Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

viernes, 31 de agosto de 2012

De Roberto Lücker a Marcial Maciel, aterrizando en la CEV: la carroña al descubierto, o ¿convención de sadismo?

De Roberto Lücker a Marcial Maciel, aterrizando en la CEV: la carroña al descubierto, o ¿convención de sadismo?
Javier Del Valle Monagas Maita (*)


Es el principio del fin de la historia. No, aquel fin promulgado por Fukuyama. Es el del fin del dogma absurdo de una mafia que galopó sobre una mentira muy bien elaborada, sustentada sobre el temor humano a lo desconocido y a la ignorancia sobre la muerte, que hábilmente se enquistó en los Estados y organizaciones sociales, e impuso su presencia y poder.


La religión católica: un perfecto clan mafioso y diabólico que logró imponerse para dictar pautas éticas, morales y de vida, sistemáticamente. Con sus diez mandamientos, dictados para ser acatados por las masas, pero no por sus elites religiosas. En su primer mandamiento:


1) Amaras a dios sobre todas las cosas. Pero si dios es una figura difusa, como lo dan a entender sus propios dogmas. Entonces dios es el pueblo. Y no existe nada más despreciado, mancillado, explotado, manipulado, irrespetado y violado que el pueblo por parte de esa iglesia. Solo observen las reacciones cuando los gobiernos toman decisiones a favor de las mayorías.


2) No tomarás el nombre de dios en vano. Más ellos como auto designados representantes de dios en la tierra, hacen juramento de fe, justicia, paz y amor ante una imagen representativa y en ritos supuestamente sagrados. Usan los privilegios que de ello derivan para alimentar un ego y una gula demoniaca, negadora de toda prédica cristiana viven embelesados en la opulencia, sin aportar nada útil a la sociedad.


3) Santificaras el día del señor. No existe un día, un momento en el cual esas cúspides delictuosas y carroñeras de esa iglesia católica, no usen el verbo, los púlpitos y los medios de comunicación del poder económico capitalista y criminal, para denigrar y ofender al pueblo y a quienes les procuran bienestar. Solo remítanse a las últimas declaraciones de la CEV, sus representantes. Cómo se expresan del pueblo, cómo disfrutan de la muerte de los Guardias Nacionales, obreros y pueblo, en la reciente desgracia de la refinería en Falcón, cómo denigran y mienten respecto al suceso, cómo crucifican millones de veces a su dios en cada verbo, en cada gesto en cada palabra.

4) Honraras a tu padre y a tu madre. Ser cómplices del dolor del semejante es condenar y despreciar a las madres y padres de esos semejantes. Calumniar, o contribuir a crear las condiciones en las cuales ciudadanos inocentes mueran, como lo hizo la cúpula eclesiástica en el golpe de estado del 2002, 2003, o en Amuay, más reciente. Denota una gran humillación para las madres y padres de los inocentes que murieron en una emboscada de la cual esa iglesia es participe activa y protagónica. Más aun si es usado ese dolor con fines electoreros y para defender groseros privilegios corruptos y corruptores.


5) No mataras. No solo se mata con el garrote vil en la mano o la pistola empuñada. También se mata por inducción, por autoría intelectual, por saña, por complicidad, por placer, por morbo. Cuando desde un pùlpito, en una misa o en una declaración se miente, se promueve el odio, el rencor, se promueve la maldad. También se está asesinando, cuando en uso de un poder sicológico obtenido bajo engaño y en apariencia de bondad, pero que se usa para la maldad.


6) No cometerás actos impuros. Todo lo anterior es acto impuro, violar niños y niñas es acto impuro, callar ante los crímenes del poderoso, es acto impuro, vender la conciencia y la identidad de una institución también lo es, vivir en la opulencia descarada y bañado en oro es impuro. Engañar en impuro Uds. engañadores, son impuras carroñas.


7) No robaras. ¿Cómo se llama quitarle el diezmo a unos pobres, que de milagro comen una vez al día, o cobrar por servicios religiosos, a los que engañados, van a buscar ayuda espiritual? ¿Cómo se llama asociarse con trafico de drogas, dictaduras, prostitución, incluso mezclarse en el negocio de la guerra para obtener dinero? Vean el caso del banco ambrosiano, la logia p2, y el asesinato de Juan Pablo I, o, el más reciente escándalo de espionaje y mafia en el Vaticano.


8) No levantaras fasos testimonios ni mentiras. Toda la política y conducta de esas iglesias están basadas en mentiras, engaños y traiciones. Tan solo paséense por los primeros concilios ecuménicos, vean quiénes los impulsaron, como crearon dogmas de la nada lógica, cuál era la moral de los emperadores que convocaron esos concilios y hasta montan el mojón de las tres divinas personas o la santísima trinidad. Un absurdo anti natura.


9) No consentirás pensamientos ni deseos impuros. ¿De donde creen proviene el modus vivendi de esas cúpulas eclesiásticas? ¿Por qué violan niños y niñas, o callan ante los hechos? ¿Por qué son aliados de los grandes monopolios capitalistas y de los delincuentes con dinero? ¿A qué obedece defienden a los asesinos y criminales confesos, presos por sus crímenes que son miembros de la oposición venezolana, por ejemplo? ¿Por qué se les vio borrachos de licor y de sangre el 11 y 12 de abril del año 2002, en palacio de Miraflores, vociferando a los cuatro vientos “yo soy adeco y todos lo saben” o exponiendo al cielo las copas de whiskies embriagados de poder y maldad, como hace ahora a Roberto Lückert, blasfemando en noticias 24 y expulsando por su ano superior, sapos y culebras contra el proceso popular venezolano y celebrando la muerte de los hijos del pueblo?


10) No codiciaras los bienes ajenos. Solo véanlos hablar, miren sus actos, dónde van, con quiénes andan, cómo viven, cómo comen, cómo se adornan, sus intimidades, sus negocios, sus intereses, sus amistades y sus vidas carroñas.


¡Ah! Pero no es solo la iglesia católica. Miren cómo las otras iglesias evangélicas hacen fiesta con el engaño y la mentira contra el pueblo. Vean los canales de televisión, cómo se les chorrea a esos pastores, o líderes delincuentes, la falsedad de una salvación después de la muerte, hasta trafican y venden basuras con supuestos poderes milagrosos ¿no han visto por internet, la casa donde vive el dueño de la franquicia “DIOS ES AMOR”? ¿Han detallado que esa mafia ha acaparado casi todas las salas de cine de Venezuela?



 
(*)Abogado inquisidor Bolivariano

javiermonagasmaita@yahoo.es

http://planetaenpeligro.blogspot.com/2012/08/de-roberto-lucker-marcial-maciel.html

Facebook: Javier Monagas Maita

A FESTA DO AVANTE!


A FESTA DO AVANTE!
E O COLECTIVO COMUNISTA
Miguel Urbano Rodrigues
 


Tive a oportunidade de acompanhar na Europa e na América Latina festas de Partidos Comunistas.


 
Não conheci Festa como a do Avante!


É diferente pela concepção e pelo objectivo, mas sobretudo pela atmosfera humanizada.


Não esqueci a primeira Festa, em Alcântara, no Pavilhão da Feira das Industrias no ano 76 do século passado.


Foi um grande acontecimento popular, mas ficou logo transparente que aquele espaço era inadequado. No ano seguinte a Festa mudou-se para o vale do Jamor, e adquiriu um formato diferente, a céu aberto.


Durante os seus três dias atraiu multidões.


Pela dimensão e pelo seu significado político, a iniciativa começou a incomodar a burguesia. A Prefeitura de Lisboa, proprietária dos terrenos do Jamor, criou tais entraves à cedência do lugar, que a Festa, no seu quarto ano, foi forçada a mudar-se para as colinas do Alto da Ajuda, um descampado de difícil acesso na periferia da capital.


Mas para desespero da direita o êxito não parou de crescer. O prestígio da Festa atravessou as fronteiras e a participação de dezenas de partidos comunistas e outras organizações progressistas em stands próprios e a sua presença no comício de encerramento conferiram projecção internacional ao grandioso convívio revolucionário dos comunistas portugueses.


A campanha que visava o seu apagamento prosseguiu e intensificou-se. A Festa foi escorraçada do Alto da Ajuda e transferida para Loures, um município então comunista, contíguo a Lisboa.


Aí se instalou durante dois anos. Em trânsito, porque a direcção do PCP, tirando conclusões da perseguição permanente à sua Festa, tomou a decisão de criar para ela uma sede própria.


 
Encontrou-a na Quinta da Atalaia, uma antiga exploração agrícola, situada à beira da Margem Sul do estuário do Tejo, um recanto verde e tranquilo de serena beleza.


Porventura mudou a Festa ao adquirir um estatuto sedentário desde 1990?


Sim e não.


É a 34ª. Mais organizada, sem poeira, com maior presença da cultura- espectáculos, musica, canto, dança, teatro, cinema, pintura, literatura, exposiçoes, conferencias, debates, etc. – continua a ser um acontecimento político promovido por um Partido que se assume como marxista-leninista, mobilizado para a luta contra o capitalismo e a construção do socialismo.


A componente ideológica não impede que a Festa reflicta a imagem da diversidade de Portugal.


Cada Distrito no seu espaço – concebido e instalado pela organização regional- apresenta a imagem de Portugal na perspectiva comunista, desde as lutas revolucionárias da sua gente à produção, à cozinha e ao artesanato.


Ao abrir as portas, sempre no primeiro fim-de-semana de Setembro, cada Festa é o desfecho de 20 000 horas de trabalho voluntario de 12 000 militantes (e amigos) realizado ao longo do ano.


O que falta hoje na Festa? Não é fácil encontrar ali ausências porque além dos stands das Regiões o visitante descobre o Pavilhão Central (onde se pode aprender muito sobre a história do Partido), uma Cidade Internacional, os espaços do Livro, da Ciência, das Artes, da Juventude e da Criança, os pavilhões da Mulher, da Emigração, dos Imigrantes e outros.


Não há estatísticas sobre o total de pessoas que cada ano visita a Festa. Mas são muitas centenas de milhares.


A grande parte não é do PCP. O Partido tem hoje somente 70 000 filiados.


Mas a Festa gera um fenómeno de osmose que surpreende os estrangeiros. Irradia uma atmosfera de fraternidade que não é identificável em qualquer outra, um sentimento que transcende a alegria, comovente.


A atitude comunista está na origem desse contágio.


Merece referência o facto de dois destacados jornalistas, intelectuais de direita dos mais mediáticos de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa e Miguel Esteves Cardoso, terem dedicado artigos altamente elogiosos a essa atmosfera fraterna da Festa. Não esperavam encontrar «aquilo» e quase lamentam sentir a necessidade de afirmar que Portugal seria melhor se o povo tomasse como modelo o ambiente da Festa do Avante!


Ali não registaram atitudes agressivas, discussões azedas, cada um parecia amigo do desconhecido que lhe dirigia a palavra.


São os comunistas portugueses seres excepcionais?


Não. A Festa desenvolve-se numa micro atmosfera profundamente humanizada. Uma criação comunista? Sim. É o grande colectivo do Partido, soma de homens e mulheres muito diferentes, que a torna possível.


Tal como acontece nas revoluções em que naqueles que por ela se batem se produz uma ascese que faz desabrochar as suas melhores potencialidades, na Festa do Avante! ocorre algo similar.


Ali emergem as virtudes; submergem, desambientadas, a hipocrisia, a inveja, a avareza, os instintos agressivos.


E os não comunistas são contagiados pela fraternidade, pela solidariedade comunista. Na Quinta da Atalaia transmutam-se durante três dias de Setembro.


O colectivo partidário recorda o 25 de Abril, vai mais longe, reencontra-se na Festa com o sonho comunista. O Portugal de hoje é uma terra de muitos párias e um punhado multimilionários, submetida a uma ditadura do capital e do imperialismo.


 
Mas a esperança numa sociedade humanizada, melhor, permanece latente, viva. Essa esperança forte, quente, de incentivo à luta que Álvaro cunhal conseguia transmitir como ninguém nos discursos de encerramento da Festa.


Abril parecia impossível e aconteceu.
 

O fim do refluxo das História pode tardar mas chegará inevitavemente. Os comunistas portugueses não temem o futuro. Um dia Portugal será uma sociedade com a atmosfera de fraternidade de uma gigantesca Festa do Avante!


http://www.avante.pt/pt/2022/argumentos/121596/

Lecciones históricas

Lecciones históricas
Juan J. Paz y Miño Cepeda




En 1896, Eloy Alfaro convocó a un Congreso Americano que se reunió en México el 10 de agosto. Tenía el propósito de estrechar relaciones, afirmar la paz, enrumbar progreso y bienestar, apoyar la independencia de Cuba y la reivindicación venezolana sobre la Guayana inglesa; pero, sobre todo, formar un Derecho Público Americano que sujetara la “Doctrina Monroe” (“América para los Americanos”) a claras normas jurídicas continentales.


La convocatoria interesó a los países latinoamericanos; pero actuó la diplomacia norteamericana para boicotearla. El Ministro del Ecuador en Washington, Luis Felipe Carbo, informó que Mr. Olney, Secretario de Estado de los EEUU, exigía que el Congreso se realizara en Washington. Miguel Covarruvias, Ministro de México, informaba la “ninguna disposición” de Washington y que Olney sostenía que Ecuador “no tenía el prestigio bastante para llevar a cabo una empresa de la importancia que debía tener un Congreso americano” y, además, “que no sería prudente entrar en una discusión sobre la Doctrina de Monroe, ahora que los EEUU están negociando con Gran Bretaña un tratado general de arbitraje y de gran trascendencia”.


El boicot funcionó, porque a México solo llegaron los representantes de ocho países latinoamericanos. Ellos acordaron una durísima declaración contra la manipulación de la “Doctrina Monroe”, que se había demostrado como “una simple regla de conducta internacional aplicada según la voluntad de los EEUU”.


Ciento dieciséis años más tarde, Ecuador convoca a UNASUR, ALBA y OEA. Su propósito ha sido reaccionar ante la amenaza británica contra su embajada en Londres.

 
En todas estas reuniones, a diferencia de lo que ocurrió en la época alfarista, América Latina respaldó la posición ecuatoriana. Internacionalmente quedó demostrado que Ecuador obró en forma soberana y con apego al Derecho; y que en el mundo actual resulta intolerable e ilegal la amenaza a una sede diplomática. La propia Gran Bretaña ha debido retractarse en una nueva carta.


Así, el “caso Assange” ha servido para cuestionar las caducas diplomacias imperialistas, clarificar la geopolítica contemporánea, consolidar principios latinoamericanistas; y, sobre todo, para dar una bofetada ética a todos aquellos políticos, opinadores, seudopolitólogos y “comunicadores” ecuatorianos, que por simple oposición al gobierno, ni siquiera han dimensionado lo que son los intereses del país, su soberanía, su dignidad y su correcta posición mundial.

jueves, 30 de agosto de 2012

El concepto "Pueblo" en el sur de América durante el nacimiento de la independencia

30-08-2012

El concepto "Pueblo" en el sur de América durante el nacimiento de la independencia
El objetivo del siguiente desarrollo, no es realizar una reconstrucción histórica meticulosa sobre el desenvolvimiento del pueblo como entidad o sujeto histórico/político; sino que se busca que, a partir de cierto recorrido histórico, se pueda dar cuenta de las tensiones y continuidades que se han ido construyendo, de las disputas conceptuales existentes, alrededor de la noción de pueblo en esta parte del continente. Esto exige enmarcar las discusiones en un espacio geográfico determinado, y en los momentos históricos donde esa disputa va desenvolviéndose, para poder así aprehender los alcances, sentidos y utilización política que se le dan al concepto en cuestión.
 
El recorte comienza con las primeras discusiones que sirven de puntapié a la noción de independencia patria, a principios del siglo XIX. Si bien, de algún modo aleatorio (como todo recorte), no está fundado en el capricho ni carece de explicación. Retomar las discusiones que se sucedieron en los momentos fundacionales de la patria, se explica en razón de entender que es allí, donde las discusiones (históricas y conceptuales) posteriores en torno al significante pueblo, se encontraban ya presentes, al menos de manera germinal. Escarbar allí permite una perspectiva que sitúa la discusión en los parámetros propios de nuestra historia, señalar sus particularidades específicas, y así poder observar en el origen, las disputas que hoy con continuidades y rupturas, se siguen desplegando.
 
En la Oración Inaugural que Bernardo de Monteagudo pronunciara en la apertura de la Sociedad Patriótica el 13 de enero de 1812, dijo que la sociedad patriótica debía focalizar todos sus esfuerzos en lograr “grabar en el corazón de todos esta sublime verdad que anunció la filosofía desde el trono de la razón: la soberanía reside sólo en el pueblo” (Monteagudo, 2009:235). Estos eran los argumentos que se esgrimían desde principios de siglo a lo largo y ancho del continente americano para echar a andar el proceso independentista. Esta fue la principal tesis que sirvió a los patriotas de la ciudad de Buenos Aires en mayo de 1810.
 
Si bien este argumento bastó en un primer momento de impulso revolucionario, no tardó en comenzar a ser un significante vacío sobre el que se libraban disputas que pugnaban por llenarlo de contenido. Es así que desde un primer momento, la reasunción de la soberanía por parte del pueblo, abrió (o continuó) una zona gris que, como herida cortante, no iba a cerrarse a lo largo de la historia nacional.
 
Dependiendo del hablante, del contexto histórico, de la coyuntura política, variará la noción que se construye de pueblo . En un relato que data de principios del siglo XIX pero se publicó por primera vez en 1960, cuyo autor es desconocido, y lleva por título Diario de un soldado; se muestra ya que la parte más baja de la sociedad, había incorporado el vocablo pueblo a su léxico cotidiano, como mínimo, unos años antes que la revolución de mayo. Así, al relatar los hechos acaecidos con ocasión de las invasiones inglesas, señala en numerosas oportunidades al pueblo como el actor principal de los sucesos.
 
Dicho diario relata que el 14 de agosto de 1806, “Se abrió Cabildo publico adonde concurio toda la Ciudad a tratar/ Si devian rezevir el Sr. Virey Sobremonte que estaba cerca de Lujan en camino para esta Capital con 3 mil cordoveses esta mañana ubo en Cabildo unos partidos aunque el populacho quando el Sr. Rejenti Obispo y otros majistrados se presentaron al Cavildo digo en su balcón a preguntar al pueblo si eran gustosos que fuesen gobernados por Sobremonte y viniera a esta ciudad todos respondieron que nó nó nó nó no lo queremos muera ese traidor nos a vendido es desertor” ( Diario de un soldado, 1960: 39).
 
En otra parte dice, refiriendo ahora a lo sucedido el 6 de febrero de 1807, “En este día demostró esta capital darse quejosa sobre los echos de S.E. y Real Audiencia Pidio el Pueblo cabildo abierto concurio Gritando la autoridad quitada a S.E. y fuera la Real audiencia omito los desetinos que en este dia pedian Presto se junto en cavildo el Sr. de linier Audiencia cavildo y un cresido Nº de vezinos el Sr. obispo a la gritería del Pueblo salio al Balcon el Sr. de liniers a sosegar el Pueblo les dijo que se concedería quanto pedían y que se estaba tratando/ acuerdo de lo que justamente pedia” ( Diario de un soldado, 1960: 140).
 
Al tener el texto la particularidad y excepcionalidad, de no haber sido escrito por alguien perteneciente a la elite ilustrada, permite el acceso a alguna comprensión de los hechos (y de las formas de nominarlos), propio de, al menos, ciertos sectores del bajo pueblo, que participara de los acontecimientos sociales y políticos de la época.
 
De los fragmentos se pueden empezar a desenvolver algunas dimensiones analíticas. En primer lugar, que queda patente en ambos fragmentos, la idea que el pueblo son los gobernados, y no quienes gobiernan. De un lado el pueblo, del otro: el obispo, el virrey, el cabildo, los magistrados, la Real Audiencia, etc. Además, del primer fragmento, se desprende que en el entendimiento del autor, el concepto pueblo establece una sinonimia clara con la noción de populacho; mientras en el segundo fragmento es más confusa o menos directa la relación que la noción pueblo establece con la idea de “vecinos”.
 
Por otro lado, en el primer extracto, parece insinuarse una relación entre ciudad y pueblo. Es importante insistir en este punto, ya que esta novedosa particularidad, implica un quiebre respecto la tradición europea, donde el pueblo, ya sea en su versión medieval o en la comprensión ligada a la tradición de la revolución francesa (gran parte del tercer estado), siempre estuvo fuertemente vinculada a las poblaciones campesinas, y en consecuencia a los pobladores de las zonas suburbanas (provenientes en su inmensa mayoría desde el campo).
 
Dicho entendimiento, que difiere de la construcción europea de pueblo, no es sólo una ruptura en el plano conceptual, sino que por el contrario tendrá a lo largo de la historia nacional profundas implicancias. Como bien explica Di Meglio (2006), si en Francia los sansculottes y el tercer estado jugaron un papel fundamental en el proceso revolucionario, vinculados al sector más radical de la revolución (los jacobinos); por el contrario, en el Sur del continente americano, los morenistas (acérrimos defensores de la soberanía del pueblo) no buscaron, en un primer momento, movilizar a dichos sectores a su favor, e incluso se cuidaron de excluirlos de sus planes.
 
Para frenar el avance de las ideas radicales del núcleo morenista, el sector más moderado buscó el apoyo de los pueblos del interior, y a partir de ellos, de la población rural, no previstos como actores políticos por el grupo morenista. Si bien existía acuerdo dentro de la elite, alrededor de la comprensión del pueblo restringida y vinculada a la ciudad, e incluso dentro de ella, a la parte “sana” de la misma; la debilidad primera del sector moderado, derivó en la búsqueda de apoyos en diversos sectores sociales, lo que permitió que el grupo saavedrista estuviera en mejores condiciones de influir sobre los sectores plebeyos, a la par que le daba voz propia a nuevos actores hasta el momento excluidos de la comunidad política, y tenidos en cuenta sólo como soldados o, en el mejor de los casos, beneficiarios de la nueva situación política y social que se abría al sur del continente.
 
Empiezan a perfilarse así, diversas comprensiones respecto al pueblo, uno que lo vincula a ciudad (y dentro de ella, a la idea de vecindad y comunidad política), compartida mayoritariamente por todos los sectores de la elite en pugna; y otra, propia de los sectores plebeyos, suburbano y rurales, que comienzan a ser tímidamente aún, actores políticos con voz y capacidad de movilización propia, aunque todavía subordinada a alguno de los sectores de la elite.
 
Si en 1806-1807 el Diario de un soldado, deja ver que esta noción que vincula pueblo y ciudad, era compartida también por quienes pertenecían a los sectores no ilustrados de la sociedad, la situación va a ir modificándose a lo largo de la lucha y el proceso revolucionario. Si en mayo de 1810, todavía los sectores reaccionarios, podían preguntar irónicamente, en la voz de Leiva: “¿Dónde está el pueblo?” (Di Meglio, 2006:93), esa situación irá variando producto del mismo proceso político y social, teniendo en las jornadas del 5 y 6 de abril de 1811, un punto de quiebre significativo, que implicará según Di Meglio, la ampliación del pueblo de Buenos Ayres. A partir de esas jornadas, en que al decir de Nuñez, “se apeló a los que vestían poncho y chipá contra los hombres de capa y de casaca” (1960:452), la noción de pueblo será de modo creciente, un violento campo de disputa entre significaciones y alcances políticos y sociales. Si bien siempre vinculado a la ciudad, el significante pueblo ya no podrá sólo referir sólo a ella.
 
Se cree necesario seguir ahondando esta vinculación que se señaló aquí entre ciudad-pueblo . En este punto se considera importante también, tener en cuenta que a lo largo de todo el proceso independentista, la idea de pueblos (en plural) refería a las otras ciudades o provincias, distintas a las que se estaba hablando en ese relato particular. De esto dan fe numerosos escritos de la época.
 
Así, Manuel Moreno refiriéndose a la expedición militar enviada al interior por la primera junta, escribe que “…la expedición no se enviaba contra los pueblos; estos eran hermanos, y tenían los mismos deseos que la capital; se dirigía contra los gobernadores de las provincias, coligados de criminales para oponerse a la propagación del nuevo sistema, y estorbar que la voluntad de sus pueblos se explicase libremente sobre la materia…” (Moreno 1968: 121). Si en la primera parte del fragmento, parece en principio, ser clara la utilización del concepto pueblos refiriendo a la idea de otras ciudades o provincias, todo el desarrollo que le sigue, pone en suspenso esa claridad, para afirmar nuevamente que pueblos hace referencia a algo distinto a “los que gobiernan”, e inscribe también, al significante pueblos (en plural), en una opacidad semántica significativa.
 
Esta oscuridad conceptual es una constante en los escritos políticos de la época. El siguiente extenso fragmento de Mariano Moreno que data del 28 de octubre de 1810, será significativo en tal sentido: “La disolución de la Junta Central […] restituyó a los pueblos la plenitud de los poderes […] En esta dispersión no sólo cada pueblo reasumió la autoridad, que de consuno habían conferido al Monarca, sino que cada hombre debió considerarse en el estado anterior al pacto social […] Los vínculos, que unen el pueblo al Rey, son distintos de los que unen a los hombres entre sí mismos: un pueblo es un pueblo, antes de darse un Rey; y de aquí es, que aunque las relaciones sociales entre los pueblos y el Rey, quedasen disueltas o suspensas por el cautiverio de nuestro Monarca, los vínculos que unen a un hombre con otro en sociedad quedaron subsistentes, porque no dependen de los primeros; y los pueblos no debieron tratar de formarse pueblos, pues ya lo eran; sino de elegir una cabeza, que los rigiese, o regirse a sí mismos…” (Moreno, 2009:194).
 
A lo largo de todo el fragmento tanto el concepto pueblo como el de pueblos, están impregnados de cierta ambigüedad que provoca una tensión de sentidos, entre significar pueblo/s como ciudad/es o provincia/s diversas, y/o referir a un sector de la población distinto a los que gobiernan, e incluso agregándole un significado más, que introduce una dimensión netamente política y cultural, pueblo/s como un conjunto de “hombres” que comparten una historia, una cultura y relaciones sociales particulares entre sí, una comunidad política.
 
Volviendo a esa vinculación que se señala una y otra vez entre ciudad y pueblo, se rescatan aquí las palabras de Beruti, quien refiriendo a las jornadas que tuvieron lugar el 5 y 6 de abril de 1811, escribe lo siguiente: “…suponiendo pueblo a la última plebe del campo, con desdoro del verdadero vecindario ilustre y sensato de esta ciudad, que ha quedado burlado y no fue llamado para nada; pero bien sabían los facciosos que si hubiera llamádose al verdadero pueblo, no habría logrado sus planes…” (2002: 165).
 
Las palabras de Beruti, además de confirmar de algún modo que la noción que se tenía de pueblo hasta ese día, estaba profundamente vinculada a la ciudad, también reintroducen la dimensión “clasista” como otras de las disputas en tensión, dentro del concepto pueblo. Así se perfilan otras tres comprensiones de pueblo: una primera que refiere sólo al “vecindario ilustre y sensato de la ciudad”, otra que engloba al conjunto de la comunidad política, a la totalidad de la sociedad (lectura que parece por momentos abonar Mariano Moreno, y que en la historiografía argentina será retomada por Mitre y el conjunto de la historiografía liberal), y una tercera que entiende por pueblo sólo al “populacho” o “bajo pueblo” o al sector plebeyo de la sociedad.
 
Si bien una lectura poco atenta, podría, con justa razón, atribuir una concepción fuertemente clasista (y contraria a la plebe) a las palabras de Beruti, el significado de sus dichos deben ser entendidos (se cree aquí) en otro sentido. Así, no es de extrañar que quienes ligaban la noción de pueblo a la de comunidad política, abonaran a su vez lecturas que lo vinculaban a la ciudad, y dentro de ella, al sector “más ilustre”. Hasta las jornadas del 5 y 6 de abril de 1811 (como hito fundante), no eran sino los pobladores de la ciudad, y dentro de ella: los vecinos, quienes participaban de la vida política. A partir de estos hechos, serán justamente los sectores morenistas y sus continuadores (Partido Popular, con Dorrego a la cabeza –el padrecito de los pobres, como lo apodaban-, que más tarde desembocará de algún modo en el Partido Federal) quienes van a dar un lugar preponderante a la participación de los sectores más bajos de la sociedad (ya trasvasando las fronteras citadinas) en la lucha política.
 
Pensar la comunidad política en 1810 para la elite porteña no incluía a otros sectores que no fueran ellos mismos, y en una segunda instancia, la elite de otros pueblos. Sin embargo, como se desarrollará más adelante en este trabajo, a medida que otros sectores sociales comienzan a ganar terreno en la lucha política, es el mismo partido que en un primer momento le había dado la espalda, el primero en darle un lugar como actor político. Mientras que los sectores más moderados y refractarios al cambio, serán quienes con el devenir del desenvolvimiento político, irán cerrando las puertas a la participación plebeya en el escenario nacional.
 
El señalamiento de este desplazamiento semántico, tiene por objeto mostrar, se insiste, cómo la disputa por llenar de contenido la noción de pueblo, irá variando a lo largo de nuestra historia nacional, dependiendo de las circunstancias y las tensiones sociales y políticas que se irán construyendo. Pero también tiene como finalidad marcar otra asociación que hasta el momento no se había resaltado lo suficiente: la vinculación existente en estos relatos entre pueblo y acción política.
Pueblo, para la comprensión del arco morenista, necesariamente implica un sujeto político activo. Las palabras de Saguí pueden ser esclarecedoras en ese sentido: “Después de un largo intervalo, apareció la presentación popular firmada por un considerable número de personas de todas las clases y condiciones. Sucedió no obstante, que al querer el Cabildo oír de boca del mismo pueblo la ratificación de su contenido, para lo cual salió en cuerpo a las galerías altas, vio que no había reunidos sino los mismos o poco más individuos que los que habían concurrido antes. Entonces el síndico procurador, que era el alma de aquella corporación, tuvo el valor bastante para preguntar en alta vos “¿Y dónde está el pueblo?”: interpelación que fue contestada con amenazas de violencia” (1960:123).
 
Y en otro fragmento del mismo texto dice Saguí que “habíase reunido una multitud de pueblo (como se dice en el acta capitular) agregados a los individuos de la noche precedente; y que se habían amanecidos en una fonda de la plaza, todos armados” (1960:121). Se desprende de ambos segmentos, que lo que hacía en la concepción morenista pueblo al pueblo, no era el origen o pertenencia de clase o condición, sino su resuelta participación política en los hechos que acaecían en los dramáticos momentos en que se forjaban los primeros pasos de la independencia patria.
 
Será el mismo Mariano Moreno quien dirá en una nota de julio de 1812 que “causa ternura el patriotismo con que se esfuerza el Pueblo para socorrer el Erario en los gastos precisos para la expedición de las Provincias interiores. Las clases medianas, los más pobres de la Sociedad son los primeros, que se apresuran a porfía, a consagrar a la Patria una parte de su escasa fortuna” (2009:179). Encontramos en este texto la reafirmación que en la comprensión morenista, no era la clase social lo que hacía al pueblo, sino su participación en la comunidad política por medio de hechos concretos, de la acción.
 
Recapitulando el análisis intentado hasta aquí, se pueden identificar distintos campos conceptuales que intentan llenar de significado al pueblo. Como primer elemento, a lo largo de todos los extractos seleccionados, existe una noción clara que pueblo es siempre distinto a quien/es gobierna/n. Al pueblo pertenecen siempre quienes integran el campo de los gobernados. El pueblo peticiona, exige, se planta, acciona (incluso por medio de la violencia armada), pero no gobierna.
 
En segundo lugar, el pueblo nace en la historia política nacional, vinculado fuertemente a la ciudad, como espacio geográfico y político delimitado. Se insiste que esta vinculación es una particularidad que asume la historia local, diversa a las concepciones filosóficas y las experiencias políticas europeas que habían servido de ejemplo y herramienta de lucha durante el periodo. Esa vinculación en principio clara, va a ir desdibujándose con el correr de los acontecimientos políticos, hasta el punto en que lograr desvincular la noción de pueblo al de ciudad, se volvió uno de las disputas centrales de la etapa política posterior al periodo independentista.
 
El tercer elemento que debe señalarse, es la relación que se sugiere en los escritos, tanto morenistas como saavedristas entre pueblo y lucha. Sobre todo en la comprensión morenista, parece primar una idea clara de que integrarán el pueblo, sólo quienes se decidan a ser actores políticos, tomando partido por la Patria, en las luchas que se estaban librando.
 
En cuarto lugar, señalar el abanico de significados posibles, desde el punto de vista “clasista”, que se abre (en disputa) para dar contenido al significante pueblo. La primera aclaración que se debe dar, es que cuando se habla de “clase” no se refiere estrictamente a lo que se comprenderá por ese mismo vocablo con el devenir histórico, puesto que se está analizando la disputa conceptual en una sociedad pre-industrial. La segunda advertencia, es que como ya se dijo, se debía descartar que la noción de pueblo, sólo comprehensiva de quienes integraban “la vecindad”, sea producto de una lectura estrictamente clasista, sino que la misma era consecuencia de una comprensión que hacía prevalecer el papel que desempañaba cada sector en la lucha política concreta.
 
Es así que quedan en pie dos comprensiones posibles sobre el contenido de pueblo desde una mirada de clase. Una propia de los sectores pertenecientes a la elite y continuada por la historiografía liberal, que entiende al pueblo como sinónimo de la totalidad de la sociedad. Y una segunda, vinculada a las comprensiones que se realizaban desde los sectores no ilustrados, que significaban con pueblo a los sectores que la elite porteña nominaba como populacho, plebe o bajo pueblo. Dirá Di Meglio que “la noción de plebe, originaria de la Antigua Roma, era usada por los miembros de la elite porteña para denominar a la población que ocupaba lo más bajo de la pirámide social […] se empleará como sinónimo ocasional de plebe el término bajo pueblo, también usado en la época” (2006:19).
 
Como se observa, toda esta disputa conceptual y profundamente política que se intenta sistematizar aquí, nace en el momento mismo en que comienza la historia nacional, y condensará en sí gran parte de las comprensiones y significados que, a veces de modo sangriento, estarán en pugna, con continuidades y rupturas, hasta el presente.
 
Se comprende entonces que, cuando el caudillo cordobés José María Paz, intenta resumir las razones de la lucha que seguiría a la independencia patria sostuviera que: “no será inoficioso advertir que esa gran facción de la república que formaba el partido federal no combatía solamente por la mera forma de gobierno, pues otros intereses y otros sentimientos se refundían en uno solo para hacerlo triunfar. Primero era la parte más ilustrada contra la porción más ignorante. En segundo lugar, la gente del campo se oponía a la de las ciudades. En tercer, la plebe se quería sobreponer a la gente principal. En cuarto, las provincias, celosas de la preponderancia de la capital, querían nivelarla.
 
En quinto, las tendencias democráticas se oponían a las miras aristocráticas y aún monárquicas” (2000:295). Como se observa, todos y cada uno de los nudos problemáticos que dan cuerpo al concepto pueblo en el nacimiento de la nación, son los que sirvieron de sustancia al combate que se libra desde entonces en el suelo argentino.
 
Bibliografía
 
BERUTI, J. M. (2002) Memorias curiosas, Emecé, Bs. As.
DIARIO DE UN SOLDADO (1960), Anónimo, Archivo General de la Nación Argentina, advertencia por Roberto Etchepareborda, Comisión Nacional Ejecutiva 150º aniversario de la Revolución de Mayo, Ministerio del Interior, Buenos Aires.
MORENO, MANUEL (1968) Vida y memorias de Mariano Moreno, Eudeba, Buenos Aires.
MORENO, MARIANO (2009) Plan Revolucionario de operaciones y otros escritos. Emecé. Bs. As.
NUÑEZ, I. (1960) “Noticias Históricas de la República Argentina, aumentada y corregida por el hijo del autor, señor Don Julio Nuñez” en Biblioteca de Mayo. Colección de obras y documentos para la historia argentina, Tomo I, Memorias, Buenos Aires.
PAZ, J. M. (2000) Memorias póstumas de José María Paz, Vol. I, Emecé, Bs. As.
SAGUÍ, F. (1960) “Los últimos cuatro años de la dominación española”, en Biblioteca de Mayo. Colección de obras y documentos para la historia argentina, Tomo I, Memorias, Buenos Aires.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

La «industria» de derrocar gobiernos

 

La «industria» de derrocar gobiernos

Por Mahdi Darius Nazemroaya (*)

 

Cadena RT. | 28 agosto del 2012

Cualquiera que estudie la táctica que aplicaron EE.UU. y la OTAN para acabar con Jamahiriya en Libia se dará cuenta de que Washington trata de aplicar el mismo mecanismo para cambiar el régimen en Siria.

La clave de este proceso es la formación de grupos de contactos multilaterales, lógicamente próximos a la oposición. Pero lo que quizá no sepa la mayoría de la gente es que la industria americana de los "grupos de contacto" tuvo su origen en Somalia.

2006 fue un año crítico para Somalia, porque precisamente al final de ese año el país africano daba muestras de estabilidad tras décadas de guerra civil. La región autónoma septentrional de Puntland estaba viviendo un período de relativa tranquilidad, mientras que el sur del país se encontraba en constante guerra desde 1991. La Unión de Cortes Islámicas (UCI) derrotó a la mayoría de los caudillos militares locales y llegó a gobernar la mayor parte sureña del país, llevando paz y justicia a esta región. Se llevaban a cabo negociaciones pacíficas sobre la unidad del país, y se esperaba para el año siguiente una relativa paz en Somalia.

Fue entonces cuando Estados Unidos y Etiopía, su aliado regional, lanzaron una ofensiva en diciembre de 2006. El general John Abizaid, ex comandante en las guerras de Irak y Afganistán, visitó Etiopía tres semanas antes para mantener una reunión con el primer ministro del país, Meles Zenawi, el 4 de diciembre. Ambos acordaron los detalles de la invasión estadounidense-etíope de Somalia.

Estados Unidos aportó aviones de combate, buques de guerra y comandos especiales, mientras que Etiopía envió contra la Unión de Cortes Islámicas sus tropas terrestres. Para justificar la agresión se utilizaron los argumentos de siempre: la lucha global contra el terrorismo y la supuesta afiliación de la UCI a Al-Qaeda.

El resultado de la invasión fue el desmantelamiento de la UCI, lo que generó un vacío del poder en el territorio que controlaba. El Gobierno Federal de Transición, un grupo de la oposición al gobierno de Somalia importado para asumir el poder, se declaró Gobierno legítimo del país. ¿Les recuerda a algo?

Precisamente eso fue lo que pasó cuatro años después, pero a mayor escala, en Libia, donde la OTAN llevó al poder al Consejo Nacional de Transición. Es eso lo que están preparando para Siria tanto Estados Unidos, como la OTAN y las monarquías "petrolíferas" arábicas del Golfo Pérsico al fundar el Consejo Nacional Sirio. Ahora Somalia es un país dividido, inestable y sin ley. Precisamente, eso ocurre ahora en la también dividida y descontrolada Libia y lo mismo se está preparando para Siria, al estilo de la guerra del Líbano de los años 1975-1990. La carta de la "somalización" está sobre la mesa...

Varios estados africanos planeaban enviar un contingente internacional a Somalia con el apoyo de Estados Unidos, pero sus planes se vieron frustrados en junio de 2006, cuando la Unión de Cortes Islámicas tomó bajo control Mogadiscio, la capital del país.

A partir de ese momento Estados Unidos y sus aliados pusieron en marcha un plan de sustitución del régimen gobernante a través del Grupo de Contacto para Somalia. Semejante "grupo de contacto" estaba en la base del plan de la OTAN para imponerse en Libia (solo que se llamó Amigos de Libia) formado en 2011 y que garantizó el poder del Consejo Nacional de Transición en Trípoli, a través de una "diplomacia de misiles".

Más tarde surgió el Grupo de Contacto para Siria (Amigos del Pueblo Sirio), formado en 2012 con el objetivo de llevar al poder al Consejo Nacional Sirio. La agenda para el Gobierno Federal de Transición somalí fue preparada por EE.UU. y bautizada como "reconstrucción de las instituciones y de la economía de Somalia", lógicamente con la ayuda de "expertos extranjeros".

El mismo programa se ha planteado ante el Consejo de Transición de Siria, dominado por los Hermanos Musulmanes y el Consejo de Transición Nacional libio. Éste último ya ha privatizado los activos nacionales para reducir sus riquezas con la ayuda de Ali Tarhouni, economista neoliberal libio de corte estadounidense, ministro de Finanzas y Petróleo. A partir de ahora el petróleo libio no está en manos de los libios. Están muy ocupados luchando los unos contra los otros.

Lo que ha reemplazado a la Unión de Cortes Islámicas y Jamahiriya, en Somalia y Libia respectivamente, es una "transición" sin fin y enclaves burocráticos ligados con Washington, Bruselas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, todos muy distantes de la violenta realidad en sus países.

Al margen de estas oficinas burocráticas, el poder de la ley es reemplazado por las arbitrariedades de milicianos y de matones. Este será el futuro de la República Arábica de Siria, si Hillary Clinton y Barack Obama triunfan a la hora de imponer al país el poder del Consejo Nacional Sirio. Ya podemos observarlo en las destruidas calles de Alepo, en el cicatrizado paisaje a las afueras de Damasco, en las persecuciones de minorías sirias, en la profanación de iglesias, asesinatos de empleados sociales, ejecuciones extrajudiciales de quienes apoyan al Gobierno, éxodo de profesionales, secuestros y asesinatos de periodistas, ataques terroristas contra centros civiles, muertes de médicos y secuestros de extranjeros en los territorios que están bajo el control del Ejército Libre Sirio.

(*) Mahdi Darius Nazemroaya es un sociólogo e investigador del Centro de Estudios de Globalización, en Montreal y autor de 'Globalización de la OTAN' (Clarity Press).
 
 
 

Hallan datos sobre asesinato de Olof Palme en computadora de fallecida multimillonaria


Hallan datos sobre asesinato de Olof Palme en computadora de fallecida multimillonaria


Londres los envía a Suecia

 

Posted on 30 agosto, 2012 by ramarti



Londres, La multimillonaria Eva Rausing, que apareció muerta a los 48 años en su casa de Londres el pasado julio, tenía información sobre el asesinato en 1986 del entonces primer ministro sueco, Olof Palme, informan hoy los medios británicos.El cuerpo sin vida de Rausing, una de las mujeres más ricas del Reino Unido y esposa del heredero del imperio Tetra Pak, Hans Kristian Rausing, fue hallado dos meses después de su fallecimiento en su vivienda de Londres.


Su marido se declaró culpable ante un tribunal británico de haber retrasado el funeral de su mujer, que tenía antecedentes de adicción a las drogas.


El cadáver de Rausing apareció entre sábanas y bolsas de basura en su residencia del exclusivo barrio de Belgravia el pasado 9 de julio.


Si su muerte conmocionó al país por ser Rausing miembro de una familia muy conocida, el caso ha adquirido mayor misterio después de que la Policía Metropolitana de Londres confirmara anoche que han pasado información relacionada con la muerte de Olof Palme, en 1986, a las autoridades suecas.


 
Al parecer, esas informaciones fueron halladas en el ordenador (computadora) de Eva Rausing por agentes británicos.


 
“Estamos en posesión de información que hemos enviado a las autoridades suecas”, dijo un portavoz de Scotland Yard, que ahora quiere interrogar a Hans Kristian Rausing acerca de los datos que su esposa pudo haber obtenido en relación con el asesinato de Palme.


 
Según publica hoy “The Guardian”, el escritor sueco Gunnar Wall, autor de dos libros sobre el asesinato de Olof Palme, reveló que Rausing se puso en contacto con él por primera vez en junio de 2011.



Al parecer, Rausing le comunicó que se había enterado de que Palme había sido asesinado por un empresario que temía que el político constituyese una amenaza para sus negocios.


 
Wall explicó que se intercambió correos electrónicos con Rausing, quien además le contó que había escrito al empresario tres veces para abordar esas acusaciones.


 
En uno de los correos electrónicos a Wall, Rausing escribió: “No te olvides de investigar si de repente me muero. Estoy de broma, espero”.


“Cuando dejaron de llegarme sus correos electrónicos, no lo pensé demasiado hasta que escuché que había muerto en circunstancias que no estaban claras”, admitió Wall a “The Guardian”.


Según un diario sueco, la policía británica, al registrar el ordenador personal de Eva Rausing, halló información relacionada con la misteriosa muerte de Palme, a quien dispararon en el centro de Estocolmo al regresar a su casa del cine con su esposa, Lisbeth, en febrero de 1986.


Los detalles de la autopsia en el cuerpo de Rausing revelaron que la millonaria murió el pasado 7 de mayo y que había consumido cocaína.


 
La fortuna de la pareja se estima en unos 5.400 millones de libras (7.000 millones de euros) gracias al imperio Tetra Pak, fundado por el padre de Hans Rausing y dedicado a la elaboración de envases de cartón como el “tetrabrick”.


 
El matrimonio Rausing fue imputado en 2008 por tener importantes cantidades de droga, como crack, heroína y cocaína, en su casa.


El pasado abril, Eva Rausing fue detenida al tratar de entrar en la embajada de Estados Unidos en Londres con pequeñas cantidades de drogas.


Olof Palme


El 28 de febrero de 1986 cuando aún ejercía el cargo de Primer Ministro, fue asesinado Olof Palme en Estocolmo por un desconocido y el caso sigue aun sin resolver.


Olof Palme nació (el 30 de enero de 1927) en Estocolmo, Suecia. A pesar de provenir de una familia acomodada, su orientación política llegó a estar influida por las ideas socialdemócratas. Sus viajes por el Tercer Mundo, así como de los Estados Unidos – donde vio profunda desigualdad económica y la segregación racial – contribuyeron a definir sus puntos de vista.


Palme fue muy activo en la política exterior, de una Suecia que hasta entonces hacia orgullo de su neutralidad, comprometiendose profundamente con la problemática de los países del Tercer Mundo, así como en cuestiones sobre la democracia y el desarme. Olof Palme odiaba las armas nucleares por lo que estaba totalmente en contra de ellas. Condenó, a menudo en términos drásticos las dictaduras tanto de derecha como de izquierda. Lo mismo combatió las intervenciones soviéticas en Checoslovaquia durante la Primavera de Praga o en Afganistán así como que fue un referente internacional contra la dictadura franquista o el régimen de Pinochet.



Durante la guerra del Vietnam criticó duramente la actuación de Estados Unidos llegando incluso a encabezar numerosas manifestaciones frente a la embajada de Estados Unidos en Estocolmo y siempre estuvo en contra de que los (norte) americanos intervinieran en Cuba. También se opuso duramente al apartheid en Sudáfrica y realizó una serie de misiones internacionales, cerrando filas junto a la causa Palestina o siendo mediador de la ONU en la guerra entre Irán e Irak.


 
Pero Palme, aplicó en su propio país lo que defendía para otros. Durante su mandato, los 500.000 inmigrantes que tenía Suecia gozaron, por primera vez, de los mismos derechos que los suecos y pudieron ejercer el voto.


 
Su asesinato sigue sin estar resuelto y habría prescrito el 28 de febrero de 2011, al pasar 25 años desde su comisión. Sin embargo, en 2010 el Parlamento sueco cambió las condiciones de prescripción de los delitos muy graves, evitándolo.


 
Ahora el caso vuelve a la palestra.

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