Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

domingo, 13 de marzo de 2011

La globalización es una herida absurda. (Libro)

La globalización es una herida absurda
Raúl Isman


Fragmentos para una historia de la Argentina en el último cuarto de siglo, vista desde el sur del mundo


Indice


Homenaje

Noticia del autor

Prólogo

Segunda dedicatoria



Primera Sección. Los conceptos generales


Capítulo I. Quince tesis sobre la globalización

Capítulo II. ¿Son válidas Las quince tesis sobre la globalización en la Argentina?

Capítulo III. Notas sobre la corrupción, el modelo y la política


Segunda Sección Los hechos fundacionales


Capítulo IV. El golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Terrorismo de estado y modelo económico.

Capítulo V. La guerra de las Malvinas o cuando la dictadura se suicidó


Tercera sección. Algunos aspectos de la crisis actual


Capítulo VI. El golpe de mercado: Voluntad popular o voluntad de los lavadores de dinero

Capítulo VII. La identidad de los partidos políticos: Un aspecto más de la crisis argentina.

Capítulo VIII. A propósito del asesinato de una profesora: Crónica de un crimen anunciado.

Capítulo IX. El futuro de la educación argentina

Capítulo X. El apagón o una puñalada al privatismo.

Capítulo XI. Un rico pati o de la inseguridad convertida en pretexto para animalizar a los ciudadanos.

Capítulo XII. Scalabrini Ortiz entre dos épocas: De la liberación nacional a la globalización.

Capítulo XIII ¿Nuestro futuro? Una radiografía anticipatoria de nuestra sociedad.


Cuarta sección. La esperanza


Capítulo XIV. El movimiento de los piqueteros: el corte de rutas abre la puerta a la esperanza.

Capítulo XV. Algunos puntos para salir del desastre.


Este libro está dedicado a perpetuar la memoria de Edgardo Ibarrola. Estudiante ejemplar, trabajador abnegado, hijo afectivo y respetuoso. Amado por todos los que lo conocieron y padre reciente. No pudo desarrollar todas sus potencialidades porqué fue asesinado en William Morris en julio de 2001 por delincuentes que seguramente desconocían el terrible daño que causaban al conjunto de la sociedad, privándonos de su querida presencia.


Prólogo


Este libro nació como resultado de la necesidad de transmitir, en forma sistemática, algunas ideas que ya habían sido enunciadas de modo fragmentado en diversos artículos y capítulos de libros publicados con anterioridad. La mayor parte de los textos ya fue publicada en algunos medios poco conocidos, como Nuevos Propósitos y Ecos de Laferrere; otra en volúmenes editados con otros objetivos y algún texto fue escrito para esta edición. Casi todos los originales fueron modificados y enriquecidos con relación a su versión primera.


En este trabajo queda resaltada una idea central que sirve como hilo conductor del conjunto del libro: la existencia en el país de un poder económico con rasgos diferenciales y propios con relación a los que existen en otras partes del mundo. Este poder económico impulsa el modelo de acumulación iniciado en 1976, al cual hemos tratado de definir en el capítulo III. A partir de esta realidad, se despliegan caleidoscopicamente las restantes ideas.


En la primer sección se analiza los aspectos centrales que configuran el marco conceptual más general. La globalización en el mundo (capítulo I), en la Argentina (Capítulo II) y el ya citado capítulo III que define al modelo de acumulación.


En la segunda parte, se analizan los hechos fundacionales- económico y político- de la realidad actual. La dictadura militar dio comienzo al modelo económico vigente en la Argentina contemporánea. La derrota de Las Malvinas precipitó la retirada de los militares y fue el basamento entonces de las limitaciones e inconsecuencias de nuestra democracia.


En la tercer sección se observa manifestaciones puntuales de la crisis crónica que desgarra a la Argentina. Obviamente, no pretendemos realizar un análisis tan exhaustivo que termine con el debate, si no más bien aportar ideas para la necesaria continuación de la discusión.


Finalmente, en la cuarta sección, la que aporta a la continuidad de la esperanza, se analiza el movimiento de los piqueteros, tan importante como para ser objeto de una encarnizada campaña difamatoria desde los medios de prensa vinculados al poder. Desde dichos medios se ha hecho ya costumbre embarrar la cancha denigrando a los dirigentes que conducen las protestas. Logran de este modo quitar del centro del debate las causas fundamentales de las rebeliones: la desocupación, el hambre, la injusticia, la falta de acceso a derechos esenciales (salud, vivienda, educación, entre otros); en síntesis: la exclusión social. De tal manera logran con relativo éxito instalar la desunión entre las víctimas de los planes de ajuste. En el último capítulo, se desarrollan algunas ideas como para conformar un programa para dar una solución favorable a los sectores populares, con relación a la encrucijada nacional del momento. Existe una salida y esta no es Ezeiza. De todos modos, no nos parece válido criticar al conjunto de ciudadanos que hartos de la situación busca un horizonte a sus vidas, principalmente en Europa. Pero no todos pueden irse. Y los que quedan aquí tienen el mismo derecho a un futuro y un presente digno como quienes acceden a los paraísos del primer mundo.


La Argentina vive una crisis que pone en cuestión la propia existencia de su proyecto de nación. Esta (la nación) es un horizonte común de vida para todos sus habitantes. No es casual que todo manual medianamente serio define el concepto de nación como ... una realidad de orden cultural (en el sentido antropológico) constituida básicamente por tradiciones, lengua... hábitos... de vida compartidos, y, desde ya, una historia en común . En esta definición, la noción de historia no remite sólo al pasado, si no fundamentalmente al presente compartido y el proyecto a futuro de toda la sociedad. Por ende, como dice la propia publicidad oficial, necesita de sus hombres y mujeres. Pero no para que acepten sumisamente el ajuste cuyo único futuro es el nuevo ajuste; si no para que tomen resueltamente en sus manos su destino y le den una salida a la problemática gravísima que se vive. Ya no somos un país tan rico como a fines del siglo XIX y gran parte del XX. Pero tampoco se justifica que mueran tantas personas por causas económicas y sociales evitables.


Como decía Antonio Gramsci, pesimismo de la razón, optimismo de la voluntad. En momentos que hacíamos la corrección final de este volumen, ocurrió el sangriento y criminal ataque a la ciudad de New York del 11/09/01. Tras la demencial respuesta que el poder de E.E.U.U. implantará en los próximos días, seguramente el mundo se hundirá en una espiral de violencia sin sentido. Finalmente, el subtítulo Fragmentos para una historia Argentina del último cuarto de siglo, vista desde el sur del mundo se justifica porqué toda comprensión de la realidad tiene un carácter tentativo y fragmentario. También dice Antonio Gramsci que la historia de los sujetos subalternos- llamados más comúnmente pueblo- es fragmentaria y discontinua. Por lo tanto, aportar a la construcción de un relato que desmistifique los discursos dominantes es una tarea por demás urgente. Además, la visión desde el sur pretende deliberadamente no ser neutrales ni objetivos en la conflictividad que desgarra a la sociedad actual sino que por el contrario afirma la existencia de dos grandes bloques claramente enfrentados y toma resuelto partido por uno de ellos. Estos son:


a) El poder económico conformado básicamente por un puñado de bancos, financieras, empresas de servicios públicos, monopolios comerciales y demás sirvientes. Frente al cual está:


B) La inmensa mayoría del pueblo. Los trabajadores urbanos y rurales ocupados y desocupados. Los pequeños comerciantes. Los profesionales. Los empresarios excluidos del acceso al crédito y prácticamente del mercado. Los artesanos y los pequeños y medianos productores agrarios. Estos son, somos los de abajo, los del sur. Este trabajo pretende inscribirse en una visión que desmistifique la realidad y provoque un cambio de rumbo, no sólo factible; además altamente necesario.


Si este libro contribuye para incorporar algunas ideas al acervo colectivo y para desarrollar el imprescindible debate acerca de nuestro presente y futuro como nación, habrá cumplido su objetivo.


Buenos Aires Julio-agosto de 2001


A Cordelia, la bienamada


Primera sección


Los conceptos generales


Capítulo I



Quince tesis sobre la globalización



Antes que el sistema fuera desmantelado por Richard Nixon,


alrededor del noventa por ciento del capital en


intercambios internacionales era pura inversión y comercio.


El diez por ciento pura especulación.


Alrededor de 1990, estos números se habían invertido.


Noam Chomsky. Ensayista norteamericano contemporáneo.


El objetivo de las presentes líneas es definir con un mínimo de precisión los rasgos más notorios de la actual etapa de la sociedad capitalista. Esta definición es necesaria porque a menudo se discute acerca del verdadero significado y contenido de la llamada globalización. Algunas de estas posiciones polémicas llegan incluso a negar hasta la propia existencia del fenómeno. Por ejemplo, algunas fuerzas políticas niegan que esta sea una etapa distinta a otras anteriores del capitalismo . Para estas interpretaciones, el capitalismo siempre es igual a si mismo y alcanza con oportunas y consabidas citas a los autores clásicos como Marx y Lenin- aunque estos textos fueron elaborados en otras circunstancias para responder a fenómenos distintos- para comprender lo que ocurre en la actualidad.


En el otro extremo, existen opiniones consistentes en afirmar que lo que vivimos actualmente ya no es capitalismo sino un nuevo tipo de sociedad: la sociedad de la información. No faltan tampoco otros autores que afirman que la globalización es un fenómeno deliberadamente creado para adormecer conciencias por elementos cercanos al poder .


Por el contrario, para nosotros, la globalización es una etapa particular de la sociedad capitalista. Por lo tanto, realizaremos una síntesis sobre la realidad contemporánea con algunas consideraciones enunciadas bajo las forma de tesis sobre la globalización, que son otras tantas miradas particulares acerca del capitalismo y la sociedad de la actualidad.


1) La llamada globalización- voz cuya etimología se remonta a los años’60, cuando el comunicólogo Marshall Mac-Luhan habló de aldea global para referirse al orbe entero- es impensable sin los cambios desarrollados por la tercera revolución industrial. Este proceso apuntó a superar la crisis de productividad en que se debatía el capitalismo keynesiano desde la segunda mitad de los ’60. Por lo tanto, definimos a esta tercer revolución industrial como la aplicación a los procesos productivos de la informática, situación iniciada a fines de la década del ’70 y principio de la del ‘80. La computadora permitió la utilización en las fábricas de robots- computadoras que facilitan la ejecución de procesos- y partir de esto, los empresarios lograron imponer diversas concesiones a la fuerza de trabajo. Además, la propia organización de los procesos productivos es encarada y planificada a escala global, es decir que un producto puede ser elaborado divididos sus componentes en distintos países, para aprovechar diversas ventajas comparativas. Un sistema central inteligente recompondrá la unidad primitiva del conjunto del proceso.


Con posterioridad, la computación se desarrolla en todos los aspectos de la vida humana hasta convertirse en una herramienta imprescindible en la cotidianeidad.


2) El fenómeno de la globalización implica diversas definiciones según cual sea el punto de vista desde el cual se aborde el tema, pero difícilmente podría haber sido posible sin los sucesivos derrumbes del Muro de Berlín (1989), de la Unión Soviética (1991) y poco después del conjunto del sistema del socialismo real. Al hundirse el oponente en la confrontación bipolar propia de la guerra fría se produjo la dificultad prácticamente insalvable para los estados y las economías nacionales de permanecer aislados del mercado mundial y el aparentemente definitivo triunfo del modelo de libremercado. Algunos autores consideran que la tendencia a la globalización es consustancial e inherente a toda sociedad capitalista, no importa de que época histórica se trate. Sin negar que existen algunos elementos empíricos que avalarían esta tendencia, nuestra opinión es que el derrumbe del socialismo real es una de las características distintivas del capitalismo de la era de la globalización y esto crea una hegemonía nunca antes percibida de los mercados en toda la historia del capitalismo.


3) En los tiempos actuales, la sociedad es claramente una sociedad masmediatica, en especial, de medios audiovisuales más que escritos. Al decir esto nos referimos a la centralidad que adquieren dichos medios en la vida de todas las personas. Según un estudio realizado en E.E.U.U., citado por Manuel Castells y que podría aplicarse a cualquier país del mundo... el hogar estadounidense medio tenía encendido el aparato de televisión unas siete horas diarias y se calculaba que se veía realmente 4,5 horas dia-rias por adulto. A esto había de añadirse la radio, que ofrecía 100 pala-bras por minuto y se escuchaba una media de dos horas diarias, sobre todo en el coche. Un periódico diario medio ofrecía 150.000 palabras y se estimaba que suponía entre 18 y 49 minutos de lectura diaria, mientras que las revistas se hojeaban de 6 a 30 minutos, y la lectura de libros, in-cluidos los relacionados con la tarea escolar, consumía unos 18 minutos diarios. La televisión encabeza la nómina y la lectura es la última de las opciones. Nótese la escasa inversión de tiempo dedicado al consumo de letra escrita, especialmente- podemos agregar- en lo referente a actividades educativas.


Pero además del análisis cuantitativo, existe una visión de otra índole. Los medios contribuyen a banalizar las atrocidades de la vida cotidiana. En palabras de Castells... Esta normalización de los mensajes, donde las imágenes atroces de la guerra real pueden ser casi absorbidas como parte de las películas de acción... . Un espectador televisivo desaprensivo no alcanza a diferenciar las imágenes de una guerra real de una serie ficcional acerca de un fenómeno bélico.


Además, el hombre común está sometido a un bombardeo informativo sin parangón en otras etapas de la historia de la humanidad. Internet, canales de cable o de aire, radios A.M. y F.M, diarios pagos y de distribución gratuita, folletos, libros, revistas en papel o electrónicas son sólo algunos ejemplos de lo que afirmábamos precedentemente. Citamos nuevamente a Castells... Es un sistema de retroalimentación entre espe¬jos distorsionantes: los medios de comunicación son la expresión de nues¬tra cultura, y nuestra cultura penetra primordialmente mediante los materiales proporcionados por los medios de comunicación . (Subrayado nuestro)


Pero, si en lo que hace a la disponibilidad de la información este proceso es indudablemente positivo; la capacidad del ciudadano común para interpretar tal abundancia informativa es otro problema totalmente distinto. En este sentido se pronunció el semiólogo italiano Umberto Ecco (la superoferta informativa en contradicción con la capacidad de interpretarla), para quien esta paradoja es una de las realidades más significativas del mundo de la globalización.


4) Desde el ángulo económico, la globalización significa que ningún sector económico, ninguna industria, ningún país resultan viables sino compiten y/o producen en términos de la productividad del mercado mundial. En palabras del investigador Benjamín Coriat... el entorno industrial ha cambiado totalmente y que la competitividad se vuelve un elemento clave para las naciones . Pero la competitividad no es un fenómeno atribuible a causas naturales- cosa que podía creerse hacia fines del siglo XIX, pero inaceptable a principios del XXI- sino un programa conscientemente diseñado y ejecutado desde el estado y el conjunto de los actores sociales para que todo el aparato económico, científico y tecnológico esté en condiciones de formular planes y proyectos que permitan lograr espacios en los complejos mercados de la actualidad y, de este modo, garantizar trabajo para la población de cada país.


5) Ligado a lo anterior se encuentra un problema que es a la vez económico y sanitario: las epidemias globalizadas.


Analicemos en primer lugar las de origen animal como el síndrome de la vaca loca y la aftosa, por ejemplo. En opinión de Brian Halweil y Dani Nirerenborg, que son investigadores especializados en producción alimentaria del Instituto Worldwatch de la ciudad de Washington, E.E.U.U..


La granja moderna abre el camino para las epidemias. Amontonamos miles de animales genéticamente uniformes en bodegas poco higiénicas, generando una virtual orgía para los microbios. Reciclamos el estiércol y los desperdicios... como alimento. Procesamos la carne a una alocada velocidad en presencia de sangre, heces y otras posibles fuentes de contagio. El transporte de los alimentos a largas distancias crea inagotables oportunidades para la contaminación .


Agreguemos a lo anterior el hecho que para bajar costos- imprescindible en las condiciones competitivas del mundo actual- se aflojan los controles sanitarios y ecológicos que resultan gravosos para los costos de producción. Este proceso es más embozado en los países centrales y más descarado en los periféricos, pero se da en todo el mundo. Además, un hombre puede recorrer en pocos días granjas diseminadas por todo el orbe, llevando en sus calzados y vestimentas gérmenes, bacterias y virus que expanden a su paso las enfermedades. Pero esta no es la única manera de crear elementos nutritivos. Es posible producir alimentos en forma más sana para hombres y animales, sólo que estas formas son mucho más caras que las convencionales fábricas agroindustriales. En opinión de los investigadores citados Existe, ... otra forma de producir carne que tratará a las granjas como sistemas vivos antes que como líneas de ensamblaje . Cruzado con todo lo que mencionamos en esta tesis esta el problema del acceso diferenciado a los bienes y servicios. Por lo tanto, sólo la población pudiente podrá acceder a una alimentación elaborada en forma menos contaminante, respetando criterios sanitarios y ecológicos, pero mucho más cara.


Otro problema es el de enfermedades como el SIDA, diseminado a enorme velocidad por las condiciones propicias generadas por la globalización. También con esta enfermedad se verifica el desigual acceso a información que resulta vital, a la necesaria prevención y a la muy onerosa medicación terapéutica.


6) Desde el punto de vista del capital, la globalización implica el dominio de las finanzas sobre el capital productivo. Las grandes cantidades de mercancías que existen en los mercados determinan la dificultad para colocarlas y esto provoca la baja de la rentabilidad de la inversión en actividades de elaboración. Mientras tanto, ávidos tomadores de créditos están dispuestos a pagar las altas tasas solicitadas y por lo tanto, se coloca en primer plano la circulación bajo la forma D-D’ que es más fácil de realizar que el esquema D-M-D’. En palabras del actual ministro de economía de Cuba y aunque luego saque como conclusión que no hay cambios significativos en la etapa de la globalización con relación a otras etapas del capitalismo:


¿Qué es la globalización en esencia? En mi opinión, es una forma superior de internacionalización del capital, con los rasgos propios de la época, con las peculiaridades que le confieren los cambios cualitativos y cuantitativos de la acumulación del capital ...


La inversión financiera- que ha superado claramente en magnitud a la inversión en actividades productivas, es decir los cambios cualitativos y cuantitativos de la acumulación del capital, en palabras del funcionario del gobierno de Fidel Castro- se encuentra altamente facilitada por las nuevas tecnologías comunicacionales. Piénsese que un inversor de la actualidad puede llevar su dinero desde la bolsa de Tokio a la de San Francisco en el mismo día y sin moverse de su casa. Entre una y otra entidad bursátil, los dineros hicieron su negocio en Asia, Europa y América proceso facilitado por la comunicación satelital. El ministro de Economía de Cuba hace una excelente síntesis de esta situación:


... un índice Dow Jones alcanza el doble del valor que tenía diez o quince años atrás, en tanto que la producción no ha crecido en esa proporción . Por otra parte, según diversos estudios, por cada dólar que eventualmente fuese perdonado de los pagos de la deuda externa de los países pobres, el Producto Bruto Interno de Estados Unidos crecería- por acción de la capacidad de compra generada- por lo menos, un dólar y medio. La afirmación precedente es la mejor demostración de la supremacía del sector bancario sobre los capitales productivos. Este crecimiento de los activos financieros entonces es una pompa de jabón virtual capaz de explotar en cualquier instante, como ya ha estallado en diversas crisis verificadas en los tiempos inmediatamente pasados.


7) Para la comercialización de productos, la globalización significa una enorme cantidad de nuevos desafíos. En lo que hace a los mercados internos, las nuevas formas del comercio- los shoppings, supermercados, negocios franquiciados, entre otros- provocan la caducidad de multitud de estilos y tipos de actividades comerciales. Ejemplo de lo que estamos diciendo es la difícil situación que atraviesan los almacenes, tiendas de barrio, kioscos y todo espacio mercantil tradicional. Todo negocio que pretenda sobrevivir deberá reformularse en el sentido de la globalización: los bares en pizza-caffe, los quioscos en drugstores, las librerías en bares literarios. Pero la verdadera receta de la supervivencia reside en no atarse a una actividad fija. Si un día, alguien inventa un buen negocio, rápidamente hay que salir de él antes que la competencia lo convierta en una actividad fatigosa y no rentable.


También se verifica una fuerte concentración de la actividad comercial en grandes monopolios (supermercados, shopings, cadenas comerciales) que retiene lo más suculento de los mercados internos, condenando a los pequeños comercios a languidecer en la supervivencia o directamente a la quiebra.


El comercio exterior también provoca múltiples desafíos a quienes se sumergen en estas actividades fascinantes. Mercados saturados, dumping, controles sanitarios encubriendo barreras proteccionistas son sólo algunas trabas que deben superar quienes lo ejercen.


Estos son los motivos por los cuales la comercialización se convierte en algo cercano a la ciencia: el marketing.


8) Centrando el análisis en las relaciones laborales, la globalización aporta importantes transformaciones. En primer lugar, la desocupación toma un carácter marcadamente estructural y por lo mismo se ha creado lo que se denomina población excedentaria absoluta . A partir de esta situación en todo el mundo se produce una polarización tajante en el acceso a la riqueza: por un lado, la mayor parte de la población mundial que sólo puede lograr una pequeñísima fracción del producto bruto mundial. Por el otro, una reducida parte de los hombres y mujeres que se apropia de la mayor parte de los bienes y servicios que están en oferta en el mundo.


En términos generales, se puede decir que se provoca el dominio del capital sobre los trabajadores que aún conservan su empleo. Esta situación se puede verificar desde distintas miradas. Veamos algunas:


a) Las relaciones de trabajo basadas en lo que se llamó relación de dependencia pierden terreno frente a las diversas formas del trabajo precarizado o informal.


b) Además, quienes no tienen trabajo o no acceden al trabajo formal deben sobrevivir, de allí el auge de distintos oficios informales que van desde la recolección informal de residuos (comúnmente llamado cirujeo), la gestión de juego semilegal (quiniela), las distintas ventas ambulantes, el paseo de perros, la sofisticación de la prostitución en la actualidad y en general los servicios de todo tipo.


c) Las empresas están en mejores condiciones para lograr el disciplinamiento de la fuerza laboral debido a varias ventajas. Una huelga tiene menos efectividad pues una empresa tiene a la actividad productiva como una de sus iniciativas. Si hay huelga, se puede llegar al cierre de la empresa y continúan los otros negocios. Además, las nuevas tecnologías permiten producir del mismo modo en todo el mundo, con lo cual si estalla un paro automotor en Brasil, este puede ser derrotado con la importación de coches desde Méjico, Italia o la Argentina. En este marco, no puede sorprender la crisis en que se encuentran los sindicatos en todo el mundo.


Estas y otras características instalan la flexibilización constante e interminable como imperativo de la hora para los trabajadores. Esta flexibilización no es solamente la perdida de las conquistas de los trabajadores, sino también la necesidad de adecuarse a un nuevo estilo de trabajo en el que se prioriza la actividad en equipo, la motivación y el compromiso de los empleados en la suerte de la empresa. En este punto, los trabajadores son socios mucho más en las perdidas que en las ganancias de las compañías.


Entre las exigencias a las que están sometidos los trabajadores está la capacitación constante. El principal inconveniente para quien se capacite reside en escoger en que se especializará, pues luego de un prolongado estudio, puede ocurrir que las habilidades, conocimientos y destrezas adquiridas pasan a ser desempeñadas por máquinas, quedando de este modo el trabajador convertido en un desocupado más.


9) Desde un punto de vista sociocultural, la globalización implica la unificación de hábitos de vida y por ende de consumo (cultura) en todo el orbe. Este fenómeno no es estrictamente novedoso. Estando Antonio Gramsci encarcelado por los fascistas, en 1929, escribe una carta a su esposa Julia Schucht, preguntándole acerca de como su pequeño hijo Delio jugaba con su Mecano. Sorprende la agudeza crítica, frente a una modernización americanizante, que cuesta reconocer en momento tan temprano.


... yo creo que la cultura moderna (tipo americano) de la que el mecano es expresión, hace al hombre un poco seco, maquinal, burocrático crea una mentalidad abstracta... .


La globalización significa entonces la supremacía norteamericana sobre los hábitos y costumbres de la mayoría de las culturas del mundo. Según estimó el filósofo y semiólogo español Román Gubern, Estados Unidos controla el 75% del mercado mundial audiovisual y este porcentaje trepa hasta el 82% en Europa, excepción hecha de Francia .


Por otra parte, el desarrollo de las nuevas tecnologías comunicacionales propias de la época tiende a diluir las diferencias entre los modos de vida rural y urbano. Una persona que vive en una gran ciudad pasa gran parte del día sentado frente a la T.V. o la computadora, igual que un habitante agrario. De modo que se borran las diferencias en los modos de vida entre las grandes ciudades del mundo entre si; por un lado; y, por el otro, entre la ciudad y el campo.


10) Visto el problema desde el punto de vista político, una de las más importantes consecuencias de la globalización es la debilidad de los estados nacionales, en agudo contraste con la existencia de un gobierno invisible en el mundo. Al respecto dice el célebre ensayista norteamericano Noam Chomski... Lo que está surgiendo es un sistema de "mercantilismo corporativo” en el cual las decisiones sobre la vida social, económica y política se concentran cada vez más en manos de grupos de poder privados, exentos de toda responsabilidad social: "instrumentos y tiranos del gobierno", según la memorable frase de James Madison, que ya hace dos siglos había advertido sobre esta amenaza para la democracia . Estos escasos elementos que deciden el destino de miles de millones de seres humanos no están sometidos a compulsa electoral alguna.


Pero es necesario recalcar que se trata de debilidad y no caducidad o desaparición de los estados nacionales. Los grandes movimientos de capitales crean grandes ondas por las cuales van o se retiran de tal o cual mercado, según humores que escapan al entendimiento del común de los mortales. Esta situación es confirmada por el ya citado Noam Chomsky... la gran expansión de las transferencias especulativas de capitales de corto plazo impuso graves limitaciones a las opciones de planificación de los gobiernos, con lo que restringió la soberanía popular en los casos de sistemas políticos democráticos .


Por ello, los estados resultan empequeñecidos en poderío frente a estos efectos tequila, arroz, caipirinia o como se los quiera llamar. Pero el reclamo de los habitantes y ciudadanos de cada país se dirige a estos estados nacionales, por lo cual, conservan una mínima vigencia.


11) También desde el punto de vista político, podemos mencionar la formación de una oposición social y política a escala global. En rigor, la internacionalización de los partidos políticos es un fenómeno anterior . Pero en los últimos tiempos nació una oposición al modelo hegemónico que se expresó con particular contundencia en la reunión de la Organización Mundial del Comercio realizada en Seattle entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre de 1999. En dicha ocasión, un heterogéneo pero combativo conjunto de movimientos sociales (sindicalistas de países opulentos, campesinos relativamente empobrecidos de la comunidad económica europea, ecologistas, pacifistas, feministas, grupos juveniles y anarquistas, entre otros) acosó con sus protestas la mencionada reunión y desde entonces; cada vez que hay un cónclave de los organismos internacionales (Praga en el 2000, Buenos Aires, Quebec, Génova en el 2001 o las reuniones anuales del foro de Davos) se reproduce el mismo cuadro: a la globalización de los capitales le ha sucedido la globalización de las víctimas, opositores y contendientes del modelo dominante.


Estos movimientos presentan- pese a sus diferencias- un elemento en común: la necesidad de luchar por un orden mundial más justo y democrático. En palabras del analista de Clarín Oscar Raúl Cardozo... en Génova los manifestantes han llevado su queja hasta los ámbitos en que se toman decisiones que afectan sus vidas día tras día, sin que quienes lo hacen tengan mandato alguno para ello . Ciertamente, como dijimos antes, existe un poder mundial invisible y no sometido a compulsa electoral alguna que hace y deshace a su antojo. Para ponerle límites emergió este conjunto de movimientos sociales. Por lo tanto, agrega más adelante el mismo analista que Ese factor común es el paso previo imprescindible que podría abrir la puerta a la solución de estos y otros dilemas: una democratización, siquiera gradual, del nuevo sistema internacional que se está gestando. La democracia es la demanda central de la protesta contra la globalización . Además del reclamo por la democracia, un eje común de los movimientos antiglobalización es la condonación de la fraudulenta, ilegal e ilegítima deuda externa de los países pobres del tercer mundo, convertida en mecanismo de dominación colonial por el cual se les succiona a estos estados gran parte de sus escasos recursos.


El conjunto de este proceso está en curso y sus consecuencias son imprevisibles, pero sin dudas muy positivas.


12) Otro rasgo de la globalización es- paradójicamente- su contrario, la fragmentación. Esto consiste en todas las manifestaciones que se oponen, en la actual etapa, al arrollador avance del modelo del mercado y las costumbres globalizadas. Pueden caber dentro de esta etiqueta, desde un país- si queda- que defiende y protege su producción hasta los fundamentalismos de todo tipo. De todos modos, tales variantes fundamentalistas no son menos observadoras de la realidad. Cuando los guerrilleros islámicos tomaron el poder en Afganistán, el primer ajusticiado fue... un televisor. Es que no hay factor mas eficientemente propagador de la globalización que la televisión satelital. Por ello, la tele fue a la horca y esta imagen fue vista en todo el mundo por T.V., por supuesto.


13) En lo referente a las relaciones personales y la vida cotidiana, las transformaciones de la globalización no son menores. Tiende a producirse una notoria disminución del trato directo interpersonal. Las nuevas tecnologías permiten que muchas personas trabajen en sus casas y envían el resultado por fax o e-mail. Además, los nuevos artefactos tecnico-comunicacionales resultan una tentación para ir rápido o permanecer en casa. En consecuencia se modifican las costumbres de todas las personas: noviazgos y amistades por Internet, personas que estudian a distancia, individuos que pierden la costumbre de conversar con otros seres humanos, los cinematógrafos languidecen porque la mayoría de las personas prefiere el vídeo hogareño, por otra parte más barato y sin los riesgos de la inhospitalaria calle. Estos y otros elementos provocan la crisis de todas las instituciones que se basaban en la socialización: clubes (estas instituciones sufrieron la perdida de gran parte de sus socios), sindicatos (languidecen acosados por el retroceso del empleo formal), barras de esquina, tertulias mientras se espera la pizza (ahora se pide por teléfono)...


14) La globalización desde el punto de vista filosófico significa la pretensión casi absolutista de establecer la supremacía del pensamiento único, entendido este concepto como hegemonía total del neoliberalismo y el llamado descentramiento del sujeto, esto es la crisis del sujeto transformador de la modernidad. El derrumbe del Muro de Berlín implicó la convicción para vastos sectores de que el único modo de vida posible es el de la plena libertad de mercado. El pensador norteamericano de origen japonés Francois Fukuyama extendió esta afirmación al liberalismo político y lo denominó El fin de la historia, porque entiende que la humanidad no podrá conocer una realidad superior a la economía de mercado y a la democracia política.


En este contexto de pasividad y resignación, se vuelve comprensible la crisis de subjetividad. Si no podemos lograr transformar esta sociedad, la única salida es refugiarse en lo más cercano, cálido e íntimo: la vida hogareña y devorar horas de ingesta televisiva. El hombre se ha transformado de protagonista de su vida social y colectiva en espectador pasivo e impotente.


Corresponde centralmente a la universidad la tarea de realizar la crítica de esta pretensión del discurso dominante de instalarse como único y consecuentemente generar otras prácticas discursivas alternativas y superadoras.


15) Todos los rasgos desarrollados precedentemente fueron impuestos a la mayor parte de la sociedad civil en forma consensuada. Es decir que la vigencia de la economía de mercado necesitó previamente de la aceptación de gran parte de las propias víctimas de este modelo para que su aplicación fuese posible. Piénsese que el Tachterismo en Gran Bretaña se impuso al lograr que los propios trabajadores de la minería votasen el cierre de las diversas fuentes de trabajo, ilusionados con las indemnizaciones jugosas que se pagaban por los retiros voluntarios. Otro ejemplo puede extraerse de la reciente experiencia italiana que depositó en el poder a la derecha liderada por Silvio Berlusconi. Con relación a la expectativa generada por el citado político conservador peninsular, dice el filósofo Umberto Ecco... No hay que olvidar que de la matriz populista surgen algunos de los argumentos con que las personas de condición humilde manifiestan su atracción por Berlusconi. Los argumentos son que, al ser éste rico, no tendrá que robar (argumento que se basa en la identificación entre político y ladrón), la indiferencia ante los conflictos de intereses (qué me importa si actúa en beneficio propio; lo que importa es que también se preocupe por el mío, que es diferente del suyo) y la mítica convicción de que un hombre que pudo acumular una enorme riqueza también puede brindar prosperidad al pueblo que gobierna (sin considerar que no fue eso lo que pasó con Bokassa ni con Milosevic).


Es de destacar que esta es no sólo la típica convicción del teledependiente (si se está cerca del dinero se tienen buenas posibilidades de hacerse rico), sino que se funda en creencias primitivas y arquetipos . Huelga destacar la similitud entre la aceptación de Berlusconi en Italia con la legitimación de giros autoritarios similares en otras partes del mundo.


El consenso es fundamental porque sin él no puede aplicarse el modelo dominante. Las dificultades para aplicar este modelo residen en las condiciones para construir el mencionado consenso, particularmente entre las propias víctimas.


Este es el panorama con que comienza un nuevo milenio. Dice el historiador Eric J.Hobsbawm en su Historia del siglo XX que el final del siglo- y podemos agregar, el inicio del siguiente- presenta tres rasgos definitorios. En primer lugar, el mundo se ha alejado del eurocentrismo. En segunda instancia, la economía mundial se encuentra globalizada. El tercer punto es el egocentrismo (o para decirlo en lenguaje cotidiano, individualismo) que muestran los sujetos habitantes del mundo. Con toda seguridad, esta última característica es la más importante e inquietante.


Capítulo II


¿Son válidas las quince tesis


sobre la globalización en la Argentina?



Sugiero que existe una explicación


excluyente de nuestros males. A


saber, las pésimas respuestas


que hemos dado a los desafíos y


oportunidades de la globalización del


orden mundial contemporáneo.


Aldo Ferrer. Economista argentino contemporáneo.


Ex ministro del área


En el capitulo precedente hemos tratado de sintetizar los rasgos comunes de la globalización, pero con especial énfasis en lo que se aplica a los países más importantes- es decir, los que en cierto tiempo no muy lejano eran llamados industriales- del llamado primer mundo. Todo esto se presenta con caracteres propios- corregidos, aumentados y específicos- en nuestra desdichada Argentina. Estas quince tesis deben ser leídas con un ojo puesto en el capítulo anterior, puesto que cada uno de los apartados trata de analizar la vigencia en el país de los citados en el anterior. De modo que se intentará dar una respuesta afirmativa al título y mostrar el aspecto sutil y autóctono que toma la globalización en el más atribulado de los países del cono sur.


1) Si una precondición de la globalización es el proceso de tercer revolución industrial, cuando esta se desarrolla en el mundo avanzado; en la Argentina, se vive la sangrienta dictadura militar 1976-1983 . Este gobierno instaló una política económica desindustrializadora cuyo eje de acumulación fue la valorización de activos financieros (llamada popularmente Plata dulce). Por lo tanto, desde el punto de vista de la producción industrial, aquí, en la Argentina, partimos de un considerable retraso productivo y por ende tecnológico. En la campaña electoral de 1989, el candidato radical derrotado, Eduardo Angeloz, prometía una revolución de las P.C., expresión esta que para muchas personas vinculadas a la política significaba aún Partido Comunista. Desde el entorno del todavía presidente del mismo partido, Raúl Alfonsín, se hablaba desde hacia un par de años de similares letanías . Pero aquí hubo que esperar hasta la modernización Menemista para que se desarrollen plenamente las nuevas tecnologías y siempre como consumidores de ellas y no como productores . Mientras se alentaba la importación masiva de software y hardware del exterior, en la Argentina se liquidaba- y se sigue liquidando- lentamente el sistema científico, base de una política de desarrollo industrial relativamente autónoma y sustentable y que garantice un aumento sostenido de los niveles de empleo y además aporte a disminuir la pobreza.


2) El derrumbe del muro de Berlín y el socialismo real tuvo consecuencias tan importantes como específicas en esta parte del mundo. Estas fueron las siguientes:


a) Convencer al entonces gobernante presidente Menem de la inevitabilidad de asumir el modelo del mercado y las privatizaciones, luego que éste realizó la campaña con un discurso que prometía el retorno al paraíso perdido de los dorados años del origen del peronismo (1945-1950). En este sentido, el proceso hiperinflacionario al que fue sometido Alfonsín, también había sido aleccionador acerca de la exigencia de someterse a sus designios que formulaba el poder económico al sistema político en general, sea cual sea el partido llamado a gobernar.


b) Frenar un incipiente proceso de crecimiento de una izquierda de masas, de la cual una de las expresiones más importantes era el Movimiento al Socialismo, cuando tenía como principal dirigente público al ex diputado Luis Zamora.


Si partimos del supuesto que una de las carencias básicas del espectro político argentino se halla en el raquitismo estructural de su ala sinistra, se concluye de lo gravoso que resultó el derrumbe del susodicho muro, no sólo para los izquierdistas sino para toda la sociedad. La facilidad con que se consumaron las privatizaciones halla una de sus causas en la casi total ausencia de tradiciones históricas de izquierda- por ende críticas- en la sociedad civil. Impúsose de este modo y con enorme facilidad el pensamiento único neoliberal.


3) Las afirmaciones que hacemos en la tesis correspondiente en el capítulo anterior se verifican en la Argentina y asumen rasgos propios. La sociedad argentina es una sociedad masmediatica y fundamentalmente televisiva. La centralidad que asume en la vida de gran parte de los habitantes del país la ingesta televisiva no merece demasiada demostración. Masas populares hablando hasta el hartazgo de personajes tan banales como intrascendentes y repitiendo sus tics (ayer Samanta y Natalia; hoy, la deplorable caterva del programa televisivo El gran hermano; mañana, quien sabe) como si la vida fuese un espectáculo tan fugaz como carente de significado, en el que el protagonismo está otorgado por la figuración aunque sea fugaz en la pantalla chica. Simultáneamente, estas mismas masas no quieren ni oír un debate sobre problemas importantes. De todos modos, no estamos seguros de que esto corresponde sólo a la Argentina o si también se da en todo el mundo.


4) La tesis equivalente del capítulo anterior alude al hecho de que en la actualidad la competitividad en el mercado mundial es la condición de posibilidad de supervivencia de todo sector productivo. En función de lo dicho, podemos afirmar que sólo sobreviven- desde el punto de vista de su aptitud para competir en el mercado mundial- en la Argentina actual algunos rubros entre los que se destacan los siguientes:


a) Algunas explotaciones agropecuarias en las que este país ha sido históricamente capaz de derrotar a otras producciones equivalentes de otros países. Centralmente carne vacuna, cereales y algunos nuevos cultivos, como la soja transgenética. Pero también algunos rubros del campo pero no tradicionales como limones y miel.


b) También algunas producciones vinculadas a las enunciadas en el punto anterior que podríamos definir como agroindustrias. Por ejemplo, los aceites comestibles que asumieron un papel descollante entre los productos vendidos en el exterior.


c) Ciertos rubros industriales que lograron reconvertirse exitosamente de acuerdo a los parámetros actuales de eficiencia productiva. Ejemplo de lo anterior son algunas manufacturas siderúrgicas que pueden exportar hasta los propios países del primer mundo, como los que elabora la empresa Techint.


El resto del aparato productivo vegeta entre la quiebra inminente y la afanosa búsqueda de la formula para sobrevivir.


5) Desde el punto de vista de las epidemias globalizadas en este país tenemos algo que aportar. La vigencia del problema no merece siquiera discutirse. Mientras tipeamos estas impresiones, fines de Julio de 2001, se inaugura la exposición rural... sin vacas ni cerdos ni equinos ni caprinos por causa de la epidemia de aftosa, dramáticamente reactualizada durante el año 2001. Una exposición rural con gallinas...


Además, una de las consecuencias más destacables de la década Menemista ha sido el desmantelamiento- o al menos, volverlos inoperantes- de todos los organismos de control del estado. Para este punto nos interesa lo referido al ente que está encargado de la prevención y vigilancia de enfermedades de origen animal, el Servicio Nacional de Sanidad Animal (S.E.N.A.S.A.). Desde la muzzarella trucha hasta la venta de subproductos de origen cárnico de dudosa calidad sanitaria, el ciudadano argentino está permanentemente sometido a una inseguridad constante. Esto es una bomba de tiempo sobre la salud presente y futura de la población... y de algunos compradores externos de alimentos de origen nacional.


6) Desde el punto de vista del capital financiero, en la Argentina se verifica una situación agravada con relación al llamado primer mundo industrial. Si bien es una realidad verificable en todo el orbe que existe- en los hechos- el dominio de los capitales financieros sobre los productivos; en nuestro país esto es aún más alarmante.


Desde la segunda mitad de la década del ’90, el poder económico quedó constituido casi exclusivamente por sectores financieros. Y si se hacen ganancias con el interés devengado por el dinero, no se está creando una nueva riqueza, si no que es el capital bancario el que se apropia de la riqueza que crean los sectores productivos. Esta verdad tan simple, pero ininteligible para muchos economistas con postgrado en Harvard o Chicago, era conocida desde tiempos muy remotos. No casualmente, decía el filósofo griego Aristóteles (384 A/C- 322 A/C.), maestro de Alejandro Magno, que... hay fundado motivo para execrar la usura, porqué es un modo de adquisición nacido del dinero mismo, al cual no se da el destino para el que fue creado... El interés es dinero producido por el dinero mismo; y de todas las adquisiciones es ésta la más contraria a la naturaleza .


Pero el poder económico- parasitario y vampiresco- va por más y permanentemente subordina al sistema político y a la casi totalidad de la sociedad civil a la lógica del ajuste permanente . Analicemos en apretada síntesis el proceso de las ganancias de estos sectores. Los bancos- que son intermediarios financieros: reciben el dinero de quienes tienen capacidad de ahorro y se lo prestan a quienes necesitan un crédito- pagan por el efectivo que reciben de la sociedad precios cercanos a las tasas vigentes en el primer mundo (aproximadamente 6% anual), pero cobran por los prestamos que otorgan un mínimo de 25%, configurando una auténtica usura, a despecho que la legislación argentina prohibe estas exacciones. Por no citar las diversas formas de financieras que prestan a la población más necesitada y que no puede acceder a los bancos con tasas de un mínimo de 50%. En este proceso que hemos descripto sucintamente, los bancos y entidades similares no han gestado una nueva riqueza, se han apoderado de recursos propios de los sectores productivos. He aquí una de las causas fundamentales de empobrecimiento popular . Sin revertir esta situación, no hay ninguna posibilidad de futuro con un mínimo de dignidad para el pueblo trabajador.


7) En lo referente a esta tesis, también en nuestro país se observan diferencias con los grandes países del mundo, mas dentro de una cierta continuidad. También en la Argentina se verifica la misma hegemonía del gran capital comercial que se nota en todo el orbe. Pero como no podía ser de otra manera, con rasgos propios. Estos son:


a) La ausencia de toda protección al pequeño comercio. En muchas ciudades de Europa, los supermercados deben estar fuera del perímetro de las grandes ciudades. En la Argentina, cada uno de estos megacomercios es una bomba de tiempo sobre multitud de laboriosos empresarios comerciales condenados a desaparecer con el consiguiente aumento de la desocupación, la pobreza y la marginalidad. El pequeño negocio no sólo permite ampliar la ocupación y por ende ayuda a paliar la miseria. Además cumple servicios que a las grandes empresas mercantiles no les interesa garantizar. Por ejemplo, las librerías que mantienen un catálogo de textos que no son rentables y que necesitan de las ventas de best-sellers para asegurar su viabilidad económica. Al vender libros los supermercados y otras cadenas comerciales les muerden a los libreros parte de este segmento y reducen a los comercios especializados a una pronta y segura desaparición. Por ello, en algunos países europeos las librerías gozan de especial protección.


b) La voracidad de los monopolios los ha llevado a poner en su mira áreas que en otras épocas no eran objeto de su atención. La distribución de diarios y revistas o los kioscos de golosinas- sometidos a la competencia de las cadenas de locales de las estaciones de servicio- son algunos de los ejemplos que verifican nuestros dichos.


c) La creciente pérdida de poder adquisitivo de la mayor parte de la población argentina es otro dato fundamental para observar las diferencias con Europa o E.E.U.U. Esto provoca una auténtica guerra por el escaso mercado que deben repartirse quienes aspiran a vivir del comercio interno.


8) En este punto, la flexibilización laboral, aparentemente no hay grandes diferencias con lo que ocurre en todo el mundo. La creciente desocupación favorece la desigualdad y la concentración de la riqueza. Un medio tan poco sospechoso de simpatías izquierdistas como La Nación de Buenos Aires informa que la Capital Federal... Tiene una renta per cápita similar a la de Francia y una distribución comparable a Bolivia. Una persona perteneciente al 10% más rico gana 134 veces más que una del sector más pobre. Hace un año, la relación era de 90. Unas 46.000 personas cayeron por debajo de la línea más necesitada . (Subrayado nuestro)


Pero profundizando un poco el análisis aparecen los rasgos específicos.


La flexibilización laboral- entendida como exigencia del poder económico de subordinar la fuerza de trabajo a su lógica de ganancias- se aplicó en la Argentina por vía de los hechos, antes de ser votada por la ley. Y cuando se votó la legislación, el resultado provocó una crisis institucional de enorme envergadura que arrastró consigo la renuncia del vicepresidente: la crisis del senado. Además, colocó a la coalición gobernante al borde de la disolución.


Para decirlo en pocas palabras, el saldo de la flexibilización es aterrador. Creció en nuestro país el desempleo, la pobreza, la marginalidad, reduciendo a los trabajadores a la condición de pérdida casi absoluta de todo derecho. La flexibilización es presentada por los defensores del poder económico como la panacea al problema de la desocupación, buscando de este modo consensuar una política que tiene beneficiarios y destinatarios muy claramente precisados. Para decirlo fácilmente, los sectores del gran capital obtienen a través del desempleo - que no es una catástrofe natural sino un resultado intencionalmente perseguido por este modelo- ventajas sobre los sectores asalariados. Veamos algunos ejemplos de la realidad.


Una persona que supera los cuarenta años debe vegetar entre no conseguir trabajo o empleos tan precarios que no le garantizan ni siquiera el cobro de salario alguno, por magro que este fuera. Son los puestos de vendedor o telemarketer- como se denominan en la actualidad- en los que se promete un mínimo, pero que luego no es pagado y los trabajadores deben partir acuciados por las urgencias monetarias. Según Ernesto Kritz experto de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), estos adultos... Son el núcleo más duro de la desocupación .


La situación de los jóvenes no es mucho mejor sometidos a contratos precarios, períodos de pruebas, abusos de todo tipo y las mil y una argucias para reducir los costos laborales.


9) Con respecto a la hegemonía cultural de los E.E.U.U., la Argentina no presenta demasiadas diferencias con lo que ocurre en todo el mundo. Basta salir a la calle para comprobarlo. El cartelito Sale ha reemplazado en muchos comercios al telúrico Liquidación, multitudes se apiñan en los locales Mac Donalds por sus globalizadas hamburguesas- pese a las denuncias relativas a la calidad sanitaria de estos productos- y la observación de canales de cable de origen norteamericano hermana a televidentes de sitios tan remotos como Buenos Aires, Carmen de Patagones, Humahuaca o Ushuaia.


10) La Tesis 10 afirma la debilidad de los estados nacionales con relación al poder real conformado por los monopolios financieros aliados con los gobernantes de los países importantes. En la Argentina, esto se verifica- una vez más- para peor. Aquí el estado nacional carece de atribuciones para ponerle ningún límite a la voracidad del conjunto de empresarios que se ha apoderado del país y del destino del pueblo. Sólo subsiste- como cascara vacía de una época pretérita de soberanía- un costoso aparataje político cuya función es alternarse en el gobierno gestionando la acción estatal, sin modificar en lo más mínimo la distribución de la riqueza. Por ende, este conjunto de políticos carece de legitimidad frente a la sociedad civil que- en gran medida y erróneamente- ve en ellos la causa de todos sus infortunios. En palabras del sociólogo estadounidense James Petras... Habría que preguntarse por qué, si esta transición es democrática, los resultados de las decisiones son tan negativos para el electorado. Pasa que muchos de los que toman decisiones no son elegidos ni son nacionales. Cuando oficiales del FMI, el Banco Mundial o los Bancos exteriores diseñan programas (que llaman "ajustes") que afectan la legislación laboral, distribución de ingresos, comercio exterior, pago de deuda, ellos son los que toman las verdaderas decisiones. íNadie los eligió !


De todos modos, hay que reconocer que en las contradicciones que se verifican al interior de la mayoría de los partidos y en las instituciones políticas, tiene el pueblo la posibilidad de incidir para cambiar el rumbo que tiene la realidad económica y social de la Argentina contemporánea. Así lo han comprendido los dirigentes más lúcidos de la protesta cotidiana, como el líder de los desocupados y piqueteros de La Matanza, Luis D’Elia , quién interpela al banquero Eduardo Escassany como si fuera (es) el verdadero detentador del poder real y no el debilitado presidente Fernando De La Rua.


11) Lamentablemente, en este punto, la formación de una oposición social y política global, es tal vez el que menos se verifica en nuestro país. Durante los días de la reunión de mandatarios de países occidentales en Génova se intentó reproducir en Buenos Aires las grandes marchas opositoras que se observaron en la portuaria cuna de Cristóbal Colón. Pero aquí sólo una minoría acudió al llamado. De todos modos, las demandas de los globalifóbicos son asumidas por el dirigente del movimiento de piqueteros, Luis D´Elía, quien afirma que su lucha no es solamente por sobrevivir frente a la magnitud agresiva del ajuste- lo cual no es poco- si no por una auténtica vigencia de las libertades democráticas. En la extensión y profundidad que alcance la oposición reside ni más ni menos que la posibilidad de un futuro con dignidad para nuestro pueblo hundido en la crisis más trágica y salvaje de su historia.


12) Esta tesis que afirma la existencia de una tendencia a la fragmentación en todo proceso de globalización, se verifica en muy escasa medida. La mayor parte de los excluidos busca insertarse en el modelo de la globalización, por lo tanto, existe poco margen para respuestas fragmentadas. Sólo muy escasas fracciones de la población pretenden quedar fuera de la realidad global. En términos porcentuales, su significación es casi inexistente. Quienes resultan marginados del sistema afirman la necesidad de quedar comprendidos dentro de los beneficios de la modernización y quien en realidad los margina es el propio sistema, contra la voluntad explícita de las víctimas.


13) En lo referente a esta tesis, no se advierte ninguna diferencia significativa entre lo que ocurre en el mundo más avanzado y lo que acontece en este país.


14) Desde el punto de vista del pensamiento único y el fin de la historia, en la Argentina, esto se verifica bajo la forma casi consabida que el modelo económico es el único posible, tal como se repite hasta el hartazgo desde los sectores privilegiados.


Los auténticos filósofos del poder son los economistas neoliberales , quienes producen letra para consensuar los planes de ajuste que producen dolor y miseria.


Analizando los efectos del llamado descentramiento del sujeto pueden aportarse algunas reflexiones. La sociedad civil argentina muestra una realidad de escepticismo, confusión y desmovilización que es la mejor aliada del poder real. Podrán buscarse las causas de esta situación en la decepción generada por el gobierno de De La Rua, en las privatizaciones menemistas, en la hiperinflación de fines del gobierno de Alfonsín, en el genocidio perpetrado por la dictadura de 1976 o en todas ellas juntas y a la vez, pero de no revertirse esto, decididamente no hay ningún futuro viable para la democracia y para el pueblo argentino. En los días en que se están escribiendo estas líneas, septiembre de 2001- el gobierno del Doctor De La Rua descargó un terrible ajuste sobre los sectores populares (rebaja de sueldo a estatales, recorte a las jubilaciones, entre otras medidas) que no provocó- en principio- una reacción muy decidida en la sociedad, pese a la profunda amoralidad que anida en el descuento en sus magros ingresos que tiene por víctimas a ancianos desvalidos. La amoralidad consiste en romper el pacto constitutivo de la sociedad: este pacto se basa en el trabajo, entendido como elemento dignificador de los individuos y medio de progreso para todos. Un trabajador destina parte de sus ingresos a fin de retirarse de la actividad con un ingreso digno. Por lo tanto, el trabajo fecundo es la llave de una vida de acuerdo a la ética y un retiro que permita una vejez relativamente desahogada y contemple el reconocimiento a largas décadas de esfuerzos. Si le descontamos a los jubilados- y a trabajadores estatales- para llenar los bolsillos de banqueros, financistas, narcolavadores y otros parásitos le estamos diciendo a las nuevas generaciones que no sirve para nada estudiar, trabajar, esforzarse ya que todo el sacrificio sólo sirve para cebar a una pandilla de delincuentes legales que medran con el sacrificio de la mayor parte de la sociedad. Si la sociedad no puede dar el ejemplo moral, no puede exigir sacrificios de los ciudadanos y está paralizada para reaccionar en consecuencia contra la delincuencia y otros flagelos.


Lamentablemente, la reacción generada por este plan económico fue muy escasa. Sólo altera este panorama de escepticismo la claridad política del movimiento de desocupados de La Matanza, cuyo dirigente citado más arriba no se fatiga nunca en convocar a un amplio frente para cambiar el modelo económico. Lo acompañan en este llamado, algunas fuerzas del espectro político y la C.T.A.


15) El cierre del capítulo precedente- y también de este- se refiere a comprobar como todas las imposiciones que el poder le realizó a la sociedad civil fueron posibles por la habilidad de los sectores dominantes para crear consenso hacia sus políticas.


En la Argentina, la imposición del modelo tiene diversas etapas (golpe de 1976, política privatizadora de Menem, elección del gobierno De la Rua) y en todas ellas resulta fundamental la aceptación de las víctimas del modelo. Nos referiremos aquí a las privatizaciones impulsadas por el Menemismo. Durante largos años la prédica insistente y machacona de economistas y fundamentalmente comunicadores logró que gran parte de la sociedad civil acepte como válida la siguiente ecuación: empresa del estado es igual a despilfarro e ineficiencia. El resultado casi huelga aclararlo, pero igualmente haremos un somero listado:


a) Con las privatizaciones se perdieron cerca de un millón de puestos de trabajo.


b) Las tarifas de los servicios públicos están entre las más onerosas del orbe. El pueblo argentino está empobrecido, muchas personas sin trabajo, los que tiene empleo no alcanzan un standard de vida mínimo, pero de todos modos aquí se paga por los mencionados servicios más que el consumidor del primer mundo.


c) Los ferrocarriles pierden tanto dinero como cuando existía la empresa estatal, pero esta pérdida ya no sirve a la integración del territorio nacional- como cuando existía Ferrocarriles Argentinos- sino al lucro de algunas empresas. Cerca de 400 pueblos están por desaparecer por causa del cierre de ramales de tren. Su población engrosará la masa de pobres urbanos.


d) Repsol realizó una explotación de rapiña de las reservas petrolíferas, sin ningún respeto por el equilibrio ambiental de las regiones donde explora y/o extrae crudo.


e) Aerolíneas Argentinas corre el riesgo de desaparecer, dejando al país sin una línea de bandera y al cielo nacional a merced de monopolios extranjeros que se quedarán con la parte del león del negocio turístico y del transporte aéreo.


Podríamos seguir, pero con esta somera lista por ahora alcanza. Nada de lo mencionado podría haber sido logrado sin consenso.


Tal vez la atonía que muestra la sociedad civil tenga relación con estar procesando y reformulando críticamente este apoyo brindado en su momento al poder económico. Por tal situación, la población paga un precio durísimo y tal vez inmerecido.


Capítulo III


Notas sobre la corrupción, el modelo


y la política



Vivimos la época del totalitarismo económico-financiero.


Este totalitarismo abomina de la política


y sólo cree en los números, en la


libertad del Capital. Así, las cuentas cierran o no cierran.


José Pablo Feiman.

Filósofo y periodista argentino contemporáneo.


El objetivo de las presentes líneas es aportar algunas ideas para definir con un mínimo de precisión lo que en el lenguaje cotidiano se denomina modelo, es decir, la forma concreta que tiene el poder económico de articular economía y política- o sea de subordinar al estado a la lógica de los grandes grupos empresarios- y que le permite maximizar sus ganancias y acumular capital, mientras la gran mayoría de la población se debate en la pobreza.


Esta definición resulta imperiosa, habida cuenta de la dificultad que se observa en la sociedad civil para percibir cual es la causa fundamental de sus infortunios y padecimientos económicos. Luego de esta necesaria precisión, trataremos de extraer algunas conclusiones políticas.


En efecto, si encuestásemos a ciudadanos rasos u hombres de a pie- como gustaba llamarlos el escritor David Viñas- y les preguntásemos sobre la causa de los problemas que sufre el país y ellos mismos, seguramente un porcentaje sustancial se referirá a la corrupción de los políticos como la principal causa de la pobreza: se termina el robo y se acaban los problemas. Esta idea es permanentemente estimulada y azuzada por ciertos comunicadores y economistas a sueldo de los grandes monopolios con una prédica antipolítica constante. Nuestra opinión es radicalmente distinta: no es el robo (que indudablemente existe) lo que empobrece al pueblo sino la aplicación casi ininterrumpida de un mismo modelo económico desde 1976 cuyo rasgo más acentuado es la concentración de la riqueza en muy escasas manos. Tal ha sido el hilo conductor y el elemento común de las distintas políticas económicas aplicadas en la Argentina desde Martínez de Hoz hasta Machinea, López Murphi y la gestión bis de Cavallo, con la honrosa excepción del paso por el ministerio del fallecido Bernardo Grispún , en los primeros tiempos del gobierno del Doctor Alfonsín, en los albores de la democracia.


Pero fue sin duda durante el gobierno de Menem que el modelo alcanzó su forma definitiva, que es lo que trataremos de precisar. El Menemato consolidó la gigantesca transferencia de ingresos a favor de los monopolios que se podía observar en la Argentina desde 1976.


A nuestro entender el modelo tiene tres aspectos centrales y ha quedado superado en la crisis que se desencadenó a fines del 2001. De todos modos, se justifica el análisis realizado. Estos son:


1) La convertibilidad. En razón de la vigencia de esta ley- es decir, tipo de cambio fijo e inamovible, un peso un dólar- todo lo que provenga del mercado exterior será cada vez más barato y lo que se produce internamente será progresivamente más caro. Tomando en cuenta que sigue existiendo una leve inflación, en especial motorizada por ciertos costos productivos (servicios públicos, combustibles); por lo tanto, un peso, un dólar implica el diseño de un perfil de país decididamente importador. Por ello, la consecuencia inmediata es que- aunque exista crecimiento económico- no puede ser reducido el índice de desempleo y por lo tanto crece la pobreza y la marginalidad. A mediano plazo, esto trae consecuencias indeseables como un progresivo achicamiento del mercado interno. Además, para mantener la paridad uno a uno fue necesario incrementar a niveles siderales y demenciales la deuda externa, ya que el aumento de las importaciones y la caída progresiva de las exportaciones provocó una expansión del déficit de la balanza de pagos , financiada con créditos del exterior. Estos créditos se dirigieron mayoritariamente a financiar el citado déficit de la balanza de pagos, el del presupuesto público y en mucho menor medida, a la propia población que accedió a comprar bienes en cuotas... con tasas largamente superiores a las internacionales.


Por ello, la relación, a comienzos de la democracia, entre habitante y la deuda externa era que cada argentino debía cerca de 1500 dólares. En la actualidad y sin existir datos exactos rondaría los 5000. Por otra parte, con la convertibilidad se verifica que toda situación perjudicial para los sectores oprimidos que es propia del modelo neoliberal, debe no obstante ser consensuada por las víctimas del mismo a los efectos que tenga plena vigencia .


2) Las privatizaciones. En este punto, primero tenemos que afirmar que las privatizaciones que hubo en la Argentina son parte de un proceso mundial. Según el ensayista alemán Heinz Dieterich La privatización de la riqueza nacional le proporcionó al gran capital un boom inversionista adicional enorme, no sólo porqué muchas de las empresas fueron enajenadas... a precios simbólicos sino también porqué se abrieron... gigantescos mercados nuevos... Estos mercados nuevos fueron los relacionados con las nuevas comunicaciones, sectores ampliamente rentables. Agrega el mismo autor algunas cifras... desde 1980 han sido privatizadas más de 6832 empresas públicas entre ellas 2000 en el tercer mundo . Calcula además que las privatizaciones superarán 300.000.000.000 de dólares en los próximos años y compara la oportunidad de negocios con las enormes ganancias generada en la época de la acumulación originaria y los primeros tiempos de la industrialización.


En lo referente a las privatizaciones en nuestro país, independientemente de polemizar acerca de si la transferencia de las empresas públicas a manos privadas significó una mejoría en los servicios, sin dudas incrementó notablemente el costo de estas prestaciones , al punto que son de los más caros de todo el orbe. Nos referimos al conjunto de los servicios públicos sean de uso particular o insumo de la producción o costo para el funcionamiento de oficinas y comercios. Además habría que considerar la situación de indefensión en que se encuentra el país con tantos suministros estratégicos (gas, teléfonos e internet, agua potable, energía eléctrica, petróleo , transporte aéreo) en manos extranjeras. Al margen de participar en estas polémicas, está claro que el elevado costo de estos servicios empobrece al pueblo. Tal pauperización se produce por diversas vías.


A) En primer lugar, los elevados precios que paga el público usuario, como ya dijimos, más caros que los consumidores del primer mundo. Analicemos un ejemplo concreto: ¿Cuánto le cuesta a Argentina producir un barril de su propio petróleo? No es posible saberlo. Se trata de uno de los secretos mejor guardados por las empresas petroleras. Algunos expertos independientes lo estiman entre 8 y 11 dólares, según la región y calidad del crudo. Sin embargo, Repsol-YPF lo vende en el mercado interno al precio internacional, que ahora es de 27 dólares (hace unos meses llegó a 35 dólares), lo que impacta en el elevado precio de la nafta al consumidor, uno de los más altos del mundo. Los argentinos pagan la nafta como si viviesen en un país importador .



B) En segundo término, al ser los servicios públicos un componente principal del costo de producción, el precio de los servicios públicos redunda en pérdida de competitividad de los bienes fabricados en el país con la consiguiente secuela de desocupación provocada por tal perdida de la competitividad.


c) En tercer término, los elevados costos de acceso a Internet y pulsos telefónicos significan menos posibilidades de conexión para los usuarios argentinos. Todos las personas que utilizan la red pagan estos costos, pero, en especial, nos preocupa la situación de la sufrida comunidad científica nacional, colocada también en este aspecto, en desventaja con similares del verdadero primer mundo. Desde el punto de vista de la información, los argentinos somos info-pobres.


3) La globalización. Existen diversos abordajes para comprender esta realidad del mundo contemporáneo .


En esta nota destacaremos en primer lugar que la globalización que impuso el Menemato tuvo como rasgo distintivo una desprotección y extranjerización de la economía nacional, sin parangón prácticamente en todo el mundo. En palabras de Aldo Ferrer:


¿Cómo respondió Argentina a estas tendencias? De la peor manera imaginable. Quedó atrapada en la visión fundamentalista de la globalización, según la cual todo sucede en el orden global y el poder radica en los actores transnacionales y las grandes potencias, en primer lugar, en los Estados Unidos. A partir de allí, desprotegido el mercado interno, para colmo con un tipo de cambio fuertemente sobrevaluado. Una combinación fatal: apertura con producción nacional carísima en divisas. Además, admitió indiscriminadamente un cuantioso volumen de inversión privada directa. Esto ha provocado el más extraordinario proceso de extranjerización de cualquier economía de alguna importancia en el mundo contemporáneo .


Por otra parte, el ingreso masivo de capitales no se dirigió a emprendimientos productivos de riesgo Por el contrario, se diseñó intencionalmente un proceso de concentración económica sin precedentes. Shopings, supermercados, grandes espacios de esparcimiento, negociados financieros, grandes cadenas comerciales , las propias privatizaciones, algunas inversiones productivas y por que no mencionar algún dinero de origen y destino inconfesable son algunos de los ejemplos de la gran masa de capitales globalizados que modernizaron la economía argentina. Pero tal modernización benefició a una escasa fracción de la población quedando gran parte de los habitantes en situación de marginados sin remedio. El sociólogo francés Alain Touraine estimó en casi la mitad de los habitantes el porcentaje de los excluidos . Al abrir un shoping cierran gran cantidad de negocios de los alrededores. Un supermercado elimina una legión de almaceneros, verduleros y carniceros. Además, el poder de compra de estos pulpos coloca de rodillas a sus proveedores, en especial a las pequeñas y medianas empresas. Las empresas productivas transnacionales utilizan en gran escala el capital constante , reduciendo al mínimo las demandas de fuerza de trabajo. Además, una característica decisiva de la modernización menemista es el peso de la especulación bancario-financiera en la economía. Concretamente, los spreads, la ganancia que realizan los bancos entre lo que pagan por el dinero de los ahorristas y el interés que les cobran a los tomadores de prestamos alcanza niveles alucinantes. Otro aspecto sustancial de la globalización encarada durante el decenio de Menem es el fuerte peso de la deuda externa y el severo condicionamiento que la deuda externa implica para la economía nacional . Piénsese que para brindar a todo hogar sin ingresos un mímico de 380 a 600 pesos mensuales y así reducir sustancialmente la pobreza hace falta aproximadamente 1.000.000.000 de pesos mensuales, es decir, aproximadamente lo que se paga de intereses de la deuda externa.


Es decir que para hacer una síntesis, globalización, sí; economía moderna, sí; pero no para todos. La globalización- en el mundo y fundamentalmente en la Argentina- presenta vencedores y vencidos...


De este panorama sucinto surge claramente que las causas del empobrecimiento de la población no son otras que la aplicación de un mismo modelo económico desde 1976, pero particularmente desde las dos presidencias de Menem. Es decir que para evitar que la población continúe empobreciéndose es fundamental intentar una nueva distribución del ingreso que limite la capacidad del poder económico de seguir acumulando riquezas y favorezca la posibilidad de que los sectores más perjudicados no se sigan pauperizando. Para lograr imponer esta redefinición o reestructuración en el reparto de la riqueza nacional se puede congregar un arco de fuerzas económicas (Pymes, trabajadores ocupados y sindicalizados), sociales (desocupados, jóvenes, estudiantes, mujeres, vecinos, gente sin tierra y sin techo y movimientos alternativos en general) y políticas (partidos políticos que no reniegan de representar realmente al pueblo, organizaciones barriales en general y las instituciones públicas más cercanas a la voluntad popular como el parlamento) sumamente amplio como para reunir la vitalidad necesaria para triunfar e imponer una alternativa viable, que nuclee la gran mayoría de la sociedad civil.


Pero el modelo neoliberal, que hemos descripto líneas más arriba, es el que el actual gobierno de la Alianza presidido por el Doctor Fernando De La Rua se ha comprometido a respetar a rajatabla- e implícitamente- ha asumido la decisión de no alterar la distribución ya referida del ingreso nacional, que es lo que realmente hay que hacer para eliminar o al menos reducir la miseria y la marginalidad.


Creemos haber demostrado que lo que empobrece a la población es el modelo aplicado y no la gestión más decente o corrupta del mismo plan. A continuación trataremos de extraer algunas conclusiones políticas.


En este pacto implícito- la sociedad vota un gobierno que promete una gestión honesta- reside la causa de la parálisis en que se halló desde un comienzo la gestión de la Alianza. Efectivamente, el gobierno nacional gobierna con relativa y encomiable transparencia ... y el pueblo está crecientemente más pobre . Esto es así porqué no está en la plataforma electoral, ni en las intenciones gubernamentales, ni en la imaginación de ningún sector social de peso entre los votantes de la Alianza la necesidad de transformar el modelo y atender a una distribución más justa del ingreso: es decir, que los grandes empresarios nacionales y transnacionales, los grupos financieros, las Aseguradoras de riesgos de trabajo y de jubilación privada, los subcontratistas de peajes camineros, los permisionarios de servicios públicos entre otros beneficiarios de los últimos tiempos ganen menos para que el pueblo argentino pueda vivir un poco mejor. A comienzos del 2001, se verificó lo que afirmamos en una huelga de transportistas de cargas. Las demandas de estos eran reducción en los precios del combustible y en los peajes , es decir medidas que apuntan a la redefinición de distribución de la riqueza. La puesta en marcha de medidas que apunten a modificar el reparto de las rentas nacionales y el ingreso implica un escenario de confrontación con el poder económico que nadie osa en el elenco gobernante- y en amplios sectores de la sociedad civil- ni siquiera imaginar. Por otra parte, tal situación de conflicto genera enormes temores y terrores tanto en el pueblo como en el gobierno. De modo que en esta situación parece no haber salida, para mejorar el nivel de vida popular hay que confrontar con el poder económico, lo cual no sólo es resistido y temido por los gobernantes, sino también por importantes sectores subalternos. Es en este contexto que hay que analizar el vaciamiento de la política. En la medida que desde el gobierno y el estado es muy difícil revertir la relación actualmente existente entre el poder real y el conjunto de la sociedad civil, se hace muy difícil moderar el empobrecimiento de la mayoría de los argentinos. En consecuencia, el sistema político no le proporciona soluciones a la desesperación popular; la propia palabra política asume para sectores subordinados significados rayanos o sinónimos de robo, peculado, corruptelas, etcétera. Pero estos sectores populares no pueden advertir que sólo desde la acción política pueden hacer algo por modificar su suerte. En consecuencia, si desde la política no se puede transformar la realidad, tal realidad resulta inmutable. Queda congelado así el actual cuadro de distribución del ingreso. Las sucesivas crisis de gabinete- entre ellas la que trajo como consecuencia la renuncia del vicepresidente- hay que analizarla en este contexto. Alvarez renunció por las dificultades para impulsar la acción política en el reducido espacio que le permitía la concentración del poder económico. Prometió durante la campaña que la panacea de los males argentinos era una gestión honrada del estado. Cuando accedió a su cargo, tropezó con la dificultad que significaba poder atender con honradez las demandas de los votantes... y también la maraña de corrupción que lo cercaba desde el senado.


Este poder real es el beneficiario de fondo y el responsable principal de este vaciamiento de la política.


Sin una resignificación de la actividad política es imposible recrear alguna esperanza y la sociedad argentina carecerá de futuro.


Segunda sección


Los hechos fundacionales


Capítulo IV


El golpe de estado del 24 de marzo de 1976

Terrorismo de estado y modelo económico



No existe un lugar llamado futuro,


al que hay que llegar. La cuestión con el futuro,


siempre es saber construirlo.


Mempo Giardinelli. Escritor Argentino contemporáneo.


En los siguientes dos capítulos se analizan dos hechos fundacionales de la Argentina contemporánea: el golpe de 1976 y la guerra de las Malvinas. El primero como punto de partida de la profunda recomposición económica y social a la que fue sometido nuestro país y que subsiste nuestros días. El segundo porqué, desde el punto de vista político, las raíces históricas de la debilidad e inconsecuencia de la democracia nacen de dicha situación bélica que significó el retroceso de las fuerzas genocidas por su propia incapacidad, tontería e impericia y no por haber sido derrotadas por el pueblo movilizado en su contra, pese a la existencia de una cierta rebeldía popular en los últimos tiempos de la dictadura.


El golpe: sus métodos y objetivos


El 24 de marzo de 1976, todo el país fue puesto bajo el control jurisdiccional de las Fuerzas Armadas, como constataba el comunicado oficial de los asaltantes del poder. Los antecedentes y las causas hay que buscarlas en la impotencia de un gobierno peronista jaqueado por la crisis económica, la consiguiente puja sectorial, la violencia política y las constantes peleas internas.


Una etapa para la cual cuesta encontrar los calificativos adecuados estaba comenzando en la Argentina. La tortura- incluyendo la que se realizaba con mujeres embarazadas, delito aberrante si los hay-, el robo y secuestro de niños pequeños o nacidos en cautiverio, la ausencia total de libertades: de expresión, de reunión, la prohibición de funcionar para los partidos políticos y sindicatos de trabajadores, la liquidación de las instituciones democráticas, la anulación de conquistas laborales de larga data, la subordinación de la justicia y muchas otras violaciones a los derechos humanos que se resumen en la más cruel de todas: la desaparición forzosa de personas. En efecto, la palabra desaparecido se dice en castellano en todos los idiomas del mundo para recordar a los 30.000 seres- entre ellos, los jóvenes estudiantes secundarios de La Plata, en el episodio conocido como la noche de los lápices- que fueron secuestrados en sus hogares, lugares de trabajo o estudio o en la propia vida pública. Ya en 1977, el periodista y escritor argentino Rodolfo Walsh denunciaba estas violaciones a los derechos humanos en su último texto, escrito poco antes de caer prisionero de la dictadura para convertirse en un desaparecido más. Este texto sigue siendo un modelo de periodismo riguroso, exhaustivo y de compromiso con las necesidades del pueblo , realizado en las durísimas condiciones de clandestinidad que el régimen imponía. Allí dice Walsh que la represión de los militares tenía una finalidad precisa, definiendo indubitablemente los verdaderos objetivos del golpe de estado...


En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada (subrayado nuestro).


Dicha política económica, impulsada por el ministro José Alfredo Martinez de Hoz durante el lustro que va de 1976 a 1981, coincidente con la presidencia del general Jorge Rafael Videla, tenía principalmente dos finalidades. Estas eran:


a) Provocar una drástica redistribución del ingreso, favoreciendo a los sectores empresarios y perjudicando a los asalariados. Para ello, fue modificada la Ley de Contrato de Trabajo aprobada durante el gobierno anterior, se liquidaron distintas conquistas sectoriales de los trabajadores, se liberaron los precios y se congelaron los salarios. La virulencia de la represión garantizó el éxito de esta primer operación.


b) Alentar la valorización financiera en detrimento de la actividad productiva. Los instrumentos para lograr este objetivo fueron la Ley de Entidades Financieras y la llamada tablita cambiaria. Por efecto de la ley citada, el estado garantizaba los depósitos realizados en moneda nacional de todo el sistema bancario, con lo cual se alentó la proliferación de instituciones sin solvencia que prometían altos intereses y el ahorrista de todos modos acudía a estos llamados en razón de la garantía estatal. Además, se vivió una euforia constante y consistente en dinero que venía al país a obtener durante un mes, las tasa que en el primer mundo se conseguían en un año de colocaciones en el sistema bancario.


La tablita financiera era una pauta progresiva de devaluación que permitía a los especuladores extranjeros maximizar sus ganancias en lo que ya se llamaba bicicleta financiera y luego recomprar sus dólares más las pingues tasas que no existían en ninguna parte del universo. El círculo fue cerrado con la estatización de la deuda externa privada, medida impulsada y aprobada por el entonces presidente del Banco Central, Domingo Felipe Cavallo.


Gran parte de la sociedad fue ganada por la pretensión de vivir sin trabajar y estas personas vendieron sus propiedades para vivir de los intereses. Mientras tanto, una porción significativa de los que no entraban en esta utopía reaccionaria se hundía en la miseria. Además de la inviabilidad económica de semejante pretensión, en lo que ya por aquellos años se llamaba la plata dulce, anidaba una crisis moral que corroía- y corroe hasta hoy- las bases morales de toda la sociedad.


La garantía última de toda esta aberración presentada como política económica era la capacidad represiva de los militares, intacta durante los cinco años de la presidencia de Videla. En este contexto, tiene un rol central la desaparición forzosa de personas, método que no fue exclusivo de los genocidas argentinos y tenía varias finalidades. Algunas de ellas fueron:


1) Si partimos que todos los operativos se hacían con un indudable carácter oficial, ya que se realizaban con las calles cerradas por la policía, exhibiendo vehículos de las fuerzas armadas, con efectivos uniformados y se invocaba la pertenencia a las distintas fuerzas de “seguridad” para entrar en un domicilio; en resumen todo convergía en un punto: el objetivo central era aterrorizar a la población. El mensaje resultaba claro: si existía cualquier tipo de compromiso con alguna actividad opositora, todos seguirían el mismo camino. Cuando se llevaban a alguien a la vista de todo el vecindario el objetivo era transmitirle a quienes quedaban que podrían seguir el camino del desaparecido.


2) Demostrar a la población y al mundo entero que los militares podrían ir- si era necesario- más allá que los propios nazis. Efectivamente, estos criminales alemanes solían entregar los cadáveres de sus víctimas. En el caso argentino, miles de madres y otros familiares a un cuarto de siglo, aún anhelan justicia y quieren saber acerca del destino que tuvieron sus seres queridos.


3) Siguiendo con lo antedicho, en toda cultura, el duelo está aceptado como forma de despedida del fallecido. Al ocultar definitivamente el cuerpo, los represores instalaron en la memoria colectiva de la sociedad civil, y particularmente entre los seres queridos del desaparecido, la sensación de un dolor desgarrador, continuo y sin final. Al no poder despedir a su hijo, toda madre espera que en algún momento reaparezca. Esta es una herida que sangra permanentemente y que, como tal, genera terror. Paradójicamente, también originó una forma de resistencia hasta entonces desconocida: la de las madres de Plaza de Mayo. Acerca de este movimiento, volveremos más adelante.


Los responsables del horror


Cuando los militares se hicieron con la suma del poder público, faltaba menos de un año para el momento en que debían realizarse elecciones que además podían ser anticipadas. Por lo tanto, la crisis económica y social que vivía el país podía- y debía- ser encausada sin pisotear la voluntad popular. Pero la tragedia que comenzaba a vivir la Argentina tenía culpables por acción u omisión, además de los altos oficiales de las fuerzas represivas. Estos solos no pueden gobernar si no lograban el consenso de al menos una parte de la sociedad. Quienes favorecieron la acción de los represores fueron los siguientes actores de la política argentina:


1) Los partidos políticas mayoritarios resultaron responsables de la imposibilidad de mantener la capacidad de autodeterminación de nuestro pueblo. Y esto es así por miopía , falta de grandeza , egoísmos mezquinos , colaboración con los represores e incapacidad para preservar las instituciones democráticas .


2) Una fracción de los empresarios, los más poderosos monopolios, nucleados en lo que en aquellos momentos se llamó Alianza permanente de entidades gremiales empresarias (A.P.E.G.E.), quienes tensaron y agitaron la situación económica, debilitando al gobierno de Isabel Perón porqué habían apostado a la salida golpista.


Este sector se había disuelto en los inicios del proceso democrático de 1973 en la Confederación General Económica (C.G.E.), organización que nucleaba al empresariado nacional, pero frente a la crisis del gobierno peronista reapareció impulsando la solución represiva.


3) Una dirigencia sindical históricamente alejada en sus modos de vida de sus bases y que apostó a la defensa del salario, como si esta lucha pudiera darse independientemente del contexto político del país. Por ello, el golpe sorprendió a algunos sectores sindicales... haciendo una huelga por aumento de salarios.


4) Una guerrilla que se embarcó en una espiral irracional de violencia que hacía caso omiso de los sentimientos y deseos del pueblo y no preservó la democracia como marco necesario para que los sectores populares resuelvan sus problemas. El sector llamado Ejercito Revolucionario del Pueblo (E.R.P.) afirmaba que ya había comenzado- hacía al menos un lustro- la guerra popular revolucionaria. Bastaba comunicarle esta novedad a todo integrante del mencionado pueblo para tomar conciencia del profundo abismo que existía entre esta guerrilla y la población del común. No menor era la desconexión entre los Montoneros- la guerrilla peronista- y la sociedad civil.


Los resultados del terror


En la necesidad de producir una profunda reconversión en la economía y la sociedad en su conjunto radicaba una de las causas del golpe. En estas condiciones es que el estado argentino demostró toda su capacidad para disciplinar a los actores sociales, sea por medios legales o transgrediendo- como ocurrió en la mayor parte de las ocasiones- su propio orden jurídico. Existía la pena de muerte, aún en la torva legalidad encarnada en la ley marcial. Pero ni siquiera esta parodia de legalidad fue aplicada. Los treinta mil desaparecidos son inocentes puesto que ninguno fue juzgado, ni aún por un juez castrense y en nuestro sistema legal existe la presunción de inocencia. Nadie es culpable hasta que queda demostrado en un juicio justo que obviamente incluye el derecho de defensa.


Seis años después y luego de la oprobiosa derrota de las Malvinas, los genocidas debían batirse en retirada. Entonces la Argentina era un país profundamente modificado. Para realizar estas transformaciones es que se produjo el baño de sangre que la dictadura significó. Algunos de esos cambios eran los siguientes:


1) De ser un país centralmente industrial, la Argentina pasó a tener una economía centrada en la valorización financiera, como afirmamos precedentemente. Esto es que la industria dejó de ser la principal fuente de ganancias para pasar a ser la especulación con el dinero y los intereses que de él podían obtenerse. Por ello:


2) Se produjo un alarmante crecimiento en los índices de pobreza y desocupación al descender la inversión productiva. Hasta la dictadura, la Argentina era un país casi sin desocupación. A partir de este desgraciado gobierno, la desocupación estructural se instaló hasta nuestro tiempo.


3) La deuda externa pasó de ser aproximadamente ocho mil millones de dólares a casi sesenta mil millones. La mayor parte de la deuda externa fue contraida por grupos económicos que realzaron enormes ganancias con estos capitales puestos en la ruleta financiera. Luego transfirieron estos dineros al exterior y procedieron a estatizar la deuda . Piénsese que este es el principal factor condicionante de la economía argentina hasta los días que corren.


4) Creció un poder económico que incluía rasgos diferenciales con relación a etapas anteriores de nuestra historia . Este poder económico, un conjunto de grandes empresas monopolistas, resultó el principal impulsor y beneficiario de los cambios que el denominado proceso de reorganización nacional infligió en la distribución del ingreso y en toda la sociedad. Por algo lo apoyó hasta en sus aspectos más bárbaros. Podemos mencionar, por ejemplo, la complicidad de la empresa Mercedes Benz con la desaparición de obreros de su planta de González Catan, problema que se investiga judicialmente... en Alemania. En aquellos años era vox populi que oficiales uniformados iban a las distintas empresas a recabar listas de operarios, para ellos indeseables por su actividad en defensa de los derechos de los trabajadores. Con honrosas, pero muy escasas excepciones, los jefes de personal brindaban la información solicitada y la desaparición de estos trabajadores era seguramente cuestión de horas.


5) La sociedad civil quedó profundamente herida por el terror generado. Esto pudo comprobarse cuando en 1992 existía un importante movimiento en defensa de la educación pública; Carlos Menem, por entonces presidente, amenazó a los concurrentes con que se convertirían en los próximos desaparecidos. Luego de esta intervención, en la marcha siguiente, la concurrencia se vio profundamente disminuida.


Educación, barbarie y los movimientos por la vida


Indudablemente los acontecimientos que hemos reseñado no deben quedar en el olvido. Con gran acierto, la legislatura de la Provincia de Buenos Aires- por medio de una ley impulsada por el diputado aliancista Eduardo Sigal- instituyó con carácter obligatorio el recuerdo del 24 de marzo como jornada de reflexión sobre los derechos humanos en los establecimientos educativos de su jurisdicción. Este ejemplo debería ser imitado por el Parlamento Nacional, las otras legislaturas provinciales y los Concejos Deliberantes de todos los municipios del país.


Impulsado por idéntica motivación, el ensayista argentino José Pablo Feinman, en una serie de notas dedicadas al recuerdo de la dictadura procesista y la barbarie nazi, escribe parafraseando al filósofo alemán Theodor Adorno: La exigencia de que la ESMA no se repita es la primera de todas en la educación (donde Feinman escribe ESMA , Adornó apunto Auschwitz, el nombre del más terrible campo de concentración nazi, aclaración nuestra).


Interpretando este espíritu, se aprobó la ley citada. La educación o sirve para crear espíritu reflexivo y crítico o no es más que un instrumento para perpetuar las condiciones de injusticia y sometimiento. Y para gestar este ámbito reflexivo es fundamental no olvidar: el olvido es la gestación de nuevos horrores. No es casual que el organismo que nuclea a los hijos de los desaparecidos se llama H.I.J.O.S., sigla que significa hijos por la identidad y la justicia contra el olvido y el silencio. Olvido y silencio son las dos caras de la impunidad, una enfermedad que corroe el cuerpo social.


En lo que queda de este capítulo, reflexionaremos sobre un problema decisivo: ¿Cómo fue posible este horror? Tal vez muchos jóvenes- que no vivieron la época- se formulen esta pregunta habida cuenta de que ningún gobierno- por despótico que fuera- puede sostenerse sin contar con un cierto consenso en una fracción importante de la sociedad.


Feinman contesta que La sociedad en su actual estructura no se funda en la atracción sino en la persecución del propio interés en detrimento de los intereses de los demás (...) La incapacidad de identificación (aquí identificación se entiende como sentir como propio el dolor de otro, aclaración nuestra) fue sin duda la condición psicológica más importante para que pudiese suceder algo como la ESMA (...) Lo que suele llamarse ‘asentimiento’ fue primariamente interés egoísta: defender el derecho propio antes que nada y, para no correr riesgos –¡eso no!–, cerrar la boca. Es ésta una ley general en relación con el orden establecido. El silencio bajo el terror fue solamente su consecuencia.


La frialdad de la mónada social (monada aquí se entiende como individuo aislado de los demás, sin crear vínculos solidarios, aclaración nuestra), del competidor aislado, en cuanto indiferencia frente al destino de los demás, fue precondición de que sólo unos pocos se movieran. Bien lo saben los torturadores .


La reflexión es más que inquietante: el egoísmo individual y la falta de solidaridad fueron la causa principal de que el horror fuese soportado y tolerado por la sociedad civil... y esto, lejos de haber cambiado en la realidad de nuestro país es tal vez mas fuerte que en 1976. El haber instalado estos disvalores entre nosotros ha sido tal vez el más importante triunfo de los asesinos.


Lo contrario del individuo solitario, aislado y temeroso lo constituyen los organismos defensores de los derechos humanos, en especial las madres de Plaza de Mayo. Nacidas- como organismo colectivo- del dolor de buscar pertinazmente a sus hijos arrancados por las fuerzas represivas, se convirtieron en una realidad cualitativamente distinta a la simple sumatoria de su condición de mujeres individuales. Desafiaron la furia homicida del régimen, la amenaza, el aislamiento, el insulto y se convirtieron en un ejemplo y un símbolo para la conciencia ética de toda la humanidad.


Desde el punto de vista del análisis académico, siguen atrayendo el interés de distintos investigadores. El último de los textos dedicados a las madres es un capítulo de un libro reciéntemente publicado. Allí se afirma... las Madres de Plaza de Mayo protestaron como pocos hombres osaron hacerlo. Los militares argentinos intentaron disolver al movimiento y desacreditarlo. Sin embargo, sus manifestaciones callejeras persistentes, así como las huelgas de hambre, contribuyeron a derrocar al régimen represivo argentino . (Subrayado nuestro) No podemos compartir la afirmación que los militares fueron derrocados, pero indudablemente la lucha de las mujeres que se reúnen en la plaza todos los jueves fue decisiva para aislar y desprestigiar a los genocidas.


Las madres de la Plaza de Mayo como los resistentes al nazismo- en especial, los partisanos del gueto de Varsovia- demostraron y muestran con su ejemplo y su entrega desinteresada a toda la humanidad que es cierto lo que dijo el músico argentino Fito Paez:

Quien dijo que todo está perdido


Yo vengo a entregar mi corazón


En la actualidad, el ejemplo de las madres es retomado y desarrollado por el movimiento de los piqueteros, quienes luchan también por no desaparecer, ahora no tragados por los grupos de tareas, si no por la auténtica guerra social que el poder económico libra contra el pueblo argentino.


Por todo lo antedicho, una temática de debate decisiva es pensar como es posible que cada uno de nosotros no cree y recree las condiciones del horror. Feinman- parafraseando a Adorno- lo resuelve con una reformulación del imperativo categórico ideado por otro gigante del pensar: el filósofo alemán Inmanuel Kant (1724-1804). El imperativo categórico Kantiano- máxima fundamental de la ética del pensador alemán- afirma la necesidad de actuar de acuerdo a un precepto que se quiere transformar en máxima universal. . Es decir que no debe haber excepciones o dobles discursos. Para decirlo en otros términos: haz lo que yo digo y lo que yo hago.


Este imperativo podría formularse así: actúa de tal modo que ninguno de tus actos pueda contribuir a crear las condiciones de posibilidad de otro Auschwitz .


Crear lazos de solidaridad, no enfrentarse inútilmente entre víctimas de los abusos de poder, sentir como propia toda violación a los derechos humanos cometida en los sitios más lejanos son sólo algunas de estas tareas para hacer realidad el mencionado imperativo categórico reformulado de acuerdo a las necesidades del pasado siglo XX- la centuria de barbarie más terrible que conoció la humanidad- y el presente siglo XXI que se nos aparece como no menos horroroso.


Dice Feinman ya transitando este nuevo milenio:

Quienes piden que maten a los otros para vivir en una sociedad segura están instaurando el régimen que puede devorarlos. Cuando una vida pierde su valor, la pierden todas .


Quienes reclaman mano dura irracionalmente frente a cualquier circunstancia, quienes justifican alegremente matar a los delincuentes o a los simples sospechosos, quienes postulan que no puede hacerse nada para resolver los problemas acuciantes de la realidad actual, quienes predican una vuelta a la cerrazón de la vida familiar y privada, están- consciente o inconscientemente- creando las condiciones para que el horror vuelva a mostrar su rostro sediento de sangre.


Como se ve, sólo desde la reflexión contemporánea de los problemas se podrá aportar a que se hagan realidad las palabras del Fiscal del juicio que en 1985 se realizó contra los comandantes de las juntas militares asesinas, Julio Cesar Strassera, quien finalizó su alegato pidiendo:

Nunca más


Capítulo V

La guerra de las Malvinas


o cuando la dictadura se suicidó



Bajo un manto de neblina


De la marcha oficial


que se escuchaba en los medios


durante el conflicto


El 2 de abril de 1982, los sufridos habitantes de nuestro país nos desayunamos con una noticia sorprendente: la dictadura militar más entreguista que conoció el país en toda su historia había recuperado las Islas Malvinas, territorio argentino usurpado por los ingleses desde 1833. La noticia- que provocó alegría y desconfianza casi por partes iguales- soslayó y sirvió para silenciar muchas cuestiones decisivas: una de ellas fue la feroz represión descargada sobre la marcha que- contra la política económica y sus secuelas- la C.G.T. había realizado dos días antes. Otra, el deterioro de las condiciones de vida del pueblo, enorme por aquellos días.


Para poder comprender adecuadamente lo que ocurría en 1982, es necesario reflexionar sobre las causas de la aventura militar, aventura que costaría gran cantidad de vidas y el abandono de los militares del poder como respuesta necesaria a la derrota humillante frente a las tropas imperialistas, superiores en tecnología, armamento y preparación para el combate. Esta reflexión resulta absolutamente necesaria dado que la debilidad y raquitismo que exhibe la democracia argentina actual hunde sus raíces en los tiempos finales de la dictadura genocida.


En distintas circunstancias, como clases y conferencias, interpelados los auditorios con la pregunta de quien comprende mejor el fenómeno de la guerra, si un filósofo o un guerrero, las respuestas se dividen entre la primera o la segunda de las opciones. En realidad, la mayor claridad la aportó el alemán Carl von Clausewitz (1780-1831), quien fue militar y también filósofo. En su célebre tratado De la guerra afirma que...


La guerra no es otra cosa que una prolongación de la política... Para decirlo con otras palabras, es la continuación de la política por otros medios. Por ello, comprender la guerra de las Malvinas es captar que direccionalidades políticas se continuaron por medio de las armas, en la guerra iniciada en el Atlántico Sur.


La dictadura argentina había asumido el poder en 1976, favorecida por la situación de crisis absoluta que se vivía en el país. Esto le dio el consenso necesario para legitimarse. Nunca está de más sostener que ningún gobierno puede sustentarse sin contar con la aceptación- activa o pasiva- de una franja sustancial de la sociedad. Estos sectores- que prestaron su apoyo a los genocidas- no fueron toda la sociedad, ya que alcanzó con silenciar y aterrorizar a los más férreamente opositores. Entre quienes alentaron el golpe se destacaban sus principales beneficiarios: los grandes empresarios, el poder económico, pero también sectores populares paralizados por la inflación imperante en la época, por la crisis política-institucional y por la violencia irracional de las organizaciones guerrilleras. El imperativo de orden que los militares encarnaban fue lo que les dio la legitimidad, a despecho que tal orden era conquistado por medio de terribles violaciones a los derechos humanos.


Debido a la continua aplicación de una política económica que empobrecía a gran parte del pueblo, el primitivo apoyo con que contaban los militares se había desgastado a lo largo de los ya seis años transcurridos desde el veinticuatro de marzo de 1976. La deuda externa y la desindustrialización habían descapitalizado al país, el desempleo y la pobreza iban en constante aumento con su secuela de marginalidad y achicamiento del mercado interno, la especulación financiera (popularmente llamada la plata dulce) era una práctica constante que socavaba las reservas morales- además de las económicas- de la nación, por citar sólo algunas circunstancias que avalan lo que afirmamos. Por lo tanto, los militares- debilitados también ellos por las diversas crisis que desgarraban a la sociedad- deseaban relegitimarse. Para esto inventan la ridícula aventura de Malvinas, una extraña idea que parecía más adecuada para la imaginación afiebrada de algún novelista influenciado por el realismo fantástico o mágico, tan propio de nuestra América. Es así que una exótica nación del fin del mundo- dirigida por un general borracho, el inefable Leopoldo F. Galtieri que había reemplazado a su colega Viola a fines de 1981- pretendía desafiar al complejo militar más sofisticado del orbe, la O.T.A.N., preparado para lidiar con la que entonces era la otra superpotencia, la Unión Soviética. La inevitable derrota significó el fin de la dictadura, en una escena que parece calcada de cuando un boxeador tonto se noquea a si mismo haciendo sombra en el gimnasio. Pero en esta derrota, originada en su propia incapacidad y no en la movilización popular, se origina gran parte de la debilidad e inconsecuencia de la democracia argentina de estos tiempos.


Sintetizando, la política que lleva a la guerra de las Malvinas- desde el bando de los militares argentinos- es la necesidad de relegitimar a un régimen criminal y desgastado por la continua aplicación de un modelo de pobreza y exclusión en lo político, lo económico y lo social. El objetivo de los genocidas era que la recuperación de un territorio nacional irredento hiciera olvidar a la sociedad las gruesas dificultades que atravesaba.


Por el lado británico, la situación no era muy distinta. Gobernaba desde 1979 la primer ministro conservadora Margaret Thatcher, la dama de hierro, quien no pasaba su mejor momento debido a la resistencia de los sindicatos de trabajadores a su política económica neoliberal. Para Thatcher, la ocasión de liberar territorio británico caído en poder de la junta militar argentina- que ella a partir de la invasión denominaba fascista- resultaba fundamental para fortalecer su cuestionada acción de gobierno, exaltando el sentimiento nacionalista de su pueblo, en gran parte nostálgico de la época de apogeo del imperio. En síntesis, se trataba de relegitimar también a un gobierno débil y desgastado en este caso por una oposición social muy activa, durante aquella época (fines de 1981 y principios de 1982).


Los observadores de ambos lados- a partir del desencadenamiento del conflicto- pudieron observar, curiosos, extrañas mutaciones. El gobierno militar argentino, en especial Galtieri- que desde fines de 1981 había asumido con el explícito deseo de que la Argentina volviera al mundo occidental- debió arrojarse en brazos de una rara alianza con el movimiento de países del tercer mundo. En una recordada conferencia de países tercermundistas celebrada en La Habana, el ya fallecido canciller de dos dictaduras, Nicanor Costa Méndez, se abrazaba azorado con el mismísimo Fidel Castro, en una extraña parábola de la alineación occidental.


En Inglaterra, las cosas no eran muy distintas. Margaret Thatcher denunciaba a la sangrienta dictadura que ella misma había avalado poco antes.


Mientras tanto, la prensa lamebotas del proceso la presentaba como un enemigo de la nacionalidad; cuando en ocasión de su triunfo electoral, se había deslumbrado con la simpatía y el coraje de la Dama de hierro. Un año antes del conflicto, la televisión argentina- absolutamente controlada por el estado genocida- había transmitido (en vivo y en directo y con tono de boberías) el casamiento del príncipe Carlos y la fallecida princesa Lady Di.


Pero no todo era cuestiones banales o vacías. En ocasión del conflicto se comenzaba a descubrir tardíamente las distintas manifestaciones de la cultura nacional, silenciadas hasta entonces por los medios y ámbitos dirigidos por la dictadura. Los medios de difusión- tanto la T.V. como la radio- redescubrían a artistas hasta entonces reducidos al silencio.


Relatar la derrota argentina es redundante, porqué no podía ser otro el resultado. El ejercito argentino era una fuerza preparada para la represión interna y no para la guerra exterior. Además, los militares vieron uno a uno como fracasaban todos sus cálculos políticos. Recordar que La guerra no es otra cosa que una prolongación de la política. Haremos un somero listado de ellos:


1) No van a venir, afirmaba un ridículo comodoro de la fuerza aérea por televisión. Les queda muy lejos. Mientras tanto, el gobierno de Margaret Thatcher preparaba una impresionante flota.


2) La conducción militar pensaba que E.E.U.U. iba a ser neutral durante el conflicto, en reconocimiento del trabajo sucio realizado por comandos argentinos en Centro América y de otras tareas como las que la dictadura realizó durante el golpe de estado dado en Bolivia, por el general García Meza en 1980 . En cambio, el gobierno de Reagan privilegió la alianza estratégica con Gran Bretaña y no le concedió absolutamente nada a los militares, que ya resultaban a sus ojos un puñado de coloridos pero trágicos aventureros. La llegada de la flota británica- y la eficaz acción que desplegó, como el hundimiento del Crucero Belgrano- hubiera sido imposible e impensable sin el aporte de información satelital brindada por el coloso del norte.


3) Cuando ya estaba la flota en las cercanías de las islas, el gobierno argentino quiso negociar, pero se encontró con que la primer ministro británica torpedeó la posibilidad de evitar la guerra con el citado hundimiento del crucero General Belgrano.


La desigual batalla es por demás conocida. Poco pudieron hacer los esforzados conscriptos frente a un ejercito profesional, altamente entrenado y equipado con la más moderna tecnología bélica. En realidad, además de las fuerzas británicas, los soldados argentinos debieron enfrentarse con el hambre, el frío y- por sobre todo- contra la brutalidad de una oficialidad cruel e insensible como sus enemigos desleales y permanentes. Es sabido que varios soldados fueron estaqueados por la noche, por protestar a causa de la deficiente alimentación. Algunos de los oficiales que realizaron estas deplorables tareas- nunca está demás recordarlo- se postularon o postulan para recibir el voto popular, como Aldo Rico y Mohamed Ali Seineldin. Mientras tanto, la población donaba dinero, joyas, vestidos y comida para las tropas. Varios de estos artículos fueron comercializados en distintos negocios de todo el país. La guerra no se pudo ganar, pero sirvió para que algunos oficiales lucraran con la solidaridad popular. También existió un Fondo Patriótico Malvinas, cuyo rendimiento nunca se realizó públicamente. La causa por este desfalco quedó perdida en algún rincón del Palacio de Tribunales.


Finalizado el conflicto, el informe Rattenbach- una investigación jurídica realizada dentro de los propios sectores militares- dictaminó acerca de las gruesas fallas de conducción que pudieron observarse en las fuerzas armadas argentinas. El informe fue lapidario y recomendó severísmas penas que fueron dictadas por tribunales civiles, cuando ya en democracia, los culpables del desastre fueron juzgados. Posteriormente, el indulto dictado por Menem consagró – una vez más- la impunidad.


La guerra sirvió también para mensurar la miseria ética e intelectual de gran parte de la dirigencia política argentina. La inmensa mayoría de los políticos se alineó en la aventura militar, concurriendo a izar banderas junto al ejercito y avalando prácticamente todo lo actuado por la Junta Militar con relación al conflicto. También los partidos de izquierda quedaron pegados en la defensa de la patria, equívoco nombre que recibía la defensa objetiva de la dictadura, independientemente de la voluntad de quienes adherían a estos discursos. Estos partidos no habían digerido adecuadamente una afirmación que antes del conflicto ellos mismos realizaban: Un territorio no vale más que la vida de las personas que lo habitan. El colmo del ridículo lo protagonizó el Partido Obrero, que desde su periódico llamaba a los trabajadores a dirigirse a los cuarteles y pedirles armas a las fuerzas armadas para enfrentar a los ingleses. Afortunadamente, los obreros ni leían estas imbecilidades, y si las leían, les hacían caso omiso. De haber puesto en prácticas estas sugerencias, hubieran comprobado hacia que lado apuntaban los fusiles del ejercito.


Las posiciones pacifistas sólo fueron defendidas por un puñado de integrantes de diversos organismos defensores de los derechos humanos y por individualidades que poco eco lograban, en el marco de la férrea censura impuesta por la dictadura, contrastada con el ruidoso coro de defensores de la absurda aventura.


Párrafo aparte merece el tratamiento recibido por los combatientes luego de la guerra. Los soldados fueron despedidos hacia las batallas en medio de una sonora parafernalia triunfalista. Producida la derrota, fueron recibidos en silencio, casi con vergüenza. Desde entonces, la sociedad y los sucesivos gobiernos se hacen los tontos frente al problema del reconocimiento y la reinserción de los soldados ex-combatientes en Malvinas. Recibieron palabras, halagos y promesas, pero en efectivo, sólo silencio, abandono, soledad y dolor para mitigar tanto sufrimiento pasado y presente. Casi no existen planes de reinserción laboral, ni acceso preferencial a prestaciones de salud, por citar dos aspectos urgentes.


Pero aún así estaban en mejor situación que quienes quedaron en las islas a los que nadie podía devolverle la vida. Estos conscriptos, los que fallecieron y los que sobrevivieron, en su mayoría eran provenientes de las franjas más bajas de la población y merecen el reconocimento de toda la sociedad. Como en E.E.U.U., durante la guerra de Vietnam, sólo los pobres dieron sus hijos al ejercito. Los sectores acomodados pagaban para que sus vástagos zafasen de la peligrosa milicia.


Lo único positivo que arrojó el conflicto es que la dictadura criminal debió irse, abriendo paso a la democracia- independientemente de la valoración que hagamos de ella- que hoy goza el pueblo argentino. Pero en la medida que los genocidas debieron irse en estas condiciones, sin sufrir una derrota contundente por parte del pueblo; se gestaron las condiciones de una democracia débil, superficial y procedimental. El poder económico- verdadero causante y beneficiario del criminal plan de gobierno implementado desde 1976- observaba todo el proceso desde bambalinas y sacó las conclusiones del caso: los militares dejaban de ser confiables, era necesario pasar a otra etapa: las democracias restringidas y condicionadas que vivimos en la actualidad.


La guerra de Malvinas fue una radiografía de la sociedad argentina, de sus miedos, sus inconsecuencias, sus límites, sus terrores y de las dificultades- que hoy siguen vigentes- para que el pueblo argentino decida su destino y pueda gozar de la paz, el bienestar y la prosperidad que desea. Para ello hay que recrear la democracia liberándola de los condicionamientos que sufre.


Tercera sección

Algunos aspectos de la crisis actual


Capítulo VI


El golpe de mercado:


Voluntad popular o


voluntad de los lavadores de dinero


Puede la Argentina... darse el lujo de eyectar a un funcionario del área


económica que goza de autonomía determinada por ley? se inquieren los


defensores de Pou. Y se responden, fervorosos, que no. Salvo que se quiera


potenciar el riesgo país y poner en jaque a la reactivación económica en


cierne, a la estabilidad monetaria, al gobierno en fin. Salvo, asumen todos,


que haya delitos probados. Esto es juzgados, con sentencia firme. Traducido


al castellano –o al dialecto que se habla en Comodoro Py– en un futuro


improbable y ciertamente remoto.


Mario Wainfield. Periodista argentino.


Los argentinos asistimos- desde hace mucho tiempo, pero principalmente desde que comenzó en 1999, el gobierno de la Alianza- a hechos que no colman nuestra capacidad de asombro, porque esta hace ya bastante que no tiene límites. Cuando los banqueros se ponen de acuerdo para no comprar títulos públicos, sube incansablemente el riesgo país y los grandes operadores generan corridas en los mercados están presionando al poder político para imponer su voluntad, contra el deseo mayoritario del pueblo argentino de vivir con mínimas condiciones de dignidad, estabilidad y bienestar. A más 25 años del golpe de 1976, este vuelve a producirse, sólo que no por vía de los tanques y los atropellos de los grupos de tareas, sino con corridas cambiarias, bursátiles o bancarias. Los desaparecidos de ayer son los más de 40 niños que mueren diariamente de hambre en los tiempos actuales, los jubilados que fallecen por no acceder a medicación, los pobres y desocupados del campo y la ciudad víctimas de los planes de ajuste, aunque ya no de las patotas militares. Pero el objetivo es el mismo que en 1976: imponer los intereses de un reducido núcleo del poder económico contra de la voluntad popular.


Sesudos economistas enrolados en el neoliberalismo vienen pontificando- en cuanto programa televisivo o radial circula en el aire- que lo que ellos defienden es la única política económica posible y que además cuenta con substancia científica e intelectual. El pétreo semblante de Daniel Artana- un enemigo jurado de la producción nacional- reemplazó durante escasos días al no menos duro rostro de José Alfredo Martínez de Hoz, pero nada de fondo alteró la sustancia de los planes económicos ensayados. No casualmente estos planes- aplicados casi sin pausas desde 1976- son los causantes de la pobreza y la marginalidad en que está hundido nuestro pueblo.


Así fue como estos economistas pronosticaron la inevitable caída de Machinea- que resultó una profecía autocumplida- y la sucesión de este por Ricardo Hipólito López Murphi, de efímera gestión. L.M. anunció un paquete descaradamente ajustador que liquidaba subsidios a las producciones de algunas provincias pobres, resultaba letal para la investigación científica, eliminaba el incentivo docente y recortaba el presupuesto de la educación universitaria pública, mientras no tocaba las prebendas de las universidades privadas. Paralelamente- ventajas de la democracia- ocurría la revelación de escandalosos negociados realizados por banqueros ligados y beneficiados por la administración Menem y por prestigiosas entidades crediticias internacionales, como el Citibank. Fuga, lavado, centrifugado y secado de dólares fueron realizados mientras las autoridades del Banco Central encabezadas por el entonces presidente de la entidad, Pedro Pou- encargadas del fiscalizar la pureza del sistema financiero- miraban para cualquier lado, pero no para donde debían observar y en consecuencia, prevenir estas tropelías. Cuando la descreída opinión pública esperaba que los responsables de estos desfalcos fuesen presos como corresponde, en cambio, llegan al gobierno de la mano del cambio ministerial y por vía del golpe de mercado con el que piensan proseguir chantajeando a los poderes políticos y a la mayor parte de la sociedad. O se hace esto o sobreviene un caos impredecible e inenarrable: el auténtico Apocalipsis.


De todos modos hay que apuntar que el Plan de Lopez Murphi fracasó estrepitosamente por la notable unanimidad opositora que logró despertar en contra. Centralmente su error fue agredir a los sectores de la educación y la investigación científica que reaccionaron cerrando filas con lo más progresista de la dirigencia de los partidos políticos.


Mientras tanto, se recorta en medio de la crisis una más que acelerada disolución del poder presidencial. El doctor Fernando de La Rua demostró en la ocasión una notable ausencia de visión política: simplemente pretendió que el radicalismo- el más antiguo partido político argentino, más que centenario- rifase su pasado, su presente y su futuro con la adhesión al plan L. M.. De ahí a privatizar la Casa Radical o convertirla en un espacio para shopping hay un sólo paso, que el legendario partido de Yrigoyen y Alem no quiso transitar y se insubordinó contra el presidente y su ridícula corte de adulones- sus hijos varones, el banquero Fernando de Santibañes, el ex ministro del interior de Alfonsín, Enrique Nosiglia, la ministro de trabajo Patricia Bulrich Luro Pueyrredón- obligándolo a dar marcha atrás. Desde el comienzo en 1999, la gestión de De La Rua se encuentra paralizada y atada a los dictados del poder económico, presa del terror a terminar como su antecesor radical, Raúl Alfonsín.


El sábado 17 de marzo, en la bolsa de comercio, un puñado de financistas ovacionaba al efímero ministro de economía mientras el país ardía. Sugestivamente los grupos empresarios orientados a actividades productivas más importantes del país- Techint y Arcor- se ausentaban sin aviso de la sabatina reunión. No podía pretenderse una fotografía mejor de los conflictos que desgarran a la sociedad que esta imagen, propia de violinistas en el Titanic, en la que estos satisfechos financistas se regodeaban adulando un plan demencial, mientras toda la sociedad los repudiaba y el país literalmente se incendiaba por causa de la oposición generada por el paquete.


Poco después, asumió Domingo Cavallo como nuevo ministro de economía y virtual salvador de un gobierno que hace agua. Con el creador de la convertibilidad, el golpe de mercado continúa. Al principio, no de modo tan descarado, como bajo el ministerio de Lopez Murphi. Pero el calvo economista exigió plenos poderes- que cedió el legislativo, bien que con limitaciones- para encausar la crisis y cumplir la promesa de que nazca la ansiada reactivación. El congreso aceptó este chantaje y el golpe de mercado logró sus objetivos: un funcionario leal al poder económico- que consiguió menos del 10% de los votos en 1999- conduce los destinos del país alejado de todo control popular. Para ello, contó con la voluntad de los gobernadores del peronismo, quienes tienen gruesas dificultades para cerrar las cuentas de sus provincias y, a cambio de la ayuda de la nación, brindaron el necesario apoyo de sus diputados para que Cavallo realice sus planes, presionando a los legisladores de sus provincias para que voten los poderes, bien que acotados como ya se mencionó más arriba.


Mientras tanto, las medidas que ya tomó Cavallo son elocuentes: un nuevo impuestazo, en este caso a los cheques, créditos y débitos bancarios viene a gravar la actividad comercial y productiva. La nueva política económica incorporó demandas de la sociedad civil, como la relativa protección a la producción propia, pero en lo central continúa el signo de todas las similares aplicadas desde 1976. Pide también rienda suelta para reestructurar reparticiones públicas, reformar leyes sociales, privatizar lo poco que queda del estado y pretendió garantizar el pago de las deudas públicas con recaudación impositiva u otros activos. Esta prerrogativa le fue denegada por el congreso. Pero en ocasión de la crisis desplegada a partir de julio con la astronómica escalada del riesgo país, impuso la llamada ley del déficit cero que es la continuación de la política de Lopez Murphi por otros medios, y además agravada. Coloca este instrumento jurídico como primer prioridad, el pago a los acreedores externos. Por lo tanto, en el espíritu que el congreso primero le había denegado. Sobre esto volveremos más adelante.


El economista nacido en Córdoba llega al gobierno sobre las ruinas convertidas en cenizas de la alianza que depositó a De La Rua en la Casa Rosada. Para él, la oportunidad resulta única para reconstituir su figura, muy dañada por el magro porcentaje que obtuvo en la presidencial de 1999 y el triste papel que cumplió la noche de su derrota frente a Anibal Ibarra, en la elección a jefe de gobierno de Buenos Aires del 2000, pero que ya parece ocurrida hace un siglo. Mientras tanto, el Frepaso se desgarra- en medio de una crisis interna pavorosa- entre un sector relativamente conservador dispuesto a seguir con la alianza a cualquier costo y un sector progresista que se muestra más proclive a cumplir el mandato popular. A su vez, este conglomerado se divide entre quienes han roto definitivamente con la alianza- la diputada de origen sindical Alicia Castro, la bancada del Partido Socialista Democrático y siguen las firmas- y quienes mantienen un perfil crítico, pero sin romper definitivamente con el nucleamiento de gobierno.


En el fondo se recorta una situación insoslayable: el desgaste de la figura del renunciado ex-vicepresidente Carlos Alvarez que muestra los límites de su política: pretender mejorar la situación del pueblo apelando exclusivamente a la lucha contra la corrupción, sin alterar la distribución del ingreso. En poco más de una década, el ex vicepresidente consumó su fulgurante ascenso y su no menos veloz caída: de figura expectante a cómodo espectador del conflicto social .


En el radicalismo el panorama no es menos difícil y complicado. Las apoyaturas en el partido de Alem para el programa de Cavallo son mínimas y la figura de De La Rua pasa por su época de mayor desprestigio. La moderación de las críticas- alternando con algunas más duras- que formula el líder del sector progresista y ex presidente, Raúl Alfonsín no obscureció el hecho de que gran parte de la dirigencia y bases radicales se mostró en pie de guerra frente al ajuste impulsado por el recordado Lopez Murphi y la posterior continuación bajo la etiqueta del déficit cero. Así, la llegada al ministerio de economía de Cavallo significó para el partido de Yrigoyen un durísimo hueso que aún no termina de roer.


Esta situación se agudizó en ocasión del terrible plan que impulsa el economista cordobés desde julio. El poder económico volvió a cargar con sus armas preferidas: fuga de depósitos y capitales, suba del riego país, bajas en las acciones y en los bonos de la deuda externa sumado a intervenciones públicas de sus personeros pidiendo abiertamente represión . Lograron imponer así- primero por decreto, luego por ley- recortes en sueldos de empleados públicos y jubilaciones, con un objetivo de fondo: imponer una hiper recesión que haga descender hasta el mismísimo infierno y más abajo también el salario promedio de los trabajadores. Este descenso es ganancia pura para los banqueros, mientras que gran parte de los empresarios se perjudican pues están atados a la evolución del mercado interno, totalmente paralizado desde la aplicación de las medidas. En la aguda crisis en que se desgarra la Argentina, las ganancias que consiguen los bancos y financieras son altísimas e inexistentes en otros países del mundo.


Además de la inviablidad económica de las medidas- sería uno de los pocos o inexistentes ejemplos en la historia económica mundial acerca de salir de un contexto altamente recesivo reduciendo salarios y gasto publico.- resalta el severo condicionamiento para la democracia que la aplicación del plan significa. En los días previos a la votación de la ley, era abierta la presión del poder económico (léase mercados) por la aprobación del nefasto instrumento jurídico, votado vergonzosa y vergonzantemente por los legisladores. El colmo resultó la sesión senatorial, realizada en un larguísimo fin de semana bajo la amenaza de que si no se lograba la aprobación el lunes ardían los mercados y todo el país. Extraña trama tuvo el debate, todos los legisladores se oponían a la sanción y curiosamente apareció aprobada.


Para la inmensa mayoría del pueblo argentino, las perspectivas siguen siendo muy difíciles, pero la crisis de marzo y la posterior desencadenada por el ajuste autodenominado déficit cero impulsado por Cavallo permiten extraer importantes conclusiones. Estas son:


1) No se debe depositar la confianza ilimitadamente en ningún partido o agrupamiento político, social o sindical. Estos son herramientas que si sirven al pueblo deben ser acompañados, apoyados y si no desechados.


2) La movilización popular hizo naufragar la estrategia de Lopez Murphi y es el único medio realmente confiable que tiene la sociedad civil para resolver sus conflictos y problemáticas.


3) De todos modos, la insuficiencia de este proceso de movilizaciones queda marcada por el hecho que logró bloquear lo más agresivo del ajuste de Lopez Murphi, pero no imponer un cambio de rumbo. El pueblo pagó muy caro esta situación al desencadenarse el nuevo ajuste.


4) Por esto subió Cavallo, retomando demandas populares pero para ejecutar el plan primitivo favorable al poder económico, cosa que quedó demostrada con la ley del déficit cero.


En este contexto, el éxito del plan Cavallo es la última posibilidad de De La Rua para consolidarse en el gobierno, pero a su vez lo coloca en una situación de auténtico rehén de su superministro: si este logra reactivar la economía, intentará capitalizar el logro como triunfo personal y buscará ampliar sus atribuciones, importantes pero limitadas. Fuera de discusión- una vez más- volvió a quedar el poder económico que pase lo que pase, sigue acumulando ganancias, mientras la mayor parte del pueblo se hunde en la miseria y la desesperanza. En este contexto hay que leer los llamados a la reforma del estado o rebaja del costo de la política. Mientras se hable de esto como cuestión fundamental, no se habla de las maxiganancias del poder económico. Sin alterar la distribución del ingreso, no hay ninguna chance de mejorar las condiciones de vida de nuestra gente. Que los poderosos monopolios resignen parte de sus jugosas utilidades para que el pueblo trabajador viva un poco mejor. Pero además, desde el punto de vista político existe la urgencia de dinamizar la democracia, porque de lo contrario esta será sólo una formula vacía y puramente procedimental, una simple gimnasia electoral, ausente de genuina voluntad popular. Y el pueblo estará siempre sometido a los dictados del poder económico: hace veinticinco años causante del golpe de estado en 1976 y ahora del golpe de mercado de 2001.


Capítulo VII


La identidad de los partidos políticos:


Un síntoma más de la crisis argentina



... primero hay que devolverle el poder a la política, que es desmontar el


estado mafioso.


Elisa Carrio.


Jurista y dirigente política argentina


En este capítulo analizaremos la categoría de identidad, para luego referirnos a como dicha noción- en lo referente a los partidos políticos- se encuentra en una verdadera encrucijada constituyendo un componente fundamental de la crisis de la Argentina actual. Dicha crisis reside en la impotencia de los partidos políticos para ayudar a resolver la difícil situación que atraviesa nuestro pueblo.


El concepto de identidad remite a la comprensión de un fenómeno de indudable trascendencia en el ámbito sociocultural. En efecto, vivimos constantemente inmersos en diversos campos de identidad, sin los cuales la vida humana- de por si, muy difícil- sería por demás ardua e inhospitalaria.


Llamamos identidad a un cierto campo de la realidad que delimita un sector que está incluido en él, y por oposición, un sector ajeno y totalmente opuesto a este. Es decir que la identidad define un nosotros- donde confluyen los rasgos percibidos como positivos- y un ellos que concentra las características vistas en cuanto negativas. Además, el nosotros se define tanto por afirmación de elementos propias como por oposición al campo opuesto.


Los campos de identidad permiten hacer sentir a quienes participan de ellos cierto amparo y protección y esto es posible entre otras causas por los fenómenos que en ellos se suscitan. Por ello, son esenciales para la vida en sociedad. Entre las diversas identidades, también puede mencionarse la que se define a partir de la aparición de ciertos partidos políticos, en especial, los llamados partidos populares por sus adherentes (en la Argentina, la U.C.R., el P.J. y últimamente el FREPASO), cuya existencia y práctica- la de todos los agrupamientos- por más que sea criticada por diversos sectores resulta necesaria e inevitable, como demostró el celebre sociólogo alemán Max Weber .


Históricamente, en la Argentina y en todos los países del mundo, la identidad de los partidos se fue construyendo al calor de las luchas que dichos partidos libraron para imponer sus programas, consignas y proyectos y de hecho estas luchas constituyen una parte sustancial de este proceso identatario. Inclusive, se puede decir que la identidad de los partidos es su razón de ser.


El radicalismo se originó en la necesidad de derrotar el fraude electoral que la Oligarquía terrateniente consumaba desde los primeros tiempos de la organización del estado nacional (es decir, desde 1880). Al ubicar en esta fecha el comienzo del proceso, nos referimos al origen del citado estado nacional, no al fraude que es anterior.


De allí que en el discurso de este partido existía y existe una constante prédica por cuestiones que hacen a la calidad institucional y la seguridad jurídica.


Por lo tanto, la historia del radicalismo queda en lo central resumida en una lucha- más o menos consecuente- por la plena vigencia de la Constitución Nacional y, por lo tanto, la democracia argentina es inescindible de la trayectoria de la más que centenaria agrupación de los boinas blancas.


El peronismo partió de derechos que ya habían sido establecidos jurídicamente (el voto, de acuerdo a la Carta Magna de 1853 y la posterior modificación a través de la Ley Saenz Peña), pero le agrego la necesidad de la plena vigencia de los derechos sociales, sin los cuales la igualdad ante la ley no pasa de ser una simple formalidad jurídica.


Dice la célebre pensadora alemana Hanna Arendt... la pobreza es abyecta debido a que coloca a los hombres bajo el imperio absoluto de sus cuerpos... . Lo que quiere decir la filósofa es que la ausencia de los derechos sociales hace a los hombres esclavos de sus necesidades primarias. Es decir que si las personas tienen hambre, deben saciarla y, en consecuencia, no podrán dedicar sus afanes a pensar en cuestiones más importantes. Lo mismo ocurre si están enfermos, sin casa y tantos aspectos que pueden resumirse en los ya citados derechos sociales. Por lo tanto, lo que le confirió legitimidad al Peronismo en sus orígenes- y lo dotó de parte de su identidad- es que se convirtió en portavoz de los trabajadores para el logro de estos derechos. Tales trabajadores protagonizaron el masivo proceso de migración interna; proceso que se agudiza a partir de la crisis de 1929-1930. Para estas masas, resultaba poco seductor un discurso que denunciaba el fraude y la corrupción reinante en la Década Infame (1930-1943) y poco tenía que decir frente a las duras condiciones de vida de los obreros de la época. Todo esto sin mencionar la complicidad de sectores del Radicalismo con la corrupción y el fraude ya citados. El círculo quedaba cerrado con la concesión del voto femenino, a partir de una iniciativa legislativa de Eva Perón, sin el cual la democracia argentina resultaba raquítica.


Por lo tanto, en la historia de los partidos argentinos quedaron delimitadas las dos identidades: el radicalismo con llegada masiva a los sectores medios y con énfasis en las cuestiones políticas, legales e institucionales; y el peronismo, con su mayor base electoral en los sectores obreros, sus acentos plebeyos, sus prácticas que acentúan en los logros más que en los medios para llegar a ellos y su reivindicación de la cuestión social. No analizaremos con profundidad y detenimiento la consecuencia de cada una de estas fuerzas con los principios que le confirieron su razón de ser. Someramente, pese a su condición de fuerza indudablemente ligada a la democracia, el radicalismo colaboró con diversos golpes de estado; el de 1955 y el de 1976, aprobó la proscripción del peronismo (1955-1973), lo cual es improcedente en un partido democrático. Por otra parte, en sus orígenes, estuvo ausente de su discurso la reivindicación del voto femenino. Sin olvidar la feroz represión que sufrió el movimiento obrero durante el primer gobierno de Hipolito Yrigoyen (1916-1922): nos referimos a la Semana Trágica de 1919 y las masacres que se conocieron como La Patagonia Rebelde. Hasta el salvaje proceso genocida de 1976, no volvería a existir un gobierno tan represivo con los trabajadores. Por su parte, el peronismo impulsó planes de ajuste salvajes contra el pueblo como el Rodrigazo (1975), durante el gobierno de Isabel Perón. Para no mencionar el gobierno de Menem, época de privatizaciones en que se provocó un aumento de la pobreza y la desocupación sin precedentes en la Argentina a lo largo de toda su historia. Estos hechos no pueden ser borrados de la historia argentina con la consabida letanía que Menem no es peronista, es liberal. Piénsese que todas las fracciones que se alejaron del peronismo con este discurso, no lograron atraer más que una reducidísima porción de adherentes a la fuerza creada por el general Perón en la década del ’40 .


Con el párrafo anterior, mostramos la relativa inconsecuencia de estos partidos con sus orígenes identatarios y reafirmamos cuales son las bases históricas y sociales de cada uno de estos agrupamientos.


A partir de la dictadura militar, prosiguiendo durante el gobierno del Doctor Raúl Alfonsin y consolidando este proceso durante la década de Menem, se constituyó en la Argentina un poder económico con rasgos diferenciales de sectores similares en etapas anteriores. En lo sustancial, las referidas diferencias son las siguientes:


1) En etapas previas a 1976, si crecía la economía, se fortalecía el poder económico, el cual si entraba en crisis el aparato productivo, también sufría las consecuencias. No se trata que los monopolios padezcan las adversidades al mismo nivel que el pueblo trabajador, pero su posibilidad de crecer estaba vinculada al crecimiento del conjunto de la economía.


2) Hasta la dictadura genocida comenzada en 1976, la principal fuente de ganancias era la actividad productiva, sea el agro como en el período 1880-1930 o la industria como en la etapa 1930-1976. Mientras que a partir de la política económica de Martinez de Hoz, la principal forma de ganar dinero es con la renta financiera o los negociados con el estado.


En consecuencia, este poder económico- desentendido del crecimiento productivo y lucrando parasitariamente con la renta financiera o canibalizando al estado- es el que ha vaciado la política y a los partidos de su razón fundamental, es decir de su identidad: para decirlo en palabras simples: que estos agrupamientos sean una herramienta que aporte para lograr el bienestar de la mayor parte de los ciudadanos. Efectivamente, los políticos de los partidos ya varias veces mencionados están permanentemente atentos a seducir a los mercados (léase poder económico o monopolios) y rara vez encuentran posibilidades reales de atender a las necesidades del pueblo. Por otra parte, en la Argentina actual, la agenda política parece estar dictada por fuerzas ajenas a la voluntad popular. Por ello, el presupuesto hay que votarlo así o asá porqué es una exigencia del Fondo Monetario Internacional o la ley laboral hay que aprobarla, aún a costa de métodos non sanctos: el conjunto del sistema político gira en torno a las exigencias del poder económico. Las grandes decisiones políticas y económicas las toman fuerzas minoritarias nunca sometidas al voto popular.


En enero de 2002, la sociedad asiste al triste espectáculo de una ilegítima coalición entre el P.J. y la U.C.R. que gestionan el gobierno de espaldas al clamor de justicia social y respeto a la voluntad popular que les espeta una sociedad sublevada a fuerza de cacerolazos.


Como resultado de todo lo analizado, aparece el hecho más que evidente consistente en que la perdida de identidad de los partidos deviene vaciamiento de la democracia. Pero existe una posibilidad de enfrentar la ya varias veces nombrada crisis de identidad de los partidos: se trata de producir una profunda resignificación de la política, gestando nuevas agrupaciones- aunque retomen parte de los programas, las tradiciones y muchos militantes de los partidos tradicionales- que aparezcan como legítimos portavoces de una potente y creativa voluntad popular. Ya no quedan dudas que la actual crisis que vació el consenso del gobierno de De La Rua obedece a... que luego de asumir compró sin beneficio de inventario la herencia menemista. Una herencia que, por cierto, excedía en mucho la remanida referencia al déficit fiscal y que remitía a la aceptación pasiva y acrítica del régimen de política económica y al reconocimiento - como interlocutores en el diseño de las políticas estatales- de los mismos actores que constituyeron la base social del menemismo.


Esta decisión esta asentada en el predominio de una concepción que asoció en todo momento la construcción de la gobernabilidad democrática al mantenimiento de una relación armónica con el bloque dominante. Lo expuesto ha redundado en un proceso creciente de “menemización del gobierno” con la consecuente pérdida de su capacidad para construir consensos.


Para revertir esta situación es preciso construir una nueva voluntad que deberá dar salida a la actual encrucijada por la que atraviesa la sociedad argentina y apuntará a construir un presente y un futuro más justos y que contengan a toda la población. Tendrá que estar conformada por nuevas organizaciones porqué el P.J., la U.C.R. y el FREPASO carecen de toda autonomía frente al poder económico, pero también deberán incluir lo mejor de estos partidos en su seno.


Capítulo VIII

A propósito del asesinato de una profesora:


Sociedad, educación y autoritarismo



¿No les da vergüenza?,


¿no les da vergüenza que encima de los salarios


que cobramos, tengamos que pelear para cobrarlos?


Marta Maffei. Dirigente gremial docente


En este capítulo proponemos algunas reflexiones sobre el gravísimo problema constituido por la violencia social y como esta influye en el funcionamiento del sistema educativo. Luego, hacia el final, sugeriremos algunas posibles salidas.


La noticia ni siquiera ocupó la primer plana durante un día: el 11 de diciembre del año 2000 una profesora fue asesinada a cuchillazos por un alumno en un colegio privado de la localidad bonaerense de Olavarría. Aparentemente, el motivo era el terror del estudiante a reprobar el curso; en el fondo, en el suceso quedaba radiografiada la sociedad argentina en sus peores características. El crimen- pese a que revistió un carácter sorprendente- no deja de ser una asesinato largamente anunciado. Convertido inmediatamente en noticia de las páginas amarillas, la hojarasca de la primer impresión impidió comprender la necesidad de un debate que sigue pendiente: como contener la violencia- dentro y fuera del aula- y como aportar hacia una convivencia disciplinada y democrática en las escuelas. Transcurridos algunos meses, ya no se habla del hecho en los medios y la opinión pública esta presionada por nuevos sucesos que atraen permanentemente su atención en la vertiginosa sucesión de los medios. Pero las causas de la explosión de violencia siguen sin haberse modificado, de modo que en cualquier momento pueden repetirse similares desbordes.


Inmediatamente de producido el terrible episodio comenzó el bombardeo masmediático de los autoritarios de siempre: que pena de muerte, que reducir la edad a partir de la cual los menores pueden ser imputados e ir a la cárcel, mano dura, amonestaciones, expulsiones y otras conocidas letanías que intentaban un objetivo más que evidente: reducir el problema a una cuestión de responsabilidad (culpa) individual o cuanto más, involucrar a la familia del menor. Por esta vía, se escamotea lo fundamental: la responsabilidad de la sociedad en su conjunto por la circulación y aceptación de discursos autoritarios que son- en última instancia- la base de reacciones como la que tuvo el menor de marras. En efecto, cualquier persona que tenga una mínima frecuentación de las instituciones educativas es consciente de los fenómenos de violencia que en ellas circulan. Enumeraremos algunos:


1) La agresividad propia de la edad adolescente presenta dificultades especiales que se encuentran agravadas por las limitaciones del universo adulto para contenerla y colocarle límites imprescindibles. Por ejemplo, en el diario Clarín del 21 de diciembre del 2000 se informa en primera plana que Hay directores que les tienen miedo a los alumnos. Dice la misma tapa que es rutinario observar como los adolescentes insultan, se golpean entre si y además amenazan a los profesores. Súmese a ello que en muchos hogares- a menudo abrumados los adultos por problemáticas económicas y sociales que los desbordan- no pueden ni siquiera mínimamente asumir estos problemas de sus hijos. Por ello, la escuela resulta finalmente el depósito de todos los conflictos, pero carece de la autoridad para operar eficazmente para resolverlos. Es la propia sociedad la que le quitó la necesaria autoridad a la institución educativa. Como dice el informe de Clarín del día ya citado los padres vienen al colegio a pedir explicaciones, ponen en duda la palabra del docente y justifican a sus chicos.


2) La reforma educativa puesta en práctica a partir de la sanción de la Ley Federal de Educación- particularmente en jurisdicción de la provincia de Buenos Aires- instaló el facilismo. En rigor, en la antigua escuela primaria ya estaba aceptado que nadie debía repetir. Tal vez nadie lo acepte abiertamente, pero todos los docentes saben que es así. Este facilismo se agravó con la puesta en marcha del Polimodal que reemplazó al viejo secundario y en el año 2001 producirá los primeros egresados. En este contexto, el docente que funciona como traba para la aprobación es un obstáculo que debe ser salvado del modo que sea... y esta sociedad avala particularmente los métodos más expeditivos. Citamos una vez más el informe de Clarín del día mencionado... Profesor: o me aprueba o su cuerpo va a salir por esa ventana... es una amenaza habitual que se escucha en las escuelas. El estudiante de Olavarría fue un poco más allá, y convirtió la agresión discursiva- aceptada mayoritariamente- en tragedia que pudo evitarse.


3) Lo que diremos a continuación tiene su origen fuera del ámbito escolar, pero tiene correlatos en las instituciones educativas. La constante aceptación de la violencia autoritaria y arbitraria es uno de los principales problemas que se observan en la sociedad civil. Este autoritarismo es constantemente azuzado por ciertos medios de prensa. ¿Que hacer con los delincuentes? Formúlese la pregunta a vastos sectores y la respuesta es obvia: matarlos a todos. Cuando hacia fines del año 2000 fueron voladas algunas torres del complejo habitacional de la localidad de Ciudadela, popularmente conocido como Fuerte Apache, arreciaron los comentarios facilistas y represivos hay que prenderle fuego con todos adentro, desde el más viejo hasta los niños. Nótese el peligroso deslizamiento autoritario: en el primer caso se trata de culpar y ajusticiar delincuentes presuntamente probados; en el segundo el fuego “purificador” no discrimina entre culpables o inocentes, salvo que la pobreza y la marginalidad sean un delito. Una sociedad que hace la apología de soluciones más que simples y habla con tanta liviandad y superficialidad de la vida y la muerte de sus semejantes no puede sorprenderse cuando un adolescente ejecuta por vía práctica lo que escucha en el discurso de todos los días.


Llega el momento de las propuestas y se hace difícil no repetir lugares comunes vacíos de significado. Enumeraremos algunas ideas que no son más que interrogantes formuladas frente a la compleja realidad que se vive en la actualidad.


1) En primer lugar, colocar en primer plano el debate sobre la violencia- escolar y extraescolar- buscando consensuar soluciones que necesariamente serán difíciles, pero que puedan atender a la enorme complejidad del problema. ¿Es factible esta necesaria polémica en una sociedad aterrorizada e inmovilizada por la trama crítica de la situación social?


2) Además y obviamente hay que fortalecer la autoridad de los docentes y directivos. Pero ¿Cómo hacerlo sin caer en autoritarismos antidemocráticos? El despotismo que resultó característico de la época de la dictadura militar 1976-1983 fue reemplazado por el vaciamiento de toda autoridad. Falta nada menos que recrear una autoridad firme que respete democráticamente las dificultades y problemáticas de los estudiantes.


3) También se trata de jerarquizar el espacio de la escuela. Para esto, las escuelas deberán ser centros donde la prioridad sea el conocimiento, y no, como ocurre en la actualidad, depósitos que sirven principalmente para que los estudiantes vegeten, mientras se retrasa todo lo posible su tránsito a la marginalidad. ¿Cómo se jerarquiza la educación con docentes corriendo de colegio en colegio para arrimar un flaco salario?


4) Otra realidad muy dura, pero que debe ser asumida es la necesidad de operar una verdadera revolución cultural en la sociedad civil. En un plano general, esta revolución debe apuntar a la difusión de valores solidarios y humanísticos desde la vida cotidiana. Además, desde el punto de vista educativo, se debe apuntar a que los padres priorizen el saber de sus hijos sobre la simple aprobación de la asignatura por cualquier medio: si los hijos observan que desde su hogar se les exige por sobre todo saber, tal vez- en un futuro no tan lejano- mejore la totalidad del sistema y este forme a los estudiantes en dos grandes objetivos que hoy no cumple. Estos objetivos son:


a) Formarlos para que puedan proseguir los estudios, dotándolos de herramientas cognitivas imprescindibles y


b) Formarlos para que se puedan insertar mejor en el mercado de trabajo.


¿Estos debates- dolorosos, difíciles, lentos y profundos- son los que impulsan los partidos políticos mayoritarios y la propia sociedad civil? Francamente, lo dudamos. Como se aprecia, son más preguntas que respuestas y certezas. Tal vez, en el planteo de un debate a fondo acerca de todos estos problemas resida la única posibilidad de solución.


Capítulo IX

El futuro de la


educación argentina


Educar es un acto político


de inscripción, de filiación y es un acto


económico de reparto,


de distribución de capital cultural.


Graciela Frigerio. Educadora Argentina


El maestro es tal porque, aún afirmando


sus propias convicciones,


no quiere imponérselas a su discípulo;


no busca adeptos, no quiere formar


copias de sí mismo,


sino inteligencias independientes,


capaces de ir por su camino.


Claudio Magris. Ensayista


A casi un bienio de la asunción del gobierno de la Alianza, la legislación educativa que dejó el menemismo constituye una severa hipoteca sobre la sociedad argentina y obviamente sobre su sistema educativo. La ley Federal de Educación ( L.E.F.) y la ley de Educación Superior( L.E.S.) implican- desde el punto de vista legal- la adecuación del rumbo de la educación al modelo de exclusión implementado por Menem en su década inolvidable y a los dictados del Banco Mundial.


No nos referiremos en este capítulo a las consecuencias de la L.E.S., puesto que concentraremos el análisis en los efectos de la llamada transformación educativa implementada por el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde y continuada por su sucesor, el sonriente Carlos Federico Ruckauf. Bajo el mandato de este, se desencadenó una crisis educativa de proporciones inéditas en la historia provincial que exigiría un capítulo- o todo un volumen- especialmente dedicado a su análisis.


Se trata en este caso de una profunda modificación de un sistema- el segundo en dimensión en América Latina, luego del de San Pablo- cuya parálisis e inadecuación no es necesario desarrollar en estas líneas: coinciden en esta apreciación desde especialistas, educadores, padres, los propios alumnos y aún cualquier observador desapasionado. Las manifestaciones más evidentes de tal agotamiento están a la vista de la sociedad e inclusive los medios de comunicación se hacen eco cada tanto: alumnos que egresan de la educación media sin tener disponibles las herramientas elementales para desenvolverse en cualquier continuidad de sus estudios (lectura y comprensión de textos) o salen desprovistos de las destrezas necesarias para insertarse en un mercado de trabajo exigente para pedir capacitación, más avaro para retribuirla bajo la forma de salarios más sustanciosos .


Si el diagnóstico que motivó la reforma educativa puede ser caracterizado como correcto, el remedio aplicado al mal es altamente cuestionable. Tal remedio es simplemente transformar las escuelas de la provincia de Buenos Aires en depósitos contenedores de alumnos, postergando así el transito de muchos de ellos a la calle a la que son condenados por el modelo neoliberal vigente aún en la actualidad. De modo que en esta transformación educativa quedó postergado todo intento de fondo por mejorar la calidad de la enseñanza. Entendámonos, no negamos que los equipos técnicos que elaboraron contenidos han realizado un esfuerzo encomiable para adecuar la educación a las necesidades de un proceso de enseñanza-aprendizaje que tome en cuenta la vasta complejidad de la ciencia contemporánea. Dicho esto sin negar la existencia e influencia de sectores reaccionarios, más propensos a introducir variables típicas del medioevo antes que las que correspondan a la sociedad de la era de la globalización.


Cuando se implementó la Escuela General Básica- que incluía los siete años de primaria más los dos primeros de la antigua escuela media- era comentario obligado e irónico entre los docentes el conjunto de enunciados oficiales- es decir, transcriptos en documentos, dichos, sugerencias de los directivos- cuya finalidad era facilitar la aprobación por cualquier medio de todos los estudiantes. En este sentido no importa, repetimos, el trabajo de los expertos que diseñaron Los Contenidos Básicos Comunes (C.B.C.). Todo este esfuerzo resultó esterilizado porqué la consigna básica es que nadie debe repetir de grado. Por ello, todo intento de realzar la calidad de la educación resultaba inútil, puesto que un alumno podía pasar todo el curso sin hacer nada. Al final del año- más rápido que tarde- de una forma u otra se obtenía la aprobación.


Detrás de la reforma, las figuras sonrientes del entonces gobernador, de su esposa, la diputada Chiche Duhalde, y de la que por aquellos tiempos era directora de escuelas de la provincia, Graciela Giannatasio, aseguraban que todos los niños bonaerenses accedían a diez años de educación obligatoria. En la actualidad, la exaltación dentífrica esta a cargo del gobernador Ruckauf y el sucesor de Giannatasio, licenciado José Octavio Bordón. Pero sean quien sean los gobernantes, queda escamoteado del debate lo más importante: que es lo que realmente aprenden y saben los estudiantes al final de esos diez años. Es decir, prácticamente nada, desde el punto de vista de lo que tenían que aprender para seguir estudiando y/o conseguir un trabajo con perspectivas de mejorar su condición social.


En 1999, se implementó el ciclo Polimodal que reemplaza a los antiguos tercer, cuarto y quinto año del viejo secundario. Pese a algunos aspectos que aparecían como positivos- por ejemplo, las becas para que todos los jóvenes bonaerenses puedan proseguir sus cursos- la tendencia ya insinuada al implementar la E.G.B. consistente en vaciar la calidad de la oferta educativa, lejos de ser abandonada se ha profundizado. Por otra parte, en el marco de la agudísima crisis económica y educativa que vive la provincia de Buenos Aires, el entero sistema de becas se halla amenazado con su posible desaparición.


El 30 de diciembre de 1998 se firmó la resolución que establece las pautas de evaluación del Polimodal, aunque esto se hizo público recién al siguiente año. En el punto 6 del anexo III de la citada resolución se establece que Acreditarán los aprendizajes correspondientes... cuya calificación en el informe final fuere de 7 (siete) o más puntos.


Traducido al lenguaje cotidiano, un alumno puede no hacer nada todo el año, contrata en el último trimestre un profesor o amigo que le haga el informe final y aprobó la materia... sin más trámite.


Por debajo de todo esto asoma el grave problema de la indisciplina en las ex escuelas medias. La calidad educativa es un problema inseparable de la convivencia disciplinada en el aula. Este es un problema urgente para ser abordado por sectores democráticos, porqué si no lo resuelven estos, lo solucionará en el futuro los elementos autoritarios que todos conocemos, cuando la demanda social se harte de la situación actual. La censura, la persecución, la represión resultaron características distintivas de las instituciones educativas durante la época del proceso genocida. Al quedar este atrás, no fue reemplazado por una disciplina democrática sino más bien por un descontrol inconducente, agravado en el marco de la fragmentación operada desde la implantación del modelo menemista.


Se completa así este círculo, los jóvenes están contenidos en la escuela durante trece años y las autoridades exhiben este logro frente a la sociedad, buscando obtener rédito político y electoral.


La gran ausente en todo este proceso es una escuela que ofrezca una enseñanza de alta calidad, en especial para los más humildes de la sociedad, ya que los poderosos tienen sus escuelas privadas de altos costos.


Frente a este panorama, la alianza- ahora en el gobierno nacional- no muestra una intención de impulsar un cambio profundo, limitándose a resistir las presiones para que se aplique la L.E.F. en el ámbito capitalino.


Nosotros hemos pasado revista a algunos aspectos de la reforma educativa en marcha. Existen muchos otros que deben ser analizados y debatidos. Algunos son los siguientes:


a) La liquidación de las escuelas técnicas. Estas quedaron fuera del plan de la reforma que hemos analizado. Obviamente, son imprescindibles en un plan de desarrollo económico que tenga entre sus sostenes el crecimiento industrial.


b) El ya citado problema disciplinario y de convivencia en el aula.


c) La insensibilidad frente a la miseria de los salarios docentes. Sin un aumento sustancial del mismo, toda apelación a la calidad de la educación es una cruel ilusión. Por otra parte, el problema salarial hay que enmarcarlo en la problemática más general de las condiciones laborales de los educadores. Docentes aplicados a una lucha feroz por no ceder aún más en su dignidad no pueden además proseguir su necesaria formación para impartir una educación de excelencia.


Sería un síntoma apreciable que la sociedad inicie este necesario debate acerca de su futuro. Antes, durante y después de las campañas eleccionarias.


Capítulo X


El apagón o una puñalada al privatismo


Apaga la luz.


Título de un viejo tema


de Charles Aznavour.


El colapso sufrido en el verano de 1999 de gran parte del sistema eléctrico de la Capital Federal constituye la mejor lección- sufrida en el cuerpo y el espíritu- para los habitantes de la ciudad, y por extensión de todo el país, acerca del proceso de enajenación del patrimonio público que el menemismo aplicó en la década del '90.


Cualquier espectador desapasionado recordará lo que padeció la población y que quienes llamaron a esto un espectáculo dantesco, seguramente se quedaron cortos. Ancianos en los geriátricos sin los servicios esenciales, niños sin agua, gente de todas las edades sin ascensor, comerciantes que veían como se pudría- literalmente- su capital, especuladores que triplican el costo de productos imprescindibles y pretenden colocar mercancías perecederas fenecidas, jornales perdidos son sólo una muestra de las consecuencias del apagón que arrojó a la movilización a un pueblo exasperado y cuya ira resultaba agravada por el calor.


El problema se produjo por causa del incendio de una subestación- inaugurada hacía menos de un mes, con toda la pompa digna del progreso de la modernización privatista- y rápidamente gran parte de la zona sur de la ciudad quedó obligada a la utilización de románticas velas, en irónica crítica a tanto desarrollo modernizante. Una vez detectado el problema, EDESUR responsabiliza del problema a un subcontratista y prometió solucionarlo a la brevedad. Transcurrieron mas de seis días y luego meses y después años. No podrá negarse que se pueden extraer algunas conclusiones poco favorables al modelo privatista. Estas son:


1) La empresa no tenía previsto ningún sistema de emergencia que garantice el servicio para los usuarios en caso de una catástrofe operativa. ¿ Cuál es la causa de esto? Invertir lo menos posible, reducir los costos, aumentar la rentabilidad empresaria.


2) PIRELLI- que luego se supo era una subcontratista de quién había a su vez contratado con EDESUR- aseguró en los medios de comunicación por boca de uno de sus ejecutivos más importantes que no utilizó materiales de la más alta calidad, porqué EDESUR le había pedido insumos baratos. ¿ Por qué EDESUR hace de la calidad y la excelencia de sus servicios un slogan publicitario y no una práctica? Para reducir los costos, invertir lo menos posible y aumentar la rentabilidad empresaria.


3) Las circunstancias presentes pusieron al desnudo los déficits de personal técnico y profesional de la empresa, personal que si revistaba en la vieja SEGBA y que fue cesanteado por las autoridades surgidas de la privatización. El presente proceso ha liquidado años de experiencia en mantenimiento y prevención de accidentes. ¿Con que objetivos? Para reducir los costos, invertir lo menos posible y aumentar la rentabilidad empresaria.


4) La trama de empresas contratistas, subcontratistas, y así sucesivamente convierte la responsabilidad por lo ocurrido en un grotesco juego del Gran Bonete, en el cual todos le arrojan la responsabilidad a otro y siempre pierde el usuario. ¿Por qué EDESUR no gestiona directamente sus actividades e inversiones? Para reducir los costos. Invertir lo menos posible, aumentar la rentabilidad empresaria.


Lo analizado precedentemente nos obliga a reflexionar acerca del centro vital del modelo privatizador. Esto es ningún límite a la voracidad de los monopolios. Una empresa que le cobra intereses usurarios al cliente que se atrasa unos días en el pago y que rápidamente corta el servicio si la mora se prolonga; pone rostro de disimulo y yo no fui ante el reclamo, pero no escatima gastos para la batalla legal en la que pretende zafar del pago de multas, compensaciones e indemnizaciones por los daños causados.


La electricidad es un monopolio cuasi natural, puesto que sería absurdo observar una competencia desenfrenada- que se basaría en bajar los costos- entre varias empresas para captar adherentes. Sin embargo, este gobierno, cuyo discurso de un fundamentalismo de mercado excluye toda regulación estatal, reservó a las distribuidoras eléctricas y de otros servicios, áreas exclusivas como cotos de caza de la época feudal. Tal concesión fue posible porque las privatizaciones fueron impuestas en el contexto de la pasividad generada en la sociedad por la situación hiperinflacionaria y por el desprestigio que ostentaba todo lo referido al espacio público, en especial las empresas del estado, que aparecían como verdadero símbolo de la ineficiencia. Hoy, en todo el mundo y en la Argentina, asistimos a la crisis del neoliberalismo, fuente teórica del proceso que estamos padeciendo.


Tal vez resulte inicuo e inconducente discutir acerca de la (re)estatización de las empresas de servicios públicos. Esta es una polémica a la que se le teme de todos modos desde el gobierno (el anterior de Menem y el actual, de la Alianza) y sectores de empresarios beneficiados por el modelo. Para ello, frente al escandaloso proceder de los directivos de la empresa, impulsan la caducidad de la concesión a EDESUR... y reemplazarla por EDENOR... que pertenece al mismo conglomerado que la cuestionada empresa.


Pero se abren caminos más simples al cuestionamiento popular a las privatizaciones: exigir que se controle el accionar empresario obligándolos a brindar un servicio de calidad. También se deberá proteger, desde el estado, a los usuarios. Esta sola condición puede volverse antitética con el estilo de las concesiones que descansan sobre la ausencia casi total de límites al lucro empresario.


Capítulo XI


Un rico patio de


la inseguridad convertida en pretexto


para animalizar a los ciudadanos


A los delincuentes


hay que meterles bala.


Anónimo bonaerense


El modelo económico que comenzó a implementarse durante la dictadura militar y alcanzó su máximo apogeo durante la década del menemato tuvo entre sus rasgos más importantes la creciente desocupación y el consiguiente crecimiento de la pobreza a que es sometido- casi en términos absolutos- nuestro pueblo.


Pero esta primer clasificación exige una profundización posterior, ya que no es lo mismo tener trabajo que no tenerlo. Quienes aún acceden a un puesto laboral de los denominados en blanco están- por lo general y aunque son pobres - dentro del sector de los incluidos. Pagan impuestos, consumen bienes y servicios imprescindibles y aportan fondos a sus obras sociales y a los servicios jubilatorios. Más abajo en la escala social están los que no tienen empleo. Entre esta numerosa pléyade de argentinos aún es posible trazar divisiones aunque estas sean más empíricas que sustentadas en cuestiones teóricas: por ejemplo, existen los que sobreviven en un esfuerzo de enorme dignidad con distinto tipo de changas; están los que se ganan el pan con actividades semilegales, como el juego clandestino y otras. Pero la fracción más complicada en este abanico variopinto que se reconoce muy fácilmente en cualquier barrio popular de la Argentina la conforman los sectores marginales que caen en las actividades delictivas, fatalmente como respuesta a la exclusión a la que los somete este modelo.


Efectivamente, es necesario sobrevivir. Y esto es muy difícil especialmente para los jóvenes que se van criando en la sordidez de vivir en un barrio marginal, de no acceder a un empleo fijo, de no tener vivienda digna, de no acceder a prestaciones de salud o a un sistema educativo que sirva para compensar en parte la ausencia de igualdad de oportunidades que se observa cotidianamente.


Una de las mejores armas con que cuenta el poder económico para perpetuar su reinado es la gran capacidad que exhibe de multiplicar los conflictos secundarios y – de este modo- alentar la división y el enfrentamiento mutuo entre las víctimas de este modelo.


En esta nota nos referiremos al problema de la delincuencia, o mejor dicho a lo que en los medios de comunicación se conoce como delincuencia. Porqué cuando se habla de delincuencia, nadie habla de un banquero que vació su entidad y fugó con los ahorros de quienes confiaron en el sistema financiero; tampoco cuando se habla de delincuencia se refiere al empresario que defraudó en su compañía y se autoexilió en el Caribe. Por lo tanto, se observa que en el lenguaje cotidiano se muestran y plasman orientaciones políticas e ideológicas, cuando sólo en apariencia este se manifiesta en forma objetiva y neutra.


En el tratamiento del problema de la inseguridad y la delincuencia se demuestra la campaña con que la derecha tiene aterrorizada a una fracción importante de los incluidos entre los sectores populares. El modelo económico vigente genera desocupación, vaciamiento de la educación, abandono de los planes de atención preventiva de la salud pública y desquicio en los sistemas hospitalarios. Pero nada de esto es denunciado por ciertos comunicadores e intelectuales orgánicos que sirven al poder económico: para estos el problema central y casi excluyente es la inseguridad y la delincuencia de los sectores marginales.


De este modo, incitan- entre los sectores populares- a que los miedos que provoca vivir en esta sociedad y con este modelo se canalicen a tenerle terror a los delincuentes y no al modelo y sus responsables y beneficiarios: centralmente los grandes monopolios que se enriquecen mientras la mayor parte de la sociedad se hunde en la pobreza.


Por ello, este fenómeno de la delincuencia termina convirtiéndose en una despiadada lucha de pobres incluidos contra pobres excluidos, enfrentamiento que el poder económico observa con el placer que obtiene de seguir acumulando riquezas.


Dice el sociólogo Francés, Loïc Wacquant, experto reconocido mundialmente en esta temática: La tolerancia cero es más cara que un plan social . Quiere decir con esto que el elevado costo del endurecimiento de las políticas duras y represivas puede ser más eficientemente canalizado hacia orientaciones de los recursos que moderen la pobreza y la marginalidad, con lo cual también disminuye el índice delictivo.


Por lo tanto, este problema de la inseguridad es en última instancia una cuestión más de la ciudadanía. Un ciudadano- desde nuestra concepción- no es sólo un emisor de sufragios bienal. Es un sujeto portador de derechos y debe además defenderlos críticamente. Un sistema que despoja a una porción significativa y creciente de la población de los derechos sociales elementales- salud, vivienda, educación, trabajo y otros- es consecuentemente una sociedad que los desciudadaniza. Y el responsable fundamental de tal desciudadanización es el modelo económico aplicado casi sin pausas desde Martinez de Hoz hacia aquí. Por ello, la incitación al terror frente a la delincuencia resulta absolutamente funcional a este modelo, aunque aparezca revestida de discurso populista como alguna vez encarnó Aldo Rico y su M.O.D.I.N.. También es necesario recalcar que al generar esta situación de terror, los ciudadanos-electores incluidos devienen animales al quedar reducidos a criaturas indefensas esperando la mano dura que les devuelva la tranquilidad perdida. Decimos animales por una simple circunstancia: lo que diferencia a los humanos de las otras criaturas de la creación es precisamente la capacidad que tienen de razonar y formular respuestas a problemas crecientemente complejos. Por ello, al generar terror en la población estos discursos autoritarios tienden a reducir a los ciudadanos a la condición de animales indefensos prestos a legitimar a todo torturador que se postule para resolver el problema, y no ciudadanos críticos que defienden sus derechos.


Los sectores progresistas deben abrir el debate y decirle con franqueza a la población que el problema de la inseguridad es mucho más vasto que el asalto al quiosco de la esquina. De hecho, en la discusión del problema de la inseguridad y la inseguridad no aparece una cuestión muy importante: el trabajo y la falta de él.


Al plantearse la cuestión en términos de inseguridad se afirma que la seguridad es un bien o valor. Sin embargo, un trabajador en los hechos está seguro, se quedará sin trabajo más temprano que tarde. En términos extremos, el obrero de la construcción está seguro: tarde o temprano se caerá del andamio. Cualquier asalariado está seguro: tarde o temprano perderá su empleo.


Por otra parte, es imprescindible decirle a la sociedad que la solución del problema de la delincuencia es inviable en una sociedad que excluye a una porción de la misma y la condena a una marginación sin remedio. Y quienes prometen soluciones fáciles del tipo de la mano dura además de mentirle conscientemente a la gente sirven para perpetuar las condiciones que arrojan a la delincuencia a parte de la población trabajadora y mantienen a todos en la pobreza.


Capítulo XII


Scalabrini Ortiz entre dos épocas:


De la liberación nacional a la globalización


El año dos mil


Frase interrupta atribuida


a cierto dirigente político


de una lejana república


Evocar en estas breves líneas la obra de Raúl Scalabrini Ortiz remite necesariamente a pensarla en las coordenadas de este fin de siglo en que la autonomía de las naciones parece haber quedado herrumbrada en un lejano pasado histórico. De todos modos, conviene realizar el intento, aunque más no sea para reflexionar acerca de cuanto se ha perdido.


Nacido en 1898 y de profesión matemático y físico, Scalabrini dedicó toda su vida a dos temáticas que aparentemente no tenían vínculos con sus originales apetitos intelectuales: la investigación económico-social y los estudios filosóficos.


En la primera de estas especialidades se destacó publicando entre otros textos Política británica en el Río de la Plata (1936) e Historia de los ferrocarriles argentinos (1947). Entre las ideas principales de estas obras puede subrayarse el carácter deformante que la subordinación al capital británico le imprimió al desarrollo nacional. Cualquier estudiante relativamente despierto sabe que los ferrocarriles estaban construidos convergiendo hacia el puerto único de la Argentina agroexportadora y que no existía, ni existe, ninguna línea férrea que vincule, por ejemplo, la Patagonia con Cuyo o el Noroeste. Lo que tal vez no sepa es que dicho análisis le pertenece a Scalabrini.


Desde el punto de vista filosófico campea en su obra un cierto pesimismo, como puede leerse en El hombre que está solo y espera (1931) y Tierra sin nada, tierra de profetas (1948). Allí predomina una visión del hombre en la que influencian decisivamente la angustia y la soledad.


Su pasión fundamental fue, sin dudas, la defensa de la identidad nacional, avasallada en lo económico por el capital británico (la presencia del capital norteamericano era incipiente en 1959, a su muerte) y en lo cultural por la unificación masificante que hoy se llama globalización. En su época, a quienes defendían lo nacional se los definía como nacionalistas con z (si políticamente eran más autoritarios) o con c (si eran más democráticos). Permanentemente, Scalabrini Ortiz fluctuó entre uno y otro bando y su herencia es reivindicada por los dos sectores.


Hasta la generación de los años ‘70, su obra fue motivo de debate, casi masivo. Por ello, su figura- a más de cuarenta años de su muerte- parece agigantarse y es de consulta todavía obligatoria para los estudiosos. Pero el desconocimiento que las nuevas generaciones tienen de su persona y de sus escritos remite a reflexionar sobre el profundo retroceso que la sociedad argentina ha vivido desde el proceso militar hasta la actualidad. En una Argentina que recupere su capacidad de diseñar su destino, Scalabrini- como tantos otros autores hoy olvidados- volverá a ser motivo de debates apasionados, para remarcar sus aciertos y para superar las limitaciones de su pensamiento.


Capítulo XIII


¿Nuestro futuro?

Un barrio de tantos en la

provincia de Buenos Aires


El futuro llegó


hace rato,


todo un palo ya lo vez.


Fragmento de Todo un palo.


Tema de los


redonditos de ricota


En las afueras de un distrito (La Matanza) que es paradigma de la pobreza se halla el barrio Nuestro Futuro. Es decir, es un suburbio indigente de un arrabal muy pobre. Carece de accesos asfaltados, por lo que aún en el caso de haber aceptado la invitación oportunamente formulada por el Intendente del lugar, el justicialista Alberto Balestrini, para visitar el municipio matancero- cosa que no hizo- seguramente el barrio no podría haber sido recorrido por la elegantísima funcionaria del F.M.I., Teresa Ter Minasian, siempre celosa que el barro no salpique sus tan cuidados como elegantes vestidos y lustrosos zapatos. En cambio, sus habitantes fatigan a pie unas veinte cuadras promedio para llegar al asfalto más cercano o a la ruta 21 y poder colgarse de un medio de transporte para llegar a los lugares de trabajo, los que tienen un empleo, claro.


El barrio encierra en su nombre una mirada irónica sobre el presente y el porvenir de sus sufridos habitantes y de todos los hombres y mujeres de este país. Porque nuestro futuro- su indignante pobreza que sólo en apariencia no tiene salida- es lo que nos espera a todos los trabajadores si no logramos imponer un cambio de rumbo en este modelo de miseria, marginalidad y exclusión. Por el contrario, para los habitantes del barrio, el futuro es hoy. Y no admite más demoras.


En la pobreza extrema anida un problema moral fundamental, ya que la indigencia es una verdadera afrenta a la condición humana. Por lo tanto, resolver el problema de la lacerante pobreza en que viven muchos compatriotas es un imperativo fundamental sin el cual la auténtica democracia no pasa de ser un simple discurso o la consabida práctica habitual de cambiar votos por algún favor, pero desprovista de contenido real. O para decirlo en otros términos, sin derechos sociales, la ciudadanía no pasa de ser un derecho en el papel, pero sin auténtica vigencia.


Realizaremos una breve recorrida sobre la vida del barrio a través de la mirada- a la vez ingenua y crítica, madura y esperanzada- de dos jóvenes que nos relataron interesantes detalles que no deseamos que se pierdan para que todos los lectores de esta nota puedan analizar hasta que punto los habitantes de nuestro futuro están lejos de ser auténticos ciudadanos.


Las viviendas


La gran mayoría de las casas están construidas con materiales poco duraderos y que no ofrecen resistencia a las inclemencias del tiempo. Chapas, celofán, cartón y maderas se van agregando en abigarrada trama sin cuidar formas estilísticas ni mayor preocupación por los cánones de la arquitectura. Las viviendas son de ambiente único, carecen de baños y de servicios de agua potable: la mayoría de las familias se sirve el vital líquido de un pozo común y realizan sus necesidades fisiológicas en retretes. Por lo tanto, el riesgo de contagio de enfermedades es inevitable. Además, las condiciones de vida tan promiscuas favorecen y alientan dolorosos cuadros de violencia familiar. La escasez de recursos- y por que no, cierta ineptitud- de las instituciones policiales y judiciales no permite recopilar adecuadamente los datos de esta situación.


La salud:


ese obscuro objeto del deseo


La Organización Mundial de la Salud define a la salud (perdón por la reiteración) como el completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de dolencias o enfermedades.


Desde luego que para acceder a esta situación es fundamental la medicina preventiva. Las condiciones de las viviendas- como ya dijimos- alejan a los vecinos de Nuestro futuro de gran parte de sus posibilidades de anticiparse a posibles patologías. Además, no llegan hasta allí campañas masivas de vacunación de seres humanos y mucho menos de mascotas domésticas.


La sordidez en que se desenvuelven muchas de estas vidas aleja toda pretensión de prevención en materia de patologías psicológicas.


Aún peor es el acceso a prestaciones de salud cuando ya no es medicina precautoria. En caso de haberse declarado una enfermedad, la sala de primeros auxilios más cercana está en Gregorio de Laferrere, a casi veinte cuadras. El hospital más próximo está en Isidro Casanovas, a casi cinco kilómetros. Ninguna ambulancia- en razón de lo precario de las calles de tierra del barrio- puede acceder al lugar y en caso de emergencia los vecinos o familiares deberán costear el traslado del enfermo en remis.


La seguridad


En ningún otro espacio de la sociedad se advierte con mayor intensidad el virulento enfrentamiento de pobres contra pobres que este modelo económico-social implica como en los ambientes sociales más postergados.


Por las noches, los ladrones circulan por Nuestro Futuro en carretas buscando desvalijar de sus casi inexistentes pertenencias a los habitantes del barrio. Desde la madrugada, siniestros centauros aguardan a los transeúntes que van a trabajar o a buscar empleo para despojarlos de sus escasos dineros. La policía- casi totalmente ausente del barrio- es impotente por carencia de recursos (entre otras causas) para garantizar la seguridad de la población o cuanto menos disminuir la frecuencia de los robos. Además, por la ya varias veces citada ausencia de asfalto, no puede circular un patrullero.


Empleo y subempleo


Más de la mitad de los habitantes del barrio en edad de desempeñar tareas está desocupada o subocupada. En este contexto, la sobrevida es una cuestión de suerte o de agradecer al puntero partidario o al cielo el envío del pan ¿cotidiano?. La mayoría sobrevive entonces de alguna changa o de recibir ayuda oficial u oficiosa de los representantes políticos, fundamentalmente los referentes que adscriben a la fuerza política mayoritaria en el distrito, el Partido Justicialista. Son los conocidos punteros quienes reparten ayudas de diversa índole a cambio de recibir el apoyo sumiso de los que recibieron la dádiva cuando hace falta fuerza de trabajo electoral.


Educación y nuestro futuro


En todo el perímetro de Nuestro futuro no existe un solo establecimiento educativo de ningún nivel sea inicial, escuela general básica, Polimodal y mucho menos superior. En consecuencia, los habitantes deben trasladar hacia otros barrios a sus hijos pequeños y costear la movilidad de los más grandes que ya cursan Polimodal. Siempre se repite que la educación es el futuro; por lo tanto, los habitantes de Nuestro Futuro tienen seriamente vedado el acceso al porvenir ya que en su barrio no hay donde gestarse el mañana.


Este barrio- en realidad un asentamiento- es exactamente igual que tantos otros en La Matanza y demás municipios bonaerenses y de todo el país.


Hemos descripto la vida que podríamos denominar “normal”. Cuando llueve o hay sudestada, el lugar se inunda y todos lo descripto se agrava.


Son más de catorce millones de Argentinos los que están bajo la línea de pobreza y quienes aún nos mantenemos por encima de ella tenemos en Nuestro Futuro el espejo de nuestro propio porvenir, si no somos capaces de torcer el rumbo.


Como decíamos antes, estas reflexiones se nos ocurrieron charlando con dos adolescentes habitantes de la barriada. Pese a estar sometidos a un presente tan duro, los jóvenes albergan esperanzas en la posibilidad de un mañana mejor. Para que esto sea así, no sólo para ellos, sino para toda la ciudadanía argentina, habrá que cambiar el modelo económico, causante de su presente sin futuro y que este futuro negro no se generalice cada vez más.


Cuarta sección

La esperanza


Capítulo XIV


El movimiento de los piqueteros:


el corte de rutas abre la puerta a la esperanza.


Esos jóvenes no quieren cambiar el mundo.


Lo que quieren es volver a entrar al mundo.


Carlos Auyero. Fallecido dirigente del FREPASO.


En este capítulo se analizará la aparición, desarrollo, continuidad y vigencia actual de movimientos que tienden a agrupar a los excluidos, desplazados, marginados o simplemente empobrecidos por el modelo neoliberal. Estos movimientos lograron atraer la atención de personeros del poder económico, quienes reclamaron que caiga sobre ellos la represión más desembozada del estado, tal como hicieron en sendos discursos durante el 2001 el banquero Eduardo Escassany y el ruralista Enrique Crotto. Es una enorme multitud de sujetos- los desocupados y también los ocupados- que el sociólogo nacido en Estados Unidos, James Petras, denomina en un sentido muy amplio pueblo trabajador. Por simplicidad, en nuestro medio se ha llamado- a los enunciados en primer término- movimientos de fogoneros en un principio, y en la actualidad de piqueteros. Para Petras El crecimiento masivo del trabajo temporal, del empleo múltiple, de remuneraciones que no son salarios ha dado origen a una categoría de mano de obra que es una cruza entre los asalariados y los independientes... a los que denominaremos pueblo trabajador . En esta categoría ubica también a los desocupados y pobladores urbanos y rurales y para él es fundamental articularlos en una perspectiva de transformación de las duras condiciones de la actualidad que ponga límites al avance conservador y pueda superar el aislamiento y la fragmentación que les depara el sistema. Tal articulación- principalmente evitar que los desocupados caigan en el desaliento, la desagregación y el enfrentamiento mutuo- es una de las tareas más importantes de la actualidad para todos los sectores democráticos. De este modo se lograría superar la contradicción y el enfrentamiento entre trabajadores ocupados y desocupados, una de las piedras angulares del triunfo y la aceptación que logró el modelo todavía vigente.


Este tema requiere un cierto análisis. Uno de los rasgos más destacables de las políticas económicas que se conocen como neoliberalismo es la clara intención de crear una extensa franja de desocupados que en algunos casos llega al 50% de la fuerza laboral . La finalidad de todo esto es más que sencilla; la desocupación es el medio más simple de disciplinamiento social, con ella se logra reducir al silencio al excluido, alejarlo de la integración social, romper los lazos de solidaridad y aún negarle al desempleado el derecho a la propia existencia, ya que por la vigencia de estas políticas aumentan las muertes por suicidio, deficiente atención hospitalaria, enfermedades no incurables y desnutrición, entre otras causas. Además, se persigue la finalidad de quebrar la resistencia de quién accede al empleo, insertando entre todos los asalariados la lógica competitiva del mercado. Por otra parte, el ocupado queda obligando a prolongar la jornada de trabajo y a aceptar constantes rebajas en el salario . La desocupación es entonces una necesidad inevitable de los modelos neoliberales que se consensuan- entre otros elementos- a través de sujetos caracterizados por ... la apatía y la anomia social que surge de la homogeneidad de la pobreza, de las angustias existenciales que esta provoca y de la falta de perspectivas... de la ruptura del tejido de solidaridades que provocan la crisis y la recesión... .


Históricamente la Argentina Moderna (es decir, desde 1880) fue un país con escasa o nula desocupación, característica que la diferenciaba de otros países latinoamericanos, en los que existía un fuerte sector estructuralmente marginado del mercado de trabajo, como Mejico o Brasil que contaban con una enorme población de origen agrario con muy escasas posibilidades de integración laboral.


La dictadura genocida 1976-1983 instaló el desempleo. El escritor y periodista Rodolfo Walsh refería esta situación diciendo que la política económica de Martinez de Hoz. elevando la desocupación al récord del 9% había alcanzado tasas de desempleo inauditas en la historia inmediata del país. Posteriormente, con las privatizaciones de la etapa Menem (1989-1999) y otras transformaciones, el índice de desempleo duplicó al que asombraba a Walsh.


Durante largo tiempo, los trabajadores no lograron estructurar una respuesta unificada al problema, entre otras causas porqué fue muy fuerte entre ellos la expectativa generada por distintas trampas y señuelos tendidos desde el poder económico. Así, la primera década del menemismo vio que la resistencia al avance neoliberal era- pese a que muchas veces asumía momentos plenos de heroísmo- fragmentada, episódica, desunida y esporádica. Por lo tanto, la combatividad de tantas luchas importantes resultó esterilizada.


Pero durante el segundo mandato del riojano, los movimientos de desocupados hicieron su aparición pública hacia 1996, en áreas del interior del país que habían quedado económicamente devastadas luego de la modernización menemista. Por ejemplo, las regiones petroleras (el área de Tartagal y Mosconi en el norte, Cutral-Co en el sur), mineras (HIPASAM en Sierra Grande o Río Turbio) o con una producción agraria que se mecanizó aceleradamente (San Martín en Jujuy) son demostración de lo que afirmamos. Además, había pasado el efecto vivificante– desde el punto de vista económico- que habían significado las indemnizaciones, generosamente derramadas por el poder a fin que los trabajadores acepten las sucesivas privatizaciones.


Por otra parte, también hacia 1996, comienza a quebrarse la coalición entre los monopolios y los sectores populares que había sido un rasgo distintivo del mememismo .


En este contexto de muy relativa debilidad del bloque de poder dominante, situación agudizada luego de la crisis económica-financiera de Méjico llamada efecto tequila, nace una combinación de nuevas formas de lucha y expresión social, como las asambleas populares, los cortes de ruta, los piquetes y posteriormente la carpa docente.


En junio del ‘96 se produce en Neuquen, con epicentro en las ciudades petroleras de Cutral-Co y Plaza Huincul, una primer revuelta, resultado directo e inmediato del modelo de económico-social implementado a partir de 1989. Aparecen los cortes de ruta y los primeros piqueteros o fogoneros (grupos de jóvenes, generalmente desocupados, que motorizan las protestas). No nos interesa desarrollar las diferencias que opusieron en su momento a los piqueteros de los fogoneros. Si queremos destacar que las nuevas formas de lucha son un resultado inevitable de la enorme magnitud de los nuevos problemas.


Según el análisis del ensayista Eduardo Lucita... Los cortes de ruta desplazaron a los paros y saqueos como expresión de la protesta social se dan cifras significativas:


Los conflictos laborales registraron un pico en el período 1986/89, alcanzando a 3575, pasando en 1990/94 a 2222 y decreciendo en 1995/2000 a 1228.


Por su parte los saqueos alcanzaron en 1989 a 676 y descendieron en 1990 a 96. Por el contrario la evolución registrada de los cortes muestra la siguiente secuencia: 1997:140; 1998: 51; 1999: 252 y en los primeros diez meses del 2000: 238.


Cabe destacar que el promedio de corte de ruta ha sido de uno cada 2,6 días en 1997, uno cada 7,1 en 1998, uno cada 1,4 el año pasado y en lo que va del año han sido uno cada 1,2 días .


El método de lucha tradicional del movimiento obrero, la huelga, pierde efectividad; inclusive hasta puede decirse que favorece a las patronales, las cuales viven su propia crisis. En esencia, el paro es un método propio de trabajadores ocupados. Ahora hay que encontrar la acción que exprese la necesidad de protestar que parte de los desocupados, y a partir de allí, articular a todos los sectores que se oponen a los cambios más retrógrados de la globalización. El corte de rutas es uno de los medios que sirve a estos fines por dos motivos centrales:


a) Afecta a la distribución más que a la producción. Por lo tanto perjudica más la realización de las ganancias que su generación. En sociedades en las que la superabundancia de mercancías es una realidad evidente, la llegada al consumidor de dichos productos tiene mayor impacto que la interrupción del proceso productivo.


b) Se destaca por un alto contenido simbólico, máxime cuando algunos cortes se realizan- como el plan de lucha votado en Junio de 2001 por la asamblea nacional piquetera- permitiendo la circulación del transporte por vías alternativas. De este modo se colocan peleando por la hegemonía más que por alguna cuestión puntual.


El crecimiento de la crisis y la aparición de estos movimientos demuestran que ya no es posible posicionarse individualmente en el mercado de trabajo, sencillamente porqué en algunos puntos del interior tal mercado prácticamente ha dejado de existir. Además, la falta de empleo es un problema estructural, no momentáneo o coyuntural. En el polo urbano patagónico Cutral-Co-Plaza Huincul, la privatización de Y.P.F.- que provocó un notable aumento de la desocupación- dejó una carencia imposible de resolver en ciudades sin producciones alternativas: las explotaciones agrarias viven su propia crisis y en consecuencia, el comercio sufre la caída del poder adquisitivo de la mayor parte de la población. Así, el peligro de la marginación deja de ser un fantasma para pasar a ser parte de la realidad cotidiana.


En países que aplicaron planes de ajuste neoliberal antes que el nuestro, los textos de diversos autores nos han relatado como los desocupados caen en un proceso de retroceso cultural, social y existencial (delincuencia, drogadicción, violencia familiar, prostitución, alcoholismo) que tampoco es desconocido en nuestro medio.


La aparición de estos movimientos que agrupan a desocupados y marginales, por un lado; y a asalariados ocupados, comerciantes, artesanos, profesionales y productores agropecuarios, por el otro, entre tantas víctimas del ajuste permite comenzar a superar la atonía en que se debatían los sectores populares. La lucha en común les da una perspectiva distinta e impide que los desempleados caigan en los problemas citados más arriba.


En los comienzos de estas luchas, los sectores populares, uniéndose para reclamar por los derechos sociales que la fase actual de la reconversión económica les niega, afirman una salida posible. Detrás de cada piquete está la totalidad de la sociedad civil de las ciudades más golpeadas por la reestructuración, superando por vía de los hechos la contradicción entre ocupados y desocupados; conscientes que si no se opone una fuerza unificada a la agresión del mercado, la ciudadanía se convierte solamente en una formalidad jurídica y no hay ni siquiera posibilidad de una sobrevida miserable. En ciudades como Cutral-Co y similares, sino trabajan los obreros y quiebran los productores agrarios, no vende el comerciante y no recibe honorarios el profesional. Por lo tanto, la lucha de los piqueteros nace como movimiento defensivo cuya finalidad es devolver la voz ... a los excluidos de la palabra y la acción colectiva... y ser esbozo de una organización colectiva .


Esta es la causa por la cual estos nuevos movimientos surgen en las regiones del interior, pues en la Capital y su área de influencia las posibilidades de supervivencia, en principio eran mejores. En estos tiempos- agosto-septiembre de 2001- la extensión y profundidad de la crisis asume rasgos inéditos y las posibilidades de supervivencia de los desocupados de las grandes ciudades asumen contornos dramáticos. Por lo tanto, crece la conflictividad y el aporte fundamental de los movimientos de desocupados es lograr la concreción futura de un frente de similar amplitud al que los mismos realizaran en el interior del país.


En 1997, el movimiento de los desocupados creció a favor de haberse insertado en la crisis generada en el bloque dominante por el nacimiento de la Alianza y se favoreció con el acto eleccionario de este año que marcó la primer derrota electoral del peronismo cuando éste era gobierno.


En este contexto y durante ese año, logró modestos triunfos populares vinculados a un rasgo que resultó distintivo: su funcionamiento por medio de asambleas democráticas que hacían inútil el esfuerzo de los funcionarios del ministerio del interior- duchos en la compra de influencias- por coptar a sus dirigentes. Además, llamaba la atención de dirigente políticos con mayor sensibilidad política y social, como Carlos Auyero.


Este fallecido político frepasista, en abril de 1997 polemizó con el funcionario menemista Eduardo Amadeo, quién acusaba al Frepaso de impulsar los cortes de ruta reeditando un camino de violencia, ya transitado en la década del 70.


Esos jóvenes no quieren cambiar el mundo. Lo que quieren es volver a entrar al mundo. Y los mayores sólo quieren regresar a un trabajo decente. Vos comparás esto con el 70 y hacés muy mal, porque introducís el temor en la sociedad. El método del temor, ustedes o el caos, les dio resultado en el ‘95. Pero esto no puede tolerarse en la sociedad argentina. Se va acabar el miedo en la gente” . En ese mismo programa, Auyero murió por causa de un infarto en el corazón.


Por esta época, uno de los militantes cercanos a Auyero era Luis D’Elia, tal vez uno de los más claros y brillantes dirigentes de masas surgidos en los últimos tiempos. D’Elia es consciente de la necesidad de elevar la capacidad de acción del movimiento piquetero... en un plano superior insertándolos en la política... . Por ello, impulsa constantemente que el movimiento piquetero se articule en un frente amplísimo de fuerzas económicas, sociales y políticas que interpela permanentemente al poder económico más que a los mascarones del sistema político y propone alternativas para superar la terrible crisis que devora los esfuerzos populares.


Con posterioridad a estos inicios del movimiento, la marcha del proceso económico- caracterizada por una recesión que supera los tres años continuos- incrementó la conflictividad social.


Como en su momento resultó la Carpa Blanca, el corte- particularmente el que se verifica periódicamente en la Ruta 3, en La Matanza- resulta en punto de referencia y divisoria de aguas en la sociedad: quienes lo apoyan, pasan indefectiblemente por allí. Por otra parte, quienes lo atacan lo hacen virulentamente y sin hacer concesiones de ningún tipo a la verdad. Es un clásico escuchar desde los medios el rebuzno de funcionarios y comunicadores que afirman que los piqueteros concurren al corte por temor a represalias y pagados por oscuros intereses. De este modo consiguen escamotear el centro de la cuestión: ¿La protesta se produce porqué alguien paga a los manifestantes o porqué la miseria se vuelve insoportable? Lamentablemente, esta prédica prende en sectores populares que repiten sin más las letanías generadas desde el poder económico y político.


Ya en el año 2001, luego de un prolongado corte de casi 20 días se logró un acuerdo vinculando la responsabilidad de la nación, la provincia y el municipio. Esta tregua permitió que... Los gobiernos nacional y provincial se comprometieron con 7.500 planes Trabajar, 3.000 planes Bonus, el pago de 3.200 planes Trabajar adeudados, medicamentos, herramientas y materiales para trabajar, dinero para reparación de Escuelas, colocación de tres hospitales móviles, licitación para el equipamiento del Hospital del Km. 32, parcelación y legalización de las tierras en los asentamientos "17 de Marzo" y "María Elena .


Un momento superior en la organización del movimiento lo constituye el congreso realizado el 24 de junio en San Justo. La convocatoria a la Asamblea Nacional tenía objetivos claros y precisos: avanzar en la coordinación de las luchas a nivel nacional; mejorar los niveles de organización; y cómo enfrentar el nuevo ajuste . (Subrayado nuestro)


Hemos reseñado brevemente la trayectoria del movimiento. Cerraremos el capítulo con algunas reflexiones sobre la importancia, el presente y el futuro del mismo.


El movimiento piquetero ancla su nombre en la tradición heroica del movimiento obrero industrial desde sus orígenes europeos, más allá en el tiempo y el espacio de las fronteras argentinas. Desde las luchas primitivas desarrolladas por los trabajadores contra la voracidad del capital durante la primer revolución industrial, los piquetes eran las avanzadas de los obreros en huelga para evitar que los crumiros o esquiroles- desocupados al servicio de las patronales- rompiesen la unidad del paro contra la burguesía.


Esta es una tradición, mientras que en el conurbano bonaerense, el movimiento piquetero se enlaza con otra vertiente de lucha mucho más reciente en el tiempo: los grupos de pobladores y ocupantes de tierras que pelean por hacer realidad el derecho a la vivienda, no ya como dádiva sino como conquista que el pueblo logra con su propia organización, lucha y movilización. Este movimiento social existe hace por lo menos tres décadas, registrando antecedentes a fines de los años ’60.


Haciendo una síntesis, se puede afirmar que más allá de características diferenciales de índole regional, el movimiento piquetero en todo el país tiene tres aspectos distintivos, a saber:


1) Este método de funcionamiento democrático, la asamblea en la que todos los miembros deciden, es uno de los elementos más destacables del movimiento de piqueteros. Sea en un grupo localizado o restringido o en la gran asamblea del 24 de junio.


2) Producido el piquete, en el espacio del mismo no tienen vigencia las leyes del mercado. En efecto, fuera de él, quién no tiene dinero, no come. En el corte, se comparte todo, obviamente también la comida.


3) Es un espacio solidario, en consecuencia busca la adhesión y efectivamente concita la solidaridad de gran parte de los sectores agredidos por el modelo dominante. Por lo tanto aporta a superar la atonía en que se debaten los sectores populares. Dice un relato del corte que se realizó en La Matanza durante el año 2000, antes de la asamblea del 24 de julio. Pasaron por el corte numerosas delegaciones de trabajadores: de Aerolíneas Argentinas, los mineros de Río Turbio, de la fábrica "Renacer" de Ushuaia, del Hospital Paroissien, de Siderar Haedo, de la metalúrgica ENFER, del Hospital de Clínicas, de escuelas del municipio y muchos más, además de estudiantes secundarios, terciarios, universitarios


Las proyecciones a futuro del movimiento son relativamente simples. En la medida que se haga realidad en la política argentina el más amplio frente social y político contra el poder económico y pueda potenciarse el desarrollo de otra forma de crecimiento productivo e integración social, los piqueteros abandonarán el carácter defensivo, serán un actor fundamental y se integrarán a la ciudadanía plena en la Argentina. Si este frente demora, aumentará la resistencia al ajuste y la virulencia del conflicto social, pero en ningún caso es pensable que desaparezcan los movimientos que hemos descripto sucintamente en este capítulo.


Capítulo XV

Algunos puntos para salir del desastre


Mas vale un paso del


movimiento real que mil programas.


V.I. Lenín. Dirigente revolucionario ruso


Este trabajo no estaría completo sin aportar algunas sugerencias para superar esta crisis. No se trata de un programa demasiado explícitamente desarrollado. Más bien intenta ser una lectura de lo que la propia sociedad está tímidamente gestando en su cotidiana lucha para sobrevivir, más aún luego del salvaje ajuste desatado en julio de 2001.


Lo central es aceptar la necesidad de transformar radicalmente el modelo económico. Esto es duro, difícil y doloroso, pero no hay otra salida. La mayor parte del país tiene interés en lograr estos cambios. Los obreros, empleados y asalariados en general, ocupados, subocupados y desocupados. Los empresarios industriales pequeños y medianos y aún algunos de los más grandes, cuya producción está orientada al mercado interno y que por lo tanto, están en crisis. Los profesionales y los artesanos. La gran mayoría de los productores agropecuarios, cercados por la usura, la intermediación ruinosa, la perdida de competitividad en el mercado externo y la caída del interno. Los comerciantes que ven que desaparece en poco tiempo el capital amasado con el esfuerzo de varias generaciones. Los movimientos sociales y las fuerzas políticas que hunden sus raíces en la democracia. Para lograr revertir esta situación, hay que enfrentar y derrotar al poder económico. Esto es muy duro y complejo. Pero si no somos capaces de hacer esto, las consecuencias serán aún más duras. Si el modelo actual privilegia la renta financiera y no la producción; la importación de bienes antes que la elaboración industrial; el pago a los usureros nacionales y extranjeros y no la protección de los niños desvalidos, es necesario dar vuelta totalmente la situación con las siguientes medidas que deben ser tomadas de una vez y sistemáticamente.


1) Renegociación y refinanciación conjunta por parte de todos los deudores latinoamericanos de sus deudas externas. El asumir esta tarea entre todos evitará las represalias que pudieren ocurrir si se declaran moratorias unilaterales. Por otra parte, desde muchos sectores políticos se coincide que no hay otra salida para la crisis argentina actual que no incluya una mínima redefinición de la relación con los acreedores. Según Clarín: hoy la deuda interna y externa de la Nación, las provincias y las empresas ya pasó los US$ 211.000 millones, lo cual equivale a 73% del Producto Bruto Interno (PBI) .


2) Adecuar el tipo de cambio a un perfil de país exportador, saliendo del ruinoso 1 a 1 pautado en la ley de convertibilidad. No hay que temerle a la palabra devaluación. Toda devaluación es transferir ingresos de un sector a otro/s. La clave de esta necesaria adecuación del peso reside en que los sectores perjudicados en este caso deben ser los bancos, empresas de servicios públicos y A.F.J.P.. A lo largo del texto, proponemos como.


3) Desactivar las tarifas de los servicios públicos de su vinculación con las monedas del exterior (dólar o franco suizo). Esto debe hacerse por ley del Congreso Nacional o por decreto, pero debe llevarse a la práctica. De este modo, el costo de la devaluación recaerá sobre las empresas de servicios y sobre los bancos con las medidas que sugeriremos más adelante y no sobre los consumidores, productores agrarios, pequeños empresarios y pueblo trabajador en general.


4) Congelamiento de las deudas- tanto de préstamos como de tarjetas de crédito- en mora o sin vencer hasta lograr cláusulas de ajuste hacia la baja, que obviamente no resulten confiscatorias para los deudores.


5) Rebaja inmediata del costo financiero (tasa de interés) que paga el conjunto de la economía y del abultadísimo spread, ganancia de los bancos que se obtiene entre lo que las entidades financieras pagan por el dinero y lo que cobran en los prestamos. La banca estatal es un instrumento imprescindible para esta política.


6) Política crediticia orientada a financiar la producción agropecuaria e industrial. Para ello, además, se deberá con tasas baratas atender la demanda de préstamos para la compra de bienes de infraestructura, el consumo familiar, las viviendas, medios de producción y créditos accesibles a las pymes


7) Defensa de la producción interna contra las importaciones subsidiadas del exterior. Esto se logrará con mecanismos arancelarios y no arancelarios. Tal vez, implique no colocarse en la oposición frontal con organismos mundiales como la O.M.C., sino negociar de otro modo con ellos.


8) Drástica disminución de la pobreza mediante un seguro de empleo y formación (propuesta de la C.T.A.). Esta medida logrará detener la caída del salario- ya que los ocupados no temerán como ahora la presión que el desocupado ejerce en el mercado laboral- y hará además crecer al deprimido mercado interno. Además, el estado se compromete a formar a al conjunto de la fuerza laboral para que pueda (re)insertarse en los complejos mercados de trabajo de la actualidad.


9) Liquidación del régimen de jubilación privada y reestatización de las cajas y cuentas jubilatorias. Esto eliminará gran parte del problema del déficit del estado.


10) Defensa e incremento del sistema científico nacional, único modo de atender a un proyecto de crecimiento autosostenido y sustentable en las condiciones competitivas del mundo contemporáneo.


11) Reforma impositiva que contemple cobrar impuestos a los grandes capitales y rebaja del I.V.A. y todo gravamen que perjudique el consumo y afecte a las pequeñas y medianas empresas comerciales, industriales y de servicios. En especial, es esencial cobrar un tributo a las transacciones financieras, como plantean organizaciones como partidarias de imponer estos gravámenes como A.T.T.A.C. La original, la de Tobin, consistía en gravar el 0,05 por ciento a las transacciones cambiarias, que mueven un billón ochocientos mil dólares por día y eran las que más afectaban al mundo en los años 70... se habló de una tasa entre el 0,05 y el 1 por ciento a las transacciones financieras. Lo extraordinario fue que en poco tiempo se recibieron miles de mensajes de apoyo . Con este tributo se podrán financiar gran parte de las medidas de los apartados 6 y 8.


12) Rebaja inmediata en las tarifas de todos los servicios públicos. Es inadmisible que el pueblo argentino- sin trabajo o con magros ingresos- pague precios más caros que en los países más ricos del mundo. Esta medida redundará en un aumento del consumo y una mayor competitividad de la industria nacional.


13) Protección del pequeño y mediano comercio de la competencia de los monopolios. Sea garantizándoles un espacio geográfico (áreas en las que no pueden instalarse megacomercios) o de mercado (espacios en los que no pueden introducirse grandes capitales, por ejemplo, quioscos de diarios y revistas) se protegerá a los empresarios mercantiles, entre otras cosas por la enorme demanda de fuerza de trabajo que generan...


14) Planes de vivienda basados en la autoconstrucción con financiamiento público y/o la gestión estatal. La construcción es un área fundamental por la fuerte ocupación que implica y por el efecto de arrastre sobre otras áreas económicas.


15) Defensa del sector social de la economía. Llamamos sector social a las cooperativas y otros sectores que configuran una porción muy significativa del producto bruto nacional. El conjunto de estos sectores se caracteriza por no seguir a rajatabla la lógica del mercado.


Existen programas más detallados que el que acabamos de enunciar y que marchan en el mismo sentido. Por ejemplo el presentado por importantes economistas de la Universidad de Buenos Aires el 6 de septiembre de 2001 . Sólo que este es una apretada síntesis de lo mínimo que hay que hacer para acercarnos a un modo de vida digno, tal como todo nuestro pueblo merece.


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