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jueves, 7 de julio de 2011

Texto íntegro del discurso de Hu Jintao en reunión conmemorativa del 90º aniversario de la fundación del PCCh I

Texto íntegro del discurso de Hu Jintao en reunión conmemorativa del 90º aniversario de la fundación del PCCh I


El siguiente es el texto íntegro del discurso pronunciado este viernes por el presidente chino y Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), el camarada Hu Jintao, en la reunión conmemorativa del 90º aniversario de la fundación del PCCh, celebrada en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing el 1 de julio de 2011.

Camaradas y amigos:

Hoy nos reunimos solemnemente aquí para conmemorar, junto con todo el Partido y el pueblo de las diversas etnias del país, el 90º aniversario de la fundación del Partido Comunista de China, y, a la vez que echamos una mirada retrospectiva a la gran trayectoria de desarrollo y progreso que ha recorrido China, extendemos la vista hacia el luminoso horizonte que augura su desarrollo y prosperidad.

Hace hoy 90 años se fundó el PCCh, gran acontecimiento en la historia de la evolución de la nación china, que marcó el comienzo de una nueva época. Desde entonces, el pueblo chino emprendió la luminosa senda de luchar por la independencia nacional y la liberación popular, abriendo con ello la grandiosa marcha hacia la prosperidad y la fortaleza del país, así como la holgura del pueblo.

En estos 90 años, junto con el pueblo de las diversas etnias del país, los comunistas chinos, avanzando en oleadas sucesivas y bregando con tenacidad, han conquistado sin cesar victorias trascendentales en la revolución, la construcción y la reforma. Hoy día, en Oriente se yergue alta y firme una China socialista rebosante de vitalidad, y los 1.300 millones de integrantes del pueblo chino, guiados por la magna bandera del socialismo con peculiaridades chinas, marchan pletóricos de confianza hacia la gran revitalización de la nación China.

Camaradas y amigos:

Los más de ciento setenta años de historia china que empezaron en 1840 con la Guerra del Opio, expresan en síntesis las profundas e imborrables adversidades sufridas por nuestra gran patria, las conmovedoras luchas libradas por nuestra gran nación y las espléndidas hazañas históricas protagonizadas por nuestro gran pueblo.

Tras la Guerra del Opio, China fue cayendo en una sociedad semicolonial y semifeudal, mientras que las potencias la invadían cada vez con mayor codicia y la dominación feudal se hacía cada día más corrupta, a consecuencia de todo lo cual el territorio nacional estaba destrozado, las guerras y el caos social eran incesantes y el pueblo, además de vivir acosado por el hambre y el frío, era víctima de toda clase de subyugaciones. De ahí que se impusiera como perentoria la misión nacional de salvar al país y asegurar su supervivencia. Por lo tanto, batallar por la independencia nacional y la liberación del pueblo, y lograr la prosperidad y la fortaleza del país y la holgura del pueblo devinieron una misión histórica que el pueblo chino tenía la obligación ineludible de cumplir.

En aquellos tenebrosos años, el pueblo chino e innumerables personas de elevados ideales llevaron a cabo exploraciones sumamente arduas y libraron inflexibles luchas, con el propósito de cambiar el destino de la nación china. El indómito pueblo chino emprendió una lucha tras otra, como el levantamiento del Reino Celestial Taiping, el Movimiento Reformista de 1898 y la contienda de Yihetuan, pero todas terminaron en fracaso. La Revolución de 1911 dirigida por el doctor Sun Yat-sen puso fin al sistema monárquico absolutista que dominó China durante milenios y tuvo un significado trascendental en la promoción del progreso social de China. Con todo, tampoco fue capaz de modificar la naturaleza semicolonial y semifeudal de la sociedad china ni el triste destino del pueblo chino.

Los hechos demuestran que ni los movimientos de autofortalecimiento y reformismo -que no tocaban la base del feudalismo-, ni las guerras campesinas de viejo cuño, ni las revoluciones dirigidas por el ala revolucionaria burguesa, ni los demás proyectos de tal y cual índole copiados mecánicamente del capitalismo occidental fueron capaces de cumplir la misión de salvar el país y garantizar la supervivencia de la nación china, ni su tarea histórica antiimperialista y antifeudal. Para resolver la cuestión del desarrollo y el progreso de China se requería imperiosamente encontrar una teoría avanzada capaz de guiar al pueblo chino en el emprendimiento de una revolución antiimperialista y antifeudal, y fuerzas sociales avanzadas idóneas para conducir los cambios sociales de China.

El Partido Comunista de China nació en 1921 como algo natural en el curso de la integración del marxismo-leninismo con el movimiento obrero chino. El nacimiento del PCCh es el producto necesario del desarrollo de la historia moderna y actual de China y de la exploración tenaz que efectuó el pueblo chino en su lucha por la salvación y la supervivencia del país. Desde ese momento, la revolución china contó con un rumbo correcto de avance; el pueblo chino, con una poderosa fuerza espiritual; y el destino de China, con una luminosa perspectiva de desarrollo.

En estos 90 años, nuestro Partido ha unido y conducido al pueblo para que, en esta antigua tierra que es China, escribiera una magnífica epopeya de la evolución de la humanidad que ha estremecido el cielo y la tierra y ha conmovido a los espíritus y los dioses, epopeya que se plasma de forma quintaesenciada en el cumplimiento e impulso de los tres grandes asuntos siguientes.

En primer lugar, apoyándose firmemente en el pueblo, nuestro Partido culminó la revolución de nueva democracia y logró la independencia nacional y la liberación del pueblo. Luego de 28 años de sangrientas luchas, incluidas la Expedición al Norte, la Guerra de la Revolución Agraria, la Guerra de Resistencia Antijaponesa y la Guerra de Liberación, nuestro Partido y el pueblo repelieron la invasión del imperialismo japonés, derrocaron la dominación reaccionaria del Guomindang y fundaron la República Popular China. Con esto último, el pueblo se convirtió en dueño del país, de la sociedad y de su propio destino, se materializó el gran salto que suponía pasar de una milenaria autocracia feudal a una democracia popular, se hizo realidad la alta unidad de China y la cohesión sin precedentes del pueblo de sus diversas etnias, se puso definitivamente fin a la historia semicolonial y semifeudal de la vieja China y su situación parecida a la de una bandeja de arenas sueltas, y se anularon cabalmente los tratados desiguales impuestos a China por las potencias, así como todas las prerrogativas de las que disfrutaba el imperialismo en nuestro país. En aquel momento, el pueblo se puso de pie y la nación china inició una nueva era histórica en su desarrollo y progreso.

En segundo lugar, apoyándose firmemente en el pueblo, nuestro Partido llevó a cabo la revolución socialista y dejó establecido el socialismo como sistema básico. Hemos logrado de manera creativa hacer la transformación de la nueva democracia en el socialismo, permitiendo entrar en la sociedad socialista a este vasto país oriental cuya población representa una cuarta parte de la mundial, con lo que hemos hecho realidad el cambio social más amplio y más profundo de la historia de China. Hemos establecido un sistema industrial y un sistema económico nacional independientes y relativamente completos, acumulando así importantes experiencias sobre la construcción socialista en un gran país oriental como China, donde el nivel de las fuerzas productivas sociales era sumamente atrasado.

En tercer lugar, apoyándose firmemente en el pueblo, nuestro Partido emprendió una nueva gran revolución -la reforma y la apertura- y de esta forma ha creado un socialismo con peculiaridades chinas, ha persistido en él y lo ha desarrollado. A partir de la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido, sobre la base del balance de las experiencias adquiridas en la construcción socialista del país y de la toma de las experiencias internacionales como referencia, hemos llevado adelante la reforma y la apertura con un enorme coraje político, teórico y práctico, y, a través de una ardua exploración, hemos logrado configurar la teoría básica, la línea básica, el programa básico y las experiencias básicas del Partido en la etapa primaria del socialismo, establecer y perfeccionar el régimen de la economía de mercado socialista, perseverar en la apertura omnidireccional al exterior e impulsar la modernización socialista hacia el logro de grandes éxitos que concitan la atención mundial.

Estos tres grandes asuntos han cambiado de raíz el porvenir y el destino del pueblo chino y la nación china, han puesto fin de manera irreversible al miserable destino repleto de perturbaciones interiores, invasiones exteriores, pobreza y debilidad que China sufría en la época moderna, y han inaugurado de la misma manera la marcha histórica de la nación china de desarrollo y robustecimiento constantes y de su avance hacia la gran revitalización, todo lo cual ha dado una fisonomía totalmente nueva a una China con una civilización de más de cinco mil años de historia, y ha abierto unas perspectivas de una brillantez sin precedentes a la gran revitalización de la nación china.

En estos 90 años, la sociedad china y el destino del pueblo chino han experimentado cambios. Tales cambios han sido muy poco frecuentes en la historia del desarrollo de la humanidad, tanto por su amplitud y profundidad como por su influencia política y su significado social.

Los hechos se han encargado de demostrar a plenitud que, en el impetuoso proceso de desarrollo y progreso de la sociedad china iniciado en la época moderna, la historia y el pueblo han optado por el PCCh, el marxismo, el camino socialista y la reforma y la apertura.

Los hechos han corroborado plenamente que el PCCh es digno de ser considerado un partido político marxista grande, glorioso y correcto, y es digno de su condición de fuerza núcleo que conduce al pueblo chino en la apertura incesante de nuevas perspectivas para el desarrollo de nuestras causas.

Camaradas y amigos:

Todos los éxitos logrados en estos 90 años son el resultado de la lucha tenaz y continua librada generación tras generación por los comunistas chinos junto con el pueblo. El colectivo dirigente central de la primera generación del Partido, agrupado en torno al camarada Mao Zedong, unió y condujo a todo el Partido y a todo el pueblo de las diversas etnias del país en la conquista de la gran victoria de la revolución de nueva democracia y el establecimiento del socialismo como sistema básico, sentando así la premisa política fundamental y los cimientos institucionales del desarrollo y el progreso de la China actual en todos los aspectos. El colectivo dirigente central de la segunda generación del Partido, con el camarada Deng Xiaoping como núcleo, unió y condujo a todo el Partido y a todo el pueblo de las diversas etnias del país a iniciar el grandioso proceso de la reforma y la apertura, tocando así el clarín de la época para construir un socialismo con peculiaridades chinas e inaugurar un nuevo periodo en el desarrollo de la causa socialista. El colectivo dirigente central de la tercera generación del Partido, cuyo núcleo fue el camarada Jiang Zemin, unió y dirigió a todo el Partido y a todo el pueblo de las diversas etnias del país para que persistiera en la reforma y la apertura y en el avance con los tiempos, condujo por el rumbo acertado la nave de la reforma y la apertura que avanzaba surcando las olas y logró impulsar la grandiosa causa del socialismo con peculiaridades chinas hacia el siglo XXI. Desde el XVI Congreso Nacional del Partido, tomando como guía la teoría de Deng Xiaoping y el importante pensamiento de la triple representatividad, el Comité Central unió y dirigió a todo el Partido y a todo el pueblo de las diversas etnias del país en la aplicación a fondo de la concepción científica del desarrollo, la esforzada promoción del desarrollo científico y el tenaz impulso de la armonía social, y la prosecución del empuje dado a la gran causa del socialismo con peculiaridades chinas en la práctica de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada.

Ahora que celebramos el 90º aniversario de la fundación del PCCh, honramos profundamente la memoria de Mao Zedong, Zhou Enlai, Liu Shaoqi, Zhu De, Deng Xiaoping, Chen Yun y otros revolucionarios proletarios de la vieja generación que hicieron importantes contribuciones a la revolución, la construcción y la reforma de China, así como a la fundación, la consolidación y el desarrollo del PCCh; la de los mártires revolucionarios que cayeron heroicamente por la fundación, la defensa y la construcción de la Nueva China; y la de todos los precursores que a partir de la época moderna lucharon tenazmente por la independencia y la liberación de la nación china. ¡Sus monumentales méritos en bien de la patria y la nación permanecerán siempre indelebles en los anales de la historia!

En esta ocasión, en representación del Comité Central del PCCh, ¡expreso nuestro elevado respeto a las amplias masas de obreros, campesinos e intelectuales de todo el país; a los partidos democráticos, las organizaciones populares y los patriotas de los distintos círculos sociales; y al Ejército Popular de Liberación de China, la Policía Armada y la Policía Popular de Seguridad Pública! ¡Extiendo nuestro cordial saludo a los compatriotas de las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong y Macao, a los compatriotas de Taiwan y a los numerosos chinos residentes en el extranjero! ¡Y expreso nuestro sincero agradecimiento a todos los pueblos y amigos de los diversos países que conviven amistosamente con el pueblo chino y que prestan atención y apoyo a la causa de la revolución, la construcción y la reforma de China!

Camaradas y amigos:

Tras 90 años de lucha, creación y acumulación, los éxitos que el Partido y el pueblo tienen que valorar más que nunca, mantener firmemente largo tiempo y desarrollar sin cesar son: la apertura del camino de un socialismo con peculiaridades chinas, la configuración de un sistema teórico acerca de este socialismo y el establecimiento de su sistema.

El camino del socialismo con peculiaridades chinas es el camino necesario no sólo para materializar la modernización socialista, sino para crear una hermosa vida para el pueblo. Dicho camino implica lo siguiente: bajo la dirección del PCCh y partiendo de las condiciones básicas del país, se debe asumir la construcción económica como tarea central, perseverar en los cuatro principios fundamentales y en la reforma y la apertura, emancipar y desarrollar las fuerzas productivas sociales, y consolidar y perfeccionar el sistema socialista, con el propósito de implantar una economía de mercado socialista, una política democrática socialista, una cultura avanzada socialista y una sociedad armoniosa socialista, así como de edificar un país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático, civilizado y armonioso.

El sistema teórico del socialismo con peculiaridades chinas es la teoría correcta bajo cuya guía el Partido y el pueblo harán realidad la gran revitalización de la nación china siguiendo el camino del socialismo con peculiaridades chinas. En el proceso histórico de impulsar la adaptación del marxismo a las condiciones de China, al persistir en integrar los fundamentos del marxismo con la realidad específica del país, nuestro Partido ha obtenido dos importantes logros teóricos. El primero es el pensamiento de Mao Zedong. Como aplicación y desarrollo del marxismo-leninismo en China, este pensamiento dio respuestas sistemáticas a la cuestión de cómo llevar a cabo la revolución de nueva democracia y la revolución socialista en un gran país semicolonial y semifeudal de Oriente, además de haber indagado arduamente sobre qué socialismo se debe construir y cómo construirlo, enriqueciendo así el acervo marxista con un contenido creativo. El segundo es el sistema teórico del socialismo con peculiaridades chinas: un sistema teórico científico que, abarcando entre otros importantísimos pensamientos estratégicos la teoría de Deng Xiaoping, el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica del desarrollo, ha dado respuestas sistemáticas a una serie de importantes cuestiones derivadas del hecho de que en un país en vías de desarrollo tan grande como China y con mil y cientos de millones de habitantes, cuestiones que incluyen qué socialismo se debe construir y cómo construirlo, qué partido hay que construir y cómo construirlo, qué tipo de desarrollo se ha de lograr y cómo hacerlo, todo lo cual constituye una continuación y desarrollo del pensamiento de Mao Zedong.

El sistema del socialismo con peculiaridades chinas, garantía institucional fundamental del desarrollo y progreso de la China actual, encarna de manera concentrada las características y las ventajas de este tipo de socialismo. Al impulsar el autoperfeccionamiento y desarrollo del sistema socialista, hemos conformado todo un conjunto de sistemas institucionales vinculados y conexos entre sí en ámbitos como el económico, el político, el cultural y el social: el sistema político fundamental, es decir, el de asambleas populares; el sistema político básico compuesto, entre otros, por el de cooperación multipartidaria y consulta política bajo la dirección del PCCh, el de autonomía étnica territorial y el de autogobierno de las masas en los niveles de base; el sistema legal del socialismo con peculiaridades chinas; el sistema económico básico de desarrollo conjunto de las economías de diversas formas de propiedad con la de propiedad pública como la principal; y los diversos sistemas concretos, entre ellos los regímenes económico, político, cultural y social establecidos sobre la base del sistema político fundamental, el sistema político básico y el sistema económico básico. Todos estos sistemas se corresponden con la realidad de nuestro país y concuerdan con la corriente de la época, favoreciendo por lo tanto no sólo el mantenimiento del vigor del Partido y del país y la puesta en juego del entusiasmo, la iniciativa y la creatividad de las amplias masas populares y los diversos sectores sociales, sino la emancipación y el desarrollo de las fuerzas productivas sociales y el fomento del desarrollo integral de la economía y la sociedad, la salvaguardia y la promoción de la equidad y la justicia sociales y la materialización de la prosperidad común de todo el pueblo, la concentración de fuerzas para llevar a cabo ambiciosas actuaciones y el afrontamiento eficaz de toda clase de riesgos y desafíos en el camino de avance, y el mantenimiento de la cohesión interétnica, la estabilidad social y la unidad del país.

Para que nuestro Partido pueda unir y conducir al pueblo en un avance continuo, abrir nuevas perspectivas en el trabajo y conquistar nuevas victorias para nuestras causas en el contexto de la cambiante situación internacional y las arduas y pesadas tareas nacionales de la reforma, el desarrollo y la estabilidad, lo más esencial radica en enarbolar la gran bandera del socialismo con peculiaridades chinas y avanzar con perseverancia por el camino del socialismo con peculiaridades chinas y ensancharlo, persistir en su sistema teórico y enriquecerlo, e insistir en este sistema socialista y perfeccionarlo.

Camaradas y amigos:

Al echar una mirada retrospectiva al desarrollo y el progreso de China durante los últimos 90 años, podemos llegar a la conclusión básica de que el Partido es la clave para manejar bien los asuntos chinos.

La trayectoria resumida de la evolución de estos 90 años nos indica que el punto fundamental por el que nuestro Partido ha podido mantener y desarrollar el carácter de vanguardia de un partido marxista consiste en lo siguiente: la persistencia en emancipar la mente, buscar la verdad en los hechos y avanzar con los tiempos, mantener una actitud científica hacia el marxismo, aplicar éste en desarrollo para guiar la nueva práctica, sostener la verdad y corregir los errores, seguir con firmeza el propio camino, y conservar siempre la fuerza motriz espiritual que impulsa al Partido a avanzar desbrozando el camino; la perseverancia en trabajar para el pueblo y en apoyarse en él, en proceder de todo corazón en procura de sus intereses, y en asimilar la sabiduría y la fuerza de las masas populares, y mantener siempre a éstas y al Partido unidos como uña y carne; la perseverancia en basar los nombramientos en los méritos y admitir a un amplio número de personas calificadas, atraer, preparar y formar a personal capacitado mediante la inspiración de la causa del Partido, e incrementar sin cesar la sangre fresca para mantener la vitalidad del Partido siempre lozana; y el atenimiento al principio de que el Partido debe gobernar lo suyo y disciplinarse con rigor, así como el tomarse en serio y resolver a tiempo los destacados problemas existentes en el Partido, con el fin de mantener su organismo siempre sano.

Todo el Partido debe estar consciente de que, en las nuevas circunstancias, caracterizadas por los profundos cambios que se operan en la situación del mundo, de nuestro país y de nuestro Partido, la elevación del nivel de dirección y gobernación del Partido, el incremento de la capacidad de resistir a la corrupción y de prevenirse contra la degeneración y de contrarrestar los riesgos, así como el fortalecimiento del fomento de la capacidad de gobernar del Partido y de su carácter de vanguardia, se enfrentan a circunstancias, problemas y desafíos sin precedentes, siendo prolongadas, complejas y severas las pruebas que el Partido afronta como gobernante y las generadas por la reforma y la apertura, la economía de mercado y el entorno exterior. Todo el Partido se halla de forma más aguda ante los peligros del relajamiento espiritual, la insuficiencia de capacidad, la desvinculación de las masas y el desánimo y la degeneración, por eso su tarea es más dura y perentoria que nunca, en el sentido de que el Partido ha de gobernar lo suyo y disciplinarse con rigor.

 

Debemos partir de la nueva realidad para persistir en guiar la construcción del Partido con una teoría científica y estudiar y resolver con un espíritu reformador e innovador los importantes problemas teóricos y prácticos que encara el Partido en su construcción; y poniendo la mirada en la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y en el aceleramiento de la modernización socialista, hemos de conocer en todos los sentidos y aplicar conscientemente las leyes que rigen la construcción de un partido marxista gobernante, con el fin de propulsar en toda la línea la nueva magna obra de la construcción del Partido y elevar de continuo el nivel científico de la misma.

En la elevación del nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, es preciso perseverar en emancipar la mente, buscar la verdad en los hechos y avanzar con los tiempos, e impulsar con energía la adaptación del marxismo a las condiciones de China, de la época y de las masas, a fin de elevar el nivel ideológico y político de todo el Partido.

La trayectoria de desarrollo del Partido en estos 90 años nos dice que la madurez teórica es la base de la firmeza política; el avanzar con los tiempos en lo teórico es la premisa para avanzar con elevado espíritu emprendedor en la acción; y la unificación de los criterios representa una importante garantía de que todo el Partido marcha al mismo paso. Los comunistas chinos tenemos la firme convicción de que los fundamentos del marxismo representan una verdad científica irrefutable y de que el marxismo debe enriquecerse y desarrollarse sin cesar a medida que se desarrolla la práctica, no habiéndolo considerado nunca un dogma vacío, rígido y estereotipado. El marxismo tiene en la práctica su fuente teórica, su base de desarrollo y su criterio probatorio. Ninguna de estas actuaciones -ceñirse a los libros, hacer caso omiso de la práctica, sobrepasar la vida práctica o irle a la zaga- lleva al logro de los laureles de éxito. En ciertos periodos de la historia, cometimos errores e incluso sufrimos graves reveses cuya causa básica residía en el divorcio entre el pensamiento rector y la realidad china. La causa esencial por la cual nuestro Partido ha podido corregir sus errores apoyándose en sus propias fuerzas y en las del pueblo, avanzar intrépidamente en medio de reveses y proseguir su marcha triunfante reside en que volvimos a refrendar y cumplimos persistentemente el principio de buscar la verdad en los hechos. Las experiencias y lecciones al respecto las ha resumido nuestro Partido sistemáticamente en la “Resolución sobre algunos problemas históricos” y en la “Resolución sobre algunos problemas históricos del Partido desde la fundación de la República Popular China”, experiencias y lecciones que debemos tener muy presentes.

El desarrollo de la práctica no tiene en absoluto límites, y lo mismo pasa tanto con el conocimiento de la verdad como con la innovación teórica. La práctica del Partido y del pueblo avanza constantemente, debiendo hacer lo propio la teoría que la guía. Sin lugar a dudas, el camino del socialismo con peculiaridades chinas se ensanchará de continuo con la práctica innovadora de nuestro Partido y nuestro pueblo, y el sistema socialista con peculiaridades chinas seguirá perfeccionándose de modo constante paralelamente a la profundización de la reforma y la ampliación de la apertura. Este proceso abrirá sin duda vastas perspectivas a la innovación teórica. La clave para perseverar en el marxismo en las nuevas condiciones históricas radica en dar respuesta oportunamente a los nuevos temas que plantea la práctica y proporcionar a ésta una orientación científica. Hemos de dominar acertadamente la tendencia general del desarrollo mundial y las condiciones nacionales básicas en la fase primaria del socialismo, estudiar a fondo las características por fases del desarrollo de nuestro país y sintetizar a su debido tiempo las novedosas experiencias creadas por el pueblo bajo la dirección del Partido, haciendo hincapié en captar los problemas significativos del desarrollo económico y social y llevando a cabo una nueva síntesis teórica al respecto, de modo que se mantenga siempre la poderosa vitalidad de las teorías científicas.

Cada paso en la innovación teórica debe ir seguido de otro en el pertrechamiento teórico; he ahí una importante experiencia adquirida en el fortalecimiento de la autoconstrucción de nuestro Partido. Hemos de atenernos a las exigencias planteadas por la construcción de un partido marxista de tipo estudio, en un esfuerzo por asimilar las nuevas ideas y conocimientos científicos de la sociedad humana. Los militantes y cuadros del Partido deben tomar el aprendizaje como una aspiración espiritual, estudiando en profundidad y asimilando el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, así como el sistema teórico del socialismo con peculiaridades chinas, y teniendo arraigadas en la mente la concepción del mundo y la metodología del materialismo dialéctico e histórico, de modo que lleguen verdaderamente a aprender para elevar su moralidad, acrecentar su sabiduría y llevar a cabo actividades emprendedoras. Todos los militantes del Partido en general y los cuadros dirigentes de todas las instancias en particular deben elevar sin cesar su nivel ideológico y político, afianzar sus ideales y convicciones, robustecer su concienciación y firmeza en la lucha infatigable por la causa del Partido y del pueblo, llegando a lo que en su verdadero sentido significa permanecer inconmovibles, y jurar mantenerse firmes en su determinación.

Para elevar el nivel científico de la construcción del Partido bajo las nuevas condiciones históricas, tenemos que persistir en explotar los recursos humanos por múltiples canales, efectuar los nombramientos por méritos, seguir con firmeza la norma de emplear a personal moralmente íntegro y profesionalmente competente, con la moralidad como condición prioritaria, y agrupar al personal sobresaliente de todos los terrenos en torno a la causa del Partido y del Estado.

La trayectoria recorrida por el Partido a lo largo de sus 90 años de desarrollo nos indica que, una vez determinada la línea política, los cuadros son el factor decisivo. La persistencia en la explotación de los recursos humanos por múltiples canales y en los nombramientos por méritos constituye una exigencia necesaria emanada de la naturaleza y el propósito de nuestro Partido. Éste no tiene más intereses particulares que los del pueblo, y al seguir con firmeza este principio sublime, ofrece a todos aquellos que son fieles al pueblo, echan raíces en él y se le consagran un amplio escenario donde pueden hacer valer su talento. El poder o no ampliar cada vez más el camino del socialismo con peculiaridades chinas y materializar la gran revitalización de la nación china depende de si podemos preparar de continuo a un nutrido contingente de personal sobresaliente y, más todavía, de si podemos dar a las personas calificadas en los diversos terrenos la oportunidad de distinguirse y desplegar su talento.

Tenemos que ensanchar los canales de admisión de personas de valía con una visión más amplia, unos horizontes más elevados y un talante más intrépido, para descubrir oportunamente a cuadros magníficos en los diferentes terrenos y emplearlos de manera racional. Hay que persistir en poner su moral en el primer lugar, seleccionar y nombrar a quienes además de ser firmes en lo político, son realmente competentes y cualificados, destacan por sus méritos reales y cuentan con el reconocimiento de las masas, y configurar una orientación respecto al empleo de personal dotado de integridad moral y competencia profesional, personal que con la moralidad alcanza su formación, convence a otros, y encabeza y favorece a las personas de talento. Tenemos que atenernos al empleo de los cuadros en función de los resultados efectivos de su trabajo, para que las personas capaces tengan oportunidades, las que puedan lograr éxitos dispongan de un lugar, los honestos no salgan perdiendo, los oportunistas y encaramadores no obtengan beneficios y todos los cuadros sobresalientes puedan aportar su fuerza al Partido y al pueblo.

La preparación incesante de numerosos cuadros jóvenes excelentes es una empresa fundamental que atañe a la continuación de la causa del Partido y del pueblo, la apertura de nuevas rutas y la transmisión de generación en generación. Para cumplir la importante misión de la causa, los cuadros jóvenes deben tener firmemente establecida una correcta concepción del mundo, del poder y de su cometido, convertirse en fieles seguidores de la causa del Partido, sentirse íntimamente vinculados a las masas populares, trabajar bien y con toda dedicación y perfeccionarse sin cesar. Los numerosos cuadros jóvenes deben ir por iniciativa propia a zonas con duras condiciones, lugares con un entorno complejo y puestos clave para templar sus cualidades, forjar su estilo de trabajo y aumentar su aptitud. Siempre que brote de continuo un buen plantel de cuadros jóvenes con perspectivas de formación que se hayan templado en condiciones duras y complejas, que hayan superado pruebas en importantes luchas y cuya excelencia se haya visto probada en la práctica, la causa del Partido y del pueblo será muy esperanzadora.

Las personas de valía constituyen el primero de los recursos, incluidos los estratégicos, para el desarrollo estatal. Todos los camaradas del Partido y toda la sociedad deben atenerse a la importante orientación de respetar el trabajo, el saber y la creación, así como a las personas calificadas, han de asimilar sólidamente el concepto de que todos pueden ser personas capaces y tienen que emplear con audacia los recursos humanos excelentes en pro de nuestra causa, con el propósito de que todos ellos, sean del tipo que sean, tengan una vasta plataforma emprendedora y un amplio espacio de desarrollo, y se conviertan en personas de valía para la patria, el pueblo y la nación. Y, sobre todo, debemos preparar y forjar sin demora a jóvenes sobresalientes, para crear una situación dinámica en la que surjan tales personas incesantemente, y en la que cada uno pueda dar lo mejor de sí y desplegar plenamente sus aptitudes.

En la elevación del nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, es imperativo persistir en la concepción de considerar al ser humano como lo primordial y gobernar el país en bien del pueblo, establecer sólidamente el punto de vista de masas del marxismo y aplicar conscientemente la línea de masas del Partido, para mantener en todo momento unos vínculos de uña y carne entre la organización y las masas populares.

La trayectoria de desarrollo seguida por el Partido en estos 90 años nos enseña que el provenir del pueblo, el echar raíces en él y el servirlo constituyen el fundamento de que nuestro Partido permanezca siempre invencible. La consideración del ser humano como lo primordial y la gobernación del país en bien del pueblo son la expresión concentrada de la naturaleza de nuestro Partido y de su propósito fundamental de servir al pueblo de todo corazón, y son la norma máxima para guiar, evaluar y verificar sus actividades de gobernación. Todos los camaradas del Partido debemos tener bien presente que la estrecha ligazón con las masas constituye la mayor ventaja política de nuestra organización, mientras que la disociación de ellas es el mayor peligro que le acecha tras su asunción del Poder. Tenemos que priorizar en todo momento los intereses del pueblo, tomar la debida realización, defensa y desarrollo de los intereses fundamentales de la inmensa mayoría del pueblo como punto de partida y de llegada de todos nuestros trabajos, lograr ejercer el poder en bien del pueblo, sentirnos íntimamente vinculados con él y obrar en bien de sus intereses, con el fin de que nuestro trabajo cuente con una base de masas y una fuente de energía más amplias, seguras y sólidas.

Todos los militantes del Partido deben colocar al pueblo en el lugar más importante de su corazón, respetar su condición de protagonista y su espíritu pionero, aprender de él como de un maestro y hacer que el aumento de su sabiduría política y capacidad de gobierno arraiguen hondamente en su práctica creativa. Tenemos que tomar muy en serio y realizar de forma efectiva el trabajo de masas en las nuevas circunstancias, persistir en consultar a las masas populares sobre políticas, demandas y medidas, escuchar su voz con la mayor sinceridad, reflejar tal como son sus deseos, preocuparnos con sincera solicitud de sus dificultades y sufrimientos, y defender con arreglo a la ley sus derechos e intereses económicos, políticos, culturales, sociales, etc. Siempre que tengamos a las masas en nuestro corazón, éstas nos tendrán en el suyo, y siempre que las tratemos como a parientes cercanos, nos tratarán de igual manera. Los organismos del Partido y de los gobiernos de las diversas instancias y sus cuadros deben perseverar en trasladar el centro de gravedad de su trabajo hacia abajo, adentrarse frecuentemente en la realidad, las entidades de base y las masas para conocer la situación del pueblo, liberarlo de sus inquietudes y brindarle un calor humano. Hay que tomar las entidades de base y la primera línea como centros fundamentales para la preparación y la forja de cuadros, y encauzarlos para que estrechen el sentimiento ideológico que los une a las masas y acrecienten su capacidad de servirlas durante su convivencia con ellas día y noche. Es preciso tomar la prestación de servicios a las masas y la realización del trabajo de éstas como la tarea núcleo de los organismos de base del Partido y las atribuciones y responsabilidades fundamentales de los cuadros del mismo nivel, de modo que tales organismos se conviertan en fuertes baluartes de combate en el impulso del desarrollo, el servicio a las masas, la aglutinación de la voluntad del pueblo y el fomento de la armonía.

En la elevación del nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, tenemos que perseverar en el principio de tratamiento tanto paliativo como de raíz, rectificación integral y simultaneidad del castigo y la prevención, con el acento puesto en esta última, desplegar a fondo la construcción del Partido en su estilo y en la moralización administrativa y luchar contra la corrupción, para conservar siempre el carácter de vanguardia y la pureza propios de un partido marxista.

La trayectoria del desarrollo del Partido en estos 90 años nos demuestra que el castigo firme de la corrupción y su eficaz prevención influyen en la simpatía o la aversión del pueblo, así como en la vida o la muerte del Partido, por lo que esta cuestión constituye una importante tarea política a la que éste debe atender como es debido en todo momento. Nuestro Partido comprende lúcidamente lo seria y peligrosa que es la proliferación de la corrupción en las condiciones de nuestra prolongada gobernación del país, así como la necesidad de luchar contra este fenómeno a lo largo de todo el proceso de la reforma, la apertura y la modernización socialista. El Partido combate la corrupción con una postura bien definida y la misma perseverancia de siempre. Dicha lucha y el fomento de la moralización administrativa han hecho incesantemente nuevos y notables progresos, lo que ha proporcionado una importante garantía para el impulso a la reforma, la apertura y la modernización socialista. Al mismo tiempo, la situación de esta lucha sigue siendo seria y la tarea todavía es muy ardua. Si la corrupción no se castiga con eficacia, el Partido perderá la confianza y el apoyo del pueblo, de ahí la necesidad de dar constantemente voces de alerta en todo el Partido, con el fin de que tenga plena conciencia de lo prolongada, compleja y dura que es esta lucha, la sitúe en un lugar más relevante junto con la moralización administrativa, impulse la construcción del sistema de prevención y sanción de la corrupción con una confianza más firme, una actitud más decidida y unas medidas más enérgicas, y lleve invariablemente esta lucha hasta su término.

Los cuadros dirigentes de todos los niveles hemos de tener bien presente que los poderes que hay en nuestras manos nos han sido conferidos por el pueblo y, por tanto, sirven sólo para que procuremos intereses por él. En el ejercicio del poder tenemos que trabajar por el pueblo, responder ante él y someternos conscientemente a su supervisión, y de ningún modo convertir dichos poderes en instrumentos para pretender intereses individuales o de unas pocas personas. Debemos portarnos con autoestima, introspección, autoadmonición y aliento a nosotros mismos, adherirnos al espíritu partidario, prestar atención a nuestro comportamiento, actuar como modelos y esforzarnos por lograr que en la realización de empresas no olvidemos los códigos de conducta humana, que en la gobernación no cambiemos nuestra voluntad de ser servidores públicos y que en el ejercicio de nuestras atribuciones no procuremos intereses egoístas, manteniendo así para siempre las cualidades políticas propias de los comunistas.

Para elevar el nivel científico de la construcción del Partido en las nuevas condiciones históricas, hay que persistir en someter el uso de los poderes, el manejo de los asuntos y la administración del personal al rigor de los sistemas, así como en perfeccionar el centralismo democrático, en impulso constante de la institucionalización, la reglamentación y la procedimentalización de la referida construcción.

La trayectoria de 90 años del desarrollo del Partido nos ha enseñado que, para construir y administrar como es debido un gran partido con varias decenas de millones de militantes, lo más dotado de fundamentalidad, globalidad, estabilidad y durabilidad son los sistemas. Es necesario plasmar siempre el fomento de sistemas en la construcción ideológica, organizativa y del estilo del Partido, así como en la lucha contra la corrupción y en la normalización administrativa, y reafirmarse en el avance en toda la línea pero con puntos prioritarios, y tanto en la continuación de las tradiciones como en la innovación audaz, con miras a conformar un sistema institucional caracterizado por contenidos coordinados, procedimientos rigurosos, complementación satisfactoria y aplicación eficaz y útil.

En la promoción de la construcción institucional del Partido, es preciso reafirmarse en tomar como fundamento sus Estatutos y como núcleo el centralismo democrático, persistir en el sistema de liderazgo del Partido y perfeccionarlo, reformar y mejorar su modo de dirección y gobernación, fomentar su democracia interna, propulsar de manera activa y prudente la información pública sobre sus asuntos, garantizar la condición protagonista y los derechos democráticos de su militancia, perfeccionar sus sistemas congresual y de elección interna, completar el mecanismo de la toma democrática de decisiones en su seno, asegurar su cohesión y unidad, fortalecer su vitalidad creativa y superar decididamente los fenómenos de arbitrariedad, debilidad y flojedad que infringen el principio del centralismo democrático. Todos los camaradas del Partido debemos tener bien establecido el concepto de igualdad de todos ante la ley y de ausencia tanto de privilegios ante los sistemas como de excepciones ante la obligatoriedad de su aplicación, estudiarlos a conciencia, ponerlos en práctica con rigor y defenderlos conscientemente.

En resumen, con tal de que todos los camaradas del Partido tengamos siempre la conciencia de estar preocupados por esta organización, cumplamos nuestros deberes de hacerla próspera e impulsemos su construcción armados de un espíritu más emprendedor, ella podrá, sin duda alguna, manejar aún mejor la gran tendencia de la historia y ponerse con valentía al frente de la corriente de la época para conducir a la sociedad al progreso.

Camaradas y amigos:

A partir de la fecha de su fundación, el PCCh empezó a asumir valientemente la misión histórica de unir al pueblo y conducirle para materializar la gran revitalización de la nación china. En el impulso continuo de esta revitalización, hay que perseverar siempre e invariablemente en la línea fundamental del Partido, seguir emancipando la mente, persistir en la reforma y la apertura, promover el desarrollo científico y fomentar la armonía social, con objeto de llevar adelante en su totalidad y desde el nuevo punto de partida histórico la gran causa del socialismo con peculiaridades chinas.

De cara al futuro, todos los camaradas del Partido debemos tener muy presente que es contando con la reforma y la apertura como China ha logrado un rápido desarrollo en los últimos treinta y tantos años y que, por consiguiente, para su futuro desarrollo se precisa que se apoye invariablemente en ellas. El rasgo característico más notorio en el nuevo periodo lo constituyen la reforma y la apertura, que suponen una nueva gran revolución realizada por el Partido a la cabeza del pueblo en las nuevas condiciones históricas, una opción decisiva para el destino de la China contemporánea y una vía ineluctable para mantener con firmeza y desarrollar el socialismo con peculiaridades chinas y hacer realidad la gran revitalización de la nación china. Sólo con ellas es posible desarrollar China, el socialismo y el marxismo. Con los profundos cambios que siguen operándose en la situación mundial, nacional y del Partido, en la actualidad los problemas de desequilibrio, descoordinación e insostenibilidad en el desarrollo de nuestro país están más de relieve y nos es imposible eludir o sortear los obstáculos derivados de los regímenes y mecanismos existentes que restringen el desarrollo científico, razón por la cual hemos de solucionarlos mediante la profundización de la reforma. Tenemos que mantenernos sin vacilación en la línea, las directrices y las políticas que ha adoptado el Partido desde la III Sesión Plenaria de su XI Comité Central, fortalecer nuestra confianza, reforzar nuestro coraje e impregnar incansablemente de espíritu reformador e innovador los diversos eslabones de la gobernación del país y el manejo de los asuntos administrativos, en un empeño por llevar adelante la reforma y la apertura. En la reforma es menester mantener con firmeza el rumbo de la economía de mercado socialista, elevar el nivel científico de la toma de decisiones y aumentar la coordinación de las medidas pertinentes; hay que buscar con acierto el punto de acometida de la profundización de la reforma y la apertura, definir con claridad sus prioridades, promover sin pérdida de tiempo la reforma en los terrenos importantes y eslabones clave, proseguir el impulso tanto de la reforma y la innovación de los regímenes económico, político, cultural y social como del autoperfeccionamiento y el autodesarrollo del sistema socialista de nuestro país, seguir emancipando y desenvolviendo las fuerzas productivas sociales y romper resueltamente con todas las ideas, todos los conceptos y todos los males existentes en los regímenes y mecanismos que impidan el desenvolvimiento científico, con el fin de inyectar una poderosa fuerza motriz a la promoción de la causa del socialismo con peculiaridades chinas.

En el camino de avance hemos de proseguir nuestro firme empeño en la construcción económica como tarea central y marchar invariablemente por la vía de un desarrollo científico.

Asumir la construcción económica como tarea central es lo primordial para la revigorización del país y la exigencia esencial para la prosperidad, la paz y el orden duraderos de nuestro Partido y nuestra nación. Únicamente impulsando un desenvolvimiento económico tanto bueno como rápido se podrá asentar una base material sólida y poderosa para el desarrollo y la prosperidad del país, para la felicidad y la salud del pueblo de las diversas etnias y para la gran revitalización de la nación china. En los treinta y tantos años transcurridos desde el inicio de la reforma y la apertura, hemos sido firmes en asumir la construcción económica como tarea central, habiendo propulsado que las fuerzas productivas sociales se desarrollaran con un ritmo inaudito; esto constituye la causa fundamental del gran margen del aumento que han tenido nuestra fortaleza nacional integral, el nivel de vida de nuestro pueblo y el estatus de nuestro país en el plano internacional. Por tanto, en adelante hemos de seguir firmes en el pensamiento estratégico de que el desarrollo es lo que cuenta y proseguir sin titubeos el empeño en la construcción económica como tarea central.

Las fuerzas productivas constituyen el motor fundamental del desarrollo de la sociedad humana. Nuestro Partido ha subido a la escena histórica en calidad de representante de las fuerzas productivas avanzadas de China, y toda su pugna tiene como objeto, en fin de cuentas, emancipar y desarrollar las fuerzas productivas sociales y mejorar constantemente las condiciones de vida del pueblo. Si bien hemos conquistado grandes éxitos que concitan la atención del mundo, nuestro país se mantiene en su condición básica de permanencia actual y previsible a la larga en la etapa primaria del socialismo; en la contradicción, la principal existente en la sociedad, entre la creciente demanda material y cultural del pueblo y la atrasada producción de la sociedad, y en su posición de mayor país en vías de desarrollo del mundo, así que el desarrollo sigue siendo la clave para resolver todos los problemas del país. El captar con firmeza y aprovechar de forma adecuada el importante periodo coyuntural estratégico para el desenvolvimiento de China constituye el punto crucial para que podamos ganar la iniciativa, la ventaja y el porvenir, y representa una seria prueba tanto para la capacidad de gobernación de nuestro Partido como para la de autofortalecimiento de nuestra nación. Por lo tanto, hemos de continuar dedicándonos por entero a la construcción y entregándonos en cuerpo y alma al desarrollo, con miras a consolidar sin tregua los cimientos materiales para el mantenimiento y el fomento del socialismo con peculiaridades chinas.

 

En la China actual, la exigencia esencial de la firmeza en el concepto de que el desarrollo es lo que cuenta reside en que nos atengamos a un desarrollo científico. Tomando éste como tema principal, y tomando como línea central la aceleración del cambio de la modalidad del desenvolvimiento económico, debemos dar más valor a la primordialidad del ser humano, al desarrollo integral, coordinado y sostenible, a la actuación con visión de conjunto, a la reforma y la apertura y a la garantización y la mejora de la vida del pueblo; agilizar el reajuste estratégico de la estructura económica, el progreso y la innovación científicos y tecnológicos y la edificación de una sociedad economizadora de recursos y amigable con el medio ambiente; y promover la equidad y la justicia sociales, el desarrollo económico seguro, relativamente rápido y a largo plazo, y la armonía y la estabilidad de la sociedad. Seguiremos así conquistando nuevos y aún mayores éxitos por la vía de un desarrollo civilizado que se caracterice por una producción desarrollada, una vida holgada y un buen ecosistema, y seguiremos sentando una base más sólida para la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y la materialización de la gran revitalización de la nación china.

En el camino de avance hemos de proseguir el fomento enérgico de la política democrática socialista y seguir firmes la vía de desarrollar una política socialista con peculiaridades chinas.

La democracia popular representa una bandera brillante que el Partido Comunista de China ha enarbolado altamente en todo momento. Sobre la base del resumen de las experiencias tanto positivas como negativas adquiridas en el fomento de la democracia socialista, desde el inicio de la reforma y la apertura nuestro Partido ha planteado en términos explícitos que sin democracia no habrá socialismo ni modernización socialista, y que la condición del pueblo como dueño del país constituye la esencia y el núcleo de la política democrática socialista. Hemos impulsado con consistencia la reforma del régimen político, logrando avances trascendentales en el fomento de esta política democrática; hemos suprimido el sistema fáctico de cargos vitalicios para los cuadros dirigentes, garantizando así el orden tanto en la renovación de los órganos de poder estatal como en el relevo de sus dirigentes; hemos ampliado sin cesar la participación política ordenada del pueblo, de modo que éste ha alcanzado la condición de dueño del país, condición que implica mucho; hemos mantenido y perfeccionado la cooperación multipartidaria bajo la dirección del Partido Comunista de China y desplegado en profundidad la consulta política, la supervisión democrática y la participación y deliberación administrativa, en procura de desarrollar un frente único patriótico más amplio; hemos implantado y completado un mecanismo de toma de decisiones que involucra conocimiento a fondo de la situación del pueblo, reflejo pleno de sus opiniones, extenso acopio de su sabiduría y aprecio real de sus recursos, para garantizar que las decisiones tomadas correspondan a los intereses y anhelos del pueblo; hemos creado y mejorado un vigoroso mecanismo de empleo de personal que posibilite la admisión de gran número de personas de valía, el pleno despliegue de su capacidad y su disposición a cargos superiores o inferiores, abriendo amplios canales para que quienes sobresalgan en diferentes terrenos acometan actividades emprendedoras y meritorias; hemos formado un sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas según el cual nuestro Partido actúa conscientemente dentro del marco de la Constitución y las leyes y apoya el trabajo independiente, responsable y coordinado, conforme a la ley y a sus respectivos estatutos, de las asambleas populares, los gobiernos, los comités de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y las instituciones judiciales, entre otros organismos; y hemos establecido y perfeccionado un sistema de condicionamiento y supervisión sobre el desempeño de los poderes, con objeto de asegurar a los órganos partidarios y estatales el ejercicio de sus facultades de acuerdo con las competencias y procedimientos legales. Los hechos han corroborado plenamente que la política democrática socialista de nuestro país está impregnada de una poderosa vitalidad, y que la vía de desarrollo de la política socialista con peculiaridades chinas es el camino acertado para asegurar al pueblo su condición de dueño del país.

Al mismo tiempo, también debemos tener en cuenta que en nuestro país aún está sin completar la adaptación del fomento de la democracia y la legalidad socialistas a las exigencias de la ampliación de la democracia popular y del impulso del desarrollo económico y social, y persisten las imperfecciones en los sistemas concretos relativos a la política democrática socialista y las insuficiencias en la garantía de los derechos democráticos del pueblo y en el despliegue de su espíritu creativo. Con el avance incesante de la causa del socialismo con peculiaridades chinas, el fomento de nuestra política democrática socialista necesita progresar de continuo, y podrá hacerlo sin duda alguna.

En el desenvolvimiento de la política democrática socialista es imperativo mantenerse en rumbo al desarrollo de la política socialista con peculiaridades chinas, cuya clave reside en sostener la integración orgánica entre el liderazgo del Partido, la actuación del pueblo como dueño del país y la administración del Estado con arreglo a la ley. Debemos propulsar la reforma del régimen político de forma activa y prudente y, tomando como fundamento el aseguramiento al pueblo en su condición de dueño del país y como objetivo la potenciación del vigor del Partido y el país y el despliegue de la iniciativa popular, ampliar la democracia socialista, construir un Estado de derecho socialista y fomentar la civilización política socialista. Hay que insistir en hacer valer el papel del Partido como núcleo dirigente en el dominio de la situación general y en la coordinación de las diversas partes, y elevar su nivel de gobernación científica, democrática y legal, para asegurar su conducción del pueblo en la administración eficaz del país. Es preciso remachar el principio de que todos los poderes del Estado pertenecen al pueblo, completar el sistema democrático, enriquecer las formas de la democracia, ensanchar los canales de su ejercicio y garantizar al pueblo el cumplimiento legal de las elecciones, de la toma de decisiones, de la administración y de la supervisión por vía democrática. Es necesario llevar a cabo de modo integral el plan básico de administración del país acorde con la ley, fomentar con energía en toda la sociedad el espíritu de la legalidad socialista, y promover sin cesar el proceso hacia una legislación científica, hacia la aplicación rigurosa de la ley, hacia la imparcial administración de la justicia y hacia el acatamiento de las leyes por el conjunto de los ciudadanos, con el propósito de encauzar los diversos trabajos del Estado por una órbita legal. En fin, hemos de ir impulsando la institucionalización, reglamentación y procedimentalización de la política democrática socialista y desplegar en mayor medida la superioridad de nuestro sistema político socialista, dando así una garantía institucional más completa a la prosperidad, y la paz y el orden duraderos, tanto del Partido como del país.

En el camino de avance hemos de seguir propulsando con esfuerzo el gran desarrollo y florecimiento de la cultura socialista y desenvolver invariablemente una cultura socialista más avanzada.

Para un partido marxista, la cultura socialista avanzada supone la bandera ideológica y espiritual. Frente a la nueva situación en la que la cultura se vuelve ahora cada vez más importante como factor en la competencia por la fortaleza nacional integral, debemos, con un alto grado de conciencia sobre la cultura y de confianza en ella, poner la mirada en la elevación de la cualidad de la nación y en el moldeado de una noble personalidad, e impulsar con una intensidad aún mayor la reforma y el desarrollo de la cultura, para realizar creaciones culturales en la gran práctica del socialismo con peculiaridades chinas, de modo que el pueblo comparta los frutos del desarrollo cultural.

Es necesario desarrollar con perseverancia una cultura socialista que se oriente a la modernización, al mundo y al futuro y sea nacional, científica y popular, empujar la cultura socialista avanzada para que se arraigue aún más en la conciencia del pueblo, fomentar de manera integral la civilización socialista moral y material, y abrir sin interrupción nuevas perspectivas en las que el vigor de toda la nación para la creación cultural brote de continuo, la vida social y cultural se vuelva más atractiva y variopinta, los derechos e intereses culturales fundamentales del pueblo sean mejor garantizados y la formación ideológica, ética, científica y cultural del pueblo se mejore en toda la línea, a fin de construir el hogar espiritual común a la nación china.

Para desarrollar la cultura socialista avanzada, hay que plasmar el fomento del sistema de valores clave del socialismo en la totalidad del proceso de la educación nacional, del fomento de la civilización moral y de la construcción del Partido. Hay que persistir en armar a todo el Partido y educar al pueblo con los últimos logros de la adaptación del marxismo a las condiciones de China, y guiar a los numerosos cuadros y las masas para que comprendan a fondo los logros de innovación teórica del Partido y hagan así firmes sus ideales y convicciones. Hay que exaltar vigorosamente en todo el pueblo el espíritu nacional de médula patriótica y el espíritu de la época centrado en la reforma y la innovación, potenciar la autoestima, la autoconfianza y el autoorgullo nacionales, y estimular a todo el Partido y el pueblo de todas las etnias del país a luchar en unidad por la gran revitalización de la nación china. Hay que persistir en hacer valer la concepción socialista del honor y el deshonor para conducir las usanzas sociales, impulsar a fondo el fomento de la moralidad social, la ética profesional, la virtud familiar y las cualidades personales, y fortalecer la educación moral de los niños y jóvenes, con objeto de formar en toda la sociedad tanto aspiraciones espirituales de dinamismo y superación como modos de vivir sanos y civilizados. Es preciso acelerar la reforma del régimen cultural, la estructuración del sistema de servicios culturales públicos y el desarrollo de las actividades e industrias culturales. Poniendo la mirada en el empujo de la cultura china al mundo, se debe formar un poder blando de la cultura correspondiente al estatus internacional de nuestro país y aumentar la influencia de la cultura china en el plano internacional. Nuestra nación ha creado esta cultura, que es de larga data, vasta y profunda, por lo que sin falta podrá imprimirle a ella un nuevo esplendor sobre la base del despliegue de la excelente cultura tradicional china.

En el camino de avance debemos continuar garantizando y mejorando con energía la vida del pueblo y propulsar inamoviblemente la construcción de una sociedad socialista armoniosa.
La garantía y mejora de la vida del pueblo y la promoción de la armonía social constituyen una exigencia inevitable para cumplir la grandiosa meta de edificar de manera integral una sociedad modestamente acomodada. Desde la altura estratégica de velar por los intereses fundamentales de las más amplias masas populares y de hacer realidad un orden y paz duraderos en el país, debemos gestionar bien la construcción social e impeler el desarrollo coordinado entre ésta y la construcción económica, política y cultural.

En el impulso de la construcción social es preciso considerar la garantía y mejora de la vida del pueblo como centro de gravedad, a objeto de resolver con énfasis y adecuadamente los problemas vinculados con los intereses que más preocupan al pueblo y le afectan de forma más directa e inmediata. Es indispensable persistir en conseguir que el desarrollo fluya a favor del pueblo, que cuente con su apoyo, y que sus logros sean disfrutados por él; perfeccionar los arreglos institucionales para la garantía y mejora de la vida del pueblo; situar la promoción del empleo en un lugar preferente del desarrollo económico y social; apresurar el desenvolvimiento de la educación, la seguridad social, los servicios médicos, farmacéuticos y sanitarios y las viviendas de protección social, entre otras actividades de interés social; impulsar la igualdad en el acceso a los servicios públicos básicos; intensificar la regulación de la distribución de ingresos, y seguir con firmeza el camino de la prosperidad común, en un empeño por lograr que todo el pueblo tenga oportunidades de estudio, perciba retribución por el trabajo, disfrute de asistencia médica en caso de enfermedad, cuente con sustento en la vejez y posea vivienda donde habitar.

Tratar correctamente la relación entre la reforma, el desarrollo y la estabilidad y conseguir la unidad entre ellos constituye una importante directriz orientadora que atañe al conjunto de la modernización socialista de nuestro país. El desarrollo es lo que cuenta, y la estabilidad es una tarea obligatoria; sin estabilidad, no se podrá hacer ninguna cosa y se perderán los logros obtenidos. No sólo deben tener bien presente esta verdad los camaradas de todo el Partido, sino que, además, es preciso guiar al pueblo entero a hacerlo.

La China actual está experimentando cambios sociales en una amplitud sin precedentes, que, al tiempo de traer un enorme vigor al desarrollo y el progreso de nuestro país, nos crearán inevitablemente alguna que otra contradicción y problema. El movimiento de las contradicciones sociales es la fuerza básica impulsora del desarrollo social. Debemos observar la ley del desarrollo social; encarar las contradicciones por iniciativa propia, tratando adecuadamente tanto las que haya en el seno del pueblo como otras existentes en la sociedad; y, para su disminución y neutralización, no cesar de formar bases materiales, acrecentar la fuerza espiritual, perfeccionar las políticas y medidas e intensificar las garantías institucionales y esforzarnos por lograr máximos resultados en el avivamiento del vigor social, en el aumento de los factores de armonía y en la mitigación de los de desarmonía. Hay que reforzar e innovar la administración social; perfeccionar su marco que se caracteriza por la dirección de los comités del Partido, la responsabilidad de los gobiernos, la colaboración de los diversos sectores sociales y la participación del público; fomentar el sistema de administración social socialista con peculiaridades chinas, y elevar en todos los aspectos el nivel científico de la administración social, con vistas a asegurar la tranquilidad y la satisfacción del pueblo en los planos vital y laboral, así como la armonía y la estabilidad de la sociedad.

Una defensa nacional consolidada y un ejército poderoso constituyen un fuerte respaldo para la soberanía, la seguridad y la integridad territorial del Estado. Debemos planear con una visión de conjunto la construcción económica y la de la defensa nacional y seguir el camino de desarrollo de integración militar-civil con peculiaridades chinas, a fin de conseguir que se concierten la prosperidad del país y la fortaleza del Ejército en el proceso de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada. Poniendo la mirada en el cumplimiento completo de la misión histórica de nuestro Ejército en el nuevo siglo y en la nueva etapa y tomando como tema primordial el impulso del desarrollo científico de la defensa nacional y del Ejército y como línea principal la aceleración del cambio de la modalidad de formación de la fuerza combativa, hemos de fortalecer en todos los sentidos la revolucionarización, la modernización y la regularización castrenses, mantener con firmeza el principio fundamental de la dirección absoluta del Partido sobre el Ejército y el propósito fundamental de éste como ejército popular, inculcar la concepción de los valores clave en los militares revolucionarios actuales, extender y profundizar los preparativos para la lucha militar, desplegar activamente el adiestramiento militar en condiciones de informatización, elevar la capacidad de innovación independiente de la ciencia y tecnología dedicadas a la defensa nacional y de las armas y equipamientos, apretar el paso en la construcción integral de una logística moderna, forjar sin dilación un nuevo tipo de personal castrense dotado de elevadas cualidades, propulsar de manera activa y prudente la reforma de la defensa nacional y del Ejército, perseverar en administrar éste conforme a la ley y con rigor, e incrementar en toda la línea su capacidad de cumplir una pluralidad de misiones militares, situando en el núcleo su capacidad de ganar guerras parciales en contexto de informatización. Hemos de acelerar la construcción de una policía armada moderna, profundizar la educación de todo el pueblo en cuanto a la defensa nacional, reforzar la movilización para la misma y la construcción de la reserva, y consolidar y desarrollar la unión del Ejército con las instituciones gubernamentales y con el pueblo.

Debemos persistir igual que antes en los principios de “un país con dos sistemas”,,”administración de Hong Kong por los hongkoneses”, “administración de Macao por los macaenses” y alto grado de autonomía; prestar todo apoyo a las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao en su administración legal, en el desarrollo de sus economías y en el mejoramiento de la vida de sus habitantes; impulsar sus intercambios y cooperación con la parte continental, y unir a todas las fuerzas patrióticas que aman a Hong Kong y a Macao, a fin de mantener duraderas su prosperidad y estabilidad. Hemos de sostener firmemente como tema clave el desarrollo pacífico de las relaciones a través del estrecho de Taiwan, profundizar en todos los aspectos los intercambios y la cooperación entre las dos orillas, ampliar entre ellas las visitas mutuas de personas de los diversos círculos sociales, y combatir y frenar conjuntamente las actividades secesionistas que persiguen la “independencia de Taiwan”, con miras a procurar la felicidad para los compatriotas de ambas riberas y crear el porvenir para la nación china.

Camaradas y amigos:

Mirando al mundo entero, no se ha alterado la corriente de paz, desarrollo y cooperación de la época, pero la paz y el desarrollo mundiales enfrentan muchos desafíos. Compartir las oportunidades de desarrollo, afrontar juntos los diversos riesgos e impulsar la construcción de un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común es el deseo común a todos los pueblos.

El PCCh y el pueblo chino son desde siempre una fuerza positiva que promueve la paz y el desarrollo del mundo. Hacer la debida contribución a la humanidad es un solemne compromiso que asumieron ya tiempo atrás. No nos cansaremos de aportar nuestros esfuerzos a la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad, en un empeño de hacerle a ésta contribuciones nuevas y aún mayores.

La política exterior de China contempla como propósito mantener la paz mundial y promover el desarrollo conjunto. Continuaremos adhiriéndonos a la política exterior independiente y de paz, seguiremos invariablemente el camino del desarrollo pacífico, aplicaremos de manera constante la estrategia de apertura basada en el beneficio mutuo y ganar-ganar, fomentaremos la amistad y la cooperación con todos los países sobre la base de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, defenderemos las demandas legítimas e intereses comunes de los países en vías de desarrollo, participaremos activamente en los asuntos multilaterales y empujaremos la evolución del orden político y económico internacional por un rumbo más justo y razonable. Vamos a seguir implementando con firmeza la apertura al exterior como política estatal básica, perfeccionar el sistema de economía abierta y elevar el nivel de ésta en todos los sentidos, fortalecer la cooperación de beneficio mutuo con los demás países del mundo y promover de continuo el desarrollo conjunto de las naciones a través de nuestro propio desarrollo de curso pacífico.

El PCCh desarrollará los intercambios y la cooperación con los partidos y organizaciones políticos de otros países y regiones sobre la base de los principios de independencia, igualdad total, respeto mutuo y no injerencia recíproca en los asuntos internos, para aprender y tomar como referencia mutuamente las experiencias de la gobernación de los países y el manejo de los asuntos administrativos y promover el desarrollo de las relaciones interestatales.

Camaradas y amigos:

Al pasar revista a la trayectoria de 90 años del desarrollo de nuestro Partido, percibimos todos una sensación común: que, desde el día de su fundación, siempre ha representado a las masas de jóvenes, se las ha ganado y se ha apoyado en ellas. Li Dazhao, uno de sus fundadores, dijo:”Para hacer entrar el mundo en la civilización y para procurar la felicidad a la humanidad, yo, un joven, estoy dispuesto a crear una humanidad juvenil”. La gran mayoría de los fundadores de nuestro Partido y de una generación tras otra de comunistas chinos hemos ingresado en el Partido llenos de sangre ferviente en la joven edad, con la determinación de luchar toda la vida por la organización y el pueblo. Las filas de nuestro Partido siempre han bullido de gente joven con ideales nobles y pletórica de ardor por la lucha, y ésta es una importante garantía que permite a nuestro Partido seguir manteniendo una vitalidad pujante a pesar de haber atravesado por 90 años de viento y lluvia. Los jóvenes son el futuro del país y la esperanza de la nación, y también lo son para nuestro Partido. Todo el Partido debe prestar mucha atención a los jóvenes, preocuparse por ellos y amarlos, escuchar atentamente su voz, estimularlos en su crecimiento y apoyar sus actividades emprendedoras. Tanto el Partido como el pueblo tienen depositada una gran esperanza en la juventud. Las masas juveniles de todo el país han de conocer a fondo la gloriosa historia y la gran trayectoria de la lucha incansable que han sostenido el pueblo chino y la nación china desde la época moderna, amar por siempre a nuestra gran patria, a nuestro gran pueblo y a nuestra gran nación, hacer firmes sus ideales y convicciones, crecer en conocimiento y capacidad, forjar su moralidad y sus voluntades, tener la decisión de luchar bravamente, desplegar a plenitud su inteligencia y talento y mostrar hasta la saciedad sus valores vitales en el vasto escenario de la vida, dejando que su juventud brille radiante de colores en los servicios meritorios que prestan al Partido y al pueblo.

Camaradas y amigos:

Hace 90 años, el PCCh tenía sólo unas pocas decenas de militantes, el país era pobre y atrasado y el pueblo se arrastraba en el hambre y la miseria. Hoy día, sus miembros alcanzan a más de 80 millones, el país está pleno de prosperidad y florecimiento y el pueblo goza de felicidad y salud. Lo que nunca debemos olvidar es que todos los logros obtenidos por nuestro Partido en los pasados 90 años han sido resultado de una lucha conjunta apoyada en el pueblo, quien es el verdadero héroe.

Tenemos toda la justificación para estar orgullosos por todos los logros que han adquirido el Partido y el pueblo, pero no tenemos la menor razón para complacernos de ello. No debemos dormirnos en los laureles del pasado, ni podemos hacerlo en absoluto.

En la primera mitad del presente siglo, nuestro Partido debe unir y conducir al pueblo en el cumplimiento de dos objetivos grandiosos, o sea, lograr construir una sociedad modestamente acomodada de un mayor nivel, en beneficio de los mil y cientos de millones de habitantes del país, para el centenario de la fundación del PCCh, y conseguir hacer del nuestro un país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático, civilizado y armonioso, para el centenario de la proclamación de la Nueva China. Sobre nuestros hombros recaen cometidos pesados y responsabilidades importantes. Todos los camaradas del Partido debemos tener bien presente nuestra misión histórica, mantenernos siempre modestos y prudentes y guardarnos de la arrogancia y la precipitación en nuestro estilo de trabajo, preservar constantemente el estilo de lucha dura, atrevernos a reformar e innovar, no fosilizarnos ni estancarnos jamás, no vacilar, no ser negligentes ni hacer y deshacer, no dejarnos amedrentar por ningún riesgo ni aturdir por ninguna interferencia, ¡sino avanzar con firmeza y coraje por el camino del socialismo de peculiaridades chinas y unir y conducir con mayor pujanza al pueblo de todas las etnias del país hacia la creación de una vida feliz para todos nosotros y un hermoso futuro para la nación china!


http://almacenindependenciaysocialismo.wordpress.com/2011/07/02/texto-integro-del-discurso-de-hu-jintao-en-la-reunion-conmemorativa-del-90%C2%BA-aniversario-de-la-fundacion-del-partido-comunista-de-china/

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