Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

domingo, 26 de junio de 2011

Siria: ¿qué hay detrás de las protestas?

Siria: ¿qué hay detrás de las protestas?  
Joyce Chediac
  

Aunque muchos medios occidentales argumentan el rechazo a Assad, los expertos de EEUU son conscientes del amplio respaldo popular a su gestión 








En EE.UU. y alrededor del mundo la gente tiene amplia simpatía con las manifestaciones populares que se están desarrollando en el Oriente Medio. Sin embargo, todos los levantamientos no son necesariamente los mismos.


Las protestas contra los regímenes clientes del Occidente, como las de Egipto y Túnez que tan severamente han oprimido a los/as trabajadores/as, tienen el potencial de liberar al pueblo de la aplastante pobreza y represión. Sin embargo, la situación en Libia y Siria son un tanto diferente.


Estos gobiernos, aunque defectuosos, han sido blanco de los esfuerzos de desestabilización de EE.UU. durante décadas, ya que han tomado posiciones independientes de Washington. Las potencias occidentales, encabezadas por EE.UU., están tratando de aprovecharse de la ola de protestas en la región para intervenir en Libia y Siria a fin de hacer a estos países cautivos del colonialismo occidental y convertir a sus trabajadores en jornaleros para el imperialismo.


Contraste esto con Bahréin y Yemen, países gobernados por regímenes clientes de EE.UU. que han estado alienados de la clase trabajadora que allí vive y trabaja. Estos regímenes han detenido, torturado y disparado contra los/as manifestantes. Sin embargo, ninguno de estos países han sido declarados zona de exclusión aérea ni tampoco el gobierno ha sido objeto de sanciones. En Libia, sin embargo, la “intervención humanitaria” del Occidente para “proteger a los civiles” ha significado seis semanas de bombardeo que ha destruido gran parte de la infraestructura civil del país.


Ahora las mismas potencias occidentales que están bombardeando a Libia están amenazando a Siria, el único estado secular independiente en el mundo árabe. Tanto EE.UU. como la Unión Económica han impuesto sanciones a los funcionarios del gobierno sirio. ¿Por qué?
 


Por un lado, Washington está tratando de romper la creciente alianza estratégica entre Siria e Irán. También está tratando de detener el crucial apoyo que Siria le da a Hizbolá en el Líbano y a Hamás en Cisjordania. Para ello, el capital financiero estadounidense busca desestabilizar a Siria, destruir su soberanía y traerlo de vuelta a la órbita imperialista.


¿Quién protesta en Siria?


Las demostraciones se llevan a cabo contra el gobierno de Bashir Assad en Siria, que ha respondido con fuerza, al menos en algunas ocasiones. Pero el carácter real de estas manifestaciones no está claro. ¿Hasta qué punto son manifestaciones populares verdaderas? ¿Cuál ha sido la respuesta real del gobernante Partido Árabe Socialista Baaz de Siria?


Está claro el hecho de que el imperialismo estadounidense está tratando de utilizar estas protestas para su propio beneficio. Esto no tiene nada que ver con ninguna de las demandas planteadas por los/as trabajadores/as sirios, quienes están sufriendo de un plan de austeridad impuesto por el Fondo Monetario Internacional en 2006. Michel Chossudovsky escribió el 3 de mayo que entre las protestas hay “una insurrección organizada compuesta por bandas armadas” que entró en la ciudad siria de Dara’a desde Jordania. (GlobalResearch.ca) Dara’a es donde comenzaron las protestas.


Mientras tanto, los medios de comunicación estatales sirios no dicen mucho mientras que los medios corporativos occidentales así como Al Jazeera han sido acusados de exagerar las protestas y la represión del gobierno sirio. Rusia Hoy del 30 de abril cita a un agente de viajes que vive en Siria diciendo que manifestaciones pro-Assad fueron calificadas como “contra-Assad” por Al Jazeera; las protestas antigubernamentales reportadas por Al Jazeera y Reuters no sucedieron; y pietajes de video de protestas en otros países han sido atribuidas a Siria.


Mientras los artículos de primera plana dan la impresión de que la mayoría del pueblo sirio ha salido a las calles contra Assad, la mayoría de los expertos del establecimiento en el Medio Oriente admite que el gobierno sirio está apoyado por la mayoría del pueblo.


Necesaria la perspectiva política marxista


El capital financiero mundial y sus portavoces, los medios de comunicación, parecen estar “preparando una emboscada” al gobierno sirio. Pero el imperialismo no es todopoderoso. Puede ser combatido y derrotado. ¿Qué es lo que podrían el gobierno sirio y el pueblo todavía hacer para no dejar una puerta abierta a la intervención de los Estados Unidos? ¿Qué podría cerrar esta apertura ahora? El Marxismo proporciona las herramientas para responder a estas preguntas.


El término marxista para el tipo de gobierno que existe en Siria es “nacionalista burgués”. Esto también es cierto sobre Libia, Irán e Irak antes de la invasión de Estados Unidos. Son nacionalistas porque buscan desarrollar sus países libres de la dominación imperialista. Son burgueses porque están gobernados por una clase explotadora de capitalistas.


Los y las marxistas apoyamos estos gobiernos en su lucha contra el imperialismo porque son manifestaciones de la libre determinación del pueblo oprimido. Esto no significa que los/as marxistas apoyemos todas las políticas de estos gobiernos.


Los/as marxistas también reconocemos que estos regímenes tienen un carácter dual. Los nacionalistas burgueses intentan expulsar a los imperialistas para poder explotar mejor a sus trabajadores/as. Pero tienen un interés común con los/as trabajadores/as cuando el imperialismo amenaza la soberanía del país. Estos gobiernos sin embargo, no pueden luchar consecuentemente contra el imperialismo; sólo la clase obrera puede.


¿Cómo esto ha funcionado en Siria?


Siria ha sido gobernada desde 1966 por un gobierno secular dominado por el Partido Árabe Socialista Baaz. El actual jefe de estado es Bashir Assad. Siria es un “estado de primera línea”, fronterizo con Israel. Este hecho afecta todos los aspectos de la historia de Siria y la ha convertido en un objeto de constante presión imperialista y sionista, lo que une el destino del pueblo sirio a la lucha palestina.


La nacionalización de un oleoducto estadounidense por Siria precipitó la guerra del 1967, cuando Israel atacó y ocupó los Altos del Golán de Siria, la Cisjordania palestina, la Franja de Gaza y la Península del Sinaí egipcia. Los Altos del Golán desde entonces han sido anexados por Israel.


Aunque Siria ahora desempeña un papel regional progresista, no siempre fue así. En 1976, el gobierno sirio intervino al lado de los fascistas del Líbano, que estaban armados por Israel, en la guerra civil del Líbano contra una alianza revolucionaria de Palestina y el Líbano. Los capitalistas sirios temían que un Líbano revolucionario podría resultar en su derrocamiento por los trabajadores sirios.


Sin embargo, la presión incesante de EE.UU. e Israel, y el rechazo de devolver las Alturas del Golán a Siria han alterado la posición de sus líderes a una postura anti-imperialista. El rol que desempeñan hoy en día como aliado de Irán, de Hizbolá en el Líbano y de Hamás en Gaza, es crucial para detener la agresión israelí y estadounidense en la región.


Crisis capitalista desestabiliza estados independientes


Como otros gobiernos nacionalistas burgueses, Siria no ha roto con el mercado capitalista mundial, ni tiene la intención de hacerlo. En cambio, busca un mejor trato en ese mercado, el cual está totalmente dominado por los bancos del Oeste. Durante crisis económicas, los gobiernos nacionalistas como el de Siria, están forzados por Wall Street a hacer concesiones económicas que atacan a los/as trabajadores/as y estimulan el crecimiento de una élite pro-imperialista, “la burguesía compradora”. Esto socava la independencia del gobierno al imperialismo mientras lo aísla de los/as trabajadores/as.


En el 2006 Siria adoptó un plan del FMI que imponía medidas de austeridad, la congelación de sueldos, la apertura de la economía para los bancos extranjeros y la privatización de industrias controladas por el gobierno. Los imperialistas saben esto.


Escribió el New York Times el 30 de abril, “El estado sirio suministraba electricidad a todas las poblaciones, pero . . . ya no puede permitirse el gasto del contrato social para cubrir las necesidades de su pueblo”.


“Los críticos del régimen dicen que la liberalización económica ha beneficiado a un grupo élite de hombres de negocio como Rami Makhlouf, el primo materno del Sr. Assad quien controla una parte significativa de la economía, incluyendo SiriaTel, la operadora de la red móvil del país”. (Financial Times, 26 de abril) Según el reporte del NY Times, Makhlouf, un blanco de la disidencia, se ha convertido en símbolo del “capitalismo de compinches, haciendo a los/as pobres más pobres y a los ricos conectados, fantásticamente ricos”.


El gobierno sirio podría protegerse de la desestabilización imperialista revirtiendo este ataque económico contra los/as trabajadores/as, cuyo apoyo constituye la mejor fortaleza de Siria. Las medidas podrían incluir la retirada de la liberalización de la economía impidiendo la penetración del capital extranjero; la restauración del control estatal de la electricidad, las comunicaciones y otras industrias claves; la prioridad a la producción de alimentos, y la restauración de las subvenciones. Estas medidas ganarían a esos elementos de la población que están manifestándose en las calles, restauraría su confianza en el gobierno, y aseguraría que no hubiera espacio fértil para la desestabilización imperialista.


A la misma vez, los/as trabajadores/as y progresistas aquí deben oponerse a la intervención estadounidense en Siria en todas las formas posibles. Si los imperialistas recuperan el control total en Siria, sería lo peor para todos los pueblos oprimidos en el Medio Oriente y también para la clase trabajadora y el pueblo oprimido aquí en este país.


Mundo Obrero de los EEUU
(Workers World)



http://www.lahaine.org/index.php?p=54633

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Vistas de página en total