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lunes, 5 de marzo de 2012

Imperialismo, cuestiones estratégicas y proyectos independentistas: Los espacios que no ocupamos los captura el enemigo.


Imperialismo, cuestiones estratégicas y proyectos independentistas: Los espacios que no ocupamos los captura el enemigo
Raúl Isman


Marzo de 2012



Resulta casi un axioma la conocida traslación (que también puede ser analizada como etérea metáfora) de la ciencia física hacia la política; consistente en afirmar que los espacios que un conglomerado abandona, fatalmente resultan apropiados por el contrincante. Y, por cierto, que resulta fundamental la claridad que deben hacer gala las dirigencias y liderazgos acerca de la referida cuestión, que resulta en sí misma una ventaja estratégica. La extrema transigencia de los núcleos dirigentes ruso y chino allanó el camino para la piratería imperialista en el caso Libia, en ocasión de la renuncia a utilizar el veto; cuando el Consejo de Seguridad de la O.N.U. trató el tema. Facilitaron así el camino para que las potencias occidentales rapiñen el petróleo libio, el citado pueblo norafricano perdiese muchas de sus conquistas y EE.UU. avance un casillero en el complejo juego de ajedrez en el cual se dirimen muchas de las cuestiones estratégicas de hoy y de los tiempos futuros.


Fue tan evidente la defección rusa y china que no dudaron en utilizar el veto cuando de Siria se trataba. Es que en caso de imponer EE.UU. su muy peculiar concepción de la “democracia”, Rusia se hubiera quedado sin el puerto que le permite acceder al Mediterráneo y China sentiría que el cerco imperialista sobre su territorio daba un paso adelante.


En nuestra América irredenta no falta claridad acerca de los temas tratados. El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela- a despecho de la conmoción que sufre por el estado de salud del comandante Hugo Chávez Frias- se puso a disposición de la sitiada República Siria para proveerla de combustibles, en caso que así lo requiriere. Si cayera Assad, el país sería un nuevo espacio colonizado por el imperialismo y alienado para la libertad de los pueblos. Precisamente el uso del combustible como variable estratégica en la construcción de la unidad latinoamericana demuestra la notable claridad reinante en círculos dirigentes venezolanos acerca de la importancia de las cuestiones tratadas en el presente editorial. Por otra parte, todo ello convierte el comicio presidencial de octubre en una cuestión crucial para la causa de la independencia de nuestra América. Y ya debatiendo acerca de las cuestiones estratégicas centrales para nuestra realidad más acuciante señalemos dos temas fundamentales. El primero es el abandono de la orientación rastreramente neoliberal de las políticas (no sólo) económicas recomendadas por los organismos multilaterales de crédito. Tal fue la condición ineludible para la mejoría en el bienestar popular que se verificó en varios países (Argentina, Venezuela, Brasil, para citar sólo algunos) y que contrasta mucho más por el pantano en que se hunde Europa. Y no sólo se sepulta el nivel de vida de los trabajadores en el altar de las ganancias de bancos, fondos buitres y demás alimañas. Seguramente el papa Merkosi celebrará más temprano que tarde el responso por la democracia europea inmolada en las condiciones descriptas. Pero la cuestión estratégica central es la construcción de la Patria Grande, el nombre que viene de la historia para la integración de América Latina. Mercosur, Unasur, Celac son como círculos concéntricos de semejante edificación que el imperialismo no puede soportar. O la integración independentista resuelve los problemas de nuestros pueblos o se impone el imperialismo con los resultados que pueden verse en los países gobernados por las derechas. Guerra criminal sin treguas contra el pueblo, so pretexto de combatir al narcotráfico en Méjico. Falsos positivos, crímenes sin fin sobre dirigentes indígenas, sociales, sindicales y políticos en Colombia, camuflados en acciones “por la paz”. Negativa a conceder el derecho a estudiar en Chile, pese a un año continuo de movilizaciones. La cuestión Malvinas también resulta aleccionadora. La decrépita Albion imperial se niega a abandonar territorio americano en razón de su centralidad estratégica. E hipócritamente llama… ¡imperialista! al justo y pacífico reclamo argentino. La causa Malvinas servirá para galvanizar la unidad latinoamericana y aislar (y dejar sin espacio) al proyecto imerial. Es un imperativo humanístico que no le cedamos ningún espacio a la barbarie usamericana. El pasado año fue muy importante en dicho camino. Esperemos un 2012 sin retrocesos.


 
http://www.redaccionpopular.com/articulo/imperialismo-cuestiones-estrategicas-y-proyectos-independentistas-los-espacios-que-no

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