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sábado, 10 de diciembre de 2011

Un mundo bobalicón, que se deja arrastrar por un país genocida y sádico

 Así trata el imperio al mundo
Un mundo bobalicón, que se deja arrastrar por un país genocida y sádico
Javier Monagas Maita (*)
 
 
¿Hasta cuando con esa mariquera?

Este es un mundo  que camina con la cabeza y piensa con los pies.  Siempre he creído que el sentido común es un factor predominante en las mayorías de los seres humanos. Igualmente,  tengo como algo muy cierto que ese sentido común, hace que la lógica se imponga en todo el quehacer cotidiano ¿será solo en teoría? Pero cuando observo la realidad política y económica en general, me consigo que esa lógica se va a la mierda y no es ni tan siquiera un adorno en las relaciones personales e internacionales.  Vamos al punto: si la comunidad internacional está compuesta por 193 naciones - si no han reventado a otro país por allí a fuerzas de bombas racimos y de Uranio empobrecido, para crear otros que favorezcan los intereses geo estratégicos Sion, yanqui, imperialistas ¿Cómo es que todas esas naciones se someten a una solo que no quiere que la contaminación, recalentamiento y destrucción de la naturaleza se detengan? Sostengo que el mundo puede subsistir sin los bienes, servicios, maquinas de guerra y la ambición del imperialismo sanguinario yanqui. En mi humilde opinión creo que las inyecciones letales de necesidades basuras impuestas, nos han convertido en unos tontos dependientes. Incluso, con el desarrollo de las tecnologías de los demás países que en este momento superan en calidad, cantidad y utilidad;  a la de los egoístas yanquis,  lo primero que deberíamos hacer en colectivo es ponerles las caratas en la mesa, y si no se suman a las decisiones de las mayorías, se corta el comercio con ellos.  Pero no, la vaina es al revés, son esos prepotentes, los que lanzan las amenazas a las mayorías y éstas estúpidamente, les hacen concesiones para que esas mavitas estén contentas; es decir que los patos le disparan a los cazadores.
 
 
Las riquezas del mundo son obra creativa de las mayorías. Pero estúpidamente, es una minoría la que las posee y las usa como instrumento de presión y chantaje contra las mayorías.  Continuando en el terreno de lo absurdo.  Los que poseen armas atómicas en cantidades industriales,  y son los únicos en usarlas de manera abierta y clandestina, dejando estelas de muertes. Impiden que otras naciones las posean, por ser un peligro para el mundo. Esa nación solitaria, es la que ha invadido más países, es la que ha cometido genocidio en proporciones alarmantes, es la que ha desarrollado, desarrolla y desarrollará más acciones terroristas en el mundo, siendo inclusive un santuario de criminales, que cobija en su suelo, como madriguera maligna a deslamados como Posada Carriles y una caterva de miserables que han sembrado muerte y dolor a su paso por el mundo, especialmente la gusanera cubana en Miami. Pero con todo ese bagaje de terror, muerte y crimen, esa putrefacta nación, se erige en juez y parte del mundo, para  definir quién es bueno y quién es malo en el concierto de las naciones ¡vaya descaro!
 
 
Siendo franco, debo decir,  la culpa de toda la crisis y peligro que corre el mundo hoy, no es solo del imperio. Es responsabilidad en mayor grado de la estupidez de los gobiernos y pueblos del mundo, que siendo mayorías se someten a una entelequia inmoral, dándole más poder que el que realmente tiene. Esa negligencia ha alimentado una soberbia y prepotencia, que ha intoxicado a los estúpidos rectores que poseen el verdadero poder en esa nación títere del sionismo judío, quienes se creen la ultima gota de agua en el desierto, siendo que en realidad solo son parásitos ladrones y expoliadores del bien colectivo.
 
 
¿Cuánto tiempo puede esa nación parasitaria existir sin relaciones diplomáticas y comerciales con el resto del mundo?  Estoy seguro que todos los países podemos existir y, de mejor forma, sin esa pútrida nación (sin alusión al pueblo, solo a sus poderes dominantes) todo es cuestión de agudizar el entendimiento y de entender que la verdadera fortaleza está en las mayorías, que somos esas mayorías las que dinamizamos y engrandecemos al mundo, no esas lacras que se apropian de las técnicas y tecnologías para convertirlas en armas contra la humanidad. O DESPERTAMOS, O MORIMOS EN EL LETARGO, SE ACABA EL TIEMPO.
  
 
(*)Abogado Bolivariano 
Facebook:   javier monagas

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