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lunes, 4 de julio de 2011

Chau Keiko, Chau macri (chau Pino): tarjeta roja al neoliberalismo (II)

Editorial de Redacción Popular


Julio de 2011-07-02


Como decíamos en el editorial del pasado mes de junio, el proceso emancipatorio encuentra algunos motivos para disfrutar de un moderado optimismo, pese al rayo de incertidumbre arrojado por la enfermedad de Hugo Chávez. El acceso a la presidencia del Perú del comandante Ollanta Humala fue una nueva demostración que las fuerzas de ocupación imperial, los grandes medios de comunicación, constituyen un enemigo temible, pero no invencible. De todos modos, los sucesos encadenados con posterioridad- los condicionamientos desplegados por los “mercados”, la campaña desarrollada contra la alcaldesa de Lima, entre otros- señalan indudablemente lo escarpado del camino a transitar.

Buenos Aires, la ciudad del tango, la reina del plata, una de las capitales culturales y artísticas del conjunto del orbe, votó en el año 2007 para jefe de gobierno por un mamarracho neoliberal que, entre otras “minucias”, enviaba grupos de choque a pegar a los sin techo que padecían en las calles (hasta que la justicia lo forzó a disolver las citadas patotas). Las numerosas perlas en el impresentable collar de la gestión macrista están constituidas por el desabastecimiento de insumos imprescindibles y gas para diversos hospitales, la subejecución hasta niveles irrisorios del presupuesto destinado a viviendas destinadas a las franjas poblacionales más carenciadas y de todo gasto social en general. No puede omitirse el aumento en los subsidios para la educación privada, al tiempo que los estudiantes de las escuelas públicas sufren el crudo invierno porteño sin estufas y con carencias de infraestructura. Y no queremos extendernos en el detalle de un burgomaestre que ha confundido la acción de gobierno con un casting para una comedia musical de pésimos actores, para peor. Sólo digamos que pasó gran parte del tiempo de su gestión alardeando que se preparaba para ganar la presidencial del 2011, tenida de la cual se bajó siendo receptivo a las órdenes de sus mandantes, la derecha nacional y globalizada, que viendo que la primacía de nuestra presidente es indescontable lo mandó a defender el pago chico.

Similar obediencia con relación a los imperativos de los enemigos del pueblo demostró alguien que constituye una colectora por “izquierda” para la reacción, el interesante cineasta pero pésimo político Fernando Ezequiel “bonsai” Solanas (otro que alardeaba de construir un proyecto nacional y lo trocó por un armado municipal en el cual, el principal objetivo lo constituía dejar fuera de la segunda vuelta al candidato de Kristina). Si damos crédito a las encuestas, Solanas ya es un cadáver político, reducido a un lejano y mediocre tercer sitio. De modo que el pueblo de la ciudad se encamina a una definición en la cual se dirimirá entre un proyecto, el macrismo, que sintetiza todas las lacras de la versión neoliberal del capitalismo y el Frente para la Victoria, la fuerza que condujo la recuperación argentina y arrimó la nave nacional en la flota de la emancipación de nuestra América.

Paradójicamente el (PRO)yecto derechista concita sus mejores chances en lo demostrado durante sus cuatro años de latrocinio. Es que al tercio del electorado porteño núcleo de la reacción se le añaden destacamentos de las clases medias aturdidas por su consumismo y que recuerdan al estado sólo cuando se hallan con la soga al cuello por la crisis; lo que no es del caso en los días que corren. Recuperado su nivel de consumo, la clase media volvió a su fascismo tradicional, ironizaba hace ya un lustro una revista de humor. Durante Julio se sabrá, en las dos vueltas electorales, si los porteños, como los peruanos, somos capaces de sacarle tarjeta roja al neoliberalismo. En esta fundamental batalla serán decisivos los soldados, la militancia, que tiene la posibilidad (y el deber) de pelear voto a voto el reducido porcentaje que volcará el resultado del comicio. Ojalá podamos decir que Buenos Aires vuelva a ser la reina del Plata exclamando: Chau Macri. 

http://www.redaccionpopular.com/articulo/chau-keiko-chau-macri-chau-pino-tarjeta-roja-al-neoliberalismo-ii

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