otra incide más en los grandes conflictos sociales y políticos. A mí no me causa desazón esta pluralidad, creo que forma parte de la naturaleza de las ciencias sociales. Pero la verdad es que ha sido el germen de un debate interminable y extremadamente aburrido que ha enfrentado a los marxistas durante más de un siglo.

 



Cuando en este contexto hablamos de teoría, ¿de qué estamos hablando exactamente? ¿De teoría científica? ¿De una teoría filosófica de amplio espectro? ¿De una especulación que nos ayuda a situarnos en el complejísimo mapa de la Historia humana? ¿De una conjetura para ir tirando sin estar cegados totalmente?
 
Diría que más bien de lo último. El materialismo es un marco conceptual de largo alcance que recuerda un poco a eso que Aristóteles llamaba phrónesis y que se suele traducir como prudencia o sabiduría práctica. El phrónimos es la persona que sabe comportarse en situaciones que no pueden reducirse a principios generales sino que requieren un tipo de saber que sale a la luz en la propia práctica. Creo que algo así ocurre con el materialismo histórico: son reflexiones que no se pueden subsumir en una teoría general porque son el subproducto de una intervención fructífera en el ámbito de las ciencias sociales y la práctica política. La phrónesis tiene mala reputación porque parece una especie de conocimiento de Perogrullo que consiste en buscar un término medio entre los comportamientos extremos. En realidad, es justo al revés, resuelve problemas muy graves. Lo que pasa es que retrospectivamente, al concluir un proceso de deliberación práctica exitoso, la solución hallada nos parece de sentido común (en realidad, la única manera que tenemos de identificar una solución a un problema práctico es que nos resulte razonable). Al materialismo le ocurre un poco eso. Como postulado teórico resulta más bien romo, en cambio tuvo efectos explosivos en la práctica empírica de las ciencias sociales y del pensamiento político. Algunos filósofos no se conforman con estas limitaciones e intentan convertir el materialismo histórico en un sistema conceptual sofisticado. Los resultados, por decirlo diplomáticamente, no han sido muy atractivos.

¿Qué hay de vigente y qué de falsado en las tesis marxianas sobre el cambio histórico y la estructura de las sociedades humanas?
 
Depende un poco de lo que cada uno aspire a encontrar. Incluso las ciencias sociales son mínimamente acumulativas, así que es dudoso que las investigaciones del siglo XIX tengan gran cosa que aportar hoy. En cambio, la arquitectura de los grandes problemas teóricos tiende a pervivir. Por ejemplo, en nuestra época de hiperconsumismo leer a Sombart puede resultar fascinante. Hobsbawm decía, y me parece muy acertado, que en el ámbito académico el materialismo histórico ha muerto de éxito. Nadie discute en serio –excepto los economistas, pero esos nunca discuten en serio– que hay grandes dinámicas relacionadas con la subsistencia material de las sociedades que constituyen el telón de fondo sobre el que se recortan otros procesos más coyunturales. Para mí la prueba del nueve es que quienes pretenden estar desarrollando un modelo supuestamente alternativo se ven obligados a convertir el materialismo en un fantoche caricaturesco: un dogma obsesionado con la maquinaria pesada y las sublevaciones sangrientas que pretende que Tolstoi redactó Guerra y paz movido como un autómata por cambios estructurales en las relaciones de producción.
 
Los discursos ideológicos y políticos, en cambio, son harina de otro costal. El materialismo marxista fue, sobre todo, una respuesta al discurso ideológico de moda en la Alemania de aquella época. Hoy el posthegelianismo no le interesa a nadie, pero la tentación de creer que los problemas prácticos se pueden resolver conceptualmente es más fuerte que nunca, y en eso consiste el idealismo que atacaba Marx. Basta pensar en toda esa gente que cree que la crisis económica actual es, sobre todo, un problema de actitud, de mentalidad. Ahí es nada: el corolario de un macroproceso económico, social y político que ha configurado el mundo tal y como lo conocemos en los últimos cuarenta años reducido a un problema de motivación, tal vez solucionable con una buena estrategia de coaching colectivo. Los materialistas, en cambio, somos unos pelmazos aguafiestas. No nos convence la idea de que los problemas se desvanecen reformulándolos en términos más interesantes, emocionantes o novedosos. Así que no somos una compañía muy grata para los de la economía del conocimiento, la psicología positiva, las clases creativas, el empoderamiento o la multitud en devenir.

Marx, señalas, nunca empleó la expresión “materialismo histórico”. ¿Es significativa esa ausencia expresiva?
 
No, realmente no lo es. Marx sí utilizó la expresión “concepción materialista de la historia”, que es aproximadamente sinónima. Lo que pretendía señalar es que Marx no estaba muy interesado en fundar una doctrina sistemática sino más bien en habilitar un cierto punto de vista. Tal vez hoy no sea un asunto tan importante, pero muchos activistas padecieron los efectos de este malentendido. En su autobiografía, Terry Eagleton recordaba con acidez los seminarios materialistas a los que asistía: “El principio fundacional del materialismo, como solemnemente se les enseñaba a los militantes, afirmaba que había un mundo externo, real y cognoscible. Parecían no darse cuenta de que sólo el idealista más delirante, escondido en alguna caverna perdida de Montana, se atrevería a negar algo así. Ellos, sin embargo, aireaban tan banal creencia como si fuera una condecoración, como si el resto del mundo, desde el carnicero del pueblo hasta el ministro de Hacienda, creyera en alguna fantasía esotérica de tipo budista acerca de la irrealidad de las cosas materiales”.

 



Por cierto, ¿no somos un poco injustos con el autor de La situación de la clase obrera en Inglaterra? ¿No hubieron aportaciones engelsianas relevantes en este ámbito del materialismo histórico?
 
Por supuesto. El impulsor del materialismo histórico es Engels, no Marx. Su acta fundacional es La situación de la clase obrera. Lo que pasa es que es como si Engels hubiera decidido dedicar el resto de su vida a dinamitar esa contribución inicial.

La idea, señalas también en tu texto, de que la realidad influya en las ideas y formaciones sociales no era una tesis revolucionaria “sino un lugar común ilustrado”. Lo que Marx añade, prosigues, “es una preocupación por la complejidad de este proceso, que el idealismo había comprendido correctamente”. ¿Nos hablas de esta complejidad y de las preocupaciones marxianas a las que haces referencia?
 
Bueno, las primeras expresiones de materialismo sociológico son bastante espeluznantes, la verdad. En muchos textos ilustrados hay unos cuantos capítulos delirantes sobre la influencia del clima en los humores y cosas por el estilo. Yo creo que Marx, precedido por la inmensa aportación de Saint-Simon, hace un esfuerzo por convertir la comprensión materialista de la historia en un reconocimiento de la asombrosa complejidad de los procesos sociales y no en una simplificación ridícula. Esa versión es la que transformó para siempre las ciencias humanas. Marx se dio cuenta de que las grandes estabilidades antropológicas –la subsistencia material, las estructuras familiares, políticas o simbólicas…– no son un paisaje mineral sino una efervescencia de relaciones sociales con un alto grado de indeterminación conceptual. Es algo que aún hoy a alguna gente –pienso en los sociobiólogos– le cuesta entender.

 



En el tercer punto de tu texto –“Determinismo tecnológico y lucha de clases”- citas al malogrado Gerald Cohen del que señalas que “demostró convincentemente que se puede reconstruir una teoría completa y coherente” a partir de someras indicaciones como las que pueden leerse en el prólogo de 1859 a la Contribución a la crítica de la economía política. La obra de Cohen, como sabes, ha sido criticada desde otras posiciones marxistas. ¿Qué opinión te merecen esas críticas?
 
Pienso que la recepción que se dio al marxismo analítico en general y a la obra de Cohen en particular fue deleznable. Ha sido una de las expresiones más patéticas de dogmatismo marxista de baja estofa, y que conste que el listón estaba alto. Un puñado de ortodoxos de guardia se ocuparon de realizar un juicio ideológico de, entre otros, Cohen, Roemer o Elster. Su veredicto unánime fue academicisimo terminal. No se hizo el menor esfuerzo por pensar en serio lo que estaban planteando. La verdad es que Cohen puso orden en un problema que había sido tratado de un modo muy impresionista. Analizó la teoría de Marx del cambio histórico con algunas herramientas convencionales en la filosofía de la ciencia del siglo XX (no las únicas ni, para mí, las idóneas, pero ese es otro asunto). Eso hizo enloquecer a quienes creen que cualquier majadero que se proclame marxista en tono altamente ideologizado y utilice el adjetivo “político” a menudo y con vehemencia merece un especial crédito intelectual. No comparto ni la interpretación que hace Cohen de muchos textos de Marx, ni su posición epistemológica ni las conclusiones generales a las que llega. Sin embargo, me parece que realizó una de las aportaciones más importantes que se han hecho en ese terreno. Por si fuera poco, en la segunda parte de su trayectoria intelectual, Cohen transformó el horizonte de las reflexiones en torno a la relación entre el socialismo y la ética. Ah, y además, era un tipo realmente divertido y nada pomposo. En la red se pueden encontrar algunos vídeos que grababa de monólogos filosóficos desternillantes, como un combate entre Habermas y Roemer, una entrevista con Marx o una caricatura de Tarski.

En tu opinión, ¿es Marx un defensor del determinismo tecnológico acotando la tesis a la fase capitalista de la Historia? ¿Lo fue siempre? ¿Lo fue en algunos momentos de su evolución político-intelectual?
 
En realidad, creo que un determinismo tecnológico moderado es una posición bastante razonable. De hecho, hoy el determinismo tecnológico tiene mala prensa sólo cuando la tecnología en cuestión es grasienta, humeante y, en general, analógica. En cambio, si se trata de cacharrería digital, todo el mundo está encantado de admitir que está transformando su vida. Si uno dice que la evolución de los motores diesel ha tenido alguna clase de efecto social es un materialista vulgar, pero los medios de comunicación tratan el lanzamiento de un tableta táctil que nadie sabe para qué sirve como la nueva revolución neolítica. Del mismo modo, el mantra de las bondades de la economía del conocimiento y la innovación es casi la única tesis de consenso en esa catástrofe intelectual que es la economía ortodoxa. Nos da miedo la palabra “determinismo” porque suena a una especie de control remoto orwelliano. Pero determinismo, en ciencias sociales, no es más que una forma de indicar que algunas dinámicas sociales son mucho más persistentes que otras más volátiles. El determinismo tecnológico significa que el conocimiento útil es una de esas regularidades, para algunos la más importante.

Muchas supuestas soluciones al problema de la causalidad en el MH, apuntas, “han incurrido en alguna forma de funcionalismo”. ¿Qué es eso? ¿Por qué esa caída? ¿Dónde reside su gravedad?
 
El funcionalismo es una forma de teleología o finalismo. Consiste en explicar un fenómeno a partir de sus efectos. Por ejemplo, a veces se afirma que la delincuencia o el consumo de drogas se explican porque son válvulas de escape que contribuyen a aliviar las tensiones sociales profundas. Es una argumentación incorrecta. La gente se droga para estar drogada, no por los efectos indirectos de su consumo sobre el conjunto de la sociedad. Los marxistas a menudo recurren a esa clase de argumentaciones: la línea editorial de cierto periódico se explica porque contribuye a los intereses del capital financiero internacional, y cosas por el estilo. Típicamente, las relaciones entre la base y la superestructura se han entendido de esta manera. Las explicaciones genuinas se basan en las causas, no en los efectos, aunque sólo sea porque las causas preceden a los efectos.
 
Hasta aquí lo que suelo explicar en clase de introducción a la epistemología. Dicho esto, la verdad es que la cosa es bastante más complicada. Por ejemplo, muchos filósofos consideran que alguna forma de finalismo es prácticamente imprescindible para entender correctamente los organismos vivos. Del mismo modo, prescindir completamente de la teleología en los razonamientos políticos nos sitúa siempre en la frontera misma del nihilismo, seguramente más allá de ella.

Una tesis metahistórica de raigambre marxista. Althusser habla: “La historia es un proceso sin sujeto ni fines”. ¿Es así en tu opinión?
 
Para mí sí, aunque estoy prácticamente seguro de que no para Marx. Que la historia no tenga ni sujeto ni fines significa, en rigor, que no hay ningún sentido inscrito en los hechos históricos mismos. Ninguno: ni Dios, ni reyes ni tribunos, pero tampoco el proletariado, la revolución o la paz mundial. Esa es una idea de Nietzsche, no de Marx. En realidad, me parece que Marx se fue desentendiendo de las preocupaciones filosóficas a medida que se centraba en su trabajo teórico. Muchas veces lo que en sus escritos parece evolucionismo hegeliano entusiasta no es más que el ruido de fondo del progresismo ambiental del siglo XIX. Hay un momento interesante que es cuando los populistas rusos le obligan a afrontar directamente el problema del progreso histórico. Marx está a punto de llegar a conclusiones antiteleológicas, pero la verdad es que no lo hace. El mérito de plantear esas tesis es de Walter Benjamin, que entendió que un materialismo estricto obligaba a rechazar la idea de progreso histórico y a explorar comprensiones de la emancipación que no estén basadas en una concepción finalista de la historia humana.

Tu presentación finaliza con unas sugerencias bibliográficas. Citas a Francisco Fernández Buey, Carlos Fernández Liria, Cohen, E. M. Wood, Shanin, P Anderson. ¿Alguna referencia más?
 
Claro, muchísimas más. Entre otros autores: Lukács, Braudel, Roy Bhaskar, D.-H. Ruben, Jon Elster, Wallerstein, Rosa Luxemburg, Giovanni Arrighi, E. O. Wright, John Bellamy Foster, Ernest Mandel, William H. Shaw, E. P. Thompson, Karl Korsch, Maximilien Rubel, Michael Löwy, Maurice Dobb, Slavoj Zizek… Lo que pasa es que soy un lector muy desordenado. Por eso prefiero sugerir unas pocas obras que a su vez contienen repertorios bibliográficos amplios y bien estructurados.

Los mineros en huelga durante más de dos meses; los jornaleros andaluces con su larga marcha de resistencia. ¿Son praxis relacionadas de algún modo con el materialismo histórico?
 
Me parece que una lección importante del materialismo es que las dinámicas históricas más influyentes son extremadamente lentas y se presentan muy difuminadas. Es algo que Immanuel Wallerstein repite desde hace décadas, y tiene toda la razón. Eso no significa que no nos debamos sentir interpelados por los procesos más inmediatos. Nuestra propia vida es una situación coyuntural y, parafraseando a Keynes, en la longue durée todos estamos muertos. Pero el materialismo histórico se mueve en otro nivel de análisis. El descenso de la inflación y el paro en Estados Unidos durante unos años no fue el fin de la historia, y tampoco la agregación de un montón de pequeñas resistencias es el estruendo de la razón en marcha. Creo que el materialismo histórico tiene más que ver con el tipo de asuntos que le interesan a un autor como Mike Davies, que escribe sobre cómo la proliferación a escala global de macroasentamientos urbanos hiperdegradados está transformando la forma de habitar el mundo o sobre las relaciones entre las catástrofes ecológicas que acabaron con la vida de decenas de millones de personas y la expansión colonial de finales del siglo XIX.
 
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=158473

Terrorismo y crisis en Siria. Los devaneos de la izquierda

Desde su investidura como presidente de Francia, el 15 de mayo de 2012, el socialista Francois Hollande se ha convertido en uno de los más exaltados partidarios y padrinos de la intervención extranjera en Siria.
 
 
Terrorismo y crisis en Siria
Los devaneos de la izquierda
 
 
A raíz de su reciente estancia en Siria, el escritor y periodista chileno Juan Francisco Coloane aborda la actitud que observa una parte de la llamada «izquierda internacional», y en específico la dirigencia de la Internacional Socialista, en relación con el tema sirio.
 
 
| Santiago (Chile)
 

Los últimos atentados terroristas en Siria, particularmente los perpetrados en Damasco, contribuyen a desmitificar el carácter de esta guerra irregular y fabricada para derrocar un gobierno. Este es un hecho claro que no aceptan los cuarteles generales que diseñaron esa guerra.
 
 
El protagonismo del terrorismo en la crisis siria también permite desentrañar el «misterio» del por qué cierta izquierda forma parte de una insólita y nueva alianza para derribar el gobierno sirio. Lo que sorprende más todavía es la amplitud de esa alianza y el reducido número de naciones que realmente cumplen con el requisito de respeto a los derechos humanos, que es precisamente el motivo invocado para derrocar al gobierno sirio, a pesar de tratarse de un gobierno legalmente constituido en un país soberano.
 
 
La cofradía contra Siria, incluye a los gobiernos más reaccionarios del planeta, como son las de las monarquías del Golfo Pérsico, Israel y las potencias de la OTAN. A estos se les debe agregar una serie de países que tienen gobiernos llamados de izquierda o progresistas, como es el caso de Argentina, Brasil, Ecuador y Uruguay, en la región de América Latina.
 
 
Argentina, Brasil y Uruguay utilizaron su voto a favor de la resolución de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 19 de julio y titulada The Situation in Syria (document A/66/L.57). Ecuador se abstuvo. Esa resolución es una nueva condena contra el gobierno sirio, justifica sanciones e implícitamente abre la puerta a la aplicación del Capítulo VII de la Carta de la ONU, que permite la intervención militar en un Estado que supuestamente amenaza la paz, lo cual equivale en la práctica a derribar su gobierno. Bolivia se sumó a los pocos países latinoamericanos que rechazaron esa resolución: Cuba, Venezuela, Nicaragua. El documento fue adoptado por 133 votos a favor, 12 en contra, con 31 abstenciones, y las declaraciones de algunos delegados revelan la tendencia en las posturas de los países.
 
 
Se destaca la abstención de Tanzania, país cuyo representante lanzó un llamado a la ponderación e invitó a indagar más en el problema y a corregir el diagnóstico. Señaló que la abstención de Tanzania no significaba endosar la impunidad, aunque sí enfatiza que no se ha aplicado en el caso de Siria el principio de no interferencia.
 
 
Dijo el delegado de Tanzania que la resolución contra Siria no reconocía el papel de las fuerzas externas en el conflicto armado y que las omisiones constituían un obstáculo mayor para obtener una solución pacifica en ese país árabe. Y concluyó recalcando que Tanzania se apegaría al principio constitutivo de la Unión Africana de no promover cambios inconstitucionales de gobierno en los países.
 
 
A partir de la adopción de esa resolución y de la del Consejo de Seguridad, aprobada el 3 de agosto de 2012, en ocasión de la reunión 6810 de esa instancia de la ONU, reunión donde China y Rusia vetaron el incremento de las sanciones y la intervención militar, las acciones terroristas se han incrementado en Siria, como una respuesta directa al rechazo expresado por China y Rusia a la intervención militar.
 
 
La declaración del delegado de Siria ante la ONU, el 19 de julio de 2012, advertía de que el terrorismo iría en aumento. Hay que destacarla porque la prensa internacional ha ignorado ostensiblemente las declaraciones del gobierno sirio, como si este estuviese desplomado. El periodismo occidental, con las pocas excepciones que confirman la regla, opera como una extensión del bloqueo a Siria y del corte de relaciones con ese país.
 
 

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El 19 de julio de 2012, Bachar al-Jaafari, embajador de Siria ante la ONU, advirtió que la adopción de la resolución contra su país propuesta a la Asamblea General provocaría un recrudecimiento de los actos de terrorismo.
 
 
 
El representante sirio ante las Naciones Unidas señaló que la resolución aprobada el 19 de julio en la Asamblea General de la ONU promueve el caos, el terrorismo, impide generar un diálogo nacional, abre la puerta a la introducción en Siria de mercenarios y terroristas y permite usar los campos de refugiados para el entrenamiento de milicias. Cada vez que el Ejército Árabe Sirio ha aplicado un cese al fuego la respuesta ha sido una ola de atentados, señaló el diplomático.


Y eso es exactamente lo que está sucediendo nuevamente en Siria, sin que el Consejo de Seguridad de la ONU, dominado por la tendencia que aspira a derrocar el gobierno sirio, llegue a tomar las medidas correspondientes.


La Internacional Socialista


El tema de los derechos humanos se está usando en una forma genérica, redundante e instrumentalizada. Eso es lo que se desprende de la conducta de la Internacional Socialista, ya que, en la actual coyuntura, la principal violación de los derechos humanos que se vive en Siria es el terrorismo.


En el congreso mundial de la Internacional Socialista, celebrado a fines de agosto de 2012 en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), se elaboró una declaración de condena a Siria.


No se entiende “condena de qué”, cuando en realidad es Siria el país agredido. La declaración se quedó corta al no llegar a recomendar la intervención militar inmediata, ya que esta medida fue rechazada por una buena parte de los delegados.

 

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A finales de agosto de 2012, la Internacional Socialista, reunida en congreso en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) emite una condena contra Siria. Sentados en primer plano, de derecha a izquierda, la socialista francesa Segolene Royal, el presidente sudafricano Jacob Zuma y el ex primer ministro griego Giorgios Papandreu. Los partidos de Hosni Mubarak, ex presidente de Egipto, y su homólogo de Túnez Ben Ali, fueron expulsados de la Internacional Socialista… a principios de 2011.
 
 
En una de las resoluciones adoptadas se acusa al gobierno sirio de haber matado a decenas de miles de civiles, sin mencionar en forma explícita y clara la intervención externa en esas muertes. Aunque no llega a manifestarse a favor de la intervención militar, la Internacional Socialista sí apela a que China y Rusia no apliquen el veto a la intervención, en una manipulación de lenguaje que resulta demagógica.

 
La declaración de la Internacional Socialista exhorta a «Que China y Rusia, en particular en el Consejo de Seguridad, estén en línea con el sentimiento de la comunidad internacional que es proteger al pueblo sirio».


Este devaneo es porque, en su fuero interno, cualquier adherente coherente a los principios de la Internacional Socialista sabe bien que el gobierno de al-Assad no es una dictadura y que, lejos de ello, es quizás en términos prácticos el gobierno del Medio Oriente que más practica la participación popular para la formulación de sus políticas públicas.


Es como si a los ojos de la Internacional Socialista la grave crisis internacional que representa el conflicto en Siria no fuera de importancia para países que han vivido y viven aún los desgarradores efectos de la desestabilización y de la ruptura institucional por medios violentos.

 
Existen fuerzas políticas de izquierda que, en aras de un dudoso expediente de acusaciones por violaciones de los derechos humanos y proclamando la ausencia aparente de una democracia en Siria, se han embarcado en el plan de derrocar al presidente sirio para «restablecer la paz».


Algo sucede con la izquierda y con el progresismo a nivel mundial y con su postura frente a la agresión de la alianza atlántica contra Siria.


Con la excepción –en Latinoamérica– de Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela y, en el resto del mundo, de Bielorrusia, China, la República Democrática de Corea, Irán, Myanmar, Rusia y Zimbabwe, países que expresan una posición definida sobre la soberanía y la integridad territorial de Siria, en el resto de las naciones no se observa una posición de no alineamiento con las potencias que a toda costa se empeñan en derrocar el gobierno sirio.


Las dos resoluciones de Naciones Unidas anteriormente mencionadas son claves para comprender el estado de situación de la crisis siria y cómo la gravitación política imperialista y colonial está influyendo en los sectores supuestamente progresistas y defensores de la independencia y la autonomía.


Desde esta perspectiva, considerando los objetivos de una agenda internacionalista orientada al bien público, aquellos partidos que forman parte de la socialdemocracia internacional, y no sólo estos si no toda esa amplia gama de personas que se identifican con el liberalismo progresista, tienen hoy la oportunidad de alzar sus voces en pos de restaurar el verdadero carácter multilateral y neutral de la ONU que se ha extraviado notoriamente en el caso del conflicto armado en Siria.

En 80 años la Tierra puede quedarse sin oxígeno

En 80 años la Tierra puede quedarse sin oxígeno

 

Los científicos calculan que el fitoplancton, fuente principal de oxígeno atmosférico, puede llegar a un estado crítico de escasez

 
Publicado: 31 oct 2012 | 13:24 GMT
 
Última actualización: 31 oct 2012 | 13:24 GMT
 
 
Según científicos estadounidenses, en algunas decenas de años la humanidad se enfrentará al problema de la falta de oxígeno en la atmósfera de la Tierra debido a la diminución del fitoplancton tropical en la superficie acuática.
 
 
Un equipo de científicos de la Universidad de Míchigan, al investigar la superficie de los océanos del mundo, observaron el efecto del aumento de la temperatura del agua sobre el metabolismo del plancton. Los científicos afirman en su ensayo que se espera hacia el fin de este siglo una escasez del fitoplancton, una de las fuentes principales del oxígeno atmosférico.


Al examinar unas 130 especies de fitoplancton, especialmente las áreas de su desarrollo en la zona climática templada y en las aguas cercanas al círculo polar, los biólogos concluyeron que el fitoplancton debe reproducirse con temperaturas más bajas que la temperatura media del año.
 

Es decir, según conclusiones preliminares de los científicos, las especies tropicales de fitoplancton son más sensibles al calentamiento global. Debido a esos procesos de cambio climático y el aumento de las temperaturas todo el plancton de la zona tropical puede quedar arrinconado en los polos, donde también corre el riesgo de desaparecer.
 

Los investigadores de Míchigan llegaron a una triste conclusión: después de unas ocho décadas la disminución del oxígeno adquirirá un estado crítico, lo cual tiene implicaciones negativas no solo en toda la fauna y flora marina, sino también en la vida terrestre en total.


http://actualidad.rt.com/ciencias/view/57458-planeta-enfrentara-escasez-fuentes-oxigeno
 

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