Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

sábado, 31 de marzo de 2012

Solo la fuerza militar multipolar puede evitar una guerra nuclear


 Solo la fuerza militar multipolar puede evitar una guerra nuclear
Rómulo Pardo Silva

 
Los intereses en dirección a una nueva guerra mundial son imparables. Los magnates capitalistas de diferentes países luchan por incrementar su lucro y arrastran a sus pueblos que esperan recibir una parte de la conquista. Lo único que puede detenerlos es otra guerra fría de equilibrio militar.

El presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, fue claro: "Nuestro poderío militar y la capacidad de reaccionar a las amenazas deben ser tales que a nadie en el mundo le surja el deseo de someterlos a prueba".

El peligro de conflagración es evidente pero se oculta por los medios. Stephen Hawking lo predice en los próximos cien años. Fidel Castro teme que se utilicen algunas de las 25 mil armas nucleares existentes: “Imaginemos a las fuerzas de Estados Unidos lanzando monstruosas bombas… Por esa vía nuestra especie será conducida inexorablemente hacia el desastre… Por mi parte, no albergo la menor duda de que Estados Unidos está a punto de cometer y conducir el mundo al mayor error de su historia”.

Recientemente Estados Unidos ha realizado sin miramientos tres etapas de su plan anterior al año 2000, Irak, Afganistán, Libia. El candidato presidencial Mitt Romney se refirió a Rusia como "sin duda nuestro principal enemigo geopolítico”. Otro candidato, Rick Santorum "quisiera comenzar una guerra contra China" [RT]. Autoridades norteamericanas han dicho que se preparan para una guerra con India…

Sin embargo después de que hasta hace unas semanas se mostraba decidido a atacar en Siria e Irán, Washington comenzó a vacilar al enfrentarse con Rusia y China que tienen una alianza militar estratégica.

La perspectiva del colapso del sistema mundial hace marchar a las burguesías a la conquista del planeta si es necesario mediante la fuerza. La organización GRAIN acaba de documentar 416 acaparamientos recientes de tierras agrícolas, que abarcan cerca de 35 millones de hectáreas en 66 países, para la producción de alimentos por inversionistas extranjeros. Se está en las guerras por petróleo y Raúl Castro en su discurso a Benedito XVI advirtió que las próximas serán por agua y alimento.

La lucha capitalista por recursos cada vez más escasos es tal que ni siquiera hay aliados del todo confiables. La tendencia al proteccionismo es una muestra. El plan nacional de desarrollo económico para el próximo decenio ruso es un ejemplo. Plantea que si el yuan “se convierte en una divisa de pagos y, en adelante de inversiones y de reserva a nivel mundial... podría conllevar la desestabilización del sistema internacional monetario y la limitación de las posibilidades del uso del rublo ruso para los pagos internacionales”. “La alta competitividad de la industria procesadora china (...) contribuirá a la futura expulsión del mercado ruso de los fabricantes nacionales de producción similar e impedirá la expansión comercial y de inversiones de las empresas rusas en el extranjero”. “La consolidación de la posición de China dentro de Asia Central puede minar las perspectivas de la futura incorporación de esta región en los proyectos de integración rusos” [Fiodor Lukiánov, Argenpress].

El desarrollo, la compra y la explotación del nuevo caza polivalente Lockheed Martin F-35 Lightning  II costarán a EEUU 1,45 billones de dólares en los próximos 50 años según un informe obtenido del Pentágono. No debería existir duda entonces que de no haber armas atómicas las cúpulas millonarias repetirían multiplicadas las matanzas y destrucciones de las dos guerras mundiales. Como desgraciadamente existen su freno hoy es saber que si atacan se autodestruyen.  

La solución de raíz de esta carrera de invasiones es un mundo solidario que planifique el uso de la naturaleza para que sea sustentable y eso es una política socialista imposible en el capitalismo.

La única salvaguardia actual es el equilibrio militar de los capitalistas rusos, chinos, norteamericanos, europeos… y de otros aspirantes en vías de crecimiento.
  

Pueblos en lucha, sirio & tunecino

Pueblos en lucha, sirio & tunecino
Por Rashid SHERIF*

Una vez terminada su siniestra aventura en Libia, las fuerzas imperiales de la OTAN y sus lacayos del Medio Oriente pasaron al país de turno en su lista de agresiones en áreas del Sur.

Desde hace un año somos testigos en vigilia de ésta agresión a gran escala combinada por elementos internos islamistas, fuerzas de la OTAN y sus mercenarios llegados de distintos horizontes, incluyendo por supuesto su campaña mediática con periodistas verdaderos y falsos infiltrados: con todo, el pueblo sirio ha sido capaz de rechazar dicha agresión de reconquista colonial.

En su ceguera e ignorancia estas fuerzas coloniales de nuevo corte no tenían un conocimiento y apreciación de la situación de Siria donde un Estado-nación bien arraigado y el sentimiento patriótico constituyen valores fundamentales a todos los niveles de las clases sociales del país. En particular, la agresión imperial ha contribuido en desenmascarar a los elementos islamistas reaccionarios, los cuales en su afán por acaparar el poder del Estado, como lo hacen ahora en Túnez y otras partes, han revelado ser capaces de aliarse con los perores enemigos del pueblo: el imperialismo y sus lacayos autócratas.

Es así como el pueblo sirio con las clases trabajadores del campo y la industria se han aliado fuertemente con la clase media y las fuerzas armadas: con tal frente de resistencia se estrelló definitivamente la conjura y la criminal agresión foránea. Esta realidad le dio al gobierno sirio la fuerza de su firmeza y a la vez dio base al respaldo de los gobiernos de Rusia y China. Siria no podía caer y con más razón aún, Irán tampoco, país en la lista para el siguiente paso de las agresiones.

O sea, por una parte el islamismo como caballo de Troya imperial ha sido derrotado en Siria, y por otra parte, se le hace más difícil aún a los enemigos de Irán atacarlo paso seguido.

En cuanto al islamismo, en Túnez (cf. escrito anterior, “Pueblo Rebelde”) también acaba de sufrir una gran derrota. Desde que el movimiento islamista Ennahdha ha estado en el poder de forma provisional en la espera de la nueva constitución para la segunda republica, tanto por sus acciones directas en la asamblea constituyente y en el aparato estatal, como a través de las acciones criminales diarias y antipatrióticas de su brazo armado salafista, no han dejado de manipular a su antojo las instituciones y amenazar, hostigar, agredir a la población; en particular a los obreros, las mujeres, los estudiantes, los académicos, los intelectuales y artistas. En los últimos dos meses se habían envalentonado hasta tratar de imponer la Charia islámica como fundamento esencial de la nueva constitución. La Charia está constituida por leyes derivadas de interpretaciones múltiples del Corán a lo largo de siglos, considerada hoy retrograda, eje central al servicio de gobiernos autócratas y reaccionarias. Tal osadía, en contradicción total con las promesas de Ennahdha durante la campana electoral, y en contradicción flagrante con el nivel de civismo y cultura política del pueblo, provocó un amplio frente de repulsión por parte de la sociedad en su conjunto, trabajadores, mujeres, jóvenes, estudiantes y por supuesto la clase media, con las fuerzas armadas manteniendo un silencio desaprobador de esa maniobra artera.

Al cabo de varias marchas multitudinarias de protesta e indignación a través del país, hace pocos días, se han aglutinado varias fuerzas políticas en un frente único, el cual hizo un llamado a la población para exigir un referéndum en relación con el tema de la Charia. Ni pasaron veinticuatro horas cuando el movimiento Ennhadha se sintió acorralado porque de seguro iba a perder si se diera el referéndum. Anunció por voz de su dirigente que la Charia no podrá ser parte del debate ni tiene cabida en la nueva constitución. El diario francés Le Monde casi felicitó de forma paternalista al movimiento Ennahdha diciendo que su “sabia” decisión está a favor del retorno de los turistas europeos y los inversionistas extranjeros al país. En realidad, ese movimiento político con uso abusivo del Islam no tiene crédito alguno. Ha sido más bien derrotado por la resistencia, el espirito de rebeldía y la voluntad del pueblo en defensa de su cultura propia, sus tradiciones de tolerancia; y en particular, en defensa de los derechos logrados por la mujer tunecina, como ninguna mujer de un país a mayoría musulmana.

Hay que insistir sobre esta batalla victoriosa del pueblo tunecino el cual sigue profundizando con su lucha diaria los valores de la Insurrección de la Dignidad o Intifadah al Karama: Trabajo, libertad y dignidad nacional. Es preciso recalcar los hechos ocurridos en los últimos días en cuanto a la gran derrota del movimiento islamista reaccionario y antipatriótico tanto en Siria como en Túnez. Estos eventos no dejaran de tener repercusiones en otros países donde los islamistas reaccionarios sunitas intentan tomar el poder con apoyos imperiales. Algo está a punto de suceder también en Egipto donde los islamistas han tratado de imponer sus criterios retrógrados en el seno de la comisión nacional de redacción de la nueva constitución, donde ellos cuentan con mayoría de votos. Esto ha provocado la salida ruidosa de esa comisión por parte de los elementos progresistas y nacionalistas. No cabe duda que el ejemplo de lucha constante de los pueblos sirio y tunecino está creando antecedentes de resistencia necesaria y exitosa en contra de las fuerzas oscurantistas y vendepatria de estos islamistas.

Es así como se está levantando una resistencia de los pueblos en contra del plan imperial por crear un “cordón” apoyándose en poderes islamistas sunitas amaestrados desde Marruecos hasta el golfo pérsico, para aislar, amenazar y agredir a otros estados y movimientos militantes del Islam chiita antiimperialista medio-oriental en Irán, Siria, Iraq, Líbano, Bahréin --todo cuanto el imperio trata de lograr para sus intereses propios y a favor del Estado de Israel y su ocupación del territorio palestino. Con ese imperio decadente y altamente agresivo, los pueblos del sur llevan a cabo las últimas luchas anticoloniales del siglo XXI, en busca de su verdadera independencia.

Rashid SHERIF

31 de marzo 2012

La necesidad de enriquecer nuestros conocimientos

La necesidad de enriquecer nuestros conocimientos
Fidel Castro Ruz

 
29 Marzo 2012 

Las escenas fílmicas de la matanza en Libia, que comienzan a conocerse, indignan por la ausencia total de humanismo y las groseras mentiras que sirvieron de pretexto para invadir y apoderarse de los recursos naturales de aquel país.

Con más de 25 mil misiones de combate la aviación militar de la OTAN apoyó el monstruoso crimen.

Afirmaron que el Gobierno de Libia poseía fondos en el exterior que superaban los 200 mil millones de dólares. Nadie sabe en este instante dónde está y qué se ha hecho con ese dinero.

Un proceso electoral fraudulento garantizó el despojo de la presidencia del país más poderoso a favor de George W. Bush, un alcohólico sin tratamiento médico ni los más elementales principios éticos, quien ordenó a los graduados de West Point estar listos para atacar sorpresivamente y sin previo aviso a 60 o más oscuros rincones del mundo.

Semejante enajenado, a través de una maletica, podía decidir el uso de miles de armas nucleares; con un porcentaje mínimo de las mismas podía poner fin a la vida humana en el planeta.

Es triste recordar que en el lado opuesto de la superpotencia yanqui, otro enajenado, con tres botellas de Vodka en el estómago, proclamó la desintegración de la URSS y el desmantelamiento de más de 400 emplazamientos nucleares a cuyo alcance estaban todas las bases militares que amenazaban a ese país.

Aquellos acontecimientos no constituyeron una sorpresa. A lo largo de muchos años de lucha, la experiencia adquirida, el contacto con los acontecimientos, las ideas y los procesos históricos no daban lugar a sorpresa alguna.

Hoy los dirigentes rusos tratan de reconstruir aquel poderoso Estado que tanto esfuerzo y sacrificio costó crear.

Cuando el Papa Juan Pablo II visitó nuestro país en 1998, más de una vez antes de su llegada conversé sobre variados temas con algún enviado suyo. Recuerdo particularmente la ocasión en que nos sentamos a cenar en una pequeña sala del Palacio de la Revolución con Joaquín Navarro Valls, Vocero del Papa, sentado frente a mí. A la derecha estaba un sacerdote amable e inteligente que venía con el Vocero y acompañaba a Juan Pablo II en las misas.

Curioso por los detalles, le pregunto a Navarro Valls ¿Usted cree que el inmenso cielo con millones de estrellas se hizo para placer de los habitantes de la tierra cuando nos dignamos a mirar hacia arriba alguna noche? “Absolutamente” -me respondió. “Es el único planeta habitado del Universo”.

Me dirijo entonces al sacerdote y le digo ¿Qué piensa usted de eso padre? Me responde: “A mi juicio hay un 99,9 por ciento de posibilidades de que exista la vida inteligente en algún otro planeta”. La respuesta no violaba ningún principio religioso. Mentalmente multipliqué no se sabe cuántas veces la cifra. Era el tipo de respuesta que yo consideraba correcta y seria.

Después aquel noble sacerdote fue siempre amistoso con nuestro país. Para compartir la amistad no hay que compartir las creencias.

Hoy jueves, como ocurre con frecuencia creciente, una entidad europea de conocida solvencia sobre el tema expresa textualmente:

“Podría haber miles de millones de planetas no mucho más grandes que la Tierra orbitando débiles estrellas en nuestra galaxia, de acuerdo con un equipo internacional de astrónomos.

“Este número estimado de ’súper-Tierras’ -planetas con hasta diez veces la masa de la Tierra- se basa en detecciones ya realizadas y luego extrapoladas para incluir la población de las llamadas ‘estrellas enanas’ de la Vía Láctea.

“‘Nuestras nuevas observaciones con Harps arrojan que alrededor del 40% de las estrellas enanas rojas tienen una ’súper-Tierra’ orbitándola en su zona habitable, donde puede existir agua en estado líquido en la superficie del planeta’, dijo Xabier Bonfills, jefe del equipo del Observatorio de Ciencias del Universo de Grenoble, Francia.

“‘Debido a que las enanas rojas son tan comunes -hay como 160.000 millones de ellas en la Vía Láctea- esto nos lleva a los sorprendentes resultados de que hay decenas de millones de esos planetas solo en nuestra galaxia’.”

“Sus estudios sugieren que hay ’súper-Tierras’ en zonas habitables en el 41% de los casos, con un rango del 28 al 95%.

“‘40% de las estrellas enanas rojas tienen una ’súper-Tierra’ orbitándola en su zona habitable, donde puede existir agua en estado líquido’.”

“Eso lleva a la pregunta obvia, sobre si alguno de esos planetas no solamente es habitable sino que tiene vida.”

“Pero estas estrellas son dadas a las erupciones estelares, que pueden bañar a los planetas cercanos con rayos X o radiación ultravioleta, lo que puede hacer menos probable la existencia de vida.

“‘Tenemos idea de cómo encontrar rasgos de vida en esos planetas’, dijo el investigador del Observatorio de Génova, Stephane Udry.”

“‘Si podemos ver trazas de elementos relacionados con vida como oxígeno en esa luz, entonces podríamos obtener indicios sobre si hay vida en ese planeta’.”

La simple lectura de estas noticias demuestra la posibilidad y la necesidad de enriquecer nuestros conocimientos, hoy fragmentados y dispersos.

Quizás nos lleve a posiciones más críticas acerca de la superficialidad con que abordamos problemas tanto culturales como materiales. A mí no me cabe la menor duda de que nuestro mundo cambia mucho más aceleradamente de lo que somos capaces de imaginar.

Fidel Castro Ruz

Marzo 29 de 2012

8 y 15 p.m.

http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2012/03/29/la-necesidad-de-enriquecer-nuestros-conocimientos/

Kofi Annan, piel negra, máscaras blancas

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Ex Secretario General de la ONU y premio Nobel de la Paz

Kofi Annan, piel negra, máscaras blancas


Por Thierry Meyssan



Si bien el balance del trabajo de Kofi Annan cuando estuvo a la cabeza de la ONU mostró un éxito indiscutible en materia de administración, de gestión y de eficacia, las críticas son extremadamente numerosas en el plano político. Como secretario general, Kofi Annan se dedicó a adaptar la ONU al mundo unipolar y a la globalización de la hegemonía estadounidense. Puso en tela de juicio las bases ideológicas de la ONU y privó a esa organización de su capacidad para evitar y prevenir el estallido de conflictos. A pesar de todo ello, es precisamente Kofi Annan quien ha sido nombrado para resolver la crisis siria.


Red Voltaire | Damasco (Siria)
Kofi Annan, ex secretario general de la ONU y Premio Nobel de la Paz, ha sido designado enviado especial conjunto de Ban Ki-Mon y de Nabil ElArabi para negociar una solución pacifica de la crisis siria. Cuenta para ello con excepcional experiencia y con una imagen muy positiva, así que todos han saludado su nominación.


¿Qué representa este alto funcionario internacional? ¿Quién lo aupó hasta las más altas funciones? ¿Qué decisiones políticas tomó y qué compromisos asume actualmente? La discreción parece ser la única respuesta a todas esas preguntas, como si el cargo que desempeñó en el pasado constituyese una prueba de neutralidad.

Escogido y educado por la Fundación Ford y la CIA

Los ex colaboradores de Kofi Annan ponderan su amabilidad, su inteligencia y su sutileza. Dotado de una personalidad altamente carismática, su paso dejó una profunda huella ya que no se comportó como un simple «secretario» de la ONU sino más bien como el «general» de las Naciones Unidas, tomando iniciativas que dieron nueva vida a una organización empantanada en la burocracia. Todo eso se sabe y se ha repetido hasta la saciedad. Sus excepcionales cualidades profesionales le valieron el Premio Nóbel de la Paz, a pesar de que ese honor teóricamente debería recompensar un compromiso político personal, no una carrera de administrador.

Kofi y su hermana gemela Efua Atta nacieron el 8 de abril de 1938 en el seno de una familia aristocrática de la Costa de Oro del golfo de Guinea. Su padre era el jefe tribal de la etnia fante y gobernador electo de la provincia de Ashanti. A pesar de ser contrario a la dominación británica, fue un fiel servidor de la Corona. Participó, junto a otros notables, en el primer movimiento de descolonización, pero vio con inquietud y sospecha la agitación revolucionaria de Kwame Nkrumah.

En todo caso, los esfuerzos de Nkrumah condujeron a la independencia del país, bajo el nombre de Ghana, en 1957. Kofi tenía entonces 19 años. A pesar de no haber participado en la revolución, se convirtió en vicepresidente de la nueva asociación estudiantil nacional. Fue entonces cuando un reclutador de la Fundación Ford se fijó en él y lo incorporó a un programa de «líderes jóvenes». Ya en dicho programa, el joven Kofi fue invitado a un curso de verano en la universidad de Harvard. Después de comprobar su entusiasmo por Estados Unidos, la Fundación Ford le propuso una formación completa, primeramente como estudiante de Economía en el Macalester College de Minnesota y más tarde estudiando Relaciones Internacionales en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra.


Al término de la Segunda Guerra Mundial, la Fundación Ford, creada por el célebre industrial estadounidense Henry Ford, se convirtió en un instrumento no oficial de la política exterior de Estados Unidos, ofreciendo una pantalla respetable a las actividades de la CIA [1].


La vida de estudiante de Kofi Annan del otro lado del Atlántico (de 1959 a 1961) coincide con los momentos más difíciles de la lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses (el comienzo de la campaña de Martin Luther King en Birmingham). Asistió entonces, en Estados Unidos, a una especie de prolongación del proceso de descolonización que ya había conocido en Ghana, pero tampoco participó.

Satisfechos de sus resultados académicos y de su discreción en el plano político, sus mentores estadounidenses le abrieron las puertas de la Organización Mundial de la Salud, donde encontró su primer empleo. Después de 3 años de trabajo en la sede de Ginebra, pasó a formar parte de la Comisión Económica para África, con sede en Addis Abeba. Pero no contaba con suficientes diplomas como para poder aspirar a hacer carrera en la dirección de la ONU, así que regresó a Estados Unidos para estudiar administración en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) (de 1971 a 1972). Trató de regresar a su país natal como director de Desarrollo Turístico pero, al verse continuamente en conflicto con el gobierno militar del general Acheampong, regresó a la ONU en 1976.

Una carrera brillante, con trágicos fracasos

En la ONU ocupó diversas funciones, primeramente en el seno de la UNEF II (la fuerza de interposición entre Israel y Egipto creada después de la guerra de octubre de 1973) y más tarde como director de personal de la Oficina de Refugiados (UNHCR). Conoce entonces a la abogada Nane Lagergren y se casa con ella en segundas nupcias. Esta abogada sueca es la sobrina de Raoul Wallenberg, representante oficial de Suecia en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial, célebre por haber salvado a cientos de judíos perseguidos mediante la entrega de pasaportes. Wallenberg trabajaba también para la OSS (la antecesora de la CIA) como agente de enlace de Estados Unidos con la resistencia húngara. Desapareció al final de la guerra y se dice que los soviéticos lo hicieron prisionero para acabar con la influencia estadounidense en Hungría. En todo caso, la feliz unión con la sobrina de Wallenberg abrió a Kofi Annan una serie de puertas que no lograba pasar, esencialmente las de las organizaciones judías.

El secretario general de la ONU Javier Pérez de Cuellar nombró a Kofi Annan asistente a cargo de los recursos humanitarios y responsable de la seguridad del personal de la ONU (de 1987 a 1990). Cuando Irak decide la anexión de Kuwait, 900 empleados de la ONU se ven atrapados en aquel país. Kofi Annan logra negociar con Sadam Husein la salida del personal de la ONU, lo cual le proporciona prestigio en el seno de la organización. Se encargará después del presupuesto de la ONU (de 1990 a 1922) y, ya bajo el mandato de Butros Butros-Ghali, de las operaciones de paz (de 1993 a 1996), con un breve paréntesis como enviado especial para Yugoslavia.


Según el general canadiense Romeo Dallaire, comandante de los cascos azules en Ruanda, Kofi Annan no reaccionó ante sus numerosos avisos y demandas y sería, por lo tanto, el principal responsable de la inacción de la ONU durante el genocidio (cuyo balance se calcula en 800,000 muertos, esencialmente miembros de la etnia tutsi, entre los que también se cuentan opositores pertenecientes a la etnia hutu) [2].

Un escenario prácticamente idéntico se reprodujo en Bosnia, donde las fuerzas bosnio-serbias tomaron como rehenes a 400 soldados de la ONU. Kofi Annan no respondió entonces a los llamados del general Bernard Janvier y permitió así la ejecución de masacres que ya eran previsibles.


A finales de 1996, Estados Unidos se opuso a la reelección del francófilo egipcio Butros Butros-Ghali como secretario general de la ONU. Washington logró entonces imponer su propio candidato: Kofi Annan, un alto funcionario internacional proveniente de la misma ONU. En vez de obstaculizar su nominación, los fracasos de Kofi Annan en Ruanda y Bosnia se convirtieron en cartas de triunfo cuando el candidato los confesó cándidamente y prometió reformar el sistema para que no volvieran a producirse en el futuro. Kofi Annan fue electo bajo esa premisa y asumió el cargo de secretario general el 1º de enero de 1997.

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El centro de conferencias de Pocantico


Secretario General de la ONU

 

Kofi Annan organizó inmediatamente un seminario anual de 2 días, a puertas cerradas, para unos 15 embajadores ante la ONU. Este «retiro» (sic) cuenta con la generosa acogida del Rockefeller Brothers Fund en el Centro de Conferencias de Pocantico (al norte de Nueva York). En ese lugar, fuera del marco de la ONU, el secretario general conversa sobre la reforma de la organización y las relaciones internacionales con los representantes de los países que lo respaldan.


En ese contexto, Kofi Annan redistribuye los gastos de la ONU en función de las prioridades políticas y reduce significativamente el presupuesto de la secretaría general. Reorganiza el funcionamiento administrativo alrededor de 4 objetivos (paz y seguridad, desarrollo, asuntos económicos y sociales, asuntos humanitarios). Crea un puesto de secretario general adjunto, cuyo ocupante podrá sustituir al secretario general, y se dota de un verdadero gabinete capaz de aplicar rápidamente las decisiones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General.


La gran iniciativa de Kofi Annam fue el Global Compact, una movilización de la sociedad civil por un mundo mejor. Basándose en un diálogo voluntario, empresas, sindicatos y ONGs debatieron y se comprometieron a actuar a favor del respeto de los derechos humanos, del respeto de las normas laborales y del medio ambiente.


En la práctica, el Global Compact no dio los resultados esperados en el terreno. Por el contrario, desvirtuó profundamente el papel de la ONU al relativizar el poder de los Estados-Naciones y al reconocer el de transnacionales y asociaciones que de «no gubernamentales» no tienen más que el nombre y que reciben por debajo de la mesa jugosas subvenciones de las grandes potencias. Al convertir a los grupos de influencia en socios de los Estados-Naciones, Kofi Annan enterró el espíritu de la Carta de San Francisco. Ya no se trata de proteger a la humanidad de ese mal que es la guerra reconociendo la igualdad de derechos de los Estados grandes o pequeños, sino de mejorar la condición humana favoreciendo la convergencia entre intereses privados. El Global Compact es el paso de una lógica casi unánimemente aceptada según la cual el Derecho Internacional está al servicio del Bien Común a una lógica que sólo defienden los anglosajones y que ve el Bien Común como una quimera mientras que la Buena Gobernanza consiste captar la mayor cantidad de intereses particulares. En definitiva, el Global Compact tuvo el mismo efecto que las galas con fines caritativos que se organizan en Estados Unidos: tranquilizar la conciencia con unos cuantos programas altamente publicitados a través de los medios de comunicación para mantener las injusticias de carácter estructural.


En ese sentido, los mandatos de Kofi Annan (de 1997 a 2006) reflejan la realidad del periodo histórico, la realidad de un mundo unipolar condenado a la globalización de la hegemonía estadounidense en detrimento de los Estados-Naciones y de los pueblos que estos representan.


Esta estrategia sigue los pasos del dispositivo que Washington estableció en los años 1980 con la National Endowment for Democracy, agencia que –contrariamente a lo que indica su nombre– sirve de pantalla a la acción subversiva de la CIA mediante la manipulación de los procesos democráticos [3]. La NED subvenciona, de forma legal o ilegal, organizaciones patronales, sindicatos obreros y asociaciones de todo tipo. A cambio de ello, los subvencionados participan en el Global Compact y atenúan así las posiciones de los Estados-Naciones que no pueden financiar sus propios grupos de influencia. La Paz deja de ser una preocupación para la ONU ya que el mundo unipolar cuenta con su propio gendarme: Estados Unidos. Así que la ONU se dedica más bien a absorber todas las formas de protesta para dar más validez al desorden mundial y a la globalización progresiva de la hegemonía estadounidense.

El discurso adormecedor de Kofi Annan alcanzó su punto culminante en la Cumbre del Milenio. 147 jefes de Estado y de gobierno se comprometieron entonces a erradicar la pobreza y a resolver los principales problemas de salud del mundo, como el sida, en un plazo de 15 años. La dicha universal no exigía, al parecer, reformas políticas sino tan sólo que cada cual pusiese un poco de su parte depositando su limosna. ¿Cómo fue que no lo pensamos antes? Pero los Objetivos del Milenio no pasaron de ser un piadoso deseo mientras que se mantienen las injusticias, que a su vez siguen provocando guerras y miseria.

Siguiendo la misma línea, en su discurso del 20 de septiembre de 1999 ante la Asamblea General, el secretario general Kofi Annan expuso lo que se ha dado en llamar la «doctrina Annan». Utilizando como argumento su propia impotencia en Ruanda y en Bosnia, afirma entonces que, en esos casos, los Estados no cumplieron con su deber de proteger a sus pueblos. Y concluye que la soberanía de los Estados, principio rector de la Carta de la ONU, constituye un obstáculo para los derechos humanos. La Unión Africana adoptará esa visión bajo la denominación de «Responsabilidad de proteger», cosa que también hará la ONU en 2005, en ocasión de la Cumbre Mundial de Seguimiento de la Cumbre del Milenio. La doctrina Annan no es otra cosa que una expresión del derecho de injerencia ya invocado por los británicos para guerrear contra el Imperio Otomano y más recientemente actualizado por Bernard Kouchner. El concepto renovado se utilizará explícitamente por primera vez, en 2011, para legalizar la operación colonial contra Libia [4].

Los mandatos de Kofi Annan se caracterizaron además por el programa «Petróleo por alimentos», creado en 1991 por el Consejo de Seguridad pero efectivo solamente desde 1996 hasta 2003. Al principio se trataba de garantizar que los ingresos iraquíes provenientes del petróleo se utilizaran única y exclusivamente para satisfacer las necesidades de los iraquíes y no en el financiamiento de nuevas aventuras militares. Sin embargo, en el contexto del embargo internacional y bajo la supervisión personal de Kofi Annan, el programa se convirtió en un instrumento de Estados Unidos y del Reino Unido para desangrar a Irak mientras que ambas potencias ocupaban la «zona de exclusión aérea» (que corresponde aproximadamente al área del actual Kurdistán autónomo) hasta el momento del desencadenamiento de la agresión contra Irak y la posterior destrucción de ese país [5]. Varios altos funcionarios internacionales que estuvieron a cargo de aquel programa lo calificaron de «crimen de guerra» e incluso dimitieron después de negarse a aplicarlo. Dos de ellos, el secretario general adjunto Hans von Sponeck y el coordinador especial Denis Halliday, estimaron que aquel programa fue un genocidio que costó la vida a un millón y medio de iraquíes, entre ellos medio millón de niños [6]. Washington respondió brutalmente con una gran operación de espionaje contra Kofi Annan, sus colaboradores, su familia e incluso contra sus amigos. El hijo del secretario general, Kojo Annan, fue acusado de haber desviado fondos del programa «Petróleo por alimentos» con la complicidad de su padre. La acusación no llegó a convencer a los Estados miembros de la ONU y, por el contrario, fortaleció la autoridad del secretario general [7]. Sin embargo, durante los dos últimos años de su mandato, las potencias paralizaron a Kofi Annan y lo obligaron a bajar la cabeza.

 

Regreso al punto de partida


Después de 10 años de trabajo como secretario general de la ONU, Kofi Anna prosiguió su carrera en varias fundaciones más o menos privadas.

En diciembre de 2007, las elecciones en Kenya degeneran en un conflicto. El presidente Mwai Kibaki parece haber derrotado al candidato financiado por Washington, Raila Odinga, supuestamente primo del entonces senador Barack Obama. El senador estadounidense John McCain pone en duda los resultados de las elecciones y llama a la revolución mientras que oleadas de SMS anónimos exacerban las divergencias entre las diferentes etnias. En pocos días, los motines dejan más de 1,000 muertos y 300,000 desplazados. Madeleine Albright propone la mediación del Oslo Center for Peace and Human Rights. Este instituto envía dos mediadores: el ex primer ministro noruego Kjell Magne Bondevik y el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, miembros ambos del consejo de administración del Centro.


Como resultado de aquella «mediación», el presidente Kibaki fue obligado a plegarse a la voluntad de Estados Unidos. Pudo mantenerse en el cargo, pero tuvo que aceptar una reforma constitucional que lo priva de sus anteriores poderes, que pasan a manos del primer ministro, y tuvo que aceptar además nombrar primer ministro a… Raila Odinga. En su papel de viejo sabio africano. Kofi Annan contribuyó a dar un barniz de legalidad a un cambio de régimen impuesto por Washington [8].


Kofi Annan ejerce actualmente dos responsabilidades esenciales. En primer lugar, preside el Africa Progress Panel, organización creada por Tony Blair después de la cumbre del G8 organizada en Gleeneagles y cuyo objetivo es garantizar la cobertura mediática de las acciones del ministerio británico de Cooperación (DFID). Por desgracia, al igual que las de la Cumbre del Milenio, las promesas del G8 no se han concretado y la actividad del Africa Progress Panel es ínfima.


También ocupa la presidencia de la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA, siglas en inglés), que se plantea resolver el problema del hambre en el continente negro a través de la biotecnología. En realidad, el AGRA es un grupo de influencia financiado por la Fundación Bill Gates y la Fundación Rockefeller para favorecer la difusión de los OGM que producen los grupos Monsanto, DuPont, Dow y Syngenta, entre otros. La mayoría de los expertos que no dependen de esas transnacionales concuerdan en señalar que, más allá de la cuestión de sus consecuencias para el medio ambiente, el uso de OGM que no se reproducen sume a los campesinos en una posición de dependencia de sus proveedores e instaura una nueva forma de explotación del hombre.

 

Kofi Annan en Siria


¿Qué viene a hacer en Siria este ex alto funcionario internacional? Su designación indica, en primer lugar, que el actual secretario general de la ONU Ban Ki Moon, cuya imagen se ha visto empañada por su sumisión a Estados Unidos así como por constantes casos de corrupción [9], no podía desempeñar su papel, mientras que Kofi Annan cuenta, a pesar de su balance, con una imagen positiva.

En segundo lugar, un mediador sólo tiene posibilidades de éxito en la medida en que lo seleccionan las partes en conflicto. Pero no este el caso. Kofi Annan representa al secretario general de la ONU y al secretario general de la Liga Árabe. Defiende el honor y la reputación de ambas instituciones sin tener instrucción política precisa.

Si la designación del señor Annan fue aprobada de facto por los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y los de la Liga Árabe, es porque satisface expectativas contradictorias. Unos estiman que el enviado especial conjunto no tiene que buscar la paz sino arropar una paz ya negociada entre grandes potencias para que todos puedan mantener la frente en alto. Otros piensan que puede, por el contrario, repetir el guión kenyano y obtener un cambio de régimen sin más violencia.

Durante las últimas tres semanas, la acción de Kofi Annan ha consistido en presentar como su propio plan una versión corregida del plan ya había elaborado el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov. De esa manera, Annan hace que ese plan presente una apariencia aceptable para Washington y sus aliados. El señor Annan introduce por demás, de forma voluntaria, un elemento de confusión al sugerir que convenció al presidente al-Assad para que designara a uno de sus vicepresidentes, Faruk al-Shara, para negociar con la oposición. Esto se presenta como una concesión siria al Consejo de Cooperación del Golfo. La realidad es muy diferente. Hace un año que el vicepresidente al-Shara está a cargo de esas negociaciones y la exigencia de Arabia Saudita y Qatar es totalmente diferente. Estos países pretenden que el presidente al-Assad renuncie a su cargo, por ser alauita, y que el poder pase al mencionado vicepresidente, por ser sunnita. Parece, por lo tanto, que el enviado especial conjunto está inventando una puerta de escape para los Estados que agredieron a Siria y que inventaron el cuento de la supuesta revolución democrática ahogada en sangre.

Sin embargo, el doble lenguaje de Kofi Annan, que cuando está en Damasco se declara satisfecho de su entrevista con el presidente al-Assad y se dice decepcionado cuando está en Ginebra, no ha disipado las interrogantes sobre sus verdaderas intenciones.

Thierry Meyssan

[1] «La Fundación Ford, fachada filantrópica de la CIA» et «Por qué la Fundación Ford subvenciona la oposición», por Paul Labarique, Red Voltaire, 5 et 19 abril 2004.
[2] Shake Hands with the Devil : The Failure of Humanity in Rwanda, par Roméo Dallaire, Arrow Books Ltd, 2004. Version française : J’ai serré la main du diable : La faillite de l’humanité au Rwanda, Libre expression, 2004.
[3] «La NED, vitrina legal de la CIA», por Thierry Meyssan, Red Voltaire/Однако, 6 octubre 2010.
[4] «Résolution 1973», Réseau Voltaire, 17 mars 2011.
[5] «Annan : Génocide en Irak et Paix en Syrie ?» (Sr. Annan: genocidio en Irak y paz en Siria?) por Hassan Hamade, Red Voltaire/As-Safir, 22 marzo 2012.
[6] 6«Crímenes de guerra: la implicación de la ONU», entrevista con el conde Hans-Christof von Sponeck, por Silvia Cattori, Red Voltaire, 16 marzo 2007.].
Hubo que esperar a la invasión y destrucción de Irak para que Kofi Annan se rebelara y acabara por denunciar el comportamiento de los mismos que le habían pagado sus estudios, de los mismos que lo pusieron en la secretaría general de la ONU y que le dieron el Premio Nóbel de la Paz. Calificó entonces de ilegal la agresión contra Irak y expresó públicamente su inquietud de que ese precedente pudiera ser el fin del Derecho Internacional [[«Para Kofi Annan, el derecho internacional ya no garantiza nada», por Sandro Cruz, Red Voltaire, 7 julio 2005.
[7] «El acoso contra Kofi Annan», Red Voltaire, 13 diciembre 2004.
[8] «Premio Nóbel de la Paz 2009, entre bastidores», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 13 octubre 2009.
[9] «Letra abierta para el deshonorable Ban Ki-Moon», por Hassan Hamade, Red Voltaire, 25 enero 2012.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Conquista y colonización de Nicaragua. 2a. parte


Conquista y colonización de Nicaragua
2a. parte
Manuel Moncada Fonseca

Ver 1a parte en el siguiente vínculo: 

II. El régimen colonial

Aunque la consigna oficial de la colonización española consistía en pacificar, poblar y cristianizar al Nuevo Mundo, todo se hizo, como lo acusa la autora Ileana Rodríguez, a la inversa: la pacificación se tornó alboroto -violencia abierta o encubierta contra el nativo, diríamos nosotros-; la colonización, despoblamiento; la cristianización, endoctrinamiento: esto es, imposición forzosa de una doctrina 1.

En efecto, lejos de la fachada “civilizante” que se dio y se ha pretendido dar aún en el presente al dominio colonial, éste impuso a sangre y fuego, contando con el oportuno apoyo ideológico de la mayoría de los misioneros religiosos, una serie de instituciones de sometimiento y explotación al indio, al negro y a sus respectivas mezclas. Entre esas instituciones sobresalieron el repartimiento y la encomienda.

Estructuras coloniales

El repartimiento era la distribución de la tierra conquistada entre los conquistadores españoles, tierras que se adjudicaban a cada uno de ellos en particular, en determinada extensión, en calidad de propiedad privada, para la construcción de viviendas o para explotarlas para la ganadería o la agricultura 

La encomienda, en cambio, fue la forma encubierta de repartimiento de indios, que desde un inicio exigieron los conquistadores “como otra regalía o recompensa patrimonial” con el objeto de ocuparlos en calidad de mano de obra para explotar la tierra o para la realización de otros trabajos urbanos o rurales2. Dicho de otra  forma, el repartimiento significaba el arrebato de tierras que el conquistador practicaba contra el indio, en tanto que la encomienda -supuestamente destinada a cuidarlo y cristianizarlo- implicaba, de hecho, la esclavitud encubierta impuesta al poblador americano. Se quería, así, dar la impresión de que éste no era propiedad privada del encomendero, cuando en realidad sí lo era.

Ahora bien, a la forma en que se legalizó la conquista del Nuevo Mundo se le denominó requerimiento lo que, al decir de Jorge Eduardo Arellano, era una “fórmula teocéntrica que permitía la esclavización de los indios y el despojo de sus bienes”3. Era, en principio, un documento que, la mayor de las veces, fue leído a mucha distancia de las poblaciones indias y, además, en el lenguaje de los conquistadores. Al respecto, el notable autor guatemalteco Severo Martínez Peláez, escribe:

“Demás está decir que este macabro truco legal sirvió en todas partes (...) para encubrir violaciones y ruina para los nativos. Hubo ocasiones en que se leyó desde lo alto de una colina, a distancia en que los indígenas no podían siquiera escucharlo, no digamos ya entenderlo. Otras veces se leyó a gritos mientras los indios huían por los montes. Hubo también en que se leyó desde la cubierta de un navío, antes de desembarcar a hacer  redadas de esclavos”4

El requerimiento, que fue la base del supuesto diálogo que Gil González “estableció” con Nicarao (¿Macuilmiquiztli?) y Diriangén, entre otros caciques, hacía "saber" a los aborígenes del Nuevo Mundo: 

“Que había un sólo Dios, creador de todas las cosas, al cual sólo adoraban los hombres:  y que todos los ídolos eran por inducción del diablo: y que este Dios crió, sobre todas las creaturas humanas, a este hombre, el más noble y mandó que fuese para su uso y servicio:  y que para que el hombre viviese más políticamente y se apartase del mal y obrase bien, de manera que después de la muerte mereciese la eterna gloria, que está aparejada, ordenó ciertos mandamientos que se les habían de dar a entender con el tiempo, y estableció la Iglesia para bien de todos, y para ministro de esta Iglesia dejó a un hombre llamado San Pedro, con su poder, para que como Vicario suyo pudiese quitar y poner las cosas de él. Y que este San Pedro estableció reyes en el universo, los cuales habían estado y estaban debajo de la obediencia y amparo de la Iglesia: y que después de su muerte habían sucedido pontífices, a quienes había quedado su poder: y que uno de estos pontífices, teniendo noticias que las gentes de estas partes no conocían a Dios, sino que antes le ofendían adorando dioses falsos y haciendo otras abominaciones con que innumerables ánimas se iban al infierno, hizo donación de estas tierras a los católicos reyes de Castilla y de León5: y que por virtud de esta gracia les debían vasallaje: y que para les hacer saber estas cosas enviaba a los cristianos, para que entendiesen que todos los que quisiesen obedecer serían amparados en sus personas y bienes, sin hacer agravios, y que los que no quisiesen obedecer y dejar sus ritos serían castigados como gentes que no querían el conocimiento de Dios y eran rebeldes a su Rey natural y como tales se les haría la guerra” 6.

Nada puede acusar con tanta fuerza al dominio colonial, particularmente a un instrumento suyo como el requerimiento, que el argumento que en su contra provenga, sin que forzosamente sea esa la intención, de aquéllos que estaban plena y conscientemente a su servicio. Oviedo, el más respetado cronista de la Corona española, comprendiendo que los indios no podían comprender el requerimiento, en una ocasión aconsejó que si no había quien pudiera hacérselos comprender, se guardara hasta que hubiera un indio en una jaula, “para que despaçio lo aprenda é el señor obispo se lo dé á entender”7. El cronista expresaba que desearía que el requerimiento se hiciera “entender primero como cosa excusada (…) Yo pregunté después, el año de mil é quinientos e diez y seys, al dotor Palaçios Rubios, porqué él havia ordenado aquel requerimiento, si quedaba satisfecha la conciencia de los chripstianos con aquel requerimiento; é díxome que sí, si se hiçiesse como el requerimiento lo diçe. Mas parésçeme que se ría muchas veçes, quando yo le contaba desta jornada y otras que algunos capitanes después avian hecho, y mucho mas me pudiera yo reyr de él y de sus letras (que estaba reputado por grand varon, y por tal tenia lugar en el Consejo Real de Castilla), si pensaba que lo que diçe aquel requerimiento lo avian de entender los indios, sin discurso de años e tiempo” 8.

Mecanismo importante para la sujeción y explotación del indio fueron los llamados pueblos de indios. La razón de ser de tales pueblos consistía en garantizar la conservación del régimen colonial de la forma que sigue: 

“El carácter agrupado de las viviendas [nativas] facilitaba grandemente el control de las autoridades españolas sobre ellos, sus prestaciones en trabajo a los vecinos españoles, y el pago del tributo, que iba en mayor parte a la Corona y en menor medida a los encomenderos... La forma de organización de los pueblos permitía a la vez que de ellos saliera mano de obra “de libre” contratación, muy barata y sin menoscabo de la obligatoria”9

Ocurre, pues, que en la época anterior a la conquista, la población nativa tendía a la dispersión, pero, después de ello, la legislación colonial, a fin de facilitar la administración civil, militar y religiosa, impuso, al decir de Germán Romero el hábitat agrupado 10.       

El orden agrario colonial

Según el modelo clásico de Severo Martínez Peláez, el dominio colonial impuso el siguiente orden agrario en Centroamérica:

a)  El señorío de la Corona, por derecho de conquista, sobre la totalidad de las tierras que se obtienen mediante una merced (tierras realengas). 

b)   La tierra como aliciente para impulsar la conquista y la colonización, por la posibilidad de conversión del colono en latifundista. 

c) Los derechos creados por la ocupación prolongada, lo que conjugado con la constante necesidad de fondos para el tesoro real llevó a que se permitiera la legalización “a posteriori” de la posesión de las tierras realengas o indígenas, usurpadas a través de una suma a la Corona (composición de tierras).  

d) La asignación de suficientes tierras a los indígenas, con lo que se garantizaba la reproducción de la fuerza de trabajo. 

e)    El bloqueo agrario a los mestizos 11.

Uso y tenencia de la tierra y formas de propiedad indígena

En relación con el uso y tenencia de la tierra, la colonia estableció el siguiente orden:

-Tierras ejidales. Pertenecían a toda la comunidad indígena. Servían de reserva forestal, para todos los usos artesanales y de combustible. No se podían cultivar. 

-Tierras del común. Eran las que se asignaban a las diferentes familias indias. Los españoles introdujeron la propiedad privada de la tierra 12.

Cada comunidad indígena poseía sus propios bienes colectivos (tierras, ganados y dinero en efectivo). Cada indígena tenía derecho al usufructo de unas parcelas, pero sin poder enajenarla de ninguna forma. Cultivaban maíz, frijoles, algodón y plátanos. Las únicas innovaciones técnicas fueron la carreta de tracción bovina y la macana 13.

Existían haciendas ganaderas cuyo producto se destinaba al culto de la religión, las cofradías -que existían en todos los pueblos- se creaban gracias a las limosnas de los indígenas.  

Las cajas de comunidades eran otra forma de propiedad colectiva. Todos los indígenas estaban obligados a pagar el impuesto de comunidad, bajo la forma de prestación de servicios de pago en dinero efectivo 14.

Entre las poblaciones indígenas sólo existía la propiedad comunal de la tierra. Esta forma de propiedad, plantea Germán romero, fue protegida por las leyes españolas 15. Pero omite que la realidad era muy distinta a lo que las leyes rezaban, toda vez que el repartimiento y la encomienda, como señala Severo Martínez Peláez, se desarrollaron permanentemente a costa del indígena y sus bienes; incluso después que las Nuevas Leyes de Indias de 1542  transformaron estas estructuras en algo muy distinto de lo que habían sido al inicio de la época colonial. Así, según Germán Romero Vargas, a partir de estas leyes, los abusos contra los indígenas disminuyeron. Pero esta afirmación deja las cosas en un plano estrictamente positivista, ya que no explica la complejidad de los fenómenos que estuvieron presentes tras la promulgación de esas leyes. 

Veremos, luego, más de cerca este asunto. Por ahora, sigamos el curso de los planteamientos de este autor respecto a las sociedades indígenas del Pacífico.

Las comunidades indígenas permanecieron en las mismas regiones que ocuparon durante siglos. El indígena que nacía en una comunidad vecina era considerado un extranjero o “laborío”16

De la relación de los mestizos con la propiedad, Romero Vargas señala que era inexistente porque carecían de propiedad comunal. La mayoría de ellos carecía, además, de recursos económicos que le permitiera desplegar “una actividad agrícola o ganadera importante (...) aquellos que lograron acceder a la posesión de la tierra lo hicieron en pequeña escala y en forma independiente. Las tierras que utilizaban eran, en algunos casos, tomadas en arriendo de las que los indígenas tenían como propiedad comunal”. En otros casos, “se establecían en terrenos hasta entonces baldíos, a como hacían los españoles...”17 Con ello, el autor parece ignorar que los españoles también lo hicieron, como ya quedó expuesto, en las tierras de las comunidades indígenas.

Los cultivos principales del Pacífico fueron: maíz, frijoles, algodón y cacao (en menor escala, su producción rebasaba las meras necesidades domésticas).

Problemas del dominio colonial en relación con la población mestiza

Entre los más graves problemas que se presentaron al dominio colonial, se encuentra la acelerada multiplicación de los mestizos, quienes, en una sociedad de muy lento crecimiento económico, tenían pocas posibilidades de emplearse en la artesanía, en la carrera militar, en la administración y en el clero, donde ocupaban los más bajos peldaños. Se convertían “en labradores dependientes mediante arreglo con los hacendados”, se empleaban temporalmente en el campo (en los períodos de cosecha) y en la ciudad. Alternaban ese tipo de empleo con el “subempleo disfrazado, el precarismo, en tierras privadas, comunales o realengas, y aún con el bandidismo”. 

Problemas agudos fueron, asimismo, la “instalación de mestizos (…) en los pueblos de indios (…) [porque ello] llevaba a una total dispersión del contenido, de las funciones y del significado de tales pueblos” y a la ladinización de indios que abandonaban sus pueblos para huir de los tributos, los repartimientos y las encomiendas, instalándose en los alrededores de las ciudades o de las haciendas18.

El mestizaje se impuso en el Nuevo Mundo pese a las políticas de la Corona para impedirlo, en el afán de lograr el aislamiento de los indígenas de los demás sectores sociales. 

De acuerdo a la ley, ningún foráneo podía permanecer por más de tres días en un pueblo de indios, se tratara de español o mestizo. Sin embargo, aunque la legislación segregacionista fue abolida hasta la Independencia, la misma se fue gradualmente reduciendo a nada. Las políticas señaladas, se orientaban, al parecer, a impedir que los indígenas descuidaran la producción y el pago de tributos, recibiendo en sus pueblos a mercaderes españoles, mestizos, mulatos y negros libres, que les vendieran golosinas y otras cosas innecesarias, como vino, para quitarles el cacao -antes de su sazonamiento-, sus mujeres y sus hijas y evitaran el cobro de tributos19

La necesidad del racismo para el dominio colonial

Las desigualdades sociales en la colonia, traducidas sobre todo en una injusta distribución de la riqueza, se vieron  facilitadas, sin lugar a dudas, por los prejuicios raciales. Aunque, por otra parte, y sin que disminuyeran en nada estos prejuicios, la mezcla temprana entre españoles criollos y mujeres indígenas “de la élite proveyó a los españoles de complacientes aliados y colaboradores mestizos”. Sin embargo, más allá de este cruce inicial, el crecimiento de los criollos y de los mestizos se llegó a estimar una amenaza potencial para el dominio colonial.

En este orden de cosas, la cooperación que la nobleza indígena prestó a la Corona le sirvió para conservarse, pero con la condición de que exigiera tributos y trabajo a las masas indígenas. Ello para hacer del dominio colonial un dominio indirecto. Pero el racismo funcionó no sólo para mantener subyugado al indígena y al negro importado, “sino también para contener a los mestizos, los mulatos y las castas”. 

A pesar de ello, las indias americanas aprendieron pronto que los hijos que ellas tuvieran con padres europeos podrían dejar de considerarse indios y podrían así librarse, entre otras cosas,  de las levas y de los tributos20.

En lo que a los negros se refiere, siendo rechazados por blancos y por indios, y siendo, por supuesto, renuentes a su condición de esclavos, debieron sobrevivir “desarrollando su agresividad, crueldad y astucia”. Ahora bien, si la mezcla de razas era un hecho inevitable, no ocurría lo mismo con la ocupación de puestos importantes por parte de sus vástagos. Mas dadas las condiciones en que se desenvolvía la economía en el Nuevo Mundo, en el cual se subyugaba a indios y negros, para los blancos se planteó la necesidad de recurrir a capataces diestros en el manejo de la minería y de la agricultura, “vaqueros, arrieros, tejedores y herreros, de pequeños comerciantes y vendedores. Solamente hombres libres de status inferiores podían desempeñar y desempeñaron estas ocupaciones”.

Finalmente, debe decirse que el racismo afectó, en cierta medida, también a los criollos, pues en la medida en que se pensara que su sangre podía estar mezclada con la de indios o la de negros, en esa medida, se les consideraba inferiores a los peninsulares21. A partir de este supuesto, los últimos se estimaban a sí mismos representantes de la Corona y, por tanto, poseedores del derecho para asumir los cargos administrativos más importantes en las esferas civil, militar y eclesiástica22. (Ya ahondaremos al respecto de este fenómeno, cuando abordemos lo relativo a la independencia y sus causas.) 

Atraso tecnológico. Introducción de ganado mayor y menor

En la época colonial, la agricultura y la ganadería fueron las actividades fundamentales. Los cambios registrados en relación con la época nativa fueron muy pocos y en la agricultura no alteraron radicalmente los sistemas de producción. En el cultivo del maíz y los frijoles se concentraba la mayor parte del tiempo destinado a la actividad laboral. El añil y el jiquilite se producían con fines de exportación. El desarrollo de la industria textil en Inglaterra en el siglo XVII, demandó de muchos colorantes como el añil, que se sembraba desde la época anterior al dominio colonial en Nicaragua, igual que el cacao en Chinandega y Rivas sobre todo23.

Según Romero Vargas, la introducción del ganado mayor y menor fue el aporte económico más notable de la colonización española: bovino, ovino, caprino, caballar, muladar. Se introdujeron, también así, las aves de corral, las gallinas, los patos, los gansos, los perros y los gatos. Los indígenas sólo tenían el chompipe (pavo) y unos perros comestibles 24

El ganado en Nicaragua llegó a ser en la época colonial el mayor de Centroamérica. En León, Chinandega, Rivas y sobre todo en Chontales, hubo enormes haciendas ganaderas. Hubo hacendados con 15 mil reses 25.

Rose Sola Monserrat ofrece el siguiente panorama del desarrollo de la ganadería en Nicaragua durante la época colonial: “Nicaragua ofreció al ganado vacuno traído por los colonizadores hispanos un favorable medio para su rápida propagación. Los llanos de Chontales circundando los grandes lagos, la extensa llanura marginal del Pacífico, las mesetas centrales de Sébaco y Estelí cubiertas de pastos naturales, y la abundancia de agua dulce que caracteriza la cuenca lacustre, propiciaron su multiplicación. En la época colonial no sólo se utilizaba el ganado para obtener carne, sino también para comerciar con los cueros y el cebo. El ganado era llevado a las grandes ferias que se celebraban en distintos lugares del istmo centroamericano, siendo las ferias de Guatemala las más importantes”26.

En Nicaragua, sostiene nuevamente Germán Romero, no hubo actividad en la que se desarrollara el espíritu inventivo, “que hubiera podido mejorar y aumentar la producción”. Hoy, agrega, el país “todavía carga con aquella fuerza de inercia que retrasa el desarrollo económico del país”27

Lo que Germán Romero soslaya es que esa carencia de espíritu inventivo tuvo sus raíces en el carácter parasitario de la clase gobernante de España y en el de sus representantes en el Nuevo Mundo; en la naturaleza caducante del sistema feudal que reinaba en la Península Ibérica, mismo que terminó imponiéndose a las tierras conquistadas. 

En lo que a la población indígena, negra y mestiza se refiere, sus potencialidades de desarrollo estaban encadenadas por el dominio colonial, propiamente, por la explotación y opresión a la que se vieron sometidos estos sectores de la población. Es, pues, estimamos, una verdad a medias plantear la inexistencia de espíritu inventivo en Nicaragua, o en cualquier otro territorio colonial, sin hacer referencia a las causas que la condicionaban.

En cuanto a la realidad actual se refiere, el autor deja fuera de análisis la total dependencia del país respecto a los grandes capitales del mundo; representados por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que imponen medidas que han impidido el desarrollo de Nicaragua y el de la mayoría de los países de la Tierra, dependencia que, ahora, dichosamente, comienza a liquidarse bajo los marcos de un profundo proceso de transformaciones que, en Nicaragua, lidera el Sandinismo.

Nacimiento de la nueva encomienda y del nuevo repartimiento

A partir de las Nuevas Leyes de Indias promulgadas en 1542, las encomiendas, expresa Martínez Peláez, ya no consistían en el repartimiento encubierto de indios sino en que a los favorecidos se les cedía una parte del tributo que los pueblos indígenas estaban obligados a pagarle a la Corona. Pero ello no tenía carácter hereditario. El autor plantea cómo, mediante lo que se llamó “composición” -que en realidad eran gratificaciones al Monarca-, la Corona disimulaba el incumplimiento de aspectos importantes de esas leyes por parte de los encomenderos.

Así las cosas, pese a la prohibición de heredar las encomiendas, éstas, mediante el procedimiento indicado, pasaban de padres a hijos, a una segunda, tercera, cuarta y hasta una quinta vida. Las nuevas encomiendas que nacieron con las Nuevas Leyes, se tornaron así perpetuas. Y se cedieron no sólo a los descendientes de los conquistadores, y colonos, sino también a personas que gozaban del favor real. 

Parece, sin embargo, que no hubo aumento en la cantidad de encomiendas, dado que las que en adelante se entregaron se quitaban a los encomenderos que iban falleciendo.

Pero las anomalías llegaban también al campo de los abusos y molestias a los indios. Hay pruebas, acusa el autor mencionado, de que la prohibición a los encomenderos de cobrar tributos de forma directa fue desobedecido, pese a ser ello dictado igualmente por las leyes de 1542Significa que, en vez de los corregidores, los cobraban los mismos encomenderos

Respecto a la tierra, debe anotarse que se siguió donando por merced, pudiéndose adquirir mediante compra o usurpación, pese a que con ello se contravenía lo establecido por las Nuevas Leyes de separar la figura del encomendero de la del terrateniente. De esta suerte, muchos de los encomenderos terratenientes se esmeraban en buscar tierras en lugares cercanos a sus pueblos de encomienda. Gracias a ello, tenían la posibilidad de ejercer presión sobre los indígenas para obtener de ellos fuerza de trabajo barata para el cultivo de sus tierras28.

El nuevo repartimiento, que fue el mecanismo que terminó de someter al indio, consistía en obligar a los nativos a trabajar temporalmente en las haciendas de los criollos, pero bajo el entendido que debían regresar rigurosamente a sus pueblos para producir su propio sustento y tributo. Con esta otra estructura colonial, las Nuevas Leyes de Indias también se violentan 29.

Tibor Wittman y Corvina Kiadó señalan, coincidiendo con lo que plantea Severo Martínez Peláez, que la Colonia no respetó los bienes de las comunidades indígenas. Expresan que, aunque, en principio, el Estado admitía un reparto de tierras que no estuvieran cultivadas por los indígenas, en los hechos, tanto la encomienda como el repartimiento se constituyeron, desde el comienzo mismo, a costa de las comunidades indígenas, lo cual persistió a lo largo de toda la época colonial. La destrucción de las tierras comunitarias, después de la independencia, no hizo más que acelerarse30.

El nuevo Repartimiento y Encomienda en Nicaragua

El Repartimiento del siglo XVIII, según Germán Romero Vargas, era entonces una forma de indemnización para los españoles privados de la encomienda y uno de sus elementos, el tributo, pasó a manos de la Corona. Los trabajos públicos (construcción y reparación de fuertes, la construcción de la catedral de León, el mantenimiento de caminos, el transporte de armas y municiones) se realizaban por medio del repartimiento. Éste se tornó, como puede constatarse, asignación de trabajo entre los indígenas. A veces, a éstos no sólo se les dejaba de pagar sino que, además, se les obligaba a suministrar los materiales de construcción, las herramientas y los animales.

Los indígenas debían, además, mantener al cura de la parroquia con raciones y servicios, esto es, con un abastecimiento semanal de vituallas y con prestación de servicios que aquél les demandaba, haciéndolos frecuentemente trabajar en sus haciendas particulares destinadas a la agricultura o a la ganadería. Peor aún, los trataba con insolencia y desprecio, sin escatimar palos, azotes y la picota. Los gobernadores se reservaban para sí la mano de obra indígena de la región de Granada (un tercio de la población de la provincia). Exigían vituallas y la prestación de servicios domésticos, sobre todo exigían la fabricación de todo tipo de artesanía que se vendía en la provincia y en el exterior, percibiendo por ello cuantiosas ganancias31.

Aunque el monto real del tributo que debían pagar los indios era de unos dos pesos (cuatro semanas de trabajo agrícola no calificado), su monto real era mucho más elevado, dado al precio irrisorio que se asignaba a cada producto que el indígena pagaba como tributo32

Sólo a partir del siglo XVIII se comenzó a pagar el tributo en dinero, aunque en Sutiaba y Masaya, que fueron los núcleos indígenas más densamente poblados y los más pesadamente tasados, se siguió pagando con especies33.

La verdadera preocupación por el indio. Las Nuevas Leyes de Indias de 1542

La verdadera preocupación por el indio

A pesar de mostrarnos en toda su obra la crudeza del colonialismo en la persona de sus distintos representantes, desde la de los Reyes de España, hasta la de sus personeros en las colonias americanas, esto es, peninsulares, criollos y misioneros de distintas órdenes religiosas, Ayón trata, en fin de cuentas, de justificar la conquista y colonización de América. Pretende inculcar la idea de que las ambiciones personales de los conquistadores y sus descendientes, y no el sistema por ellos impuestos, fueron las causas de que los buenos propósitos que supuestamente se tuvo hacia los indios no dieran resultados. No de otra manera obliga a pensar, por ejemplo, la afirmación que sigue:

“Los repartimientos fueron inventados por Cristóbal Colón en 1499, pero es indudable que el noble Almirante jamás pudo pensar que con el tiempo habrían de convertirse en destrucción y tiranía”34. Empero, tal vez deseando aparecer como un investigador imparcial y objetivo de la época colonial y, quizá, hasta como un gran humanista, Ayón expresa: “Ese fatal sistema [el repartimiento] establecido en Santo Domingo, se hizo extensivo con todos sus abusos a las demás provincias de América, a medida que iban siendo descubiertas. Los monarcas procuraron regularizarlo por medio de repetidas disposiciones -agrega como deseando eximir de responsabilidad a la Corona- con las que unas veces atendían al alivio de los naturales y otras empeoraban su desgraciada situación” 35.

Preocupación por el indio hubo, lo que es indiscutible, pero no partiendo de su condición humana, sino de su calidad de fuente de riqueza. Partiendo de ello, Carlos V, en 1523 dispuso como justo y razonable que los indios sirvieran y dieran tributo a la Corona. A contrapelo de ello, los conquistadores y sus descendientes, enrostrando persistentemente lo que ellos habían hecho por España -al tomar posesión de territorios en nombre de la Corona- reclamaban, por su parte, el derecho a ser los más beneficiados en la explotación del indio y en el saqueo de sus riquezas. Esta fue la causa real que condujo a los criollos a plantearse la independencia y a luchar por ella. El interés por el indio no era, pues, humano, sino económico y, en razón de esto, era objeto de disputa entre la Corona y los criollos. Los peninsulares que vivían en América estaban del lado esencialmente de los soberanos de España.

A fin de salvaguardar los intereses de la Corona y situarlos por encima de los intereses de los criollos, Carlos V, en 1523 y luego en 1533, dispuso que ni virreyes, ni gobernadores, ni ministros, ni prelados, ni clérigos, ni hospitales, ni cofradías, etc., pudieran tener indios en encomienda, aduciendo que la experiencia demostraba que eso sólo provocaba desórdenes en el tratamiento que se les brindaba 36.

Amén de la disputa entre los representantes de la Colonia por el indio, la necesidad de evitar los excesos para que éste no tendiera a rebelarse, era otro de los factores que despertaban interés por el indio, ya que esa tendencia -que era real- significaba una amenaza constante para la estabilidad de la colonia y hasta para su propia existencia. En este sentido, había necesidad de frenar los desmanes de los criollos contra el indio. Debe considerarse, además, que la persecución indiscriminada a los naturales daba lugar a que, en ocasiones, no hubiera quien labrara la tierra y, por ende, a que sus frutos escasearan sensiblemente. 

La muerte de americanos provocada por conquistadores preocupaba a los personeros de la Corona debido, entre otras cosas, a que ello implicaba su desaprovechamiento como fuerza de trabajo, hecho sobre el cual advertiría Bartolomé de Las Casas, que fue uno de los pocos religiosos que, al parecer, se preocupó y quiso a los indios.

Las Casas: sólo en la lucha en favor del indio

Presuntamente por su amor a los indios, Las Casas -al mismo tiempo que abogaba por la libertad de los pobladores del Nuevo Mundo- pidió, al emperador Carlos de Austria, sustituirlos en su condición de esclavos por negros. Éstos debían ser comprados en las costas de África e introducidos en América para emplearlos en las minas y en los cultivos de la tierra. Se afirma que, de esto, Las Casas se arrepintió profundamente37. Comprendió perfectamente que la reducción del negro a la esclavitud era igual de injusta que la impuesta al indio38. Y, por increíble que parezca -opina Ayón-, el emperador aprobó la idea de Las Casas de esclavizar al negro en vez de hacerlo con el indio, demostrando así, una vez más, su afán de defender a ultranza la conquista 39.

Al final de su vida, el padre Las Casas “Ya no afirmaba la existencia de una sóla religión verdadera [como lo hizo en un inicio], que lleva inevitablemente a equiparar a los indios con una fase anterior, y por lo tanto inferior, de la evolución de los europeos. Lo universal ya no es [para Las Casas] el Dios de la religión cristiana sino la religiosidad. Llegará a decir que los aztecas quizá son superiores en materia religiosa. La igualdad ya no se paga con el precio de la identidad”40.

Las Casas, citando a Montesinos, desnudó por completo a los conquistadores. Los fustigó, denunciando sus acciones contra el indio. Decía, por ejemplo: “...después de muertos solamente pesándoles [a los conquistadores] de que se les muriesen [los indios], por la falta de que en las minas de oro y en las otras granjerías les hacían...”  “Decid: ¿Con qué derecho y con qué justicia tenes en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios?”41

Pero si Las Casas abogó porque se sustituyera la esclavitud del indio por la del negro, ¿fue entonces vano, como pensaba Ayón, que Las Casas afirmara: “La Religión cristiana es igual y se adapta a todas las naciones del mundo y a todos igualmente recibe y a ninguna quita su libertad ni sus señores, ni mete bajo de servidumbre, so color ni achaque de que son siervos a natura”?42.

Las Nuevas Leyes de Indias de 1542

Profundicemos ahora lo relativo a las nuevas leyes de Indias. El 14 de julio de 1531 falleció, a la edad de 90 años, Pedrarias Dávila, verdugo de indios, pero también de conquistadores como Vasco Núñez de Balboa y Francisco Hernández de Córdoba43. En el cargo le sucedió el licenciado Francisco de Castañeda, quien se mostró tan déspota y tan rapaz como él. Siendo repudiado, se largó de la provincia, dejándola en manos del Obispo Diego Álvarez de Osorio. Posteriormente, en 1534, en el cargo de gobernador fue nominado legalmente Rodrigo de Contreras, yerno de Pedrarias44. Su gobernación coincidió con la presencia de Fray Bartolomé de las Casas, principal promotor de las Nuevas Leyes de indias que se promulgaron en 1542 por la Corona.

Básicamente las nuevas leyes exigían: 

a)  El traspaso de los indios encomendados a funcionarios reales y religiosos al patrimonio de la Corona.   

b) Una sensible reducción de los repartimientos excesivamente grandes. 

c) El impedimento a audiencias y virreyes para conceder nuevas encomiendas. 

d)   La transferencia a la Hacienda Real de las encomiendas de las personas fallecidas 45. 

e)   La privación de encomiendas a quien careciera de títulos. 

f) La reducción sensible de las encomiendas a aquéllos que, teniendo títulos,  dispusieran de muchos indios. 

g) La privación de indios a quienes les dieran maltrato 46.

“En resumen dichas leyes suprimían la esclavitud de los indios e instauraban bajo la supervisión de las autoridades reales, un nuevo tipo de encomienda -no hereditaria en teoría (en la práctica lo fue con frecuencia), y sin implicar el ejercicio de un poder personal sobre los pueblos encomendados-, reduciéndola al simple derecho de compartir con el Rey los tributos debidos por los indios encomendados. Además, la otra pieza clave del sistema colonial de explotación se organizó: las levas de trabajadores temporales para las haciendas y otras unidades de producción –los repartimientos indios-, bajo control de un juez repartidor. Pese a que la encomienda nunca desapareció del todo, la tendencia fue a que el repartimiento de indios se transformara en la forma central de explotación”47.    

De esta suerte, el sistema de encomiendas, lejos de desaparecer, simplemente continuó en pie y sólo cambió con relación a sus poseedores. Esta fue, al menos, la intención que tuvo la Corona al promulgar las nuevas leyes de indios. Y, ciertamente, el rechazo a estas disposiciones reales no se hizo esperar. Por doquier, abundaban los infractores de las mismas, lo que aparecía como una respuesta lógica a la ingratitud que la monarquía española expresaba ante los que la habían transformado en un colosal imperio. 

Siendo que las nuevas leyes de indios limitaban grandemente la explotación del indio por parte del conquistador, éste se las ingeniaba para violarlas una y otra vez.  En la provincia de Nicaragua, por ejemplo, Rodrigo de Contreras hacía de las suyas para no verse materialmente perjudicado a causa de esas leyes, las que, además, estipulaban que, en lo sucesivo, Nicaragua no tendría gobernadores. Como consecuencia de ello, Contreras dejó de ejercer esa función. 

Como las disposiciones reales prohibían la posesión de encomiendas a gobernadores, Contreras traspasó fraudulentamente las suyas a su esposa e hijos48. Sin embargo, el fraude fue descubierto y denunciado por el Obispo Antonio Valdivieso, quien desde antes se había enemistado con aquél por una disputa en torno a la esclavitud de los indios. 

Privados de sus indios, los hijos de Contreras, Pedro y Hernando, decidieron vengarse del Obispo por considerarlo autor de su desgracia: En contubernio, al parecer, con su madre, María de Peñalosa, hija, a su vez, de Pedrarias Dávila,  el 26 de febrero de 1550, dieron muerte al Obispo a puñaladas, tras lo cual se rebelaron contra el poder real 49.


[1]. Rodríguez, Ileana. Primer inventario del invasor. Editorial Nueva Nicaragua. 1984. p. 137.
[2]. Reyes Monterrey, José. Apuntamientos básicos para el estudio de la Historia general de Nicaragua. UNAN León 1989. pp. 66-67.
[3]. Arellano, Jorge Eduardo. Nueva Historia de Nicaragua Fondo Editorial CIRA. Managua, Nicaragua. p. 91.
[4]. Martínez Peláez, Severo. La Patria del Criollo. EDUCA, 1975. p. 65.
[5]. Ciertamente, mediante la Bula “Inter Caetera” del 4 de mayo de 1493, el Papa Alejandro VI, en nombre del Poder Divino y en el de Jesucristo, concedió a perpetuidad a los reyes de Castilla y León, así como a sus descendentes, todas las islas y continentes, descubiertos y por descubrirse, hacia el oeste y hacia el sur de una línea imaginaria trazada desde el polo Norte hasta el Polo Sur. Esto es, una línea que se encontraba a 100 millas hacia el oeste y hacia el sur de las islas Azores y las de Cabo Verde. Véase “Bula Intercaetera”del 4 de mayo de 1493. En: El catolicismo y el librepensamiento en los siglos XVI-XIX. Editorial “NAUKA”. Moscú 1980. pp. 30-33. (Obra en ruso). A pesar de esa “demarcación” papal y de los acuerdos entre España y Portugal para dividirse el mundo en dos partes iguales -a fin de evitar de ese modo el enfrentamiento bélico entre ambas-, la disputa por los territorios del mundo entre ambas naciones continuó. Y cuando los portugueses se apoderaron de la islas Moluscas, los españoles sufrieron con ello un terrible golpe. No obstante, repentinamente, el monarca español Carlos V, recibió una propuesta del experimentado marinero portugués Fernando de Magallanes -quien se había puesto a su servicio- en el sentido que, bordeando el continente americano y viajando siempre hacia occidente, España -que era la “dueña” de todo lo que en esa dirección se encontrara- podía llegar hasta las Moluscas y arrebatárselas a los portugueses. Malajovski, K. B. Historia del colonialismo en Oceanía. Editorial “NAUKA”. Redacción General de Literatura Oriental. Moscú, 1979. p. 12.
[6]. Cita de Historia General de los Hechos Castellanos. En: Ayón, Tomás. Ob. cit. pp. 205-206.
[7]. Centroamérica en los Cronistas de Indias. Oviedo. Introducción y notas de Eduardo Pérez Valle. Serie Cronistas Nº 5. Promoción Cultural Banco de América. 1977. p. 63.
[8]. Ibíd. p. 65.
[9]. Nicaragua…Y por eso defendemos la Frontera. Historia agraria de las Segovias Occidentales. CIERA-MIDINRA. 1984. p. 55.
[10]. Romero Vargas, Germán. Las estructuras sociales de Nicaragua en el siglo XVIII. Managua: Vanguardia 1987. p. 33.
[11]. Cardoso, Ciro F.S.; Pérez Brignoli, Héctor. Ob. cit. pp. 57-58.
[12]. Romero Vargas, Germán; Solórzano, Flor de Oro. Ob. cit. pp. 18-20.
[13]. Ibíd. p. 28.
[14]. Ibíd. pp. 28, 30.
[15]. Ibíd. pp. 15-18.
[16]. Ibíd. pp. 23-24.
[17]. Ibíd. p. 20.
[18]. Cardoso, Ciro F.S.; Pérez Brignoli, Héctor. Ob. cit. p. 59.
[19]. Morner, Magnus. La política de segregación y el mestizaje en la audiencia de Guatemala. En: Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano. Nº 103. Abril, 1969. pp. 41-43.
[20]. Stanley J; Bárbara H. Stein. La herencia colonial de América Latina. Siglo Veintiuno Editores. S.A. México. 1980. pp. 57, 59-62.
[21] . Ibíd. 63-64.
[22]. Ibíd. p. 66
[23]. Romero Vargas, Germán; Solórzano, Flor de Oro. Ob. cit. pp. 20-21
[24]. Ibíd. p. 20.
[25]. Ibíd. p. 22.
[26]. Sola Monserrat, Rose. Geografía y estructura económicas de Nicaragua.(En el contexto centroamericano y de América Latina). Universidad Centroamericana de Managua. 1989. p. 117.
[27]. Romero Vargas, Germán; Solórzano, Flor de Oro. Ob. cit. p. 23.
[28]. Martínez Peláez, Severo. Ob. cit. pp. 90-93.
[29]. Ibíd. 95-96.
[30]. Wittman, tibor; Corvina Kiadó. Ob. cit. p. 99.
[31]. Romero Vargas, Germán; Solórzano, Flor de Oro. Ob. cit. pp. 26-27.
[32]. Ibíd. p. 26.
[33]. Ibíd. p. 26.
[34]. Ayón, Tomás. Ob. cit p. 228.
[35]. Ibíd. p. 230.
[36]. Ibíd. p. 231.
[37]. Al respecto, el gran poeta y patriota cubano José Martí escribe: “...Es verdad que Las Casas por el amor de los indios, aconsejó al principio de la conquista que se siguiese trayendo esclavos negros, que resistían mejor el calor, pero luego que los vio padecer, se golpeaba el pecho, y decía: “¡con mi sangre quisiera pagar el pecado de aquel consejo que di por mi amor a los indios!...” Martí, José. El padre Las Casas. Nuevo Amanecer Cultural. Sábado 1 de agosto de 1992. p. 7.
[38]. Cita de Las Casas en: Abramova, Svetlana, Yurevna. África: Cuatro siglos de trata de esclavos. Editorial “NAUKA”. Redacción Central de Literatura Oriental. Moscú 1978. p. 14. Obra en ruso
[39]. Ayón, Tomás. Ob. cit.. pp. 233-234.
[40]. Rivas, Judith; Corominas, Jorge. Tres posturas antiguas y vigentes: la conquista. Nuevo Amanecer Cultural. Sábado 28 de septiembre de 1992. p. 5.
[41]. De Las Casas, Bartolomé. El sermón de Montesinos del 21 de diciembre de 1511. En: Agenda Latino Americana 92.
[42]. Ayón, Tomás. Ob. cit. p. 234.
[43]. Ibíd. p. 226.
[44]. Ibíd. pp. 236, 248, 250.
[45]. Ibíd. p. 267.
[46]. Martínez Peláez, Severo. Ob. cit. pp. 73-74.
[47]. Cardoso, Ciro F.S; Pérez Brignoli, Héctor. Ob. cit. pp. 55-56.
[48]. Ayón, Tomás. Ob. cit. p. 278.
[49]. Gámez, José Dolores. Historia de Nicaragua. Ob. cit. pp. 156-157. El autor señala que el cronista Herrera negaba que la madre de los hermanos Contreras haya aprobado el asesinato del Obispo Valdivieso y que, por el contrario, los reprendió. Ibíd. Véase pie de página.

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